Televisión de proximidad en Europa - AAVV - E-Book

Televisión de proximidad en Europa E-Book

AAVV

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Beschreibung

Hay centenares de emisoras regionales en la UE, con un grado de desarrollo y de penetración muy desigual. En el caso de la televisión local, las emisoras se cuentan por miles. Se analiza la situación a cada uno de los países, tanto desde la perspectiva regional como desde la local y la urbana.

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Seitenzahl: 979

Veröffentlichungsjahr: 2025

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Esta publicación no puede ser reproducida, ni total ni parcialmente, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, ya sea fotomecánico, fotoquímico, electrónico, por fotocopia o por cualquier otro, sin el permiso previo de la editorial. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

La edición de este libro ha sido posible gracias al patrocinio de la FORTA (Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos) y a la colaboración del Consell de l’Audiovisual de Catalunya, el Ufficio di Presidenza del Consiglio della Provinzia Autonoma di Trento (Italia) y la Fundació Jaume Bofill.

La investigación que ha servido de base para este volumen ha contado con el apoyo de la DGICYT (Ministerio de Educación y Cultura) y la CIRIT (Generalitat de Catalunya).

Edición electrónica

http://dx.doi.org/10.7203/PUV-ALG6-9591-2

Universitat Autònoma de Barcelona

Servei de Publicacions

08193 Bellaterra (Barcelona)

[email protected]

http://publicacions.uab.es

ISBN 978-84-490-4752-7

Publicacions de la Universitat Jaume I

Campus del Riu Sec

12071 Castelló de la Plana

[email protected]

http://www.uji.es/serveis/scp/publ

ISBN 978-84-15444-23-7

Universitat Pompeu Fabra

Roc Boronat, 138

08018 Barcelona

[email protected]

https://www.upf.edu

Publicacions de la Universitat de València

C/ Arts Gràfiques, 13

46010 València

[email protected]

http://puv.uv.es

ISBN 978-84-370-9591-2

Primera edición en papel: julio de 1999

Primera edición electrónica: septiembre de 2016

Coordinació i documentació

Jaume Risquete, Marta Civil

Fotografia de la coberta

Viena, Serveis Editorials, S.L.

Maquetació

Textual, I.M.

Índice

Prólogo

Televisión de proximidad en la era digital: razones para el optimismo, por Miquel de Moragas Spà, Carmelo Garitaonandía y Bernat López

1. Introducción.2. Descentralización en la era global: el auge de los espacios regionales y locales en la Europa unida.3. Viejos y nuevos conceptos para interpretar la descentralización televisiva.4. Descentralización de la televisión en Europa: evolución histórica y principales etapas.5. Tipología de las experiencias de «televisión de proximidad».6. Otras clasificaciones de carácter transversal.7. Factores de la descentralización televisiva en Europa.8. Perspectivas de futuro: televisión de proximidad y desarrollo global en la «sociedad de la información».Bibliografía y referencias.

ANÁLISIS DE CASOS

Alemania: la continuidad del sistema federal y la aparición de la televisión urbana, por Hans J. Kleinsteuber y Barbara Thomass

1. La dimensión regional del Estado.2. Aspectos legales.3. Estructura institucional y empresarial de la televisión.4. Estructura y características de la televisión en las regiones.5. Estudio de la programación.6. Análisis de nuevos problemas y perspectivas.Bibliografía y referencias.

Austria: una tímida y tardía regionalización de la televisión, por Hans Heinz Fabris y Gabriele Siegert

1. La dimensión regional del Estado.2. La televisión en Austria.3. Televisión regional en Austria.4. Estudio de la programación regional de la ORF y de los canales por cable.5. Nuevos problemas y perspectivas.Bibliografía y referencias.

Bélgica: la federalización radiotelevisiva y la televisión comunitaria, por José-Manuel Nobre-Correia y Suzy Collard

1. El marco político general y el papel de las regiones.2. Marco general de la televisión: federalización rampante.3. Televisión local y comunitaria en Bélgica.4. El futuro de los dos modelos.Bibliografía y referencias.

Dinamarca: una nueva legislación ¿la salvación en el último instante?, por Thomas Tufte

0. Introducción.1. El Reino de Dinamarca.2. La televisión en Dinamarca: historia y marco legal.3. La televisión en Dinamarca: estructura actual, propiedad y financiación.4. Complejidad creciente y competencia.5. Estructura y características de la televisión en las regiones.6. Televisión de proximidad y democracia.Bibliografía y referencias.

España: consolidación del modelo autonómico en la era multicanal, por Bernat López, Jaume Risquete y Enric Castelló

1. La dimensión regional del Estado.2. Marco legal de la televisión: competencias de las autonomías en materia audiovisual.3. Estructura institucional y empresarial de la televisión en España.4. Estructura y características de las televisiones en las regiones.5. Estudio específico de la programación.6. Las televisiones autonómicas, según sus directivos.7. Análisis de nuevos problemas y perspectivas.Bibliografía y referencias.

Finlandia: los retos culturales en la era de la digitalización, por Tapio Varis

1. Dimensión regional del Estado.2. Estructura de la televisión en Finlandia.3. La programación televisiva en Finlandia.4. Medios de comunicación en la región lapona: Sami Radio como voz de la población autóctona.5. Análisis de nuevos problemas y perspectivas.Bibliografía y referencias.

Francia: los actores nacionales ocupan la escena local, por Sylvie Bardou-Boisnier e Isabelle Pailliart

1. Dimensión regional del Estado.2. Marco histórico y legal de la televisión en Francia.3. Marco institucional y económico de la televisión.4. Estructura y características de la televisión en las regiones.5. Análisis de la programación: los casos de TLM, Télésonne y Paris Première.6. Análisis de nuevos problemas y perspectivas de futuro.Bibliografía y referencias.

Grecia: un sector numeroso pero frágil, por Roy Panagiotopoulou

1. Dimensión regional del Estado.2. Marco político y legal de la televisión.3. Estructura institucional y empresarial de la televisión.4. Estructura y características de los canales regionales y locales de televisión.5. STAR Channel: estructura y funcionamiento de una emisora de televisión regional en la Grecia Continental.6. Nuevos problemas y perspectivas.Bibliografía y referencias.

Holanda: la televisión regional alcanza la mayoría de edad, por Nicholas W. Jankowski y Monique K. H. Schoorlemmer

1. Introducción.2. Los medios audiovisuales en Holanda.3. Políticas de comunicación regional.4. Organización y estructura de las emisoras regionales.5. Comentarios finales.Bibliografía y referencias.

Irlanda: los desafíos competitivos para la televisión, por Ellen Hazelkorn

1. Economía y sociedad de Irlanda: ¿el final de la condición de periferia?.2. Marco legal de la televisión.3. Estructura institucional y empresarial de la televisión en Irlanda.4. Programación y audiencia de RTE y TV3.5. Programación y audiencia de Teilifís na Gaeilge (TnaG).6. Análisis de nuevos problemas y perspectivas.Bibliografía y referencias.

Italia: un gran archipiélago de pequeñas televisiones, por Renato Porro y Giuseppe Richeri

1. El marco político del Estado y el papel de las regiones.2. Marco jurídico de la televisión.3. Estructura institucional y organizativa de la televisión.4. Estructura y características de la televisión en las regiones.5. Análisis de la programación de una televisión local: el caso de Rete 7.6. Análisis de nuevos problemas y perspectivas.Bibliografía y referencias.

Portugal: análisis y perspectivas de la televisión regional, por Francisco Rui Cádima y Pedro Jorge Braumann

1. La dimensión regional del Estado.2. Evolución de la televisión en Portugal.3. Marco jurídico de la televisión.4. La oferta de los canales nacionales.5. Estructura y características de la televisión en las regiones.6. Análisis de nuevos problemas y perspectivas.Bibliografía y referencias.

