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El príncipe inocente es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso a causa de celos que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo, en este caso articulada en torno a la historia de Torcato, un príncipe criado como labrador que descubre su herencia por derecho de nacimiento y trama un plan para eliminar al usurpador del trono.
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Seitenzahl: 83
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Saga
El príncipe inocenteCopyright © 1762, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616842
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Salen Alejandro, príncipe de Frisia, Tacio, criado, con botas y espuelas.
ALEJANDRO
En fin, ¿es Cleves aquesta?
TACIO
Así parece, señor
ALEJANDRO
No he visto ciudad mejor
ni en mejor asiento puesta
5
Entristéceme mirarla
por la que dejo perdida.
TACIO
¡Qué bien está guarnecida
de este lienzo de muralla!
¡Qué de torres que compiten
10
con las estrellas se ven!
ALEJANDRO
Todas me parecen bien,
todas mis males repiten.
De mi querida Burgrave,
Tacio amigo, se me acuerda.
TACIO
15
No es consuelo que se pierda
para que solo se alabe.
Lo que bien te ha parecido
este gallardo lugar,
más ánimo te ha de dar
20
para cobrar lo perdido.
ALEJANDRO
Triunfe el suecio arrogante
que me ha quitado mi reino,
que en mí mismo valor reino
al que perdí semejante;
25
que mientras el corazón
aqueste valor sustenta,
el cobrar está a su cuenta
lo que ha perdido a traición.
¿Hemos llegado a palacio?
TACIO
30
El edificio es indicio.
ALEJANDRO
Pues a fe que es edificio
para mirarse despacio.
TACIO
Coríntica es la portada
y dóricas las columnas.
ALEJANDRO
35
Y del ventanaje algunas.
TACIO
El fron[t]ispicio me agrada.
ALEJANDRO
¿Sabes tú de Arquitectura?
TACIO
Lo que Vitrubio no sabe.
ALEJANDRO
¿Cuál es de estos arquitrabe?
(Los dos se embebezcan en esto, y salgan dos cazadores.)
PRIMERO
40
Es caza menos segura,
pero, en efecto, ya es gusto
del Duque.
SEGUNDO
No hay disputar
de gustos, pero ha de dar
el suyo mucho disgusto.
45
Con dos mujeres intenta
ir a caza de leones.
PRIMERO
Tales son sus condiciones.
SEGUNDO
Sus hermosuras afrenta.
¡Ay del pobre que ha de ir
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con un venablo y a pie,
y donde el Duque le ve,
que es imposible el huir!
PRIMERO
Pues por cuanto el Duque tiene,
no me pondré en ocación
55
de que me mate un león.
SEGUNDO
¿Qué gente es esta que viene?
PRIMERO
De camino y caballeros.
ALEJANDRO
Sin duda son cazadores.
¿Qué hace el Duque, mis señores?
60
Entrambos son estranjeros.
PRIMERO
Señor, estase vistiendo,
que quiere a caza salir.
SEGUNDO
Ya se acaba de vestir;
caballo estaba pidiendo.
65
Si queréis entrarle a ver,
hallareisle en el patín.
ALEJANDRO
Tacio, hablémosle, que en fin,
tarde o temprano ha de ser.
Suplícoos que nos guieis,
70
señores, porque le hablemos.
PRIMERO
Poco servicio os haremos,
que mucho más merecéis.
(Vanse, y salgan HIPÓLITA y ROSIMUNDA, hijas del DUQUE.)
HIPÓLITA
Aunque el Duque lo mandara,
por nadie en el mundo fuera,
75
y solo tu gusto hiciera
que mi voluntad forzara.
Ya sabes que ha muchos días
que me traen como loca,
aunque con causa bien poca,
80
aquestas melancolías.
¿Piensas que yo he de gustar
de ver matar un león?
ROSIMUNDA
No es pequeña obligación
la que me quieres cargar.
85
Con todo, te lo agradezco,
por no ir sola esta jornada,
que soy del Duque mandada,
que como a padre obedezco;
y porque si voy contigo
90
enfadada del cazar,
podemos las dos hablar
de aquel tu ausente enemigo.
HIPÓLITA
Con eso que me dijeras
y del Príncipe me hablaras,
95
por mil Libias me llevaras,
llenas de víboras fieras.
¡Ay, costosos pensamientos
de un engaño imaginados,
al fin en viento fundados
100
para que os lleven los vientos!
ROSIMUNDA
No dices poca verdad,
pues ha engendrado la fama
toda la amorosa llama
que abrasa tu voluntad.
105
Pensamientos son perdidos
y mal sufridos enojos,
que amor que entra por los ojos
te mate por los oídos.
HIPÓLITA
¿No ves que es tan alto el bien
110
que de Alejandro me cuentan,
que a mis ojos representan,
vivo, aquello que no ven?
Y así, en la imaginación
un Alejandro he formado
115
a quien adoro y he dado
lo mejor del corazón;
y fuera de lo que es trato,
su hermosura y majestad
ha firmado por verdad
120
su verdadero retrato.
ROSIMUNDA
¿Hasle tú visto?
HIPÓLITA
Pues no.
ROSIMUNDA
¿Quién [y] cómo te lo han dado?
HIPÓLITA
A Dacia envié un criado
que al vivo le retrató.
ROSIMUNDA
125
Muestra a ver, ¿tiénesle ahí?
HIPÓLITA
No lo permitan los cielos.
ROSIMUNDA
¿Por qué?
HIPÓLITA
Porque tengo celos.
ROSIMUNDA
¿De mí, Hipólita?
HIPÓLITA
De ti.
