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El hidalgo Bencerraje es un texto teatral con trasfondo histórico del autor Lope de Vega. Narra la historia de don Juan de Mendoza, sobrino del Marqués de Santillana, quien rapta de palacio a una dama y se refugia en Granada con ella disfrazada de paje. El rey moro descubre la identidad de la dama y se enamora de ella, momento a partir del cual se sucederán los enredos y las aventuras.
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Seitenzahl: 99
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Saga
El hidalgo BencerrajeCopyright © 1966, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616705
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
(Sale DON JUAN DE MENDOZA y DOÑA ELVIRA, en hábito de hombre, con capa y espada.)
DON JUAN
Aquí puedes esconderte,
mientras esta gente pasa.
DOÑA ELVIRA
Podrán verme.
DON JUAN
Podrán verte
si el sol, cuya luz me abrasa,
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abre camino a mi muerte.
Embózate el herreruelo;
que también el sol del cielo,
sin ser visto, por él sube,
cuando alguna parda nube
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reboza su rostro al suelo.
(Sale un MAYORDOMO del REY y cuatro ALABARDEROS.)
MAYORDOMO
Grande sentimiento ha dado
tan injusto atrevimiento.
ALABARDERO
Fuese mientras han danzado.
MAYORDOMO
¡Deshonesto pensamiento!
ALABARDERO
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Aquí hay un hombre embozado.
MAYORDOMO
Desembozaos, caballero.
DON JUAN
Quedo, señores: no quiero.
MAYORDOMO
Matalde, licencia os doy.
DON JUAN
Don Juan de Mendoza soy.
MAYORDOMO
20
Y yo don Luis de Vivero.
DON JUAN
¿Dónde va vueseñoría
con alabardas y gente?
MAYORDOMO
Falta una sobrina mía
de palacio.
DON JUAN
Sumamente
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me pesa. ¡Qué alevosía!
MAYORDOMO
¿Quién viene con vos?
DON JUAN
Un paje.
MAYORDOMO
¿Dónde vais?
DON JUAN
A pasear;
mas ya es razón que me ataje
el iros a acompañar,
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aunque no estoy en buen traje.
Vamos; que os debo servir,
y, como es razón, sentir
una desgracia como esta.
¡Qué propio fin de una fiesta!
MAYORDOMO
35
Dióle lugar de salir.
Y antes que me acompañéis,
aquí aparte os quiero hablar.
Suplícoos que me escuchéis.
DON JUAN
¿Qué me queréis preguntar?
MAYORDOMO
40
Si acaso vos la tenéis.
DON JUAN
¡Yo, señor!
MAYORDOMO
Es cosa llana
que la servís, e imagino
que el Rey os corte mañana
la cabeza: sois sobrino
45
del Marqués de Santillana,
a quien tengo obligación
tan grande, que a la del Rey
no acudo como es razón;
que de la amistad la ley
50
la fuerza en esta ocasión.
El indicio era bastante
de ser su galán y amante
para prenderos, don Juan.
DON JUAN
¿Qué importa ser su galán
55
para traición semejante?
MAYORDOMO
Quedo, no os alborotéis;
conoced esta amistad,
que sois mozo; y no penséis
que por sacar la verdad
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os digo que la tenéis.
Advertid que soy quien soy;
que si el paje descubriera
que desde aquí viendo estoy,
yo sé quién mañana fuera
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con menos honra que voy.
Ello es hecho; solo os ruego
que no la desamparéis,
pues a tal desdicha llego,
mas que con ella os caséis,
70
ya que habéis sido tan ciego.
A Granada os podéis ir;
que a su Rey, puesto que moro
le podéis, don Juan, servir,
guardando siempre el decoro
75
que debe un noble advertir
a Dios, a su Rey y tierra;
no aconsejando en la paz,
ni con armas en la guerra.
DON JUAN
¡Yo, señor!
MAYORDOMO
Sois un rapaz,
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y quien os defiende yerra.
Mirad por vos, que no estáis
del cuchillo solo un dedo.
Vamos, guarda.
(Vanse los guardas y DON LUIS.)
DON JUAN
Si esto usáis
conmigo, cielos, bien puedo
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decir que favor me dais.
¡Doña Elvira!
DOÑA ELVIRA
¡Esposo mío!
DON JUAN
No sé si el talle o el brío
o el corazón le han parlado
quién era el paje embozado,
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a tu generoso tío.
Por lástima de mi edad,
y por hacer amistad
al marqués, o, lo más cierto,
por no ver su honor más muerto,
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dio paso a mi libertad.
