La bella malmaridada - Lope de Vega - E-Book

La bella malmaridada E-Book

Лопе де Вега

0,0

Beschreibung

La bella malmaridada es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso a causa de celos que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo, en este caso articulado en torno a la idea de adulterio y de perdón cristiano.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 82

Veröffentlichungsjahr: 2020

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Lope de Vega

La bella malmaridada

Comedia famosa

Saga

La bella malmaridadaCopyright © 1610, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617726

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

-fol. 229r-

TEODORO. LEONARDO. CIPIÓN, conde.Músicos.LISBELLA. Su PADRE. FABIA, criada.CASANDRA. LUCINDO. LEANDRO. UN ALGUACIL. Unos jugadores.MAURICIO. TANCREDO. BELARDO. FABRICIO. CLAVELIO. MARCELA.

Jornada I

Salen TEODORO y LEONARDO, solos.

 

TEODORO Amor loco, amor loco,

yo por vós, y vós por otro.

LEONARDO Algo vienes divertido.

TEODORO Bien dijo Montemayor

esta canción.

LEONARDO Galaor 5

se te ha en el alma infundido;

ya quieres, y ya no quiero.

TEODORO De tanto buscar placer

casi he venido a tener

el amor de las mujeres. 10

LEONARDO Los que en Dios ponen su amor,

dioses la escritura llama,

-fol. 229v-

y al que los pecados ama,

llama el mundo pecador.

Y así he venido a entender, 15

aunque esto te cause espanto,

que el que a mujer ama tanto,

por fuerza ha de ser mujer.

TEODORO Cuando te vi comenzar

por eso de la escritura, 20

creí de tu compostura

que querías predicar.

¿Mas dónde hallaste camino

tan satírico y villano,

que para llamarme humano 25

comiences por lo divino?

Mas volviendo a tu argumento,

de que el amante es lo mismo

que amar, a tu silogismo

responderé, estame atento. 30

LEONARDO ¿Para qué es el atención?

TEODORO Para...

LEONARDO ¿Qué quiés responder?,

¿piensas que podrás poner

tus locuras en razón?

TEODORO Si yo quiero a cuantas veo, 35

¿cómo seré una mujer,

si el transformarse ha de ser

un cuerpo, un alma, un deseo?

Con tan varios pareceres,

¿una sola podré ser? 40

LEONARDO No serás una mujer,

sino infinitas mujeres.

TEODORO Agora a lo cierto acudes,

y si cual lo dices soy,

en mí tendré juntos hoy 45

los vicios y las virtudes.

Daré mil glorias y penas,

pondré al bien y al mal las alas,

seré muchas cosas malas

y seré infinitas buenas 50

Seré gloria y paraíso;

seré gloria, seré infierno;

llanto con tormento eterno,

seré discreción y aviso.

Y entre Júpiter y Juno 55

también podré ser juez,

que compitiendo una vez

no hallaron juez ninguno.

LEONARDO ¿Y sobre qué vino a ser?

TEODORO Sobre cuál era más casto; 60

y para juez yo basto,

que al fin soy hombre y mujer.

Mas todo aquesto atribuyo

a que no hay hombre tan bueno

que no vea el daño ajeno 65

y no reconozca el suyo.

¿Que puedes decirme a mí,

que en ti no se pueda hallar?

LEONARDO ¡Ya me querrás achacar

que soy casado!

TEODORO Es así. 70

Y pues con una doncella

te casaste, a quien la fama

en todo Madrid la llama,

por excelencia, la bella,

y con ser en tanto estremo, 75

buscas algún pan prestado;

¿yo, que no he sido casado,

por qué tus sermones temo?

¿qué puede un mozo temer,

querido en Madrid de todos, 80

que digas tú por mil modos

que ando tras una mujer?

-fol. 230r-

Vuelve la tuya cansada

de lo [que] sufriendo está,

que hay mil que la llaman ya 85

la bella malmaridada.

¿Por qué has de andar desvelado,

inquietando tus amigos,

que dicen falsos testigos

que vives ya mal casado? 90

Teniendo mujer hermosa,

andarte tú libre así

deja entenderse de ti

que ha de andar ella celosa.

Da gracias, Leonardo, al cielo 95

que fue Lisbella la que es,

que puede estar a sus pies

toda la envidia del suelo;

que si no, tu andar al torno

harta ocasión le había dado 100

para haberte levantado

hasta el mismo Capricornio.

LEONARDO Teodoro, no la amistad

te haga descomedido,

que lo que callado ha sido 105

no busca tu enemistad.

El amistad es de iguales,

y si va a decir verdad,

siempre la desigualdad

hace cosas desiguales. 110

Deja estar a mi mujer,

que el que es hombre y es casado,

antes desto está obligado

a saber lo que ha de hacer.

Y no te pido consejo 115

para que me le des tanto,

ni eres agora tan santo

ni en tus consejos tan viejo

TEODORO Jamás yo llegué a entender

que tú me dijeras esto. 120

LEONARDO ¡Qué prolijo y qué molesto!

¡Qué necio y qué bachiller!

TEODORO Quien estando con su amigo,

dice aquesto en su presencia

es bien claro que en su ausencia 125

se dará por su enemigo.

Quédate Leonardo, a Dios,

y no esperes verme más.

LEONARDO Vuelve Teodoro; ¿do vas?,

¿pues siendo un alma los dos, 130

pues así te piensas ir

y dejar muerto un amigo?

TEODORO Dísteme mucho castigo.

LEONARDO Sabes que te he de servir.

De otras podemos tratar, 135

que hay en Madrid como un oro,

pero la propia, Teodoro,

esa estese en un altar.

TEODORO ¿La bella fue a ofender

a tu mujer?

