La Burgalesa de Lerma - Lope de Vega - E-Book

La Burgalesa de Lerma E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

La Burgalesa de Lerma es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso a causa de celos que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo, en este caso articulado en torno a dos galanes, Félix y Carlos, que asisten a las fiestas de Lerma y caen prendados de los encantos de la noble dama Leonarda, a quien su hermano protege con ferocidad.-

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Lope de Vega

La Burgalesa de Lerma

 

Saga

La Burgalesa de LermaCopyright © 1917, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617511

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

HABLAN EN ELLA LAS PERSONAS SIGUIENTES

DON FÉLIX, galán CARLOS, galán POLEO, lacayo CONDE MARIO TRISTÁN , su amigo CLAVELA, dama LUCÍA, criada LEONARDA, dama FLORELO, galán, su hermano PAYO, su criado INÉS, criada BELARDO, villano GERARDO, criado [UN PAJE]

Acto I

Salen don Félix, don Carlos y Poleo, vestidos de camino

DON FÉLIX

Esta es Lerma.

 

CARLOS

Bien se ve

el buen dueño.

 

POLEO

Por lo menos

medra quien los tiene buenos.

 

DON FÉLIX

¿Díceslo por mí?

 

POLEO

No sé.

5

Debo de estar muy medrado

después que tu hacienda soy.

¡Por Dios, qué envidioso estoy

de esta calle y de este prado!

Más quisiera aquí ser casa

10

que de otras muchas señor.

 

CARLOS

¿Cómo va, Félix, de amor?

 

DON FÉLIX

No sé ¡por Dios! Mal se pasa;

mas si es común opinión

que se templa divertido,

15

yo pienso que no he venido

a Lerma en mala ocasión.

Dejé a Clavela en Madrid

celoso y por divertirme,

he querido persuadirme

20

a un engaño.

 

CARLOS

¿Cómo?

 

DON FÉLIX

Oíd.

Dile a entender que venía

a tomar en Miraflores

un hábito.

 

CARLOS

Los amores

en una docta elegía

25

comparó Ovidio a la guerra

porque los mismos engaños,

estratagemas y daños

hasta la victoria encierra;

y así dice que milita

30

todo amante.

 

POLEO

Este poeta

que dijo que es guerra discreta

y que su bien solicita

tomar la posta un amante,

que algún diablo la inventó,

35

o ¿qué culpa tengo yo

de ferrión semejante,

para venir por la posta

en un caballo postizo,

si naturaleza hizo

40

cosa tan flaca y angosta?

El parar sobre las manos

de golpe y con mil traiciones

matarme entre los arzones,

¿tal pueden sufrir cristianos?

45

¿Esto es huir de amor?

¡Guarda posta, malos años!

 

DON FÉLIX

Disculpa Amor los engaños

que nacen de ajeno error.

Celos, Carlos, me trujeron,

50

que no hay mal que desatine

como celos, donde vine

celos con oro me dieron.

Celos de un conde extranjero

han sido tan rigurosos,

55

porque los más peligrosos

son los celos del dinero.

Talles, Carlos, en Madrid;

sangre, gracias, discreción

de ningún efecto son,

60

ni esto de venir el Cid.

Y para mí disculpadas

muchas mujeres están,

pues lo mismo que las dan

las tienen tiranizadas.

65

Con lo que cuesta un jubón

se casaba antiguamente

una doncella entre gente

de mediana condición.

Las galas no las condeno;

70

pero yo sé que han causado

tanto mal…

 

CARLOS

Hablas picado.

 

POLEO

¡Que venga por gusto ajeno

un hombre de bien, sin ser

ni Amadis ni don Quijote,

75

en un rocín matalote

que era de una noria ayer!

¡Que aprenda un hombre a danzar

sobre una haca zaina y flaca

medio bestia y medio urraca!

 

DON FÉLIX

80

¿Cuándo dejarás de hablar?

 

POLEO

Cuando tú dejes de ser

tirano de mi salud.

Sin puente traigo el laúd;

ni aun me he sentado a comer.

85

Dirás que tienes razón,

que celosas competencias,

se pagan bien en ausencias,

pero mis ausencias son.

Si don Félix, mi señor,

90

no es loco, no tiene orate

el Nuncio. ¡Qué disparate!

¿Celos en Madrid? ¡Qué error!

 

CARLOS

Dice bien, que es necedad

amar en Madrid de veras.

 

POLEO

95

Aprende de mí y no quieras

con tanta puntualidad.

Yo me bajo a Manzanares

y, orilla de sus arenas,

de mil desnudas sirenas

100

oigo los dulces cantares.

Parecen de esquina a esquina,

cuando a mirarlas comienzo,

por los golpes, carne y lienzo,

procesión de disciplina.

105

No busco puño de asombro

con afeitada muñeca,

sino un rollo de manteca

desde la muñeca al hombro.

No busco por vano antojo

110

truchas del Barco empanadas,

sino de aquellas pescadas

de a seis horas en remojo.

Dígole mis requiebritos;

responde con ojos bajos,

115

encubriendo los zancajos

en la blanca arena escritos.

Tuerce y sale de su espejo,

al trasponer su arrebol,

Juan Rubio.

 

DON FÉLIX

¿Qué Rubio?

