Egipto – Carnet de viaje - VVAA - E-Book

Egipto – Carnet de viaje E-Book

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Desde el siglo XV, el «Viaje a Egipto» ha sido la aventura imprescindible que han tenido que emprender los eruditos y científicos europeos para ampliar sus conocimientos, pero también para comparar la leyenda con la realidad. Y así fue para el visitante que se dispuso a recorrer las tierras de cultivo del delta, las orillas limosas del Nilo y las arenas ardientes de los desiertos del país. El perfil del faraón, portador de la doble corona del Alto y Bajo Egipto, sigue proyectando su magnificencia sobre el país. El pueblo egipcio acaba de vivir una revolución, habiendo derramado su sangre para hacer realidad la democracia. La historia, que lleva siete milenios modelando el país, sigue su marcha inexorable, igual que el río sigue su curso y da vida a quienes beben de él. Seguro de ser «la madre del mundo», Egipto sigue acogiendo, con los brazos abiertos, a todos aquellos que desean descubrir sus extraordinarios e incomparables monumentos, pues sigue siendo eterno. Tierra de historia, pero también mar de buceo, ya que Egipto y el mar Rojo son famosos en todo el mundo por sus arrecifes de coral. Aunque algunas zonas están oficialmente desaconsejadas, no hay que tener miedo en otros lugares; los egipcios son tan amables como siempre, deseosos de dar a conocer su país a todos los que se acerquen, por su rico patrimonio, sus aguas turquesas y su arena blanca, su cadena de oasis y sus montañas bíblicas. Vamos, es hora de emprender su propio «Viaje a Egipto».

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Veröffentlichungsjahr: 2025

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Índice

¡Bienvenidos a Egipto!

DESCUBRA

Lo más destacado de Egipto

Ficha técnica

Egipto en 10 palabras clave

Una mirada sobre Egipto

Historia

Población

Arte y cultura

Fiestas

Cocina local

Deportes y ocio

Personajes ilustres

VISITE

El Cairo

Los alrededores de El Cairo

Valle del Nilo

Alejandría, el delta y Suez

Costa noroeste

Oasis

Mar Rojo

Sinaí

INFO PRÁCTICA

Info práctica

Galería de fotos

Galería de mapas

¡Bienvenidos a Egipto!

¡Bienvenidos a Egipto! - PLATEAU DE GUIZA

© WitR – Shutterstock.com

Desde el siglo XV, el « Viaje a Egipto » ha sido la aventura imprescindible que han tenido que emprender los eruditos y científicos europeos para ampliar sus conocimientos, pero también para comparar la leyenda con la realidad. Y así fue para el visitante que se dispuso a recorrer las tierras de cultivo del delta, las orillas limosas del Nilo y las arenas ardientes de los desiertos del país. El perfil del faraón, portador de la doble corona del Alto y Bajo Egipto, sigue proyectando su magnificencia sobre el país. El pueblo egipcio acaba de vivir una revolución, habiendo derramado su sangre para hacer realidad la democracia. La historia, que lleva siete milenios modelando el país, sigue su marcha, inexorable, igual que el río sigue su curso y da vida a quienes beben de él. Seguro de ser « la madre del mundo », Egipto sigue acogiendo, con los brazos abiertos, a todos aquellos que desean descubrir sus extraordinarios e incomparables monumentos, pues sigue siendo eterno. Tierra de historia, pero también mar de buceo, ya que Egipto y el mar Rojo son famosos en todo el mundo por sus arrecifes de coral. Aunque algunas zonas están oficialmente desaconsejadas, no hay que tener miedo en otros lugares; los egipcios son tan amables como siempre, deseosos de dar a conocer su país a todos los que se acerquen, por su rico patrimonio, sus aguas turquesas y su arena blanca, su cadena de oasis y sus montañas bíblicas. Vamos, es hora de emprender su propio «Viaje a Egipto».

EGIPTO

© Petit Futé

DESCUBRA

ASSOUAN - El Nilo cerca de Asuán.

© Anton Aleksenko – iStockphoto.com

Lo más destacado de Egipto
Una tierra de aventuras y fuertes emociones

Los amantes de los grandes espacios abiertos estarán encantados en Egipto. La inmensidad del desierto ofrece al viajero, ya sea a pie, acompañado por una caravana de camellos o en 4x4, la posibilidad de llegar lejos, muy lejos, hasta los lugares más recónditos del paisaje mineral, entre las arenas de las llanuras y las montañas de caliza o granito. Asimismo, las profundidades abismales del mar Rojo atraen a submarinistas de todo el mundo que vienen a nadar con los tiburones y delfines que ondulan entre los inmensos arrecifes de coral.

