El desprecio agradecido - Lope de Vega - E-Book

El desprecio agradecido E-Book

Лопе де Вега

0,0

Beschreibung

El desprecio agradecido es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias palatinas del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo, en este caso articulado en torno a dos villanos que han de refugiarse en casa de una noble tras haber cometido un crimen.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 83

Veröffentlichungsjahr: 2020

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Lope de Vega

El desprecio agradecido

 

Saga

El desprecio agradecidoCopyright © 1804, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617061

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Hablan en ella las personas siguientes

DON BERNARDO OTAVIO LISARDA FLORELA INÉS LUCINDO SANCHO DON ALEJANDRO MENDO

Jornada I

Salen DON BERNARDO y SANCHO, con espadas desnudas y broqueles.

DON BERNARDO

¡Qué torpe salto que diste!

 

SANCHO

Eran las paredes altas.

 

DON BERNARDO

Tú pienso que mejor saltas

porque más miedo tuviste.

 

SANCHO

5

¿Quién no teme a la justicia,

y dejando un hombre muerto?

 

DON BERNARDO

Temerario desconcierto;

quien vive, vivir codicia.

Casa principal es esta,

10

adonde habemos entrado.

 

SANCHO

Todo vengo desollado;

sangre la pared me cuesta.

 

DON BERNARDO

Con la obscuridad no veo

más de que aqueste es jardín.

 

SANCHO

15

¿Qué habemos de hacer, en fin?

 

DON BERNARDO

Librarme, Sancho, deseo.

 

SANCHO

Si nos sienten, es forzoso

pensar que somos ladrones.

 

DON BERNARDO

¡En qué fuertes ocasiones

20

se pone un hombre celoso!

 

SANCHO

Nunca el diablo nos dejara

venir de Sevilla a aquí.

 

DON BERNARDO

Sala es esta. ¿Entraré?

 

SANCHO

Sí.

 

DON BERNARDO

Mujeres hablan.

 

SANCHO

Repara

25

en que dicen que se van

a acostar.

 

DON BERNARDO

¿Pues qué haremos?

 

SANCHO

Que lo que fueren miremos

detrás deste tafetán.

 

(Salen LISARDA y FLORELA, damas, y INÉS criada.)

LISARDA

Pon la vela en esa mesa,

30

y muestra aquel azafate.

Quitareme aquestas rosas,

que no quiero que se ajen.

 

FLORELA

¡Qué cansado estuvo Otavio!

 

LISARDA

No hay cosa que tanto canse

35

como un deudo pretendiente

de marido, y no de amante.

 

FLORELA

Ten esta cadena, Inés.

 

LISARDA

¡Lo que siento desnudarme!

 

FLORELA

Yo mucho más que vestirme.

 

INÉS

40

¿Pues no queréis que os enfade,

si el vestiros y adornaros

por la mañana se hace,

cuando tomáis los pinceles,

para que hermosos agraden

45

los claveles y jazmines,

que suelen desfigurarse

en el curso de la noche?

 

FLORELA

¡Qué bueno estuvo esta tarde

el Prado!

 

LISARDA

La procesión

50

de los coches fue notable.

 

FLORELA

¡Bravo humo, brava gloria,

brava prosa de galanes!

Muy válido anduvo riesgo,

superior, inescusable,

55

valimiento, acción, despejo,

ruidoso, activo, desaire,

lucimiento y caravanas.

 

LISARDA

Caso estraño que el lenguaje

tenga sus tiempos también.

 

FLORELA

60

Vienen a ser novedades

las cosas que se olvidaron.

 

LISARDA

De nada pude alegrarme.

 

FLORELA

Pues hartos lo pretendieron.

 

LISARDA

Pasea por esta calle

65

una dama de Sevilla,

bien prendida y de buen aire,

su ropa de levantar

testimonios o alamares,

papagayo en el balcón,

70

en casa mulata y paje,

un forastero, Florela,

de estremada gracia y talle,

en que he reparado un poco.

