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Considerada a menudo una de las islas más bellas del mundo, Santorini es sin duda la perla de las Cícladas y de las islas griegas en general. Casi un millón y medio de turistas la visitan cada año, independientemente de la temporada. Una afluencia enorme para 76 kilómetros cuadrados y apenas unos miles de residentes anuales… La isla alcanza prácticamente un estado de saturación en plena temporada alta. Alejada al sur del archipiélago, Santorini es una Cíclada oriental, accesible en avión. Pero llegar a ella en barco es algo único, sobre todo al atardecer, cuando la luz del final del día hace estallar los colores de esta isla rocosa nacida de las convulsiones de la tierra: ocre, rojo sangre, gris ceniza, antracita... son algunos de los colores volcánicos que emergen aquí. Las scafta, las casas blancas trogloditas suspendidas sobre el mar, no contribuyen a disipar el sentimiento de temor que despierta esta formación geológica inesperada que aún se está moldeando: el gigante destructor todavía duerme en su interior, esperando su momento. Fira, la capital insular, merece una visita en sí misma. Pero el lugar más bello de la isla es, sin duda, el pequeño pueblo de Oia, donde acuden multitudes cada atardecer para contemplar la puesta de sol. Con su aspecto de postal gigante, Santorini se ha convertido en uno de los destinos más populares para los recién casados. Lo tendría todo para ser la estrella de las islas griegas, si no fuera por la falta de largas extensiones de arena blanca. Aparte de la pequeña y notable Red Beach, las costas ofrecen pocos lugares para bañarse. ¡Pero Santorini es, de todas formas, mágica!
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Seitenzahl: 220
Veröffentlichungsjahr: 2025
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¡Bienvenidos a Santorini!
DESCUBRIR
Lo más destacado de Santorini
Ficha técnica
Santorini en diez palabras
Una mirada sobre Santorini
Historia
Población
Arte y cultura
Fiestas
Cocina local
Deportes y ocio
Personajes ilustres
SANTORINI
INFO PRÁCTICA
Info práctica
Galería de fotos
Galería de mapas
¡Bienvenidos a Santorini! - Playas de Akrotiri.
© AleksandarGeorgiev
Considerada a menudo una de las islas más bellas del mundo, Santorini es sin duda la perla de las Cícladas y de las islas griegas en general. Casi un millón y medio de turistas la visitan cada año, independientemente de la temporada. Una afluencia enorme para 76 kilómetros cuadrados y apenas unos miles de residentes anuales… La isla alcanza prácticamente un estado de saturación en plena temporada alta.
Alejada al sur del archipiélago, Santorini es una Cíclada oriental, accesible en avión. Pero llegar a ella en barco es algo único, sobre todo al atardecer, cuando la luz del final del día hace estallar los colores de esta isla rocosa nacida de las convulsiones de la tierra: ocre, rojo sangre, gris ceniza, antracita... son algunos de los colores volcánicos que emergen aquí. Las scafta, las casas blancas trogloditas suspendidas sobre el mar, no contribuyen a disipar el sentimiento de temor que despierta esta formación geológica inesperada que aún se está moldeando: el gigante destructor todavía duerme en su interior, esperando su momento. Fira, la capital insular, merece una visita en sí misma. Pero el lugar más bello de la isla es, sin duda, el pequeño pueblo de Oia, donde acuden multitudes cada atardecer para contemplar la puesta de sol. Con su aspecto de postal gigante, Santorini se ha convertido en uno de los destinos más populares para los recién casados. Lo tendría todo para ser la estrella de las islas griegas, si no fuera por la falta de largas extensiones de arena blanca. Aparte de la pequeña y notable Red Beach, las costas ofrecen pocos lugares para bañarse. ¡Pero Santorini es, de todas formas, mágica!
© Petit Futé
DESCUBRIR - THIRA
© Roman Sigaev – Shutterstock.com
Encrucijada cultural y corazón vivo de las Cícladas, Santorini no se parece a ninguna otra isla. Es cierto que puede reivindicar una herencia griega, ya que sus habitantes no se libran de ninguna de las tradiciones nacionales, ya sean religiosas o sociales. Así, encontrará calma y tranquilidad al estilo mediterráneo en algunos pueblos, en las terrazas de los cafés, en las playas, en las zonas rurales... Pero hay un contraste, con el turismo de masas, el ambiente ha cambiado en algunos lugares, sobre todo en las ciudades: lujo, vida nocturna dinámica, precios elevados… La isla se distingue de sus vecinas por todo esto.
