El último godo - Lope de Vega - E-Book

El último godo E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

El último godo es un texto teatral de corte histórico del autor Lope de Vega. Se articula en torno a don Rodrigo, Florinda la Cava y la conquista de España por los mahometanos en el medievo español.

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Seitenzahl: 80

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Lope de Vega

El último godo

 

Saga

El último godoCopyright © 1647, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617450

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Jornada I

-fol. 369-

Las personas que hablan en ella.

FABILA.

LEOSINDO.2

TEODOREDO.

ARMILDO.

RODRIGO.

ABÉN BÚCAR.

ZARA.

CÉLIMO.

El CONDE DON JULIÁN. FLORINDA.

BEN ADULFE,3 rey de Argel. ELVERIO, esclavo. ABRAIDO, moro. [ARSINDO]

Salen FABIO, ARSINDO, LEOSINDO, TEODOREDO, DON RODRIGO, las espadas desnudas.

RODRIGO Él tiene lo que merece.

TEODOREDO Antes con piedad le obligas,

que en el daño que padece

no parece que castigas,

mas que perdonas parece. 5

RODRIGO Las espadas envainad,

que ya no hay quien os resista.

FABIO Pacífica la ciudad,

desea tu alegre vista

y te muestra voluntad. 10

RODRIGO Godos, sentaos junto a mí,

y tú Arsindo, y los romanos

que me han ayudado ansí

haber el cetro en mis manos,

que por Witiza4 perdí.

15

LEOSINDO Toma esta silla, Rodrigo,

a quien ya por rey tenemos,

dando al tirano castigo.

TEODOREDO Por señor te obedecemos.

-fol. 370-

(Siéntase RODRIGO en una silla, los demás en unos banquillos.)

RODRIGO Todos reinaréis conmigo; 20

ya sabéis, godos, que al rey Wamba5 santo,

que para rey sacó de entre los bueyes

el cielo porque diese al mundo espanto,

a España, culto, devoción y leyes.

El conde Ervigio, aborrecido tanto, 25

le dio ponzoña; Ervigio, que de reyes

fue decendiente por mujer y nieto

de Erudescinto, para tal efeto,

del godo Recisindo había quedado

un hijo niño, pero Ervigio aplica 30

a su hija el reino, que la había casado,

como sabéis, con el valiente Egica.

Teodofredo quedó desheredado,

a quien la línea justamente aplica.

El reino por Egica se le niega, 35

y a su hijo, Belisa se le entrega.

Belisa infame, viendo a Teodofredo

sin el reino, sintió justos enojos

para perder a su derecho el miedo.

En Córdoba le saca los dos ojos. 40

Este fue mi buen padre, que no puedo

acordándome aquí de sus despojos,

menos de enternecerme, aunque pues plugo

al cielo mi venganza, el llanto enjugo.

Viéndome yo legítimo heredero, 45

nieto de Recisindo valeroso,

hijo de Teodofredo, que primero

reinar debiera, que Belisa odioso

con ayuda de Roma, a quien espero

mostrarme agradecido, no reposo 50

hasta que del tirano por despojos

ofrezco a mi buen padre los dos ojos.

No le quise matar, sino tratalle

como él trató a mi padre Teodofredo,

y la muerte que voy bebiendo dalle, 55

llena de pena, confusión y miedo.

No es posible agora que en vos se halle,

godos, alguno, ni creerlo puedo,

-fol. 371-

que no conozca que es el reino mío,

de padre a hijo, no por yerno o tío. 60

LEOSINDO Todos, Rodrigo famoso,

en justicia conocemos,

como a nieto generoso

de Recisindo, en quien vemos

un retrato glorïoso, 65

que sangre de aquel varón

nos da igual satisfación,

que no es menos que del cielo

para España este consuelo

y esta divina elección. 70

Si los ojos le sacaste

a Belisa, bien hiciste,

que en fin tu padre vengaste,

aquí en fin sus ojos viste,

y con los tuyos lloraste, 75

quede en Córdoba en profundo

llanto y tú digno del mundo,

vuelve a reinar a Toledo,

por hijo de Teodofredo,

y nieto de Recisindo. 80

Allí tu Corte tendrás,

allí por hacernos bien,

casarte, señor, podrás,

haciendo elección de quien

te iguale y te agrade más. 85

Ponte la corona aquí,

y toma el cetro en la mano,

para que vayas ansí,

como godo y rey cristiano,

que este ha de lucir en ti 90

hasta la iglesia mayor.

RODRIGO Dadme el cetro y la corona.

(Pónenle la corona y toma el cetro.)

LEOSINDO Bien asienta en tu valor

porque te llama y abona

legítimo sucesor. 95

TEODOREDO Que bien con ella pareces,

mas tal valor te acompaña,

y de suerte la engrandeces,

que aunque eres señor de España

no tienes lo que mereces. 100

Pero tú la ensancharás,

que si hasta el África llega

hasta el Asia pasarás,

esto España al cielo ruega.

FABIO Tente, señor, ¿dónde vas? 105

(Cáese la corona y el cetro.)

RODRIGO Cayóseme la corona

de la cabeza sin ver

que me tocase persona,

¡cielo!, ¿qué puede esto ser?

LEOSINDO Tu virtud, señor, te abona. 110

FABIO Y el cetro también cayó.

RODRIGO ¿No lo veis?

ARSINDO ¡Qué mal agüero!

RODRIGO Antes ninguno me dio

y advertid bien cómo quiero

este agüero entender yo. 115

La corona que ha corrido

de mi cabeza hasta el suelo

quiere decir que estendido

será, por gusto del cielo,

mi imperio y siempre temido; 120

el cetro como medida

fue a tomar la posesión

desta tierra a mí debida.

