El Santo Negro Rosambuco de la ciudad de Palermo - Lope de Vega - E-Book

El Santo Negro Rosambuco de la ciudad de Palermo E-Book

Лопе де Вега

0,0

Beschreibung

El Santo Negro Rosambuco de la ciudad de Palermo es una comedia teatral sacra del autor Lope de Vega. En la línea de los textos teatrales cristianos del Siglo de Oro Español, concatena escenas en torno a la vida de un pirata siciliano, pendenciero y agresivo, que descubre la fe y llega a alcanzar la santidad.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 78

Veröffentlichungsjahr: 2020

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Lope de Vega

El Santo Negro Rosambuco de la ciudad de Palermo

 

Saga

El Santo Negro Rosambuco de la ciudad de PalermoCopyright © 1998, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616859

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Elenco

EL SANTO NEGRO EL VIRREY [CONDE DE ALBADELISTE] DON PEDRO PORTOCARRERO EL CAPITÁN MOLINA LESBIO, alguacil mayor NISEYA, dama LUCRECIA, negra EL GUARDIÁN DOS FRAILES SAN FRANCISCO UN PAJE RIBERA, viejo DOS DEMONIOS UN GALÁN PEDRISCO UNA ENDEMONIADA CRISTO, niño LAURA MÚSICOS [SOLDADOS] [UN ÁNGEL] [UNA MUJER]

Acto I

Dicen de dentro: “¡Arma, arma!”, y salga a un altillo, como en la popa de una galera, el SANTO NEGRO, armado, vestido de turco, y dice:

 

SANTO

¡Ea, turcos, valerosos,

de las hazañas crisoles,

mueran esos españoles,

del mundo los más famosos!,

5

que este alfanje y brazo fuerte,

en tan furiosos ensayos,

es cielo que arroja rayos,

furor, rabia, pena y muerte.

Éntrese de lo alto, metiendo mano a su alfanje; toquen dentro alarma con ruido de armas y batalla, y disparando arcabuces, y dicen:

 

DON PEDRO

¿Por qué resistes la gloria

10

que a España está concedida?

Dentro:

 

[VOCES]

Rendíos, canalla vencida!

 

TODOS

¡Victoria, España, victoria!

Vuélvese a poner el SANTO en el altillo, el alfanje desnudo.

 

SANTO

¡Ah, vil y ciega fortuna,

qué poco estuviste queda!

15

Subísteme en tu vil rueda

del círculo de la luna,

y ya me vences y ultrajas

con esta victoria esquiva.

¿Por qué me subiste arriba,

20

pues que tan presto me abajas?

¡Ondas de este mar profundo,

pues veis estos desconciertos,

recibid entre los muertos

a un vivo que asombró al mundo!

25

¡Ah, Rosambuco infeliz,

por tu desdicha otomano,

hoy al infame cristiano

sujetarás la cerviz!

Pero si mi triste suerte

30

tiene de estar oprimida,

quitarme quiero la vida.

¡Mar salado, dame muerte!

Haga que se arroja al mar, y salga de otro altillo un niño y téngale el brazo que no se eche, y diga:

 

NIÑO

Rosambuco, espera, aguarda.

 

SANTO

Niño discreto, ¿quién eres?

 

NIÑO

35

Yo soy... No te desesperes,

que Dios del cielo te guarda

para que asombres al mundo.

 

SANTO

¿Quién eres? ¿Adónde vas?

 

NIÑO

Adiós. No me preguntes más.

Vase.

 

SANTO

40

Perdóname, mar profundo,

que a tus olas no consagro

la vida; morir recelo,

pues que me lo manda el cielo

con tan insigne milagro.

45

Un nuevo sosiego baña

el alma, pecho y memoria.

Vase. Dentro:

 

[VOCES]

¡Victoria, amigos!

Salen DON PEDRO Portocarrero y SOLDADOS, las espadas desnudas, y sale el SANTO por otra parte con el alfanje desnudo.

 

DON PEDRO

¡Victoria

por Sicilia y por España!

Date a prisión, turco fiero.

 

SANTO

50

Espera, las armas ten.

 

DON PEDRO

Pues rinde el alfanje.

 

SANTO

¿A quién?

 

SOLDADO

Al fuerte Portocarrero,

honra de España y asombro

del sarraceno enemigo.

 

SANTO

55

Que he sido dichoso, digo,

tu esclavo desde hoy me nombro;

ya no me espanta el trabuco

de la fortuna y su afán.

 

DON PEDRO

¿Quién eres?

 

SANTO

El capitán.

 

DON PEDRO

60

¿Y es tu nombre?

 

SANTO

Rosambuco.

 

DON PEDRO

¿Adónde ibas?

 

SANTO

Soy corsario

del turco sultán Celín,

y el sol de su imperio, en fin,

aunque negro, temerario.

65

Nací en la adusta Etiopia,

cautiváronme pequeño

los turcos, y en este leño

anduve de años gran copia,

que es mi valor de manera

70

que, tras que me libertó,

el gran señor me entregó,

con otras, esta galera,

donde con aquesas manos,

temidas como divinas,

75

las mazmorras constantinas

he llenado de cristianos.

Y, en fin, desde el mameluco

hasta el alemán remoto,

sabe los vasos que ha roto

80

el brazo de Rosambuco.

Echaron las olas fieras,

tras la borrasca y porfía,

ayer de mi compañía

otras tres fuertes galeras.

85

Acometistes con dos

esta, y alegrarme quiero,

ilustre Portocarrero,

pues me habéis vencido vos,

que ya que el cielo contrasta

90

mi turquesado estandarte,

gloria es que le rinda un Marte

que es honra de España.

