Los primeros mártires de Japón - Lope de Vega - E-Book

Los primeros mártires de Japón E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

Los primeros mártires de Japón es una obra de teatro político de Lope de Vega. Articulada en forma de drama político, se desarrolla en torno a la conversión al cristianismo y a las intrigas palaciegas de la corte del Shogún.-

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Lope de Vega

Los primeros mártires de Japón

 

Saga

Los primeros mártires de JapónCopyright © 1965, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726618587

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAJES

TAYCO SOMA. EMPERADOR. REY DE BOMURA. ALCAIDE. REY DE AMANQUI. REY DE SIGUÉN. UN INDIO. UN SOLDADO. MANGAZIL. TOMÁS, niño.QUILDORA. GUALE. NEREA. REY DE SINGO. UN FRAILE AGUSTINO. UN FRAILE DOMINICO. UN FRAILE FRANCISCANO.

Jornada I

Tocan cajas; sacan cuatro indios al EMPERADOR Jisonén en hombros, pónenle en un trono; delante de él salen cuatro reyes con sus coronas.

 

BOMURA Emperador invicto del Poniente,

donde el sol soberano,

por coronar tu frente,

de nueva luz se ostenta más ufano:

setenta y cuatro reyes 5

a sujetarse vienen a tus leyes,

y en este campo ameno,

de variedad y de hermosura lleno,

como en este hemisferio

es costumbre heredada del Imperio, 10

para dar la obediencia,

estamos esperando tu presencia.

SINGO Goces por tantos siglos el gobierno,

que pases de mortal a ser eterno,

y por edades tantas 15

te sirvan de tapetes a tus plantas

tantas coronas bellas,

porque corones más que el sol estrellas;

cuando el honor de tu poder avises,

en carro de metal dichoso pises. 20

AMANQUI Y a pesar del olvido,

vivas, cuanto adorado, obedecido.

 

(Pónenle los tres reyes las coronas a los pies en el trono, yel REY DE SIGUÉN se queda a un lado del tablado, sin llegar.)

 

EMPERADOR Rey de Siguén, ¿no llegas?

¿Cómo tú solo me obediencia niegas,

y tu corona en mi presencia tienes 25

sin rendilla a mis plantas con tus sienes?

SIGUÉN Yo, Emperador, no me llego

porque no es bien que me humille

a quien con tirano imperio

el Japón hermoso rige. 30

Yo no vine a obedecerte,

aunque a aqueste tiempo vine;

que los vasallos leales,

a sólo su Rey se rinden.

Tayco Soma, que dichoso 35

en etérea mansión vive,

y al lado del sol eterno,

términos al cielo mide,

al tiempo que lo divino

de lo mortal se despide, 40

y su espíritu glorioso

al ajeno cuerpo asiste,

a Tayco, su hermoso hijo,

joven a quien toca libre

el cetro que agora ocupas 45

y la corona que ciñes,

siendo Rey, como nosotros,

te encargó, para que firme

estuviese en este Imperio,

a tus consejos humilde. 50

Tú, pues, que soberbio siempre,

de sola ambición te vistes,

notando que de seis años

era estorbarlo imposible,

le envías a aquesta torre, 55

que trepando altiva y libre

por las regiones del aire,

con las estrellas compite.

De su libertad tirano,

inocente le pusiste 60

donde con guardas le ocupas

y con prisiones le oprimes;

y en vez de dalle obediencia

como a Emperador insigne,

y verle tratar sin gente 65

que tu miedo le permite,

como a un bárbaro le tienes

solo, sin que comunique

igual a su nacimiento

las grandezas de su origen. 70

Quince años ha que es guardado,

y en este tiempo pudiste

atraerte a tu obediencia

tantos reyes invencibles.

Pero yo, aunque más triunfante 75

en este lugar te mire,

y más que en el campo flores,

corona de reyes pises,

la que mi cabeza adorna

jamás la verás rendirse 80

sino a legítimo dueño

de tantas islas felices.

Vuestro Rey es Tayco Soma;

y aunque como muerto vive,

no permitáis que un tirano 85

vuestro Emperador os quite;

dadles todos libertad,

y si queréis verle libre,

la torre de Usaca está:

seguidme todos, seguidme. 90

 

(Vase, y levántase el EMPERADOR en el trono.)

 

EMPERADOR Espera, cobarde, espera;

que aunque la carrera limites

del sol, con mayor aliento

podrá mi furor seguirte;

industria, no tiranía, 95

estas glorias me permite,

y ninguno, por reinar,

nombre de traidor recibe.

¿Qué importa heredado imperio?

Heredado, honor, ¿qué sirve? 100

Quien por sí no lo merece,

de ajenas plumas se viste.

Y porque de mi poder

hoy el rigor abomines,

espera para tu muerte 105

que al arco la cuerda vibre.

Conocerás si es forzoso

que me adores y me envidies,

que me temas y obedezcas,

que me respetes y estimes. 110

(Pone la flecha en el arco, y pónense delante.)

