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Puede solicitar gratuitamente las soluciones a todas las actividades y al examen final en el email [email protected] Capacidades que se adquieren con este Manual: - Analizar el concepto de tiempo libre educativo y su evolución dentro del marco general de la educación y sociedad. - Identificar los conceptos educativos y los agentes intervinientes en la socialización que generan educación integral para la infancia y juventud. - Diferenciar los marcos de referencia atribuibles a la intervención en el tiempo libre infantil y juvenil. - Elaborar actividades de tiempo libre educativo infantil y juvenil. - Determinar la secuencia de acciones que se precisan para desarrollar un proyecto conforme a la educación en el tiempo libre. - Aplicar técnicas de evaluación de actividades educativas a contextos de tiempo libre. - Estimar la función del/a monitor/a como modelo transmisor de hábitos de salud.
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Seitenzahl: 255
Veröffentlichungsjahr: 2025
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Actividades de educación en el tiempo libre infantil y juvenil. MF1866.
Autor: D. Miguel Ángel Ladrón de Guevara.
© EDITORIAL TUTOR FORMACIÓN
C/ San Millán, 7, bajo 10
26004 Logroño (La Rioja)
Tlf. 610687276
Email: [email protected]
Web: https://editorial.tutorformacion.esohttps://tutorformacion.es
Edición: julio 2018
ISBN: 978-84-16482-75-7
Depósito legal:
Contenido
Aplicación de los fundamentos de la educación en el tiempo libre infantil y juvenil
1.Usos y funciones del tiempo libre en la sociedad actual.
1.1.Cuantificación, distribución y funciones del ocio y tiempo libre en la infancia y juventud.
2.Aplicación para la educación integral y el proceso de socialización.
3.Tiempo libre social y educativo: contextos, actividades, y modos de intervención.
3.1.Ámbitos de actuación.
3.2.Tipos de actividades.
3.3.Modos de intervención.
4.Aplicación del marco legislativo correspondiente a las actividades de tiempo libre infantil y juventud.
5.Test de investigación.
Aplicación de procesos educativos y socializadores en la infancia y la juventud.
1.Identificación y caracterización de los distintos contextos educativos (educación formal, no-formal, informal, integral.
2.Identificación y caracterización de los distintos agentes educativos y socializadores.
2.1.La familia.
2.2.La escuela.
2.3.El grupo de iguales.
3.Aplicación del proceso de socialización en la infancia, adolescencia y juventud.
3.1.Elementos y factores de apoyo y de riesgo. Análisis de causas y consecuencias, individuales y grupales, de la exclusión e inadaptación social.
4.Modos de intervención educativa en el proceso de socialización.
5.Impartición de una educación en valores y rol de la persona educadora.
5.1.Identificación y tipología de los valores.
5.2.Aplicación en las actividades de tiempo libre. Actuación de los monitores.
6.Métodos de participación en el tiempo libre educativo.
6.1.La “Escalera de la participación”.
6.2.Consecuencias de la participación.
6.3.Técnicas en las que participa todo el grupo activamente.
7.Test de investigación.
Elaboración en el tiempo libre infantil y juvenil de proyectos, y propuesta y evaluación de las actividades de intervención.
1.¿Qué es Planificar?
2.La redacción de un proyecto.
3.El análisis de la realidad.
3.1.Análisis de la realidad: fase de diagnóstico del entorno.
3.2.Posibles ítems a valorar en el diagnóstico.
3.3.Instrumentos de análisis.
4.Los objetivos.
5.La metodología y las actividades.
6.La temporalización.
7.Recursos económicos y materiales.
7.1.Los recursos económicos: Presupuestos.
7.2.Elementos de un presupuesto.
7.3.Los recursos materiales. Los Equipamientos.
7.4.Características de los espacios y equipamientos socioculturales.
7.5.Clasificación de equipamientos socioculturales.
7.6.La coordinación de los recursos socioculturales.
8.La evaluación.
8.1.Elementos de la evaluación.
9.Ejemplo de Proyecto de “Escuela de fútbol de verano”.
10.Análisis del perfil, funciones y ámbitos de actuación del monitor/a de tiempo libre.
10.1.Conocimientos básicos que debe tener un monitor.
