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La Corona de Hungría y La Injusta Venganza es una de las veinte comedias teatrales ambientadas en Hungría por parte del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias palatinas del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso a causa de celos que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo.-
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Lope de Vega
Saga
La Corona de Hungría y La Injusta VenganzaCopyright © 1916, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617535
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
(REY DE HUNGRÍA y LISENO.)
REY
Celoso a la guerra voy;
no puedo decirte más.
LISENO
Sin causa celoso estás.
REY
Causa tengo, pues lo estoy.
LISENO
5
Yo lo que merece doy
a Leonor, tu ilustre esposa,
santa, honesta y virtuosa
sobre cuantas han honrado
el matrimonio.
REY
Yo he dado
10
en esta opinión celosa,
parte, por darme ocasión
el conde Arnaldo, que nombra
mi amor fuego, mi honor sombra,
parte, por mi condición.
LISENO
15
Condiciones hay que son
celosas, naturalmente,
y estas el hombre prudente
las ha de vencer sin dar
al pensamiento lugar
20
para cualquiera accidente.
Un celoso que repara
en sombras de su cuidado
es un arcabuz cargado
que a sí mismo se dispara.
25
Virtud tan suprema y rara
como en la Reina se ve,
¿no merece que le dé
tu opinión debido honor?
Mira, señor, que el amor
30
la funda el alma en la fe.
REY
En Bohemia la servía
el Conde para casarse,
con que puede disculparse
si algún amor la tenía.
35
Concertóse con Hungría
el casamiento, y aquí
le truje, que no entendí
que en tal altas pretensiones
pasaban las ocasiones
40
a atreverse contra mí.
Vino el Conde acompañando
a Leonor; pues ¿a qué efeto?
Si el Conde fuera discreto,
fuérase a Flandes, dejando
45
la pretensión, que en casando
Leonor con otro ¿qué acción
le queda a la pretensión
que otro más dichoso alcanza?
¿Cómo le queda esperanza
50
después de mi posesión?
¿Qué hace aquí? ¿Qué quiere aquí?
Más ha de diez meses ya
que el Conde en la Corte está
y que mis celos vencí.
55
Mira si hay prudencia en mí,
pues hasta llegar mi ausencia
no me ha faltado prudencia.
LISENO
El Conde vive excusado
con la ocasión que le has dado.
REY
60
¿Es ocasión mi paciencia?
LISENO
No, sino tanta amistad,
tanta privanza y favor,
que esto le tiene, señor,
cautiva la voluntad.
65
Por dicha, en esta ciudad
asiste de los cabellos;
yo pienso que eres de aquellos
contra sí mismos testigos,
que quieren bien con sus amigos
70
y andan muy celosos de ellos.
Pienso que el mostrarle amor
es causa de esta asistencia,
y, para temer ausencia,
hay otra causa, señor,
75
de más verdad y valor,
que es estar para parir
la Reina, que ha de sentir,
de suerte, pena tan grave,
que puede ser que la acabe.
REY
80
Albricias puedes pedir.
LISENO
No digas tal, que es crueldad.
REY
Estoy furioso, Liseno.
Amo, y amando condeno
la luz de mi voluntad.
LISENO
85
No llega a la majestad
jamás tan vil pensamiento.
REY
Yo te he dicho lo que siento
y lo que siempre he callado
LISENO
En lo que está remediado,
90
¿ de qué sirve el sentimiento?
(REY, LISENO, REINA y FLORA, dama.)
LEONOR
¿Qué nueva es esta, señor,
que así os obliga a quitarme
la vida con tal rigor?
REY
(Honor, ¿podré disculparme?
95
¿O podré culparme, amor?)
Por estar vos en los días
del parto, no me he partido
a castigar prendas mías.
Ya mi hermano ha remitido
100
a las armas sus porfías;
ya los pleitos por sucesos
de mejores esperanzas
y de su soberbia excesos,
truecan las plumas en lanzas
105
y en banderas los procesos.
Ya no quiere que se pruebe
la verdad.
LEONOR
Pues ¿qué le mueve,
señor, a acción tan cruel?
REY
Que la guerra de papel
110
le parece menos breve.
Tiene ya por más blasones
las hojas en las espadas
que no en las informaciones.
LEONOR
¿Y a cosas tan mal pensadas
115
da mi esposo ejecuciones?
REY
Él viene por general;
él se promete, él se fía
el suceso a empresa igual
y a la corona de Hungría,
120
Leonor, su timbre real.
Pienso que el ir en persona
será forzoso.
LEONOR
Señor,
pretender vuestra corona
el de Polonia es valor
125
que sus agravios perdona.
Venga, y no le castiguéis
por vuestra mano, ni es justo
que tanta pena me deis.
REY
No os quiero yo dar disgusto;
130
la causa vos la sabéis.—
(¡Ay, Liseno! Que mi amor
por una parte de me quita
celos, sospecha y temor,
y por otra solicita
135
mi injusto agravio el honor.)
LISENO
(¿De un ángel se ha de temer,
cuyas virtudes han dado
ejemplo al mundo?)
REY
(Es mujer.)
LISENO
(No es mujer quien ha heredado
140
sangre de tan alto ser.)
LEONOR
(¡Ay, Dios, Flora, qué hablarán!
Sin duda que el Rey se parte
y los dos hablando están
de mi dolor.)
FLORA
(Es un Marte
145
tan bravo como galán.)
LEONOR
(Amor nunca fue valiente
para ausentarse.)
FLORA
(Esta injuria
del Rey de Polonia siente.)
LEONOR
(Contra mí vuelve la furia,
150
pues quiere matarme ausente.)
LISENO
(Celos arguyen bajeza
en tu valor.)
REY
(El honor
es de tal naturaleza,
que iguala con un rigor
155
la bajeza y la grandeza.
Amor, en sujeto humano,
gobierna con una ley
lo humilde y lo soberano,
que también enferma un rey
160
de lo mismo que un villano.)
LEONOR
Si estáis tratando, señor
de la partida a la guerra,
no me encubráis su rigor,
que, si amor mi pecho encierra,
165
también encierra valor.
Hablad delante de mí;
sepa yo si he de perderos.
REY
(¿Oyes esto?)
LISENO
(Señor, sí.)
LEONOR
Si tan presto no he de veros,
170
merezca veros aquí.
REY
(¿Ves, Liseno, cómo aguarda
mi partida y la desea?
Ya le parece que tarda.)
LEONOR
Permitid, mi bien, que vea
175
vuestra presencia gallarda;
basten tantos desconsuelos
como me quedan.
REY
(¡Ay, cielos!
¿Quién dirá que no es amor?)
LISENO
(El cielo ofendes, señor,
180
teniendo de un ángel celos.
¡Mira que te hacen creer
con equívocos sentidos
cosas que no pueden ser!)
REY
(No sujetes tus oídos
185
a palabras de mujer,
ni los rindas de esa suerte,
mira que las puertas son
por donde con lazo fuerte
entra al alma la traición
190
y a nuestra vida la muerte.
Ella muere de deseo
de verme ya de partida.)
LISENO
(¡Eso dices!)
REY
(Esto creo.)
LEONOR
Durará mi corta vida
195
el breve tiempo que os veo.
¡Tal desamor! ¡Tal desdén!…
LISENO
(Perdóname, que es locura,
señor, tu rigor.)
REY
¿A quién
no detendrá tu hermosura,
200
mi Leonor, mi luz, mi bien?
Ya, por no daros enojos,
digo que vaya, mis ojos,
otro general por mi.
LEONOR
Ya de dos almas ansí
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cumplido habéis los antojos.
Ya no seréis su homicida
de alguna a quien distes vida.
REY
¿Quién os parece, señora,
que vaya por mí, si agora
210
dejo por vos la partida?
¿Quién puede el bastón llevar
de quien satisfecho quede
que le sabrá gobernar?
LEONOR
¿Quién mejor que Arnaldo puede
215
ocupar vuestro lugar?
Es gallardo, caballero,
y a quien vos tenéis amor.
REY
(Nombrarme al Conde el primero,
¿qué satisfacción mayor
220
de mis sospechas espero?
¡Vive Dios, que lo temí!)
LISENO
(Y yo temo ya de ti
algún grande error.)
REY
(Pues ¿quién
que no le quisiera bien
225
pudiera alabarle ansí?)
LISENO
(Quien tiene tanto valor
y segura confianza
de su divina Leonor.)
REY
(No sabes que es la alabanza
230
primera señal de amor?
Si al Conde no le tuviera,
no le antepusiera a todos.)
LISENO
(Antes, si bien le quisiera,
estorbara de mil modos
235
que el Conde a la guerra fuera.)
REY
En fin, ¿el Conde es galán
para esta empresa, Leonor?
LEONOR
De los que en la Corte están
no podrás hallar, señor,
240
más gallardo capitán.
Bien sabes la bizarría
que en las justas y torneos
mostró en Polonia aquel día
que merecí tus deseos
245
y que dejé de ser mía.
REY
En fin, le daré el bastón.
LEONOR
Tengo dél satisfacción.
REY
Vamos, Liseno, que quiero
hablar en esto primero
250
con el Consejo.
LISENO
Es razón.
REY
(¡Qué aguardo mayor testigo!)
LISENO
(¡Eso dices!)
REY
(¡Muerto soy!)
(Vanse.)
LEONOR
Tu piedad, cielo, bendigo,
pues ya sin el Conde estoy,
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fiero y mortal enemigo,
porque dudo que en el suelo