Un clima soleado todo el año

Un clima soleado todo el año - HURGHADA

© Dmitry V. Petrenko – Shutterstock.com

Si bien no existen las estaciones en El Cairo, donde siempre hace buen tiempo, suele refrescar de enero a abril. La costa mediterránea atrae la lluvia en invierno, que rara vez oscurece los cielos de El Cairo, y menos aún los del valle del Nilo. El verano es muy caluroso, húmedo desde El Cairo hacia el norte, seco en el valle. Se puede nadar todo el año en el mar Rojo, aunque en invierno el agua está más fría y puede soplar el viento.

Un gran lugar para vivir

Esta es la tierra de la buena vida, donde el tiempo influye poco en la vida cotidiana. Siga el agradable ritmo de la población y déjese llevar por lo que surja. Es lo que nos enseña este país, demasiado viejo y venerable como para ir con prisas; en vacaciones, haga lo mismo y deje el estrés en el aeropuerto.

Un patrimonio histórico milenario

Un patrimonio histórico milenario - Templo de Karnak, el gran templo de Amon es un museo al aire libre.

© Author's Image

Siete mil años de civilización han dado forma al país, ofreciendo al visitante toda su riqueza cultural, tradicional y religiosa. Entre las dinastías faraónicas, el periodo helenístico más reciente, el desarrollo del cristianismo y los fundamentos del islam, el viajero tiene donde elegir. A su paso, descubrirá que Egipto es una tierra de diversidad y contrastes, donde conviven sin enfrentamientos, de acuerdo con una cierta idea de tolerancia de la que sus habitantes están orgullosos.

Un pueblo acogedor

© Diy13 - iStockphoto.com

Impresiona la atención y el sentido del servicio que hay en Egipto. No es raro que, al desviarse de su camino, le inviten a compartir un té a la menta en un oasis, una aldea o en la cabaña del guarda de un templo, y le pregunten con gran interés. Para cuando se despida de su improvisado anfitrión, ya se habrá impregnado de su entusiasmo. Aunque sus caminos no vuelvan a cruzarse, conservará el sabor de una complicidad compartida por un momento.

Ficha técnica
La bandera egipcia

La bandera egipcia - Bandera Egipto

Adoptada el 4 de octubre de 1984, la bandera egipcia está formada por tres franjas horizontales: roja, blanca con un águila dorada y negra. Estos tres colores han sido adoptados por muchos países del mundo árabe (Siria, Palestina, Jordania, etc.), lo que refleja la influencia de Egipto en todo el mundo islámico. El rojo simboliza la sangre derramada por el pueblo y el blanco representa el futuro radiante del país, mientras que el negro es el testigo de los años de opresión. En el centro de la bandera hay un símbolo de la unidad árabe, el águila dorada de Salah al-Din (Saladino), el sultán ayubí (1138-1193) que unió Egipto, Siria, Mesopotamia y el Hedjaz en un solo reino.

País

ASSOUAN - Felucas en Asuán.

© kharps – iStockphoto.com

Nombre oficial: República Árabe de Egipto.

Capital: El Cairo.

Superficie: 1001450 km².

Idioma oficial: árabe. También se habla inglés y francés (Egipto es miembro asociado de la Organización Internacional de la Francofonía).

Población

Población - Beduino con camello, pirámides al fondo, Giza, Egipto.http://bhphoto.pl/IS/egypt_380.jpg

© Bartosz Hadyniak

Población: 106 millones (2024).

Densidad: 113 habitantes/km² (2023).

Tasa de natalidad: 20,48‰ (2023).

Tasa de mortalidad: 6,39‰ (2022).

Esperanza de vida: 72,54 años (2022).

Tasa de alfabetización: más del 82% (2023).

Religiones: 90% musulmanes sunníes; 10% cristianos coptos ortodoxos, minorías católicas orientales.

Economía

PIB: 357825 millones de dólares (2024).

PIB/habitante: 3.513 USD (2023).

PIB/sector: agricultura: 11,9%, industria: 33,1%, servicios: 55%.

Tasa de crecimiento: 3,76% (2023).

Tasa de desempleo: 7,6% (2023).

Tasa de inflación: 33,7% (2024).

Huso horario

La diferencia horaria es de una hora más durante once meses al año; durante un breve periodo transitorio, ambos países tienen la misma hora. Los cambios de hora en Egipto se producen generalmente en torno al 1 de mayo y el 1 de octubre. Cuando en El Cairo son las 9 h, en Madrid son las 8 h.