10.2.Factores y ámbito de actuación de un monitor.
10.3.Tipología de actividades.
10.4.Funciones.
10.5.Perfil.
11.Métodos básicos de trabajo en equipo: equipo de monitores.
11.1.La organización del equipo de trabajo.
12.Test de investigación.
Estrategias y métodos de educación para la salud
1.Conceptos básicos de educación para la salud. Aplicación de hábitos de vida saludables (HVS).
1.1.Hábitos de vida saludables en niños y jóvenes (HVS).
2.Análisis de responsabilidades del monitor en la educación para la salud.
3.Planificación de recursos y métodos de prevención de conductas de riesgo y para la promoción y fomento de los hábitos de vida saludables (HVS).
3.1.Creación de hábitos (de 6 a 9 años).
3.2.Consolidación de hábitos (de 10 a 13 años).
3.3.Mantenimiento de hábitos (de 14 a 18 años).
4.Test de investigación.
Usos y funciones del tiempo libre en la sociedad actual.
Comenzaremos este apartado mostrando un estudio que se ha hecho para conocer en qué ocupan chicos y chicas de 12 a 19 años su tiempo libre: ¿qué suelen hacer para divertirse?, ¿cuánto tiempo emplean?, ¿en qué compañía?...
¿Qué haces en tu tiempo libre?
“Otras actividades” se refiere a que realizaban deporte en su tiempo libre (como la pesca, la orientación, el atletismo, el fútbol, etc.).
¿Cuántas horas al día dedicas al tiempo libre?
¿Tienes suficiente tiempo libre?
¿Con quién pasas el tiempo libre?
¿Practicas deporte?
¿Dónde te gusta ir de vacaciones?
¿Qué haces los fines de semana?
“Otras actividades” se refiere a la práctica deportiva, algunos de ellos deportes de competición.
Por otra parte, de manera global las funciones generales de la Educación en el Tiempo Libre serían las siguientes:
Situar críticamente a la persona frente a la realidad sociocultural en que se encuentra, para que se cuestione sobre la calidad de su estilo de vida y cómo influye ésta en su ocio y tiempo libre.
Proteger de los peligros y amenazas de la realidad actual del tiempo libre, haciendo reflexionar sobre la necesidad y la posibilidad de cambiar dicha realidad ‐sus valores, sus hábitos de comportamiento, sus consecuencias‐ tanto para uno mismo como para toda la sociedad.
Ayudar a una mejor organización de los tiempos de la vida de las personas, con el fin de obtener un mayor tiempo personal y una cierta liberación de las obligaciones, compromisos y tensiones de cada día.
Posibilitar vías de información que faciliten el contacto con diversos recursos, equipamientos, metodologías, reglas de juego, etc., que puedan emplearse para un aumento del disfrute y aprovechamiento del tiempo libre.
Procurar la satisfacción de las necesidades, apetencias e intereses de la persona en su tiempo libre, dejando que sea ella misma quien elabore sus propias respuestas y alternativas para configurar su propio estilo de ocio.
Fomentar la expresión creativa individual como una forma de recuperar el valor significativo y participativo de la democracia cultural.
Promover marcos de encuentro asociativo que sirvan para dinamizar las relaciones interpersonales, disfrutar del ocio en sociedad y participar más activamente de la vida de las comunidades.
Proponer situaciones inusuales y experiencias extraordinarias, que ayuden al descubrimiento personal de capacidades y destrezas, de acuerdo con los principios del aprendizaje significativo y la educación permanente.
Animar el tiempo libre como un espacio de ocio sugestivo y beneficioso para la persona, motivando la práctica de actividades, despertando aficiones, y animando la experiencia de lo lúdico y lo festivo.
1. Realiza un análisis acerca de cuáles eran tus actividades de ocio a la edad de 8 años, comparándolas con las que podías realizar con 16 años.
Contesta a las siguientes preguntas:
¿Qué diferencias encuentras en e l tipo de actividades?
¿Las personas con quienes compartías tu tiempo libre eran las mismas?
2. Busca centros educativos que organicen actividades extraescolares y redacta una lista del tipo de actividades que realizan y cuántas veces a la semana se efectúan.
3. Di si es verdadero o falso: Ocio y tiempo libre son sinónimos.
Aplicación para la educación integral y el proceso de socialización.
