Los recursos territoriales valencianos - AAVV - E-Book

Los recursos territoriales valencianos E-Book

AAVV

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Beschreibung

Esta publicación se fundamenta en el análisis de los componentes y actividades del sistema territorial de la provincia de Valencia, susceptibles de consolidarla e impulsarla socioeconómicamente, garantizando la calidad de vida de sus habitantes. Así pues, el trabajo efectuado revisa los factores que son genuinos, que dan carácter y que explican en primer lugar la realidad territorial presente y el modelo territorial al que aspiramos como colectivo. Se han tratado de abordar cuáles son los diferentes aspectos a considerar en el análisis de las potencialidades de desarrollo socioeconómico provincial y apuntar algunas de las posibles líneas a emprender para construir un territorio, que impulse y sustente las iniciativas locales de desarrollo, y definir las fases y actuaciones a tener en cuenta para el despliegue de actividades generadoras de crecimiento económico y empleo productivo.

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DIRECCIÓN TÉCNICA:Jorge Hermosilla Pla y Emilio Iranzo García. UV

AUTORES:José Antonio Aparisi CaudeliEmilio Barba CamposVanessa Campos i ClimentIrene Gil SauraTomás González CruzEsther Haro CarrascoJorge Hermosilla PlaEmilio Iranzo GarcíaIgnasi Lerma MonteroJordi Llopis MartínezJoan Carles Membrado TenaAlejandro Mollá DescalsÁngel Morales RubioAurora Pedro BuenoAgustín Rovira LaraJoan Ramon Sanchis Palacio

EDITA:Universitat de València

CARTOGRAFÍA:Ghaleb Fansa; José Vicente Aparicio Vayà;Sandra Mayordomo Maya y Antonio Britz Marrades

DISEÑO Y MAQUETACIÓN:José Vicente Aparicio Vayà; Ghaleb Fansa y Sandra Mayordomo Maya

ISBN: 978-84-370-9785-5

© de esta edición: Universitat de València, 2015© de los textos: los autores© de las imágenes: los autores y los propietarios

ÍNDICE

PRESENTACIÓN

CAPÍTULO 1. CLAVES DEL DESARROLLO TERRITORIAL. LA INNOVACIÓN, LAS REDES Y LOS RECURSOS PATRIMONIALES

Jorge Hermosilla Pla. Departament de Geografia. UVEG

Por qué la perspectiva territorial en el crecimiento económico y social

(I) Dinámicas de aprendizaje, el conocimiento y la innovación

(II) Las dinámicas de interacción en el territorio. Las redes

(III) Los recursos patrimoniales como base para el desarrollo

III.1. El capital natural: Los recursos naturales

III.2. El capital cultural

III.3. El capital humano: los recursos humanos

III.4. El capital social

III.5. El capital territorial

Conclusiones y reflexiones finales

Bibliografía

CAPÍTULO 2. DISEÑO METODOLÓGICO DEL PROYECTO SOBRE RECURSOS TERRITORIALES

Emilio Iranzo García. Departament de Geografia. UVEG

Justificación y objetivos

Método de trabajo

CAPÍTULO 3. EL MEDIO NATURAL VALENCIANO

Ángel Morales Rubio. Departament de Química Analítica. UVEGEmilio Barba Campos. Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva. UVEG

El medio natural: Indicadores a escala comarcal

Los grandes tipos de paisaje

Espacios protegidos

Ríos, ramblas y embalses

Masas forestales

La franja litoral

Bibliografía

CAPÍTULO 4. ESTRUCTURA Y DINÁMICA DEMOGRÁFICA, DEL MERCADO DE TRABAJO, NIVEL DE ESTUDIOS DE LA POBLACIÓN Y ASOCIACIONISMO

Ignasi Lerma Montero. Departament de Sociologia i Antropologia Social. UVEG

La población de la provincia de Valencia. Evolución y estructura

Estructura del mercado de trabajo

Nivel de estudios de la población valenciana

Relaciones sociales. Asociacionismo no mercantil

Bibliografía

CAPÍTULO 5. LA AGRICULTURA VALENCIANA. UN SECTOR TRADICIONAL CON EXPECTATIVAS DE FUTURO

Jorge Hermosilla Pla e Emilio Iranzo García. Departament de Geografia. UVEG

Introducción

Análisis del sector agrícola valenciano y sus recursos

Reflexiones finales. Un sector con luces y sombras

Bibliografía

CAPÍTULO 6. RECURSOS TERRITORIALES: LA INDUSTRIA EN LA PROVINCIA DE VALENCIA

Joan Carles Membrado Tena. Departament de Geografia. UVEG

Introducción

Localización industrial en la provincia de Valencia

El dualismo en la industria de la provincia de Valencia

Recursos territoriales y exportación industrial manufacturera

Conclusión

Bibliografía

CAPÍTULO 7. EL COMERCIO COMO UN RECURSO ECONÓMICO PARA EL DESARROLLO LOCAL, LA VERTEBRACIÓN TERRITORIAL Y LA CALIDAD DE VIDA DE LOS VALENCIANOS

Alejandro Mollá Descals, Agustín Rovira Lara e Irene Gil Saura.Departament de Comercialització i Investigació de Mercats. UVEG

Introducción

Las relaciones entre el comercio y el territorio

El sector comercial minorista valenciano en el contexto de la crisis económica

Comercio y territorio en la Comunidad Valenciana: las pautas de la localización de la oferta comercial

Conclusión. Tendéncias y propuestas

Bibliografía

CAPÍTULO 8. RECURSOS TURÍSTICOS DE LA PROVINCIA DE VALENCIA

Aurora Pedro Bueno. Departament d’Economia Aplicada. UVEG

Introducción

Análisis de los elementos del modelo turístico de la provincia de Valencia. El modelo FAS

Los factores: naturalia, humania, capitalia

Los atractores: naturales, man made, culturales

Los sistemas de soporte: hospitality, transporte, servicios complementarios

Los tres espacios turísticos: la ciudad de Valencia

Conclusiones

CAPÍTULO 9. RECURSOS ECONÓMICO-FINANCIEROS PÚBLICOS EN LA PROVINCIA DE VALENCIA

Tomás González Cruz. Departament d’Economia Aplicada. UVEGJordi Llopis Martínez. Técnico superior de Análisis y Planificación. UVEG