Reino Unido:devolución política y descentralización televisiva, por Mike Cormack

1. La dimensión regional del Estado.2. Marco legal de la televisión.3. Estructura institucional y empresarial de la televisión en el Reino Unido.4. Estructura y características de la televisión en las regiones.5. Programación.6. Nuevos problemas y perspectivas.Bibliografía y referencias.

Suecia: la descentralización como parte de la misión del servicio público, por Peter Arvidson y Bernat López

1. La dimensión regional de Suecia.2. Televisión en Suecia: legislación, financiación y organización.3. Televisión regional y local en Suecia.4. Aspectos tecnológicos.5. Conclusión y previsiones.Bibliografía y referencias.

Los autores

Prólogo

Cuando la edición de este libro estaba prácticamente cerrada, hemos conocido con gran consternación la noticia del fallecimiento de nuestro colega Renato Porro, uno de los principales promotores de esta investigación y coautor del informe sobre Italia. Renato Porro era profesor de sociología en la Universidad de Trento y presidente del Coordinamento Nazionale Comitati Regionali per i Servizi Radiotelevisivi de Italia (organismo coordinador de los comités consultivos audiovisuales de las regiones italianas). Al frente del Coordinamento desplegó una intensa y eficaz actividad de promoción de la investigación y del debate intelectual sobre el papel de la radio y la televisión en el desarrollo regional. Dedicamos este libro a su memoria.

En este volumen presentamos los resultados de la segunda investigación de un grupo de expertos en comunicación de los 15 Estados miembros de la Unión Europea, bajo la dirección de los profesores Miquel de Moragas Spà (Universitat Autònoma de Barcelona) y Carmelo Garitaonandía (Universidad del País Vasco), realizada en el marco del Institut de la Comunicació, InCom (UAB).

Este grupo, creado en 1992, está especializado en el estudio de los procesos de descentralización de los sistemas televisivos en Europa. Su primer trabajo de investigación se publicó en inglés bajo el título Decentralization in the Global Era (Moragas y Garitaonandía, eds. Londres: John Libbey.1995). Existe una versión parcial de esta investigación publicada en castellano en el número 45 (abril de 1996) de la revista TELOS (Fundesco), y otra versión en catalán en el número 17 de la revista Anàlisi, del Departament de Periodisme i Ciències de la Comunicació (UAB). Asimismo fue presentado un avance de la investigación en el Parlamento Europeo (Bruselas), en una audiencia pública celebrada en marzo de 1993, con el título The role of regional television stations (Documento del Parlamento: PE.208.155).

En aquellos primeros estudios, pioneros en su campo, se analizaban y valoraban las complejas experiencias de descentralización de los sistemas televisivos de la «Europa de los 12», que pasaron de una situación inicial de marcada centralización, en la que había muy poco margen para las expresiones audiovisuales de ámbito urbano o regional, a un nuevo contexto mucho más complejo caracterizado por la multiplicidad de experiencias descentralizadoras. Sus conclusiones ponían de manifiesto que la década de los 90 marcaría el principio de una nueva etapa de auge en la descentralización televisiva. En un marco caracterizado por la continuidad de las transformaciones de la década anterior, acentuadas por los primeros envites de la «revolución digital», se detectaba ya una consolidación de las emisiones regionales y locales, pero también una proliferación de nuevas experiencias. A pesar de la persistencia de algunas dificultades y resistencias jurídicas y políticas, el surgimiento de nuevos recursos tecnológicos, el renovado interés institucional y la consolidación de los mercados publicitarios regionales y locales evidenciaban que la «sociedad de la información», además de global, también era local, y que en ella había lugar para la «comunicación de proximidad».

Ante estas constataciones decidimos impulsar una nueva investigación, con los objetivos de profundizar y completar el estado de la cuestión llevado a cabo en la primera fase, y analizar con detenimiento algunos aspectos particularmente relevantes de las experiencias de televisión de proximidad. El primero se concretó en la actualización de los datos, la extensión del análisis para incluir la televisión local-urbana y la incorporación de informes sobre los nuevos países comunitarios (Austria, Finlandia y Suecia). El segundo objetivo ponía el acento en la programación y en la audiencia de las televisiones de proximidad, y la interacción de las mismas con las importantes innovaciones tecnológicas en el sector audiovisual (digitalización y creación de redes integradas de comunicación).

Los capítulos de este libro son los diferentes informes monográficos centrados en cada uno de los Estados comunitarios y elaborados por expertos locales, a partir de una pauta común destinada a facilitar las siempre resbaladizas comparaciones entre países. Cada informe se abre con una breve descripción del sistema regional del país, seguido de una presentación de la legislación y de la estructura del sistema televisivo. A continuación se describe el marco regulador y los diferentes tipos de televisión de proximi-dad. Después se analiza la programación de los diferentes canales regionales y locales y a modo de conclusión se hace una valoración de las condiciones de viabilidad de la televisión de proximidad, centrada en los factores económicos, tecnológicos y socioculturales que influyen en su desarrollo.

El estudio de este material ha dado lugar a un capítulo de análisis, en que pretendemos trazar las líneas maestras del estado de la cuestión, identificar las principales similitudes y diferencias que se dan entre unos países y otros, revisar la tipología de las experiencias de televisión de proximidad y analizar sus condiciones de viabilidad y de desarrollo futuro.

Esta investigación, y este libro, son el fruto de la cooperación de un amplio equipo de expertos europeos en comunicación (la relación completa de los autores está en los créditos), que han aportado sus conocimientos sobre sus respectivos países. En nuestra condición de editores de esta obra queremos expresar nuestra gratitud a todos y cada uno de ellos y reconocer el interés intelectual y social que ha guiado su colaboración.

Hacemos extensivo nuestro reconocimiento al equipo de coordinación de la edición del Institut de la Comunicació, InCom (UAB), formado por Marta Civil y Jaume Risquete, en tareas de secretaría, documentación y apoyo técnico. Asimismo agradecemos la colaboración de las personas que han participado en la traducción de los diferentes informes que componen el libro: Matilde Delgado, Mercè Díez, Rhoda Justel, Steve Norris, Carme Padilla, Josep Ramon Rodríguez, Oriol Solé y Servei de Traducció de la Facultat de Traducció i Interpretació de la UAB.

Finalmente, agradecemos el apoyo que diversas instituciones han prestado a nuestro proyecto. La DGICYT (Ministerio de Educación y Cultura) y la CIRIT (Generalitat de Catalunya) aportaron la financiación básica para la investigación. La FORTA (Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos), el Consell de l’Audiovisual de Catalunya, el Ufficio di Presidenza del Consiglio della Provinzia Autonoma di Trento (Italia) y la Fundación Jaume Bofill han apoyado la edición multilingüe de este libro.

Televisión de proximidad en la era digital: razones para el optimismo

Miquel de Moragas Spà, Carmelo Garitaonandía y Bernat López

1. Introducción

En los últimos años, los medios de comunicación de los diferentes países comunitarios, y muy especialmente los sistemas audiovisuales, han experimentado una profunda transformación que ha afectado tanto a sus tecnologías como a su organización, financiación, contenidos e influencia social. La mayoría de los análisis de estos cambios se han centrado en dos de sus dimensiones más visibles: la desregulación (especialmente la privatización) y la internacionalización (o globalización). Más recientemente, y como consecuencia de la digitalización, ha pasado a primer plano una nueva manifestación del fenómeno: la convergencia entre la televisión, la informática y las telecomunicaciones.1 Sin embargo, también existe una cuarta dimensión no menos relevante, aunque no tan estudiada: la de los procesos de descentralización, que –como veremos a continuación– forman parte de la gran mutación de los sistemas audiovisuales modernos.

En el debate actual sobre la comunicación en Europa, es bastante común encontrar repetida la idea de que los aspectos más visibles de la actual transformación de los medios (desregulación/privatización, internacionalización y convergencia) son procesos opuestos o perjudiciales para las experiencias comunicativas a pequeña escala, y que la revolución digital no hará más que agravar la frágil posición de los medios de comunicación de ámbito local y regional. Según esta visión, la pujanza de los grandes grupos multimedia internacionales, el alcance de los satélites y de las plataformas digitales, han de conducir a la marginación de las pequeñas televisiones de difusión regional y local.