Clima

PLATEAU DE GUIZA - Tormenta de arena en las pirámides.

© Giorgio Caracciolo – Shutterstock.com

El clima de El Cairo es siempre húmedo, debido al Nilo, y caluroso de abril a septiembre. Después, las temperaturas descienden ligeramente y por las noches de enero a marzo hace falta un jersey. En invierno puede llover.

En Alejandría y en la costa mediterránea, la humedad es mayor, sobre todo en verano. En invierno también llueve mucho más que en El Cairo.

Egipto en 10 palabras clave
Café

Más que una simple bebida, la qahwa se consume en grupo, acompañada de una shisha. Finamente molida y hervida en una kanaka, la qahwa puede beberse sada (sin azúcar), masbout (solo media dosis) o sokkar ziyada (con mucho azúcar), y siempre está aromatizada con cardamomo. En los cafés también se habla de política (con cautela).

Egiptomanía

Sin embargo, esta pasión, que se desarrolló en el siglo XIX al mismo tiempo que la escuela orientalista, se remonta mucho más atrás: los viajeros occidentales, entre ellos Pierre Belon du Mans (cuyos relatos publica el Instituto Francés de Arqueología Oriental, venerable institución creada en El Cairo en 1907), ya acudían a Egipto en el siglo XVI. Por supuesto, el interés europeo por el país no despegó hasta después de la expedición de Bonaparte (1798-1801): en Francia, los ebanistas de Napoleón I crearon el estilo « Retour d'Égypte », que llevó las formas piramidales y esfinges a la arquitectura francesa. España también cuenta con su influencia, siendo un ejemplo las pirámides y obeliscos en el cementerio de Poblenou, en Barcelona. Hoy, sin embargo, son viajeros de otras nacionalidades los que más visitan el país. Pero los egipcios lamentan que el interés de los extranjeros por su país solo se enfoque en un Egipto antiguo e idealizado, que deja de lado la vida cotidiana actual.

Ful

Ful - Los egipcios comen muchos platos de judías.

© Veliavik – Shutterstock.com

El ful (haba) es el alimento básico de la dieta egipcia. Se dejan en remojo toda la noche en agua mezclada con bicarbonato de sodio y luego se cuecen a fuego lento durante unas horas en una olla de cuello estrecho. Se puede añadir aceite de oliva, huevos fritos, basterma (carne de res seca al estilo armenio) o tahina (pasta de sésamo). Se come en plato o hecho puré en un panecillo sin levadura. El ful es muy rico en proteínas vegetales, lo que, gracias a ser muy asequible, permite a mucha gente sustituir la carne, cada vez más cara.

Nilo

Nilo - Creer en el Nilo.

© WitR – iStockphoto

Aparte de algunos oasis perdidos en los desiertos de Egipto, es a lo largo del Nilo donde se congregan la gran mayoría de los habitantes del país, en tierras agrarias que representan el 4% de la superficie total del país. Visto desde el aire, el límite entre el desierto y el valle fértil es asombroso: no hay transición entre la tierra sedienta y los verdes palmerales. La alegría de vivir de los egipcios está sin duda ligada, en parte, al Nilo, el río de la vida, que durante miles de años ha aportado riqueza al país durante las numerosas inundaciones que depositaban limo fértil en las tierras de cultivo. Desde 1971, la gran presa de Asuán ha roto el ritmo de las crecidas; la reserva de agua del lago Nasser, por su parte, hace que Egipto ya no tema la sequía. La presa del Renacimiento, aguas arriba, en Etiopía, se puso en marcha en 2022 tras años de debate sobre la reducción del caudal del Nilo en Egipto y sus graves consecuencias. El tema sigue siendo fuente de grandes tensiones en la cuenca del Nilo.

Papiro

Mientras que los mensajes diplomáticos se escribían en tablillas de arcilla, en el antiguo Egipto el papiro se utilizaba más para escribir textos sagrados o poéticos. Este está formado por tiras de material vegetal colocadas una sobre otra, pegadas por el almidón natural que sueltan, y adquiere un tono amarillo o marrón según el tiempo que se deje en remojo. Contemplar papiros antiguos en los museos es una experiencia conmovedora: a lo largo de los siglos, estas delicadas hojas nos proporcionan pruebas ilustradas de una civilización refinada. La técnica del papiro había desaparecido de Egipto, al igual que su cultivo, y fue el Dr. Ragab quien lo reintrodujo en el siglo XIX. Los aficionados podrán elegir entre meticulosas reproducciones dibujadas a mano o los clandestinos grabados en vulgares hojas de platanero.