Visión global

Ingresos de los municipios de la provincia de Valencia. Estructura y evolución

Gastos de los municipios de la provincia de Valencia. Estructura y evolución

Comportamiento del déficit de los municipios de la provincia de Valencia

Evolución de la deuda viva de los municipios de la provincia de Valencia

Conclusiones

CAPÍTULO 10. EL PATRIMONIO CULTURAL VALENCIANO COMO RECURSO TERRITORIAL. DE LA CULTURA AL PATRIMONIO Y DEL PATRIMONIO AL DESARROLLO LOCAL

Emilio Iranzo García y Jorge Hermosilla Pla. Departament de Geografia. UVEG

Introducción

El patrimonio cultural como recurso

El patrimonio cultural valenciano: paisaje y patrimonio

Conclusiones

Bibliografía

CAPÍTULO 11. EL CAPITAL DOTACIONAL COMO RECURSO CLAVE DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA VALENCIANA

José Antonio Aparisi Caudeli. Departament de Comptabilitat. UVEG

La actividad logística como motor del desarrollo del capital dotacional

Los puertos comerciales como plataformas logísticas responsables de la configuración territorial del sistema de infraestructuras

La red de carreteras como infraestructura clave en el proceso de vertebración del territorio

El ferrocarril y el transporte marítimo de corta distancia como medios para potenciar la vertebración territorial

Los aeropuertos como infraestructuras esenciales en el proceso de vertebración exterior del territorio

Los nodos logísticos intermodales como elementos generadores de la actividad económica en el territorio

Otras infraestructuras de movilidad como elementos adicionales para el desarrollo del capital dotacional

Tendencias y reflexiones finales

Bibliografía

CAPÍTULO 12. ANÁLISIS DEL COOPERATIVISMO VALENCIANO COMO RECURSO DE DESARROLLO TERRITORIAL

Vanessa Campos i Climent y Joan Ramon Sanchis Palacio. Departament de Direcció d’Empreses e Iudescoop. UVEGEsther Haro Carrasco. Investigadora en Economia Social del Iudescoop. UVEG

Introducción

Diagnóstico estratégico de las Cooperativas Valencianas

Acciones estratégicas y perspectivas futuras del Cooperativismo Valenciano

Conclusiones

Bibliografía

REFLEXIONES FINALES

Emilio Iranzo García y Jorge Hermosilla Pla. Departament de Geografia. UVEG

UNA PUBLICACIÓN SOBRE LOS RECURSOS TERRITORIALES VALENCIANOS

En los últimos tiempos la Universitat de València, mediante la labor del Vicerrectorado de Participación y Proyección Territorial, apuesta por desarrollar y consolidar sus misiones en el territorio, concretamente en su área de influencia más próxima, las comarcas valencianas. La investigación, la formación y la transferencia de conocimiento se desarrollan en el territorio, de forma estratégica.

Como consecuencia de esa labor académica, se han establecido colaboraciones con instituciones públicas relacionadas con el territorio y la escala local, y con ello, el diseño y el desarrollo de proyectos y estudios que se caractericen por su aplicabilidad y la participación de investigadores de la Universitat de València.

El desarrollo territorial es el objeto de esta publicación. El desarrollo territorial tiene su fundamento en los procesos de innovación locales, basados en el aprendizaje y el conocimiento; en las redes que reflejan dinámicas de interacción empresarial, económica, social, institucional…; y en los recursos patrimoniales, de diversa naturaleza. Son éstos precisamente el tema central del presente estudio. Para ello un equipo interdisciplinar de investigadores de la Universitat, formado por profesorado de economía, sociología, ecología, biología, química y geografía, reflexiona en torno a la disponibilidad de recursos en el territorio valenciano. Se abordan los recursos naturales, los culturales, los humanos, los sociales e institucionales, y los territoriales.

El estudio se ha servido de la creación de una base de datos que recoge las variables básicas y la configuración de un sistema de indicadores, así como del tratamiento cartográfico de esas variables geográficas. Ambas acciones han constituido un avance para el conocimiento de nuestro territorio.

Es evidente que el futuro nos depara nuevos retos, que requerirán de nuevos modelos y roles de las administraciones públicas. Unos roles en donde la colaboración, la implicación y el compromiso deben ser habituales y facilitadores de la configuración de territorios “inteligentes”, capaces de contribuir a mejorar la calidad de vida de la sociedad que los habita y el desarrollo personal de los ciudadanos.

Esteban Morcillo SánchezRector. Universitat de València

El Palmar

L’Horta de València

Sagunt

Embalse de Benagéber

CLAVES DEL DESARROLLO TERRITORIAL. LA INNOVACIÓN, LAS REDES Y LOS RECURSOS PATRIMONIALES

Jorge Hermosilla PlaDepartament de Geografia. UVEG

POR QUÉ LA PERSPECTIVA TERRITORIAL EN EL CRECIMIENTO ECONÓMICO Y SOCIAL

El estudio/proyecto elaborado trata la recuperación de la perspectiva espacial en el análisis de los procesos tanto económicos como sociales. Se hace patente que el TERRITORIO adquiere un rol importante cuando nos planteamos la formulación de estrategias de desarrollo local. Y ello porque en él (territorio) se combinan los elementos ambientales, socioculturales, organizativos, el grado de desarrollo de sus estructuras, y por supuesto, la propia localización. Todos ellos son componentes que influyen en las alternativas de progreso de las comunidades locales.

El concepto de territorio no es sencillo, tampoco estático. Siguiendo a Zapata (2007) el territorio debe ser entendido como una construcción social y concebido como un espacio más pertinente en cada período histórico, un ámbito de relaciones, un soporte para la innovación y un agente clave del crecimiento económico y social.

En los procesos de desarrollo territorial actúan tres factores que condicionan su devenir. Por una parte, la innovación, por otra, la creación de redes, y finalmente, el aprovechamiento racional de los recursos existentes. Unos procesos que permiten la creación de “territorios inteligentes”, es decir, aquellos capaces de contribuir a mejorar la calidad de vida de la sociedad que los habita y el desarrollo personal de los ciudadanos.

Habitualmente la innovación está relacionada con las nuevas pautas socioeconómicas y territoriales que están condicionadas por la incorporación de las nuevas tecnologías. Éstas han dado lugar a una creciente fragmentación e incluso exclusión territorial. Por ello, constituyen un factor de desequilibrios territoriales.

De la misma manera dan origen a la formación de redes muy complejas en el contexto de una economía cada vez más global (Castells, 1996). Unas redes que se convierten en la forma espacial dominante de vertebración del poder y que interactúa con el espacio concreto de los lugares.