Cuerdo viejo y valeroso,
yo estoy en peligro extraño.
DOÑA ELVIRA
Ahora teméis, esposo;
ahora, en medio del daño,
100
estás cobarde y quejoso.
Pero si estimas tu vida
más que mi honor y mi amor,
vete, que, infame y perdida,
me volveré sin honor
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adonde la muerte pida.
Vete, que así, descompuesta,
iré a palacio sin honra,
donde daré por respuesta
que tu miedo y mi deshonra
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son máscaras de esta fiesta.
Y bien máscaras serán,
pues me han costado más caras
que te merezco, don Juan.
¡Pluguiera a Dios que danzaras
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más cierto y menos galán!
Mas ya que disfraz se nombre
este amor, para que asombre
tu cobarde proceder,
toma traje de mujer,
120
ya que me le has dado de hombre.
Mudémonos, si tú quieres,
ya que en tal máscara estoy,
tú de mujer, pues lo eres;
yo de hombre, pues lo soy.
DON JUAN
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Extrañas sois las mujeres.
¡Con qué brevedad teméis!
¡Qué presto desconfiáis!
¡Qué fácil sangre tenéis!
¡Qué sin razón os quejáis!
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¡Qué injustamente ofendéis!
¿Yo, mi bien, dejarte aquí,
por mil vidas? Ahora bien:
no es tiempo de estar ansí.
Conmigo, señora, ven,
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y sabrás que soy quien fui;
que pues tus miedos exceden
del buen crédito que cobras,
porque satisfechos queden
te responderán mis obras;
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que mis palabras no pueden.
Tomar pretendo el consejo,
puesto que mi intento doble,
tanto porque fue de un viejo,
como porque fue de un noble,
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de honor y piedad espejo.
A Granada iré, llevando
por justo y dichoso agüero
el ver que me está amparando
el mismo honor de Vivero
150
contra el rigor de Fernando.
Ven segura de mi amor,
que no te puede olvidar.
DOÑA ELVIRA
Iré contigo, señor,
al fin del mundo, a mostrar
155
que no le tiene mi amor;
pero advierte que hasta el punto
de estar casados, mi honor
ha de andar con mi amor junto.
DON JUAN
Vivirá en tu fe mi amor
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y en tu deshonor difunto;
yo hago pleito homenaje,
señora, de no ofenderte.
DOÑA ELVIRA
Pues vamos; que de esa suerte
tendrás en Granada un paje
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y una esclava hasta la muerte.
(Vanse.)
(Sale MAHOMAD, rey de Granada, y FÁTIMA, su mujer.)
MAHOMAD
¿Cómo le va a vuestro hermano,
Reina, con el casamiento?
FÁTIMA
Que estará, señor, contento,
me parece que es muy llano;
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a la fianza me atrevo
del contento que ha mostrado;
que casarse enamorado
es todo el bien de un mancebo.
MAHOMAD
¿Y osaréis fiar también
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que ese bien le durará?
FÁTIMA
Si del bien contento está,
durará mientras es bien.
MAHOMAD
Del casarse por amores
muchos ejemplos tenemos,
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porque siempre los extremos
dan en extremos mayores.
FÁTIMA
Algunos que han elegido
cuerdamente compañía,
y no por la fantasía
185
de un amor de ayer nacido,
el mismo bien que eligieron
fue creciendo con gozalle.
MAHOMAD
Sí, pero para estimalle
¿qué diligencia hicieron?
FÁTIMA
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Buscar no solo hermosura.
MAHOMAD
¿Pues qué?
FÁTIMA
Buen entendimiento,
porque este es el fundamento
donde el amor siempre dura.
La hermosura el primer día
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se goza, y siempre es menor,
porque de la edad la flor
pasa con veloz porfía.
Lo que es nuevo en la mujer
siempre, para dar contento,
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es el buen entendimiento
y el honesto proceder.
Cuantas veces el casado
halle este bien, que procura,
aunque de poca hermosura
205
dulcemente acompañado,
tendrá el amor sin rigor
de jamás mostrarse ingrato,
porque entendimiento y trato
son epítimas de amor.
(Sale LEOCÁN.)
LEOCÁN
210
El gallardo Jazimín
y Daraja, su mujer,
os vienen a ver.
(Vase.)
MAHOMAD
Y a ver
de nuestra contienda el fin;
que en él se verá el contento,
215
y en ella aquella hermosura,
con que el amor siempre dura
en el buen entendimiento.
(Sale JAZIMÍN, muy galán, y DARAJA, su esposa.)
