El mesón de la Corte - Lope de Vega - E-Book

El mesón de la Corte E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

El mesón de la corte es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo.

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Seitenzahl: 76

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Lope de Vega

El mesón de la Corte

 

Saga

El mesón de la CorteCopyright © 1916, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616781

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Elenco

PEDRO JUANA RODRIGO JULIO, su criado LISARDO, soldado UN MESONERO BELARDO, viejo FRANCELO, viejo CLEORISIO, viejo UN ALGUACIL ALBERTO, criado de BELARDO BELARISO, su criado

Jornada I

Sale PEDRO.

PEDRO

¡Ofrezco al diablo el mesón,

el dueño y la gente de él,

pues lo más que medro en él

es servir sin galardón!

5

Aunque yo fuera de hierro,

estuviera ya rompido.

¿Soy granadino vendido,

que todos me llaman perro?

Dice uno «quen» sisé

10

de un real el medio, eso sí;

pues yo nunca vuelva en mí

si más de un tercio tomé.

Pues de treinta y cuatro ¿es mucho

tomar once? ¡Pesia tal

15

que diera todo el real

por no escuchar lo que escucho!

¡A fe que aquese soplón

de Rodrigo me lo pague!

Por más que después me halague

20

con una y otra invención;

que yo le diré a señor

que estaba con Juana hablando…

 

Entra RODRIGO.

RODRIGO

¿Qué estás ahí murmurando,

alcagüetejo hablador?

25

¿De que te den cuatro palos

te entristeces y fatigas?

 

PEDRO

No falta sino que digas

que los tenga por regalos.

Vete en buena hora, Rodrigo,

30

que, después que descalabras,

quieres curar con palabras:

ungüento de falso amigo.

¿Por qué parlaste a señor

que sisé medio real?

 

RODRIGO

35

Porque has dado en ser fiscal

de estos mis pleitos de amor,

que ha más de cuarenta días

que andas entrando y saliendo

cuando a Juana estoy diciendo

40

las vivas congojas mías.

 

PEDRO

¿Eso culpar se me puede,

sabiendo que ha sido acaso?

 

RODRIGO

Acaso no has dado un paso,

que todos han sido adrede.

45

Ahora bien, éntrate allá,

mira lo que es menester,

que ha venido un mercader

y grita nuestro amo ya.

 

PEDRO

¿Qué quieres? ¿Que vuelva a darme?

 

RODRIGO

50

Anda, que pierde el enojo

cuando ve ganancia al ojo.

 

PEDRO

Yo comienzo a santiguarme.

 

Vase.

RODRIGO

¡Duro mesón descubierto,

güésped que a todos recibe

55

y del güésped que en ti vive

inhospitable desierto!

¿Por qué con regalos tratas

a los que vienen de fuera,

y a mí, que, ¡nunca te viera!,

60

viviendo dentro me matas?

¡Válgame Dios! ¿Qué te he hecho,

que todos viven en ti

bastamente, y a mí

todo me vienes estrecho?

65

Por la tablilla que tienes

te conocen y te habitan,

y por las puertas, que incitan,

con que al que pasa detienes.

Pero a mi triste venida

70

hubo otra tabla mayor,

pues en ella ha escrito amor

todo el libro de mi vida,

que fue el rostro y los divinos

ojos de la Juana mía,

75

que estaba a la puerta un día

deteniendo peregrinos.

No como a güésped llamaba,

como a puerta de mesón,

clamaba como ladrón

80

que en el camino robaba.

Metía al güésped en casa,

que con blandura acogía,

cuya alma luego encendía

del alquitrán viva brasa.

85

Duro pagar de posada,

que si hurtan en mesones,

no, a lo menos, corazones,

prenda en el alma guardada.

¿Qué es esto, mesón cruel?

90

¿Qué ofensa te hice yo?

Mas nunca güésped entró

que no saliese sin él.

Yo, pues, a quien enviaba

a estudiar mi padre noble,

95

fui preso y herido al doble

de aquel ladrón que robaba.

Dejé al momento el camino

de Salamanca, y tomé

este vestido, que fue

100

cifra de un gran desatino,

que, habiendo de aprender leyes,

vine a aprender las de amor,

que es de ellas un gran doctor

y sabe más que los reyes.

105

Piensa en aquesta ocasión

mi padre que soy letrado,

y es la ciencia que he estudiado

para mozo de mesón.

Aquí destruyo y consumo

110

cuanta hacienda recibo,

que con el fuego en que vivo

se me va la hacienda en humo.

¡Gente nueva es esta!

 

Entran LISARDO, soldado, y su criado BELARISO.

LISARDO

Es buena,

y por extremo me agrada.

 

BELARISO

115

Es una limpia posada

y de mil servicios llena.

¿No ha echado vuestra merced

a la fregoncilla el ojo?

 

RODRIGO

(De cualquier cosa me enojo.

120

Cayendo van en la red.

El güésped es caballero

mozo, bien hecho y galán;

el otro, fino truhan.

¡De celos me abraso y muero!

125

Quiero al encuentro salir

y comenzar a estorbar,

que no se lleguen a hablar

por no llegar a morir.)

 

LISARDO

¿Cómo tardan en traer

130

la llave del aposento?

 

RODRIGO

(Ya tiembla mi pensamiento

de lo que ha de suceder.