En ese sentido, el territorio se constituye como receptor de los efectos de la globalización y de la misma manera como emisor de respuestas a sus retos (Brugué, Gomá y Subirats, 2002). Cuestión que permite diferenciar territorios competitivos de aquellos otros que han quedado “paralizados”, “apartados”. Los territorios compiten mediante sus ventajas y potencialidades (Porter, 1991). En ese escenario los recursos adquieren especial significación, dado que todo proceso de desarrollo requiere la utilización imaginativa, racional, equilibrada y dinámica de la totalidad de los recursos (bienes) patrimoniales, sean monetarios, humanos, naturales, sociales, culturales y territoriales (Ortega, 2004).

Innovación, redes y recursos permiten la configuración de un desarrollo territorial integrado. Ése es capaz de hacer compatible la competitividad económica, el bienestar social, la sostenibilidad ambiental y la disminución de los desequilibrios territoriales. Es decir, se aúnan el desarrollo económico, el desarrollo social, el sostenible, y la cohesión territorial.

En definitiva, la naturaleza del desarrollo territorial es compleja, con lo cual si pretendemos emprenderlo resulta necesario el fomento de procesos de aprendizaje colectivo capaces de generar actitudes innovadoras, la configuración de redes socioinstitucionales que permitan llevar a cabo proyectos de interés común, y la preocupación por el uso de los propios recursos que faciliten su puesta en valor.

La oportunidad del análisis integrado

Cuando se pretende abordar una eficaz labor de movilización de la economía local, es necesario atender un requisito imprescindible, el conocimiento del territorio. Una condición que no siempre se cumple. Nos referimos a la identificación de las cualidades del espacio geográfico y de sus posibilidades, mediante un análisis integrado territorial, que permite (Zapata, 2007):

-La diferenciación de unidades territoriales operativas. Espacios funcionales que guardan una coherencia de desarrollo.

-La determinación de los problemas y las posibilidades de desarrollo, con el fin de caracterizar las bases de la estrategia local.

-La identificación, el análisis y la caracterización de los recursos endógenos, con el objetivo de favorecer el estímulo del potencial endógeno.

-El reconocimiento de la estructura y de la organización existente en el marco local.

Si se persigue el conocimiento del territorio, es muy recomendable la confección de un “atlas del territorio”, con delimitaciones precisas y diversas escalas espaciales para abordar el desarrollo local (comarca, municipio, distrito, entidad de población menor, barrio, etc.). Dicho atlas debería seguir un esquema metodológico capaz de estructurar el análisis y el diagnóstico singularizado de unidades de trabajo, definidas por los siguientes elementos:

-denominación y topónimo;

-localización y accesibilidad;

-origen y evolución de la funcionalidad;

-análisis urbanístico según el planteamiento vigente y propuesto;

-caracterización de la sociedad y la población en general;

-identificación de creadores de opinión, líderes locales y dinámica sociocultural y movimiento asociativo;

-catálogo empresarial, es decir, estructura económica, especialización sectorial y dinámica empresarial;

-equipamientos sociocomunitarios y servicios fundamentales que se prestan;

-iniciativas empresariales previstas o en marcha;

-principales dificultades, problemas y demandas;

-relaciones funcionales entre el sector analizado y su entorno;

-catálogo de recursos, e identificación del potencial endógeno;

-inventario de relaciones y funciones.

Para concluir, el conocimiento del territorio mediante su análisis integrado constituye una condición para identificar y promover las tres modalidades de factores, y con ello alcanzar el desarrollo territorial integrado. Nos referimos a:

1.El aprendizaje y sus dinámicas, que se encuentran asociadas al esfuerzo innovador.

2.La existencia y la promoción de redes de cooperación entre empresas, instituciones y asociaciones, así como la capacidad de generar iniciativas capaces de crear las redes.

3.El aprovechamiento racional de los recursos existentes en cada espacio, para que constituyan la base de su capital territorial. Éste está constituido por el patrimonio natural y cultural heredado, recursos humanos cualificados y con iniciativas, cohesión social, identidad cultural, etc (Caravaca, 2005).

(I) LAS DINÁMICAS DE APRENDIZAJE, EL CONOCIMIENTO Y LA INNOVACIÓN

El conocimiento es el recurso estratégico más importante, por lo que las dinámicas de aprendizaje a él asociadas se convierten en procesos fundamentales. En ese sentido, la innovación es la capacidad de generar e incorporar conocimientos en el sistema económico y social, de manera que maximiza las potencialidades productivas y contribuye a un uso más racional, más sostenible, de los recursos. Sin duda la innovación es un factor central de competitividad.

Es sabido que la innovación es motivo de diferencias territoriales, pues la incorporación de conocimientos es desigual según la naturaleza y las cualidades de los espacios geográficos. De hecho se diferencian aquellas áreas innovadoras, capaces de dar respuesta de éxito a las dificultades y a los nuevos problemas, de aquellas otras que no se adaptan a los cambios y en consecuencia permanecen excluidas, marginadas a los procesos de desarrollo.

La relación entre innovación, actividades económicas y territorio se puede entender al menos desde tres planteamientos. En primer término, cuando la innovación se considera un fenómeno individual fundada en la iniciativa empresarial. Como señala Méndez (2002), es común entre el colectivo empresarial, mediante la transmisión de conocimientos fácilmente reproducibles (codificados). En segundo lugar, cuando la innovación es contemplada como un fenómeno colectivo, pues es el entorno es quien sugiere e incita incorporarla. Según Maillat (1995), es una modalidad que facilita la transmisión de conocimientos tácitos, no codificados, mediante relaciones interpersonales. Rullani (2000) apunta que los ámbitos territoriales poseen diferentes capacidades para producir y utilizar determinados conocimientos al crear un ambiente favorable a la experimentación de nuevas ideas y su propagación. Finalmente, la innovación como un fenómeno territorial. Son los territorios los capaces de generar o incorporar los conocimientos necesarios para poner en valor de forma eficiente y racional sus propios recursos y contribuir así a mejorar las condiciones medioambientales y la calidad de vida de la sociedad local (Méndez, 2002). Nos referimos a los territorios inteligentes (Martinez, 2002).

