Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
¡Bienvenido a Albania! Albania era, hasta hace pocos días,la joya más desconocida del Adriático. Hoy, ya son muchos los que la visitan llevados por cierta publicidad no cargada de imaginación. Situada en una de las rutas estratégicas que conectan Occidente y Oriente, el país ha atraído la envidia de las distintas potencias mediterráneas desde la Antigüedad. Y, aunque Albania fue reconocida oficialmente como estado independiente en el siglo XX, es una nación antigua con una lengua y una cultura propias, con 2000 años de historia. Venga a descubrir su rico y variado patrimonio: Butrinto, la ciudad antigua; Berati, la maravilla otomana; Gjirokastra, la fascinante ciudad de piedra de Ismail Kadaré, así como las ciudadelas en lo alto de las colinas, mezquitas e iglesias construidas unas junto a otras. Los búnkeres que antaño brotaban como setas y que se han transformado en graneros o museos. Los bloques de viviendas de Tirana, una ciudad que se occidentaliza a velocidad de vértigo, se adornan con mil y un colores. Y los jóvenes de la capital se divierten como nunca en torno a la antigua villa de Enver Hoxha. Los paisajes de Albania son maravillosos. Aquí, esté donde esté, el mar o las montañas dominan el horizonte. Y sobre todo, venga a deshacerse de sus prejuicios. Pues este pueblo, acostumbrado a la migración económica forzosa, está mucho más abierto a exterior de lo que se cree. Este país, un poco más pequeño que Galicia, es un auténtico tesoro. Y la buena noticia es que Albania es apta para todos los bolsillos y fácil de recorrer, tanto si se busca comodidad como aventura.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 320
Veröffentlichungsjahr: 2025
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
¡Mirë se vini në Shqipëri!
DESCUBRE
Lo más destacado de Albania
Ficha técnica
Albania en 10 palabras
Pinceladas sobre Albania
Historia
Población
Arte y cultura
Fiestas
Cocina local
Deportes y ocio
Personajes ilustres
VISITE
Tirana
Norte
Centro
Sureste
Suroeste
INFO PRÁCTICA
Info práctica
Galería de fotos
Galería de mapas
¡Mirë se vini në Shqipëri! - Antiguo teatro romano cerca de Dürres.
© milosk50 - Shutterstock.com
¡Bienvenido a Albania! Albania era, hasta hace pocos días, la joya más desconocida del Adriático. Hoy, ya son muchos los que la visitan llevados por cierta publicidad no cargada de imaginación.
Situada en una de las rutas estratégicas que conectan Occidente y Oriente, el país ha atraído la envidia de las distintas potencias mediterráneas desde la Antigüedad. Y, aunque Albania fue reconocido oficialmente como estado independiente en el siglo XX, es una nación antigua con una lengua y una cultura propias, de 2000 años de antigüedad.
Venga a descubrir su rico y variado patrimonio: Butrinto la ciudad antigua, Berati la maravilla otomana, Gjirokastra la fascinante ciudad de piedra de Ismail Kadaré, así como las ciudadelas en lo alto de las colinas, mezquitas e iglesias construidas unas junto a otras. Los búnkeres que antaño brotaban como setas y que se han transformado en graneros o museos. Los bloques de viviendas de Tirana, una ciudad que se occidentaliza a velocidad de vértigo, se adornan con mil y un colores. Y los jóvenes de la capital se divierten como nunca en torno a la antigua villa de Enver Hoxha. Los paisajes de Albania son maravillosos. Aquí, esté donde esté, el mar y/o las montañas dominan el horizonte.
Y sobre todo, venga a deshacerse de sus prejuicios. Pues este pueblo, acostumbrado a la migración económica forzosa, está mucho más abierto al exterior de lo que se cree. Este país, un poco más pequeño que Galicia, es un auténtico tesoro. Y la buena noticia es que Albania es apto para todos los bolsillos y fácil de recorrer, tanto si se busca comodidad como aventura.
ALBANIA
Con una superficie algo menor que la de Galicia, Albania posee un mosaico de pueblos y lenguas, montañas, lagos y dos mares, grandes ciudades y regiones muy remotas, religiones que coexisten armoniosamente y bellos paisajes mediterráneos.
Convivencia, solidaridad, generosidad: éstas son las verdaderas ventajas de Albania. La tradición balcánica de hospitalidad hacia los extranjeros ha resistido bien aquí, aunque a costa de ciertos arcaísmos (machismo, homofobia, un sentido extremo del honor, etc.). Sigue existiendo una sincera curiosidad por los turistas, siempre que muestren un mínimo de respeto por las costumbres locales. Por último, se hablan muchas lenguas extranjeras, sobre todo italiano, griego e inglés. Por lo que no es difícil hacerse entender.
Albania es uno de los países más pobres de Europa. Por ello, las vacaciones no son caras. Para un occidental con poco presupuesto, la vida cotidiana aquí es bastante barata, aunque los precios del combustible y el alojamiento en Tirana y la Riviera albanesa suelen estar en línea con los niveles europeos.