Sin negar las dificultades y contradicciones, puede decirse que los últimos 15 ó 20 años también han sido los de la descentralización televisiva en Europa. En todos los países de la Unión Europea, casi sin excepción, han surgido o se han consolidado sistemas audiovisuales regionales y locales. Ello no significa, desde luego, que el futuro de lo que aquí denominaremos televisión de proximidad se presente libre de incertidumbres, ni que su estado actual sea óptimo y floreciente en todos los países y regiones de la UE.

Para hacer un diagnóstico preciso de esta realidad es conveniente recorrer una a una, como se hace en este libro, las diversas experiencias que tienen lugar en los países de la Unión Europea, repasando las políticas de comunicación y los procesos de descentralización de unos espacios audiovisuales nacionales que se caracterizan casi sin excepción por su origen fuertemente centralizado.

2. Descentralización en la era global: el auge de los espacios regionales y locales en la Europa unida

El fenómeno político europeo de mayor trascendencia y visibilidad de final del siglo XX es, sin duda, el proceso de unificación, la construcción de la Europa unida. Ello tiene lugar en un contexto de creciente globalización, de mundialización de la economía, de la política, de la cultura, procesos en los cuales la comunicación desempeña un papel cada día más decisivo.

Pero este fenómeno de globalización de las sociedades no puede oscurecer otro proceso no menos significativo y paralelo: el auge de los espacios locales y regionales, a nivel económico, político y cultural. Desde el punto de vista político, la gran mayoría de los Estados europeos han llevado a cabo en los últimos 20 ó 30 años importantes reformas institucionales que han comportado el surgimiento o la consolidación de niveles regionales de gobierno, fenómeno especialmente visible en los Estados grandes y de tradición centralista (Francia, España, Italia y Reino Unido; Alemania tiene un régimen federal desde el fin de la II guerra mundial), pero también observable en los Estados con territorios medianos y pequeños (especialmente Bélgica, pero también Holanda, Dinamarca, Grecia, Suecia...). Este refuerzo del nivel regional de gobierno se refleja en el reciente surgimiento de organismos de lobbying de las regiones ante los poderes comunitarios, como es el caso de la Asamblea de las Regiones de Europa, el Consejo de los Municipios y Regiones de Europa o el propio Comité de las Regiones, instituido por el Tratado de Maastricht como parte integrante del organigrama comunitario. Simultáneamente, el nivel local de gobierno se ha visto reforzado en muchos Estados. Los municipios han superado su antiguo estatus de delegados del poder central, sin autonomía política, para hacerse cargo de múltiples funciones antiguamente ajenas a la administración local. Un caso singular de esta asunción de competencias se producirá, precisamente, en el ámbito de las comunicaciones, y más concretamente en el sector de las telecomunicaciones.

Este nuevo protagonismo de los niveles regional y local puede ser atribuido a razones de cambio estructural, especialmente la transformación del Estado del bienestar, que obliga a los gobiernos centrales a desprenderse de algunas competencias y responsabilidades en favor de niveles de gobierno más cercanos a los ciudadanos. Estos procesos, que inciden plenamente en las políticas de comunicación de la era broadcasting, aún serán más relevantes en las nuevas etapas de la sociedad de la información.

Las causas culturales son igualmente significativas, como testimonia el renacimiento de las denominadas culturas y lenguas minoritarias. El mosaico de culturas y lenguas que constituye la UE (donde se hablan unos 30 idiomas autóctonos), disimulado durante decenios por los esfuerzos homogeneizadores de las culturas hegemónicas, resurge por la acción de comunidades resueltas a recuperar sus lenguas y tradiciones históricas. Este factor también incide plenamente en el proceso de fortalecimiento de los sistemas de comunicación regionales y locales en Europa. Muchas comunidades anteriormente periféricas, como los galeses o los escoceses en el Reino Unido, los catalanes, los vascos y los gallegos en España, los frisios en Holanda, los bretones y corsos en Francia, la comunidad de lengua gaélica en Irlanda, y muchas otras, protagonizan actualmente una recuperación y una normalización cultural-lingüística, a la que contribuyen decisivamente los medios de comunicación y, en particular, la televisión.

Esta revitalización de las lenguas y culturas minoritarias o menos difundidas debe relacionarse con la globalización cultural. Ante la apertura de los horizontes cognoscitivos y simbólicos más allá del referente Estado-nación, hacia el mundo, las personas buscan en su comunidad inmediata las señas de identidad propias y genuinas, que le puedan ayudar a afrontar la complejidad y la hibridación crecientes.

Por su parte, las transformaciones económicas propiciadas por el desarrollo del denominado capitalismo tardío han revalorizado los espacios regionales y locales como ámbitos propicios para la adaptabilidad y la descentralización de la producción en unidades pequeñas y medianas. Desde el punto de vista de los mercados, la creciente competitividad obliga a una comercialización más atenta a las particularidades y gustos de las diferentes comunidades humanas, llevando hasta el nivel local la personalización de los productos. La producción se diseña globalmente, pero se ejecuta y se vende localmente.

En síntesis, tal y como muchos estudiosos han señalado, la globalización –económica, política y cultural– tiene su contrapartida en la descentralización y la localización. Los Estados-nación ceden protagonismo en beneficio de viejas y nuevas territorialidades e identidades: Europa, las regiones y los municipios. Sin embargo, ello no significa, en absoluto, la desaparición del Estado como realidad política ni como referente simbólico y cultural. En realidad, la nueva territorialidad se caracteriza por la complejidad, la sobreposición de niveles diferentes, la movilidad de las fronteras y la hibridación de las identidades. Se ha sustituido un marco de referencia único y centralizado, el Estado-nación, por otro múltiple y dinámico. La región no sustituye al Estado; lo complementa, a veces en competencia con él, otras en cooperación (no hay que olvidar que la región político-administrativa forma parte de la propia estructura estatal), siempre en un contexto de interacción compleja con otras regiones y Estados, con la UE y con los municipios. Tampoco la región es una realidad homogénea, sino todo lo contrario. Las fronteras de las regiones económicas, políticas y cultural-lingüísticas raramente coinciden. Una región económica puede integrar diferentes regiones políticas, incluso de Estados diferentes. Lo mismo pasa con algunas regiones lingüísticas, aunque también puede ocurrir lo contrario, que una región política integre varias comunidades culturales. Esta es, también, la realidad que la globalización, la Europa unida, pone al descubierto. Por poner un único ejemplo, en el caso alemán la realidad regional está en un nivel inferior a los länder, y sólo coincide con estos últimos en el caso de las tres ciudades-estado, Berlín, Hamburgo y Bremen, y en el pequeño land del Sarre.

Toda esta complejidad se refleja necesariamente en la proliferación, sobreposición e hibridación de los espacios de comunicación, en la medida en que éstos son reflejo y motor al mismo tiempo de los distintos territorios e identidades culturales.

3. Viejos y nuevos conceptos para interpretar la descentralización televisiva

Los conceptos utilizados durante la era broadcasting para analizar los diversos modelos de televisión están perdiendo vigencia a medida que surgen nuevas realidades mucho más complejas, resultantes de la proliferación de canales, la fragmentación de las audiencias y la globalización/descentralización de la comunicación. En este sentido cabe afirmar que el concepto de «espacio de comunicación» resultó útil (Moragas, 1988) para analizar el antiguo escenario de la televisión hertziana, ya que nos permitió interpretar los diversos modelos de televisión en función de su área geográfica de cobertura: transnacional, estatal, regional y local-municipal. Pero las contradicciones y complejidades anteriormente citadas, agravadas por la influencia de las transformaciones tecnológicas, ponen al descubierto las insuficiencias del concepto de espacio de comunicación para expresar la gran diversidad de experiencias televisivas desde el punto de vista cultural.

