Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Amigo hasta la muerte es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias palatinas del Siglo de Oro Español, se articula en torno a una serie de enredos contados en tono jocoso, en este caso alrededor de un homenaje no demasiado velado a Cervantes, autor con quien mantuvo una amistad antes de que sus obras se vieran enfrentadas. La trama se centra en un marido que pone a prueba la fidelidad de su mujer con ayuda de un amigo.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 108
Veröffentlichungsjahr: 2020
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Lope de Vega
Saga
Amigo hasta la muerteCover image: Shutterstock Copyright © 1618, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616897
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Salen Federico, de camino, con Liranzo, criado, y Julia, dama tapada, con Leonor
JULIA
Mirad que es descortesía.
FEDERICO
No debo yo de saber
sus leyes.
JULIA
Id a aprender,
pues la enseñan cada día.
FEDERICO
5
¿Dónde?
JULIA
A la Corte.
FEDERICO
No voy,
aunque me veis de camino,
a la Corte.
JULIA
Es desatino
seguirme y saber quién soy.
Y poca prisa lleváis,
10
pues os ocupáis en esto.
FEDERICO
Yo estoy, a veros, dispuesto.
JULIA
Antes indispuesto estáis.
FEDERICO
¿De qué?
JULIA
De necio.
FEDERICO
¡Oh, qué bien!
JULIA
No hay mayor enfermedad.
FEDERICO
15
Pegado se os ha, en verdad,
que lo parecéis también.
JULIA
Si necia os he parecido,
¿qué es lo queréis de mí?
FEDERICO
Veros hermosa.
JULIA
Nací
20
fea.
FEDERICO
Dadme rostro os pido,
que, pues sois necia, es muy llano
que habéis de ser muy hermosa.
JULIA
No he visto, Leonor, tal cosa.
LEONOR
¡Quedito!, ¡tened la mano!
25
¡Qué atezado majadero!
JULIA
Él está, en la discreción,
de camino.
LEONOR
Y postas son,
según camina ligero.
¡Oh tú!, cualquiera que seas,
30
que más sabrás que tu dueño
puesto que fueses un leño,
pues somos necias y feas,
lleva esta bestia de aquí.
LIRANZO
Esas vamos a buscar
35
y, si aquí las vino a hallar,
concierta alquiler por mí,
que a Cádiz nos vamos luego.
LEONOR
Aunque se vayan a pie,
irán en bestias, a fe.
FEDERICO
40
Corred la cortina, os ruego.
JULIA
Pues estáis tan porfïado,
Federico, Julia soy.
Descúbrese
FEDERICO
Pues ¿por esa duda estoy
tan necio y determinado?
45
Perdonad si enfado os di,
irritado de mi amor,
que no ha sido mucho error,
pues, por cansaros, os vi.
No os esquivéis, pues sabéis
50
la verdad con que os adoro.
JULIA
Guardad mejor el decoro
a un hermano que tenéis.
Pues no ignoráis que me quiere
y que no le miro mal.
FEDERICO
55
Donde hay competencia igual,
que venza el que más pudiere.
¿Qué calidad, qué riqueza
tiene, mientras no heredó,
don Bernardo más que yo?
JULIA
60
Mi amor y su gentileza,
pues queréis que me declare.
FEDERICO
¡Ea!, que es eso crueldad,
y no ha de haber voluntad
que tantos golpes repare.
65
Servíos –pues aquí estáis
y a Cádiz, Julia, me voy–
de que, en prendas de que soy
vuestro, aunque vos lo negáis,
toméis desta platería
70
joya o cadena. Y cadena,
si del amor fuera buena,
yo os presentara la mía.
¡Ea!, llegad que allí veo
arracadas de diamantes.
75
Trocádmelas a esos guantes.
JULIA
Irme y dejaros deseo.
Yo no he de tomar de vos
ni de nadie cosa alguna.
Tened la mano importuna;
80
dejadme pasar, por Dios,
no me vean de mi casa.
FEDERICO
Sin dar prenda no os iréis.
JULIA
¿Prenda? ¿Qué prenda queréis?
FEDERICO
Aunque en dar sois tan escasa,
85
me habéis de dar una mano.
JULIA
Federico, yo os la diera
como ya no la tuviera
don Bernardo, vuestro hermano.
FEDERICO
¿Hay palabras semejantes?
JULIA
90
A ser cuñada me ofrezco.
FEDERICO
Pues las manos no merezco,
dadme siquiera los guantes.
JULIA
Tomad y dejadme ir.
Ven, Leonor.
LEONOR
No has hecho poco.
Váyanse las dos
LIRANZO
95
Triste quedas.
FEDERICO
Triste y loco.
No la pude persuadir.
Pídole manos que adoro
y con los guantes se escapa,
como quien deja la capa
100
sobre la furia del toro.
