Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
El mesón de la corte es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 76
Veröffentlichungsjahr: 2020
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Lope de Vega
Saga
El mesón de la CorteCopyright © 1916, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616781
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Sale PEDRO.
PEDRO
¡Ofrezco al diablo el mesón,
el dueño y la gente de él,
pues lo más que medro en él
es servir sin galardón!
5
Aunque yo fuera de hierro,
estuviera ya rompido.
¿Soy granadino vendido,
que todos me llaman perro?
Dice uno «quen» sisé
10
de un real el medio, eso sí;
pues yo nunca vuelva en mí
si más de un tercio tomé.
Pues de treinta y cuatro ¿es mucho
tomar once? ¡Pesia tal
15
que diera todo el real
por no escuchar lo que escucho!
¡A fe que aquese soplón
de Rodrigo me lo pague!
Por más que después me halague
20
con una y otra invención;
que yo le diré a señor
que estaba con Juana hablando…
Entra RODRIGO.
RODRIGO
¿Qué estás ahí murmurando,
alcagüetejo hablador?
25
¿De que te den cuatro palos
te entristeces y fatigas?
PEDRO
No falta sino que digas
que los tenga por regalos.
Vete en buena hora, Rodrigo,
30
que, después que descalabras,
quieres curar con palabras:
ungüento de falso amigo.
¿Por qué parlaste a señor
que sisé medio real?
RODRIGO
35
Porque has dado en ser fiscal
de estos mis pleitos de amor,
que ha más de cuarenta días
que andas entrando y saliendo
cuando a Juana estoy diciendo
40
las vivas congojas mías.
PEDRO
¿Eso culpar se me puede,
sabiendo que ha sido acaso?
RODRIGO
Acaso no has dado un paso,
que todos han sido adrede.
45
Ahora bien, éntrate allá,
mira lo que es menester,
que ha venido un mercader
y grita nuestro amo ya.
PEDRO
¿Qué quieres? ¿Que vuelva a darme?
RODRIGO
50
Anda, que pierde el enojo
cuando ve ganancia al ojo.
PEDRO
Yo comienzo a santiguarme.
Vase.
RODRIGO
¡Duro mesón descubierto,
güésped que a todos recibe
55
y del güésped que en ti vive
inhospitable desierto!
¿Por qué con regalos tratas
a los que vienen de fuera,
y a mí, que, ¡nunca te viera!,
60
viviendo dentro me matas?
¡Válgame Dios! ¿Qué te he hecho,
que todos viven en ti
bastamente, y a mí
todo me vienes estrecho?
65
Por la tablilla que tienes
te conocen y te habitan,
y por las puertas, que incitan,
con que al que pasa detienes.
Pero a mi triste venida
70
hubo otra tabla mayor,
pues en ella ha escrito amor
todo el libro de mi vida,
que fue el rostro y los divinos
ojos de la Juana mía,
75
que estaba a la puerta un día
deteniendo peregrinos.
No como a güésped llamaba,
como a puerta de mesón,
clamaba como ladrón
80
que en el camino robaba.
Metía al güésped en casa,
que con blandura acogía,
cuya alma luego encendía
del alquitrán viva brasa.
85
Duro pagar de posada,
que si hurtan en mesones,
no, a lo menos, corazones,
prenda en el alma guardada.
¿Qué es esto, mesón cruel?
90
¿Qué ofensa te hice yo?
Mas nunca güésped entró
que no saliese sin él.
Yo, pues, a quien enviaba
a estudiar mi padre noble,
95
fui preso y herido al doble
de aquel ladrón que robaba.
Dejé al momento el camino
de Salamanca, y tomé
este vestido, que fue
100
cifra de un gran desatino,
que, habiendo de aprender leyes,
vine a aprender las de amor,
que es de ellas un gran doctor
y sabe más que los reyes.
105
Piensa en aquesta ocasión
mi padre que soy letrado,
y es la ciencia que he estudiado
para mozo de mesón.
Aquí destruyo y consumo
110
cuanta hacienda recibo,
que con el fuego en que vivo
se me va la hacienda en humo.
¡Gente nueva es esta!
Entran LISARDO, soldado, y su criado BELARISO.
LISARDO
Es buena,
y por extremo me agrada.
BELARISO
115
Es una limpia posada
y de mil servicios llena.
¿No ha echado vuestra merced
a la fregoncilla el ojo?
RODRIGO
(De cualquier cosa me enojo.
120
Cayendo van en la red.
El güésped es caballero
mozo, bien hecho y galán;
el otro, fino truhan.
¡De celos me abraso y muero!
125
Quiero al encuentro salir
y comenzar a estorbar,
que no se lleguen a hablar
por no llegar a morir.)
LISARDO
¿Cómo tardan en traer
130
la llave del aposento?
RODRIGO
(Ya tiembla mi pensamiento
de lo que ha de suceder.
¿Qué hombre no llega a esta casa,
de buen talle o rostro bello,
135
que no sea lazo a mi cuello
y de mis entrañas brasa?)