Albania es un país montañoso (tres cuartas partes del territorio), con lagos y ríos. Su fauna y flora son de una gran riqueza. Lobos, osos y águilas campan a sus anchas por este rico entorno y natural. Se puede hacer trekking y practicar deportes en aguas vivas. El país presume de parques naturales vírgenes, por los que se puede pasear sin cruzarse con un alma. El litoral (472 km) ofrece una gran variedad de paisajes: largas playas y humedales, en la costa jónica (al norte), y pequeñas calas y montañas que se sumergen en el mar en la costa adriática (al sur). El clima, por último, está marcado por veranos siempre cálidos y soleados.
Aunque muchos edificios religiosos fueron destruidos durante el período comunista, Albania conserva multitud de monumentos heredados de los griegos, romanos, bizantinos y otomanos. Aquí conviven las iglesias bizantinas con las mezquitas. En temporada baja, visitar los principales lugares (Butrinto, Gjirokastra y Berat) puede incluso hacerle sentir como uno de aquellos viajeros pioneros del siglo XIX.
Bandera albanesa - Bandera albanesa
No le pasará desapercibida porque está omnipresente en todo el país. La bandera nacional (Flamuri i Shqipërisë) está compuesta por un fondo rojo con un águila de dos cabezas negras que despliegan sus alas en el centro. Adoptada oficialmente el 7 de abril de 1992, se modificó ligeramente durante los dos períodos de dictadura. Sobre el águila, el rey Zog añadió en 1934 el casco de Skanderbeg, que fue sustituido por una estrella amarilla de cinco puntas durante el periodo comunista y suprimida en 1992. El águila bicéfala es un legado de la bandera del Imperio bizantino que contenía un águila de dos cabezas doradas sobre fondo rojo. Los propios bizantinos tomaron prestado ese símbolo de los hititas después de la conquista de Asia Menor. Este mismo símbolo se encuentra en todos los países de tradición cristiana ortodoxa: un águila bicéfala sobre fondo amarillo para la iglesia ortodoxa griega; un águila bicéfala blanca sobre la bandera serbia; un águila bicéfala amarilla sobre fondo rojo en el escudo de armas de Rusia, etc. En Albania parece haberse utilizado desde finales de la Edad Media, después de la caída de Constantinopla. El estandarte de la Liga de Lezha creado por Skanderbeg para luchar contra los otomanos (1443-1479) ya presentaba el águila de dos cabezas sobre fondo rojo. La bandera fue utilizada en el siglo XIX por los independentistas albaneses. Desde 1912, el águila bicéfala representa la libertad y el rojo de la bandera simboliza la sangre derramada por la independencia. Fue izada el 28 de noviembre de 1912 en Vlora, el día de la declaración de independencia.
Nombre oficial: República de Albania (Republika e Shqipërisë).
Capital: Tirana.
Superficie: 28748 km2.
Lenguas: albanés.
Población: 3057220
Densidad: 100,1 habitantes/km2.
Esperanza de vida: 78 años
Religión: principalmente islámica (islam sunita, bektashismo y alevismo) y cristiana (Iglesia Católica Romana, Iglesia Ortodoxa de Albania y protestantismo). No hay religión oficial.
Moneda: Lek (plural lekë. ALL). No es convertible. Se acepta el euro para los principales gastos.
PIB: 13000 millones USD.
PIB per cápita: 12500 USD.
Tasa de crecimiento: 15,9%.
Tasa de inflación: 1,3%.
No hay diferencia horaria entre España y Albania. Ambos países cambian al mismo tiempo el horario de verano y de invierno. Pero se hace de día y de noche mucho antes que en España.
Clima - Clima de Albania
Las temperaturas son más bajas en las montañas (de 4 a 28 °C) que en la llanura (de 12 a 32 °C). Las precipitaciones anuales son más importantes en el norte (de 2000 a 2500 mm) que en el sudoeste (1000 mm) y el sudeste (700 mm). El sol varía de cuatro horas al día en enero a once horas al día en julio.
Fundada en el siglo XV en Anatolia (Turquía) y en los Balcanes, esta hermandad resultante del movimiento sufí del islam es reconocida como una religión de pleno derecho en Albania. La sede internacional de los derviches bektashis se encuentra en Tirana. El aura de esta hermandad es muy grande, ya que estuvo en el origen de la creación del estado albanés en 1912 y sigue influyendo hoy en día en una gran parte de la población. El bektashismo se distingue por sus creencias cercanas al chiismo (veneración de los Doce Imames), una práctica profunda del misticismo que permite alcanzar « la verdad » y el estado de « hombre perfecto ». La hermandad es también famosa por su gran tolerancia hacia otras religiones, dejando un gran espacio a las mujeres y permitiendo el consumo de alcohol y de carne de cerdo. La prohibición total de cualquier práctica religiosa por parte del régimen de Enver Hoxha, en 1967, casi significó la desaparición del bektahismo. Desde 1991, la hermandad está experimentando un renacimiento y los fieles han restaurado numerosos tekkés (lugar de culto y de reunión de los bektashis). Pero ahora tienen su competencia en el islam suní y las nuevas confesiones sufís respaldadas por Turquía.
Búnkeres - Bunker protegiendo la frontera.
© Céline CHAUDEAU
Los búnkeres son realmente parte del paisaje albanés. Estimados en más de 700000 en los años 1980, están diseminados por todo el campo y en los bordes de las carreteras, principalmente en el litoral y en las zonas fronterizas. La mayoría de estos vestigios de la época comunista fueron construidos en la década de 1970, después de que Albania se hubiera retirado del Pacto de Varsovia. Estaban destinados a proteger el país de una posible invasión. Abandonados, algunos han sido reconvertidos en graneros, otros en restaurantes y, a menudo, sirven de lugar de fiesta para la juventud. Actualmente, son una fuente de ingresos nada despreciable: una vez dinamitados, se podrían conseguir hasta doscientos euros vendiendo el hierro y el acero del hormigón armado.