Ya de mi hermano se nombra,
y aunque más la importuné,
cuando estar al sol pensé,
me vengo a hallar a la sombra.
105
Sombras de las manos son
los guantes que me ha dejado.
LIRANZO
Con las fundas te ha pagado.
No tuvo Julia razón.
Pero toma buen consejo,
110
que, pues por piedra te tiene,
hoy como culebra viene
a dejar en ti el pellejo.
¿Hay muda?, ¿huele a cabrito?,
¿era almáciga y limón?
FEDERICO
115
De flores del cielo son.
LIRANZO
¿Quién desde allá te lo ha escrito?
Mas ¿qué hay?, ¿lirio y hiel de vaca?
Ya me ha dado el olorcillo
del almendra y vinagrillo.
FEDERICO
120
¿Nunca has visto cuando saca,
del botón verde, la rosa
aquel parto de rubíes,
y en los ojos carmesíes,
perlas llora el alba hermosa?
125
Pues ella las hojas lleva,
y el botón lleno de olor
me deja, porque el licor,
como abeja, el alma beba.
LIRANZO
Si dijeras azucenas,
130
fueran blancas y alcorzadas;
pero manos coloradas...
¿para qué pueden ser buenas?
FEDERICO
Deja donaires y advierte
que me voy, y que he topado
135
mi muerte.
LIRANZO
Huir con cuidado,
pues conoces que es tu muerte.
FEDERICO
En volviendo desta ausencia,
a mi padre, Felisardo,
pongo mal con don Bernardo.
LIRANZO
140
Amas con poca prudencia.
FEDERICO
Si le digo que pretende
casarse sin gusto suyo,
con sus intentos concluyo,
y Julia en mi amor se enciende,
145
porque le ha de echar de aquí.
LIRANZO
No dudes que si lo sabe
mi señor, que no se alabe
de que se burla de ti.
Echárale de Sevilla
150
a la Corte y, aun sospecho,
que a Italia.
FEDERICO
Estoy satisfecho
de que, volviendo a servilla
en ausencia de mi hermano,
Julia me ha de querer bien.
155
Lo que es guantes y desdén
allí será amor y mano.
Ven, que tú me ayudarás
a que le echemos de aquí.
LIRANZO
Por Leonor me huelgo.
FEDERICO
En mí,
160
favor, Liranzo, tendrás.
¡Oh guantes, aunque livianos,
hoy me dice mi ventura,
que os tengo como escritura
con que he de cobrar las manos!
Vanse y salgan don Ángela y Guzmán
ÁNGELA
165
Pues me declaro contigo,
dame ayuda y no consejo.
GUZMÁN
Es de don Bernardo espejo.
Don Sancho es único amigo
y, siendo como es tu hermano
170
don Bernardo, no sé yo
si espera menos que un «no»
tu pensamiento liviano.
Don Sancho no ha de querer
quererte.
ÁNGELA
¿Por qué, Guzmán?
GUZMÁN
175
Porque los dos no querrán
tanto amor descomponer.
ÁNGELA
¿Halo de saber mi hermano?
GUZMÁN
Amor dicen que es tocino,
que se asa aquí, y el vecino
180
lo huele como en la mano.
Pensarás que no te ven,
cuando por cualquiera parte
se cansen de murmurarte.
ÁNGELA
Si quiero a don Sancho bien,
185
mi hermano tuvo la culpa.
GUZMÁN
¿Cómo?
ÁNGELA
Trayéndole aquí,
que, por él, le hablé y le vi.
GUZMÁN
No me parece disculpa.
ÁNGELA
¿Por qué? Si jamás Bernardo
190
habla o trata, como ves,
sino que don Sancho es
galán, valiente, gallardo,
limpio, airoso y generoso;
si cuenta de noche y día
195
sus gracias, que esté en la mía
no es caso tan milagroso.
Reportárase en traelle,
acortara en alaballe,
y no me enseñara a amalle,
200
ni diera ocasión de velle.
Yo estoy ya determinada.
GUZMÁN
Determinada y mujer,
no hay más de decir a hacer,
que el golpe y cortar la espada.
205
Pero mira que vendrán
por ti, tan grandes amigos,
a mayores enemigos
y que, en fin, se matarán.
ÁNGELA
Maten, yo no puedo más.
210
A don Sancho he de querer.
GUZMÁN
Resolución de mujer,
tudesco sin paso atrás.
Ahora bien, ¿qué haré por ti?
ÁNGELA
Que le des este papel.
GUZMÁN
215
¿Qué es lo que dices en él?
ÁNGELA
Todo cuanto pasa en mí.
GUZMÁN
¿Que reportar no te puedes?
ÁNGELA
Guzmán, todo lo he probado,
bien saben lo que he pasado
220
algunas cuatro paredes.
Esfuérzome a no le ver,
escóndome hasta de mí.