Tierra de vinos - Viñedos.
© feferoni – Adobe Stock
Un destino cada vez más popular para el enoturismo. Las variedades únicas de uva de la isla pueden conocerse visitando las numerosas bodegas del interior. Algunas variedades de vino blanco y emigliko (tinto semidulce afrutado) son deliciosas y no hay que perdérselas. La estrella de estos vinos es sin duda el vinsanto, un vino espeso, ligeramente dulce y fuerte, que puede disfrutarse como aperitivo o como digestivo. Las viñas de Santorini le sorprenderán, ya que nunca se riegan, salvo por la lluvia, y las ramas se enredan en unas curiosas cestas sobre el suelo.
© Netfalls Remy Musser – Shutterstock.com
A diferencia de sus hermanas de las Cícladas, donde la afluencia de turistas empieza a descender a finales de octubre y las infraestructuras turísticas se paralizan, antes de empezar a reanimarse lentamente hacia abril, Santorini es una isla donde la vida nunca se detiene. Aquí la llegada de turistas es constante, y aunque algunas tabernas y pensiones de la isla cierran, Fira, la capital, vive todo el año al mismo ritmo frenético del verano.
El patrimonio histórico y artístico de Grecia es inmenso. Nunca podrá volver a casa con la sensación de haberlo visto todo, porque cada pueblo está repleto de tesoros antiguos, capillas bizantinas, ruinas, claustros o cuevas que esconden hidras invencibles… Las ruinas minoicas de las antiguas ciudades de Fira y Akrotiri son una buena muestra de este extraordinario patrimonio.
Grecia es un país de fiestas arraigadas en la tradición. En Santorini, es tan probable encontrar un pequeño café de pueblo con música tradicional griega, donde brindar por el día sin un minuto de respiro entre dos vasos de tsipouro, como bares de playa y clubes nocturnos con una clientela predominantemente internacional que ha venido para pasar veladas memorables (es decir, de esas que se olvidan al día siguiente).
País - Sobrevolando Santorini.
© MichaelUtech – iStockphoto.com
Nombre oficial de Grecia: República Helénica.
Capital de Grecia: Atenas.
Superficie total de Grecia: 131957 km².
Idioma oficial: Griego moderno.
Capital de Santorini: Fira.
Superficie de Santorini: 76,19 km².
Número de habitantes de Grecia: 10720004 (2022).
Número de habitantes de Santorini: aproximadamente 15480 (2021).
Densidad de población en Santorini: 203 hab/km² (2022).
Esperanza de vida: 84,2 años para las mujeres y 79 años para los hombres (2022).
Moneda: euro.
PIB: 181670 millones de euros (2021).
PIB per cápita: 17010 euros (2021).
Tasa de crecimiento: 8,4 % (2021).
Tasa de desempleo: 12,2 % (2022).
Tasa de inflación: 9,1 % (2022).
Deuda pública: 182,1 % del PIB (2022).
Entre Madrid y Atenas hay una pequeña diferencia horaria: ¡una hora! Así pues, cuando en España es mediodía, en Santorini serán las trece horas.
Aunque el clima de Grecia se define en global como mediterráneo templado, difiere de una región a otra. Las islas Cícladas disfrutan de un clima mediterráneo clásico, con inviernos bastante suaves y veranos muy calurosos y secos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los inviernos pueden ser muy húmedos y, por tanto, frescos, a pesar de las suaves temperaturas que se registran. Además, como las casas no tienen calefacción, puede resultar especialmente duro visitar las islas en invierno. En verano, las temperaturas medias oscilan entre 27 °C y 31 °C, aunque a veces se alcanzan los 40 °C.
Los burros son los animales emblemáticos de Santorini. Presentes en gran número desde hace mucho tiempo, antaño los utilizaban los trabajadores agrícolas, o también eran usados para transportar mercancías entre los pueblos. Hoy en día, los arrieros realizan trayectos entre los puertos y los pueblos (en la caldera, es decir, en las arduas cuestas) para que los turistas no tengan que caminar: por ejemplo, para subir los 587 escalones que separan el puerto de Fira de la capital. Pero los animales se ven obligados a hacer estos extenuantes viajes de ida y vuelta durante todo el día, así que, por su bien, ¡disfrute del ejercicio y de un agradable paseo para subir desde el puerto!
