El año santo de Roma - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

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Pedro Calderón de la Barca

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Beschreibung


Este auto sacramental es una pieza de teatro religioso, en que intervienen el culto divino, el amor, la verdad, es desprecio, la castidad, el demonio, el mundo, el temor y la fe como personajes de la obra.

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Pedro Calderón de la Barca

Pedro Calderón de la Barca

EL AÑO SANTO DE ROMA

Traducido por Carola Tognetti

ISBN 978-88-3295-855-3

Greenbooks editore

Edición digital

Junio 2020

www.greenbooks-editore.com

ISBN: 978-88-3295-855-3
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Indice

PERSONAS

EL AÑO SANTO DE ROMA

PERSONAS

El Hombre La Seguridad El Albedrío La Verdad El Amor El Desprecio El Temor El Honor El Culto Divino El Mundo La Obediencia El Demonio El Perdón La Lascivia La Castidad La Fe

Suena dentro la MÚSICA y mientras se canta se abre en lo alto de un carro una gruta y sale de ella el HOMBRE, vestido de pieles, como escuchando con admiración.

EL AÑO SANTO DE ROMA

MÚSICA Venid, venid, peregrinos, venid, venid, que este año la puerta se abre que estuvo cerrada por tantas edades, por siglos tan largos;

y pues que la vida es jornada de todos, 5

felices aquellos que peregrinando merezcan que el año reparta con ellos la acción de piadoso, el renombre de Santo.

HOMBRE Rásguese las entrañas

el centro que en sus bóvedas me encierra, 10

primer prisión de la fortuna mía,

y entre las dos campañas

del cielo y de la tierra,

a la voz desta métrica armonía,

salga a gozar la breve edad del día, 15

símbolo de mi edad, pues cuando nace

de ansias el Hombre, y de miserias lleno,

bien como el día, de uno en otro seno,

tránsito es el que hace

con vida tan escasa 20

que de un sepulcro a otro sepulcro pasa.

Dígalo yo, que apenas

miro del sol la lumbre

desde el umbral de mi primer destino,

cuando de horrores llenas, 25

hallo en las quiebras de una y otra cumbre

el precipicio aun antes que el camino.

Sin elección, sin tino

nazco, y sin que comprenda

mi natural deseo, 30

de dos sendas que veo cuál es la mejor senda, para que llegue menos fatigado

a ver el fin para que fui criado.

¡Oh, si de aquellas voces 35

los ecos repetidos,

otra vez escuchara los acentos,

y halagando veloces

la paz de mis sentidos,

articularan otra vez los vientos 40

los humanos acentos,

diciéndole a mi engaño

la voz de sus oráculos divinos...

MÚSICA Venid, venid, peregrinos,

venid, venid, que este año 45

la puerta se abre que estuvo cerrada

por tantas edades, por siglos tan largos.

HOMBRE ¿Qué puerta será aquella

que hasta hoy se vio cerrada

y hoy abierta convida al peregrino? 50

Mas, ¿qué duda mi estrella,

si desta voz guiada

norte es vocal que me dirá el camino?

Pero entre dos, cuál es no determino

el que elijan mis ojos, que no sé cuál me acerca o me desvía desta dulce armonía; 55

uno de rosas es, otro de abrojos:

divina voz, si acaso por despojos

del cielo esos avisos me estás dando, 60

¿qué me quieres decir por tales modos?

MÚSICA Que pues que la vida es jornada de todos,

felices aquellos que peregrinando

ÉL Y MÚSICA merezcan que el año reparta con ellos

la acción de piadoso, el renombre de Santo. 65

HOMBRE Que es jornada la vida,

y difícil jornada,

en razón natural la voz previene;

que tendrá apercebida

buena o mala posada 70

la sobrenatural previsto tiene:

luego elegir conviene

destas dos sendas bellas

la mejor, que no en vano

el cielo soberano, 75

para adestrar mis güellas,

naturales y sobrenaturales

razones dio a mis bienes y a mis males.

Mas, ¡ay de mí! Mal puedo

aunque me veo ilustrado 80

de alma y cuerpo, potencias y sentidos,

elegir yo sin miedo, que no nace enseñado el Hombre, y todos son pasos perdidos