Para que un territorio sea innovador precisa de varios factores/condicionamientos: la componente empresarial; la innovación social e institucional, entendida como una red interactiva de factores económicos, políticos, sociales y culturales que permite combinar y maximizar tanto los recursos económicos como los extraeconómicos (Camagni y Gordillo, 2000); los sistemas regionales y locales de innovación, que facilitan la puesta en valor y el uso racional de los bienes patrimoniales (Dupy y Burmeister, 2003); la existencia de un gobierno relacional, aquel que se caracteriza por la cooperación entre las distintas instituciones con competencias en el territorio; y la práctica habitual de la gobernanza, mediante la participación activa de la población en la determinación de su devenir.

¿Cómo se puede identificar la innovación en un territorio? ¿Cuáles son los indicadores más habituales para su medición? Se pueden diferenciar dos modalidades de indicadores, según la naturaleza de quién las lidere y los procesos impulsores, nos referimos a la innovación empresarial y la social.

a) La innovación empresarial.

a. Aumento de las inversiones

b. Dinamización del tejido empresarial

c. Creación de empleos

d. Presencia en mercados externos

e. Crecimiento de la población

f. Significativas mejoras infraestructurales y de equipamientos

b) La innovación social: cierto carácter intangible.

a. Cohesión social y territorial

b. Desarrollo de sinergias

c. Reforzamiento de la identidad local

d. Implicaciones de las instituciones locales en proyectos colectivos

e. Puesta en valor de los bienes patrimoniales

f. Aumento de la equidad y del bienestar social

Los mecanismos metodológicos que nos permiten el estudio de la innovación se articulan habitualmente en torno a la realización de encuestas y entrevistas, dirigidas a empresas, agentes, organismos e instituciones locales. Según las cuestiones a abordar se tratarán dos apartados (Manual de Oslo, OCDE, 2000): la actividad interna que desarrolla la empresa, y las relaciones que mantienen con su entorno.

Cuestiones de empresa:

-Motivos para innovar.

-Razones y agentes de la innovación (técnicas, económicas, recursos humanos…).

-Valoración y evaluación de los efectos de la innovación.

-Relación con las actividades de Investigación, Desarrollado e Innovación, que pueden ser permanentes, programas, ocasionales, temporales, etc.

-Relación entre innovación y procesos de cooperación (empresarial, centros de investigación, etc).

Cuestiones del entorno económico-socio-institucional:

-Identificación de los actores existentes, y sus modalidades.

-Localización y distribución de los agentes participantes.

-Frecuencia e intensidad de las relaciones desarrolladas.

-Valoración de las relaciones de cooperación.

-Dedicación y actividad de los actores.

-Capacidad para interactuar y para creación de redes.

-Relación con los recursos propios, sus potencialidades y sus limitaciones.

Los sistemas territoriales locales que han experimentado éxito económico son aquellos en los que mejor interactúan estas dos formas de conocimiento, la componente empresarial y el entorno económico-social-institucional (Brusco, 1996).

(II) LAS DINÁMICAS DE INTERACCIÓN EN EL TERRITORIO. LAS REDES

La constitución de redes ha sido objeto de estudio por parte de diversas disciplinas. Una temática abordada desde la economía, la sociología, las ciencias políticas o la geografía, de manera que se analizan las redes empresariales, las dinámicas de interacción social y redes socio-institucionales, redes políticas o redes territoriales.

En el contexto del desarrollo territorial, las redes adquieren un especial significado, un notable valor. Como indica Sforzi (1999), las redes territoriales hacen referencia a las relaciones sociales de cooperación y la compenetración de las empresas en las redes de relaciones socioeconómicas que constituyen el sistema local, entendido como integrador versátil de conocimientos y organización. Para la incorporación de innovaciones y la dinamización de los territorios resultan imprescindibles las redes desarrolladas entre los diferentes actores. Dichas redes se materializan en los acuerdos, de carácter formal o informal, que establecen entre agentes socioeconómicos públicos o privados con objetivos que responden a intereses comunes.

Los criterios básicos de clasificación de redes

Los estudios sobre las redes territoriales, condicionados por su complejidad temática, han dado lugar a una extensa producción científica que aborda las redes desde posicionamientos teóricos. Si seguimos los criterios de clasificación anteriores, se pueden diferenciar las redes empresariales y las socio-institucionales (Salom, 2003).

a). Redes empresariales

Cuando los empresarios deciden establecer relaciones con otras empresas, persiguen una serie de ventajas. Entre ellas, podemos destacar la reducción de costes de transacción empresarial; el acceso a experiencias y conocimientos; el desarrollo de procesos de aprendizaje colectivo; la consecución de nuevas soluciones a los problemas; y la reducción de los riesgos de la innovación.

Esta modalidad de redes están condicionadas por la predisposición y las habilidades desarrolladas por cada empresa; y por las modalidades de relaciones entre las empresas. En ese sentido, pueden ser transaccionales (subcontratación, provisión de algún servicio…) o de cooperación (más interesantes, que abordan procesos de aprendizaje colectivo, intercambio de tecnologías, proyectos comunes I+D…). Todos ellos constituyen factores que condicionan el éxito de las relaciones entre los agentes empresariales. Kischatzky (2002) identifica dos modalidades de redes empresariales, las verticales, con proveedores y clientes, y las horizontales, con otras empresas del sector.

b). Redes socio-institucionales

El rol de los actores sociales, económicos e institucionales resulta determinante para la consolidación y el fortalecimiento de las oportunidades de desarrollo local. Estas modalidades de redes, públicas o privadas, permiten el apoyo de actuaciones empresariales de carácter colectivo. En estos casos, las redes se caracterizan por una estructura horizontal, entre empresas, organizaciones e instituciones.

Elementos de análisis en las redes socio-institucionales

En primer lugar se debe proceder a la identificación de los agentes en un territorio concreto. Es necesario el conocimiento de la tipología de los diversos actores locales. Hay que destacar las instituciones y organismos públicos, con competencias sobre el territorio, y las organizaciones socio-económicas, con capacidad para dinamizar la economía y promover proyectos de carácter colectivo.

En segundo lugar, se abordan las características y atributos de sus actuaciones y sus proyectos. En este sentido las redes se pueden diferenciar según las aproximaciones cuantitativas, en donde se analiza el grado de conectividad, el grado de consolidación y de madurez; y según las aproximaciones cualitativas, que permiten clasificar las redes según:

•Redes de carácter reactivo (origen en la necesidad de responder a problemas ya existentes), o de carácter proactivo (intentan descubrir nuevas oportunidades).

•Redes equilibradas o redes lideradas por colectivos determinados. Grado de conflictividad interna.

