Amigo hasta la muerte - Lope de Vega - E-Book

Amigo hasta la muerte E-Book

Лопе де Вега

0,0

Beschreibung

Amigo hasta la muerte es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias palatinas del Siglo de Oro Español, se articula en torno a una serie de enredos contados en tono jocoso, en este caso alrededor de un homenaje no demasiado velado a Cervantes, autor con quien mantuvo una amistad antes de que sus obras se vieran enfrentadas. La trama se centra en un marido que pone a prueba la fidelidad de su mujer con ayuda de un amigo.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 108

Veröffentlichungsjahr: 2020

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Lope de Vega

Amigo hasta la muerte

 

Saga

Amigo hasta la muerteCover image: Shutterstock Copyright © 1618, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616897

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Hablan en ella las personas siguientes:

Federico Julia Leonor Liranzo Don Sancho Doña Ángela Don Bernardo Camilo Otavio Guzmán Felisardo Ribera Ricardo Arlaja, mora Jacimín Florisán, criado Rodrigo El Duque de Medina Un Alcaide Dos escribanos Un Tiniente Un Alguacil [Una criada de Ángela] [Criados del Alcaide] [Acompañamiento] [Gente]

Acto I

Salen Federico, de camino, con Liranzo, criado, y Julia, dama tapada, con Leonor

JULIA

Mirad que es descortesía.

 

FEDERICO

No debo yo de saber

sus leyes.

 

JULIA

Id a aprender,

pues la enseñan cada día.

 

FEDERICO

5

¿Dónde?

 

JULIA

A la Corte.

 

FEDERICO

No voy,

aunque me veis de camino,

a la Corte.

 

JULIA

Es desatino

seguirme y saber quién soy.

Y poca prisa lleváis,

10

pues os ocupáis en esto.

 

FEDERICO

Yo estoy, a veros, dispuesto.

 

JULIA

Antes indispuesto estáis.

 

FEDERICO

¿De qué?

 

JULIA

De necio.

 

FEDERICO

¡Oh, qué bien!

 

JULIA

No hay mayor enfermedad.

 

FEDERICO

15

Pegado se os ha, en verdad,

que lo parecéis también.

 

JULIA

Si necia os he parecido,

¿qué es lo queréis de mí?

 

FEDERICO

Veros hermosa.

 

JULIA

Nací

20

fea.

 

FEDERICO

Dadme rostro os pido,

que, pues sois necia, es muy llano

que habéis de ser muy hermosa.

 

JULIA

No he visto, Leonor, tal cosa.

 

LEONOR

¡Quedito!, ¡tened la mano!

25

¡Qué atezado majadero!

 

JULIA

Él está, en la discreción,

de camino.

 

LEONOR

Y postas son,

según camina ligero.

¡Oh tú!, cualquiera que seas,

30

que más sabrás que tu dueño

puesto que fueses un leño,

pues somos necias y feas,

lleva esta bestia de aquí.

 

LIRANZO

Esas vamos a buscar

35

y, si aquí las vino a hallar,

concierta alquiler por mí,

que a Cádiz nos vamos luego.

 

LEONOR

Aunque se vayan a pie,

irán en bestias, a fe.

 

FEDERICO

40

Corred la cortina, os ruego.

 

JULIA

Pues estáis tan porfïado,

Federico, Julia soy.

 

Descúbrese

FEDERICO

Pues ¿por esa duda estoy

tan necio y determinado?

45

Perdonad si enfado os di,

irritado de mi amor,

que no ha sido mucho error,

pues, por cansaros, os vi.

No os esquivéis, pues sabéis

50

la verdad con que os adoro.

 

JULIA

Guardad mejor el decoro

a un hermano que tenéis.

Pues no ignoráis que me quiere

y que no le miro mal.

 

FEDERICO

55

Donde hay competencia igual,

que venza el que más pudiere.

¿Qué calidad, qué riqueza

tiene, mientras no heredó,

don Bernardo más que yo?