Pirámides

En la teología antigua, este emblemático edificio egipcio representaba el símbolo de la creación del mundo: los egipcios creían que un montículo de tierra, por voluntad de la palabra de los dioses, había surgido de la nada líquida, llamada el « noúmeno primordial ». De la cima de este montículo habría brotado entonces la luz, Ra, el dios creador de toda vida. La construcción de una pirámide a orillas del Nilo para enterrar a un faraón no era casual: tal como Ra, de quien era hijo, el faraón surgía y se establecía eternamente, era único, aunque hubiera tenido una sucesión de cuerpos carnales. Hay más de cien pirámides que han surgido de las arenas. Sin duda hay más; los arqueólogos trabajan duro, ¡y siguen habiendo nuevos descubrimientos!

Revoluciones

La historia de Egipto está marcada por una larga historia de episodios revolucionarios. Mucho antes de la Revolución de 2011 (también conocida en Egipto como la « Revolución del 25 de enero », cuando tuvieron lugar las primeras manifestaciones en la plaza Tahrir de El Cairo), la Revolución de 1919 contribuyó a derrocar el dominio británico, y el golpe de Estado de 1952 derrocó la monarquía y llevó a Nasser al poder. La persistencia de problemas estructurales no excluye la posibilidad de nuevos levantamientos.

Superstición

El ojo de Horus o Udyat, uno de los amuletos más extendidos en el antiguo Egipto, ya no está de moda. Sin embargo, las supersticiones siguen vivas. Todavía se teme al mal de ojo. Para ahuyentarlo, se siguen haciendo pequeños sacrificios, conocidos como fadwa. No es raro que, para la inauguración de una tienda, la bendición de una casa, una grúa, un coche..., los dueños lleguen con una cabra, en cuya sangre mojan la mano y dejan una marca de sus cinco dedos en el lugar u objeto que se quiere proteger del demonio. Es el gesto de « khamsa we khemesa » (cinco y cinco pequeños), a menudo representado por una mano azul, supuestamente protectora. Asimismo, hay que tener cuidado de no felicitar demasiado a una madre por su bebé recién nacido; el mal de ojo se ahuyentará diciendo unas pocas palabras piadosas.

LE CAIRE - Té de menta servido en El Cairo.

© Joel Carillet – iStockphoto.com

El té es la bebida nacional de Egipto. Visitar la casa de otra persona, sea cual sea el motivo, implica una taza de té obligatoria. El té kushari, popular en el Bajo Egipto, se prepara remojando tradicionalmente té negro en agua hirviendo. Casi siempre se endulza con azúcar y se mezcla con hojas de menta fresca. El té sa'idi es común en el Alto Egipto y es especialmente fuerte, por lo que se le añade mucho azúcar. La mayoría de las veces se sirve frío y muy dulce, pero también puede tomarse caliente.

Turismo

No es exagerado decir que el turismo se inventó para Egipto. El auge de la egiptología y el orientalismo en el siglo XIX desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de los viajes a tierras hasta entonces solo conocidas por los comerciantes. A finales del siglo XX, el turismo de masas transformó el país y sus infraestructuras. Desde 2018, ocasionalmente, Egipto es objeto de atentados. Sin dejarse llevar por la paranoia, hay que ser responsable e informarse para disfrutar de un viaje plenamente seguro. También hay menos turistas, lo que tiene ventajas y desventajas, como que sea más probable que le aborden a escondidas.

Una mirada sobre Egipto
Geografía

SIWA - Oasis cerca de Siwa.

© aroundtheworld.photography – iStockphoto.com

Vista desde el aire, la geografía de Egipto es impresionante: una larga franja verde que serpentea a través de un desierto amarillo y naranja y se abre en un amplio delta antes de desembocar en el Mediterráneo. La geografía egipcia es tan sorprendente como su historia. El Nilo, su mítico río, sus desiertos, sus oasis y sus dos mares, el Rojo y el Blanco (en árabe es común llamar así al Mediterráneo). En términos de superficie, Egipto es el 30.º país más grande del mundo. Este territorio de 1001450 km2 se extiende a caballo entre los continentes africano y asiático. Sus fronteras naturales, las costas del mar Rojo y del Mediterráneo, se extienden a lo largo de 2540 km. Contrastan con las fronteras rectas que atraviesan el desierto entre Egipto, Sudán al sur, Libia al oeste e Israel y la Franja de Gaza al este de la península del Sinaí.

