Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
El Santo Negro Rosambuco de la ciudad de Palermo es una comedia teatral sacra del autor Lope de Vega. En la línea de los textos teatrales cristianos del Siglo de Oro Español, concatena escenas en torno a la vida de un pirata siciliano, pendenciero y agresivo, que descubre la fe y llega a alcanzar la santidad.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 78
Veröffentlichungsjahr: 2020
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Lope de Vega
Saga
El Santo Negro Rosambuco de la ciudad de PalermoCopyright © 1998, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616859
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Dicen de dentro: “¡Arma, arma!”, y salga a un altillo, como en la popa de una galera, el SANTO NEGRO, armado, vestido de turco, y dice:
SANTO
¡Ea, turcos, valerosos,
de las hazañas crisoles,
mueran esos españoles,
del mundo los más famosos!,
5
que este alfanje y brazo fuerte,
en tan furiosos ensayos,
es cielo que arroja rayos,
furor, rabia, pena y muerte.
Éntrese de lo alto, metiendo mano a su alfanje; toquen dentro alarma con ruido de armas y batalla, y disparando arcabuces, y dicen:
DON PEDRO
¿Por qué resistes la gloria
10
que a España está concedida?
Dentro:
[VOCES]
Rendíos, canalla vencida!
TODOS
¡Victoria, España, victoria!
Vuélvese a poner el SANTO en el altillo, el alfanje desnudo.
SANTO
¡Ah, vil y ciega fortuna,
qué poco estuviste queda!
15
Subísteme en tu vil rueda
del círculo de la luna,
y ya me vences y ultrajas
con esta victoria esquiva.
¿Por qué me subiste arriba,
20
pues que tan presto me abajas?
¡Ondas de este mar profundo,
pues veis estos desconciertos,
recibid entre los muertos
a un vivo que asombró al mundo!
25
¡Ah, Rosambuco infeliz,
por tu desdicha otomano,
hoy al infame cristiano
sujetarás la cerviz!
Pero si mi triste suerte
30
tiene de estar oprimida,
quitarme quiero la vida.
¡Mar salado, dame muerte!
Haga que se arroja al mar, y salga de otro altillo un niño y téngale el brazo que no se eche, y diga:
NIÑO
Rosambuco, espera, aguarda.
SANTO
Niño discreto, ¿quién eres?
NIÑO
35
Yo soy... No te desesperes,
que Dios del cielo te guarda
para que asombres al mundo.
SANTO
¿Quién eres? ¿Adónde vas?
NIÑO
Adiós. No me preguntes más.
Vase.
SANTO
40
Perdóname, mar profundo,
que a tus olas no consagro
la vida; morir recelo,
pues que me lo manda el cielo
con tan insigne milagro.
45
Un nuevo sosiego baña
el alma, pecho y memoria.
Vase. Dentro:
[VOCES]
¡Victoria, amigos!
Salen DON PEDRO Portocarrero y SOLDADOS, las espadas desnudas, y sale el SANTO por otra parte con el alfanje desnudo.
DON PEDRO
¡Victoria
por Sicilia y por España!
Date a prisión, turco fiero.
SANTO
50
Espera, las armas ten.
DON PEDRO
Pues rinde el alfanje.
SANTO
¿A quién?
SOLDADO
Al fuerte Portocarrero,
honra de España y asombro
del sarraceno enemigo.
SANTO
55
Que he sido dichoso, digo,
tu esclavo desde hoy me nombro;
ya no me espanta el trabuco
de la fortuna y su afán.
DON PEDRO
¿Quién eres?
SANTO
El capitán.
DON PEDRO
60
¿Y es tu nombre?
SANTO
Rosambuco.
DON PEDRO
¿Adónde ibas?
SANTO
Soy corsario
del turco sultán Celín,
y el sol de su imperio, en fin,
aunque negro, temerario.
65
Nací en la adusta Etiopia,
cautiváronme pequeño
los turcos, y en este leño
anduve de años gran copia,
que es mi valor de manera
70
que, tras que me libertó,
el gran señor me entregó,
con otras, esta galera,
donde con aquesas manos,
temidas como divinas,
75
las mazmorras constantinas
he llenado de cristianos.
Y, en fin, desde el mameluco
hasta el alemán remoto,
sabe los vasos que ha roto
80
el brazo de Rosambuco.
Echaron las olas fieras,
tras la borrasca y porfía,
ayer de mi compañía
otras tres fuertes galeras.
85
Acometistes con dos
esta, y alegrarme quiero,
ilustre Portocarrero,
pues me habéis vencido vos,
que ya que el cielo contrasta
90
mi turquesado estandarte,
gloria es que le rinda un Marte
que es honra de España.
DON PEDRO
Basta.
Ten ánimo, fuerte negro,
que yo te daré un señor
95
de ilustre sangre y valor.
SANTO
Con ser tu esclavo me alegro.
DON PEDRO
¡Alto, a Sicilia!
SOLDADOS
¡Qué extraña
fue nuestra dicha!
SANTO
¡Y qué poca
fue la mía!
