El Truhán del cielo y loco santo - Lope de Vega - E-Book

El Truhán del cielo y loco santo E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

El truhán del cielo y loco santo es una comedia teatral sacra del autor Lope de Vega. En la línea de los textos teatrales cristianos del Siglo de Oro Español, concatena escenas relativas a los valores cristianos frente a la tentación del demonio.

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Seitenzahl: 85

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Lope de Vega

El Truhán del cielo y loco santo

Comedia de la primera parte

Saga

El Truhán del cielo y loco santoCopyright © 1965, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726616880

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAS

NICOLÁS, caballero. OCTAVIO. CELIO. CASANDRA, dama. CAMILO, viejo. JUNÍPERO. SAN FRANCISCO. ALEJANDRO. MORCÓN, pobre. UNA MUJER, pobre. UNA PEREGRINA. NUESTRA SEÑORA. NIÑO JESÚS. SALICIO, labrador. LAURO labrador. SILVIA. AURELIO. NARCISA. FRAY ANTONIO DE PADUA. FABIO. DEMONIO.

Jornada I

De la primera parte

 

Salen NICOLÁS, caballero, OCTAVIO, CELIO y CASANDRA, dama.

CASANDRA Con la salud que tuviere,

estoy a vuestro servicio.

NICOLÁS El serviros es oficio

del que por vos vive y muere.

Bien sabe vuestra belleza, 5

dos años habrá, de mí

esta verdad, aunque fui

desdichado, con firmeza.

(Tórnase a entrar OCTAVIO.)

CASANDRA Suplícoos que me tratéis

con diferentes razones, 10

cuando en estas ocasiones

otra cosa no miréis

más que mi sangre, que es ser

hija de Camilo, y vuestra

servidora.

NICOLÁS Bien se muestra 15

que estáis de otro parecer;

pues Alejandro pregona

que ha de ser vuestro marido,

de vos tan favorecido;

y en Viterbo no hay persona 20

que esto mismo no publique.

CASANDRA Yo confieso que es deseo

de Alejandro, mas no creo,

aunque me lo certifique

todo Viterbo, que puede 25

Alejandro pregonar

cosa que pueda faltar,

y que de quien es excede.

Y no me gozo tampoco,

que pudiera ser que fuese 30

si mi padre lo quisiese;

pero siempre el vulgo, loco

adivinó lo que estaba

en contingencia, por hecho,

sin saber que de mi pecho, 35

el primero voto faltaba;

que es mi padre, sin quien yo

no he de tener libertad;

y con esto me mandad;

que ya imagino que entró 40

mi padre, y en esto puede

hablaros mucho mejor.

Dadme licencia, señor;

que esto de límite excede

a mujer de mi opinión, 45

y más doncella.

NICOLÁS Esperad;

que es fuerza de voluntad,

y no fuerza de pasión.

CASANDRA La verdad en todo os digo,

y que si mi padre viene 50

en ello, Alejandro tiene

muy grande opinión conmigo.

(Vase.)

NICOLÁS ¡Que esto he venido a escuchar!

¡Que esto he llegado a sufrir!

¡Alejandro ha de morir! 55

¡A Casandra no ha de dar

la mano de esposo! ¡Cielos!

¿Por qué disteis por más fuerte

al suelo el mal de la muerte,

habiendo mujer y celos? 60

(Entra CAMILO con báculo.)

CAMILO ¡Señor, en mi casa!

NICOLÁS Vengo

con deseos de besaros

las manos, y a visitaros.

CAMILO A mucha merced lo tengo

¡Hola!

(Sale OCTAVIO.)

OCTAVIO Señor!

CAMILO Una silla 65

llega al señor Nicolás.

(Siéntanse.)

NICOLÁS Señor Camilo, jamás

os parezca maravilla

el veniros a servir.

CAMILO Las mercedes que me hacéis, 70

Señor, a mi amor debéis;

que fuimos hasta morir

muy amigos vuestro padre

y yo (téngale en el cielo

Dios), que cuando vuestro abuelo 75

con él casó a vuestra madre,

mantuve en las fiestas yo

una sortija, que fue

de nuestra amistad y fe

la que me calificó. 80

Que del gasto y la persona,

y el aparato también,

tuvo que decir muy bien

toda la marca de Ancona.