¿Se encuentran los restos de esta legendaria civilización en algún lugar de la costa de Santorini, como se afirma en la isla? A pesar de las numerosas inexactitudes de los relatos de Platón, existen varios argumentos históricos para situar la Atlántida en el perímetro griego. ¿Podrían estar grabados en la caldera los secretos del declive de la civilización minoica?
Es a la vez un tópico y una realidad en las Cícladas: casas de un blanco deslumbrante junto a iglesias con cúpulas de un azul resplandeciente, playas doradas que rodean un mar azul turquesa… Durante los Juegos Olímpicos, el azul de las camisetas oficiales fue incluso bautizado como « azul Santorini ». También es el color de la bandera griega, que dio su apodo a la selección nacional de fútbol: Galanolefki, que significa « azul cielo-blanco ».
Caldera - Sobrevolando Santorini.
© MichaelUtech – iStockphoto.com
Santorini es una isla volcánica. Antes era perfectamente redonda, pero actualmente, debido a las repetidas erupciones de lava, está partida en tres. Por eso se la conoce como la « Caldera de Santorini », término geológico que hace referencia a la destrucción de un volcán por su propia actividad, creando un inmenso acantilado, vertical y circular, como si el corazón del volcán hubiera caído al agua. La isla más grande y conocida del archipiélago de Santorini es Fira, que se enfrenta a tres islotes: Thirassia, Paléa Kamini y Néa Kameni. El islote de cráter volcánico de Néa Kameni se puede visitar, lo que lo convierte en una de las excursiones más atractivas para las riadas de turistas que se acercan a Santorini cada año.
Nada es más famoso en Santorini que las puestas de sol, una auténtica atracción turística que convoca a multitudes con sus cámaras cada atardecer, en torno a las 20 horas en verano. De un extremo a otro de la isla, con ciertos puntos privilegiados, como en las alturas del pueblo de Oia, cada atardecer es una nueva oportunidad para conseguir la mejor instantánea y disfrutar una vez más del impresionante espectáculo de la naturaleza que transforma el archipiélago en una paleta de vivos colores.
Tzatziki, taramosalata, caviar de berenjena (melitsanosalata), puré de ajo (skordalia), judías blancas gigantes en salsa de tomate (gigantes), etc. Comparables a las tapas españolas, los mezzes (o mezze) son más un hábito gastronómico griego que una especialidad culinaria de las Cícladas. Se comen en ouzerias, para una comida en grupo: todos los pequeños platos se piden juntos y se comparten. En las islas, es frecuente encontrar ensalada de pulpo, fava de Santorini (puré de guisantes partidos) y buñuelos de calabacín.
Bodas - Las bodas son habituales en la isla de Santorini.
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La foto es siempre la misma: el mar al fondo y dos enamorados posando frente a una capilla encalada que domina el conjunto con su cúpula azul. En Santorini se celebran muchas bodas, y varias veces al día. Tanto en los lugares más populares (Oia...) como en sitios insospechados (en el tejado de una capilla), se puede ver a recién casados fotografiando su romántico momento frente al mar Egeo.
Turismo - Terraza de un hotel.
© Olga_Gavrilova – iStockphoto.com
Santorini, una isla cuya belleza es conocida en todo el mundo. ¿El resultado de esta fama? Decenas de miles de turistas la visitan cada día en temporada alta. La pequeña isla griega apenas está preparada para esta afluencia constante de viajeros, y las infraestructuras son a veces insuficientes, sobre todo en los pueblos de la isla.
El vinsanto es un vino dulce que solo se produce en Santorini, y que se sitúa entre los mejores vinos de postre del mundo. Procede de la célebre uva athiri. El vinsanto, con sus notas de membrillo, de higo… pero también de caramelo o miel, es un vino afrutado. ¡Es delicioso con queso! Un buen vinsanto es un pedazo de la isla.
No se preocupe, la isla cuenta con numerosas instalaciones sanitarias modernas. Solo hay un detalle: está prohibido tirar papel higiénico en la taza del váter; hay que tirarlo en una papelera que suele haber prevista para ello. El mismo cartelito en griego e inglés se lo recordará en la mayoría de los hoteles y restaurantes. Pero no lo olvide si no quiere poner a prueba la hospitalidad griega. De lo contrario, corre el riesgo de desbordar los retretes de sus anfitriones (ya que no hay alcantarillado).