En primer lugar, vamos a definir estos conceptos, para una mejor comprensión de cómo ayuda la educación en el tiempo libre.
La educación debe de ser integral y completa. Esto significa que debe de incluir un compendio de aspectos y atender a todas las necesidades y manifestaciones de las personas.
La educación integral debe dotar de los conocimientos y las habilidades básicas y necesarias para desenvolverse en la vida.
Comprende tanto los aspectos educativos como los formativos. Intelectual, física, artística, social o emocional entre otras dimensiones son de las que se encarga de englobar la educación integral. Es un tipo de educación que se imparte en la escuela o en las instituciones educativas, en las actividades extracurriculares y en el ámbito cotidiano de la vida.
La sociedad debe de posibilitar a todas las personas la educación integral basada en el diálogo, en el uso responsable de la libertad, en el descubrimiento y desarrollo de las habilidades que tenemos, en la autonomía como capacidad autorreguladora de cada uno de nosotros, en la empatía hacia las otras personas, y en definitiva su interés es convertirnos en unos ciudadanos con sentimientos equilibrados y con la posibilidad de desarrollar nuestras competencias.
La educación integral contempla la totalidad de las funciones humanas, por lo que es un concepto que no puede dejarse de lado. Supone una preocupación en tres campos: el del conocimiento, la conducta y la voluntad.
El ámbito del conocimiento hace referencia a la instrucción, es decir, abarca los conocimientos que una persona culta debe de adquirir para valerse por sí misma y comprender su entorno.
La conducta del individuo debe de trabajarse desde la infancia, y se relaciona con la escala de valores de cada uno. Cada persona debe de tener la confianza y la seguridad suficiente para ser capaz de controlar sus actos, entenderlos y respetar al resto de personas. La voluntad es la facultad que tenemos cada uno de ordenar nuestra conducta y nuestros actos.
Por otra parte, se denomina socialización o sociabilización al proceso a través del cual los seres humanos aprenden e interiorizan las normas y los valores de una determinada sociedad y cultura específica. Este aprendizaje les permite obtener las capacidades necesarias para desempeñarse con éxito en la interacción social.
Partiendo de dicha acepción y significado de la palabra que nos ocupa es vital que determinemos que la socialización, no obstante, puede determinarse según dos diferentes puntos de vista. Así, por un lado, podríamos referirnos a ella partiendo de la influencia que la sociedad ejerce sobre el propio individuo. Y por otro lado, podríamos hablar de socialización de una manera mucho más subjetiva.
En este caso, al hablar de subjetividad lo que estamos es determinando que el concepto que estamos tratando también puede contemplarse según el punto de vista de cómo el individuo en particular reacciona y actúa como respuesta a la propia sociedad.
En otras palabras, la socialización implica hacerse consciente del entramado social que rodea a cada uno. Este aprendizaje se encuentra posibilitado por entidades institucionales y sujetos que gozan de representación social, quienes propagan los conocimientos culturales necesarios. Algunos de los agentes sociales más importantes son los centros educativos y la familia, aunque no son los únicos.
En este sentido, se hace necesario subrayar que la familia lleva a cabo la socialización por medio de dos formas muy diferentes. Así, en primer lugar nos encontraríamos la que se da en llamar represiva o autoritaria que es la que se basa en la autoridad del adulto, los premios de tipo material, los castigos físicos o la comunicación de tipo unilateral.
En segundo lugar nos encontraríamos, dentro del seno familiar, la socialización participativa. Esta se caracteriza porque se basa en el diálogo entre progenitores e hijos, porque las recompensas que recibe el hijo no son materiales y porque los castigos no son físicos sino de tipo simbólico.
Los especialistas suelen hablar dos tipos de socialización: la primaria (cuando el niño empieza adquirir habilidades cognitivas y sociales) y la secundaria (que se desarrolla en entes especializados y con una cierta especificidad, como el colegio o las fuerzas armadas).
