El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón - Lope de Vega - E-Book

El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón E-Book

Лопе де Вега

0,0

Beschreibung

El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón es un texto teatral del autor Lope de Vega. Enmarcado en las llamadas "comedias de honor", escenifica el episodio histórico del Descubrimiento de América, si bien desde un punto crítico con respecto a la legitimidad de la llamada Conquista.-

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 88

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Lope de Vega

El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón

 

Saga

El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal ColónCopyright © 1964, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616798

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Elenco

CRISTÓBAL COLÓN BARTOLOMÉ COLÓN EL REY DE PORTUGAL DUQUE DE ALENCASTRE MAHOMED, rey de Granada DALIFA, mora ZELÍN, alcaide DUQUE DE MEDINACELI DUQUE DE MEDINASIDONIA GRAN CAPITÁN EL REY DON FERNANDO LA REINA DOÑA ISABEL PINZÓN, piloto ALONSO DE QUINTANILLA, contador mayor del Rey LA PROVIDENCIA LA IMAGINACIÓN LA RELIGIÓN CRISTIANA LA IDOLATRÍA UN DEMONIO TERRAZAS FRAY BUYL ARANA TACUANA, indio AUTÉ, indio DULCANQUELLÍN, indio PALCA, indio TAPIRAZÚ, indio MAREAMA, indio TECUE, indio [INDIOS] [UN PAJE] [OTRO PAJE]

Acto I

CRISTÓBAL COLÓN, BARTOLOMÉ COLÓN, su hermano, con unos papeles.

COLÓN

Desde aquí, hermano, podrás

a Ingalaterra partir,

y al rey Enrico hablarás.

 

BARTOLOMÉ

Pienso que te ha de admitir

5

este en cuyo reino estás,

porque al fin noticia tiene

que es lo que más te conviene

del nuevo mundo que enseñas.

 

COLÓN

La novedad de las señas

10

mis pensamientos detiene.

¿A quién le dirán, hermano,

que otro mundo, jamás visto,

prometo darle en la mano,

que no diga que conquisto

15

la esfera del viento vano?

Mil veces atrás me vuelvo,

y otras tantas me resuelvo

en estas temeridades;

en fábulas y verdades

20

mil pensamientos revuelvo.

Una secreta deidad

a que lo intente me impele,

diciéndome que es verdad,

que, en fin, que duerma o que vele,

25

persigue mi voluntad.

¿Qué es esto que ha entrado en mí?

¿Quién me lleva o mueve así?

¿Dónde voy? ¿Dónde camino?

¿Qué derrota, qué destino

30

sigo o me conduce aquí?

¡Un hombre pobre, y aun roto,

que así lo puedo decir,

y que vive de piloto,

quiere a este mundo añadir

35

otro mundo tan remoto!

Pero mi buen nacimiento,

de su humildad descontento

y de mi patria famosa,

Génova, insigne y dichosa,

40

el triangular fundamento

alientan el pecho hidalgo

a exceder al griego Euclides,

que si con mi intento salgo,

venzo la fama de Alcides

45

y más que sus hechos valgo.

 

BARTOLOMÉ

Espera, hermano, en el cielo,

que no sin causa ha movido

tus pensamientos y celo,

puesto que Dédalo has sido

50

en el arte y en el vuelo,

que no hayas miedo que el sol

tus altas alas derrita,

aunque toques su arrebol.

 

El REY DE PORTUGAL y el DUQUE DE ALENCASTRE, y CRIADOS.

REY

Grande empresa solicita.

55

¿Es por ventura español?

 

DUQUE

Aquí está, infórmate de él.

 

REY

¿Cuál es de los dos?

 

DUQUE

Aquel.

 

REY

¿Eres tú aquel nuevo Tales

que de aqueste mundo sales

60

para buscar otro en él?

 

COLÓN

Yo soy Cristóbal Colón,

alto rey de Lusitania.

Nací en Nervi, pobre aldea

de Génova, flor de Italia.

65

Ahora vivo en la isla

que de la Madera llaman,

adonde aportó un piloto,

huésped de mi humilde casa.