 

DON PEDRO

Basta.

Ten ánimo, fuerte negro,

que yo te daré un señor

95

de ilustre sangre y valor.

 

SANTO

Con ser tu esclavo me alegro.

 

DON PEDRO

¡Alto, a Sicilia!

 

SOLDADOS

¡Qué extraña

fue nuestra dicha!

 

SANTO

¡Y qué poca

fue la mía!

 

DON PEDRO

El pito toca.

 

TODOS

100

¡Iza, boga, España, España!

Tocan el pito y vanse. Sale LAURA, dama, y LUCRECIA, su negra, tapadas, y síguelas el CAPITÁN MOLINA.

 

NEGRA

Sensucliso cagayera,

desano vosamesé,

no queremo que sabé

lo que somo bata fuera.

 

MOLINA

105

Por Dios, que de vos me espanto,

negra, de ver que os cubráis,

que con taparos, tapáis

un manto con otro manto.

A vos, que sois la señora,

110

si acaso no os doy enojo;

a vos, que con solo un ojo

cegastes los míos ahora;

a vos, que me deis suplico

un poco de aquese cielo.

115

Quitad de esta parte el velo,

por cubrir tal pieza, rico.

 

LAURA

Que sois pesado os prometo;

no ha un galán de demandar

más de lo que quiera dar

120

la dama.

 

NEGRA

No ensá discreto.

 

MOLINA

Si vos tan poco me dais,

que con lo que veo me siento

más rendido y más hambriento;

si apenas me sustentáis

125

habiendo tiempo oportuno

para que contento cobre,

no queráis, ya que soy pobre,

que pida como importuno.

¡Vive Dios, dama divina,

130

sol que da luz a Palermo,

que estoy ya mortal enfermo,

y mi muerte está vecina,

después que la luz ingrata

de ese ojo al áspid imita,

135

y que el bello resucita

al alma misma que mata!

¿Quién a la marina fresca

de Palermo hoy os sacó

para que muriese yo

140

y en el fuego el alma perezca?

¿Cómo yo os tengo por dueño

y no os obliga mi llanto

teniendo del cielo tanto

en un ojo tan pequeño?

145

A vos, señora, me acojo.

Mi bien, malo de ojo estoy.

 

NEGRA

Pues como samo lindo hoy

en samo malo de ojo.

 

MOLINA

¿Que no os queréis descubrir?

 

LAURA

150

No, porque si os deja loco

el haber visto tan poco,

y os hace de amor morir,

si descubro más, ¿quién duda

que os caeréis al punto muerto?

 

MOLINA

155

Antes con ese concierto

haréis que mi vida acuda,

pues si hacéis que no me impida

el veros de aquesta suerte,

cuando ese ojo me dé muerte,

160

esotro me dará vida.

 

LAURA

¡Qué lisonjero venís!

 

MOLINA

No es lisonja, que amor es.

 

LAURA

Debéis de ser portugués,

pues tan pronto os derretís.

 

MOLINA

165

Si tal fuego tengo al lado,

¿qué mucho?

 

LAURA

Mi fe os prometo,

que vuestro grato discreto

a quereros me ha inclinado.

Y que a no ser imposible

170

el atropellar mi honor,

quizá del tirano amor

siguiera el yugo terrible.

No quiero quitar el manto,

porque vuestro amor no crezca,

175

pues hago que así carezca

de pena un alma algún tanto.

Que cuando visto me hayáis

y os parezca muy hermosa,

es muy imposible cosa

180

gozar lo que deseáis.

Soy casada y tengo un dueño,

a cuyo respeto y fe

la libertad entregué,

aunque afición os enseño.

185

Y así, por más razón hallo

que el taparme es importante,

que pues no ha de ir adelante

el amor, quiero atajallo.

Idos con Dios.

 

MOLINA

Mis zozobras

190

con ese donaire labras.

Si enamoran tus palabras,

señora, ¿qué harán las obras?

Aquesa afición estimo

por el bien más verdadero,

195

no pretendo ser grosero

y a despedirme me animo.

Mas si alguna compañía

hoy en aquesta ribera

habéis de tener, quisiera

200

que admitiérades la mía.

No os destapéis, basta así,

pues mi desdicha concierta

que me deis muerte cubierta.

 

NEGRA

Dimoni, bata daquí.

205

¡Ay, ay, siñola, siñola,

mi siñol en la malina.

[Mirando hacia dentro.]

con el Vinley! ¡Ay, mezquina,

minsior fora hanllarte sola!

Él ti mata.

 

LAURA

¡Calla, perra,

210

y procúrate tapar!

 

MOLINA

Más vale disimular.

 

LAURA

¡Qué presto teme el que yerra!

 

MOLINA

Mudad de plática y habla,

que aunque seáis su mujer,

215

no os tiene de conocer

tapada.

 

NEGRA

¡Va con la diabla!

 

LAURA

Es el alguacil mayor,

y sabe mucho. ¡Ay de mí!

Salen el CONDE ALBADELISTE, virrey, y LESBIO, alguacil mayor, y acompañamiento.

 

VIRREY

Después que a Palermo vi,

220

no gocé día mejor.

¡Qué alegre está la marina!

Contento es, por cierto, vella.

 

LESBIO

Esta es la playa más bella

que el mar de Italia termina.

 

VIRREY

225

Cuando estuve en Barcelona,

por extremo me agradó

la suya.

 

LESBIO

Ya la vi yo.

Vuestra Excelencia la abona

con razón, que es extremada.

Llega a ellos.

230

¿Qué es aquesto? ¿En la presencia