Para ello debemos utilizar un conjunto de conceptos, algunos de ellos nuevos, cuya delimitación nunca termina de satisfacer plenamente la exigencias del análisis de un fenómeno caracterizado por su complejidad y diversidad. Se trata de términos como descentralización televisiva, televisión regional, televisión en las regiones, televisión de proximidad, televisión local, televisión urbana, televisión a pequeña escala (en inglés small scale television), etc., algunos de ellos con significaciones distintas dependiendo del idioma en que sean expresados.

Un primer concepto, que aparecerá a menudo en estas páginas, es el de descentralización televisiva, que tiene una doble utilidad: por una parte, abarca las diversas realidades susceptibles de ser identificadas con cualquiera de las otras etiquetas, desde las televisiones autonómicas en España hasta las estaciones locales de la red TV Danmark; y por otra, aporta una perspectiva histórica evolutiva, al poner el acento en el proceso de transición desde formas de organización de los sistemas televisivos originalmente muy centralizadas, hacia situaciones de mayor protagonismo de las regiones y ciudades.

Los conceptos quizá más extendidos en el ámbito de nuestro objeto de estudio son los de televisión regional y televisión local. Con el primero se denominan aquellas actividades televisivas de cobertura específica y deliberadamente regional (menor que la cobertura estatal y mayor que la local), en el doble sentido geográfico y periodístico (de contenidos),2 mientras que con el segundo nos referimos a las emisiones de cobertura específicamente local (generalmente de ámbito urbano o municipal).3 En la tradición europea, se entiende generalmente por televisión regional las emisiones en desconexión de centros regionales pertenecientes o adscritos a cadenas estatales: las ventanas informativas (windows) de algunas cadenas nacionales como RAI3, France Régions 3 (ahora simplemente France 3), la BBC o RTVE, acompañadas en el mejor de los casos de magazines regionales. No obstante, durante los años 80 y 90 han surgido emisoras independientes con cobertura específica y exclusivamente regional, que rechazan la etiqueta televisión regional como descripción de sus actividades, por considerarla insuficiente y en cierto modo peyorativa. En consecuencia, la expresión televisión en las regiones, o televisión de ámbito regional, más descriptiva, parecen también más adecuadas a la diversidad de experiencias en este campo. Sin embargo, estas expresiones no engloban las experiencias de televisión local, que comparten con las primeras el hecho de fundamentar su existencia en la proximidad física y referencial a los telespectadores.

Asumiendo estas dificultades, proponemos la utilización del concepto de televisión de proximidad para designar de manera global todas las experiencias de emisión «a pequeña y mediana escala». Esta expresión fue acuñada en Francia («télévision de proximité») a finales de los años 80 para denominar las nuevas desconexiones urbanas del canal público de cobertura nacional France 3. En nuestra investigación la proponemos como una innovación destinada a superar las contradicciones planteadas por la terminología anteriormente citada, más centrada en la idea geográfica de espacios de comunicación que en la de contenidos y usos sociales de la televisión.4

El concepto de proximidad aplicado a la televisión tiene que ver con la idea de que entre la emisora y sus receptores existe un escenario de experiencias compartidas, cosa que, en definitiva, se verá reflejada en los contenidos de la programación. La principal concreción de este pacto de proximidad, o complicidad entre la audiencia y la emisora, es la atención preferente que estas televisiones prestan a los contenidos informativos relativos al propio territorio de referencia, una atención que va más allá de los telediarios clásicos (las noticias) y que se extiende hacia otros géneros, como los reportajes, las entrevistas, las tertulias, los debates y talk-shows, los documentales, los magazines de actualidad... Por su parte, los receptores premian esta proximidad con un elevado nivel de audiencia, como se refleja por ejemplo en el éxito de las emisiones desconectadas de France 3: las audiencias de sus informativos regionales de la franja horaria de 19:10 a 19:30, así como las de las ediciones locales y de los Departamentos, han experimentado un crecimiento continuado, hasta alcanzar en el año 1997 un share medio del 42% en esa franja horaria.

En los últimos años, esta demanda de contenidos de proximidad, hasta ahora satisfecha básicamente con programas de no ficción, se ha ido extendiendo hacia los géneros de ficción, que por sus altos costes y por su naturaleza de «entretenimiento» eran, hasta hace muy poco, territorio exclusivo de las grandes televisiones nacionales y de las multinacionales del audiovisual. Por ejemplo, el programa más exitoso de la televisión catalana, TV3-Televisió de Catalunya, en la temporada 1997-98, 14 años después de su creación, fue la serie dramática de producción propia Nissaga de Poder, emitida diariamente en horario de sobremesa y centrada en las peripecias de una rica familia catalana de productores de champán. Algo parecido pasa en el canal galés S4C, cuyo programa en lengua galesa más popular es el veterano serial Pobol y Cwm, producido por BBC Wales.

Con el crecimiento de la oferta y las innovaciones tecnológicas, la televisión empieza a demostrar que ella también puede hacer lo que hasta hace poco parecía misión exclusiva de medios más ligeros, como la prensa o la radio: interpretar la realidad desde la complicidad de unos valores culturales compartidos por una comunidad de dimensiones reducidas.

4. Descentralización de la televisión en Europa: evolución histórica y principales etapas

Las primera etapas de la televisión en Europa se desarrollaron bajo premisas de fuerte centralismo. Empezó a funcionar en las capitales (Londres, París, Roma, Madrid...) y desde allí se extendió de forma radial hacia las «provincias», difundiendo siempre una única programación común para todos los territorios, mayoritariamente (si no exclusivamente) producida en la sede central de la emisora. Las primeras manifestaciones de descentralización se remontan a los años 60, excepcionalmente a los años 50 en el caso del Reino Unido, en forma de implantación de centros de televisión en las principales ciudades «de provincias», que actúan como delegaciones informativas y técnicas del ente centralizado, pero que además empiezan a emitir breves boletines informativos regionales, en desconexión. No obstante, estas actividades son claramente secundarias en los proyectos estratégicos de las grandes corporaciones públicas de radio y televisión, mucho más interesadas en la «nacionalización» que en la descentralización. Precisamente para evitar esta función de afirmación nacional los Aliados impusieron a la Alemania derrotada una estructura federal, con su correspondiente sistema de radiodifusión altamente descentralizado (véase el artículo de Hans Kleinsteuber y Barbara Thomass en este libro).

El desarrollo histórico de la descentralización televisiva en Europa se puede dividir en cuatro fases principales, incluyendo la etapa actual de grandes innovaciones.

A finales de los 60, y especialmente durante los años 70, la creación de segundos y terceros canales por parte de las radiotelevisiones públicas propició una primera apertura de la televisión hacia las realidades regionales y locales. Las grandes corporaciones públicas (BBC en el Reino Unido; RTF-ORTF en Francia; RTVE en España, etc.) crean sus propias estructuras regionales. Una vez alcanzada la solidez institucional y empresarial, gracias a los beneficios derivados de su monopolio y de la financiación pública, y conseguida la cobertura de todo el país con uno o dos canales, van implantando centros o delegaciones en las principales ciudades y regiones del territorio nacional. Se trata de un proceso que podemos considerar «natural», en el sentido de que estas corporaciones tratan de reforzar sus áreas de cobertura desde el centro hacia la periferia.

Sin embargo, estos centros regionales desempeñan un papel claramente secundario. Contribuyen a la programación informativa de los canales estatales actuando como corresponsalías (muy raramente como productores de programas, papel reservado a las sedes centrales de las corporaciones radiotelevisivas), y se permiten algunos, más bien pocos, minutos semanales de desconexión para la emisión de información regional. Sólo muy lentamente irán ampliando sus parrillas desconectadas, tanto en horas como en variedad de géneros.

El Reino Unido fue pionero en la aplicación de una política de descentralización televisiva a gran escala, con la creación de una de las primeras cadenas comerciales de Europa, la ITV, a partir de una estructura de empresas regionales independientes. Alemania constituye un caso excepcional, como hemos dicho, ya que desde el principio cuenta con un sistema audiovisual federal, fuertemente descentralizado.