Este, de la mar perdido,

70

enfermo vino a tomarla

por hospital y por muerte,

por sepultura y posada.

Llegado al tránsito, pues,

de dar a su dueño el alma,

75

moviendo los dientes fríos,

la voz ya trémula y baja,

‟No tengo, Colón” me dijo,

‟Otro premio ni otra paga

de tu rica voluntad

80

y tu pobre mesa y cama,

si no son estos papeles,

que de marear son cartas,

en que van mis testamentos,

mis codicilos y mandas.

85

Estos son mis muebles todos;

raíces no hay que buscallas,

que todos son bienes muebles

cuantos de la mar se sacan.

Por el océano, pues,

90

de poniente caminaba,

cuando una tormenta fiera

mi seso y nave arrebata.

Sin norte, aguja ni tiento

por sus anchuras me pasa,

95

donde vi con propios ojos

nuevo cielo y tierras varias,

tales, que nunca los hombres

pensaron imaginarlas,

cuanto más que fueran vistas

100

y de nuestros pies tocadas.

La misma tormenta fiera

que allí me llevó sin alas,

casi por el mismo curso

dio conmigo vuelta a España.

105

No se vengó solamente

en los árboles y jarcias,

sino en mi vida, de suerte

que ya, como ves, se acaba.

Toma esas cartas y mira

110

si a tales empresas bastas,

que si Dios te da ventura,

segura tienes la fama.”

Dijo, y apretando el cuello,

de donde entonces colgaba

115

el alma, que ya salía,

cortó el hilo a las palabras.

Yo, que aunque pobre nací,

tengo para cosas altas

entendimiento y valor

120

–que aquí no es vil la alabanza–,

quiero, si me das favor,

de esta empresa temeraria,

de esta tierra nunca vista

ser el primero argonauta.

125

Iré a darte un nuevo mundo

que a Portugal rinda parias,

para tu gloria y aumento:

piedras, perlas, oro, plata.

Dame algunos portugueses,

130

naves, carabelas, zabras,

que yo romperé con ellos

las nunca tocadas aguas.

Serás señor del camino

que el sol más ardiente abrasa,

135

y la gente que le habita

haré que bese tus plantas.

 

REY

No sé cómo te he escuchado,

Colón, sin haber reído,

hasta el fin lo que has hablado;

140

el hombre más loco has sido

que el cielo ha visto y criado.

¡Un muerto con frenesí

te pudo mover así

con dos borrados papeles!

145

Si de engañar vivir sueles,

¿cómo te atreves a mí?

Los cosmógrafos famosos

en tres partes dividieron

la tierra, siempre estudiosos:

150

África, Asia, Europa fueron

sus nombres claros y hermosos.

Europa, la más pequeña,

de quien es cabeza Roma,

Francia, España, Italia enseña,

155

a Noruega y Creta doma,

y de Germania a Cerdeña.

África, de más decoro,

digo en grandeza y distrito,

dio a Cartago triunfo y lloro,

160

tiene a Libia, Etiopia, Egipto,

y desde el numidio al moro.

Asia, que a Troya solía

obedecer, a Albanía,

Persia y Media señorea,

165

a Palestina y Judea,

Citia, Arabia y Gedrosía.

Pero que tras estas partes,

halles más, yo no lo creo,

si no es que sus partes partes,

170

o de aquel gran Tolomeo

quieras exceder las artes.

Vete en buen hora. Procura

cura para tu locura;

no seas como alquimista,

175

lo que está visto conquista,

a lo que fue tu aventura.

No busques en lo imposible

–que perderás el juïcio–,

remedio cierto y posible,

180

ni por un corto resquicio

mires un mundo increíble.

Que con la luz de un farol

mal hallarás señas de él

en mapa ni estanterol,

185

que la raya de un papel

no es el camino del sol.

Ignorantes, de esa suerte

van a procurar su muerte,

y a los reyes inquietud.

 

DUQUE

190

No carece de virtud

ánimo tan alto y fuerte.

