Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
El pretendiente al revés es una de las comedias más destacadas de Tirso de Molina, uno de los grandes dramaturgos del Siglo de Oro español. La obra combina el análisis psicológico de los personajes con la intriga y el humor, características que son típicas de la comedia española de esta época. La trama se centra en el personaje del Duque, quien posee una personalidad compleja y enigmática, que lo lleva a manipular a los demás personajes con su astucia. Su esposa, que es objeto de su manipulación, es otro personaje muy bien desarrollado, cuyas reacciones y emociones son descritas con gran detalle. Además de la profundidad psicológica de los personajes, la obra también destaca por su utilización de elementos típicos de la comedia villanesca, un subgénero que se caracteriza por su enfoque en las costumbres y los personajes rústicos o populares. Esta combinación de elementos villanescos con la trama de intriga y la profundidad psicológica de los personajes hace de El pretendiente al revés una de las obras más interesantes y complejas de Tirso de Molina.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 112
Veröffentlichungsjahr: 2010
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Tirso de Molina
El pretendiente al revés
Barcelona 2024
Linkgua-ediciones.com
Título original: El pretendiente al revés.
© 2024, Red ediciones S.L.
e-mail: info@linkgua-ediciones.com
Diseño de cubierta: Michel Mallard.
ISBN tapa dura: 978-84-1126-332-0.
ISBN rústica: 978-84-9816-502-9.
ISBN ebook: 978-84-9897-246-7.
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.
Créditos 4
Brevísima presentación 7
La vida 7
Personajes 8
Jornada primera 9
Jornada segunda 73
Jornada tercera 117
Libros a la carta 165
Tirso de Molina (Madrid, 1583-Almazán, Soria, 1648). España.
Se dice que era hijo bastardo del duque de Osuna, pero otros lo niegan. Se sabe poco de su vida hasta su ingreso como novicio en la Orden mercedaria en 1600 y su profesión al año siguiente en Guadalajara. Parece que había escrito comedias, al tiempo que viajaba por Galicia y Portugal. En 1614 sufrió su primer destierro de la corte por sus sátiras contra la nobleza. Dos años más tarde fue enviado a la Hispaniola (actual República Dominicana), regresó en 1618. Su vocación artística y su actitud contraria a los cenáculos culteranos no facilitó sus relaciones con las autoridades. En 1625, el Concejo de Castilla lo amonestó por escribir comedias y le prohibió volver a hacerlo bajo amenaza de excomunión. Desde entonces solo escribió tres nuevas piezas y consagró el resto de su vida a las tareas de la orden.
El pretendiente al revés, tiene caracteres peculiares, como el del duque de Bretaña —con una artificiosa y compleja psicología—, un minucioso desarrollo del personaje de Leonora, su esposa, y un interesante uso de elementos villanescos, derivados del argumento.
El Duque de Bretaña
Leonora, duquesa de Bretaña
Enrique, duque de Borgoña
Sirena, dama
Carlos, caballero
Floro, caballero
Ludovico, caballero
Guargueros, sacristán
Niso, barbero
Corbato, alcalde, pastor viejo
Carmenio, pastor
Peinado, pastor
Tirso, pastor
Celauro, pastor
Mengo, pastor
Clori, pastora
Fenisa, pastora
Torilda, pastora
Dos pajes
Una Dama
Pastores
(Salen Carmenio, Celauro y Torilda, cantando y bailando, y Tirso y otros pastores con ellos.)
Todos Buenas eran las azucenas;
mas las clavellinas eran más buenas.
Uno Si las rosas eran lindas,
lindas son las maravillas,
mejores las clavellinas,
olorosas las mosquelas.
Todos Buenas eran las azucenas;
mas las clavellinas eran más buenas.
Uno Verde estaba el toronjil,
el mastuerzo y perejil,
y más verde por abril
el poleo y la verbena.
Todos Buenas eran las azucenas;
mas las clavellinas eran más buenas.
Carmenio ¿Venimos tarde o temprano?
Celauro Buena hora pienso que es;
que agora raya las tres
del reloj del Sol la mano,
y el cura hisopaba ya,
señal que acabado había
las vísperas.
Torilda ¡Lindo día!
Tirso Es San Juan. ¿Qué no tendrá?
Poca gente ha de venir
hoy al baile.