Tráele mi hermano aquí,
óigole hablar, ¿qué he de hacer?
GUZMÁN
225
Quererle, pues que te dan
barro a la mano hasta hacer
un cántaro en que traer
la mocedad del Jordán.
¡Pardiez!, tú estás disculpada
230
y yo no mal inclinado
a alcahuete, oficio honrado
y de gente bien hablada.
Cierto que había de haber,
con salario y mucho honor,
235
sus corredores de amor
para llevar y traer.
¿No los hay para mohatras,
cambios, censos, ropas, joyas?
Pues haya un griego en mil Troyas
240
para un hombre que idolatras.
¡Válate Dios por oficio!
¿Que no tenga estimación,
tratando de paz y unión,
que es un discreto ejercicio?
245
No puso la antigüedad
a Venus por el tercero
planeta sin causa. Hoy quiero
serlo de vuestra amistad.
¡Cuántas puertas desquiciadas,
250
por este discreto oficio
hallan su centro y su quicio
y se mueven concertadas!
La plata el azogue liga,
perficiona el solimán
255
el oro, las aves van
adonde canta la amiga.
Y advierte, porque lo cuentes,
que dijo cierto oficial
que era alcahueta la sal,
260
entre la carne y los dientes.
El llamar a una tercera
cobertera es calza en polla,
porque no puede una olla
cocerse sin cobertera.
265
La bellaca o bellacón
que a una casada se arrima
y al honor que tanto estima
quiere quitar la opinión,
dalle cien priscos detrás,
270
mas ¿cosa de casamiento?
Piadoso entretenimiento
y, para mí, mucho más.
Dame el papel, que yo haré
que hoy don Sancho le reciba.
ÁNGELA
275
¿Don Bernardo sube arriba,
si viene con él?
GUZMÁN
No sé.
ÁNGELA
No quiero en duda esperar.
Tus manos tienen mi honor.
GUZMÁN
Las tuyas, dirás mejor,
280
y que se puede quebrar.
Por doncellas en sus casas
–que es ganado harto prolijo–,
del honor, un sabio dijo
que era barro con dos asas.
285
Aunque una doncella pueda
tener un asa es el peso
tal, que se quiebra por eso
y con el asa se queda;
mas, cuando le dan esposo
290
y está el barro entre los dos,
está firme. Y aun ¡por Dios!,
que aun así está peligroso,
que hay bocas que, por proballe,
suelen llegar a beber
295
por donde asió la mujer,
que es tanto como quebralle.
Y aun decir pienso que oí
que hay quien el barro teniendo
deja estar otro bebiendo,
300
pero nunca lo creí.
ÁNGELA
Curiosa imaginación,
mas don Sancho viene.
GUZMÁN
Vete,
Váyase doña Ángela
que oficios del alcahuete
para las ausencias son.
Salen don Sancho con borceguíes y acicates, capa y gorra, y don Bernardo
BERNARDO
305
¿Corrió bien?
SANCHO
Por todo estremo
BERNARDO
¿Hay tal partir y parar?
SANCHO
El partir puede igualar
el viento, y aun eso temo.
En el parar con tan brava
310
furia, gala y bizarría,
un tahúr me parecía,
según de golpe paraba.
BERNARDO
¡Qué correr atropellado!
SANCHO
En el arena que ves,
315
parece que, con los pies,
iba escribiendo tirado.
Y aun si lo miran, verán
que, en las letras que escribía,
por más ligero decía:
320
«¡Vítor del viento, Guzmán!».
BERNARDO
Bien dices, que el retular
lo pone, aunque disimula,
el mismo que se retula
o a quien se lo va a rogar.
325
Y así Guzmanillo fue,
que él mismo se retuló.
SANCHO
Era animal, que hombre no.
GUZMÁN
Basta, que historia se ve:
la fábula del caballo
330
de Alejandro, que tenía
manos de hombre, si escribía
como acabáis de contallo.
Pero decid, ¿qué razón
hay para llamar Guzmán
335
un caballo?
BERNARDO
Este le dan
por el dueño.
GUZMÁN
¡Qué invención!
BERNARDO
¿Por qué te llaman a ti
Guzmán, sin ser de Toral,
ni del Algaba, o real
340
como el de Medina? Di.
GUZMÁN
Porque soy hombre, que basta,
y tengo de un santo el nombre;
pero, si el nombre de un hombre
dais a un caballo de casta,
345
debe de ser porque ya
hay hombres también caballos,
y, por no diferenciallos,
nombre de hombre se les da.
Pero, dejando esto aparte,
350
¿tan bien corrió Guzmanillo?
SANCHO
Aun aquí me maravillo
de la manera que parte.
No le dieron hierba o malva
las dehesas gamenosas
355
de Córdoba, sino rosas
como a los que corre el alba.
¡Qué alentado! ¡Qué galán!
BERNARDO