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El molino es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo.
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Seitenzahl: 93
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Saga
El molinoCopyright © 1804, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617252
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
(Salen Valerio y el Príncipe)
VALERIO
Mejor viva Vuestra Alteza,
que en eso acertado ha.
PRÍNCIPE
Valerio, déjame ya,
no me quiebras la cabeza.
5
¡Vive el cielo, que es el Conde
preferido a mi valor!
VALERIO
Yo sé de Celia, señor,
que a tu valor corresponde.
Engañado te han los celos
10
que de Próspero fabricas.
PRÍNCIPE
¡Tarde medicina aplicas
a quien te han muerto los cielos!
No hay remedio que me cuadre.
VALERIO
Perdido estás, de esa suerte.
15
Oye.
PRÍNCIPE
¡Darele la muerte,
por vida del Rey, mi padre!
VALERIO
Si con el conde Próspero fuera
el que la Duquesa amara,
¿a qué efecto te engañara,
20
ni tanto favor te hiciera?
Que ella está en su libertad
para amar y aborrecer.
PRÍNCIPE
¿En condición de mujer
afirmas la voluntad?
25
Muéstrame, porque la quiero,
buen rostro y agradecido;
mas es el Conde querido
con este amor verdadero.
Es discreta, y agradece
30
de un príncipe el mucho amor,
estimando mi valor,
si alguna vez se le ofrece;
pero dale el alma grata
al traidor Conde en secreto,
35
que el halcón, en efecto,
que nuestra garza nos mata.
Días ha que lo pensé:
mas no lo creí del todo,
por no agraviar de algún modo
40
mi calidad y su fe.
Mas ya que la vi rendida
dalle a ella propia un papel,
que a su fe la llamó fiel
y a mi calidad fingida,
45
yo creo lo que temí
y creo lo que ha de ser.
VALERIO
¿Y qué pretendes hacer?
PRÍNCIPE
Hablarle, Valerio, aquí.
VALERIO
¿Hasle enviado a llamar?
PRÍNCIPE
50
No tardará de venir.
VALERIO
¿Y qué le piensas decir?
PRÍNCIPE
Lo que pudiere escuchar
y lo que mi celo pida.
VALERIO
¿Y será, en resolución...?
PRÍNCIPE
55
Que deje la pretensión
o le quitaré la vida.
VALERIO
¡Riguroso mal!
PRÍNCIPE
¡Terrible!
Celia me tiene intratable.
VALERIO
Enfermo estás.
PRÍNCIPE
Incurable.
VALERIO
60
¡Fiero dolor!
PRÍNCIPE
Insufrible.
VALERIO
Mucho pierdes de tu punto
en pedir al Conde celos.
PRÍNCIPE
Yo los tuve; pedirelos
al Conde y al mundo junto.
VALERIO
65
Yo le hablaré.
PRÍNCIPE
No quiero.
VALERIO
¿Por qué?
PRÍNCIPE
Porque me es forzoso:
que mal se cura un celoso
con remedios de tercero.
Quiero que esta enfermedad
70
ella se busque el remedio.
VALERIO
Por más que me ponga en medio,
crece tu enojo.
PRÍNCIPE
Es verdad.
(Sale el conde Próspero con dos criados.)
CONDE
Mirad que estéis avisados
y no os apartéis de mí.
CRIADO 1.º
75
¿Cuándo en el servirte a ti
hemos sido descuidados?
CONDE
Si acaso estoy en aprieto,
haced como hidalgos.
CRIADO 2.º
Llega,
que si en tu ofensa se ciega,
80
no ha de haber ley ni respeto.
CONDE
De un paje he sido avisado
que aquí te viniese a hablar.
PRÍNCIPE
Y en este mismo lugar,
Conde, te espero enojado.
CONDE
85
¿Con quién, Príncipe?
PRÍNCIPE
Contigo;
porque ha días que te hallo
muy traidor para vasallo,
y fingido para amigo.
CONDE
Mal informado te tiene
90
quien te ha dicho mal de mí;
y eso no nace de ti,
mas del que a tu lado viene.
Y, ¡vive el cielo!...
VALERIO
Ya, Conde,
mal me pagas, de esa suerte,
95
disculparte y defenderte.
