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El Brasil resituido es un texto teatral de corte histórico del autor Lope de Vega. Se articula en torno a la victoria de la monarquía hispánica contra el ejército holandés en las tierras más allá del Atlántico, uno de los temas estrella del Siglo de Oro Español.
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Seitenzahl: 69
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Saga
El Brasil restituidoCover image: Shutterstock Copyright © 1970, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616576
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Para simplificar las intervenciones puntuales de los soldados, decidimos incluirlos genéricamente.
Por otro lado, en la edición empleada, figura junto al nombre de los personajes el actor o actriz que los interpretó en la representación de la que da cuenta la licencia que figura al final. Véase el siguiente paratexto.
Doña Guiomar y don Diego.
DIEGO [DE MENESES]
¡Injustas quejas!
GUIOMAR
¿Quién duda
que lo son, siendo de amor,
de un alma, en tu rigor,
de todo favor desnuda?
5
Luego que un hombre se muda,
todo le parece injusto,
que como os obliga el gusto
a las locuras que hacéis,
después que no le tenéis,
10
¿qué habéis de tener por justo?
Justo fuera que yo hubiera
mirado más por mi honor,
pero siendo ciego amor,
o no viera o no lo fuera;
15
no siento que no me quiera
tu gusto, cansado ya,
que cuando un hombre lo está,
no deja qué persuadir;
siento el oírte decir
20
lo poco que se te da.
En tu palabra fiada,
todo mi honor empeñé
a la más fingida fe
que vio mujer engañada
25
pinta Virgilio la espada
con que Dido se mató;
cruel ejemplo dejó,
pues se fue burlando Eneas;
y basta palabras feas
30
para que me mate yo.
DIEGO [DE MENESES]
No se ha cansado de amarte,
doña Guiomar, el deseo;
algunas cosas que veo
me han retirado de hablarte,
35
no de amarte y desearte,
porque no fuera razón;
ni en cosas de obligación
puedes, señora, culparme;
solo ha sido el retirarme
40
consejo de mi opinión.
Está cierta que cumpliera
la palabra prometida
si fueras mejor nacida
o yo Meneses no fuera;
45
y cuando amor permitiera
que mi honor se aventurara
a manchar sangre tan clara,
vivís de manera aquí,
que aun la fe que vive en mí,
50
como el honor se agraviara.
No vive un indio gentil
más idólatra, en razón
del sol, que otra nación
en su ley en el Brasil.
55
Pues ¿no fuera cosa vil
ser a Dios tan desleal
después de ser desigual?
Luego no es justo también
querer, si me quieres bien,
60
cosa que me esté tan mal.
GUIOMAR
¡Qué buen remedio has hallado
para librarte de mí!
DIEGO [DE MENESES]
¿Esto no es público aquí?
GUIOMAR
Mira que te han engañado.
DIEGO [DE MENESES]
65
Bien sabes tú que habéis dado
al tribunal que sabéis
ocasión en que veréis
castigar la obstinación
con que en tanta dilación
70
esperáis lo que tenéis.
Mas he dicho que quisiera;
tú tienes, Guiomar, la culpa,
pues te ofende mi disculpa
más que la culpa pudiera.
75
Con esto, que mejor fuera
no lo haber dicho en tu cara,
te dejo, pues si pensara
morir de no verte, creo
que rogara a mi deseo
80
que mil vidas me quitara.
Vase.
GUIOMAR
Pues ¿no bastara dejarme,
cruel, en esta ocasión,
sino inflamarme en razón
de disculparme y matarme?
85
Pues intentaré vengarme
aunque me arroje en el mar,
si tengo que aventurar
sangre tuya en mi sospecha.
Sale Bernardo, su padre.
BERNARDO
¿Qué es esto?
GUIOMAR
Ya no aprovecha
90
callar.
BERNARDO
¿Qué es esto, Guiomar?
GUIOMAR
Muchas veces te he negado
lo que ya es fuerza decirte,
con celo de persuadirte
a la venganza el cuidado.