Aclarados estos dos conceptos decir que en el siglo XXI, la educación en el tiempo libre aporta unos importantes valores, habilidades y competencias que hay que destacar para poder disponer de este enorme bagaje y potencial hoy todavía infrautilizado y conseguir así una educación integral y un proceso de socialización adecuado de los niños y jóvenes; a continuación, mencionaremos algunas de estas contribuciones:
El desarrollo de competencias laborales. En pocos lugares como en la educación no formal o comunitaria ejercitan competencias de primer orden para el liderazgo y la actividad empresarial y social. En un espacio controlado, los niños y jóvenes pueden sacar sus capacidades, y ejerciéndolas. Y con el acompañamiento de un adulto, perfeccionarlas. Por destacar algunas de estas competencias, se potencia el trabajo en equipo, la iniciativa y el emprendimiento, la comunicación, la escucha, la definición y ejecución de proyectos... muchas de las cuales son hoy imprescindibles en un entorno laboral, y las que por razones obvias la escuela desarrolla de manera parcial. En este sentido, los decretos de reconocimiento de la acreditación de competencias profesionales, reconoce los aprendizajes alcanzados en entornos de voluntariado, un buen camino para considerar las múltiples vías de adquirir competencias prácticas.
La educación para la ciudadanía, entendida como el sentimiento de pertenencia a una comunidad, y la implicación para poder construir y enriquecer, desde la participación social e incluso política. En esta contribución podemos añadir la transformación social hacia un mundo más humano y justo. Y también esa ciudadanía mundial enmarcada en los fundamentos de los valores de nuestra sociedad: la declaración universal de los derechos de la infancia, la declaración de los derechos de la infancia, las habilidades de la vida de la Organización Mundial de la Salud, y las competencias básicas para el aprendizaje a lo largo de la vida definidas por la Unión Europea.
El crecimiento personal, incorporando valores y opciones que posteriormente dan sentido a la propia vida, en un momento de desconcierto social y de pensamiento único. Donde la reflexión sobre la propia identidad y acción ocupan un espacio importante de la actividad, desde una visión crítica pero a la vez constructiva. El autoconocimiento y la propia identidad son hoy elementos clave del liderazgo.
La integración de personas diferentes, con capacidades diversas, tanto de tipo intelectuales como culturales, o físicas, que cada vez conviven más en el mundo, pero también en las organizaciones, y donde las aportaciones son diferentes. ¿Hemos prestado atención sobre la memoria que es capaz de desarrollar una persona ciega, y en qué contextos puede tener un valor añadido imprescindible?
La sensibilización y conocimiento del entorno y del medio ambiente, en tanto que elemento educativo y al que hay que devolver a nuestra acción para mejorarlo de acuerdo con unos valores humanistas
La utilización del tiempo libre de forma alternativa, menos consumista, como un espacio de desarrollo personal, que se puede ejercer con otros. Y que ofrece por tanto recursos personales y grupales que permiten ocupar disfrutar de este espacio de manera creativa y que conlleva un crecimiento humano.
La función de prevención social, en tanto que actúa antes que se presenten graves dificultades que requieren una intervención más especializada. Este principio, consagrado en mucha legislación como la referente a los Servicios Sociales, todavía está poco desarrollada. Y en el caso de la infancia en riesgo, es un factor determinante para el éxito personal. Por otra parte, esta actuación prioritaria en otros países con un estado del bienestar potente, permite una reducción significativa de costes económicos -y así una mayor sostenibilidad- pero también más dignidad personal y éxito vital.
La contribución a la igualdad de oportunidades, de modo que el nacimiento no condicione inexorablemente la vida, sino que permita una capacitación a diferentes niveles que contemple el pleno desarrollo dentro de las posibilidades de cada uno. Es especialmente importante en la pre-adolescencia y adolescencia, donde el tiempo libre, es un espacio privilegiado de la construcción de la identidad y de vivencia del grupo.
La educación intergeneracional donde el joven adulto es un medio cercano a los padres y maestros, y con el que se puede confiar y compartir. En algunos centros se han desarrollado experiencias interesantes de trabajo educativo con personas mayores, y de diferentes edades bien sea en la propia entidad o en un entorno cercano. Esta diversidad es también un aprendizaje básico en los nuevos contextos que vivimos.
Conciliación de la vida familiar y profesional, en tanto que ofrece espacios educativos ricos y múltiples a niños en momentos en que la familia no puede hacerse cargo de los niños y niñas.