CONDE
¿Defenderme? ¿Cuándo, a dónde?
PRÍNCIPE
¡Basta, no más!
CONDE
Si el lugar
donde ahora me has traído
es donde yo te he ofendido,
100
él me puede disculpar.
Digan estas altas rejas,
estas piedras y paredes,
si por sus quiebras o redes
entraron jamás mis quejas.
105
Diga Celia si en mi vida
puse en ella el pensamiento,
y el mismo viento, si el viento
vio mi esperanza perdida;
diga un hombre si jamás
110
hablar me ha visto con ella.
PRÍNCIPE
Pues no lo negara ella,
si fuera el tormento más;
que quien ya se ha confesado
por escrito y por papel,
115
más se precia de fiel
que quien su fe le ha negado.
Próspero, yo estoy celoso,
con razón o sin razón;
tú tienes obligación
120
de procurar mi reposo.
Pierda yo aquesta sospecha,
o tú perderás la vida.
CONDE
Esa será bien perdida,
si a tu servicio aprovecha.
125
¿Mándasme que desde aquí
no la hable ni la vea?
PRÍNCIPE
Más firme quiero sea
asegurarme de ti.
CONDE
Pues dime tu voluntad.
PRÍNCIPE
130
Conviene a mi desengaño,
Conde, que por todo un año
te ausentes de la ciudad.
Vete a tu tierra en buena hora,
que estás pobre, y será bien
135
que dejes la corte a quien
comienza a gastar ahora.
Ya has mostrado bien quién eres;
a mi padre has obligado
con hombres acreditado,
140
adorado de mujeres.
Descansa un año siquiera;
cuelga la espada dorada,
hacé un arrimo o cayada
de alguna caña ligera;
145
y con esto, si aprovecha
el ponerlo yo a mi cuenta,
crecerá tu estado y renta
y menguará mi sospecha.
CONDE
Si atento solo a mi bien
150
ese consejo me dieras,
ya pudiera ser que fueras
obedecido también;
mas, como el tiempo procuras
para quererme hacer daño,
155
he conocido el engaño
con que matas y aseguras.
Príncipe, con justa ley
tienes poder para honrarme;
mas no para desterrarme,
160
que aún ahora no eres rey.
Conténtate que no vea
ni hable a Celia jamás.
PRÍNCIPE
Loco y atrevido estás,
y es fuerza que yo lo sea.
165
¿No bastaba ser mi gusto,
sin que haya ley que lo impida,
y el no quitarte la vida
por el pasado disgusto,
infame, vil, mal nacido,
170
traidor, cobarde sin ley?
CONDE
A no ser hijo de un rey,
yo te hubiera respondido.
Mas tu afrenta no es afrenta,
porque es la misma justicia,
175
aunque tu mucha malicia
tirano te representa;
que, si tú fueras mi igual,
cuerpo a cuerpo, yo te hiciera...
PRÍNCIPE
¿Qué hicieras?
CONDE
Lo que pudiera.
PRÍNCIPE
180
¿Qué pudieras?
CONDE
Mucho mal.
PRÍNCIPE
Y si yo fuera tu igual,
como yo no fuera hombre...
CONDE
Muchos tienen ese nombre,
y son mujeres.
PRÍNCIPE
¿Hay tal?
185
Ya estoy por bajarme a ser
quien eres, y ser tu igual,
no más que por ver el mal
que tú me puedes hacer.
CONDE
Prueba.
PRÍNCIPE
Digo que ya soy
190
tu igual y que no soy rey,
y que sujeto a la ley
como los demás estás estoy.
Mira ahora lo que quieres;
respóndeme, mal y bien.
CONDE
195
¿Ya no eres rey?
PRÍNCIPE
No.
CONDE
Pues ¿quién?
PRÍNCIPE
Un hombre como tú eres.
CONDE
¿Y dices que soy villano,
infame, vil y traidor?
PRÍNCIPE
Y que lo diré mejor
200
con esta espada en la mano.
CONDE
Pues en cuanto dices, mientes;
y recibe aqueste guante.
PRÍNCIPE
¿Habrá maldad semejante?
CRIADO 2.º
¡Muera, aparta!