¿Qué hombre no llega a esta casa,

de buen talle o rostro bello,

135

que no sea lazo a mi cuello

y de mis entrañas brasa?)

Seáis, señor, bienvenido.

¿Aún os estáis con espuelas?

Dadme los pies, quitarelas,

140

que merecéis ser servido.

Que tan buen talle tenéis,

que con él solo obligáis

a que servido seáis,

como de mi celo veis.

 

BELARISO

145

¡A fe que el mozo es bizarro!

¡Brava labia y brío tiene!

 

RODRIGO

¡Válame Dios, cómo viene

lleno de pecina y barro!

Están los caminos ruines.

 

BELARISO

150

Véndese de balde y franco,

y al entrar en un barranco

se atollaron los rocines.

 

LISARDO

No las limpies, déjalas.

 

RODRIGO

¿Limpiarte no me permites?

 

LISARDO

155

Después, cuando me las quites,

despacio las limpiarás.

 

Salen JUANA y el MESONERO.

JUANA

¿Dareli el de a man derecha?

 

MESONERO

Darasle el del corredor.

 

JUANA

Seáis bien venido, señor.

 

RODRIGO

160

(Triste, ¿de qué me aprovecha?

Ya viene lo que temía,

ya estoy de celos mortal.)

 

BELARISO

(Agora verás si es tal

como yo la encarecí.)

 

LISARDO

165

Vengáis dama, enhorabuena.

¿Qué aposento nos daréis?

 

JUANA

Cualquiera tomar podéis,

que toda la casa es buena.

Pero quiéroos regalar.

170

Entrá en aqueste primero.—

¿Pellízcame, majadero,

o quiéreme madurar?

Pues sepa que estoy muy verde

y por agosto maduro.

 

BELARISO

175

Yo siempre pico en lo duro.

 

JUANA

Pues yo amargo a quien me muerde.

 

RODRIGO

¡Hao, galán! No la pellizque,

que es hija de la posada.

 

BELARISO

Pensé que estaba alquilada.

 

RODRIGO

180

son necios pensé-que y diz-que-

 

LISARDO

¿Qué es eso?

 

BELARISO

Llegué a decille

que sábanas limpias eche,

y plegue a Dios que aproveche

tu limpieza a persuadille.

 

LISARDO

185

Traed una silla vos,

y tú las botas me quita.

Sabed que sois muy bonita.

 

BELARISO

Es como un oro, por Dios.

 

RODRIGO

Ve por las sábanas tú,

190

mientras por las sillas voy.

 

Vase.

JUANA

Anda, que segura soy,

no me persigas. ¡Jesús!

siempre te has de andar tras mí.

 

BELARISO

Ya es ido el mozo, señor.

 

LISARDO

195

Güéspeda, hacedme un favor.

 

JUANA

¿Qué queréis?

 

LISARDO

Llegaos aquí:

llegaos cerca, no temáis.

¿Espanto yo, por ventura?

 

JUANA

Tuviérasme a locura

200

imagina que espantáis.

Antes, porque sé de mí

que os podría yo espantar,

me he guardado de llegar.

 

LISARDO

¿Decislo de veras?

 

JUANA

Sí.

 

LISARDO

205

Pues será de aquesta suerte.

Si es verdad que me espantáis,

que como a quien veis matáis,

espantáis como la muerte.

Pero llegad a matarme,

210

que, aunque temo el golpe duro,

mientras más cerca, aseguro

la fe de resucitarme.

 

JUANA

¿Qué me queréis?

 

LISARDO

Preguntaros

en cortesía mil cosas.

 

JUANA

215

No sean muy sospechosas

y llegareme a escucharos.

 

LISARDO

Vení, que no lo serán.

 

JUANA

Ya estoy más cerca de vos.

 

LISARDO

Muy bonita sois, por Dios.

220

¿Queréisme para galán?

 

JUANA

¿Y son las mil cosas estas?

 

LISARDO

Mil deseos, a lo menos,

de mil esperanzas llenos.

 

JUANA

¿Y qué queréis, mil respuestas?

225

Pues haced cuanta que en una

todas juntas las resuelvo

y las espaldas os vuelvo.

 

LISARDO

Esa llamalda ninguna.

No os iréis, por Dios: teneos,

230

que esta vez ya estáis asida.

 

JUANA

¡Ay, déjeme, por su vida!

 

LISARDO

No lo querrán mis deseos.

 

JUANA

Mire que vendrá algún mozo

y le verá descompuesto.

 

Entra RODRIGO, con la silla.

RODRIGO

235

¡Ta, ta! ¿Ya andamos en esto?

 

LISARDO

Dirasme que la retozo,

y es que la quise tomar

la llave del aposento

que me daba más contento.

 

RODRIGO

240

Pero queréisele dar.

Sentaos, y tú, señora,

ve, que tu padre te llama.

 

JUANA

Haré primero la cama.

¿Con aqueso viene agora?

 

RODRIGO

245

¡Ah, malhaya mi linaje!

 

LISARDO

Mullidla, señora, bien,

y haced que juntas estén

la mía y la de este paje.

Ya creo que me entendéis.

 

RODRIGO

250

¿Qué es esto? ¡Triste de mí!

 

LISARDO

¡Hola! Descálzame aquí.

Y vos, señor, ¿qué queréis?

 

RODRIGO

Serviros, pues es mi oficio.

 

LISARDO