Torilda Han madrugado,
y estará el pueblo cansado,
sin hartarse de dormir;
que las tardes de San Juan
siempre son tan dormidoras,
como son madrugadoras
las mañanas.
Celauro Aquí están
con tal silencio en palacio,
que nadie nos ha sentido.
Carmenio Habrán a las dos comido,
y descansarán despacio.
Tirso ¡Mal hemos hecho en armar
hoy el baile acostumbrado,
que es, en fin, día cansado.
Carmenio ¡Bueno es eso! Por bailar
no comerá una mujer
ni dormirá en todo un año.
Torilda Claro está de cualquier daño
la culpa hemos de tener.
Carmenio ¿Si saldrá a vernos Sirena
como acostumbra?
Celauro ¿Pues no?
¿Cuándo de alegrar dejó
nuestra fiesta, estando buena?
Tirso Para ser tan principal,
y, en fin, dueño del aldea,
su conversacián recrea
desde la seda al sayal.
¿Hay señora más afable?
Carmenio Muestra al menos que es posible
ser grave y ser apacible,
ser ilustre y conversable.
Celauro Pardiez, ella es buena moza.
¡Venturoso el desposado
que ha de comer tal bocado!
Tirso Poco el amor la retoza.
No se casará tan presto;
que en fe de su libertad,
ha dejado la ciudad,
y en el ejercicio honesto
de esta aldea, gozar deja
sin sospechas su edad verde.
Carmenio El tiempo que agora pierde,
llorará cuando sea vieja.
Pero volved a cantar,
porque si duerme la siesta,
despierte, y salga a la fiesta;
que es ya hora de bailar.
(Cantan.)
Todos Buenas eran las azucenas;
mas las clavellinas eran más buenas.
(Sale Sirena.)
Sirena Tan buena es vuesa venida
como la música es buena.
Tirso A ser la vuesa, Sirena,
pudiera ser que dormida
la gente, se descuidara
de los alegres extremos
que el día de fiesta hacemos
en vuesa casa, y tardara
de venir al baile.
Sirena ¡Bueno!
Eso es decir que he dormido
mucho, y que tarde he salido.
Celauro Por, San Juan, el campo ameno
dilata a la tarde el sueño
que por la mañana agrada;
pero no valemos nada
sin vos, que sois nueso dueño
y llama el amor tardanza
a lo que aun no es dilación.
Sirena Merécelo mi afición.
(Salen Niso y Clori.)
Niso Por adónde va la danza
Iba el otro pescudando
el Corpus, después que había
día y medio que dormía;
y yo le voy imitando,
porque si no me despierta
Clori, hoy se hace sin mí
la fiesta.
Carmenio Sentaos aquí,
Niso, mientras se concierta
el baile.
Celauro Presto los dos
os pareáis.
Carmenio Siempre quiero
tener contento al barbero.
Como lo sois, Niso, vos,
gusto andar a vueso lado,
y contentaros codicio.
Niso ¿Por barbero?
Carmenio Es vueso oficio
peligroso y delicado.
Anda puesta en vuesa mano
la vida, y si se os encaja,
al tumbo de una navaja
podéis tumbar un cristiano
Niso Y aun por aquesa razón
Dionisio, que no fiaba
de barberos, se quemaba
la barba con un tizón
a un espejo, pelo a pelo.
Celauro Ése lo más tenía andado
para puerco chamuscado.
Niso ¡Ved lo que puede un recelo!
Torilda ¡Y lo que un barbero sabe!
No dejará de encajar
su historia en cada lugar,
por cuanto hay.
Clori Cuando se alabe
de leído, hacerlo pudo;
que no es mucho, quien intenta
aguzar siempre herramienta,
que de aguzar quede agudo.
Tirso Si el discreto en cualquier parte
dicen que parte un cabello,
¿qué mucho que venga a sello
quien tantos cabellos parte?
Torilda Todo barbero es picudo.
Celauro Unos imposibles vi
ayer, y entre ellos leí
pedir un barbero mudo.
Niso No hablo mucho, pues consiento,
callando, tanto picón.
Sirena Niso ha tenido razón.
Déjenle y muden de intento.
(Salen Corbato y Fenisa.)
Corbato Salve y guarde.
Sirena Bien venido,
alcalde. ¿Cómo tan tarde?
Corbato ¡Oh señora! Dios la guarde,
y dé un famoso marido.