Entre mediados de los años 70 y mediados de los 80 se generalizan las críticas al monopolio de la televisión pública. Esta corriente reformista tiene varios frentes, uno de los cuales es la descentralización territorial de las estructuras audiovisuales. Simultáneamente, las innovaciones tecnológicas en el sector audiovisual abaratan los costes de producción y difusión, sentando las bases para la «televisión a pequeña escala». El debate reformista es especialmente vivo en Francia e Italia, pero también se deja sentir en el Reino Unido, Alemania, Holanda, Dinamarca, Bélgica... Durante este periodo surgen las primeras televisiones locales, algunas de ellas bajo el modelo de acceso (open channel), y se refuerzan las estructuras regionales de las corporaciones públicas, cuya máxima expresión es la creación de terceros canales de base regional en Francia (FR3) e Italia (RAI3). En España, este período coincide con la transición política, uno de cuyos principios fundamentales es la configuración del Estado español como un Estado autonómico y la creación de 17 comunidades autónomas. Como consecuencia se sientan las bases para el desarrollo del sistema audiovisual regional más desarrollado y amplio de Europa, después del alemán.

Desde mediados de los 80 hasta principios de los 90 el debate y las reformas en el sector audiovisual se centran en la desregulación/privatización y la globalización de la televisión. Los nuevos canales privados, para optimizar sus ingresos comerciales, luchan por maximizar sus audiencias, arrastrando en la competencia a las antiguas corporaciones públicas. Los primeros, consecuentemente, no están interesados en coberturas pequeñas, regionales o locales, sino nacionales o internacionales. Las segundas se ven limitadas en su carrera competitiva por onerosas estructuras derivadas de su cometido de servicio público, entre las que se incluirían sus «obligaciones regionales», por lo que en muchos casos optarán por congelar o reducir sus actividades descentralizadas (RAI, FR3, TVE...). Como consecuencia de todos estos procesos, la presencia del factor «proximidad» pierde visibilidad ante la proliferación de canales comerciales y programaciones de entretenimiento. En esta etapa la «proximidad» aún no se percibe como una baza para las grandes cadenas de televisión públicas o privadas.

Ya en los 90, en plena transición a la era digital, los procesos de privatización y de transformación tecnológica determinan un cambio de gran importancia para el sector audiovisual: la multiplicación y la diversificación de los canales de televisión. Ante esta nueva situación, a medida que maduran los procesos de desregulación y de innovación, la televisión de proximidad va adquiriendo nueva relevancia. Las antiguas iniciativas de desconexión recuperan su protagonismo, al tiempo que surgen nuevas experiencias de ámbito regional y local. En este libro se ofrecen numerosos ejemplos de este auge. Algunas cadenas públicas nacionales han reforzado sus estructuras regionales y se abren a la programación de proximidad como estrategia competitiva global (el caso más claro es el de France 3). Las televisiones autonómicas españolas están experimentando una firme recuperación de audiencia y de ingresos, a pesar de la multiplicación exponencial de la oferta audiovisual española (algo parecido puede decirse del canal de Gales S4C).

A nivel local, cada vez son más las ciudades que cuentan con canales propios, de naturaleza pública, privada o mixta. Este fenómeno incluso empieza a interesar a las grandes cadenas privadas estatales, que apuestan de manera creciente por las desconexiones regionales o locales. Este es el caso, por ejemplo, de las españolas Antena 3 TV y Tele Cinco, o de la británica ITV. En Dinamarca, la cadena comercial TV2 cuenta con una red de ocho centros regionales que emiten diariamente en desconexión para sus respectivos territorios (véase el artículo de Thomas Tufte en este libro); algo parecido pasa con el canal privado sueco TV4, que emite 15 desconexiones locales diarias a través de otras tantas televisiones locales asociadas. En Alemania, las cadenas privadas estatales SAT.1 y RTL emiten ventanas regionales, si bien más por obligación legal que por voluntad propia.

Así pues, la llegada de la «era digital» no parece excluir la existencia de televisión de proximidad.

5. Tipología de las experiencias de «televisión de proximidad»

A diferencia de lo que ocurrió durante las primeras épocas de la implantación de la televisión, el panorama de la televisión local y regional en Europa está muy lejos de presentarse homogéneo o uniforme. Al contrario, lo que se observa hoy es una multiplicidad de formas y de modelos que tratan de adaptarse y de responder a la gran diversidad (cultural, lingüística, política, demográfica, geográfica) existente a escala regional y local.

La «televisión de proximidad» es, por su propia naturaleza, la de la diversidad. Por ello, en nuestro anterior trabajo (Decentralization in the Global Era) proponíamos una tipología para la interpretación y la clasificación de la televisión regional en siete modelos, que a grandes rasgos sigue vigente:

1.Televisión de producción delegada en la región

Designa aquellos centros regionales que producen programas para una televisión nacional, de la que dependen orgánicamente. Generalmente no emiten para la ciudad o región en que están implantados, su producción es escasa y está sometida a las directrices de la sede central de la cadena. Además, actúan como delegaciones informativas para esta última. Proponíamos como ejemplos a los centros regionales de ERT en Salónica (Grecia) y de RTP en Oporto (Portugal), aunque este último ha pasado a engrosar la lista del tipo siguiente. Con el tiempo esta categoría ha pasado a ser residual, ya que se ha tendido a que todos los centros regionales ofrezcan algún tipo de programación desconectada.

2.Televisión descentralizada

Esta categoría incluye las estructuras de centros regionales dependientes de una televisión nacional que producen y emiten un informativo diario para su región, de una duración aproximada de entre 15 y 30 minutos diarios, según los casos. También colaboran con la producción de noticias y reportajes para los servicios informativos centrales. Es el caso, por ejemplo, de los centros regionales de TVE (España), de la RAI (Italia), de TV2 (Dinamarca) y de la ORF (Austria).

3.Televisión de desconexión regional

Se trata de un modelo similar al anterior, aunque más evolucionado. Designa a aquellos centros regionales de una televisión nacional que emiten en desconexión una hora diaria o más, con una parrilla mínimamente diversificada. La información regional se completa con reportajes, programas culturales, debates, concursos y deportes. Estas «miniparrillas» en desconexión incluyen en algunos casos publicidad regional. A menudo cuentan con cierta capacidad de producción autónoma, que utilizan para sus propias necesidades de programación, o bien para elaborar programas de difusión nacional (algunas de estas delegaciones han sido, son o pueden llegar a ser importantes centros de producción de programas para la emisión nacional). Por ejemplo, las delegaciones de algunas grandes cadenas públicas instalados en regiones con una clara identidad propia, como por ejemplo BBC Scotland y BBC Wales en el Reino Unido, y TVE Catalunya y TVE Canarias en España.

4.Televisión de organización federada

Se refiere a aquellos organismos televisivos regionales, jurídicamente independientes pero asociados entre sí, que se encargan de la gestión de un canal nacional y de la producción de programas para el mismo. Además, utilizan su radicación en el territorio para producir y emitir programaciones específicas para sus regiones respectivas. Este tipo incluye, por ejemplo, los organismos radiotelevisivos de los länder alemanes y las compañías regionales privadas de Channel 3 (la antigua ITV) en el Reino Unido.

5.Televisión independiente de cobertura específicamente regional

En esta categoría consideramos a las emisoras regionales independientes que producen y emiten para su región una programación completa y generalista. A este tipo pertenecen las televisiones autonómicas en España, Omrop Fryslân en Holanda y S4C en el País de Gales.