El Nilo es la principal fuente de agua del país. Se extiende a lo largo de 1280 km, desde el sur, donde el lago Nasser retiene sus aguas, hasta el delta, donde, con sus dos ramificaciones, desemboca en el mar Mediterráneo. A lo largo del Nilo, entre Asuán y la costa norte, es donde se desarrolla la agricultura. Antes de la construcción de la Gran Presa en los años sesenta, el Nilo inundaba el valle a merced de sus crecidas. El cinturón que lo sujeta desde entonces, al sur de la primera catarata, ya no permite inundaciones, y la agricultura se ha racionalizado.

En las dos últimas décadas se han llevado a cabo importantes obras para que la creciente población egipcia pueda vivir en una superficie mayor y se desarrolle la agricultura. El Valle Nuevo, llamado Tochka, fue uno de los primeros proyectos que se llevaron a cabo. El objetivo oficial de construir una nueva capital administrativa en el desierto, al este de El Cairo, es descongestionar la capital egipcia, a menudo paralizada por los atascos y marcada por un crecimiento urbano descontrolado. Es aquí donde se juega actualmente parte del futuro del país.

Clima

Con su vasto territorio, el clima del país varía considerablemente entre regiones y estaciones. Por regla general, el clima es idílico entre octubre y enero, frío entre febrero y mayo, y terriblemente caluroso entre junio y septiembre. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas: como en todos los países semidesérticos, la influencia del viento (que es frecuente) influye mucho en los niveles de temperatura.

El invierno es muy agradable en Asuán y Luxor, pero puede ser muy frío en El Cairo y Alejandría. Esto se nota especialmente por la noche, sobre todo porque muy pocos lugares tienen calefacción. Quienes acampen en el desierto deben tomar precauciones y no dejarse atrapar por las temperaturas diurnas, muy suaves: la noche puede ser gélida.

En primavera, un viento predominante del suroeste (el Khamsin, o « cincuenta », ya que se supone que sopla durante cincuenta días) calienta todo el país. Caluroso y seco, a veces sopla con violencia (de 100 a 120 km por hora) y puede provocar numerosos retrasos en el transporte aéreo y por carretera (carreteras arenosas, pistas deslavadas, etc.). El tiempo es agradable de Alejandría a Asuán.

A partir de junio, el termómetro sube hasta temperaturas desmesuradas (40, 42, 44 e, incluso, 50°C algunos días en el Alto Egipto). Luxor y Asuán se vacían, mientras que los visitantes acuden en masa al Sinaí y a la costa. Cabe mencionar que cualquier actividad que no sea nadar se vuelve rápidamente insoportable.

Desde finales de septiembre hasta principios de diciembre, la temperatura vuelve a ser tolerable en el Alto Egipto y muy agradable en la costa.

Medioambiente

Los viajeros que llegan a Egipto se encuentran con una variedad de entornos naturales extraordinarios: el valle del Nilo, que alberga toda la tierra fértil, los desiertos, que constituyen el 94% del país, y el litoral. Cada uno de ellos alberga una biodiversidad excepcional pero sumamente amenazada. Las actividades humanas (industria, turismo, etc.) también están en el punto de mira. El país, que firmó el Protocolo de Kioto en 2005, acogió la Cumbre de las Naciones Unidas sobre la Naturaleza y la Cultura en 2018 y la COP27 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) en noviembre de 2022, ha tomado conciencia de la urgencia de los problemas ecológicos, pero aún tiene que superar toda una serie de retos para ser verdaderamente « verde » y encontrar soluciones para hacer frente a la contaminación del aire, el suelo y el agua.

El Cairo, una de las ciudades más contaminadas del mundo, ha puesto en marcha una iniciativa para fomentar el reciclaje. Se trata de puntos de recogida donde los residentes pueden depositar ciertos residuos reciclables que contengan metales (aluminio, cobre, hierro) a cambio de una remuneración inmediata. Con la ayuda de patrocinadores internacionales, se ha construido un vertedero de residuos industriales para dar una solución práctica al problema del almacenamiento incontrolado de residuos y la quema al aire libre. Ahora, los cruceros conservan sus residuos —en lugar de aumentar el volumen de los vertederos ilegales— antes de enviarlos a plantas de tratamiento de residuos. En otras buenas noticias, la gobernación del Mar Rojo prohibió el uso de plástico de un solo uso en 2019.

Se insta a los visitantes a comportarse de forma responsable durante su estancia: moderar el consumo de agua y energía, clasificar los residuos, etc. Además, en algunas regiones, la normativa pretende prohibir el uso de protectores solares petroquímicos, que provocan la muerte de los corales, así que elija cremas con filtros minerales en lugar de químicos.