 

JULIA

60

Mi amor y su gentileza,

pues queréis que me declare.

 

FEDERICO

¡Ea!, que es eso crueldad,

y no ha de haber voluntad

que tantos golpes repare.

65

Servíos –pues aquí estáis

y a Cádiz, Julia, me voy–

de que, en prendas de que soy

vuestro, aunque vos lo negáis,

toméis desta platería

70

joya o cadena. Y cadena,

si del amor fuera buena,

yo os presentara la mía.

¡Ea!, llegad que allí veo

arracadas de diamantes.

75

Trocádmelas a esos guantes.

 

JULIA

Irme y dejaros deseo.

Yo no he de tomar de vos

ni de nadie cosa alguna.

Tened la mano importuna;

80

dejadme pasar, por Dios,

no me vean de mi casa.

 

FEDERICO

Sin dar prenda no os iréis.

 

JULIA

¿Prenda? ¿Qué prenda queréis?

 

FEDERICO

Aunque en dar sois tan escasa,

85

me habéis de dar una mano.

 

JULIA

Federico, yo os la diera

como ya no la tuviera

don Bernardo, vuestro hermano.

 

FEDERICO

¿Hay palabras semejantes?

 

JULIA

90

A ser cuñada me ofrezco.

 

FEDERICO

Pues las manos no merezco,

dadme siquiera los guantes.

 

JULIA

Tomad y dejadme ir.

Ven, Leonor.

 

LEONOR

No has hecho poco.

 

Váyanse las dos

LIRANZO

95

Triste quedas.

 

FEDERICO

Triste y loco.

No la pude persuadir.

Pídole manos que adoro

y con los guantes se escapa,

como quien deja la capa

100

sobre la furia del toro.

Ya de mi hermano se nombra,

y aunque más la importuné,

cuando estar al sol pensé,

me vengo a hallar a la sombra.

105

Sombras de las manos son

los guantes que me ha dejado.

 

LIRANZO

Con las fundas te ha pagado.

No tuvo Julia razón.

Pero toma buen consejo,

110

que, pues por piedra te tiene,

hoy como culebra viene

a dejar en ti el pellejo.

¿Hay muda?, ¿huele a cabrito?,

¿era almáciga y limón?

 

FEDERICO

115

De flores del cielo son.

 

LIRANZO

¿Quién desde allá te lo ha escrito?

Mas ¿qué hay?, ¿lirio y hiel de vaca?

Ya me ha dado el olorcillo

del almendra y vinagrillo.

 

FEDERICO

120

¿Nunca has visto cuando saca,

del botón verde, la rosa

aquel parto de rubíes,

y en los ojos carmesíes,

perlas llora el alba hermosa?

125

Pues ella las hojas lleva,

y el botón lleno de olor

me deja, porque el licor,

como abeja, el alma beba.

 

LIRANZO

Si dijeras azucenas,

130

fueran blancas y alcorzadas;

pero manos coloradas...

¿para qué pueden ser buenas?

 

FEDERICO

Deja donaires y advierte

que me voy, y que he topado

135

mi muerte.

 

LIRANZO

Huir con cuidado,

pues conoces que es tu muerte.

 

FEDERICO

En volviendo desta ausencia,

a mi padre, Felisardo,

pongo mal con don Bernardo.

 

LIRANZO

140

Amas con poca prudencia.

 

FEDERICO

Si le digo que pretende

casarse sin gusto suyo,

con sus intentos concluyo,

y Julia en mi amor se enciende,

145

porque le ha de echar de aquí.

 

LIRANZO

No dudes que si lo sabe

mi señor, que no se alabe

de que se burla de ti.

Echárale de Sevilla

150

a la Corte y, aun sospecho,

que a Italia.

 

FEDERICO

Estoy satisfecho

de que, volviendo a servilla

en ausencia de mi hermano,

Julia me ha de querer bien.