6.Televisión regional independiente con cobertura suprarregional, nacional o internacional

Este sería el caso de las emisoras regionales independientes del tipo anterior que no sólo emiten para su región, sino también para ámbitos territoriales superiores (varias regiones, el conjunto del Estado o, incluso, más allá de las fronteras estatales). Este tipo, hasta hace poco muy minoritario, ha proliferado últimamente por efecto de la implantación de la compresión digital y la redistribución en plataformas digitales vía satélite o por sistemas de cable. Así, varios canales regionales alemanes se reemiten vía satélite (West 3, N3, Bayern 3, MDR 3), y todas las televisiones autonómicas españolas cuentan con versiones vía satélite que se reciben en toda Europa (y en algunos casos en América). Las televisiones belgas, tanto las públicas como las privadas, son «regionales» en la medida en que se dirigen a una de las dos grandes comunidades lingüísticas territorialmente definidas (la flamenca y la valona), aunque todas ellas pueden recibirse en todo el país (y más allá) gracias a la difusión por cable.

7.Televisión local de influencia regional

Aunque propiamente no puedan calificarse de «televisiones regionales», consideramos muy asimilables a este concepto aquellas emisoras de difusión hertziana (hasta ahora) cuya zona de difusión e influencia alcanza una parte importante de la región en que radican. A este tipo pertenecen emisoras como Télé Lyon Métropole en Lyon (Francia), Rete 7 en Bologna (Italia), Puls TV en Berlín (Alemania), etc.

6. Otras clasificaciones de carácter transversal

La anterior clasificación en siete categorías puede ser completada con otros enfoques, en parte necesarios para dar cuenta de la mayor complejidad de la realidad que denominamos «televisión de proximidad», que incluye, además de la dimensión regional, la local o urbana. Por ello, y considerando la aceleración de las transformaciones en este sector, podríamos considerar una tipología múltiple, a partir de diferentes criterios clasificatorios.

6.1 Tipología según la función comunicativa: «televisiones espejo» y «televisiones ventana»

Retomamos aquí una propuesta tipológica lanzada por Pierre Musso (1991), la que distingue entre «televisiones espejo» y «televisiones ventana». Desde el punto de vista de la región o de la ciudad una emisora de proximidad puede actuar a modo de «espejo», reflejando la realidad local con una programación completa e independiente, o como una «ventana», insertando en una programación de ámbito nacional espacios desconectados dirigidos a la región o ciudad en cuestión.

Esta última categoría incluye las desconexiones de las programaciones de ámbito nacional para introducir las emisiones específicamente regionales en diferentes territorios simultáneamente, producidas por las delegaciones de los organismos televisivos centrales, o por emisoras regionales independentes que se asocian para producir en común un canal nacional, en el que insertan las desconexiones que producen ellas mismas. Estas desconexiones son de una duración diaria de entre media hora y hora y media diaria, y se centran en el macrogénero informativo (por tanto, pueden incluir hard news, espacios de actualidad, debates, reportajes, talk-shows, documentales, retransmisiones...). Algunos ejemplos de este tipo son las desconexiones regionales de BBC (Reino Unido), RAI (Italia), TVE (España), France 3 (Francia), ARD (Alemania), ITV (Reino Unido), Antena 3 TV (España), RTL (Alemania), TV2 (Dinamarca) y ORF (Austria).

En cambio, la televisión «espejo» se refiere a las emisoras que difunden programaciones completas dirigidas específicamente a regiones concretas de un Estado, elaboradas por organismos televisivos de implantación regional o local-metropolitana, independientes por tanto de las emisoras nacionales. A menudo, estos canales tienden a imitar los modelos de programación de las grandes televisiones generalistas estatales e internacionales, incluyendo la emisión de programas de producción externa o importados (telefilmes, documentales, largometrajes, seriales...), pero se diferencian de estos últimos, y de ahí el nombre de «televisiones espejo», por que tienen como misión principal reflejar la realidad de la región o ciudad con programas de producción propia, es decir, con programas de proximidad, aquellos específicamente dirigidos a satisfacer los gustos y las necesidades de las audiencias con contenidos cercanos a su experiencia cotidiana.

En esta categoría se incluirían, por tanto, los 10 canales autonómicos españoles, S4C en el País de Gales (Reino Unido), los canales regionales de las corporaciones de los länder alemanes, y un gran número de canales locales, urbanos y metropolitanos en casi todos los países de la UE.

6.2 Tipología según el uso de la lengua

El análisis del uso de las lenguas por parte de las televisiones regionales y locales también puede dar pie a una clasificación tipológica. Según este criterio se pueden distinguir:

§ Las emisoras que difunden programas total o fundamentalmente en una lengua propia de la región en que operan y diferente de la mayoritaria del Estado en que radican. Este modelo se da casi exclusivamente en España, con múltiples casos: los dos canales de Televisió de Catalunya, el primero de Euskal Telebista, los dos de Televisió Valenciana, Televisión de Galicia, y los centros territoriales de TVE en Cataluña, en las Baleares y en Galicia. En el Reino Unido existe el caso particular de S4C. Si bien más de un 75% de su parrilla consiste en programas en inglés tomados de Channel 4, se podría incluir en esta categoría, debido a que la gran mayoría de su programación de prime time se emite en galés.

§ Televisiones en las regiones que emiten completamente en la lengua mayoritaria del Estado. Es el modelo más extendido, especialmente (y como es obvio) en aquellas regiones sin una lengua propia diferenciada.

§ Emisoras que difunden básicamente en la lengua mayoritaria del Estado, pero con una presencia regular (que puede variar desde unas cuantas horas mensuales a varias horas diarias) de programas en la lengua propia del territorio para el que emiten. Este tipo es propio de los centros o delegaciones regionales de cadenas estatales ubicados en regiones donde se habla una lengua propia diferente de la mayoritaria. Por ejemplo: France 3 Bretagne-Pays de Loire (bretón), RAI Bolzano (alemán y ladino), y BBC Scotland (gaélico).

6.3 Tipología según cobertura territorial

Esta clasificación, que hace diez años hubiera sido relativamente factible, hoy en día se complica por efecto de las innovaciones tecnológicas y la combinación de diferentes canales de difusión (éter, cable y satélite). Las áreas geográficas de cobertura de los diversos canales varían con bastante rapidez, al margen de que a menudo no coinciden las coberturas «legales» (o teóricas) y las reales: estas últimas suelen ser mucho más amplias, por efecto de los rebosamientos hertzianos o de la difusión «incontrolada» por redes de cable. Así, una posible tipología por área de cobertura podría incluir los siguientes niveles: televisiones de barrio, televisiones locales o urbanas, televisiones metropolitanas, televisiones comarcales, televisiones regionales, televisiones regionales con cobertura real nacional, y televisiones regionales con cobertura real internacional. Se tiende a que las fronteras entre estos tipos se difuminen, y de hecho los canales económicamente más potentes (las autonómicas españolas, las corporaciones de los länder, Paris Première...) tienden a ampliar sus coberturas más allá incluso de las fronteras del país en que radican, para llegar a aquellas personas originarias de la región o de la ciudad en cuestión que viven fuera de ella, o simplemente a aquellos televidentes interesados por alguna razón en contenidos referidos a esa ciudad o esa región.

7. Factores de la descentralización televisiva en Europa

El análisis comparativo revela la existencia de cuatro grandes grupos de factores explicativos de la descentralización televisiva: factores políticos, factores culturales (y lingüísticos), factores tecnológicos y factores mediáticos (aquellos que se derivan de la estructura y la economía de la televisión). Todos ellos, lejos de actuar de manera aislada, lo hacen de forma combinada, tanto positivamente como obstaculizando el desarrollo de la televisión regional y local, por lo que su influencia no es unívoca.

7.1 Factores políticos

Del análisis de las diferentes experiencias descritas en este libro se desprende que uno de los factores más influyentes –como apoyo o como freno– en la descentralización televisiva es el político. Este peso se refleja en tres dimensiones principales, íntimamente ligadas entre sí: el paralelismo evidente entre la regionalización político-administrativa de los Estados y la descentralización televisiva, la influencia de los grupos y partidos políticos en la televisión de proximidad y el predominio de la iniciativa pública en este sector. Finalmente, una cuarta dimensión política que debería tenerse cada vez más en cuenta es la internacionalización, más concretamente la cesión de soberanía de los Estados hacia la Unión Europea.