En un momento que hablamos de emprendimiento, sea social o empresarial, las entidades de educación en el tiempo libre son espacios de experimentación para asumir riegos y probar maneras diferentes de hacer las cosas, con autonomía y el acompañamiento de la monitorización.
Prevención y soporte para el éxito escolar, desarrollando un conjunto de habilidades y capacidades, y especialmente haciendo crecer la autoestima y confianza de los niños en sus posibilidades. E incluso, como ya encontramos experiencias, dando clases de refuerzo escolar combinadas con juegos.
La mejora territorial y social, con el desarrollo comunitario. Aprendiendo a construir un mundo diferente tanto en la dimensión local como global, con la implicación de las personas y de las entidades de un territorio para el bien común.
Podemos afirmar que la educación en el ocio contribuye significativamente a aprender a ser, a hacer, y a convivir en el mundo, y por consiguiente, en un entorno donde no se hacen tan imprescindibles estas dimensiones, la educación en el tiempo libre se hace insustituible y debe ser reconocida y potenciada de forma muy especial.
4. Trabajas como monitor por las tardes en un colegio de Primaria realizando actividades extraescolares. Uno de los talleres que estás realizando se llama “pintacaras”, para lo que haces parejas entre los niños de la clase para que se pinten unos a los otros. El tema para la realización del taller es la primavera, por lo que los niños y niñas deberán pintar a su compañero de forma que exprese esta estación, utilizando simplemente su imaginación.
¿Crees que este taller puede contribuir a una educación integral y al proceso de socialización de los niños y niñas, así como al desarrollo personal de los que lo realizan? ¿De qué modo?
5. Define con tus propias palabras el concepto de la educación integral.
6. Define con tus propias palabras el concepto de socialización.
7. Di si es verdadero o falso: El ocio es el conjunto de actividades que se realizan cuando descontamos el tiempo utilizado en las necesidades vitales esenciales y sociofamiliares.
8. Di si es verdadero o falso: Es a través de la socialización que el individuo se transforma en un ser social.
Tiempo libre social y educativo: contextos, actividades, y modos de intervención.
En cuanto a los ámbitos de actuación de la Educación en el Tiempo Libre, debemos distinguir, antes de nada, aquellos modelos de actividad que ya son tradicionales de la Educación en el Tiempo Libre, respecto de otros ámbitos de actuación que no son propios del tiempo libre, pero sí son susceptibles de una intervención educativa dirigida hacia el ocio. Los primeros son los que denominamos ámbitos específicos de la Educación en el Tiempo Libre, mientras que los segundos son los ámbitos no específicos. Veamos cada uno de ellos:
Ámbitos específicos de la educación en el tiempo libre.
Diferenciamos aquí los Centros de Tiempo Libre situados en el medio urbano, y las Actividades de Aire Libre que se realizan en el medio ambiente natural o en espacios abiertos.
Los Centros de Tiempo Libre urbanos pueden ser de seis tipos:
Equipamientos culturales, como las bibliotecas, museos, filmotecas, salas de exposiciones, centros culturales, etc., que se encargan de ofrecer productos y servicios para disfrutar de un tiempo libre formativo.
Equipamientos lúdicos, en los que se incluyen las ludotecas, los parques infantiles y los espacios abiertos para la práctica del juego infantil.
Instituciones de tiempo libre no especializadas en una actividad concreta, como por ejemplo los centros juveniles, los centros cívicos o los clubs de tiempo libre, cuya oferta de proyectos y servicios para el ocio suele ser amplia y diversa.
Asociaciones que realizan actividades de tiempo libre especializadas, como los grupos de teatro, los clubs deportivos, los grupos excursionistas, etc., que se constituyen justamente con ese fin.
Servicios de información, asesoramiento e intercambio de ofertas y actividades de ocio, a través de puntos de información, oficinas de atención ciudadana, centros de documentación, publicaciones, etc.
Escuelas de Tiempo Libre, para la capacitación técnica de monitores, animadores o coordinadores que vayan a ejercer responsabilidades educadoras en grupos, equipamientos o instituciones de ocio.