JAZIMÍN
Déme tu alteza los pies.
MAHOMAD
Alza, amigo bencerraje.
JAZIMÍN
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Déjame que al suelo baje
porque la tierra me des;
y da las manos, señor,
a mi esposa.
MAHOMAD
Alzad del suelo.
JAZIMÍN
Pues de esa manera apelo,
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gran reina, a vuestro valor.
FÁTIMA
Hermano, tanta humildad...
JAZIMÍN
Aunque vuestro hermano soy,
debo imaginar que estoy
sujeto a esa majestad.
DARAJA
230
Pues no se las dais a él,
dadme las manos a mí.
FÁTIMA
Eso no: los brazos sí,
aunque con envidia de él.
MAHOMAD
Ayer os di parabienes,
235
cuñado, del casamiento;
hoy os le doy del contento:
sea para muchos bienes.
JAZIMÍN
Tienes, gran señor, razón;
hoy mayor parte me alcanza,
240
que ayer fue de la esperanza
y hoy es de la posesión.
MAHOMAD
Cumplido un grande deseo,
no suele en tanto estimarse.
JAZIMÍN
Cumplido para cansarse,
245
que en poco se estima creo.
Mas cuando sale mayor
que se tuvo imaginado,
disminúyese el cuidado,
pero auméntase el amor.
MAHOMAD
250
Todavía estás galán;
no has, Jazimín, aprendido
el lenguaje de marido.
JAZIMÍN
Esta licencia me dan
aquellos hermosos ojos,
255
y no se extienden a más.
MAHOMAD
¿Seguro y contento estás
de sus desdenes y enojos?
(Sale LEOCÁN.)
LEOCÁN
Un caballero cristiano,
gran señor, te quiere hablar.
(Salen DON JUAN y DOÑA ELVIRA.)
MAHOMAD
260
Bien puede el cristiano entrar.
DON JUAN
Danos a besar tu mano.
MAHOMAD
¿De dónde, cristiano, vienes?
DON JUAN
De Córdoba.
MAHOMAD
¿Cómo queda
Fernando?
DON JUAN
Aunque me conceda
265
la ira ocultar sus bienes,
es tan alto el resplandor
de sus virtudes, que enciende
mi lengua, por más que emprende
enmudecerla el rigor.
270
Queda bueno, y queda igual
en paz a Numa, a Trajano;
en guerra, es César hispano,
es católico Anibál,
es un nuevo Escipión,
275
es una imagen de Marte,
es su autoridad sin arte
un retrato de Catón.
Es un Licurgo cristiano,
es un fénix, es un sol,
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es Alejandro español
y es Aquiles castellano.
Así que el venirme de él
y desnaturalizarme
de la patria, es más culparme
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que poner la culpa en él.
Véngote a servir a ti,
aunque él era buen señor,
no porque faltase amor
ni felicidad en mí;
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más por haber muerto allá
un hidalgo en desafío,
poco menos que igual mío,
que por esto vengo acá.
Dame tu real amparo
295
por la lealtad que prometo
como vasallo, sujeto
a tu nombre ilustra y claro.
MAHOMAD
¿Quién eres?
DON JUAN
Soy un sobrino
del marqués de Santillana,
300
Cid de la nación cristiana.
MAHOMAD
La cabeza al nombre inclino
¿Serás Mendoza?
DON JUAN
Señor,
yo soy don Juan de Mendoza.
MAHOMAD
El alma, don Juan se goza
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de tu nombre y tu valor.
Dame, en honra del Marqués,
cristiano amigo, los brazos,
y darásme mil abrazos
por el Mendoza después.
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Más estimo tu venida
que si a Córdoba ganara.
DON JUAN
Tu valor mi vida ampara,
y así te ofrezco mi vida.
MAHOMAD
¿Quién es este caballero
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que te acompaña?
DON JUAN
Es mi hermano.
MAHOMAD
Por Alá, gentil cristiano.
¿El nombre?
DON JUAN
Luis de Vivero.
MAHOMAD
Llega, que quiero abrazarte.
DOÑA ELVIRA
Hácesme tan gran favor,
320
que eternamente, señor,
me has obligado a alabarte.
MAHOMAD
Tú mereces mucho más:
besad a Fátima bella
las manos. Con buena estrella,
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don Juan, caminando vas.
No he visto igual hermosura.
DOÑA ELVIRA
Dadnos, señora, los pies.
FÁTIMA
Alzaos.
DARAJA
¡Qué gallardo es!
DOÑA ELVIRA