Geografía - Viñedos.
© feferoni – Adobe Stock
Las islas Cícladas se dividen en tres grupos principales según su posición, de oeste a este: las Cícladas occidentales, las Cícladas centrales y las Cícladas orientales, de las que forma parte Santorini. Las aisladas Cícladas Menores, que funcionan casi como satélites de Naxos, se presentan como un subgrupo aparte.
En términos de superficie, con 76 km², Santorini es una isla relativamente pequeña en comparación con algunas de sus vecinas. Naxos, por ejemplo, es la mayor isla de las Cícladas, con una superficie de 430 km² de un total de unos 2530 km² (de todo el archipiélago). A continuación están Andros (380 km²) y Paros (196 km²), seguidas de una sucesión de islas medianas y pequeñas, hasta llegar a Schinoussa, en las Cícladas Menores, de tan solo 8 km².
Volcánicas y calcáreas, las islas Cícladas ofrecen una gran variedad de paisajes. La geografía general de Santorini, sin embargo, puede resumirse así: mesetas rocosas de tamaño variable y relieve accidentado (la caldera o cráter volcánico de Santorini), rodeadas de costas a menudo abruptas. En esta parte del Egeo, son raras las corrientes peligrosas, pero el meltemi, un viento que sopla de norte-noroeste, puede ser violento y hacer impracticable la navegación.
En cuanto al resto del país,Grecia forma una península en el sureste de Europa y tiene una superficie de 131957 km². Una quinta parte de esta superficie corresponde a las dos mil islas e islotes del país, repartidas por los mares Egeo y Jónico, entre la isla de Corfú al oeste, la isla de Rodas al este y la isla de Creta al sur. 154 de estas dos mil islas están habitadas, lo que representa el 15 % de la población griega. Las islas se dividen en siete grandes grupos: islas Jónicas, Sarónicas, Cícladas, Cícladas orientales, Dodecaneso, las islas del Egeo y las Espóradas. Las dos islas mayores, Creta y Eubea, quedarían fuera de esta distribución.
Cuatro mil de los quince mil kilómetros de costa de Grecia corresponden a los contornos del continente, a los que hay que añadir los once mil kilómetros de costa de las islas.
En cuanto al relieve, el 80 % del país es montañoso y dos tercios del territorio presentan una morfología accidentada. Los montes Pindo atraviesan el país de noroeste a sureste. El contraste entre la montaña más alta del país (el monte Olimpo, con 2917 metros) y las aguas azules del Mediterráneo es impresionante; es una de las principales estampas de la geografía griega. Los ríos más largos del país son el Aliakmon, de 297 kilómetros, y el Acheloos, pero ninguno es navegable.
Divisiones administrativas. En el norte, una frontera de 1180 kilómetros separa Grecia de Albania, Macedonia del Norte, Bulgaria y Turquía. Grecia está dividida en 51 departamentos (nomoi) y 13 regiones (periferias), cuatro de ellas insulares: Islas Jónicas, Egeo Septentrional, Egeo Meridional y Creta. El Monte Athos tiene un estatuto independiente como república monástica autónoma.
Aunque el clima de Grecia es globalmente mediterráneo templado, difiere de una región a otra. Las islas Cícladas disfrutan de un clima mediterráneo clásico, con inviernos bastante suaves y veranos muy calurosos y secos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los inviernos pueden ser muy húmedos y, por tanto, frescos, a pesar de las suaves temperaturas que se registran. Además, como las casas no tienen calefacción, puede resultar especialmente duro visitar las islas en invierno. En verano, las temperaturas medias oscilan entre los 27 °C y los 31 °C, con picos de 40 °C.
Pero muy a menudo, este calor no se siente realmente, debido a un poderoso viento del norte, el meltemi. Este viento, que recorre la costa oriental de la Grecia continental y las islas del mar Egeo (sobre todo las Cícladas), suele ser bienvenido en verano, pero no tanto en invierno. Al principio y al final de la temporada (mayo y octubre) el meltemi puede ser una desagradable sorpresa para los turistas que hayan olvidado sus jerseys de lana y sus cortavientos. A veces muy violento, altera los horarios de los transbordadores (sobre todo los hidroalas, que son los primeros en cancelarse en caso de fuertes vientos) y hace intransitables algunas de las playas más expuestas de la costa oeste.
