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El amor desatinado es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo.
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Seitenzahl: 98
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Saga
El amor desatinadoCover image: Shutterstock Copyright © 1993, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616545
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
ROSA, dama, y TEODORO.
TEODORO
A la puerta queda solo.
ROSA
¿Pues qué aguarda?
TEODORO
Tu licencia
desde que en el otro polo
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cubrió su luz y presencia
la hermosa cara de Apolo.
ROSA
¿Un rey, en mi puerta?
TEODORO
Sí,
que mereces verle así,
si el mismo Alejandro fuera
10
y todo el mundo trayera
para ofrecértele a ti.
ROSA
¿Que yo tengo ese valor?
TEODORO
Pregúntalo al resplandor
de ese rostro que da en él,
15
pues la luz que sale de él
me abrasa en su mismo amor.
Como el cristal vuelve el fuego
del sol que le toca luego,
así en él tus rayos son,
20
que su reverberación
me tiene del todo ciego.
Eres, Rosa, tan hermosa
que no en balde fuiste digna
de tener nombre de Rosa,
25
aunque en nacer de una espina,
de coger dificultosa.
Y así mis deseos embargas
y al Rey de despojos cargas,
y él te alcanza de este modo,
30
que los reyes para todo
tienen las manos muy largas.
ROSA
¿Y si yo mi honor adoro
no son tus recelos vanos,
si, rosa, entre espinas moro?
TEODORO
35
No se picará las manos,
que las tienen armadas de oro.
ROSA
¿Mucho puede un rey?
TEODORO
Aquello
que puede comprehendello
su misma imaginación,
40
porque cualquiera ocasión
le está ofreciendo el cabello.
ROSA
¿Podrame vencer a mí?
TEODORO
Tú sabes el no o el sí.
ROSA
No sospecho que podrá.
TEODORO
45
¡Mira que a la puerta está!
ROSA
Bien dices, ya lo entendí.
No creo que ha de bastar
quererme yo pertrechar
de mi honor, que es cosa cierta
50
que si es rey, y está a la puerta,
habrá por fuerza de entrar;
que poseen, en efecto:
Dios, el alma; el cuerpo, el rey.
Pero tiene un gran defecto.
TEODORO
55
¿Qué defecto, si no hay ley
de que un rey no quede excepto?
¿Querrá decir que es casado?
ROSA
¿Y es poco?
TEODORO
¡Qué habrá importado!
¿Hase de casar contigo?
ROSA
60
Por otra cosa lo digo.
TEODORO
¿Pues qué defecto?
ROSA
Un criado.
TEODORO
¿Criado puede estorbar,
o privado o bien nacido,
que el Rey te pueda gozar?
65
Cuando fuera tu marido,
¿hay más de hacerle matar?
No pongas inconvenientes,
que hoy levantas tu linaje
y ennobleces tus parientes,
70
que amor de un rey no es ultraje,
pues libre de honor te sientes.
ROSA
¿Qué llamas libre de honor?
TEODORO
No ser casada, que obliga
a más respeto y temor,
75
que aquel yugo el alma liga
para que no alcance error.
ROSA
¿Y mi padre, no es honrado,
y por haberme engendrado
merece ese buen respeto?
80
¿Ni un hombre noble y discreto
que por hermano me ha dado?
TEODORO
No les toca el desagravio,
aunque agravio suele ser,
a un hermano y padre sabio;
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del que goza la mujer
es solamente el agravio.
Hermano o padre en rigor,
si la mujer hace error,
es en la sangre ofendido,
90
pero el hombre, que es marido,
en la lealtad y el honor.
ROSA
¿Y si yo tengo un intento
que es de casarme, por dicha,
no ofendo mi pensamiento?
TEODORO
95
No es agravio, que es desdicha,
si es antes del casamiento.
ROSA
Eso es quien no lo sabe,
porque en siendo sabedor
en su misma afrenta cabe.
TEODORO
100
No disputemos de honor,
que es materia aguda y grave.