ROSIMUNDA
Pues si de mí estás celosa,
130
¿de la luna lo estarás?
HIPÓLITA
Déjame, que me los das
de verte tan deseosa.
ROSIMUNDA
Las mangas te he de mirar.
Por fuerza le pienso ver.
HIPÓLITA
135
Déjame, ¿quiéresme hacer
de celos desesperar?
UN PAJE
¡Paso!, que viene Fabricio.
ROSIMUNDA
¿Qué es eso, paje?
PAJE
Aquí viene
el Duque mi señor.
ROSIMUNDA
Tiene
140
de enfadarnos siempre oficio.
Vendrá a ver si estás vestida,
qué color y de qué modo.
HIPÓLITA
Gusta de saberlo todo;
prolijidad nunca oída.
PAJE
145
Con él viene un caballero
que ha llegado de camino.
HIPÓLITA
¿Es extranjero?
PAJE
Imagino
que es un príncipe extranjero.
ROSIMUNDA
¿Príncipe?
PAJE
De Frisia, dicen,
150
y que también lo es de Dacia.
Un hombre de buena gracia;
cuantos le ven, le bendicen.
HIPÓLITA
¡Válgame Apolo, y qué nueva
tan peregrina y extraña!
ROSIMUNDA
155
Creo que el paje se engaña.
PAJE
Pues remítome a la prueba.
(Salen el DUQUE DE CLEVES, ALEJANDRO, Prínci[p]e, TACIO, y cazador[es].)
DUQUE
No os puedo hacer otro mayor regalo,
Príncipe invicto, que al presente exceda.
ALEJANDRO
Por sin igual, con el mayor le igualo.
DUQUE
160
Aquestas son mis hijas.
ALEJANDRO
Ya no queda
otro que me podáis hacer tan grande;
dadme licencia de que hablarlas pueda.
HIPÓLITA
No me dejes, hermana, que desmande
el corazón alegre.
ROSIMUNDA
No me pidas
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que en ocación tan justa se lo mande.
ALEJANDRO
Prospere el alto cielo v[uest]ras vidas,
después de haberos dado las coronas
por tan inmensas partes merecidas.
ROSIMUNDA
Álcese V[uest]ra Alteza, que a personas
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de más humilde estado no es decente.
Con gran razón su gentileza abonas.
ALEJANDRO
No juzgo yo, que ahora estoy presente,
a cosa humana que nació en el suelo,
ni v[uest]ro estado miro solamente,
175
que del primero y del tercero cielo
a Diana y a Venus imagino
pisar la tierra con humano velo.
ROSIMUNDA
Vos, con mucha razón, fuérades digno
de aquese pensamiento, pareciendo
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en forma humana a Júpiter divino;
y no haya más que os estaréis riendo
por habernos cogido descuidadas.
ALEJANDRO
Antes me admira más lo que estoy viendo,
pues he visto las gracias enlazadas
185
todas en vos y en v[uest]ra hermana bella,
de vencedoras palmas coronadas.
HIPÓLITA
Eso todo, Señor, decid por ella,
que yo soy sombra suya.
ALEJANDRO
¡Y qué tal sombra!
Dichoso aquel que se cubriera de ella.
HIPÓLITA
190
No en valde el mundo, por famoso, os nombra;
iguales son en vos tantos extremos,
admira el talle y el ingenio asombra.
DUQUE
Ahora bien, por la prisa que tenemos,
cumplimientos se queden excusados,
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y en lo que fuere de importancia hablem[os].
Hijas, humildes son v[uest]ros estados
para tan grande Príncipe, que apenas
pueden aposentar a sus criados;
pero las almas de riqueza llenas,
200
jamás entre los nobles despreciadas,
le ofrecen estas míseras almenas,
que por estar las suyas derribadas
del enemigo, que con falsa guerra
las tiene, a su pesar, tiranizadas,
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las puede recibir por propia tierra,
mientras se venga del cruel tirano
que de su amado reino le destierra.
Yo, por hijo, vosotras por hermano,
desde ahora, Señor, os recibimos.
ALEJANDRO
210
Dadme esos pies, que por señor os gano.
DUQUE
Antes los brazos, que es razón pedimos
y demos luego en regalaros traza,
pues más que todos venturosos fuimos.
Despedid esa gente de la plaza,
215
que ya la caza aquesta vez suspendo.
ALEJANDRO
Antes os ruego no dejéis la caza,
que de camino estoy, e iré sirviendo
aquestas damas.
DUQUE
Descansad primero.
ALEJANDRO
En lo contrario, mi descanso ofendo;
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mas, con tal condición, descansar quiero,
que os habéis de partir luego, a la hora,
pues ya os aguarda tanto caballero,
que no habré visto la primera aurora
cuando con vos esté y os acompañe.
HIPÓLITA
225
¡Ay, bello original que el alma adora,
ahora por su bien se desengañe
de aquella antigua sombra imaginada!
DUQUE
Iréis muy bien para que el sol no os dañe.
¡Secretario!
SECRETARIO
¡Señor!
DUQUE
Darán posada
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la gente del Príncipe, y advierto
que sea la más vil, más regalada,
y él tenga todo mi palacio abierto.
No se eche en esto menos mi persona.
Mirad que os aguardamos.
ALEJANDRO
Iré, cierto;
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y plega a Dios que vuelva a mi corona,
que con dárosla toda, si se alcanza,
muy poco tanto bien se galardona.
DUQUE
Yo tengo en él justísima esperanza,
después de su favor en mi deseo.
ALEJANDRO
240
V[uest]ra será, como es la confianza.