 

REY

Calla, Duque, ni aun oílla

es cosa a quien soy decente.

Vete, Colón, y en Castilla

195

–que se creen fácilmente–,

les cuenta esa maravilla,

que en Portugal no has de hallar

más crédito ni lugar.

 

El REY y el DUQUE se vayan.

COLÓN

Guarden los cielos tu vida.

200

Ya mi esperanza perdida,

del mar sale y vuelve al mar.

¿Qué haremos, Bartolomé?

 

BARTOLOMÉ

Luego al punto a Ingalaterra,

si gustas, me partiré.

 

COLÓN

205

Yo a Castilla, porque es tierra

a quien más amor cobré.

En Sanlúcar o en el Puerto

me hallarás entretenido,

si el Rey no acepta el concierto.

 

BARTOLOMÉ

210

Enrico Séptimo ha sido

siempre cosmógrafo experto,

y creo que ha de aceptar

esta empresa en su provecho.

 

COLÓN

Quisiera al de España hablar,

215

mas tiene que hacer, sospecho,

más en tierra que en la mar,

que la guerra de Granada

le trae bien ocupada

la persona, hacienda y gente,

220

y a la propia es más decente

que a la tierra imaginada.

Los dos duques de Medina,

Sidonia y Celi he de hablar.

 

BARTOLOMÉ

A embarcar te determina.

 

COLÓN

225

Ya, hermano, me tiembla el mar;

alguna cosa adivina.

 

Vanse. Salgan MAHOMED, REY CHICO de Granada, y DALIFA, y dos MÚSICOS, y MOROS de acompañamiento.

MAHOMED

Aquí gozarás mejor,

Dalifa, del fresco viento.

 

DALIFA

No importa poco al tormento

230

de tanto fuego de amor.

Aunque el viento que aquí corre,

como al alma ha de llegar,

si no es para descansar

de suspirar se socorre.

 

MAHOMED

235

Si aquí me tienes presente,

¿qué importa suspiros y aire?

¿O díceslo por donaire

del fuego que el alma siente?

Todo junto su elemento

240

no me puede refrescar,

que hasta el mismo suspirar

sale del fuego que siento.

 

DALIFA

El cuidado de la guerra

para amar te desocupa,

245

si de cristianos te ocupa

el rey Fernando la tierra.

 

MAHOMED

Bien dices, que para amarte,

Marte llaman su furor,

y para amarte es mejor

250

después que trato con Marte.

Cuanto más que bien sabrás

que en Chipre ese dios tan fuerte

le pudo rendir de suerte

Venus, que no lo fue más.

255

Confieso que el Rey cristiano

de mi Granada se antoja,

mas no por eso me enoja

su famosa espada y mano.

Y dame tú que mi tío

260

el Alhambra no tuviera,

y que aquesta ciudad fuera

de un dueño y de un señorío,

que yo la guardara de él,

que si alguna mengua ha habido

265

por ser reino dividido

ha llegado a verse en él.

Tengo solo el Albaicín,

y con tan pocos amigos,

que ya solo son testigos

270

de mi acelerado fin.

Bien que hasta ahora no llega

ni a vencellos ni a cansallos,

porque cinco mil caballos

andan corriendo la vega,

275

de los cuales cada día

recibe infinitos daños.

 

DALIFA

Guarde Alá tus pocos años,

y aumente tu monarquía,

que él se cansará este invierno

280

del cerco y de la esperanza,

pues que la mayor que alcanza

le ha dado el término eterno.

Aquí me quiero sentar,

aunque perdonen las flores.

 

MAHOMED

285

Mientras callan atambores,

bien podréis los dos cantar.

Que Alejandro así lo hacía

para entrar en la batalla.

 

DALIFA

La guerra y el viento calla

290

y suena esta fuente fría.

 

Canten, suene dentro un atambor, y salga ZELÍN, alcaide.

ZELÍN

¡Oh, valeroso Rey Chico,

para tus desdichas grande!

¿Ahora es tiempo de amiga,

que el enemigo combate?

295