Es meterme hasta los codos
querer entender sus modos.
No me meto en lo que fue,
105
porque el honor y la fe
no es disputa para todos.
La pasión de Rey es cierta;
no sé quién yerra o acierta.
Manda abrir, señora mía,
110
que es mucha descortesía
tener un rey a la puerta.
ROSA
Espera, así Dios te guarde.
¿No es falta para un marido
que antes su honor no le guarde?
TEODORO
115
Falta en la mujer ha sido,
que es bien que al hombre acobarde,
porque puede, como ves,
presumir, aunque era ajena
y no le toca interés,
120
que si antes no fue buena,
no será buena después.
Pero con un rey que es fuerza,
toda disculpa se esfuerza,
que no es igual el error,
125
pues con un rey es menor,
y rey que con serlo fuerza.
ROSA
¿De esa suerte bien podré
casarme?
TEODORO
Y lo firmaré
de mi nombre.
ROSA
Pues, Teodoro,
130
como a marido te adoro:
¿quieres que entre el Rey?
TEODORO
No sé.
Pon por un instante pausa
al efecto, que se causa
de la que a mí me condena,
135
que pensé que era ajena
y he sentenciado mi causa.
¿Que tú me quieres a mí?
ROSA
Y tan bien me has parecido
que al Rey dejaré por ti,
140
y si no ofende al marido,
también le querré.
TEODORO
¡Eso sí!
¡Cárgame bien, por tu vida!
ROSA
Pues ¿cómo me has de querer?
TEODORO
No con mi honra ofendida,
145
que mal serás mi mujer
del Rey gozada o querida.
ROSA
¿Pues no decía que sí,
y que antes no importaba?
¿No me aconsejaste así?
TEODORO
150
Era cuando te engañaba.
ROSA
¿Y ahora?
TEODORO
Engáñome a mí.
¡Es posible que me quieres,
luz del alma!, ¿qué te he dado?
ROSA
¡Teodoro, mi vida eres!
TEODORO
155
¿Qué locura ye ha engañado
que a un rey, un paje prefieres?
ROSA
¡Es amor poca locura?
TEODORO
Dame aquesa nieve pura
de esa mano, para helar
160
este deseo.
ROSA
¿Ha de entrar
este Rey que entrar procura?
TEODORO
¡Tantito, por Dios, espera!
ROSA
¿Tú quieres ser mi marido?
TEODORO
¿No bastará que te quiera?
165
Rosa, el Rey está perdido,
lo que ha de hacer considera.
Cuéntame muerto si acierta
a ver lo que se concierta.
ROSA
Pues entre.
TEODORO
¡Aguarda, luz mía!
ROSA
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¿No ves que es “descortesía
tener un rey a la puerta”?
TEODORO
Ahora bien, voyle a llamar,
porque vanamente intentas,
que si el rey deje de entrar.
ROSA
175
¡Mira bien! ¡No te arrepientas!
TEODORO
¿Qué haré? Morir y callar.
Vase.
ROSA
Defensa tiene, de una espada, el filo
y la punta cruel de una alabarda,
la bala de una horrísona bombarda
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y el delito mayor sagrado asilo.
Defensa tiene el mar, defensa el Nilo
y el salteador que el camino aguada;
el tigre fiero, la leona parda,
y, del traidor, el engañoso estilo.
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Al agua, al fuego, al viento, al tiempo, a un toro
se puede hallar un hombre que los venza;
hasta con fama se venció el olvido.
Todo tiene defensa, pero el oro,
después que sujetó la honra y la vergüenza,
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no puede ser de nadie defendido.
El REY, muy galán, de noche, y TEODORO.
REY
¿Podreme desembozar?
TEODORO
Muy bien puede Vuestra Alteza.
ROSA
¡Jesús! Señor, ¿tal grandeza
se pudo tanto humillar?
195
A vuestro valor decidle
que es esta mucha humildad
REY
A vuestra rara beldad
es toda grandeza humilde.