CRIADO 1.º
¡No lo intentes!
PRÍNCIPE
205
¿Con las espadas desnudas
estáis delante de mí?
CRIADO 2.º
Verás, si pasas de aquí,
que tienen puntas agudas.
PRÍNCIPE
¿Cómo, al Príncipe?
CRIADO 1.º
Eso, no;
210
que tú propio has confesado
que eres nuestro igual.
VALERIO
Tú has dado
la ocasión.
PRÍNCIPE
[Vase el Conde y sus criados.]
Páguelo yo.
Envaina, Valerio amigo,
que algún día aquesta espada,
215
y aun luego, verás manchada
de sangre de mi enemigo.
¡Ah, traidor Conde, villano!
¡Ah, mal Conde!...
VALERIO
Aquesta afrenta
está, señor, a tu cuenta.
220
¡Muera el Conde!
PRÍNCIPE
¡Ah, falsa mano!
¡Vive Dios, que en este muro
estoy por quebrar la espada!
(Salen Celia, duquesa, y Teodora, su dama.)
DUQUESA
Bajo, Teodora, turbada,
que el sol me parece oscuro.
VALERIO
225
La Duquesa te ha sentido,
pues que sale de la huerta.
PRÍNCIPE
Como el que sueña y despierta
tengo, Valerio, el sentido.
DUQUESA
Príncipe, ¿qué espada es esta,
230
qué rigor, qué cuchilladas?
No están a verlas mostradas
paredes de dama honesta.
No es que aqueste buen indicio,
si esperaban mis paredes,
235
con vuestras muchas mercedes,
ser un eterno edificio.
¿Las piedras acuchilláis?
PRÍNCIPE
No es muero que sufre yedras,
y así, acuchillo las piedras
240
por ver si en ellas estáis;
que a mi grave pesadumbre
sois de pedernal tan fiero,
que aun es menester acero
para haceros saltar lumbre.
245
A Valerio le decía,
cuando en estas piedras daba,
que a más difícil entraba
amor donde amor no había;
y como el amor me fuerza,
250
ensayo mi libertad
a que, en vez de voluntad,
me aproveche de la fuerza.
DUQUESA
Según eso, no es amor
el que decís que tenéis.
PRÍNCIPE
255
Pues ¿cómo le llamaréis?
DUQUESA
Tema, locura, furor.
PRÍNCIPE
Bien al fuego que me quema
se pueden dar tales nombres.
DUQUESA
Bien digo yo de los hombres
260
que los más quieren por tema.
Resístese una mujer
de un hombre al primero ruego,
y cuanto procura luego
no es amar, sino vencer.
PRÍNCIPE
265
Nunca por sola porfía
de sujetaros, Duquesa,
he seguido aquesta empresa,
ni para llamaros mía;
sino porque el vivo fuego
270
que ahora me desatina,
para serviros me inclina,
y me abrasa, loco y ciego.
Este amor no fue elegido
como cosa accidental,
275
aunque ha sido tanto el mal,
que fuera mejor fingido.
Yo os amo, ¡y pluguiera a Dios
que este fuego que me quema
no fuera amor, sino tema,
280
y que venciérades vos!
Que yo os dejara amar,
como en mi mano estuviera
y más cuando alguno hubiera,
como ahora, en mi lugar.
DUQUESA
285
¿Alguno, Príncipe?
PRÍNCIPE
Alguno,
y más que yo, cuando menos,
que aunque soy bueno entre buenos,
soy para vos como ninguno.
DUQUESA
Mas, ¿quién es?
PRÍNCIPE
¿Quién es?
290
Quien próspero de favor
puso en el cielo su amor
y tiene un rey a los pies.
DUQUESA
¿El conde Próspero?
PRÍNCIPE
El Conde.
¿Para qué os hacéis de nuevas?
DUQUESA
295
No es negocio para pruebas,
pero mi valor responde.
Y alegara de mi parte
que ha de ser rayo del cielo
quien, fuera de ti, en el suelo,
300
me abrase y pueda agraviarte.
¡Qué león tan bravo y fiero,
qué Narciso tan hermoso,
qué príncipe poderoso,
o qué galán caballero?
305
Anda, que es impertinencia