En cuanto a las Actividades de Aire Libre, podemos citar estas cinco:
Técnicas de Aire Libre propiamente dichas, relacionadas con el aprendizaje de habilidades y recursos necesarios para la estancia en la naturaleza: senderismo, montañismo, cabuyería, orientación, montaje de instalaciones, y en general lo que antes se llamaban “artes del scout”.
Colonias o campamentos de verano, constituyen el modelo más representativo y tradicional para una Educación en el Tiempo libre que pretende situar la actividad recreativa en plena naturaleza.
Actividades de Educación Ambiental, como las granjas‐escuelas o las aulas de la naturaleza, que profundizan en el conocimiento del medio natural y en la adquisición de actitudes ecológicas por medio del trabajo en el campo y la observación activa del medio ambiente.
Campos de Trabajo, especialmente pensados para la juventud, son una forma de pasar las vacaciones realizando una labor de voluntariado en realidades sociales desfavorecidas, o trabajando en la reconstrucción de elementos del patrimonio cultural.
Turismo, promoviendo la organización y realización de excursiones, itinerarios, rutas, etc., además de la visita detenida a algún paraje natural o conjunto monumental, que facilite junto con la experiencia de viajar, el aprendizaje cultural y la interacción social con los otros.
Ámbitos no específicos de la educación en el tiempo libre.
En estos medios y espacios educativos no se pretende como primer objetivo una formación ni un entrenamiento de habilidades para el ocio; son realidades en las cuales el tiempo libre se halla presente de manera tangencial y la intencionalidad educativa puede mostrarse o no. Destacaríamos principalmente los que siguen:
La familia.
La escuela.
Otras instituciones educativas no formales.
La formación ideológica o religiosa.
Las empresas de ocio.
Los medios de comunicación.
El entorno urbano.
La educación especializada en marginación.
Vamos a clasificar y enumerar los tipos de actividades que pueden realizarse desde la Educación en el Tiempo Libre. Los criterios de clasificación son muy variados, ya que pueden atender a los ámbitos de aplicación, a las características de las instituciones o agentes emisores, a las características de los destinatarios, a los contenidos específicos, etc. Aquí vamos a ofrecer una clasificación bastante genérica y sencilla, según la cual las actividades podrían ser de cinco tipos:
Asociativas: las relacionadas con la interacción y la participación social, como la labor de las asociaciones, las acciones voluntarias, las actividades de los clubs…
Formativas: las que se orientan a un ocio educativo, como los ciclos de conferencias, las tertulias, las aulas de cultura, etc.
Culturales: aquellas que sirven para descubrir, recuperar y participar de la cultura como algo vivo, por ejemplo el teatro, la música, la lectura, el cine, la radio, los espectáculos, las exposiciones, las visitas a museos y otros foros culturales, el turismo, etc.
Plásticas: las que potencian la expresión creativa y las destrezas manuales, como los talleres, las actividades de iniciación artística, la fotografía, la cerámica, el bricolaje, etc.
Lúdico‐deportivas: relacionadas con la aventura, el juego, los deportes, las actividades de aire libre, etc.
Para comprender el tipo de intervención que se efectúa, hay que hacer referencia a los ámbitos en los que se interviene. Éstos son variados y, por citar algunos, se puede hablar de centros de esparcimiento, agrupaciones de jóvenes, colonias de vacaciones, campamentos, campos de trabajo, ludotecas, etc.
Los monitores deben ser competentes para realizar intervenciones educativas en situaciones de tiempo libre, lo que ofrece una primera delimitación. A partir de ahí, se distingue la intervención social que realizan otros agentes o profesionales (educadores sociales, animadores socioculturales, trabajadores sociales, etc.) de la intervención educativa que llevan a cabo los monitores de tiempo libre.
En términos generales, “la intervención social es un proceso de actuación sobre la realidad social (y educativa) que tiene como finalidad lograr un desarrollo, cambio o mejora de situaciones, colectivos, grupos o individuos que presenten algún tipo de problema o necesidad para facilitar su integración social o su participación activa en el sistema social a nivel personal, económico-laboral, cultural y/o político.”
De esta definición se desprende que la intervención social está asociada a necesidades y/o problemas en un área determinada (por ejemplo, un barrio) o de ciertos grupos o colectivos. La intervención social estaría justificada por la necesidad de resolver o modificar tal situación. Aunque ésta es una cuestión polémica (porque habría que preguntarse quién y cómo define un problema o necesidad), lo que interesa es resaltar que la intervención que debe hacer un monitor de tiempo libre no está necesariamente orientada a estos fines.