95
De la palabra engañada
de don Diego de Meneses,
porque en su sangre tuvieses
parte en Portugal honrada,
y en toda España también,
100
empeñé todo mi honor
a los engaños de amor,
dulce mal y amargo bien;
y agora, para intentar
retirarse con disculpa,
105
a mi nación pone culpa.
Dice que puedo manchar
la sangre ilustre de quien
desciende, y con deshonor
suyo, infamando mi amor,
110
califica su desdén.
Con ánimo de matarme
quedé, más tú puedes ser
ejecutor, por tener
más licencia en castigarme,
115
que si ya fui por mi suerte
de ti, Bernardo, nacida,
como te debo la vida
quiero deberte la muerte.
BERNARDO
Deja, Guiomar, de llorar
120
puesto que tienes razón,
que los padres no lo son
solo para castigar.
El hombre obliga a tener
más piedades que asperezas,
125
que para sufrir flaquezas
de los hijos, lo han de ser.
El reñir es prevención
del mal al principio o medio,
pero después el remedio
130
es piedad y discreción.
No te aflijas, padre soy,
hombre soy, mancebo fui,
Guiomar, que yo no nací
de la manera que estoy.
135
Tú ya no puedes querer
más remedio que venganza,
por la parte que te alcanza
de agraviada y de mujer.
Con esto, como me des
140
palabra que has de callar,
sabrás que te han de vengar
canas que agraviadas ves.
GUIOMAR
¿En mi silencio y secreto
pones duda?
BERNARDO
Siendo así,
145
agora sabrás de mí
de tu venganza el efeto.
Temiendo que el Santo Oficio
envía un visitador,
de cuyo grave rigor
150
tenemos bastante indicio,
los que de nuestra nación
vivimos en el Brasil,
que tiene por gente vil
la cristiana religión,
155
por excusar las prisiones,
los gastos, pleitos y afrentas,
y ver de este yugo exentas
de tantas obligaciones
nuestras familias, que ya
160
a tal extremo han llegado,
porque dicen que enojado
Dios con nosotros está,
habemos escrito a Holanda,
que con armada se apresta,
165
de quien tenemos respuesta
que sobre sus aguas anda,
juzgando será mejor
entregarnos a holandeses,
que sufrir que portugueses
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nos traten con tal rigor.
Esto, Guiomar, en silencio
hasta ver la ejecución.
GUIOMAR
Ya sabes mi obligación.
BERNARDO
Ese es mi amigo Laurencio.
Entra Laurencio.
LAURENCIO
175
A solas quisiera hablarte.
BERNARDO
Bien puedes, que ya Guiomar
sabe lo que ha de callar,
como a quien le alcanza parte.
LAURENCIO
En forma de mercader
180
Leonardo Vinch ha llegado
a la Bahía, que ha dado
hasta a las piedras placer.
Dice que estará la armada
de las islas brevemente
185
en el Brasil, con la gente
más brava y determinada
que desde la primera nave
que con Jasón rompió el mar,
vio su tridente pasar,
190
y con General más grave...
Mas Leonardo viene aquí,
a él remito lo demás.
Sale Leonardo, holandés.
LEONARDO
Bien pienso que me darás
los brazos.
BERNARDO
Tienes en mí
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un amigo verdadero.
LEONARDO
Debes, a mi voluntad,
tratarme con la amistad
que yo te estimo y te quiero.
Bien sabes de mí que trato
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la verdad que yo profeso,
y si el hablar no es exceso
y esta dama es tu retrato,
delante de ella te digo
que trae vuestra venganza
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viento en popa más bonanza,
tiempo alegre y cielo amigo.
Viene el coronel Ricarte
por general, que pudiera
regir de Marte la esfera
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cuando se ausentara Marte.
De belicosas naciones
se ha compuesto de tal modo,
que es una y un alma todo
con ser varias religiones.
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Naves fuertes y artilladas