•Redes con mayor o menor capacidad de movilización colectiva, en función del grado de implicación efectiva de los actores.

En tercer lugar, se identifican las modalidades de vínculos que los conectan y relacionan con el territorio. Al menos se distinguen dos procesos, que interactúan. Por una parte, las raíces territoriales, la proximidade geográfica. Por otra parte, la participación en redes externas.

Finalmente, es aconsejable conocer la evolución temporal experimentada por las redes. Éstas se caracterizan por su dinamismo, que está de manifiesto a través de los factores, la naturaleza y los efectos de la evolución de las redes socio-institucionales. Veltz (2000) hace referencia al significado que adquiere los períodos cada vez más largos para que la competencia de las redes sean eficaces, pues éstas dependen de la formación de la competencia, de la construcción de interacciones entre actores y de la creación de redes de relación.

Al igual que acontecen con los estudios que se aproximan a la innovación, los métodos de análisis de las redes territoriales pasan por la realización de encuestas y las entrevistas. Las variables temáticas habituales comprenden la identificación del tipo de actores que interactúan, el análisis de la localización de los agentes, la definición de la frecuencia y la intensidad de las relaciones desarrolladas, la valoración de las relaciones de cooperación, y la consulta de las páginas web de las instituciones, organizaciones y asociaciones del tejido socio-institucional.

(III) LOS RECURSOS PATRIMONIALES COMO BASE PARA EL DESARROLLO

En párrafos precedentes se apuntaba que el desarrollo territorial integrado precisa de tres factores constituyentes, definidos por su complejidad y que interactúan dando lugar a procesos de crecimiento económico y desarrollo social. Nos referimos a la innovación y la capacidad de aprendizaje, la configuración de redes territoriales, y los recursos patrimoniales.

Se entiende por recurso aquel elemento que es utilizable por una colectividad para acudir a satisfacer a una necesidad o llevar a cabo una empresa. Esta definición está estrechamente vinculada a la pluralidad de posibilidades de cara a la valorización del potencial endógeno de un territorio.

El potencial endógeno engloba los elementos que pueden contribuir al desarrollo local, tales como los recursos materiales y los que ofrecen el entorno, los económicos y financieros, las infraestructuras de transporte y comunicaciones, las estructuras urbanas y rurales ya creadas, y el capital humano (nivel de instrucción, cualificación profesional, capacidad de emprendimiento e ingenio de la población de cualquier lugar) (Zapata, 2007).

Mitchell (1979) indicaba que trabajar sobre el concepto de recurso y los fenómenos y agentes a él asociados implica avanzar en el conocimiento de los procesos naturales y sociales y sus relaciones. En ese sentido J. Rees (1989) señalaba que el concepto de recurso parte del medio físico-natural y el territorio, pero no de forma independiente sino en relación con las sociedades que ocupan ese medio y lo ponen al servicio del hombre.

Martinez Peinado y Vidal Villa (1995) subrayan que lo esencial de los elementos de la naturaleza que pasan a considerarse recursos es el establecimiento en ellos de la relación sociedad-naturaleza. Por tanto, los recursos naturales son las cristalizaciones en determinados elementos naturales de la relación sociedad-naturaleza.

Cuando tratamos los recursos nos referimos a necesidades, lo que implica entrar en una vertiente subjetiva dado que tanto si aquéllas son biológicas como socioculturales vendrán definidas por la cultura. En función de ésta, los deseos y las posibilidades para satisfacer los elementos neutros del medio son interpretados o no como recursos. Su potencialidad no depende de la naturaleza sino de la capacidad para explotar o de la rentabilidad de esa explotación, es decir, no es una cuestión de valor de uso del recurso sino del valor de cambio.

Se entiende por valor de uso cuando evaluamos el bien en tanto que sirve para satisfacer alguna necesidad concreta, individual o colectiva, o dar respuesta a algún reto u oportunidad. En cambio el valor de cambio hace referencia a la capacidad de compra de un bien, de manera que está condicionado por la cantidad de otro bien que puede ser adquirida a cambio de dicho bien. Se usa como sinónimo de mercancía.

Johnston (2000) destaca que los recursos experimentan importantes alteraciones en el tiempo y el espacio, en función del conocimiento, la tecnología, las estructuras sociales, las condiciones económicas y los sistemas políticos. El concepto de recurso es histórico y dinámico. De la misma manera los recursos son discontinuos en el espacio, por lo que hay determinados elementos cuya valoración será irregular a lo largo del territorio.

El concepto de recurso también varía de forma notable por la adopción de decisiones sobre preferencias de consumo del territorio y sus elementos, en función de su capacidad para satisfacer necesidades diferentes o incluso contrapuestas, y especialmente en función de la capacidad de los distintos agentes que intervienen en el proceso.

En consecuencia, la capacidad de los diversos agentes que actúan condiciona la toma de decisiones en relación con la explotación de los recursos de un territorio: protagonistas, identificación de los recursos, manera de explotarlos, el volumen necesario, y el intervalo de uso (quién los usa, qué se usa, cómo se usa, cuánto se usa y cuándo se usa).

Para Barrado (2011), un recurso puede ser un elemento físico objetivo pero también es valoración y cultura, potencialidad, explotación e intervención y transformación sobre el territorio y construcción de un espacio geográfico por y para la sociedad.

En la lógica económica los recursos de un territorio pueden adquirir diversas acepciones en función de su naturaleza. De tal manera que consideramos:

-El capital natural, que hace referencia a los recursos naturales, que son agotables.

-El capital humano. Según Jiménez y Rams (2002) se entiende como recurso a la población con una preparación profesional adecuada, cuyo potencial creativo se puede utilizar como un activo básico para dinamizar la economía local.

-El capital social. Se trata de una modalidad de recursos que según Moyano (2002) se refiere al conjunto de normas, instituciones y organizaciones que promueven la confianza y la cooperación entre las personas, las comunidades y la sociedad en su conjunto.

-El capital cultural responde a la capacidad de adaptación de las sociedades locales que les permite adaptarse y aprovecharse del entorno natural.

-El capital territorial hace referencia a aquel lugar que se convierte en parte activa del sistema económico y productivo, además de ejercitar el papel de escenario de las actividades antrópicas.

III.1. EL CAPITAL NATURAL: LOS RECURSOS NATURALES

La actividad económica debe analizarse como un sistema abierto que se sustenta sobre el llamado capital natural. Este concepto hace alusión a la sostenibilidad ambiental, pues es necesario tener en cuenta la mayor o menor existencia de recursos naturales, el uso más o menos racional que se hace de ellos y las consecuencias de dicho uso.