Literalmente « a tu felicidad ». Una expresión muy común en la vida cotidiana, generalmente utilizada durante la pausa para el café o en cualquier otro consumo de bebidas, alcohólicas o no. En resumen, una palabra que tiene que recordar si le invitan a compartir un momento de ocio con un albanés.
La propaganda de las dictaduras de Zog y Hoxha dejó sus huellas: muchos albaneses están convencidos de ser descendientes directos de los ilirios. De hecho, esta civilización, poco conocida, ha estado presente en los Balcanes occidentales hasta la conquista romana. Es un poco lo que son los celtas para los gallegos: unos primos muy antiguos. Porque, desde hace más de dos milenios, las invasiones han transformado profundamente las creencias, el patrimonio genético, la cultura y la lengua de los habitantes de esta área geográfica.
Novelista, poeta y ensayista, Ismail Kadaré es uno de los escritores contemporáneos más importantes. Y es, sin duda, el autor albanés más leído en el extranjero. Sus obras han permitido a los occidentales descubrir Albania o, al menos, no olvidarla por completo. Nacido en 1936, en Gjirokastra, estudió letras en la Universidad de Tirana, luego en el instituto Gorki de Moscú, entonces caldo de cultivo de escritores y críticos. Su primera novela, El general del ejército muerto (1963), en la que trabajó durante más de cinco años, supuso su consagración internacional. Publicada en Francia en 1970, se traduciría a una treintena de idiomas. Gracias a él, Occidente descubrió un país encerrado y aislado. A pesar de los riesgos, consiguió transponer la realidad política de su país en relatos épicos o antiguos y salvar las leyes de la censura. En Albania, su reputación está empañada por su relación ambigua con Enver Hoxha y su fuga a Francia tras la caída del comunismo, donde se exilió durante un tiempo. Miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas desde 1996 y oficial de la Legión de Honor en 1998, Ismail Kadaré recibió, en junio de 2005, el prestigioso premio Man Booker International, entre una selección de escritores mundialmente conocidos como Milan Kundera, Saul Bellow o Gabriel García Márquez. Desde entonces, ha recibido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2009, otro de los galardones literarios internacionales más importantes y el Premio Jerusalén en 2015. Sus últimas obras son, Las mañana del café Rostand, de 2017, y Tres minutos. Sobre el misterio de la llamada de Stalin a Pasternak, en 2023.
Durante siglos, gran parte de Albania se ha regido por una ley consuetudinaria conocida por su nombre bizantino kanun. Este código, formalizado y redactado en el siglo XV, regulaba todos los aspectos de la vida: la familia, el matrimonio y el trabajo. En particular, permitió limitar los crímenes de venganza que destruían familias enteras o incluso toda la población de un mismo pueblo. Según este código, la pérdida de una vida solo puede compensarse con otra vida: es la vendetta, en albanés gjakmarrja, « deuda de sangre ». Preocupa que este código, que se ha convertido en una especie de costumbre, siga vigente en la parte norte de la zona de habla albanesa. Aunque severamente reprimido por los regímenes dictatoriales sucesivos, el kanun nunca desapareció completamente. Incluso experimentó un nuevo impulso tras la caída de la dictadura comunista a principios de los años 1990. La vendetta afecta todavía hoy a muchas familias y la justicia albanesa se aplica para luchar contra sus excesos, especialmente, a través de las comisiones locales de reconciliación.
Antes de la década de 1990, los vehículos eran muy escasos, solo se habla de 2000 coches. Aquí no había una marca nacional, como en Rumanía (Dacia), Polonia (Lada), Yugoslavia (Zastava) o Alemania del Este (Traban), por ejemplo. Durante mucho tiempo, el Mercedes fue el coche preferido de los albaneses. Los hay de todas las épocas y modelos, desde el antiguo 200 D hasta el 4x4 más reciente, pasando por las numerosas furgonetas transformadas en minibuses o los sedanes que sirven de coches de autoescuela. Los antiguos 200 D son especialmente populares. Son sencillos y robustos, fáciles de reparar en los garajes locales que disponen de piezas de ocasión o incluso en casa. No es raro encontrar vehículos de más de 500000 o incluso de un millón de kilómetros. Además de su robustez, el gran diámetro de las ruedas los convierte en vehículos idóneos para el estado de determinadas carreteras albanesas y no es raro encontrarlos en los caminos pedregosos de montaña. Si el Mercedes sigue siendo el rey de las montañas y el campo, el parque automovilístico evoluciona rápidamente en Tirana donde los atascos son similares a los de cualquier capital europea. Y las ventas de automóviles de grandes cilindradas y de 4x4 no dejan de aumentar.
Albania es un país montañoso. La altitud media es de 708 m y el punto más alto del país, el monte Korab, mide 2751 m. Las montañas albanesas son relativamente jóvenes y forman parte de los Alpes Dináricos, prolongación al sudeste de la gran cadena de los Alpes. Compactas y, a menudo, de difícil acceso, han servido durante mucho tiempo de refugio al pueblo albanés tanto contra las enfermedades endémicas de las llanuras, como contra los invasores. Hoy en día, la gran mayoría de los albaneses viven en las llanuras cercanas a la costa.