Santorini es la más meridional de todas las islas Cícladas. Por ello, cabe esperar inviernos suaves, a veces lluviosos (de octubre a marzo), y veranos soleados y muy calurosos. Las estaciones de otoño y primavera son muy cortas, por lo que la larga duración de la estación seca de verano da lugar a un paisaje árido. Gracias a la brisa marina, el calor estival de la isla es en gran medida soportable. Sin embargo, mayo/junio y septiembre/octubre son las mejores estaciones en cuanto a clima.
La importancia de salvaguardar y proteger el medioambiente es una preocupación muy reciente pero creciente en Grecia. Durante mucho tiempo, la naturaleza fue sacrificada en aras de las tradiciones y las necesidades económicas del país. El olivo, por ejemplo, el árbol favorito de los griegos por su aceite y su madera, es directamente responsable de la aridez del suelo y del paisaje rocoso de gran parte de Grecia. De hecho, en la antigüedad los griegos empezaron a destruir los bosques primigenios para sustituirlos por olivos, pero como estos no tenían raíces superficiales que mantuvieran fijado el suelo, las capas fértiles fueron arrastradas poco a poco por la erosión.
La expansión de la marina griega y la construcción naval, seguidas de la explosión del turismo y los incendios forestales, fueron muy negativos para la protección medioambiental. Todos estos factores han provocado una deforestación excesiva, con consecuencias nefastas para el país. Por ello, en los últimos años se han adoptado numerosas medidas nacionales y locales para combatir la deforestación. La Unión Europea también apoya el vasto proyecto ecológico de Grecia.
Sin embargo, muchos griegos siguen sin ser conscientes de la importancia de este asunto y continúan abusando del medio ambiente, construyendo complejos hoteleros a su antojo o simplemente vertiendo sus residuos domésticos en el campo.
En las Cícladas, uno de los principales retos ecológicos es el acceso al agua dulce. Muchas de las islas no son autosuficientes en este aspecto, y se están haciendo esfuerzos para conservar las reservas y aprovechar al máximo los recursos de agua dulce. Desde épocas remotas, Santorini no puede regar sus viñedos, por lo que las vides se riegan solo de forma natural, con agua de lluvia, durante el invierno, lo que da a las variedades de uva de la isla un carácter distintivo.
Grecia posee una riqueza de flora y fauna sin parangón en Europa. Debido a su aislamiento, las islas albergan numerosas especies endémicas.
La primavera comienza a principios de marzo en las regiones más cálidas y alcanza su apogeo en mayo, cuando las seis mil especies diferentes de flores silvestres tapizan todos los rincones de Grecia. Aunque esta riqueza floral no sobrevive al calor del verano, el otoño trae una segunda primavera gracias a la multitud de flores otoñales, como los azafranes.
Respecto a la flora, Santorini cuenta con las plantas y árboles mediterráneos más clásicos: pinos, higueras, olivos, eucaliptos, granados... La mejor época para visitar la isla es en primavera, tras la breve estación de lluvias, cuando los árboles están en plena floración.
La fauna griega es especialmente rica, y los aficionados a la ornitología estarán encantados. Más de la mitad de las aves migratorias conocidas de Europa pasan por Grecia y sus islas, y aún quedan algunas raras parejas de águilas perdiceras, una especie en peligro de extinción en el Mediterráneo. En Santorini se pueden observar aves, tanto migratorias como de otro tipo, algunas de ellas extremadamente raras para los entendidos. Por lo demás, son los lagartos y los insectos los que dan que hablar en la isla. Y, por supuesto, hay una gran variedad de peces nadando en las aguas circundantes.
Según los geólogos, las Cícladas se formaron como resultado de numerosos terremotos y explosiones volcánicas, tras la separación de Asia Menor y la Grecia continental.
Civilización cicládica. Las excavaciones arqueológicas han demostrado que el archipiélago ya estaba habitado en el 6000 a. C., pero fue en torno al 3000 a. C. cuando se desarrolló una civilización notable.Los hallazgos de Milos, Naxos, Syros y Keros demuestran que, durante el auge de la civilización cicládica, los habitantes vivían en aldeas organizadas, se dedicaban al comercio, la pesca y la agricultura, y fabricaban vasijas, herramientas de obsidiana y una amplia gama de objetos que facilitaban su vida cotidiana. Los ídolos de mármol de Paros se distribuyen hoy en diferentes museos. Su forma esquemática recuerda al arte abstracto contemporáneo.