El capital natural hace referencia al condicionamiento físico, el cual alude a las posibles limitaciones ecológicas de los distintos ámbitos (asociadas a sus características topográficas, edáficas, atmosféricas e hídricas). Se tienen en cuenta los riesgos asociados a desastres naturales, problemas de contaminación de los acuíferos y de los suelos.

Su estudio recoge por una parte el análisis objetivo del medio físico, por otra parte, se complementa mediante encuestas y entrevistas que tratan diversos temas relacionados con la participación. Así es preceptivo conocer la conciencia de la importancia del capital natural en el desarrollo económico; hay preocupaciones por los problemas medioambientales; uso de medidas de ahorro y eficiencia energética; el uso de técnicas de reciclaje de residuos; o la implantación de Agenda 21 Local.

III.2. EL CAPITAL CULTURAL

Por capital cultural se conoce a la capacidad adaptiva de las poblaciones humanas que les permite enfrentarse al entorno natural y modificarlo (Rao, 1998). Es vital que los tomadores de decisiones, tanto públicos como privados, sean conscientes del valor de la cultura, pues puede desempeñar un rol destacado para dar respuesta creativa a cuestiones sociales y económicas (Consejo de Europa, 1999). Thorsby (2001) subraya que el capital cultural, tanto tangible como intangible, contribuye activamente a los procesos de desarrollo, de manera que adquiere similar valor que el capital natural. Es fundamental no desatender el capital cultural, pues tiene una estrecha relación con el sistema productivo.

Relación con el sistema productivo

La eficacia del funcionamiento de un sistema productivo está condicionada por el grado de cohesión socio-cultural, pero, sobre todo, por el grado de conciencia presente en el sistema local (Sforzi, 1999). La relación entre cultura y las economías locales se establece mediante la promoción de valores compartidos que condicionan las formas en que se asumen los procesos económicos. Sobresalen las actitudes proclives al esfuerzo en el trabajo, la existencia de una ética orientada al éxito, la valoración de la figura del empresario, la agilidad en la toma de decisiones, las conductas colectivas más creativas e innovadoras, y los comportamientos más flexibles y adaptados a los cambios.

III.3. EL CAPITAL HUMANO: LOS RECURSOS HUMANOS

Tradicionalmente los recursos humanos se identifican con una intensa identidad que promueva la identificación y puesta en valor de los recursos endógenos. La comunidad debe desempeñar un rol protagonista en los procesos de desarrollo, impulsados a escala local. Por ejemplo, el compromiso político, la solidaridad, la inteligencia, el riesgo o la imaginación de los agentes locales.

El desarrollo comporta un aspecto individual o personal y una dimensión colectiva. El capital humano debe ser el encargado de movilizar el potencial endógeno en su propio beneficio. En este sentido son necesarias la concienciación, la formación y la amplificación de las capacidades.

Es recomendable el uso tanto de las cualificaciones manuales como de las intelectuales de la población, bien sean los conocimientos tradicionales o los modernos, en relación con el reconocimiento, la valorización y la movilización del potencial endógeno.

En relación con el desarrollo territorial integrado es necesaria una adecuada formación de los recursos humanos, en especial con la detección de sus recursos y su uso.

III.4. EL CAPITAL SOCIAL

Se trata de analizar cómo interactúan las fuerzas sociales con los procesos económicos, y debe ser entendido como capacidad organizativa y aptitud social para el desarrollo, determinando la habilidad y la facilidad de la población para trabajar en común. Se trata de una versión avanzada del capital humano, pues el elemento distintivo es su carácter relacional, pues sólo se identifican cuando se comparte. Según Woldcook (1998), el capital social está relacionado con el papel ejercido por la sociedad civil en los comportamientos económicos, y atiende al grado de vertebración social, la existencia de normas aceptadas por la colectividad, la eficiencia y credibilidad de las instituciones.

En ocasiones se plantea un riesgo en la estructura del gobierno de los territorios, pues la falta de entendimiento entre las diferentes instituciones con competencias en el territorio y la desconexión entre las actuaciones sectoriales acometidas por cada una de ellas suelen constituirse en inconvenientes habituales (Silva, 2004).

III.5. EL CAPITAL TERRITORIAL

El territorio no cumple exclusivamente el papel de escenario en donde se representan los procesos sociales. De acuerdo con sus características y con las particularidades propias de cada sector el espacio se convierte a su vez en parte activa del sistema económico (Barrado, 2011).

Como indica Florido (2013) el concepto de Patrimonio Territorial ha adquirido en los últimos tiempos una notable consideración e impulso. Se expresa en una doble perspectiva. Por una parte, el territorio es considerado como escenario de confluencia de bienes de distinta naturaleza a lo largo de la historia. El territorio es un mosaico de espacios y elementos protegidos, articulados física y funcionalmente a través de diversos ejes de comunicación que los interconectan entre sí. Por otra parte, el Patrimonio Territorial toma forma desde el entendimiento del espacio geográfico como “lugar”, producto social singular, construcción humana elaborada a partir del sustrato físico original a través de un largo y continuo proceso histórico de transformación y evolución diferenciada y cargada de significados culturales y simbólicos que, en el contexto de su marco de vida habitual, son percibidos por la propia población (Ortega, 1998).

El territorio puede contribuir al desarrollo, a su sostenibilidad económica y ambiental, y al bienestar y la calidad de vida de sus habitantes, mediante la distribución geográfica de los asentamientos de población, los usos del suelo, el trazado y rasgos de las redes que lo articulan, la dotación de infraestructuras y servicios, y las modalidades de emplazamientos empresariales.

En términos generales se pueden diferenciar diversos recursos territoriales, que pueden enumerarse en los siguientes términos:

En primer lugar, el grado de articulación física del territorio, que está estrechamente relacionado con el sistema relacional, integrado por las infraestructuras de transportes y comunicaciones. La accesibilidad, interna y externa, así como la vertebración del territorio mediante las vías de desplazamiento de personas, mercancías u otras variables (información, por ejemplo) constituyen factores fundamentales.

En segundo lugar, se tiene en cuenta la existencia de servicios y equipamientos adecuados a las condiciones demográficas y económicas.