LEONARDO Al marido, 140

siempre sospechoso ha sido

alabarle a su mujer.

Y aun mira que más te digo:

si eres de hacello capaz,

que aun a meterlos en paz 145

no ha de acudir el amigo.

TEODORO Escríbeme un arancel

de aquello que está obligado,

con el amigo casado,

el que anduviere con él. 150

LEONARDO El discreto ya lo sabe,

mas yo te le escribiré.

TEODORO Pues, ¡sus!, yo le estudiaré.

-fol. 230v-

LEONARDO Deja, Teodoro, lo grave

y vamos a lo burlesco. 155

TEODORO Hasme enseñado a callar

y no he de saber hablar.

LEONARDO Aquí corre lindo fresco,

y vendrán mil a escuchar

los músicos de su alteza. 160

TEODORO ¿Pues cómo en esta aspereza

pueden sentarse y cantar?

LEONARDO Las espaldas de palacio

sobre aqueste parque dan,

y aquí sentados están, 165

cantando y tomando espacio;

y muchos vendrán también

que a cantar suelen venir,

mas es cosa de reír

que no cantarán tan bien, 170

que es un milagro, Teodoro,

ver su concierto estremado,

parecen copia y traslado

del alto y supremo coro.

Cantan y dan dulce guerra, 175

llevando el cielo en compás

a los tonos de Juan Blas,

que es un ángel en la tierra.

TEODORO Con eso habrá ya cesado,

como otras veces solía, 180

la más gente que acudía

a la frescura del prado.

¿Y que aquí su alteza escucha?

LEONARDO Dios le guarde, que ha de ser

tan gran rey que ha de exceder 185

esta grandeza, aunque es mucha.

Ha de hacer temblar el suelo,

ya en la paz, y ya en la guerra.

TEODORO Tal padre tiene en la tierra,

y tal abuelo en el cielo. 190

 

(Cantan dentro, en cuya ribera Albano.)

 

¿Cantan?

LEONARDO Las voces conozco.

TEODORO ¿Quién son en esta ocasión?

LEONARDO Son de un conde Scipión,

la tercera desconozco.

TEODORO ¿Es deudo del otro a caso? 195

LEONARDO Todo, Teodor, puede ser.

 

(Salen los músicos y el CONDE SCIPIÓN.)

 

CONDE Decir podéis la de ayer.

MÚSICO ¿Cuál fue?

CONDE La de Garci Laso,

que tiene ingenio divino.

MÚSICO Es vieja ya, y está impresa. 200

CONDE ¿De que está impresa te pesa?

Lo más viejo es lo más fino.

¿Quién en ingenio le iguala?

MÚSICO Un Lupercio aragonés,

y un Camoes portugués1 . 205

CONDE Templa.

MÚSICO ¡Qué prima!

CONDE No es mala.

 

(Sale LISBELLA con manto.)

 

TEODORO Una mujer ha venido.

LISBELLA ¡Ayudadme, santos cielos,

que vienen a ver mis celos

los pasos de mi marido! 210

¡Cubridme con una nube,

que encubra mi atrevimiento,

pues fue el primer movimiento

-fol. 231r-

que en toda mi vida tuve!

TEODORO Quiérome llegar a ella, 215

que parece de buen talle

que pasealla por la calle.

LEONARDO Para ti bastaba vella.

TEODORO Sin duda dicen por mí

lo del asno con la toca; 220

toda mujer me provoca,

lo que no quise, no vi;

tantas quiero cuantas veo;

en mi vida tuve envidia,

sino al Turco.

LEONARDO ¿No fastidia 225

ese enfado a tu deseo?

TEODORO Qué necedades arrojas,

pues sabes que tu mujer

todas mueren por la ver,

y tú de verla te enojas. 230

LEONARDO ¿Ya no te tengo rogado

que dejes a mi mujer?

TEODORO Arancel he menester,

o no ver hombre casado.

Vive Dios por no escucharte 235

que he de sentarme a este lado,

el achaque es estremado.

LEONARDO Yo me siento a estotra parte.

 

(Siéntanse ambos a los dos lados de LISBELLA.)

 

CONDE Vive Dios que se asentaron

y que lo quería yo hacer. 240

Cogido me han la mujer.

MÚSICO La bendición te ganaron.

LISBELLA Este falso es mi marido.

¡En qué pasos mi honor mete!

Y el otro el falso alcahuete 245

con quien anda destraído

TEODORO Yo, señora, soy un hombre

moreno y desenfadado,

Teodoro, en Madrid, llamado

y Galaor, por mal nombre. 250

Yo no sé de amancebarme:

donde yo entro, entren todos;

procuren por varios modos

lo que tuviere quitarme.

No doy pesadumbre en nada, 255

ni por fuerza la tomé,

porque dos cosas juré

cuando me ceñí la espada;

son, si acaso las codicia

vuestro deseo saber: 260

no reñir sobre mujer,

ni acuchillar la justicia.

Soy pícaro y retozón,

soy mancebo y soy bellaco,

y si me enojan, me aplaco 265

con cualquier satisfación.

No hice verso en mi vida,

no dije mal de mujer;

sólo aquesto de querer

de veras nadie lo pida. 270

Y aunque fortuna me dio

méritos tan desiguales,

¡vive Dios, que mis cien reales

nadie los da como yo!

LISBELLA ¡Bien os habéis retratado! 275

TEODORO Mirándome en vuestro espejo,

y lo que me falta dejo

a vuestro ingenio estremado.

LISBELLA Grandes cosas os promete

-fol. 231v-

vuestro modo de vivir, 280

porque dejáis de decir

que sois.

TEODORO Decidlo.

LISBELLA Alcahuete.