155

Lo que es guantes y desdén

allí será amor y mano.

Ven, que tú me ayudarás

a que le echemos de aquí.

 

LIRANZO

Por Leonor me huelgo.

 

FEDERICO

En mí,

160

favor, Liranzo, tendrás.

¡Oh guantes, aunque livianos,

hoy me dice mi ventura,

que os tengo como escritura

con que he de cobrar las manos!

 

Vanse y salgan don Ángela y Guzmán

ÁNGELA

165

Pues me declaro contigo,

dame ayuda y no consejo.

 

GUZMÁN

Es de don Bernardo espejo.

Don Sancho es único amigo

y, siendo como es tu hermano

170

don Bernardo, no sé yo

si espera menos que un «no»

tu pensamiento liviano.

Don Sancho no ha de querer

quererte.

 

ÁNGELA

¿Por qué, Guzmán?

 

GUZMÁN

175

Porque los dos no querrán

tanto amor descomponer.

 

ÁNGELA

¿Halo de saber mi hermano?

 

GUZMÁN

Amor dicen que es tocino,

que se asa aquí, y el vecino

180

lo huele como en la mano.

Pensarás que no te ven,

cuando por cualquiera parte

se cansen de murmurarte.

 

ÁNGELA

Si quiero a don Sancho bien,

185

mi hermano tuvo la culpa.

 

GUZMÁN

¿Cómo?

 

ÁNGELA

Trayéndole aquí,

que, por él, le hablé y le vi.

 

GUZMÁN

No me parece disculpa.

 

ÁNGELA

¿Por qué? Si jamás Bernardo

190

habla o trata, como ves,

sino que don Sancho es

galán, valiente, gallardo,

limpio, airoso y generoso;

si cuenta de noche y día

195

sus gracias, que esté en la mía

no es caso tan milagroso.

Reportárase en traelle,

acortara en alaballe,

y no me enseñara a amalle,

200

ni diera ocasión de velle.

Yo estoy ya determinada.

 

GUZMÁN

Determinada y mujer,

no hay más de decir a hacer,

que el golpe y cortar la espada.

205

Pero mira que vendrán

por ti, tan grandes amigos,

a mayores enemigos

y que, en fin, se matarán.

 

ÁNGELA

Maten, yo no puedo más.

210

A don Sancho he de querer.

 

GUZMÁN

Resolución de mujer,

tudesco sin paso atrás.

Ahora bien, ¿qué haré por ti?

 

ÁNGELA

Que le des este papel.

 

GUZMÁN

215

¿Qué es lo que dices en él?

 

ÁNGELA

Todo cuanto pasa en mí.

 

GUZMÁN

¿Que reportar no te puedes?

 

ÁNGELA

Guzmán, todo lo he probado,

bien saben lo que he pasado

220

algunas cuatro paredes.

Esfuérzome a no le ver,

escóndome hasta de mí.

Tráele mi hermano aquí,

óigole hablar, ¿qué he de hacer?

 

GUZMÁN

225

Quererle, pues que te dan

barro a la mano hasta hacer

un cántaro en que traer

la mocedad del Jordán.

¡Pardiez!, tú estás disculpada

230

y yo no mal inclinado

a alcahuete, oficio honrado

y de gente bien hablada.

Cierto que había de haber,

con salario y mucho honor,

235

sus corredores de amor

para llevar y traer.

¿No los hay para mohatras,

cambios, censos, ropas, joyas?

Pues haya un griego en mil Troyas

240

para un hombre que idolatras.

¡Válate Dios por oficio!

¿Que no tenga estimación,

tratando de paz y unión,

que es un discreto ejercicio?

245

No puso la antigüedad

a Venus por el tercero

planeta sin causa. Hoy quiero

serlo de vuestra amistad.

¡Cuántas puertas desquiciadas,

250

por este discreto oficio

hallan su centro y su quicio

y se mueven concertadas!

