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Lope de Vega fue uno de los autores más prolíficos del siglo XVII, el
Siglo de Oro español. Consiguió revolucionar el sector del teatro gracias a la publicación de su "
Arte nuevo de hacer comedias", un texto en el que reunía las nuevas reglas para escribir obras de teatro y que estaban más adaptas a los tiempos modernos. Una de las obras más conocidas del autor fue "El perro del hortelano", una pieza que hoy en día sigue teniendo un gran dinamismo y una fuerte actualidad.
"El perro del hortelano" es una comedia palatina que se publicó en el año 1618. El origen de esta obra proviene de la expresión castellana en la que se indica "Ser como el perro del hortelano, que no come ni deja de comer". Esta es la base de esta obra de Lope cuyo argumento versará sobre la condesa Diana, una mujer que no quiere a Teodoro pero al que tampoco deja estar con otras personas.
Se trata de una de las comedias más populares de este dramaturgo español y que hemos podido ver representadas múltiples veces en escenarios de teatro y, también, en el mundo del cine.
Diana, condesa de Belflor, descubre los amores entre su dama Marcela y su secretario Teodoro. Nada más consentir el compromiso, se siente atraída por Teodoro, y como no puede casarse con él, al ser de clase inferior, tampoco quiere que se case con Marcela. Teodoro aspira a convertirse en conde casándose con Diana, y es su criado Tristán quien le resuelve el problema, haciéndolo pasar por el hijo secuestrado del conde Ludovico. Así, las clases sociales se igualan y el matrimonio puede efectuarse.
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Veröffentlichungsjahr: 2024
EL PERRO DEL HORTELANO
DRAMATIS PERSONÆ
Acto I
Acto II
Acto III
Comedia Famosa El Perro del Hortelano.
Hablan en ella las personas siguientes.
DIANA, condesa de Belflor.
LEONIDO, criado.
EL CONDE FEDERICO.
ANTONELO, lacayo.
TEODORO, su secretario.
MARCELA, de su cámara.
DOROTEA, de su cámara.
ANARDA, de su cámara.
OTAVIO, su mayordomo.
FABIO, su gentilhombre.
EL CONDE LUDOVICO.
FURIO.
LIRANO.
TRISTÁN, lacayo.
RICARDO, marqués.
CELIO, criado.
CAMILO.
Salen TEODORO, con una capa guarnecida de noche, y TRISTÁN, criado. Vienen huyendo.
TEODORO
Huye, Tristán, por aquí.
TRISTÁN
Notable desdicha ha sido.
TEODORO
¿Si nos habrá conocido?
TRISTÁN
No sé; presumo que sí.
(Váyanse y entre tras ellos DIANA, condesa de Belflor.)
DIANA
¡Ah, gentilhombre! ¡Esperad! 5
¡Teneos! ¡Oíd! ¿Qué digo?
¿Esto se ha de usar conmigo?
Volved, mirad, escuchad.
¡Hola! ¿No hay aquí un crïado?
¡Hola! ¿No hay un hombre aquí? 10
Pues no es sombra lo que vi,
ni sueño que me ha burlado.
¡Hola! ¿Todos duermen ya?
(Sale FABIO, criado.)
FABIO
¿Llama vuestra señoría?
DIANA
Para la cólera mía 15
gusto esa flema me da.
Corred, necio, enhoramala,
pues merecéis este nombre,
y mirad quién es un hombre
que salió de aquesta sala. 20
FABIO
¿Desta sala?
DIANA
Caminad,
y responded con los pies.
FABIO
Voy tras él.
DIANA
Sabed quién es.
¿Hay tal traición, tal maldad?
(Sale OTAVIO.)
OTAVIO
Aunque su voz escuchaba, 25
a tal hora no creía
que era vuestra señoría
quien tan aprisa llamaba.
DIANA
¡Muy lindo santelmo hacéis!
¡Bien temprano os acostáis! 30
¡Con la flema que llegáis!
¡Qué despacio que os movéis!