Civilización minoica (2000 a 1500 a. C.). A partir del segundo milenio antes de Cristo, el archipiélago recibió la influencia de la floreciente civilización minoica, originaria de Creta. En aquella época, la gran isla tenía prácticamente el monopolio del comercio marítimo en el Mediterráneo. Cnosos, su capital, reunía a artistas del más alto nivel y las casas de su palacio tenían un grado de confort y refinamiento inimaginable hoy en día. En el ámbito deportivo, se reservaba un lugar especial a la tauromaquia. Al frente de una gran flota, el rey Minos conquistó las Cícladas y les transmitió ciertos aspectos de la brillante civilización cretense. Su repentina y misteriosa desaparición, hacia 1500 a. C., sigue siendo un enigma de la historia. Se cree que fue causada por una invasión o, más probablemente, por un terremoto en la caldera del volcán de Santorini.
Civilización micénica (1500 a 1100 a. C.). Aproximadamente en la misma época, los aqueos, procedentes del norte, conquistaron gran parte de Grecia y fundaron varias ciudades, de las cuales Micenas fue la más floreciente. Hacia 1200 a. C., unidas por primera vez, todas las tribus griegas se lanzaron a la conquista de la ciudad de Troya, cuyo asedio duró diez años. Según la leyenda, el objeto de esta guerra fue el rapto de la bella Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta, por Paris, hijo de Príamo, rey de Troya. Homero relató los detalles de esta aventura en la Ilíada, aunque nunca ha sido confirmada por los hallazgos arqueológicos. Solo sabemos que hacia el siglo XI a. C., los griegos se asentaron en Asia Menor. Casi al mismo tiempo, llegaron a Grecia los dorios, una tribu más belicosa que los aqueos. Los dorios conquistaron casi todo el país, excepto Eubea y Ática, destruyendo a su paso la civilización micénica e introduciendo un modo de vida basado en la disciplina militar.
Periodo geométrico y arcaico (1100 a 500 a. C.). En las regiones donde no llegaron los dorios, las artes siguieron floreciendo, como demuestran los vasos con motivos geométricos que datan de este periodo. Alrededor del año 900 a. C. se creó un alfabeto, y en el siglo VII a. C. comenzó a extenderse el término « helénico », que englobaba a todas las poblaciones de origen griego. Según la mitología, Zeus, enfadado con la humanidad, provocó un cataclismo para castigarla, haciendo que pereciera todo el mundo excepto el rey Deucalión y su esposa Pirra, que se refugiaron en una barca en la cima del monte Parnaso. Siguiendo el consejo del oráculo de Delfos, la pareja arrojó piedras tras de sí que se transformaron inmediatamente en seres humanos.
El hijo de Deucalión, Helén, tuvo tres hijos, Doro, Eolo y Juto, y dos nietos, Aqueo y Ion, que dieron nombre a las tribus griegas. Es el periodo denominado « arcaico », cuando se desarrollaron en Siria, Italia, Sicilia, Egipto, el Ponto Euxino (el mar Negro) y Liguria importantes colonias griegas. En esta época, el gobierno aristocrático dio paso al gobierno de los tiranos, mientras Esparta y Atenas se disputaban la hegemonía entre las tribus griegas.
Los jonios se asentaron en la mayoría de las islas, organizadas en ciudades-estado. Las Cícladas vivieron una nueva edad de oro después del siglo VII a. C., con el desarrollo del comercio y el establecimiento de talleres artísticos que produjeron objetos como las ánforas de Milos. Fue durante este periodo cuando Delos se convirtió en un importante centro religioso.
Periodo clásico (500 a 300 a. C.). Gracias a las reformas de Solón, la magistral administración de Pisístrato y la obra de Clístenes, verdadero fundador de la democracia, comienza el auge de Atenas, mientras que Esparta, disciplinada bajo las austeras leyes de Licurgo, se convierte en una poderosa ciudad guerrera. El Imperio persa en expansión choca con las ciudades griegas. Las islas Cícladas se aliaron con Atenas en su lucha contra los persas: fue la Liga de Delos.