En tercer lugar, destacan la distribución de los usos del suelo y la adecuación de tales usos a las características y dinámicas naturales y territoriales. En ese sentido cabe apuntar la importancia por la relación con la calidad ambiental y paisajística, con los posibles riesgos de naturaleza (deslizamientos de tierras, inundaciones, etc.). Es necesario conocer la planificación urbanística y territorial, y la incorporación de los diagnósticos de los posibles riesgos naturales.

Finalmente, es reseñable la presencia de suelo debidamente equipado en infraestructuras tanto básicas como tecnológicas, dotado de una amplia gama de servicios y con una alta calidad arquitectónica, urbanística, ambiental y paisajística.

Los inventarios. Algunas consideraciones de importancia

Tras el análisis integrado del territorio es aconsejable la elaboración de inventarios, catálogos o mapas de recursos endógenos. Algunas consideraciones generales señalamos al respecto:

1.La elaboración de los catálogos, mediante fichas de recursos endógenos, debe adaptarse a las características particulares de cada ámbito de intervención, así como a las necesidades concretas del trabajo que se desea llevar a cabo.

2.La obtención de información se concibe como un proceso continuo y dinámico, en el que debe incluirse además la participación de los actores locales.

3.La cantidad y la calidad de la información recopilada se encuentra relacionada con las posibilidades de explotar de manera adecuada las potencialidades del recurso detectado.

CONCLUSIONES Y REFLEXIONES FINALES

•El desarrollo territorial integrado es una consecuencia de la competencia entre la globalización y la escala local. De ahí que se haya acuñado el término “glocal”. Es evidente que la globalización condiciona, cuando no determina, el devenir de las economías locales; y desde la escala local se pueden plantear alternativas a los retos impuestos por los procesos de la macroescala territorial. Conviene distinguir la forma en que se articulan los distintos ámbitos territoriales al espacio global de los flujos y las redes.

•La competitividad depende entre otros factores del territorio. Éste es generador activo de recursos específicos que pueden resultar estratégicos para impulsarla.

•Los procesos de innovación tienen un carácter territorial, pero no todos los territorios son innovadores. En los territorios se desarrollan procesos de innovación de carácter colectivo en los que, junto a las empresas, participan otros agentes, organismos e instituciones locales.

•Los territorios innovadores se caracterizan por la existencia de redes tanto interempresariales (generadores de más competitividad) como socio-institucionales (creados en el entorno). Otros procesos determinantes son: la cooperación entre instituciones (gobierno relacional), la concertación social (gobernabilidad), la inclusión en redes externas (integración en el espacio de las redes).

•Los actores, tanto empresariales como socio-institucionales, pueden transformar a los recursos genéricos en específicos. Condición que varía según el territorio de referencia.

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DISEÑO METODOLÓGICO DEL PROYECTO SOBRE LOS RECURSOS TERRITORIALES

Emilio Iranzo GarcíaDepartament de Geografia. UVEG

JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS

Los municipios del interior de la provincia de Valencia han experimentado un proceso de declive socioeconómico, antagónico al de desarrollo vivido en el litoral en los últimos 50 años. Una economía basada en el sector primario, generador de escasas rentas e incapaz de absorber a toda la mano de obra, ha propiciado un intermitente éxodo rural con resultados nefastos para estos territorios. El descenso demográfico y el envejecimiento, sumado a la falta de oportunidades de los emprendedores han provocado una infrautilización de los recursos territoriales.

Es necesario activar los recursos territoriales, aprovechar las posibilidades que éstos nos brindan. El capital territorial gestionado adecuadamente por los actores locales explica la ventaja competitiva de los territorios. En este sentido, el proyecto que se plantea tiene el objetivo de identificar los recursos territoriales con el propósito de redescubrir en unos casos y diseñar y activar en otros, productos económicos, sociales y culturales que nos permitan dinamizar el desarrollo local de los municipios del interior de Valencia.

Sin embargo, la identificación de los recursos y puesta en valor de los posibles productos es una labor no exenta de análisis. Es necesario efectuar el estudio y tipificación de los recursos territoriales de manera que podamos proponer su aprovechamiento a través de distintos productos con plenas garantías. También forma parte del proceso la agrupación de recursos en el propósito de diseñar productos competitivos, como la evaluación de aquellos para tomar decisiones de acción.

Ante la situación expuesta, el trabajo realizado queda totalmente justificado. Y queda justificado porque ante las dinámicas ambientales y socioeconómicas que presenta en la actualidad el sistema territorial de la provincia de Valencia, se reflexiona sobre aquellos componentes de dicho sistema que pueden actuar como recursos territoriales, sustentando las iniciativas locales que nos han de conducir al modelo territorial al que aspiramos.

Por tanto, el objetivo de la investigación y publicación que se presenta es el de identificar dentro del sistema territorial de la provincia de Valencia, qué componentes y procesos han actuado, actúan y podrían actuar como generadores de riqueza. Se trata de una aproximación a los recursos territoriales a partir de la revisión de fuentes bibliográficas, de datos estadísticos primarios y secundarios y de consultas a expertos efectuadas por distintos especialistas, con el objeto de presentar y potenciar todo aquello que genera desarrollo endógeno y bienestar a la población.

MÉTODO DE TRABAJO

Aunque al hablar de recursos se suele relacionar con materias primas de la Tierra o con los bienes culturales, en realidad es un concepto mucho más amplio. Es por ello por lo que hablamos de capital territorial, concepto que comprende no solo los recursos materiales, sino también las potencialidades de los ciudadanos, las relaciones positivas que se producen entre las personas y grupos, y la gobernanza consensuada en la que además de las administraciones e instituciones los ciudadanos cada vez están más presentes en la toma de decisiones.

La investigación se ha llevado a cabo desde el Departamento de Geografía de la Universitat de València desde donde se ha coordinado a un grupo de especialistas de distintos departamentos de la propia Universitat. Tras una serie de reuniones iniciales se fueron concretando qué componentes y dinámicas del sistema territorial de la provincia de Valencia constituían realmente su capital territorial. Las sesiones de trabajo han dado como resultado una clasificación de los recursos territoriales y una relación de aquellos indicadores y variables que son oportunos manejar para poder analizar en profundidad cada uno de los recursos detectados.

La necesidad de estudiar por separado, en primera instancia, cada uno de los recursos territoriales detectados ha motivado el diseño de una base de datos espacial a escala municipal, que permita un ágil acceso a la información que necesitan los distintos especialistas para el análisis de las potencialidades al desarrollo endógeno, que posibilitan los recursos territoriales. Es por ello por lo que la participación de los distintos especialistas en el diseño de la base de datos ha sido crucial. Una serie de sesiones de reflexión conjunta de los especialistas fundamentan la arquitectura de la base de datos.