La plata el azogue liga,

perficiona el solimán

255

el oro, las aves van

adonde canta la amiga.

Y advierte, porque lo cuentes,

que dijo cierto oficial

que era alcahueta la sal,

260

entre la carne y los dientes.

El llamar a una tercera

cobertera es calza en polla,

porque no puede una olla

cocerse sin cobertera.

265

La bellaca o bellacón

que a una casada se arrima

y al honor que tanto estima

quiere quitar la opinión,

dalle cien priscos detrás,

270

mas ¿cosa de casamiento?

Piadoso entretenimiento

y, para mí, mucho más.

Dame el papel, que yo haré

que hoy don Sancho le reciba.

 

ÁNGELA

275

¿Don Bernardo sube arriba,

si viene con él?

 

GUZMÁN

No sé.

 

ÁNGELA

No quiero en duda esperar.

Tus manos tienen mi honor.

 

GUZMÁN

Las tuyas, dirás mejor,

280

y que se puede quebrar.

Por doncellas en sus casas

–que es ganado harto prolijo–,

del honor, un sabio dijo

que era barro con dos asas.

285

Aunque una doncella pueda

tener un asa es el peso

tal, que se quiebra por eso

y con el asa se queda;

mas, cuando le dan esposo

290

y está el barro entre los dos,

está firme. Y aun ¡por Dios!,

que aun así está peligroso,

que hay bocas que, por proballe,

suelen llegar a beber

295

por donde asió la mujer,

que es tanto como quebralle.

Y aun decir pienso que oí

que hay quien el barro teniendo

deja estar otro bebiendo,

300

pero nunca lo creí.

 

ÁNGELA

Curiosa imaginación,

mas don Sancho viene.

 

GUZMÁN

Vete,

Váyase doña Ángela

que oficios del alcahuete

para las ausencias son.

 

Salen don Sancho con borceguíes y acicates, capa y gorra, y don Bernardo

BERNARDO

305

¿Corrió bien?

 

SANCHO

Por todo estremo

 

BERNARDO

¿Hay tal partir y parar?

 

SANCHO

El partir puede igualar

el viento, y aun eso temo.

En el parar con tan brava

310

furia, gala y bizarría,

un tahúr me parecía,

según de golpe paraba.

 

BERNARDO

¡Qué correr atropellado!

 

SANCHO

En el arena que ves,

315

parece que, con los pies,

iba escribiendo tirado.

Y aun si lo miran, verán

que, en las letras que escribía,

por más ligero decía:

320

«¡Vítor del viento, Guzmán!».

 

BERNARDO

Bien dices, que el retular

lo pone, aunque disimula,

el mismo que se retula

o a quien se lo va a rogar.

325

Y así Guzmanillo fue,

que él mismo se retuló.

 

SANCHO

Era animal, que hombre no.

 

GUZMÁN

Basta, que historia se ve:

la fábula del caballo

330

de Alejandro, que tenía

manos de hombre, si escribía

como acabáis de contallo.

Pero decid, ¿qué razón

hay para llamar Guzmán

335

un caballo?

 

BERNARDO

Este le dan

por el dueño.

 

GUZMÁN

¡Qué invención!

 

BERNARDO

¿Por qué te llaman a ti

Guzmán, sin ser de Toral,

ni del Algaba, o real

340

como el de Medina? Di.

 

GUZMÁN

Porque soy hombre, que basta,

y tengo de un santo el nombre;

pero, si el nombre de un hombre

dais a un caballo de casta,

345

debe de ser porque ya

hay hombres también caballos,

y, por no diferenciallos,

nombre de hombre se les da.

Pero, dejando esto aparte,

350

¿tan bien corrió Guzmanillo?

 

SANCHO

Aun aquí me maravillo

de la manera que parte.

No le dieron hierba o malva

las dehesas gamenosas

355

de Córdoba, sino rosas

como a los que corre el alba.

¡Qué alentado! ¡Qué galán!

 

BERNARDO