Bien podréis darme una mano.
ROSA
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Es muy indigna de vos.
REY
Bien la defendéis, por Dios,
que ese engaño está muy llano.
Para besarla quería
que vuestro honor me la diera,
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pero no porque excediera
del respeto y cortesía.
ROSA
Yo las diera a toda ley
si estuvieran avisadas;
porque han de estar muy lavadas
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para la boca de una rey.
Vuestra Alteza me perdone.
REY
Así hicieran bien su oficio
que a mí, cualquier artificio,
o me cansa o descompone.
215
Sin él esa mano bella
será perfecta y hermosa,
que la mano de una rosa
siempre estará como ella.
Rosa gentil que los cielos
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hicieron por mi martirio,
aunque rosa, como a lirio
vistiéndola de sus celos.
Rosa que en toda la tierra
fragancia de azahar derrama.
225
Rosa, gloria, honor y fama
del jardín de Inglaterra.
Rosa angélica y divina,
Rosa que Venus formó
de la sangre que sacó
230
de entre sus plantas la espina.
¡Muestra tu blandura, Rosa!
¡Haz, Rosa, tu efecto en mí
y no seas para mí
como adelfa venenosa!
235
Que en fe de lo que pudiera
ofrecer a tu persona,
es poco cetro y corona;
hacerte inmortal quisiera.
Cuando no fuera casado,
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no puedes duda poner
en que fueras mi mujer,
más que en haberte mirado.
Esta enojosa francesa
que mi libre cuello oprime,
245
no creas que yo la estime,
pues de que viva me pesa.
De repudiarla me alegro,
si un Rey de Francia no fuera
quien su agravio me pidiera,
250
que es su padre y es mi suegro.
Y que la matara advierte
para gozarnos los dos,
si también no hubiera Dios
que me impidiera su muerte.
255
Pero, pues, no ha de estorbar
mi gusto, viva o no viva,
pues no es más de una cautiva
que tú la puedes mandar...
ROSA
A tan alto ofrecimiento
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y de un rey, cual vos, señor,
no hay en mi humildad valor
para darle acogimiento.
No quiero que de imposibles
me haga merced Vuestra Alteza,
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pues que son a su grandeza
todas las cosas posibles.
REY
Si tú lo eres para mí,
creeré lo que puede un rey.
[...]
270
[...]
Cumplirás con la lealtad
que tiene obligación,
porque es cometer traición
negarme la voluntad.
275
Y pues el reino, en mi jura,
por ti obediencia juró,
cumple lo que él prometió,
so pena de ser perjura.
Que en él serás, si obedeces,
280
mi gusto, tan estimada,
que vendrás por envidiada
a saber lo que mereces.
ROSA
Con tu licencia, señor,
hablar a Teodoro quiero.
REY
285
¡Teodoro!
TEODORO
¡Señor!
REY
Espero
que ha de ablandar su rigor.
¿Qué te querrá?
TEODORO
Por ventura,
debe de estar vergonzosa.
REY
¿Pues pedirá alguna cosa?
TEODORO
290
¿Eso dudas que procura?
REY
Háblala y dale mi estado,
mis reinos, tesoros, vida;
no tenga vergüenza, pida,
pida este mundo cifrado;
295
porque en este ardor profundo
adonde soy salamandra,
yo tengo un alma Alejandra
que puede ofrecerle el mundo.
TEODORO
(¿Qué es, señora, lo que quieres?
ROSA
300
Teodoro, resolución,
pues sabes la condición
que tenemos las mujeres.
¿Quiéreste casar conmigo
o hago el gusto del Rey?
TEODORO
305
¡Ah, lealtad! ¡Tirana ley
y de los hombres castigo!
¿Cómo le podré quitar,
Rosa mía, al Rey su gusto?
Y si le hago este disgusto,
310
¿no ves que me ha de matar?
ROSA
¿Por qué, si a entender le das
que estás casado conmigo?...