Regionalización político-administrativa y descentralización televisiva

Los procesos de descentralización político-administrativa tienen consecuencias directas e inmediatas en los sistemas radiotelevisivos. Esto resulta especialmente evidente en los grandes Estados de tradición centralista cuya televisión nació bajo la tutela directa del aparato estatal. Es el caso de España, Francia e Italia, donde, ya con anterioridad a las reformas descentralizadoras más recientes, el vínculo entre televisión regional y ordenación del territorio se había evidenciado en la creación de delegaciones y de desconexiones regionales de los organismos radiotelevisivos estatales.

En Italia, la creación de las regiones en el periodo 1972-1977 tuvo una respuesta casi inmediata en el lanzamiento de la cadena regionalizada RAI3 en 1979 (véase el artículo de Renato Porro y Giuseppe Richeri en este libro). En España, la Constitución de 1978, que rompía con siglos de cerrado centralismo y daba paso a un régimen autonómico, permitió la aparición de las televisiones autonómicas a partir de 1982 y estimuló la descentralización de RTVE (véase el artículo de Bernat López, Jaume Risquete y Enric Castelló en este libro). En Francia, la ley de descentralización de 1982 (véase el artículo de Sylvie Bardou-Boisnier e Isabelle Pailliart en este libro) vino acompañada por una reforma audiovisual que, entre otras cosas, preveía la fragmentación de FR3 en 12 sociedades regionales de televisión independientes, que permitirían un incremento espectacular de la producción y la emisión de ámbito regional (aunque luego estas expectativas quedarían en reformas regionalizadoras menores). Alemania, como ya se ha dicho, representa el modelo de máxima descentralización, ya que el gobierno federal no tiene competencias en materia radiotelevisiva: éstas se concentran en manos de los länder, que han creado corporaciones radiotelevisivas regionales independientes, sustento del sistema audiovisual alemán. Austria no fue tan lejos en la descentralización de su sistema audiovisual, a pesar de que las potencias ocupantes tras la guerra también reorganizaron el Estado sobre una base federal. Sin embargo, la ORF es un organismo centralizado y nacional, que cuenta con delegaciones en cada uno de los länder austríacos (véase el artículo de Hans Heinz Fabris y Gabriele Siegert en este libro).

El caso británico es particular, ya que mucho antes de los pasos de devolución político-administrativa impulsados por Tony Blair desde 1997, se habían ido tomando en este país medidas dirigidas a garantizar una cierta descentralización televisiva, cuya máxima expresión fue la creación, por parte del gobierno Thatcher, de una televisión regional en el País de Gales en 1982, en contradicción aparente con los principios neoliberales de la dama de hierro. El carácter político de esta y otras decisiones descentralizadoras que afectaron en su momento a la BBC y a la ITV resulta evidente: el objetivo era la creación de canales de expresión propios de las periferias no inglesas, especialmente en el caso de las minorías nacionales de Escocia y Gales, con el objetivo de aliviar las incipientes tensiones autonomistas surgidas en estas nacionalidades. Finalmente, otro caso destacable de influencia de la regionalización política en la descentralización audiovisual es el de Bélgica, cuyo sistema televisivo, inicialmente unitario, se ha ido federalizando a medida que el Estado belga avanzaba hacia la separación entre las dos regiones/comunidades culturales dominantes: Flandes y Valonia (véase el artículo de J.-M. Nobre-Correia y Suzy Collard en este libro).

Todas estas transformaciones no han tenido lugar sin las correspondientes contradicciones y conflictos, fundamentalmente entre el Estado central y las instituciones regionales. De hecho, los proyectos de televisión de proximidad más competitivos, los que han alcanzado una presencia cultural y comunicativa más influyente, y una posición financiera más sólida, son fruto de pugnas políticas, algunas de ellas de larga duración y relacionadas con reivindicaciones de autonomía de amplio alcance como es el caso de Escocia (5 millones de habitantes) o de Cataluña (6 millones).

A la inversa, a menudo el Estado ha intentado limitar el alcance de la descentralización televisiva mediante la promulgación de leyes y regulaciones con contenidos restrictivos para el desarrollo de la televisión regional y local, o incluso no regulando deliberada y conscientemente el sector para impedir su crecimiento ordenado y sólido (como fue el caso de la televisión local en Italia y en España hasta entrados los años 90). Entre estas restricciones cabe referirse, por ejemplo, a las limitaciones a la creación de televisiones locales y regionales en la regulación de algunos Estados (en Francia, por el estricto control ejercido por el CSA; en España, en materia de televisión privada regional, o por lo que respecta a la concesión de canales autonómicos), la precariedad o la escasa duración de las licencias otorgadas (en Francia, las licencias de televisión local se asignan por periodos de tan sólo 4 o 5 años; en España, la ley de la televisión local impone obligaciones onerosas a los canales locales), las restricciones en materia de publicidad local y regional. La mayoría de estas limitaciones no afectan a las televisiones nacionales, tanto públicas como privadas.

Influencia de los partidos y de las élites políticas en la descentralización televisiva

Como resultado lógico del carácter político de la pugna centro-periferias, que se halla detrás de muchas experiencias de televisión regional y local, las élites políticas, y la política de partidos, han tenido y tienen una considerable relevancia en la existencia y el desarrollo de aquellas. Por ejemplo, en los casos citados casi siempre las élites regionales han intentado influir en las incipientes estructuras radiotelevisivas regionales, a veces llegando a extremos de control evidente sobre las mismas, para utilizarlas como instrumentos de influencia ideológica en relación con el Estado central e incluso contra sus oponentes políticos internos. Pero este fenómeno también tiene su opuesto: en otros casos es el Estado central quien ha intentando controlar o amortiguar las demandas o los sentimientos regionalistas mediante las estructuras regionales de las radiotelevisiones públicas bajo su control, o también instrumentalizarlas en luchas partidistas. Por ejemplo, en Francia la estructura regional de la ORTF, que después sustentó la creación de France Régions 3, fue fruto de una estrategia deliberada de los gobiernos gaullistas para crear recursos comunicativos del poder central en las regiones y contrarrestar así la influencia de la prensa regional francesa, a menudo alineada con los rivales políticos del gobierno. En España, también hemos visto cómo los centros regionales de TVE intentaban contrarrestar la pujanza de las nuevas televisiones autonómicas, controladas a su vez por partidos políticos de las autonomías.

La proximidad como función de servicio público

Uno de los resultados más visibles de esta influencia de lo político en el desarrollo de la descentralización televisiva es el protagonismo de las iniciativas de carácter público en el sector de la televisión local y regional. Se puede afirmar que las experiencias de televisión de proximidad impulsadas por el sector público son la norma, mientras que las vinculadas al sector privado son la excepción.

A ello hay que añadir los condicionantes propios de la economía de la televisión, dada su naturaleza de servicio que depende fuertemente de las economías de escala (el coste de ampliar su mercado, mediante la expansión de su cobertura, es pequeño en relación con el aumento de «impactos» publicitarios que puede ofrecer a los anunciantes). Por ello, las programaciones de las televisiones privadas, que aspiran a dirigirse a un número lo más amplio posible de espectadores, ofrecen mayoritariamente productos desterritorializados, programas de éxito adquiridos en el mercado exterior, o espacios de producción propia sin referentes socioculturales particulares más allá de la reproducción de ciertos formatos internacionales de éxito. Otra cosa es que en un futuro inmediato, y ante la fragmentación de la oferta televisiva, estas empresas descubran el factor «proximidad» como un nuevo valor competitivo, como ha sido el caso de las desconexiones locales de M6 en Francia y el de las ventanas regionales de Antena 3 TV y Tele Cinco en las comunidades autónomas españolas.

Internacionalización política: el nuevo referente comunitario

La política de comunicación de la Unión Europea ha asumido en los últimos 10 años un protagonismo extraordinario, al integrar a los Estados miembros en un nuevo y más amplio marco regulador que implica una cesión de poderes en un terreno tan estratégico para las soberanías nacionales como es la comunicación.