Flora y fauna

Flora y fauna - Fennecs.

© Michel VIARD – iStockphoto.com

Fauna

Dado que han desaparecido las especies más emblemáticas de Egipto, especialmente las farónicas, se tiende a pensar, demasiado precipitadamente, que la fauna egipcia es pobre. Es cierto que ya no se ven cocodrilos a lo largo del Nilo, y menos aún babuinos, hipopótamos y leones en los palacios reales. Sin embargo, la fauna sigue siendo rica, si nos atenemos al número de submarinistas que acuden a admirarla en las aguas del mar Rojo, donde aún pueden verse dugongos, tiburones, mantarrayas, tortugas carey y otros animales raros. La proliferación de parques nacionales y reservas naturales debería ayudar al país a mantener su fauna, que a menudo los viajeros ignoran que existe: el jardín botánico del templo de Karnak no es la única reserva de especies raras de Egipto.

En el desierto o Sinaí

Chacal dorado. Muy presente, es del tamaño de un lobo pero inofensivo, y vive en manadas.

Cobra escupidora de cuello negro. De origen africano, es capaz de escupir su veneno a distancia. Especialmente peligrosa.

Dromedario. Solo tiene una joroba que contiene grasa, que utiliza para alimentarse cuando escasea la comida. La grasa también puede transformarse en agua (sus 40 kg pueden transformarse en más de 40 litros de agua). El dromedario puede caminar durante ocho días en pleno desierto.

A lo largo del valle del Nilo

Cocodrilo. El cocodrilo del Nilo no ha desaparecido: todavía se puede encontrar, en cantidades bastante grandes, en el lago Nasser y en los viveros de los nubios en Asuán. Según antiguas creencias, el animal garantiza felicidad a las familias.

Garcilla bueyera. Ave blanca de cabeza redonda que anida en colonias en árboles y arbustos a lo largo de los ríos y lagos de Egipto.

Abubilla. Llamada houdhoud en árabe, por el grito que emite. Le gusta pasear entre la hierba cortada.

Siluro. El siluro del Nilo prefiere los hábitats pantanosos, poco profundos y pobres en oxígeno. Como le encantan las aguas turbias, se creía que guiaba la barca solar de Ra cuando navegaba de noche por el río del mundo.

En las aguas del mar Rojo

Barracuda. Un pez alargado con temibles dientes.

Dugongo. Especie en peligro de extinción, este mamífero de hasta tres metros de largo sobre todo se puede ver en Quseir.

Mero rojo. Gran pez rojo salpicado de azul que vive apaciblemente entre las rocas.

Tortuga carey. Especie protegida en peligro de extinción, solo quinientas tortugas carey desovan cada año en Egipto.

Flora

Tierra del junco y el loto, que simbolizaban el Alto y el Bajo Egipto, las aguas del Nilo que bañan el país presentan al viajero una gran variedad de flora. El paisaje egipcio está marcado por altas palmeras, sicomoros y oscuros mangos. Luxor y Asuán son lugares especialmente buenos para observar una gran variedad de flores. Los embriagadores aromas del jazmín y el frangipani se combinan con los brillantes colores. La henna, cuyas hojas se utilizan para teñirse de rojo o naranja; el tamarindo, de quince metros de altura, con el que se elabora una bebida muy apreciada, el tamar hindi; el papiro, un junco con muchas virtudes; el sésamo, la palmera, la caña de azúcar, el platanero... La flora de Egipto le espera para que abra los ojos y las fosas nasales.

Historia

Historia - Jeroglíficos que representan a los prisioneros de Hyksôs en el momento de su expulsión

© Socha – iStockphoto.com

La época de los faraones

El país se unió en el 32 a.C., cuando el reino del sur invadió el norte. Todo el país quedó bajo la autoridad de un único rey, Menes (también conocido como Narmer). Encarnaba al dios Horus y, como él, llevaba el pschent, que combinaba las coronas del Bajo y el Alto Egipto. Se estima que la mayoría de las instituciones egipcias estuvieron vigentes a lo largo de las sucesivas dinastías, desde la escritura y el calendario hasta los ritos funerarios, la administración centralizada y el desarrollo de una ciencia dedicada al Nilo. En formas más o menos elaboradas, estos elementos se encontraban en toda la civilización faraónica.