Andan hombres en mi casa
a tal hora, y aun los siento
casi en mi propio aposento 35
(que no sé yo dónde pasa
tan grande insolencia, Otavio),
y vós, muy a lo escudero,
cuando yo me desespero,
¿ansí remediáis mi agravio? 40
OTAVIO
Aunque su voz escuchaba
a tal hora, no creía
que era vuestra señoría
quien tan aprisa llamaba.
DIANA
Volveos, que no soy yo; 45
acostaos, que os hará mal.
(Sale FABIO.)
OTAVIO
Señora…
FABIO
No he visto tal;
como un gavilán partió.
DIANA
¿Viste las señas?
FABIO
¿Qué señas?
DIANA
¿Una capa no llevaba 50
con oro?
FABIO
Cuando bajaba
la escalera…
DIANA
¡Hermosas dueñas
sois los hombres de mi casa!
FABIO
… a la lámpara tiró
el sombrero y la mató; 55
con esto, los patios pasa,
y en lo escuro del portal
saca la espada y camina.
DIANA
Vós sois muy lindo gallina.
FABIO
¿Qué querías?
DIANA
¡Pesia tal! 60
Cerrar con él y matalle.
OTAVIO
Si era hombre de valor,
¿fuera bien echar tu honor
desde el portal a la calle?
DIANA
De valor aquí, ¿por qué? 65
OTAVIO
¿Nadie en Nápoles te quiere
que, mientras casarse espere,
por donde puede te vee?
¿No hay mil señores que están,
para casarse contigo, 70
ciegos de amor? Pues bien digo
si tú le viste galán
y Fabio tirar, bajando,
a la lámpara el sombrero.
DIANA
Sin duda fue caballero 75
que, amando y solicitando,
vencerá con interés
mis crïados. ¡Qué crïados
tengo, Otavio, tan honrados!
Pero yo sabré quién es: 80
plumas llevaba el sombrero
y en la escalera ha de estar.
Ve por él.
FABIO
¿Si le he de hallar?
DIANA
¡Pues claro está, majadero!
Que no había de bajarse 85
por él cuando huyendo fue.
FABIO
Luz, señora, llevaré.
DIANA
Si ello viene a averiguarse,
no me ha de quedar culpado
en casa.
OTAVIO
Muy bien harás, 90
pues, cuando segura estás,
te han puesto en este cuidado,
pero aunque es bachillería,
y más estando enojada,
hablarte en lo que te enfada, 95
esta tu injusta porfía
de no te querer casar
causa tantos desatinos,
solicitando caminos
que te obligasen a amar. 100
DIANA
¿Sabéis vós alguna cosa?
OTAVIO
Yo, señora, no sé más
de que en opinión estás
de incasable, cuanto hermosa.
El condado de Belflor 105
pone a muchos en cuidado.
(Sale FABIO.)
FABIO
Con el sombrero he topado,
mas no puede ser peor.
DIANA
Muestra. ¿Qué es esto?
FABIO
No sé.
Este aquel galán tiró. 110
DIANA
¿Este?
OTAVIO
No le he visto yo
más sucio.
FABIO
Pues este fue.
DIANA
¿Este hallaste?
FABIO
¿Pues yo había
de engañarte?
OTAVIO
Buenas son
las plumas.
FABIO
Él es ladrón. 115
OTAVIO
Sin duda a robar venía.
DIANA
Hareisme perder el seso.
FABIO
Este sombrero tiró.
DIANA
Pues las plumas que vi yo,
y tantas que aun era exceso, 120
¿en esto se resolvieron?
FABIO
Como en la lámpara dio,
sin duda se las quemó
y como estopas ardieron.
¿Ícaro al sol no subía 125
que, abrasándose las plumas,
cayó en las blancas espumas
del mar? Pues esto sería.
El sol la lámpara fue,
Ícaro el sombrero, y luego 130
las plumas deshizo el fuego
y en la escalera le hallé.
DIANA
No estoy para burlas, Fabio;
hay aquí mucho que hacer.
OTAVIO
Tiempo habrá para saber 135
la verdad.
DIANA
¿Qué tiempo, Otavio?
OTAVIO
Duerme agora, que mañana
lo puedes averiguar.