Ayer parece que fue; 85

todo brevemente pasa;

que todo el tiempo lo abrasa

cuando delante lo ve.

NICOLÁS Según eso, confiado

puedo venir a pediros... 90

CAMILO Siempre tengo de serviros,

que estoy a ello obligado;

como sea cosa en que

pueda hacello, yo prometo;

que de ingenio tan discreto 95

como el vuestro, no podré

pensar que me pidáis cosa

que no esté bien a los dos.

NICOLÁS Para mí, ni para vos,

esta no es dificultosa. 100

CAMILO Pues comenzad, según eso,

a mandarme.

NICOLÁS A suplicaros

comienzo.

CAMILO Quiero escucharos.

NICOLÁS Por Casandra pierdo el seso.

Dos años habrá que estoy 105

en Viterbo, que de Grecia,

por la guerra de Venecia,

volví; ya sabéis quién soy,

y que tengo mi blasón

puesto por timbre y entena, 110

desde la más baja almena,

al más fuerte torreón;

y de mi hacienda, al fin,

son Diana y Villaflor,

que es el castillo mejor 115

de toda la Marca, en fin.

Sin esto, tengo en Viterbo

bastante hacienda también,

que para sólo este bien

y mi persona reservo. 120

¡ Que con esto que os ofrezco,

y el alma, queráis que elija

a Casandra, vuestra hija,

y por mi dueño merezco!

Por esclavo me tened 125

sin mirar mi tercería.

CAMILO Yo soy el que recibía

en eso mucha merced.

Y sabe Dios que quisiera

que la mujer que os agrada, 130

mi hija, y vuestra criada,

sola en mi casa no fuera,

para hacerla vuestra esclava.

y esto es verdad, ¡vive Dios!

Mas si la caso con vos, 135

en vos mi casa se acaba.

Yo la tengo concertada

de casar con mi sobrino

Alejandro, y determino,

quedando con él casada, 140

Que en mi casa quede en pie,

pues a su mismo apellido,

el ha de ser su marido,

ya que mi desdicha fue

tan grande, que no me dieron 145

varón los cielos que honrase

mi prosapia, y heredase

lo, que en Viterbo adquirieron,

con tanto, honor y valor

mis padres y sus abuelos. 150

NICOLÁS Hoy me han de matar los celos

bastardos hijos de amor.

CAMILO Perdonad el no poder

serviros, y perdonad

no poder mi voluntad 155

lo que le pedís, hacer;

porque son de amor desgracias

y pensiones del deseo

que en mí de serviros veo

sin más lisonjas.

(Entra JUNÍPERO de fraile de San Francisco, a lo tonto con lasarguenas.)

JUNÍPERO Deo gracias. 160

¿Hay limosna por acá?

CAMILO Espere, padre, allá fuera.

JUNÍPERO Hermano viejo, el que espera

en Dios, siempre dentro está,

y mejor dentro de Dios, 165

que debajo de tejado;

pero no tenga cuidado;

hablen ahora los dos;

que yo esperaré allá afuera,

si limosna me han de dar. 170

CAMILO Adentro puede esperar.

JUNÍPERO Quien no espera, desespera,

que mejor se dice así;

pregúnteselo al infierno,

que es su fuego tan eterno, 175

que si esperaran allí

que se hubiera de acabar

aquella eterna porfía,

nadie desesperaría:

ved si es bueno el esperar. 180

Aquí esperaré contento

a esta pared, viejo honrado,

como un pobrete arrimado.

NICOLÁS ¡Ah, celoso pensamiento!

CAMILO Simple parece

JUNÍPERO Un truhán 185

del palacio de Dios soy,

y para su casa voy

pidiendo en Viterbo pan.

Mil veces le hago reir,

haciéndome a mí llorar, 190

deste bellaco, a pesar

que se le quiso subir

a las barbas cierto día;

pero bien se lo pagó,

pues patas arriba dio, 195

con toda su compañía,

en los abismos, adonde

mientras Dios fuere, ha de estar.