Por su parte, la intervención del monitor del tiempo libre estaría más asociada a lo que algunos autores llaman pedagogía del ocio que básicamente se refiere al conjunto de intervenciones educativas relacionadas con el tiempo libre. De este modo, la intervención sería el medio que tiene el monitor de tiempo libre para alcanzar fines educativos.
No obstante, no se debe creer que las intervenciones educativas en situaciones de tiempo libre sean algo exclusivo de los monitores. De hecho, el rasgo que más relaciona a los monitores de tiempo libre con la animación sociocultural es la vivencia educativa del tiempo libre.
En contraste, mientras la intervención socioeducativa de los monitores se centra en el tiempo libre como espacio privilegiado de la intervención, la animación sociocultural contempla también otros espacios como el laboral, desde sindicatos y empresas; animación socioeconómica; el espacio escolar: animación en centros de enseñanza; sociocultural territorial: animación urbana, suburbana, rural; espacios institucionales: animaciones en cuarteles, en instituciones penitenciarias, en centros de menores, etc.
Así las cosas, es posible que el monitor de tiempo libre se encuentre con situaciones que requieran un tipo de intervención diferente a lo habitual, así como con otras en las que debería intervenir, aunque sea difícil establecer los objetivos (y con ello, los límites) de su actividad. Por ejemplo, si las actividades de ocio se realizan con grupos de jóvenes en riesgo de exclusión social, ¿cuál es el objetivo que el monitor debe pretender alcanzar con su intervención?
Son muchos los casos que pueden presentarse como éste y que exigen una reflexión profunda, por lo menos para evaluar las posibles consecuencias de una actividad que se pretenda realizar. Al fin y al cabo, no se trata de hacer por hacer, pero tampoco de ser ingenuos ni creer que por ignorar ciertas situaciones, van a dejar de producirse consecuencias, poco deseables algunas de ellas. Frente a estas situaciones es conveniente preguntarse:
¿Hasta dónde debe llegar la intervención y la responsabilidad de un monitor?
¿Qué consecuencias se están desencadenando por esa intervención? ¿Es el monitor quien las debe movilizar?
¿Deben ignorarse aquellas situaciones que se entiende que no competen al monitor y actuar como si eso no interfiriera con su trabajo?
Para profundizar más estas cuestiones, puede ser una buena idea trabajar en grupo el siguiente caso:
Me han contratado como monitor de tiempo libre para trabajar en una ludoteca de un pueblo de aproximadamente 5.000 habitantes. La ludoteca se abrió con el fin de crear un espacio de encuentro para los niños del pueblo, fundamentalmente para que allí se relacionaran “payos”, gitanos e hijos de inmigrantes.
Cuando la ludoteca fue inaugurada, se apuntaron y empezaron a asistir alrededor de cincuenta niños, entre payos, gitanos e hijos de inmigrantes. Pero al cabo de un par de meses la asistencia a la ludoteca disminuyó considerablemente. Para cuando me contrataron, la mayor parte de los niños (10 de 15) eran gitanos. Pregunté sí había sucedido algo en particular que hubiese ocasionado esa situación. La respuesta fue clara: no se tenían noticias de que hubiese ocurrido algún incidente fuera de lo normal, de hecho, nadie se había quejado, simplemente dejaron de asistir a la ludoteca sin que los padres dieran explicación alguna.
Frente a esta situación pueden surgir estas posiciones (pueden incluirse otras):
Mi trabajo como monitor de tiempo libre se desarrolla en la ludoteca. No tengo la formación necesaria (ni es mi obligación) para realizar una intervención más amplia que incluya el intentar que los padres de los demás niños los envíen nuevamente a la ludoteca. Por lo tanto, mi deber es realizar actividades de ocio en el espacio de la ludoteca con los 15 niños que aún asisten e ignorar todo lo demás.
Con la ludoteca se buscaba que los niños de diferentes culturas del pueblo se relacionaran e integraran. Si sólo trabajo con los 15 niños que aún asisten, este objetivo no tendría razón de ser. Por lo tanto, mi deber es intentar que regresen los niños que ya no asisten.