Identificadas las variables e indicadores más oportunos para la base de datos, se ha procedido a la búsqueda de dicha información en fuentes primarias y secundarias. Cabe señalar que esta labor ha resultado compleja. En algunas ocasiones y por motivos diferentes, los organismos, instituciones o departamentos responsables de la recogida y actualización de los datos han dejado de proporcionar ese servicio; o no hay una periodicidad regular. Además la información no siempre está disponible a la escala territorial necesaria (la local) para este trabajo.

En otras ocasiones, el problema estriba en la inaccesibilidad a los datos, bien porque no existen y es necesario invertir tiempo y recursos económicos en obtenerlos; bien por ser información generada por terceros que la comercializan a altos costes; bien por ser información generada por instituciones públicas que necesita de un tratamiento técnico que se demora en el tiempo; o bien porque, aun siendo información pública, existe secreto estadístico.

A pesar de estos inconvenientes la base de datos espacial ha seguido cumplimentándose. A partir de una arquitectura básica consolidada, la base de datos se ha implementado. La información incorporada procede de diferentes fuentes, destacando el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Instituto Valenciano de Estadística (IVE), el Banco de Datos Territorial del la Comunitat Valenciana (IVE), el Banco de Datos de la Naturaleza del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el Banco de Datos de Biodiversidad de la Comunitat Valenciana (Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente de la Comunitat Valenciana), el Sistema de Información Territorial (Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente de la Comunitat Valenciana), el Banco de Datos Municipal del Portal de Información Argos (Conselleria de Presidencia de la Generalitat Valenciana), el Anuario Estadístico de Caja España, el Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano(Conselleria d’Educació, Cultura i Esport de la Comunitat Valenciana), el Observatorio Turístico de la Comunitat Valenciana (Agencia Valenciana de Turismo), la Oficina Virtual para la Coordinación Financiera de Entidades Locales del Ministerio de Economía y Hacienda, y datos de las Consellerias de Sanidad y de Gobernación de la Generalitat Valenciana entre otros.

Por lo que respecta a la estructura de la base de datos espacial, ésta ha quedado organizada en cuatro grandes campos. En el primer campo se identifican los seis grandes tipos de capitales que constituyen el capital territorial, mientras que en el segundo se hace referencia a los recursos territoriales asociados a dichos capitales (ver figura 1). El tercer campo concreta en subrecursos los recursos considerados materia prima para el desarrollo endógeno (ver figura 2). Y en el cuarto se definen variables e indicadores que miden y cuantifican en qué estado o como se está comportando el capital territorial.

Finalmente, tras completar la base de datos, se ha procedido a efectuar los análisis oportunos y a elaborar la cartografía automática para, después, proceder a la publicación de los resultados.

Figura 1. Capital y recursos territoriales

Fuente: Elaboración propia

Figura 2. Recursos territoriales y subrecursos (I)

Fuente: Elaboración propia

Figura 2. Recursos territoriales y subrecursos (II)

Fuente: Elaboración propia

EL MEDIO NATURAL VALENCIANO

Ángel Morales RubioDepartament de Química Analítica. UVEGEmilio Barba CamposInstitut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva. UVEG

EL MEDIO NATURAL: INDICADORES A ESCALA COMARCAL

Los usos del suelo en un territorio van a marcar el desarrollo del mismo a corto, medio y, más importante, largo plazo. Una mala planificación, o una planificación convulsiva del territorio, dirigida a recoger beneficios a corto plazo, pueden esquilmar los recursos y romper el equilibrio de un desarrollo sostenible. A estas actuaciones directas del hombre se superponen en la actualidad los cambios recientes en el clima, que están provocando alteraciones importantes en los ecosistemas, tanto terrestres como acuáticos (Moreno 2005). Por ello, es necesario un conocimiento lo más detallado posible del medio natural para poder prever, e intentar evitar o minimizar estos impactos.

Un primer paso para poder ordenar correctamente el territorio, aprovechando todas las oportunidades y, a la vez, conservando su estructura, coherencia y funcionalidad, es conocer los recursos de que dispone y su configuración geográfica. Dentro del este objetivo general, el presente capítulo se centra en los recursos naturales de la provincia de Valencia. La escala espacial de trabajo ha sido municipal, aunque la presentación y análisis de los resultados se ha realizado a nivel comarcal, bajando sólo a nivel municipal en aquellos casos en los que lo hemos considerado relevante.

En este trabajo se ha definido “recurso” como “aquel elemento que es utilizable por una colectividad para acudir a satisfacer una necesidad o llevar a cabo una empresa”(Capítulo 1). En este contexto, hemos seleccionado diferentes recursos naturales que, en una primera aproximación, puedan servir de indicadores de la abundancia y distribución de la totalidad de recursos naturales del territorio. Además de tener un valor intrínseco, los recursos naturales suponen un importante activo económico, que puede contribuir de forma directa al desarrollo y al equilibrio territorial y a la creación de nuevas oportunidades de generación de ingresos.

Desde el punto de vista ecológico, lo primero que llama la atención es la configuración y diversidad paisajística de un territorio, fruto tanto de las características del medio natural como de la actividad humana presente y pasada. Por un lado, la utilización del territorio con fines productivos genera recursos económicos de forma directa, aspectos que se consideran en otros capítulos de esta obra. Por otro lado, la propia configuración del paisaje, en cuanto a su textura, diversidad, o “belleza” al ojo humano, puede generar beneficios indirectos al ser un foco de atracción residencial y turística. Así, nuestro primer objetivo será describir los tipos de paisaje presentes en la provincia de Valencia, localizarlos en el territorio, y analizar su diversidad a nivel comarcal.

Una forma de localizar espacialmente de manera rápida los recursos naturales de un territorio es visualizar la situación y extensión de los espacios protegidos. Estos espacios, que pueden tener diferentes denominaciones, han sido designados por su relevancia natural a nivel local, autonómico, nacional o internacional, por lo que esta calificación supone un reconocimiento explícito a sus valores naturales. La presencia de un espacio protegido en un municipio supone un importante recurso, dados los servicios ecosistémicos, directos e indirectos, que puede generar (Costanza, 2012). Nuestro objetivo en este capítulo ha sido localizar los espacios protegidos sobre el territorio de la provincia de Valencia, y analizar su distribución a nivel comarcal.