 

FLORELA

No es poco que tú repares.

75

¿Hate parecido bien?

 

LISARDA

No, pero puedo jurarte

que me pesa de que mire

sin saber por qué se cause,

esta dama al forastero.

 

FLORELA

80

Eso nace de agradarte,

que amor de celos y envidia

dicen algunos que nace

cuando de súbito viene,

sin que le dé la otra parte

85

materia para querer

en servicios o amistades,

en requiebros o en papel.

 

LISARDA

Solo diré, y esto baste,

que así quisiera un marido.

 

FLORELA

90

¿Y a Otavio no?

 

LISARDA

Dios me guarde.

 

(Cáesele el broquel a SANCHO.)

LISARDA

¡Jesús! ¿Qué ruido es ese?

 

FLORELA

¿Qué se cayó?

 

INÉS

No te espantes.

 

LISARDA

¿Cerraste la puerta, Inés?

 

INÉS

¿Cuál, señora?

 

LISARDA

La que sale

95

al jardín.

 

INÉS

Abierta está.

 

LISARDA

¡Qué buen cuidado!

 

INÉS

Más tarde

suele cerrarse otras veces.

 

LISARDA

Disculpas y necedades.

Toma esa luz; mira presto

100

lo que se cayó.

 

INÉS

¡Notable

cosa!

 

LISARDA

¿Cómo?

 

INÉS

Un broquel.

 

LISARDA

¿Qué?

 

FLORELA

¿Aquí broquel?

 

LISARDA

Semejante

prenda será de mi hermano.

 

INÉS

Sí, pero los tafetanes

105

en dos pares de zapatos

no es posible que rematen.

 

LISARDA

¡Jesús mil veces, ladrones!

 

(Salen los dos.)

DON BERNARDO

Vuesas mercedes no hablen

palabra, que una desdicha

110

fue la ocasión de que entrase

donde estoy. Soy caballero,

maté un hombre en esa calle,

entreme en la primer casa

para que no me llevasen

115

preso, donde una mujer

me dijo que me pasase

por la pared deste huerto

a estas casas principales

donde estaría seguro,

120

que ella por marido o padre

celosos, no se atrevía

a tenerme, ni guardarme,

y arrimando una escalera

pasamos desta otra parte,

125

saltando desde las tapias,

aunque con peligro grande.

Si piedad en el valor

de las personas que nacen

con tantas obligaciones,

130

es justo, señoras, que hallen

desdichas de un caballero,

no deis causa a que me maten,

que yo soy el que dijisteis

que os pesaba que pasase

135

Aoarte

con lo demás que no digo

por esta mujer la calle.

Ella me dio la ocasión

para que al hombre matase.

Si me obligáis a salir,

140

sus deudos han de matarme,

o la justicia prenderme;

mas no es posible que falte

piedad en tanta hermosura,

pues no solamente un ángel,

145

pero dos, en tal peligro

quiere el cielo que me guarden.

 

LISARDA

¡Qué notable confusión!

 

SANCHO

Y vós, señora, amparadme

por ángel añadidura

150

destos coros celestiales;

que me matará mi amo,

porque soy tan miserable

que se me cayó el broquel,

dormido en desdichas tales.

 

INÉS

155

Mis amas están agora

en consulta: no se gazmie,

que ya le he visto otra vez,

y con lo que resultare

tendrá sagrado o destierro.

 

SANCHO

160

Si salgo destos azares,

te ofrezco un broquel de cera

como si fueras imagen.

 

LISARDA

Por haberos visto, y ver

que sois hombre principal,

165

aunque el caso es desigual

de mi honesto proceder,

quiero parecer mujer

en tener piedad de vós,

aunque ignoro de los dos

170

las calidades y nombres,

que en piedad, más que los hombres,

nos parecemos a Dios.

Lo que vós habéis oído

no lo puedo yo negar,

175

ni vós amar y celar

la dama que os ha ofendido,

pero quede repartido

entre los tres el suceso,

que yo os libre de ser preso

180

y que ella obligue sus ojos,

y que no os den más enojos,

y vós a tener más seso.