FABIO6 Tan buenas señales son

pronóstico de tu vida, 125

ven para que des contento

con tu persona, Rodrigo,

al pueblo que aguarda atento.

RODRIGO Cielos, aunque aquesto digo

vosotros sabéis que miento. 130

(Salgan con panderos y tamboriles, de zambra, algunosmoros, ABÉN BÚCAR y ZARA7 .)

[VOCES] (Canten.)

Vamos a la playa,

-fol. 372-

noche de San Juan

que alegra la tierra

y retumba el mar.

En la playa hagamos 135

fiestas de mil modos,

coronados todos

de verbena y ramos,

a su arena vamos,

noche de San Juan, 140

que se alegra la tierra

y retumba el mar.

ABÉN Siéntate en aquesta orilla

BÚCAR en tanto, famosa Zara,

que se acosta la barquilla. 145

ZARA ¡Por Alá, música rara!,

huelgo en estremo de oílla.

ABÉN He por servirte labrado

BÚCAR una bella galeota

que hasta agora no se ha echado 150

al mar, en cuanto alborota,

vaso tan bien acabado8 .

He hecho una popa en ella

cercada de mil cristales

para que salgan por ella 155

esos rayos celestiales,

que al sol por la aurora bella,

de marfil y de nogal,

suelo, espaldas y molduras.

Puse de plata un fanal 160

y el color de mis venturas,

para dosel y cendal,

mil dorados comedores.

La cercan mil estandartes

de mil diversas colores, 165

llevando por varias partes

flámulas y banderolas.

Bajan de las altas gavias

casi a tocar en las olas

y si desto no te agravias, 170

con vitoria de españoles

la chusma viste damasco.

Moviendo unos remos rojos,

alas de coral del casco,

pero mírenla tus ojos 175

a los pies de aquel peñasco.

ZARA Por mi vida que es muy bella,

¿cuándo entraremos en ella?

ABÉN Cuando te diere contento,

BÚCAR que ya el subido elemento 180

está jugando con ella.

Parece que con las manos

como plato el mar la ofrece

a tus soberanos ojos

y por acercarla crece 185

con mil pensamientos vanos

en que te parece a mí,

pues cuando más voy a ti,

más huyes de que te tenga,

quiera Alá que a tiempo venga 190

en que te duelas de mí.

ZARA Si mi padre se agraviara

de sí, yo sé que tu amor

del mío no se quejara.

ABÉN Harto iguala a tu valor, 195

BÚCAR a ti no te igualo, Zara.

ZARA Ahora bien, esto dejemos,

y en esta noche de Juan,

solo de holgarnos tratemos.

(CÉLIMO con esclavos de la galeota, y muchos ramos y hachasencendidas.)

CÉLIMO Poned en tierra la planta, 200

guárdeos Alá, bella Infanta,

hija del gran rey de Argel.

ABÉN

BÚCAR Regocijado tropel.

ZARA No he visto yo fiesta tanta,

buenos los esclavos vienen 205

con los hachos encendidos.

ABÉN Y los ramos que previenen

BÚCAR a esos pies, a quien rendidos

muestran los dueños que tienen;

pasad todos adelante. 210

-fol. 373-

ZARA9 ¿Tiene noche semejante

el mundo, ni en él es vista?

ABÉN Bien merece ese Baptista,

BÚCAR que el mundo sus glorias cante,

fue gran profeta de Cristo, 215

y allá piensan los cristianos,

que es con nosotros mal quisto,

y adorámosle, africanos

esclavos, como habéis visto

aun a costa de esa plancha, 220

dame aquesa mano hermosa

y entra que la tabla es ancha.

ZARA10 Vamos.

ABÉN La mar espumosa

BÚCAR de que la has de honrar se ensancha.

ZARA ¡Hola!, Zaide, el leño enfrena, 225

lleva la rienda en la mano,

tú da a la barca carena.

ABÉN ¡Hola, quién fuera troyano

BÚCAR para robar esta Elena!

(Éntrense y salgan RODRIGO y godos.)

RODRIGO ¿Por qué no habéis de romper 230

estas fuertes cerraduras?

LEOSINDO Señor, mira que has de ser

retrato de desventuras

si esto te atreves hacer.

RODRIGO ¡Aguardad!

TEODOREDO Rompió el candado 235

y en la escura cueva entró.

LEOSINDO Ya temo, rey desdichado,

que en mal punto España vio

tu cetro en sangre bañado.

TEODOREDO La codicia de creer 240

que aquí gran riqueza había

las puertas hizo romper.

LEOSINDO Ya tiemblo ya dese día

lo que le ha de suceder.

RODRIGO Hombres como esos serán 245

los que a España quitarán

a quien estos lienzos viere

que dirán los que esto oyeren.

LEOSINDO ¿Tu desventura dirán?

TEODOREDO Muestra, a ver.

RODRIGO Quitadle allá 250

y no le mire ninguno.

LEOSINDO Estarás contento ya

de ser al cielo importuno,

que esos avisos te da,

si rey ninguno entre tantos 255

en aquesta cueva entró

llena de miedos y espantos,

ni tu agüelo se atrevió,

santo entre los reyes santos,

¿cómo te atreves al cielo? 260

RODRIGO Que eran cobardes recelo

y que por eso sería.

LEOSINDO Estoy como nieve fría.

TEODOREDO Y yo convertido en yelo,

¿viste los hombres tostados 265

de mil tocas guarnecidos,

los bonetes colorados,

de alarbes trajes vestidos,

rojos, verdes y morados?

¿Viste los jinetes todos, 270

y con sus jinetas lanzas,

a cuadrillas de mil modos?

Resto verás las mudanzas

del Imperio de los godos.