DIANA
No me tengo de acostar,
no, ¡por vida de Dïana!, 140
hasta saber lo que ha sido.
Llama esas mujeres todas.
OTAVIO
Muy bien la noche acomodas.
DIANA
Del sueño, Otavio, me olvido
con el cuidado de ver 145
un hombre dentro en mi casa.
OTAVIO
Saber después lo que pasa
fuera discreción, y hacer
secreta averiguación.
DIANA
Sois, Otavio, muy discreto, 150
que dormir sobre un secreto
es notable discreción.
(Sale[n] FABIO, DOROTEA, MARCELA, ANARDA.)
FABIO
Las que importan he traído,
que las damas no sabrán
lo que deseas, y están 155
rindiendo al sueño el sentido.
Las de tu cámara solas
estaban por acostar.
ANARDA
De noche se altera el mar
y se enfurecen las olas. 160
FABIO
¿Quieres quedar sola?
DIANA
Sí,
salíos los dos allá.
FABIO
¡Bravo examen!
OTAVIO
Loca está.
FABIO
Y sospechosa de mí.
[Vanse.]
DIANA
Llégate aquí, Dorotea. 165
DOROTEA
¿Qué manda vuseñoría?
DIANA
Que me dijeses querría
quién esta calle pasea.
DOROTEA
Señora, el marqués Ricardo,
y algunas veces el conde 170
Paris.
DIANA
La verdad responde
de lo que decirte aguardo
si quieres tener remedio.
DOROTEA
¿Qué te puedo yo negar?
DIANA
¿Con quién los has visto hablar? 175
DOROTEA
Si me pusieses en medio
de mil llamas, no podré
decir que, fuera de ti,
hablar con nadie los vi
que en aquesta casa esté. 180
DIANA
¿No te han dado algún papel?
¿Ningún paje ha entrado aquí?
DOROTEA
Jamás.
DIANA
Apártate allí.
MARCELA
¡Brava inquisición!
ANARDA
Crüel.
DIANA
Oye, Anarda.
ANARDA
¿Qué me mandas? 185
DIANA
¿Qué hombre es este que salió?
ANARDA
¿Hombre?
DIANA
Desta sala, y yo
sé los pasos en que andas.
¿Quién le trajo a que me viese?
¿Con quién habla de vosotras? 190
ANARDA
No creas tú que en nosotras
tal atrevimiento hubiese.
¿Hombre, para verte a ti,
había de osar traer
crïada tuya, ni hacer 195
esa traición contra ti?
No, señora, no lo entiendes.
DIANA
Espera, apártate más,
porque a sospechar me das,
si engañarme no pretendes, 200
que por alguna crïada
este hombre ha entrado aquí.
ANARDA
El verte, señora, ansí,
y justamente enojada,
dejada toda cautela 205
me obliga a decir verdad,
aunque contra el amistad
que profeso con Marcela.
Ella tiene a un hombre amor
y él se le tiene también, 210
mas nunca he sabido quién.
DIANA
Negarlo, Anarda, es error.
Ya que confiesas lo más,
¿para qué [m]e niegas lo menos?
ANARDA
Para secretos ajenos 215
mucho tormento me das
sabiendo que soy mujer,
mas basta que hayas sabido
que por Marcela ha venido.
Bien te puedes recoger, 220
que es solo conversación
y ha poco que se comienza.
DIANA
¿Hay tan crüel desvergüenza?
¡Buena andará la opinión
de una mujer por casar! 225
¡Por el siglo, infame gente,
del Conde mi señor…!
ANARDA
Tente,
y déjame disculpar,
que no es de fuera de casa
el hombre que habla con ella, 230
ni para venir a vella
por esos peligros pasa.
DIANA
En efeto ¿es mi crïado?
ANARDA
Sí, señora.
DIANA
¿Quién?
ANARDA
Teodoro.
DIANA
¿El secretario?
ANARDA
Yo ignoro 235
lo demás; sé que han hablado.
DIANA
Retírate, Anarda, allí.
ANARDA
Muestra aquí tu entendimiento.
DIANA