En 490 a. C., los atenienses triunfaron sobre el ejército de Darío, rey de los persas, en Maratón; en 480, la flota griega destruyó la de Jerjes, sucesor de Darío, en Salamina. Mientras tanto, los espartanos libraron la heroica batalla de las Termópilas, en la que Leónidas y trescientos hombres lucharon contra el enemigo persa con la certeza de que moriría hasta el último hombre. En 479, los griegos triunfaron de nuevo sobre los persas en la batalla de Platea. Todas estas victorias contribuyeron a hacer de Atenas el centro del mundo griego. La Acrópolis estaba dotada de templos maravillosos, los artistas creaban obras maestras y la filosofía florecía con Sócrates y Platón.
La ciudad pudo por fin consolidar unas instituciones democráticas no solo ejemplares para su época, sino sin precedentes en la historia del mundo occidental. Este fue el famoso siglo de Pericles. La democracia griega estableció un sistema fiscal que intentaba tener en cuenta los diferentes niveles económicos de los ciudadanos y buscaba ofrecer a los más pobres los medios para educarse y asistir a actos culturales a costa de la ciudad. Todo ciudadano libre podía participar en la administración pública, así como ejercer un control sobre el buen funcionamiento de las instituciones. Es comprensible que una sociedad así diera a luz a hombres como Heródoto, Esquilo y Fidias. Por desgracia, los milagros no pueden durar y la mortífera guerra del Peloponeso, con la victoria de Esparta (en 400 a. C.), cambió para siempre la civilización ateniense. Unir Grecia había sido uno de los sueños de Filipo II, rey de Macedonia. Pero lo que él no pudo conseguir —Filipo II fue asesinado— lo conseguiría su hijo Alejandro. Cuando las difíciles condiciones de vida que debía soportar un soldado le causaron la muerte en el año 323 a. C., en el apogeo de su gloria, Alejandro Magno solo tenía 33 años. Hoy resulta difícil imaginar cómo este joven rey pudo, en tan poco tiempo, conquistar y unir Grecia, y luego dirigir una campaña contra los persas que le llevaría hasta Asia Menor, Siria, Egipto, Persia y la India, lugares todos ellos en los que aún pueden encontrarse huellas de su paso y de la influencia de la civilización griega.
Periodo helenístico (300 a 214 a. C.). La unidad de las ciudades griegas no sobrevivió a Alejandro Magno. El mundo griego entró en un periodo de decadencia del que se beneficiaron los romanos. Enfrentados entre sí, los generales de Alejandro crearon nuevos reinos donde florecieron ciudades como Alejandría y Pérgamo. Eran centros en auge que atraían a muchos científicos y artistas, al tiempo que agotaban los recursos humanos del país. Era la época de Epicuro, Zenón, el padre del estoicismo, y las estatuillas de Tanagra.
Periodo romano (214 a. C. a 200 d. C.). Los conflictos internos y la emigración a las colonias de Asia Menor dejaron a Grecia debilitada, presa fácil de la nueva potencia emergente, Roma. Corinto, el último bastión, cayó en el 146 a. C. Sin embargo, la civilización griega atrajo a los nuevos conquistadores, que la aceptaron, adoptaron y ayudaron a difundirla. El emperador Adriano, en particular, contribuyó en gran medida al desarrollo del país, mientras que mecenas como Herodes Ático construyeron importantes monumentos.
En el año 50, el apóstol Pablo visitó Grecia e introdujo el cristianismo en la región. Los Evangelios, escritos en griego, destronaron pronto al panteón olímpico.
Periodo bizantino (330 a 1453). Fundador de Constantinopla en 330, el emperador Constantino sentó las bases del gran Imperio bizantino que, durante los once siglos de su existencia, tuvo que hacer frente a numerosos enemigos: los persas, los árabes, los turcos, los hunos, los eslavos, etc. La punta de lanza de este imperio, la Iglesia bizantina —su ruptura con Roma data de 1054—, era muy poderosa, y sus monasterios sorprendentemente prósperos. A lo largo de los siglos, los legisladores bizantinos tomaron ciertas medidas en favor de las mujeres: les garantizaron el disfrute de sus bienes, prohibieron el repudio y concedieron a la madre los mismos derechos que al padre sobre los hijos.