SINGO Espérate, Tayco Soma:

ni le, apuntes ni le tires;

que no es bien que de su sangre

tantos reyes participen.

SIGUÉN Cuando mandaste llamarnos, 115

salvoconducto nos diste

de que volveremos todos

a ver nuestros reinos libres;

y si tu palabra falta,

faltaremos a servirte, 120

padeciendo aqueste Imperio

infames guerras civiles.

EMPERADOR ¿Quién puede al Rey de Siguén

haber dicho que me prive

de esta gloria que merezco, 125

atropellando imposibles?

¿Quién contra mí le aconseja?

BOMURA Yo podré mejor decirte

la causa, porque la sé;

yo fui cristiano.

EMPERADOR Prosigue. 130

BOMURA Por conocer nuevos dioses

dejé la ley que ellos siguen,

y así sé de los cristianos

los intentos y los fines.

Estos, al Rey de Siguén 135

y a todos los otros dicen

que eres tirano soberbio,

y que injustamente asistes

por señor de aqueste Imperio;

que del trono te derriben, 140

pues no puedes poseerle

mientras Tayco Soma vive.

Son, señor, estos cristianos,

en su condición, terribles,

soberbios, locos y altivos, 145

y que, fingiéndose humildes,

solicitan tus vasallos

con apariencias visibles,

hasta que dejan su ley

y la de Cristo reciben. 150

Las provincias del Japón

tienen hasta sus confines

pobladas de sacerdotes,

que sus doctrinas prediquen.

Destiérralos de tu Imperio, 155

verás qué seguro vives

de traiciones y de engaños

por muchos siglos felices.

EMPERADOR ¡Que el poder de mis manos

ignoren estos bárbaros cristianos, 160

y con bárbaro intento

iguale a mi poder su atrevimiento!

¡Que no teman mi furia!

mas con su sangre lavaré mi injuria;

y, ¡vive el sol!, de quien el ser recibo, 165

que no me ha de quedar cristiano vivo:

búsquense todos luego;

que los he de acabar a sangre y fuego.

Y tú, Rey de Bomura,

para que mi corona esté segura, 170

el cargo al punto toma,

oprime su cerviz, su cuello doma;

al español destierra,

no me quede ninguno en esta tierra;

y porque así sosieguen mis intentos, 175

para aquel que quedare

busca nuevos rigores y tormentos.

BOMURA Por tu valor te juro

que ninguno de mí viva seguro,

y corriendo tu Imperio, 180

no ha de quedar en todo su hemisferio

sacerdote español que no persiga;

y todos los lapones bautizados

serán atormentados

con cuchillo, con arcos y con fuego, 185

si, como yo, no renegaren luego;

veré si así me dejan:

inútilmente a un bárbaro aconsejan.

¡Que un sacerdote, un español, me impida

gozar mi misma vida, 190

estorbando mi amor, ¡qué desvarío!

Siendo mujer del que es vasallo mío;

mas yo me vengaré con estas manos,

bebiendo infame sangre de cristianos.

EMPERADOR Algo confuso quedo. 195

SINGO De esa inútil pasión desecha el miedo.

Con juegos diferentes

desmiente la tristeza

que en el pecho consientes.

EMPERADOR Volaré de este campo algunas aves 200

de las muchas que en él con alto vuelo

remontadas se atreven hasta el cielo,

el viento matizando de colores

más oque al campo el abril le ha dado flores;

y en cristalina esfera 205

trasladada se ve la primavera,

pues confusos parecen

cuando a la vista admiración ofrecen,

que producen ufanos,

con variedades sumas, 210

el viento flores cuando el campo plumas.

¿Qué torre es ésta?

SINGO La que a Tayco oculta.

 

(Sale un ALCAIDE, indio viejo.)

 

EMPERADOR Mejor dirás que vivo le sepulta.

AMARQUE Aqueste el Alcaide es

que con secreto y cuidado 215

a Tayco Soma ha criado.

ALCAIDE Dame, gran señor, tus pies.

EMPERADOR Levanta, alcaide, del suelo.

ALCAIDE Cuando tal ventura toco,

desde aquestas plantas, poco 220

será levantarme al cielo.

¿Qué novedad te ha traído

esta torre, donde tienes

Tayco preso? ¿A qué Vienes?

EMPERADOR En la caza divertido, 225

aquestos campos pisé;

que no vine con cuidado

alguno, y pues he llegado

adonde nunca pensé,

decidme, ¿en qué se entretiene 230

en esta desierta casa,

Tayco? ¿En qué la vida pasa?

¿Qué talle o presencia tiene?

¿Es robusto o es hermoso?

¿Es apacible o es fiero? 235

Porque yo le considero

ya cobarde, ya animoso,

ya muy humilde, ya altivo.

De bélica inclinación

y con varia condición, 240

ya noble, ya vengativo.

¿Es inclinado a la guerra?

¿Tiene buen entendimiento?

ALCAIDE Señor, de tu pensamiento

esa confusión destierra; 245

que no hay causa en él bastante

para que en cuidado estés.

EMPERADOR ¿De qué manera?

ALCAIDE Porque es