Algunas preguntas de reflexión, para tomar una decisión argumentada:
¿Tiene sentido realizar una intervención educativa basada en valores como interculturalismo, compañerismo, etc., si la mayor parte de los niños y niñas son de una misma cultura? ¿Por qué? ¿Cómo utilizar la situación que se está presentando en la ludoteca?
Aunque el trabajo sea de monitor de tiempo libre en la ludoteca, ¿pueden realizarse actividades de ocio para intentar que los niños que ya no asisten se acerquen nuevamente a la ludoteca? ¿Cuáles?
La realización de actividades con niños, aunque sea en la ludoteca, ¿involucra (directamente o indirectamente) a los padres? ¿Por qué? ¿Cuál debe ser el papel a tomar al respecto?
¿Cómo puede evaluarse en este caso si se está haciendo lo correcto como monitor de tiempo libre?
En el apartado anterior se ha hecho referencia a la intervención social y se ha indicado que estaba mucho más asociada al trabajo de otros agentes, como educadores sociales, animadores socioculturales, trabajadores sociales, etc., que al de monitor. Sin embargo, se podía encontrar rasgos similares entre la intervención que realizan tales agentes y la que hacen los monitores de tiempo libre. Las diferencias también estaban marcadas por el ámbito en que unos y otros actúan y por el propio nivel de formación de los monitores de tiempo libre.
Por otro lado, la intervención que realiza el monitor de tiempo libre está mucho más asociada a la pedagogía del ocio, entendiéndose como tal el conjunto de intervenciones educativas relacionadas con el tiempo libre. Ahora se profundizará un poco más en este aspecto, para conocer los objetivos que plantea este tipo de intervención y, por lo tanto, las expectativas que se tienen del trabajo realizado por el monitor de tiempo libre.
La necesidad de realizar actuaciones educativas sobre el tiempo disponible9 viene dada tanto por factores sociales como por los antecedentes pedagógicos existentes. Dentro de las transformaciones del hábitat, es evidente que la realidad es predominantemente urbana, especializándose cada vez más en el uso del espacio público. Esto ha limitado el uso que niños y adolescentes pueden dar a las calles, vías y descampados como lugares de ocio en su tiempo disponible, como sucedía antaño. Esta situación ha originado una demanda de ludotecas, parques, etc., lugares donde ahora se realizan buena parte de las actividades de ocio.
Por otro lado, los cambios en la estructura familiar han provocado que este espacio, que era también un espacio del tiempo libre infantil, ya no cumpla en muchos casos esa función o lo haga de forma limitada. Frente a esto, han aparecido una serie de instituciones pedagógicas que sustituyen a la familia en esta tarea: colonias de vacaciones, ludotecas, centros de verano, etc., que a su vez cumplen la función de liberar el tiempo del adulto para el ocio.
Estos factores son fundamentales a la hora de evaluar el trabajo como monitor, debido a que sirve para que se oriente sobre las expectativas que tienen los otros (por ejemplo, instituciones y familia) respecto de su trabajo.
Esto podría ser un asunto de menor importancia, pero las probables expectativas de los otros sobre el trabajo que debe hacer el monitor pueden influir en la intervención que se realice. Estas expectativas pueden predisponer, crear prejuicios en el monitor. Aquí cabe una obvia, pero necesaria cuestión: ¿a qué tipo de necesidades se atiende en la intervención como monitor?
Dentro de los condicionamientos de la actividad de ocio, también pueden hallarse aquellos aspectos que Puig y Trilla denominan “algo irreductiblemente personal”. Esto se relaciona con la diferencia de gustos, la variedad de preferencias, la personalización en el uso del tiempo libre. Frente a este condicionamiento, la sugerencia de estos autores es simple y concreta: el monitor debe respetar tal singularidad.
Sin embargo, cabe apuntar que estas singularidades no deben confundirse con aquellos aspectos de la personalidad (afectividad, expresividad, etc.) que también pueden interferir en la realización de las actividades de ocio. Además, si la intervención con fines educativos en el tiempo libre debe atender a tales aspectos de la personalidad, la pregunta es ¿hasta dónde debe llegar la intervención de los monitores respecto a este tema?