Pardiez, que hemos arrendado
unos prados del concejo;
pujólos Antón Bermejo,
y picóse Bras Delgado.
Volvió a pujarlos más;
y emberrinchéddose Antón,
pególes otro empujón.
Pujó cuatro regles Bras;
y a tal la puja los trujo,
que aunque los llevó Delgado,
creo, según han pujado,
que quedan ambos con pujo.
Tirso No ha gastado el tiempo en balde.
Clori Ni se ha empezado a bailar.
Sirena Denle al alcalde lugar.
Celauro Asiéntese aquí el alcalde.
Sirena Fenisa.
Fenisa ¿Señora mía?
Sirena Triste venís, ¿qué tenéis?
Fenisa Porque la fiesta no agüéis
ni el baile de aqueste día,
aunque me afrija y me aburra,
no he de decir lo que ha habido.
Sirena Por amor de mí, ¿qué ha sido?
Fenisa Movió habrá un hora mi burra.
Ya su merced la conoce,
la mohína...
Sirena Bien está.
Fenisa ...que cuando al molino va,
no hay burro que no reoce.
Unos dicen que de ojo,
porque era linda criatura;
pero yo me atengo al cura,
que dice que fue de antojo.
Sirena ¿De antojo?
Fenisa Como lo pinto.
Sirena ¿Y fue el antojo?
Fenisa Creo yo,
que porque almorzar me vio
dos sopas en vino tinto;
porque rebuznó al momento
y sé yo que come bien
sopas en vino también.
Ella, en fin, movió un jumento
con su cola y con hocico
tan acomodado y bello
que si se lo cuelga al cuello
su merced, no habrá borrico
que tras ella no se vaya.
Sirena El presente es de estimar.
Fenisa Hoy juré de no bailar.
Sirena Jura mala en piedra caya.
Fenisa Y más en tocando Gil;
que si va a decir verdá,
a cada golpe que da,
me retoza el tamboril.
(Sale Guargueros.)
Guargueros ¿La fiesta se hace sin mí?
Corbato ¿Qué fiesta hay sin sacristán?
Sirena ¡Y más, fiesta de San Juan!
Guargueros ¡Oh señora! ¿Vos aquí?
Los cielos salud os den,
larga vida, honra y provecho,
y un esposo hecho y derecho,
per omnia secula, amén
Sirena Dios os de lo que deseáis,
Guargueros.
Fenisa Serán entierros.
Tirso Aqueso no, doyle a perros.
Guargueros A lo menos que paráis
de dos en dos los infantes
las mujeres de esta aldea
el sacristán os desea
y os caséis antes con antes
que es desearos lo mismo
porque no hay melancolía
ni pariente pobre el día
que es de boda o bautismo.
Niso ¿Que hay de bodigos, Guargueros?
Guargueros Bueno ha estado el pie de altar.
Sirena ¿Qué hace el cura?
Guargueros Repasar
antífonas y dineros,
con unos antojos viejos
y un sombrero con más grasa
que el arroz que hacéis en casa.
Ha dado en criar conejos,
y va a verlos al corral,
donde tal vez, si se enoja,
el báculo les arroja
y al que alcanza por su mal,
le sentencia al asador;
y a un salmorejo que el ama
hace, con que la sed brama,
hasta que aplaque el calor
un sabroso ojo de gallo
que saltando con pies rojos,
se quiere entrar por los ojos.
Sirena ¡Qué bien sabéis alaballo!
Guargueros Harto mejor sé beberlo.
Celauro ¡Linda vida rompe un cura!
Guargueros Es regalada y segura.
No me muera yo hasta serlo.
Niso ¿Hemos de jugar un rato?
Guargueros Ajedrez no, damas sí.
Niso Vaya, pues, sentaos aquí,
Torilda Juego donde no hay barato
no es bueno.
Niso Venga el tablero.
Sirena ¡Qué ordinaro es cada vez
jugar damas o ajedrez
un sacristán y un barbero!
Guargueros Un peón me habéis de dar
y tablas.
Niso Aqueso no,
media pieza os daré yo.
Guargueros Las tablas quiero soltar,
y dadme la pieza entera.
Niso Vaya, y no os quejéis de mí.
Corbato ¿Qué hacéis los demás aquí?
Echemos el pesar fuera.
¿Hay naipes?
