El alcaide de Madrid - Lope de Vega - E-Book

El alcaide de Madrid E-Book

Лопе де Вега

0,0

Beschreibung

El alcaide de Madrid es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, se articula en torno a una serie de enredos amorosos y malentendidos contados en tono jocoso.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 100

Veröffentlichungsjahr: 2020

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Lope de Vega

El alcaide de Madrid

 

Saga

El alcaide de MadridCover image: Shutterstock Copyright © 1916, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616507

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Elenco

EL ALCAIDE DE MADRID DON FERNANDO DON LUIS, su hermano DON LOPE LEONOR, hija del ALCAIDE ELVIRA, su hermana CELIMA, mora TARIFE, moro REY MORO ZAIDE, moro GAZUL, moro SOLDADO

Nota del Cotarelo: Intervienen además MANILORO y ORDÓÑEZ, soldado.

Jornada I

Sale un alarde de moros con caja y bandera, el REY DE TOLEDO y TARIFE, su sobrino, y MOROS.

REY

¡Adiós, famoso Toledo!

¡Alcázar dorado, adiós!

Que hoy me despido de vos

porque llamarme no puedo

5

rey de Castilla en los dos.

¡Adiós, muros, fundación

de Bruto y de Tolomón,

de grande y hermosa vista,

que voy a la gran conquista

10

de los campos de León.

Y vos, cuya agua no espero

beber, cristalino Tajo,

aunque a todas las aventajo,

que voy a ver cómo el Duero

15

corre, murmurando y bajo.

Ea, moros españoles,

relieves de aquellos soles

que del África vinieron,

que siendo guerreros, fueron

20

de su nobleza crisoles.

Tiéndanse por esta vega

las lunas de mi estandarte,

porque aquí y en toda parte

piense España que despliega

25

sus rojas banderas Marte.

Herid el aire, galanes,

con gallardos ademanes

vosotros, Zaide y Gazul,

por que envidie el cielo azul

30

mis azules tafetanes.

Ensánchese mi escuadrón;

háganse los parches rajas,

o ellas callen por ser bajas,

que de estar mudos el son,

35

nos pueden servir de cajas.

Altos montes toledanos

de roble y romero ufanos,

que en Tajo os laváis los pies,

creced con laurel después

40

para mi frente y mis manos.

 

Entranse marchando, y queda TARIFE.

TARIFE

¿Podré yo, triste, apartarme,

famosa ciudad, de ti?

No podré, pues quedo aquí,

si no es que por consolarme

45

por quien quedo vas en mí.

De espantosa pesadumbre,

naturaleza y costumbre,

te han hecho admirable y fuerte,

y así, para darnos muerte,

50

nacen armas en tu cumbre.

Hermosura, gentileza,

virtud, discreción, valor,

son, para nuestro dolor,

armas de naturaleza

55

que se las presta el amor.

¿Qué no podrá amor cruel

contra un corazón fiel?

Con los ojos de Celima,

que hasta el mismo cielo estima

60

ver sus estrellas en él.

Quien sabe lo que es partir

duélase de verme al punto,

que está de morir tan junto

que, si partir es morir,

65

ya estoy de partir, difunto.

Este es su balcón y reja.

¡Hierros aquí el alma os deja

un cuerpo que ya se parte!

 

Sale CELIMA a un balcón.

CELIMA

¿Estás solo? ¿Puedo hablarte?

 

TARIFE

70

Puedes escuchar mi queja.

Ya sale de la ciudad

¡oh, Celima! el rey, mi tío.

Ya marcha con grande brío,

y esta alma, en su soledad,

75

de lágrimas pasa un río.

Con él, y sin corazón,

a conquistar a León

voy, por sobrino, obligado

y por caballero honrado,

80

que es mayor obligación.

Ya salen de la gran puente

a la vega verde y llana.

Quédate, hermosa tirana,

cuya vida el cielo aumente

85

para mi muerte temprana.

Que si algo tiene de bien

esta enojosa partida,

aunque el alma se divida,

es huir de aquel desdén

90

con que me acabas la vida.

 

CELIMA

¿Tan tierno parte un soldado,

que con hechos maravilla

del Tajo al Betis la orilla,

y que tiene acreditado

95

tanto su nombre en Castilla?

Tú, que con almoradíes

de tu linaje y cegríes

las veces que a serlo miras,

hasta Segovia retiras

100

los cristianos alfaquíes,

¿ahora vas de aquesa suerte?

 

TARIFE

Temo la muerte, Celima,

o que el ausencia [me] oprima,

porque el pesar de no verte

105

es lo que a mi alma lastima.

Ya sabía yo, cruel,

que, aun partiéndome, no habías

de tratas las ansias mías

más blanca ni más cruel

110

que los años de otros días.

No quiero que ya me dé

más golpes tu «ingratitudn»,

ni que mi alma repare,

que mientras más tardare,

115

más desdenes llevaré.

¿Qué me mandas a León?

 

CELIMA

¿Tiénesme mucha afición?

 

TARIFE

Pruébame en algo.

 

CELIMA

No creo

que cumplirás un deseo

120

a quien te da el corazón.

 

TARIFE

¡Oh, Alá! ¿Tal favor tú a mí?

¿Tú, corazón?

 

CELIMA

Sí, yo a ti.

 

TARIFE

No es posible, que es favor,

sino acrecentar mi amor

125

cuando me aparto de ti.

Verás tu cruel desdén

en que, partiéndome agora,

me favoreces, señora.

 

CELIMA

Si hasta aquí te quise bien,

130

ahora el alma te adora.

 

TARIFE

¿Que eso escucho y que me voy?

Haced, pensamientos, alas

que al balcón sirvan de escalas.

Lejos de tu cielo estoy,

135

Celima, que al sol igualas,

¿por dónde, que no lo creo

iré a besarte las manos?

 

CELIMA

Creo que con cuentos vanos

te olvidas de mi deseo.

 

TARIFE

140

Son tus desdenes tiranos,

que todos saben que fui

quien por servirte nací.

 

CELIMA

¿Luego harás cualquiera cosa?

 

TARIFE

Sí, que es más dificultosa

145

que ser tú mandarme ansí.

¿Es eso encerrar el viento?

¿Alterar la mar inclusa?

¿Dar a un muerto vida infusa?

¿Conocer el pensamiento?

150

¿Cortar el cuello a Medusa?

¿Traer las manzanas de oro,

o aquel guardado tesoro

por que fue a Colcos Jasón?

¿Vencer del mar el dragón,

155

quitando a Andrómeda el lloro?

Que esto y más haré por ti;

que pasaré desde aquí,

Celima, el ártico polo,

donde apenas vence Apolo

160

el hielo que tiene en sí;

y desde la mar glacial

hasta el gran meridional,

y en las trópicas asida

la India, a diestra, partida

165

de la línea equinoccial.

Pasaré de Libia el hilo,

y del sol, más adelante,

el camino rutilante

de la cabeza del Nilo

170

y de las nubes de Atalante.

Traeré púrpura, oro, perlas

del Oriente, hasta ponerlas

a tus plantas por trofeos,

y los aromas sabeos

175

iré a su monte a «cogellosn».

¿Qué dudas? ¿Qué miras? Dime

que, como «acudesn», arrime

mi frente a la tierna luna,

que no habrá hazaña ninguna

180

a quien mi amor no se anime.

 

CELIMA

¿Luego pediré segura

que me cumplas un deseo?

 

TARIFE

Prosigue.

 

CELIMA

Que lo harás creo,

que quien mi gusto procura,

185

siempre en mi gusto le empleo.

Tiene Madrid una dama,

que doña Leonor se llama,

cuya hermosura divina

por todo el mundo camina

190

en los hombros de la fama.

Es hija de un caballero

que es de los Vargas su nombre,

entre los cristianos hombre

de grande valor.

 

TARIFE

Ya espero

195

que tanta hazaña me asombre.

 

CELIMA

Presto sabrás en qué estriba.

 

TARIFE

Dilo, así vivas.

 

CELIMA

Y viva

para darte el galardón.

Que de Castilla y León

200

solo quiero esta cautiva.

 

TARIFE

¿Cautiva doña Leonor?

 

CELIMA

Cautiva no más.

 

TARIFE

No pides

cosa de mucho valor,

que no es grande, si la mides,

205

con el poder de mi amor.

Pero ¿qué te mueve a ti

querer aquesta mujer?

 

CELIMA

Quien sirve, no ha de querer

saber más de que es por mí

210

lo que yo le mando hacer.

 

TARIFE

Perdona, que el labio yerra,

que a doña Leonor tendrás

si vuelvo vivo a esta tierra.

 

CELIMA

No quiero, Tarife, más

215

de tu alma y de esta guerra.

 

TARIFE

¿Una cautiva cristiana?

 

CELIMA

Esa estimo más que a un Cid.

 

TARIFE

Impresa es fácil y llana

si se nos rinde Madrid,

220

y si no, imposible y vana.

Pero no hay quien me acobarde,

o se gane luego o tarde.

 

CELIMA

Esto te suplico agora.

 

Tocan dentro.

TARIFE

La caja tocan, señora.

225

¡Adiós!

 

CELIMA

Mahoma te guarde.

 

Vanse. Sale FERNANDO DE LUJÁN, cautivo, con cadena.

FERNANDO

La libertad perdida

del alma, amor tirano,

nunca me puso en tanta desventura.

La del cuerpo, rendida

230

a un moro toledano,

ha sido para mí ter[r]ible y «duran».

Adonde la luz pura

de mi Leonor presente

mi tormento engañaba,

235

mejor vida pasaba

que de Madrid y de su cielo ausente,

porque en sus bellos ojos

el mal es bien y gloria los enojos.

¿Qué soledad iguala

240

con la que aquí padezco?

¡Oh, qué prisión tan áspera y terrible!

Aquella sola es mala,

que jamás obedezco,

y tengo por extraña y insufrible

245

la cárcel apacible

de unos cabellos de oro

que el alma consentía

para prisión, que hacía

dulces los grillos y descanso el lloro,

250

pues sola la memoria

parece que la pena vuelve en gloria.

«Aquí, sin ver no solon»

por la mañana clara,

pero en el mediodía la luz pura

255

del resplandor de Apolo

y su divina cara,

paso mis años en tiniebla oscura.

La que mi «maln» procura

es la que aquí me tiene,

260

porque niego a su gusto

aquel amor injusto

de que guardarme tanto me conviene,

por la ley del cristiano,

y porque he dado mi palabra y mano.

265

No creas, Leonor mía,

que, aunque esta mora hermosa

con regalos, hechizos y tormentos

intente cada día,

airada y amorosa,

270

mudas de su lugar mis pensamientos,

ni porque tantos vientos

de mis persecuciones

combatan mi firmeza

podrán en tal bajeza

275

la calidad de mis obligaciones;

que, preso, triste, ausente,

vivirás en mi pecho eternamente.

Paréceme que han abierto

el calabozo en que estoy.

 

Sale CELIMA

CELIMA

280

¿De qué te alteras? Yo soy.

 

FERNANDO

¿De qué ha de alterarse un muerto?

Si eres tú menos me toca

el alterarme de verte.

 

CELIMA

Pues ¿qué soy yo?

 

FERNANDO

¿Tú? Mi muerte.

 

CELIMA

285

¿La muerte alterar provoca?

Más parezco tu salud

en lo poco que me estimas,

pues me tienes y lastimas

ignorando mi virtud.

 

FERNANDO

290

Si el verte mi salud fuera,

de manera me tratara

que la vida me quitara

porque mi salud muriera.

Y ser tú mi muerte es cierto

295

en verte gentil venir,

porque mal puede sentir

un hombre después de muerto.

 

CELIMA

Ya te he dicho yo, cristiano,

el de Luján y Madrid,

300

el valeroso adalid

contra el moro toledano,

que nos tratemos tú y yo

como amigos que pleitean,

que comen y se pasean

305

mientras el pleito duró.

Tú dices que me desamas,

y yo digo que te adoro,

no me pierdas el decoro,

que no es lícito en las damas.

310

Háblame bien, y después

que salgas con lo que intentas,

me dirás cuántas afrentas

en mis desatinos ves.

 

FERNANDO

¡Qué ciega estás!

 

CELIMA

¿De qué suerte?

 

FERNANDO

315

Dices que no nos tratemos

mal mientras pleito tenemos,

y procúrasme la muerte.

 

CELIMA

¿Yo a ti?

 

FERNANDO

¿Luego llamas vida

esta cadena y prisión?

 

CELIMA

320

¿Pues no, si en mi corazón

la llevo y al alma asida?

 

FERNANDO

¿Ves cómo eres engañosa?

Si esa mi muerte sintieras,

puesto [ya] en tus manos, fueras

325

menos dura y más piadosa.

Y así me parece igual

a tu injuria y mi ventura,

que mientras el pleito dura

nos trataremos muy mal.

 

CELIMA

330

Cristiano del alma mía,

a quien no vencen razones,

no es mucho que con prisiones

se conquiste tu porfía.

Esta ha sido la razón.

 

FERNANDO

335

Celima, mucho me ofendes,

si con esta te defiendes,

de haberme puesto en prisión,

que yo, si razón tuvieras,

ya consintiera en tu gusto,

340

y pruébame tú qué es justo,

y quiero lo que tú quieras.

 

CELIMA

Pues yo sé…

 

FERNANDO

Di.

 

CELIMA

Tú, Fernando,

fuiste en buena guerra preso,

porque repito el suceso,

345

no es menester decir cuándo.

Basta saber que salías

de Madrid con tus soldados

talando el campo y ganados,

hasta Cabañas y Olías,

350

y que te prendió Tarife,

y que al rey te presentó

cuando del Tajo salió