NICOLÁS Padre, si puede callar,

Déjenos.

JUNÍPERO Hermano Conde, 200

Marqués, Duque, o qué sé yo,

perdone mi atrevimiento;

que soy el mayor jumento

que en la tierra Dios crió

esto todo es rebuznar; 205

ya acabaré tras que acabe

de hablar todo lo que sabe,

y podrá poco callar.

O si por esto me diera

de coces, o me mandara 210

dar de palos, cosa es clara

que por merced lo tuviera;

Ponédselo vos, señor,

en el pensamiento.

CAMILO Al fin,

yo llevó sólo este fin 215

en mis intentos.

NICOLÁS Si amor

no me obligara, Camilo,

como me obliga, ¡por Dios,

que nunca usara con vos

de tan cortesano estilo! 220

Ni en persona a vuestra casa

me obligara a venir hoy,

porque para quien yo soy

esto de límite pasa.

Que aunque vos sois caballero 225

de Viterbo, y tan amigo

de mi padre, sois conmigo

y con él un escudero.

Y Casandra, de mi madre

apenas merecía ser 230

criada.

CAMILO No debía

eso a mi amor vuestro padre

Mostraos, señor Nicolás,

con Camilo más cortés,

y con Casandra después; 235

que amor es ciego no más

en el hombre más bizarro,

y no pase su porfía,

de locura a bizarría;

y ese valiente desgarro 240

es para quien trae ceñida

una espada, como vos,

y está mozo, que ¡por Dios,

que a no ir aquesta vida

tan cuesta abajo, que os diera 245

a entender cómo se hablaba

conmigo cuando gozaba

de mi verde primavera!

Y pudiera ser que entonces

anduvierais mas cortés; 250

que estoy sin manos ni pies.

NICOLÁS Cuando deshicieras bronces,

o batieras homenajes,

fuera lo mismo.

(Levántanse.)

CAMILO No fuera,

ni hablar alto os sufriera, 255

cuanto más esos ultrajes;

que vive Dios! que os quitara

mil veces la vida! Y vos

no me igualáis, ¡vive Dios!

NICOLÁS ¡Mientes, y queda en tu cara 260

escrita esta afrenta ansí!

(Dale una bofetada.)

CELIO Aquí están nuestras espadas.

JUNÍPERO Si repartís bofetadas,

dejad una para mí.

CAMILO ¿Desta manera, villano, 265

de mis canas a la nieve

tu ingrata mano se atreve?

JUNÍPERO Y tiene muy linda mano

en dar bofetadas, ¡hola!

que hacéis sonar martinetes; 270

aquí están mis dos mofletes:

dadme dos, dadme una sola,

dadme un puñete, un sopapo,

que yo os hincharé a placer,

¡qué avaro debéis de ser! 275

NICOLÁS Vamos.

JUNÍPERO No os vais, don Guiñapo,

sin darme algún bofetón.

CAMILO Tus pensamientos son vanos;

que he de tomar por mis manos

primero satisfacción; 280

que este báculo he de hacer

en ti pedazos, traidor.

JUNÍPERO Dadme a mí, será mejor.

CAMILO Aparta, que quiero ver

satisfecho el honor mío. 285

(Desnudan las espadas.)

NICOLÁS ¡Matalde!

JUNÍPERO Eso no haréis vos,

porque esta vida es de Dios,

y no o os dejó el albedrío

para que uséis tal mal dél;

gallinejas, envainad 290

esas espadas, y andad

a confesaros con él

de aquesta bellaquería

para que Dios os perdone.

CAMILO No os iréis sin que pregone 295

antes la venganza mía

Viterbo, que no mi agravio.

JUNÍPERO Hermano viejo, mirad

que venganza en vuestra edad

no es de cristiano ni sabio. 300

Si queréis desenojaros,

dadme esos palos a mí.

¿Qué aguardáis?

NICOLÁS Vamos de aquí.

CAMILO ¡Villanos, no he de dejaros

con mi afrenta de esa suerte; 305