Celauro Donde yo estoy,
¿pueden faltar?
Carmenio Claro es.
Corbato Juguemos los cuatro, pues.
Tirso ¿Qué juego?
Corbato Flor, o rentoy.
Celauro Va al rentoy. Tended la capa.
Carmenio Dos contra dos.
Corbato Claro está.
Celauro Carmenio, pasaos acá.
Tirso ¿Juega bien?
Celauro Mejor que el papa.
(Juegan a las damas Guargueros y Niso, y sobre una capa en el suelo, Corbato, Celauro, Carmenio y Tirso, y A otra parte, alrededor de Sirena que está en una silla, sentadas en el suelo parlan Torilda, Clori y Fenisa.)
Sirena Clori, ¿cómo va de tela?
Clori Ya está empezada a tejer.
Sirena ¿Es delgada?
Clori ¿Qué ha de ser
si, como murió mi abuela,
no me ha vagado el hilar
y así saldrá poca y gruesa.
Sirena De vuestros males me pesa.
Está bueno el palomar,
Fenisa?
Fenisa Hay poca alcarceña,
y culebras y estorninos
me comen los palominos.
Sirena ¿Qué, no hay ganancia?
Fenisa Pequeña.
Niso Coma vuesarcé esa dama,
comeréle cuatro yo.
Guargueros ¡Par Dios que me la pegó!
Sirena ¿Y el niño, Torilda?
Torilda A un ama
le he dado, señora mía;
que yo crío al de un marqués.
Sirena Mal hacéis.
Torilda El interés,
y el dar leche a un señoría
de quien espero favor,
hace que a mi hijo olvide.
Sirena No es madre aquella que impide
con interés el amor.
Clori, ¿tenéis muchos gansos?
Clori Gansos y pavos, señora,
he dado en criar agora.
Sirena Provechosos son y mansos.
¿Qué tantos tendréis?
Clori Tendré
como obra de dos docenas.
Corbato Rentoy.
Celauro ¿Tenéis cartas buenas?
Carmenio Así, así.
Corbato Rentoy.
Carmenio ¿Querré?
Celauro Sí.
Carmenio Pues quiérole...
Corbato Perder.
Celauro La malilla.
Corbato Rendivuy.
Carmenio Non rendire, permanfuy;
que aun otro luego ha de haber.
(Dentro.)
Carlos Tené este estribo.
Sirena Éste es
Carlos.
Fenisa Ya yo me espantaba
que nuestra fiesta olvidaba.
(Sale Carlos y levántanse todos.)
Celauro Quédese para después
el juego.
Carlos ¡Prima, Sirena!
Sirena Ya yo, Carlos, os quería
acusar la rebeldía.
Carlos Sin culpa fuera esa pena.
Sirena ¿Sin culpa, día de San Juan,
y mi primo estar sin ver
a quien por sola y mujer,
los que en este pueblo están
vienen a hacer compañía?
Carlos Unas cartas de importancia
que he despachado al de Francia,
envidiosas, prima mía,
del gusto que tengo en veros,
el tiempo me han ocupado.
¡Oh Tirso, oh alcalde honrado!
¡Niso, Carmenio, Guargueros,
Clori, Torilda, Fenisa!
Donde vosotros estáis,
¿qué falta un mi ausencia halláis?
Corbato Por Dios que es cosa de risa
la fiesta y conversación
do no está su señoría.
Fenisa Sin él la mejor es fría.
Carlos Todo es pagar mi afición.
Ea, vuélvanse a poner
los bolos en su lugar.
Volveos todos a sentar,
a jugar y entretener.
(Se vuelven á sentar como estaban primero, menos las pastoras, que se apartan de Sirena, la cual habla con Carlos, silla a silla.)
Tirso Pardiez, pues nos da licencia,
que hemos de acabar un juego.
Carlos Jugad, y báilese luego.
Guargueros Yo he perdido la paciencia,
Y he de ver si aquesta vez
la desquito
Carlos ¿Qué es, Guargueros?
¿Habéis menester dineros?
Guargueros Pocos gasta el ajedrez;
mas se juega por la honrilla.
Yo agradezco la merced.
Niso Entable vuesa merced.
Carmenio
Tausende von E-Books und Hörbücher
Ihre Zahl wächst ständig und Sie haben eine Fixpreisgarantie.
Sie haben über uns geschrieben: