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El robo de Dina es una comedia teatral sacra del autor Lope de Vega. En la línea de los textos teatrales cristianos del Siglo de Oro Español, concatena escenas que realzan los valores cristianos sacadas de un episodio bíblico.
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Seitenzahl: 83
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Comedia famosa
Saga
El robo de DinaCopyright © 1622, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617368
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Salen LABÁN, ASSUR y criados con lanzas.
ASSUR Por aquí dicen que van.
¿Si están detrás desta sierra?
LABÁN Hoy verá el cielo y la tierra
la venganza de Labán.
ASSUR Con causa vienes airado. 5
LABÁN Por el Dios en quien adoro,
que he de perder el decoro
al juramento pasado.
ASSUR Persíguele y no te aflijas.
LABÁN ¡Que sin que yo lo supiese, 10
Jacob, ingrato, se fuese
con mi hacienda y con mis hijas,
entretanto que en la esquila
me ocupé de mis ganados!
ASSUR No son mares estos prados 15
Con los peligros de Scila.
No lleva lienzo en la entena
con que ser ave presuma,
ni va por montes de espuma,
sino por sendas de arena. 20
Yo te digo que le halles
donde de su sangre vil
dé fuentes y arroyos mil
a las piedras destos valles.
LABÁN Grandes engaños ha hecho, 25
pero ninguno ha llegado,
Assur, a haberme robado
la mejor sangre del pecho.
Siete días ha que voy
siguiéndole, y siete días, 30
años de tristezas mías
contando y sufriendo estoy.
¡Vive el cielo, que me toca
satisfacer esta afrenta
hasta que el alma sangrienta 35
vomite su infante boca!
Cansado estoy, y también
pienso que vendréis cansados:
si permiten mis cuidados
que aquestas selvas me den 40
esta noche algún descanso...
retiraos, que aquí me siento.
ASSUR Parece que coge el viento
perlas deste arroyo manso
con que mitiga el calor. 45
LABÁN Pues en tanto que las llora
Assur, la vecina aurora,
deponga el alma el furor,
descanse un rato la gente.
ASSUR Ya la voy a recoger 50
mientras viene a enrojecer
febo las nubes de Oriente.
(Vase.)
LABÁN Sueño, que a los tristes diste
si no remedio, consuelo:
a tu suspensión apelo 55
de mi pensamiento triste.
Bien es que alguna templanza
de la prudencia a la ira,
pues ya tan cerca se mira
en celajes de venganza. 60
Las fuerzas son desiguales:
sueño, en tus brazos estoy:
venciste: gracias te doy;
que suspendiste mis males.
(Duérmase.)
(Dé vuelta un árbol que estará en el teatro, y diga en él un ÁNGEL.)
ÁNGEL Oye, Labán.
LABÁN ¿Quién me nombra? 65
ÁNGEL Oye, aunque duermas, Labán.
LABÁN Más que el sol, tus ojos dan
rayos, aunque el sueño es sombra.
Mas ¿no me dirás quién eres?
ÁNGEL El Dios de Jacob.
LABÁN Señor, 70
ya conozco tu valor.
¿Qué me mandas? ¿Qué me quieres?
ÁNGEL Guárdate de hacelle mal
y hablalle con aspereza.
(Vuelva el árbol como estaba.)
LABÁN Soberana es tu grandeza 75
y tu poder celestial.
(Despierta.)
¿Qué es esto, ¡ay de mí! que he visto?
Aguarda: ya se partió;
el resplandor que dejó,
despierto apenas resisto. 80
¡Gente, Assur, Leazar, amigos!
(ASSUR y criados.)
ASSUR ¿Qué voces son estas?
LABÁN ¡Gente!
ASSUR Si no es algún accidente,
cerca están los enemigos.
LABÁN ¡Ay, Assur, y como en vano 85
a Jacob vengo siguiendo:
su Dios he visto durmiendo!
ASSUR ¿Su Dios?
LABÁN Su Dios soberano,
en rayos resplandecientes
envuelto el divino rostro; 90
allí, aunque en sueños me postro,
alma y sentidos presentes,
y la causa le pregunto
de venir a verme airado,
que fue el haber intentado, 95
con el escuadrón que junto,
seguir a Jacob así;
que no quiere que le hable
con aspereza.
ASSUR Es notable
su poder.
LABÁN Pienso que vi 100
resplandeciendo los filos
de su espada en mi garganta.
ASSUR Si te amenaza y espanta,
muda en paces los estilos
de la guerra, o desde aquí 105
vuelve a tu casa.
LABÁN No creo
que pueda con mi deseo.
ASSUR ¿Y con la venganza?
LABÁN Sí.
ASSUR Pues si pacífico piensas
hablarle, aquí se te ofrece. 110
LABÁN Si su Dios le favorece,
mal vengaré mis ofensas.
(Salen JACOB con LÍA, RAQUEL y DINA,JOSEF niño, LEVÍ, SIMEÓN y BATO.)
JACOB Hijos, Labán es este:
huir es imposible.
SIMEÓN Padre amado,
antes que a vos os cueste 115
solo un cabello en este verde prado,
vuestros hijos mayores
de humor sangriento bañarán las flores.
Las espadas y lanzas
no espanten vuestros años generosos; 120
mayores confianzas
os prometen los cielos, que, piadosos,
los peligros retiran
a la futura sucesión que miran.
LABÁN Templadamente quiero 125
hablarle como os digo.
ASSUR En estas pruebas
ver tu paciencia espero.
LABÁN Dime, Jacob, ¿por qué cautivas llevas
mis hijas desta suerte,
y tras tanta amistad te vas sin verte? 130
¿Por qué no me decías
tu partida, Jacob, porque siquiera
a tantas prendas mías
dulces besos de amor y abrazos diera?
Si querías volverte, 135
dejárasme, Jacob, hablarte y verte.
De ti me despidiera:
con fiestas tu camino acompañara;
pero desta manera,
¿a quién no le pesara y se vengara, 140
pues a tiempo has llegado,
que pudiera de ti quedar vengado?
A tu Dios lo agradece,
que me dijo, durmiendo, no te hablase
cosa que áspera fuese: 145
en fin, El me estorbó que me vengase;
que vi su diestra fuerte
bañada en sol y en rayos de mi muerte.
Si tanto deseabas
la casa de tus padres, ¿por qué, dime, 150
a mis dioses me hurtabas,
para que más tu ausencia me lastime?
Aunque cualquiera nieto
es un Dios en mi amor y tu respeto.
JACOB Labán, no fue mi intento 155
hacerte ofensa; solo miedo ha sido,
que si a tu pensamiento
llegara mi partida, convencido
del justo amor paterno,
y al llanto filial rendido y tierno, 160
yo sé que me escondieras
tus hijas y mis hijos; que es disculpa,
si tú la consideras,
que me releva de cualquiera culpa;
el temor, en efeto, 165
mi justa ausencia remitió al secreto.
Temiendo la violencia,
Labán, con que tus hijas me quitaras,
ejecuté en tu ausencia
mi partida, creyendo que culparas 170
este temor discreto,
que no la obligación, que no el respeto.
Del hurto que me arguyes
estoy tan inocente e inculpable,
que si no restituyes 175
mi fama con la prueba, al admirable
Dios mío harás ofensa,
porque en ajenos dioses no dispensa.
Busca toda mi gente,
y aquel que hallares que los tiene, muera. 180
que mi lealtad consiente
que su sangre a tus ídolos prefiera,
que yo, Labán, no huyo,
de que te lleves cuanto hallares tuyo.
RAQUEL ¡Ay de mí! que yo tengo 185
los dioses de Labán! Voy a escondellos.
(Vase.)
LABÁN Por muchos dioses vengo
si mis hijas y nietos pongo entre ellos;
pero a los que prefiero,
buscar celoso entre tu gente quiero. 190
(Vase.)
LÍA ¿Sabes tú si están seguros
del hurto nuestros pastores?
BATO Mucho me pesa que ignores
que al alma sirven de muros
la pureza y la ignorancia. 195
Esos ídolos de oro,
a gente de más decoro
les suelen ser de importancia.
La gente que has de culpar
trata de tanto interés, 200
que hasta un Dios, si de oro es,
no está seguro en su altar.
Acá lo plebeyo, Lía,
no llega con su gabán
a los dioses de Labán, 205
que otros pensamientos cría.
Eso de hurtar dioses de oro,
pues ya el dinero lo es,
es para..., pero después
te lo diré.
LÍA Yo no ignoro 210
a dónde está la codicia.
BATO ¿Cuándo un villano torció,
por los ídolos que hurtó,
las leyes ni la justicia?
¿Cuándo perdonó al culpado 215
ni castigó al inocente,
tuvo sin premio al prudente
y al ignorante premiado?
¿Cuándo al pueblo miserable
con desdichas oprimió? 220
DINA Bien sé quién los tiene, yo,
aunque tan seguro hable
de este engaño el padre mío.
LÍA Dina, aquí importa callar,
si alguno puede culpar 225
este loco desvarío.
BATO Calla, aunque eres mujer, Dina,
y un imposible ha de ser:
serás Dina en ser mujer,
más serás de Dina indina. 230
(LABÁN y RAQUEL.)
LABÁN No los hallo.
RAQUEL (Aparte.)
Supe yo
discretamente escondellos.
JACOB Pues ¿por qué causa, Labán,
viniste en mi seguimiento?
¿Qué has hallado en esta casa? 235
Ponlo aquí, juzguen los nuestros
entre los dos, quién de entrambos
ha cometido algún yerro.
Veinte años te he servido;
nunca tus ovejas fueron 240
estériles, ni comí
de tu ganado un cordero.
Aunque le comiesen lobos,
nunca el pellejo sangriento
llegó a tus ojos; que yo 245
pagaba con vivo el muerto.
Cualquiera que te faltaba,
te le pagaba, contento
de servirte con lealtad,
que es interés de los buenos. 250
Velaba el día y la noche,
al sol, al agua y al hielo,
huyendo siempre a mis ojos,
por las vigilias el sueño.
Así te serví veinte años; 255
los catorce de ellos fueron
por tus hijas, y los seis
a tus ganados atento.
Diez veces, Labán, mudaste
mis salarios, y sospecho 260
que a no estar conmigo el Dios
de Abraham, mi caro abuelo,
y el temor de Isaac, mi padre,
tan digno de igual respeto,
me enviaras pobre y desnudo; 265
mas mirando desde el cielo
mis trabajos y aflicciones,
se dignó de hablarte en sueños.
LABÁN Jacob, cuanto miro es mío;
pues si es mío cuanto veo, 270
¿qué daño podré yo hacer
a mis hijos y a mis nietos?
Ven y juremos las paces,
porque de aqueste concierto
haya testigos.
JACOB Tú sabes 275
las verdades de mi pecho.
(Vanse los dos.)