El raki es uno de los alcoholes más consumidos en el país. Generalmente destilado a partir de zumo de uva, este aguardiente se toma como aperitivo, digestivo y también por la mañana, con el café. Los albaneses también lo hacen con moras o, en algunos pueblos, con ciruelas. El raki está a la venta en la mayoría de las tiendas de alimentación, pero los mejores son los caseros. Se fabrica en un kazan, un alambique de cobre cuya calidad de fabricación afecta a la calidad del raki. La región entre Golem y Rrogozhina (Albania central) es famosa por la fabricación artesanal de estos alambiques.
Skanderbeg, cuyo verdadero nombre es Gjergj Kastriot Skanderbeg, es el héroe nacional de los albaneses. Después de haber sido entrenado por los otomanos, luchó contra ellos durante casi veinticinco años, con tal heroísmo que su fama traspasó las fronteras. Antonio Vivaldi compuso en su honor una ópera, Scanderbeg, y Pierre de Ronsard le dedicó un poema, al igual que el poeta americano Henry Wadsworth Longfellow. Pero fue sobre todo la propaganda comunista la que se apoderó del mito convirtiéndolo, aún hoy, en un símbolo del nacionalismo albanés. Además de las numerosas estatuas erigidas en su memoria que adornan las plazas de las grandes ciudades del país, tiene un museo dedicado, creado por la hija de Enver Hoxha, en Kruja.
Albania, ubicada al sudoeste de la península balcánica, tiene una superficie de 28748 kilómetros cuadrados, una extensión comparable a Galicia (29575 kilómetros cuadrados). El país, muy estrecho y alargado, se extiende desde el norte hasta el sur en una longitud máxima de 340 km y de este a oeste en una longitud de 75 a 150 km. Más del 70% de su superficie es montañosa, accidentada y de difícil acceso. Separado de Italia por los mares Adriático y Jónico, el país limita al norte con Kosovo (115 km de frontera común) y Montenegro (172 km), al este con la República de Macedonia (151 km) y al sudeste con Grecia (282 km). La costa, de 470 km de longitud, representa las dos quintas partes de la longitud total del contorno del país. Las fronteras terrestres actuales, de unos 750 km, se fijaron en 1913 en la Conferencia de Londres y fueron confirmadas en una segunda conferencia en 1921.
El clima del país es tan diverso como sus paisajes. En las zonas costeras, pero también en las llanuras del centro de Albania, los veranos suelen ser muy calurosos, con temperaturas que alcanzan los 40 °C. A mediados de octubre comienza la temporada de lluvias. Las precipitaciones alcanzan su máximo en noviembre, pero los meses de diciembre y enero también son muy húmedos. Las lluvias de otoño, a menudo cortas, pero torrenciales, suelen provocar inundaciones. En cuanto al invierno, es suave, con una media de 7 °C y muy pocas heladas.
El clima en el interior del país es muy diferente. De tipo continental mediterráneo, se caracteriza por una gran amplitud térmica según la altitud y el relieve. Los inviernos son fríos y nevosos y con precipitaciones mucho más frecuentes que en la costa. Así, en los Alpes albaneses, el Korab o la región de Korça, no es raro que las temperaturas desciendan hasta los 20 °C bajo cero; la mínima absoluta registrada ha sido de -26 °C en la región de Thethi. En cuanto al verano, es generalmente caluroso en bajas y medias altitudes (24 °C en julio), pero mucho más fresco en las regiones interiores altas (de 16 a 20 °C). Cabe destacar que la influencia térmica del lago de Ohrid se nota en su cuenca: los veranos suelen ser más frescos y los inviernos más suaves que en el resto de las cuencas del interior del país.
Por último, a diferencia de otros países mediterráneos, Albania tiene una pluviometría importante. Pero estas precipitaciones están irregularmente repartidas. En los Alpes dináricos, las precipitaciones son superiores a 2000 mm, mientras que en los valles no superan los 700 mm. La irregularidad de las precipitaciones también se manifiesta en el ciclo anual. En efecto, casi el 95% de las lluvias caen en invierno, mientras que los veranos suelen ser muy secos.
En lo que respecta al medioambiente, Albania presenta un balance muy desigual. Ciertamente, el país cuenta con muchos espacios vírgenes poco poblados en los que vive con tranquilidad una fauna abundante hace mucho tiempo desaparecida en nuestras tierras. También es cierto que el país no sufre contaminación industrial a gran escala, ya que apenas hay industrias. Del mismo modo, a diferencia de los países de Europa occidental, el país sigue siendo muy rural, las grandes explotaciones son raras y, por cuestión de dinero, utilizan pocos pesticidas. La gestión de residuos se ha convertido en un problema serio, lejos de resolverse. Los vertederos incontrolados surgen por todo el país, y tienen su impacto. Decenas de empresas de reciclaje con base local operan con grandes cantidades de residuos que importan de fuera. Un negocio lucrativo, pero los riesgos medioambientales son considerables. Otras zonas muy contaminadas son las regiones petrolíferas de Fier y Ballsh, en el centro del país, y el complejo industrial de Porto Romano, tres km al norte de Durrës (Dirraquio). Además, según un reciente informe del Inventario Nacional de Bosques, dos tercios de la superficie forestal del país está seriamente amenazada por la erosión. La deforestación en favor de nuevos espacios agrícolas y la utilización de la madera para calefacción han hecho que una gran parte de los bosques desaparezcan. Como consecuencia, la flora natural también se ha visto afectada y su papel es indispensable para la protección del relieve y los ecosistemas acuáticos y terrestres. Una buena noticia es la demolición de las construcciones ilegales en la costa desde 2013. Las excavadoras siguen haciendo su trabajo, aunque lentamente, y los nuevos permisos de construcción se conceden con cuentagotas. Por último, la contaminación atmosférica se debe principalmente al gran aumento del número de vehículos, de los que casi el 90% tienen más de diez años y, por lo tanto, no cumplen con los estándares occidentales actuales. En la capital, la contaminación atmosférica causada por el tráfico se ha convertido en un problema de salud pública. Algunos días, es diez veces superior a los estándares establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
Como la mayoría de los países de la península balcánica, Albania posee una fauna variada, con muchas especies protegidas y raras. Esto se debe, en particular, al relieve accidentado del país que juega a favor de la preservación de la naturaleza.
Mamíferos – Albania cuenta con unos 84 mamíferos terrestres, entre los que se encuentran especies como el lobo y el oso pardo. Aunque estas dos especies están protegidas por la ley, no están menos amenazadas, en particular debido a la desaparición progresiva de su hábitat natural, los bosques. Por eso ahora, está prohibida la caza. Entre los demás mamíferos salvajes se encuentran zorros, linces, rebecos, ciervos, comadrejas, chacales, hurones, martas y jabalíes. Las nutrias también son numerosas en los ríos del país, aunque por desgracia su número ha disminuido considerablemente en los últimos años. A eso hay que añadir nada menos que catorce especies de murciélagos.
Aves – Hay más de trescientas especies. La gran mayoría se encuentra en las lagunas costeras (Karavasta, Narta, Kune-Vaini, Butrinto) y en los tres grandes lagos del país, es decir los lagos de Shkodra, Prespa y Ohrid. En la laguna de Karavasta, principal reserva ornitológica del país, se han identificado 228 especies. En invierno, la laguna puede albergar hasta 51000 aves, entre ellas especies destacadas como el cormorán pigmeo, el aguilucho pálido, el águila moteada e incluso el pelícano ceñudo, una especie en peligro de extinción. Las montañas albergan también varias especies interesantes, como águilas, halcones, buitres, gavilanes y varias especies de búho (búho barbudo, búho real, lechuzas).
Animales marinos y reptiles – Con sus cuantiosos lagos y ríos, Albania posee numerosas variedades de peces de agua dulce. Los biólogos han identificado 313 especies de peces, cuatro de las cuales son endémicas. Especies muy raras pueblan los lagos de Ohrid y Prespa entre ellos el koran o trucha de Ohrid (Salmo letnica) y el belushka o trucha albanesa (Salmothymus ohridanus). En los ríos abundan las truchas de agua dulce.
El país tiene 37 especies de reptiles (de las cuales más de la mitad están en peligro de extinción). Los excursionistas que recorren los senderos de montaña deben ser cautelosos en verano con las numerosas víboras. También hay que mencionar varios tipos de tortugas marinas y terrestres que viven en la costa jónica, entre ellas la tortuga boba (Carreta carretta) y la tortuga Hermann, así como cerca de novecientas especies de mariposas.
Flora – Hay más de 3000 especies de plantas, de las cuales casi 850 son comunes a toda la península balcánica y unas treinta son endémicas y están limitadas a Albania. Estas últimas se hallan principalmente en los Alpes albaneses, en el noreste y, en menor medida, en el sudeste. El oeste del país, donde las influencias marítimas son más directas, se caracteriza por una vegetación típicamente mediterránea (maquis de arbustos y matorrales). A medida que uno sube y se aleja del mar, esta vegetación da paso a una flora típica de las regiones centrales de la península balcánica. Entre los 400 y 1000 m aparecen los robles, por encima de 1000 m se extienden los bosques de hayas y coníferas. Por último, sobre estos bosques están los pastos de montaña propicios para la cría del ganado ovino. En cuanto al centro del país, donde se extiende la gran llanura costera, es esencialmente tierra de cultivo.
Prehistoria
Los vestigios de presencia humana más antiguos se han descubierto en el sur del país, con los yacimientos neolíticos (de 10000 a 1000 años antes de nuestra era) de Cakran (entre Fier y Vlora) y en las marismas de Maliq (cerca de Korça). Estas poblaciones podrían ser originarias de Anatolia. Los ilirios surgieron a finales del Neolítico. Se sabe muy poco de la cultura iliria, y los historiadores locales a menudo toman atajos precipitados y, como resultado de años de propaganda comunista, consideran a los albaneses de hoy descendientes directos de los ilirios. Por supuesto, la historia es mucho más compleja que eso.
Antigüedad
A partir del siglo VII a. C., las colonias griegas se establecieron a lo largo de la costa. La fundación de Dyrrhachion (actual Durrës) data del año 627 a. C., seguida por la de Apollonia (cerca de Fier). Estos importantes asentamientos proporcionaron a los griegos una ruta de acceso al Adriático y les permitieron comerciar con el interior del país. El contacto con la civilización helénica permitió el desarrollo de la cultura ilírica desde el sigloV hasta el II a. C. El reino de la reina Teuta (región de Shkrodra) se desarrolló a partir de mediados del sigloV a. C. La mitad sur del país actual estaba dominada por las tribus griegas o greco-italianas de los molosos, los tesprotios y los caonios. En el siglo III a. C., el rey de los molosos, Pirro, formó un poderoso reino que se extendió por el sur de Albania, el Peloponeso, Macedonia y Sicilia.Esta política expansionista acabaría provocando la intervención de Roma. Después de una difícil conquista, todo el territorio de Albania, integrado en la vasta provincia romana de Macedonia, quedó bajo el dominio de Roma en el siglo II a. C. Se desarrollaron ciudades grecorromanas, como la aristocrática Apollonia y la comercial Dyrrachium. Se crearon ciudades de paso, como Scampirus (Elbasan), en la Via Egnatia que unía Dyrrachium con Bizancio. El cristianismo se extendió relativamente rápido, y parece que procedía sobre todo de Macedonia, evangelizada por el apóstol Pablo. Cuando el Imperio romano se dividió en el año 395 d. C., la mayor parte del territorio de la Albania actual quedó bajo la autoridad de Bizancio.
Edad Media
El Imperio bizantino prosperó, pero tuvo que hacer frente a la llegada de grandes oleadas de emigrantes y a las incursiones de hunos, lombardos, gépidos y ávaros. A partir del 580, los eslavos se establecieron definitivamente en la región. Finalmente derrocaron a la administración bizantina e impusieron su propio sistema basado en zonas autoadministradas. La autoridad bizantina se restableció a principios del siglo IX, pero fue disputada durante casi un siglo y medio por el Imperio búlgaro. Bajo la dominación eslava se estableció un sistema de organización de tipo feudal, con la aparición de jefes tribales que se convirtieron en dinastías encargadas de las funciones militares. Entre 1081 y 1107, los normandos establecidos en el sur de Italia intentaron invadir Iliria en cuatro ocasiones, desembarcando en las costas jónica y adriática. El debilitamiento del Imperio bizantino vino acompañado de la aparición de los estados feudales serbios y del Principado de Arbëria (1190-1255), considerado el primer estado albanés. En la segunda mitad del siglo XIII, los angevinos liderados por Carlos I de Sicilia, hijo del rey de Francia Luis VIII, establecieron el reino de Albania. La instauración de una jerarquía feudal de tipo occidental fue mal recibida por los señores locales. Y, tras el fracaso del largo asedio sobre Berat (1281) frente a los bizantinos, Carlos de Anjou se vio obligado a abandonar el país en 1286. Sin embargo, los angevinos regresaron en 1304 encabezados por el nieto de Carlos de Anjou, que concedió una amplia autonomía a los señores locales. A mediados del siglo XIV, el vasto imperio serbio de Esteban Uroš IV Dušan anexionó Albania y puso fin a la presencia bizantina en la región. Cuando Stefan Dušan murió en 1355, se conformaron dos grandes principados: el del clan albanés de los Thopia en Durrës y el del clan serbio de Balša en Shkodra. Su rivalidad condujo a la guerra a partir de 1382. En primer lugar, aliado de Venecia, Karl Thopia acabó pidiendo ayuda a los otomanos, que derrotaron a los señores serbios aliados de los Balša en la batalla de Savra (entre Berat y Dürres) el 18 de septiembre de 1385. Así comenzó la invasión otomana de Albania.
Período otomano
Conquista. Tras la batalla de Savra, la mayoría de los señores serbios y albaneses del sur de la Albania actual se convirtieron en vasallos de los otomanos. El sultán Mehmed I impuso una división administrativa en valiatos. Las regiones septentrional y central permanecieron bajo el control de los señores locales y de Venecia, que mantenía las ciudades de Durres, Lezha y Shkodra. A partir de 1430, la parte central también cayó. Tras la toma de Constantinopla en 1453 y la muerte de Skanderbeg en 1468, el resto de Albania fue conquistada gradualmente. Tras tres largos asedios, los otomanos capturaron los últimos bastiones cristianos de Kruja (1478), Shkodra (1479) y, finalmente, Durrës (1501).
Islamización y desarrollo. La región se dividió en sandjaks (prefecturas), se redistribuyeron las tierras y llegaron colonos de Anatolia. Se concedió libertad de culto a los cristianos, aunque muchas iglesias se convirtieron en mezquitas. La islamización afectó inicialmente a la parte meridional de la región, en particular a los señores locales, deseosos de conservar sus prerrogativas, y a los campesinos seminómadas, a los que se animó a cambio a dedicarse a la cría de ganado. Pero la gran oleada de conversiones comenzó realmente a mediados del siglo XVI. Dos factores contribuyeron a ello. En primer lugar, la llegada de las confesiones sufíes, en particular el bektaskismo, que compartía ciertos rasgos con el cristianismo. En segundo lugar, el desarrollo de los centros urbanos, con sus mezquitas y caravasares, donde religión y comercio estaban estrechamente entrelazados. Solo las zonas más montañosas defendieron ferozmente sus tradiciones cristianas, sobre todo en el norte. En conjunto, sin embargo, los otomanos consideraban a Albania una de las provincias más leales de su vasto imperio. Este vínculo entre otomanos y albaneses continuó incluso después de la derrota en el asedio de Viena en 1683, cuando se perdió el control del territorio.
Auge de los bajás albanos. En el siglo XVIII, los pachas o bajás (gobernadores locales), casi siempre procedentes de la población local, llegaron a ser tan autónomos que lucharon entre ellos para ampliar sus territorios. Se impusieron dos pachaliks: el de Shkodra, gobernado por el clan de los Bushati, y el de Ioánina (hoy en Grecia), gobernado con mano de hierro por el temible Alí Pachá. Las verdaderas guerras que libraban estos gobernadores acabaron por hacer reaccionar a la Sublime Puerta (nombre con el que se conoce al gobierno del Imperio otomano). En 1822, tras intentar asesinar al sultán, Alí Pachá fue asesinado y su pachalik desmantelado. En 1831, la ciudadela de Rozafa, en Shkodra, fue sitiada por las tropas imperiales. La dinastía Bushati se mantuvo en el poder, pero su pachalik fue disuelto.
Decadencia del Imperio otomano. Después de estos sangrientos episodios, los otomanos establecieron una administración directa. Al mismo tiempo, la independencia de Grecia (1829) provocó el despertar de los nacionalismos en los Balcanes. El Imperio otomano se debilitó y estallaron disturbios en Serbia y Bulgaria. Sin embargo, Albania permaneció fiel a la Sublime Puerta, que la consideraba su principal bastión en Europa. No fue hasta la década de 1840 que empezó a surgir una conciencia nacional. En 1865, los territorios albanoparlantes se dividieron en cuatro valiatos (provincias): Shkodra (al norte), Monastir (hoy Bitola, en la República de Macedonia, al este), Janina (al sur, hoy Ioánina, en Grecia) y Kosova (Kosovo actual, al noreste). Los jefes de los clanes de las tierras altas del norte perdieron su poder y provocaron una revuelta en 1876. La represión otomana estuvo acompañada de masacres entre albaneses musulmanes y católicos. Con el fin de la guerra ruso-turca en 1878, el Tratado de San Stefano y el Congreso de Berlín, los estados vecinos se independizaron. Una parte de los territorios de habla albanesa pasaron a formar parte de Serbia (Kosovo), de Montenegro (Ulqin, al norte de Shkodra) y de Bulgaria (ciudades de Korça, Pogradeci y Dibra). Inmediatamente, bajo el impulso del intelectual de Korça Abdyl Frashëri, se constituyó la Liga de Prizren, en Kosovo, para defender los derechos de la « nacionalidad albanesa » en los territorios bajo control de los nuevos estados. Al no ser escuchados por los diplomáticos, unos 30000 militantes de la Liga de Prizren se lanzaron a la guerra contra los países vecinos. En un primer momento, el Imperio otomano apoyó a los albaneses y luchó junto a ellos. Pero temiendo que el movimiento se conviertiera en una guerra por la independencia de la propia Albania, el sultán disolvió la liga y dirigió su ejército contra los albaneses. La ciudad de Prizren fue finalmente tomada por los otomanos el 22 de abril de 1881. Abdyl Frashëri y la mayoría de los líderes fueron detenidos.
Renacimiento albanés. La Liga de Prizren fue aniquilada, pero su acción dio origen al movimiento cultural Rilindja Kombëtare (« renacimiento nacional »). En los años siguientes, un grupo de intelectuales liderados por Naïm y Sami Frashëri, hermanos de Abdyl Frashëri, lanzaron toda una serie de iniciativas para promover la lengua albanesa: elección del alfabeto latino (y no alfabeto griego o árabe), distribución de libros y periódicos, creación de las primeras escuelas en lengua albanesa en Korça y Elbasani… Se fundaron asociaciones albanesas en Europa, en particular en Bucarest (Rumanía) y Monastir (hoy Bitola, en la República de Macedonia del Norte). Esta gran ciudad multiétnica hizo albergar muchas esperanzas en los pueblos que estaban bajo dominación otomana. Allí nació en 1889 el partido denominado Jóvenes Turcos, inspirados por la Revolución francesa. Formado por oficiales turcos que deseaban salvar el imperio en ruinas, este movimiento fue apoyado inicialmente por la élite de habla albanesa. En 1908, la Revolución de los Jóvenes Turcos restauró la Constitución otomana que había estado en vigor de 1876 al 1878. Esta concedía más derechos a los cristianos, permitía al pueblo elegir a sus representantes en el parlamento de Estambul, sustituía el alfabeto árabe por el latino para escribir la lengua turca, etc. Pero el cambio duró muy poco. Temiendo que las reformas fomentaran la autonomía de los pueblos, el partido se radicalizó y derogó la Constitución. Su revolución tomó un cariz nacionalista que conduciría al genocidio armenio en 1915-1916. En su momento, la prohibición de utilizar el alfabeto latino no fue muy bien entendido por los albaneses. En 1910 estalló una revuelta en Kosovo y en la región de Shkodra. Fue sofocada rápidamente. Sin embargo, los Jóvenes Turcos aflojaron un poco la presión y permitieron la celebración de elecciones. Pero estas fueron manipuladas, lo que desencadenó el levantamiento general de los albaneses en abril de 1912. Los Jóvenes Turcos aceptaron negociar y conceder, en particular, una administración en lengua albanesa. Pero ya era demasiado tarde. Serbia, Grecia, Bulgaria y Montenegro desencadenaron la Primera Guerra Balcánica (octubre de 1912 y mayo de 1913) para apropiarse de las últimas posesiones de los otomanos en Europa. Después de cinco siglos de presencia, los otomanos abandonaban definitivamente Albania.
Siglos XX y XXI
Independencia. El 28 de noviembre de 1912, el gran líderindependentista Ismaël Qemal aprovechó el estado de guerra para proclamar la independencia de Albania en Vlora y se convirtió en el primer jefe de gobierno. El 29 de julio de 1913, la Conferencia de Londres rechazó la independencia pero reconoció « el nacimiento de un principado soberano bajo la supervisión de las grandes potencias ». La mitad de los territorios de habla albanesa se integraron en Serbia y Montenegro. Ismaël Qemal fue obligado a dimitir inmediatamente.
En 1914, las grandes potencias impusieron al aristócrata alemán Guillaume de Wied. Al llegar el 7 de marzo, estableció en Dürres la capital del principado. Pero, incompetente, torpe y discutido por todos, abandonó el país el 3 de septiembre bajo la presión de la calle. Su Primer Ministro, Essad Pasha, tomó el poder y estableció una dictadura hasta febrero de 1916. Durante la Primera Guerra Mundial, el norte del país fue ocupado por serbios y montenegrinos, luego por los austrohúngaros a partir de 1915. El sur estuvo bajo control búlgaro y griego antes de la llegada de los italianos y del ejército oriental francés, que estableció la República de Korça en 1916. Todo el territorio permaneció bajo el protectorado italiano hasta 1920. Ese año se reconoció oficialmente la independencia del país por la presión de la diáspora albanesa residente en los Estados Unidos. Los albaneses nombraron un gobierno que se estableció en Tirana. Se retiraron todas las tropas extranjeras y los italianos solo conservaron las bases en la isla de Sazan y en la bahía de Vlora. En diciembre de 1920, gracias a la acción del obispo ortodoxo albano-estadounidense Fan Noli, el Estado albanés se convirtió en miembro de la Sociedad de Naciones. El 9 de noviembre de 1921, la Conferencia de Embajadores estableció las fronteras del país, que se corresponde a las actuales, con algunas excepciones: en 1925, el monasterio de San Naum, en el lago Ohrid, fue devuelto al Reino de Yugoslavia y el ejército griego se retiró de los últimos pueblos que aún conservaba en la región de Korça.
Dictadura del rey Zog. Políticamente, el país estaba dirigido por una figura de derechas, Ahmet Zogu. Sobrino de Essad Pasha, se convirtió en Ministro del Interior en 1920. Ambicioso, se apoyó en los jefes de los clanes del norte y utilizó su posición para sus propios intereses. Como Primer Ministro, sus métodos expeditivos (asesinato y fraude electoral) provocaron la Revolución de Junio de 1924. Apoyado por el bando demócrata, Fan Noli se convirtió brevemente en Primer Ministro. Pero Ahmet Zogu recuperó el poder por la fuerza el 24 de diciembre de 1924 con la ayuda del Reino de Yugoslavia. A principios de 1925, se las arregló para ser elegido presidente por los diputados por un período de siete años. El1 de septiembre de 1928 fue proclamado rey bajo el nombre de Zog I, rey de los albaneses. Su reinado duró hasta 1939 y estuvo marcado por una sumisión económica y política cada vez mayor a Italia. Sin embargo, Zog, un verdadero dictador, promovió algunos avances con la creación de un sistema de salud pública y el reconocimiento de la igualdad entre hombres y mujeres.
Segunda Guerra Mundial. El 7 de abril de 1939, la Italia fascista de Mussolini invadió el país. En los días siguientes, Zog I abdicó, Víctor Manuel II de Italia fue proclamado rey de los albaneses y se estableció un gobierno pro-italiano. En octubre de 1940, Italia y Albania declararon la guerra a Grecia. El ejército griego resistió la invasión lanzada desde Albania, reprimió a los italianos y entró en el sur del país. En abril de 1941, la Alemania nazi acudió en ayuda de Italia e invadió Grecia. En junio de 1941, Albania se anexionó los territorios de habla albanesa de Yugoslavia ocupados por las tropas del Eje (en Kosovo, Vardar, Macedonia y Montenegro). En la clandestinidad, Enver Hoxha organizó los movimientos comunistas a su alrededor y lanzó una guerra de resistencia contra las fuerzas del Eje y otros movimientos armados albaneses. En septiembre de 1943, después de la caída de Mussolini, el país quedó bajo control alemán. Estos instauraron un régimen pro-nazi dirigido por Mehdi Frashëri (de la misma aldea que los hermanos Frashëri, aunque sin parentesco), que apoyó las operaciones contra los combatientes de la resistencia en el invierno de 1943-1944. Finalmente, a partir de octubre de 1944, los alemanes se retiraron de Grecia y después de Albania. El 28 de noviembre de 1944, los partisanos liberaron el país y Enver Hoxha se hizo cargo del gobierno provisional. Los líderes de los movimientos de resistencia nacionalista o los que apoyaban el regreso del rey Zog fueron sometidos a una depuración severa.
La dictadura comunista.