En este nuevo contexto comunitario, el proyecto central ha consistido en crear un mercado común para las infraestructuras, los bienes y los servicios comunicativos (especialmente en los sectores audiovisual y de las telecomunicaciones), capaz de garantizar, simultáneamente, la supervivencia de las identidades europeas y la competitividad de las industrias culturales y de información autóctonas (Vasconcelos et al., 1994). Las políticas de comunicación comunitarias se definen entonces como una forma de resistencia frente a las grandes potencias culturales y tecnológicas (EEUU, Japón), por lo que incorporan un importante componente proteccionista, pero al mismo tiempo significan una decidida apuesta por la liberalización del mercado interior y por la ruptura de los diferentes monopolios estatales de televisión y de telecomunicaciones, inclinando la balanza a favor de la lógica neoliberal-privatizadora por encima de la proteccionis-ta-intervencionista (Collins, 1994). Esta potente componente liberalizadora tiene como contrapeso una serie de líneas de intervención política, generalmente más tímidas:

§ Impulso a los debates sobre los efectos de la concentración en el pluralismo mediático;

§ Apoyo a la producción audiovisual europea (programa MEDIA);

§ Apoyo condicionado a la televisión de servicio público;

§ Adopción de programas y medidas estimuladoras de la difusión social de las tecnologías de la información y la comunicación (discurso comunitario sobre la «sociedad de la información»; defensa del principio de «servicio universal»).

La incidencia en la descentralización televisiva de este trasvase parcial de soberanía hacia la Unión Europea es limitada, y en todo caso indirecta. Como es bien sabido, la UE ha adoptado el principio de subsidiariedad como guía en sus relaciones con los Estados miembros y, por extensión, con las regiones, por lo que la política regional europea es fundamentalmente correctora de los desequilibrios económicos y estructurales y no interventora en ámbitos reservados a la soberanía estatal o a las regiones. En otras palabras, el ordenamiento regional es competencia de los Estados y de las propias regiones, y la política europea tan sólo incide en él como un amplio marco de referencia a escala «macro». Así pues, en materia audiovisual, la política europea no ha afectado directamente a las regiones y ciudades, aunque sí indirectamente y de manera ambivalente, en la medida en que ha estimulado, por una parte, la desregulación y la privatización, y por otra la superación de rígidos marcos reguladores estatalistas, y consecuentemente la apertura de posibilidades para otros actores (las empresas, pero también las regiones y ciudades). Por otra parte, toda la vertiente del discurso comunitario de carácter proteccionista, promocional y de defensa de los grandes principios filosóficos del concepto de servicio público, conecta directamente con los valores de diversidad cultural, proximidad al ciudadano y autenticidad arraigada en lo local, propios de la televisión de proximidad.

7.2 Factores culturales y lingüísticos

Los factores culturales y lingüísticos de la descentralización televisiva aparecen estrechamente vinculados a los factores políticos, y los refuerzan, en la medida en que a menudo la reivindicación de una cultura minoritaria se articula políticamente, en forma de demandas de autonomía más o menos avanzadas.

La influencia de estos factores culturales y lingüísticos se refleja claramente en el caso de aquellas emisoras implantadas en regiones lingüísticamente diferenciadas del resto del Estado en el que están ubicadas: Televisió de Catalunya, Euskal Telebista, Televisión de Galicia y Televisió Valenciana en España, S4C en el Reino Unido y Omrop Fryslân en Holanda (véase el artículo de Nick Jankowski y Monique Schoorlemmer en este libro). En todos los otros casos de televisiones regionales que emiten toda su programación o parte de ella en una lengua «minoritaria» el factor lingüístico no ha sido el motor principal o determinante de su creación, ya que se trata de delegaciones regionales de cadenas de ámbito estatal que forman parte de una estructura de centros dispersos por todo el territorio (de la que derivan su razón de ser). Las emisiones en lenguas «minoritarias» son generalmente accesorias y/o esporádicas en este tipo de centros regionales, con la excepción de los centros de TVE en Cataluña, Baleares y Galicia, que emiten íntegramente en una lengua diferente de la mayoritaria en España (en catalán en los dos primeros casos, y en gallego en el segundo). Así, por ejemplo, las cifras de emisiones en lenguas minoritarias de France 3 y RAI 3 son muy reducidas en comparación con el volumen global de sus emisiones regionales. En Escocia, donde unas 65.000 personas hablan gaélico (en una población de más de cinco millones de habitantes), las primeras emisiones regionales en esta lengua son bastante posteriores a la creación de BBC Scotland y de las compañías escocesas de la ITV, aparte de ser muy minoritarias. En todos estos casos, pues, no se puede considerar que la existencia de una lengua minoritaria haya supuesto una razón fundamental en la descentralización televisiva.

Por el contrario, los factores culturales y lingüísticos pueden actuar como un límite para el desarrollo de proyectos de televisión regional y local. Éstos han de responder a una demanda por parte de la audiencia para poderse consolidar, demanda que crece cuanto mayor es el grado de diferenciación cultural y lingüística y de autoconciencia de la comunidad en cuestión. Tal y como afirma Dominique Wolton, la comunicación no se otorga, sino que generalmente se conquista en un contexto de conflicto (Wolton, 1989). En una época marcada por la creciente desmovilización ciudadana y la falta de iniciativas de la sociedad civil, se corre el riesgo de que las nuevas televisiones locales y regionales surjan vinculadas exclusivamente a intereses partidistas o empresariales, y desprovistas de sanción social, y por lo tanto de arraigo y solidez. O lo que es peor, que no se creen nuevas emisoras por esta razón.

7.3 Transformaciones tecnológicas: «revolución digital» y cambios en la territorialidad de la comunicación

La tecnología propicia movimientos y transformaciones en la comunicación (aunque a menudo son estas últimas las que exigen innovaciones tecnológicas para satisfacer la demanda que generan). Así, entre las causas cooperantes de los cambios descentralizadores en la televisión cabe destacar la influencia de la tecnología, en diversas etapas y aspectos.

Sin los avances producidos durante los años 70 y 80 en el terreno de las tecnologías de producción (vídeo, cámaras ligeras, equipos ENG) y en el de la difusión televisiva (redes terrestres, redes de cable...) no habría sido posible el surgimiento de canales locales y regionales, o la dotación de centros regionales de cadenas estatales a costes asequibles. En otras palabras, el abaratamiento de los costes de los equipos y la multiplicación de las frecuencias disponibles, como resultado de la aplicación de nuevas técnicas de difusión, propició la proliferación de experiencias audiovisuales a pequeña y mediana escala.

Esta temprana influencia se ha ampliado notablemente con las expectativas abiertas en los años 90 por las «nuevas tecnologías», fundamentalmente por la digitalización, combinada con la implantación de redes de banda ancha. Podemos apuntar que estas tecnologías favorecen en buena medida los procesos de descentralización, al facilitar el abaratamiento de los costes de difusión debido a la multiplicación de canales. La digitalización está determinando el fin de la «era broadcasting», para dar paso a una nueva fase de la comunicación en la que –aunque parezca paradójico– se está recuperando el valor de todo lo local, tanto en el espacio audiovisual «clásico» como en el nuevo marco de convergencias tecnológicas y comunicativas del «ciberespacio» (Internet). Es en este sentido que algunos expertos han hablado de la era de la comunicación «glocal»: de producción y contenidos locales, pero de difusión global.

En contraste, la nueva situación de competitividad mundial está forzando un incremento continuo de los costes de producción audiovisual. En este contexto, caracterizado por la contradicción entre la multiplicación de canales y el incremento de los costes de producción, se produce un efecto de transformación de la lógica de la comunicación local, que ya no estará tan determinada por el espacio o ámbito de difusión, como sucedía en la era broadcasting, sino por los referentes socioculturales y geográficos de la producción de sus contenidos. El paradigma de esta nueva situación es Internet, donde los contenidos locales tienen una difusión mundial (Moragas, 1997a: 153 y 1997b: 88).