DON PEDRO
El pito toca.
TODOS
100
¡Iza, boga, España, España!
Tocan el pito y vanse. Sale LAURA, dama, y LUCRECIA, su negra, tapadas, y síguelas el CAPITÁN MOLINA.
NEGRA
Sensucliso cagayera,
desano vosamesé,
no queremo que sabé
lo que somo bata fuera.
MOLINA
105
Por Dios, que de vos me espanto,
negra, de ver que os cubráis,
que con taparos, tapáis
un manto con otro manto.
A vos, que sois la señora,
110
si acaso no os doy enojo;
a vos, que con solo un ojo
cegastes los míos ahora;
a vos, que me deis suplico
un poco de aquese cielo.
115
Quitad de esta parte el velo,
por cubrir tal pieza, rico.
LAURA
Que sois pesado os prometo;
no ha un galán de demandar
más de lo que quiera dar
120
la dama.
NEGRA
No ensá discreto.
MOLINA
Si vos tan poco me dais,
que con lo que veo me siento
más rendido y más hambriento;
si apenas me sustentáis
125
habiendo tiempo oportuno
para que contento cobre,
no queráis, ya que soy pobre,
que pida como importuno.
¡Vive Dios, dama divina,
130
sol que da luz a Palermo,
que estoy ya mortal enfermo,
y mi muerte está vecina,
después que la luz ingrata
de ese ojo al áspid imita,
135
y que el bello resucita
al alma misma que mata!
¿Quién a la marina fresca
de Palermo hoy os sacó
para que muriese yo
140
y en el fuego el alma perezca?
¿Cómo yo os tengo por dueño
y no os obliga mi llanto
teniendo del cielo tanto
en un ojo tan pequeño?
145
A vos, señora, me acojo.
Mi bien, malo de ojo estoy.
NEGRA
Pues como samo lindo hoy
en samo malo de ojo.
MOLINA
¿Que no os queréis descubrir?
LAURA
150
No, porque si os deja loco
el haber visto tan poco,
y os hace de amor morir,
si descubro más, ¿quién duda
que os caeréis al punto muerto?
MOLINA
155
Antes con ese concierto
haréis que mi vida acuda,
pues si hacéis que no me impida
el veros de aquesta suerte,
cuando ese ojo me dé muerte,
160
esotro me dará vida.
LAURA
¡Qué lisonjero venís!
MOLINA
No es lisonja, que amor es.
LAURA
Debéis de ser portugués,
pues tan pronto os derretís.
MOLINA
165
Si tal fuego tengo al lado,
¿qué mucho?
LAURA
Mi fe os prometo,
que vuestro grato discreto
a quereros me ha inclinado.
Y que a no ser imposible
170
el atropellar mi honor,
quizá del tirano amor
siguiera el yugo terrible.
No quiero quitar el manto,
porque vuestro amor no crezca,
175
pues hago que así carezca
de pena un alma algún tanto.
Que cuando visto me hayáis
y os parezca muy hermosa,
es muy imposible cosa
180
gozar lo que deseáis.
Soy casada y tengo un dueño,
a cuyo respeto y fe
la libertad entregué,
aunque afición os enseño.
185
Y así, por más razón hallo
que el taparme es importante,
que pues no ha de ir adelante
el amor, quiero atajallo.
Idos con Dios.
MOLINA
Mis zozobras
190
con ese donaire labras.
Si enamoran tus palabras,
señora, ¿qué harán las obras?
Aquesa afición estimo
por el bien más verdadero,
195
no pretendo ser grosero
y a despedirme me animo.
Mas si alguna compañía
hoy en aquesta ribera
habéis de tener, quisiera
200
que admitiérades la mía.
No os destapéis, basta así,
pues mi desdicha concierta
que me deis muerte cubierta.
NEGRA
Dimoni, bata daquí.
205
¡Ay, ay, siñola, siñola,
mi siñol en la malina.
[Mirando hacia dentro.]
con el Vinley! ¡Ay, mezquina,
minsior fora hanllarte sola!
Él ti mata.
LAURA
¡Calla, perra,
210
y procúrate tapar!
MOLINA
Más vale disimular.
LAURA
¡Qué presto teme el que yerra!
MOLINA
Mudad de plática y habla,
que aunque seáis su mujer,
215
no os tiene de conocer
tapada.
NEGRA
¡Va con la diabla!
LAURA
Es el alguacil mayor,
y sabe mucho. ¡Ay de mí!
Salen el CONDE ALBADELISTE, virrey, y LESBIO, alguacil mayor, y acompañamiento.
VIRREY
Después que a Palermo vi,
220
no gocé día mejor.
¡Qué alegre está la marina!
Contento es, por cierto, vella.
LESBIO
Esta es la playa más bella
que el mar de Italia termina.
VIRREY
225
Cuando estuve en Barcelona,
por extremo me agradó
la suya.
LESBIO
Ya la vi yo.
Vuestra Excelencia la abona
con razón, que es extremada.
Llega a ellos.
230
¿Qué es aquesto? ¿En la presencia