Desde la época del historiador Manetón (siglo III a.C.), la historia de los faraones se ha dividido en treinta dinastías, que abarcan casi tres mil años. De cultura griega, Manetón helenizó los nombres de los faraones. La mayoría de ellos siguen siendo conocidos hoy en día por este patronímico distorsionado (por ejemplo, Amenofis es la traducción griega de Amenhotep). Para mayor claridad, utilizaremos el nombre más común y, entre paréntesis, el nombre egipcio correspondiente cuando se conozca. De la historia faraónica surgieron tres periodos especialmente prósperos, conocidos como Imperio Antiguo, Medio y Nuevo.

Imperio Antiguo (2700-2180 a.C.). Este periodo comenzó con la III Dinastía, correspondiente al Imperio Menfita, ya que la capital se estableció en Menfis, en la frontera entre el Alto y el Bajo Egipto. El poder del faraón era absoluto. Los textos que datan de este periodo son muy escasos y se sabe poco sobre su historia. Sin embargo, la mayoría de los historiadores creen que Egipto era un gran país que gozaba de paz, tanto interna como externa.

Primer periodo intermedio (2180-2060 a.C.). Pepi II (Phiops), rey de la VI dinastía, subió al trono a la edad de seis años y tenía más de cien cuando murió, habiendo completado el reinado más largo de la historia de la humanidad. Dejó un poder central significativamente debilitado.

Imperio Medio (2060-1785 a.C.). El Reino Medio comenzó con la llegada de Mentuhotep I, soberano de Tebas, que dedicó su reinado a la reconquista de todo Egipto. Lo consiguió después de quince años y el país volvió gradualmente a la prosperidad.

Segundo periodo intermedio (1785-1580 a.C.). Las razones de la decadencia de la XII Dinastía no se conocen con precisión. Es probable que el desequilibrio interno se combinara con la creciente amenaza de los hicsos, invasores procedentes de Asia.

Imperio Nuevo (1580-1085 a.C.). Amosis (Ahmose), señor de Tebas, liberó el país, utilizando las mismas armas que habían derrotado a los hicsos dos siglos antes. Una vez liberado, Egipto se embarcó en una serie de conquistas sin precedentes. Para hacer frente a una nueva amenaza procedente del este, los hititas, las tropas del faraón hicieron campaña hasta el Éufrates, en la actual Siria. Esta política imperialista y guerrera garantizó la seguridad del país durante cinco siglos. Uno de los últimos grandes reinados del Imperio Nuevo fue el de Ramsés II, que duró sesenta y siete años. Este faraón, excesivo en todo lo que hacía, habría tenido una descendencia considerable (casi doscientos hijos). Gran guerrero, luchó contra los hititas en Qadesh y no temía enfrentarse a sus enemigos cuerpo a cuerpo. Gran constructor, Ramsés II edificó el templo de Abu Simbel y numerosas ciudades que llevan su nombre. Como todos los faraones del Imperio Nuevo, fue enterrado en un hipogeo en el Valle de los Reyes, en lugar de bajo una estructura monumental. Al final de su excesivamente largo reinado, Ramsés II dejó un país debilitado y vulnerable.

Periodo tardío (1085-333 a.C.). Dos siglos después de la muerte de Ramsés II, una nueva disputa dinástica privó al país de un faraón. Al final, el vacío político fue llenado por dinastías extranjeras que ocuparon el trono egipcio. Sus reinados se intercalaron con estallidos de patriotismo y efímeras restauraciones de soberanos egipcios. Los dos últimos siglos de este periodo estuvieron marcados por una ocupación persa especialmente dura. El país fue saqueado y los templos destruidos.

Períodos griego, romano y bizantino

La conquista de Egipto por Alejandro Magno marcó el final del periodo faraónico. Desde entonces, hasta la llegada al poder de los Oficiales Libres en 1952, Egipto estuvo gobernado por extranjeros. Sin embargo, tras treinta siglos de influencia, la civilización faraónica no desapareció de las orillas del Nilo de la noche a la mañana. Poco a poco se fue fusionando con civilizaciones importadas que iban a tener un profundo impacto en Egipto: la griega, la romana y la bizantina.

Período islámico

De todas las invasiones pasadas, la de los árabes representó la ruptura más profunda en la historia de Egipto. Fieles al monoteísmo radical del Islam, los nuevos dueños del país no cedieron a la fascinación de la antigua civilización egipcia. Mientras que griegos y romanos intentaron presentarse como herederos de los faraones, los árabes mantuvieron como única referencia al Dios anunciado por el profeta Mahoma, muerto en el 632.