En más peligro estuviera

vuestra vida si llamara,

185

porque el temor me forzara,

si antes de agora no os viera.

Hasta que la luz primera

asegure vuestra vida,

vivirá aquí defendida

190

y advertid que digo aquí,

para que dentro de mí

esté mejor defendida.

 

DON BERNARDO

Señora, si quiso amor

que por tan grande rodeo

195

me trujese un mal deseo

a un bien nacido favor,

mayor que el mal y el rigor

será la dicha y el bien,

y vós el sagrado, en quien

200

mi vida, con mi ventura,

como en templo de hermosura

seguras de hoy más estén.

Y siendo mi asilo y templo

en sus aras, con razón,

205

arderá mi corazón

para agradecido ejemplo,

en cuya imagen contemplo

mis prisiones por despojos;

pero hame causado enojos

210

que tan poco me guardéis,

si hasta el alba prometéis,

y ha salido en vuestros ojos

la dama que me ha traído

por entre casos injustos

215

(tanto pueden malos gustos)

desde Sevilla perdido,

en quien nací, bien nacido,

aborrezco, y vuestro soy,

quitándole desde hoy

220

el alma para que sea

vuestra, aunque viene tan fea

que con vergüenza os la doy.

Es mi nombre, que mejor

lo que no sabéis abona,

225

don Bernardo de Cardona,

con que he dicho mi valor.

Aquí hay piedad y rigor:

rigor porque amé sin veros,

piedad por enterneceros

230

en quererme defender,

que amaros no pudo ser

primero que conoceros.

 

LISARDA

Inés.

 

INÉS

¿Señora?

 

LISARDA

A los dos

encierra en ese aposento,

235

y dame luego la llave.

 

SANCHO

Aun no escapamos de presos.

 

INÉS

Venid, señores, que es tarde.

 

SANCHO

Inés, ¿no habrá por lo menos

dos deditos de colchón?

 

INÉS

240

¿Colchón?

 

SANCHO

¿Es mucho requiebro?

 

INÉS

¿Tan de espacio quiere estar?

 

SANCHO

¿No vee que todo me duermo?

 

INÉS

¿Pues para qué pide lana,

que en bronce será lo mesmo?

 

SANCHO

245

No es toda dulce la niña.

 

LISARDA

Ven, Florela.

 

FLORELA

El alma llevo

lastimada deste caso.

 

DON BERNARDO

¿Cómo se llama esta dama?

 

INÉS

Lisarda, y el caballero

250

su padre, don Alejandro.

 

DON BERNARDO

Pudiera mejor que al griego

llamarse el Magno, por ser

quien más hazañas ha hecho

en solo hacer a Lisarda,

255

porque con sus ojos bellos

puede conquistar el mundo.

 

INÉS

Yo la diré este conceto

cuando la esté descalzando.

 

DON BERNARDO

Cien escudos tenéis ciertos

260

por un zapatillo suyo.

 

INÉS

¿Tan prestísimo?

 

DON BERNARDO

Soy tierno.

 

INÉS

¿Pues para qué le queréis?

 

DON BERNARDO

Para traerle aquí dentro.

 

INÉS

Son de poleví; el talón

265

os hará mal en el pecho.

 

DON BERNARDO

¿Quién es la otra señora?

 

INÉS

Su hermana.

 

DON BERNARDO

Es ángel, es cielo.

 

INÉS

Mas, ¿qué pedís?, ¿un zapato?

 

DON BERNARDO

No pido, aunque le encarezco.

 

INÉS

270

Entrad porque descanséis,

y vendré en amaneciendo

a despertaros.

 

DON BERNARDO

Inés,

no duermo si no me acuesto.

 

INÉS

Pues un libro, y esta vela,

275

os será de gran provecho.

 

DON BERNARDO

¿Quién es?

 

INÉS

Parte veinte y seis

de Lope.