Seáis, señor, bienvenido.
¿Aún os estáis con espuelas?
Dadme los pies, quitarelas,
140
que merecéis ser servido.
Que tan buen talle tenéis,
que con él solo obligáis
a que servido seáis,
como de mi celo veis.
BELARISO
145
¡A fe que el mozo es bizarro!
¡Brava labia y brío tiene!
RODRIGO
¡Válame Dios, cómo viene
lleno de pecina y barro!
Están los caminos ruines.
BELARISO
150
Véndese de balde y franco,
y al entrar en un barranco
se atollaron los rocines.
LISARDO
No las limpies, déjalas.
RODRIGO
¿Limpiarte no me permites?
LISARDO
155
Después, cuando me las quites,
despacio las limpiarás.
Salen JUANA y el MESONERO.
JUANA
¿Dareli el de a man derecha?
MESONERO
Darasle el del corredor.
JUANA
Seáis bien venido, señor.
RODRIGO
160
(Triste, ¿de qué me aprovecha?
Ya viene lo que temía,
ya estoy de celos mortal.)
BELARISO
(Agora verás si es tal
como yo la encarecí.)
LISARDO
165
Vengáis dama, enhorabuena.
¿Qué aposento nos daréis?
JUANA
Cualquiera tomar podéis,
que toda la casa es buena.
Pero quiéroos regalar.
170
Entrá en aqueste primero.—
¿Pellízcame, majadero,
o quiéreme madurar?
Pues sepa que estoy muy verde
y por agosto maduro.
BELARISO
175
Yo siempre pico en lo duro.
JUANA
Pues yo amargo a quien me muerde.
RODRIGO
¡Hao, galán! No la pellizque,
que es hija de la posada.
BELARISO
Pensé que estaba alquilada.
RODRIGO
180
son necios pensé-que y diz-que-
LISARDO
¿Qué es eso?
BELARISO
Llegué a decille
que sábanas limpias eche,
y plegue a Dios que aproveche
tu limpieza a persuadille.
LISARDO
185
Traed una silla vos,
y tú las botas me quita.
Sabed que sois muy bonita.
BELARISO
Es como un oro, por Dios.
RODRIGO
Ve por las sábanas tú,
190
mientras por las sillas voy.
Vase.
JUANA
Anda, que segura soy,
no me persigas. ¡Jesús!
siempre te has de andar tras mí.
BELARISO
Ya es ido el mozo, señor.
LISARDO
195
Güéspeda, hacedme un favor.
JUANA
¿Qué queréis?
LISARDO
Llegaos aquí:
llegaos cerca, no temáis.
¿Espanto yo, por ventura?
JUANA
Tuviérasme a locura
200
imagina que espantáis.
Antes, porque sé de mí
que os podría yo espantar,
me he guardado de llegar.
LISARDO
¿Decislo de veras?
JUANA
Sí.
LISARDO
205
Pues será de aquesta suerte.
Si es verdad que me espantáis,
que como a quien veis matáis,
espantáis como la muerte.
Pero llegad a matarme,
210
que, aunque temo el golpe duro,
mientras más cerca, aseguro
la fe de resucitarme.
JUANA
¿Qué me queréis?
LISARDO
Preguntaros
en cortesía mil cosas.
JUANA
215
No sean muy sospechosas
y llegareme a escucharos.
LISARDO
Vení, que no lo serán.
JUANA
Ya estoy más cerca de vos.
LISARDO
Muy bonita sois, por Dios.
220
¿Queréisme para galán?
JUANA
¿Y son las mil cosas estas?
LISARDO
Mil deseos, a lo menos,
de mil esperanzas llenos.
JUANA
¿Y qué queréis, mil respuestas?
225
Pues haced cuanta que en una
todas juntas las resuelvo
y las espaldas os vuelvo.
LISARDO
Esa llamalda ninguna.
No os iréis, por Dios: teneos,
230
que esta vez ya estáis asida.
JUANA
¡Ay, déjeme, por su vida!
LISARDO
No lo querrán mis deseos.
JUANA
Mire que vendrá algún mozo
y le verá descompuesto.
Entra RODRIGO, con la silla.
RODRIGO
235
¡Ta, ta! ¿Ya andamos en esto?
LISARDO
Dirasme que la retozo,
y es que la quise tomar
la llave del aposento
que me daba más contento.
RODRIGO
240
Pero queréisele dar.
Sentaos, y tú, señora,
ve, que tu padre te llama.
JUANA
Haré primero la cama.
¿Con aqueso viene agora?
RODRIGO
245
¡Ah, malhaya mi linaje!
LISARDO
Mullidla, señora, bien,
y haced que juntas estén
la mía y la de este paje.
Ya creo que me entendéis.
RODRIGO
250
¿Qué es esto? ¡Triste de mí!
LISARDO
¡Hola! Descálzame aquí.
Y vos, señor, ¿qué queréis?
RODRIGO
Serviros, pues es mi oficio.
LISARDO