Como resultado, la identidad de Egipto cambió para siempre. Alternando fases de ocupación y de mezcla con la población, los ejércitos musulmanes arabizaron e islamizaron el país. Por todo ello, Egipto nunca se conformó con el papel de mera provincia dentro de una entidad árabe-musulmana en constante evolución. El carácter nacional, incluso cuando se mezclaba con la cultura musulmana, resurgía crónicamente para oponerse al poder central.

Entrada en la modernidad

Los franceses describieron descuidadamente la expedición de Napoleón a Egipto como un fructífero encuentro entre dos civilizaciones. Los egipcios, evidentemente, lo vieron de un modo completamente distinto. Para ellos, la conquista napoleónica no dejó de ser una invasión, llevada a cabo por la fuerza de las armas. Creen que Egipto ya estaba preparado para embarcarse en una aventura moderna en aquella época, y que el ejército de científicos francés no tuvo nada que ver con ello. Lo cierto es que el desembarco del 12 de julio de 1798 marcó un nuevo punto de inflexión en la historia egipcia.

Egipto árabe e independiente

Es imposible datar con precisión el surgimiento del sentimiento nacional en un país que afirma no haberlo abandonado nunca desde la época de los faraones. Lo cierto es que la segunda mitad del siglo XX vio surgir dos fenómenos internacionales que iban a inclinar a la sociedad egipcia hacia la independencia: la aparición de nuevos países independientes y la formación de un bloque árabe cuyo único punto de convergencia era su rechazo al Estado de Israel.

Conquista de la independencia (1918-1952)

Antigua colonia británica, Estados Unidos emergió como gran potencia internacional tras la Primera Guerra Mundial. La intervención estadounidense en Europa fue decisiva y marcó el fin de la hegemonía europea en el mundo. Al final de la guerra, el presidente Wilson consideró que debían abandonarse las conquistas coloniales, que habían provocado demasiados conflictos, y que los europeos debían dejar a los pueblos la libertad de decidir por sí mismos. Francia e Inglaterra, las principales potencias afectadas, aceptaron el principio, pero se comportaron sobre el terreno como en los viejos tiempos de las colonias. Con el Imperio otomano derrotado en 1914-1918, se repartieron alegremente Oriente Medio: Iraq, Siria, Líbano, Palestina, etc. En Egipto, los nacionalistas esperaban que prevaleciera la doctrina de Wilson e intentaron obtener la independencia mediante la negociación. En 1919, una delegación encabezada por Saad Zaghloul Pacha decidió viajar a Londres para hacer oír las reivindicaciones de Egipto. El gobierno británico se negó a recibirle e incluso le condenó al exilio. Esta noticia provocó la ira de los egipcios. Zaghloul se convirtió en el héroe de la independencia. En los siguientes años, la influencia del Partido de la Delegación (en árabe, Wafd) siguió creciendo en el país. Agrupando a coptos y musulmanes, el Wafd quería promover un Estado moderno que pusiera fin a los particularismos comunales, restaurara los derechos de los egipcios nativos y obligara al ejército británico a abandonar Egipto. Para calmar los disturbios crónicos, Gran Bretaña liberó a Zaghloul y, en 1924, reconoció la independencia de Egipto como monarquía constitucional.

Egipto nasserista (1952-1970)

El Comité de Oficiales Libres, del que formaba parte Gamal Abdel Nasser, tomó el poder en Egipto el 23 de julio de 1952. Tres días después, el rey Faruk abdicó y se exilió. Su hijo, todavía un niño, reinó hasta la abolición de la monarquía en junio del año siguiente. La República Egipcia estuvo presidida inicialmente por el venerable general Neguib, aunque ya se sabía que el joven Nasser (34 años) era el mandamás de la junta gobernante. A finales de 1954, Neguib fue oficialmente depuesto en favor de Nasser. El Reino Unido ya estaba negociando la salida de sus tropas. La política de la nueva república se parecía un poco a la venganza de los egipcios en Egipto. La política social y las reformas agrarias favorecieron en gran medida a la gente común, ya fueran coptos o musulmanes. El Estado construyó escuelas y hospitales públicos. Se abolieron los privilegios concedidos anteriormente a las minorías, que tuvieron que someterse al ordenamiento jurídico ordinario para permanecer en Egipto. El árabe se convierte en lengua oficial y su enseñanza se hace obligatoria en todas las escuelas, incluso en las dirigidas por misioneros extranjeros. Una política gradual de nacionalización de la bienes acabó por arruinar los intereses de las « grandes familias », que se vieron obligadas a exiliarse.

Sadat, oportunista y visionario (1970-1981)