 

POLEO

El sol,

120

que eso de Apolo es muy viejo.

Subimos el pasamano

de la puente en mil concetos

sustanciales, no discretos.

Agarro una limpia mano,

125

sin sebo, hieles ni lirios,

sino muy bien jabonada,

y a media puente pasada,

que le he dicho mil martirios,

cómprole, si es en invierno,

130

castañas, y si es en verano

turrón, y así mano a mano

nos vamos por lo más tierno.

Llego a su puerta, y sabiendo

su casa, el juego se entabla;

135

de lo que hablo me habla,

ni me ofende ni la ofendo;

si le doy unos listones

me da un torrezno por prenda;

ella me cose y remienda

140

las camisas y calzones,

y no hay diez por ciento aquí,

y sabe, porque te alteres,

que hay mohatras de mujeres.

 

CARLOS

Borracho estás.

 

POLEO

Yo lo vi.

145

El que diese por un mes

la dama al que la idolatra,

claro está que hace mohatra,

pues tiene el mismo interés,

porque se queda con ella

150

y del ribete se goza.

 

Ruido dentro

DON FÉLIX

¡Qué gente!

 

CARLOS

¡Brava carroza!

 

DON FÉLIX

Tal príncipe viene en ella.

 

CARLOS

Gran gente se va juntando.

 

DON FÉLIX

Las fiestas dan ocasión.

 

POLEO

155

Quedo, que en nuestro mesón

se están, señor, apeando

de dos dichosos pollinos

dos labradoras tan bellas,

que si hay caballos de estrellas

160

de serlo también son dignos,

y en las figuras celestes

tener asiento y lugar.

 

Salga Leonarda, dama, que es la Burgalesa, e Inés, su criada, vestidas de labradoras, con unos velos de plata por el rostro

INÉS

Aún no tienes donde estar,

cuanto más donde te acuestes.

 

LEONARDA

165

Yo no he de dormir aquí.

Dile al huésped que te dé

algún lugar en que esté.

¿No son hoy las fiestas?

 

INÉS

Sí.

 

LEONARDA

Pues esta noche es forzoso

170

volvernos, que si volviese

mi hermano a Burgos y viese

que antojo tan peligroso

a Lerma me había traído,

aunque este disfraz no sabe,

175

de la daga haría llave

para mi pecho atrevido.

 

INÉS

Él tuvo culpa en contarte,

cuando de Burgos partía,

las grandes fiestas que había

180

en Lerma, pues fue obligarte

a buscar esta invención;

que no es discreción hacer

a la más cuerda mujer

de estas cosas relación.

185

Callan muchos en los ojos

de las preñadas las cosas,

cuando son dificultosas,

para no darles antojos;

mas con todas ha de ser

190

guardad sin excepción

tal regla en su condición;

porque basta ser mujer,

que están, como al fin, privadas

de sus propias libertades,

195

para gozar novedades

desde que nacen preñadas.

 

LEONARDA

Tal me ha sucedido a mí.

Cuando de Burgos partió

mi hermano, pues, me incitó

200

para que viniese aquí.

Pintábanme al rey de España

con aquella autoridad

y natural majestad

que su persona acompaña.

205

Pintábame la belleza

del príncipe, que Dios guarde,

sol que en nuestras almas arde

por propia naturaleza.

La de la reina, su hermana,

210

divino sol de hermosura,

del que le puso luz pura

en su estampa soberana.

De otros ángeles también,

rayos del sol español,

215

y las estrellas que al sol

dentro de su esfera ven.

Después de tan bellas damas,

tantos grandes y señores,

tan dichosos sucesores

220

de sus nobles troncos ramas,

que apenas él se apartó

cuando este disfraz tomé

y a ver las fiestas llegué

que él mismo me encareció.

 

INÉS

225

A gran peligro te has puesto;

pero ya que en él estás,

¿cómo a las fiestas irás?

 

DON FÉLIX

(Gallardo traje y honesto.

 

CARLOS

Usan, Félix, en Castilla

230

vestirse algunas señoras

en traje de labradoras,

que es divina maravilla.

En Valladolid lo vi,

en Segovia y en Medina.

 

POLEO

235

Pues a fe que la vecina

no era mala para mí.

 

CARLOS

Estando en nuestro mesón

tengo a gran descortesía

no hablarlas.

 

DON FÉLIX

Y yo querría

240

por divertir mi pasión.)

Lléguense a ellas

El haber vuestra merced

llegado (bien sea allegada)

a nuestra misma posada

la obliga a hacernos merced

245

de servirse de un rincón

que nos dan por aposento,

y de aqueste ofrecimiento

a nosotros la ocasión.

También somos forasteros,

250

bien se puede descubrir.

 

LEONARDA

Cuando importara servir

a tan nobles caballeros

de aderezar la comida

a la usanza de una aldea,

255

que les sirviéramos crea.

 

DON FÉLIX

Vos merecéis ser servida

y respetada también:

que el sol que a romper provoca

las nubes de aquesta toca

260

dice que obediencia os den

aquestos prados de Lerma,

como al alba se la dan.

 

LEONARDA

Mire que somos, galán,

de una aldea pobre y yerma.

265

No gaste delicadezas

de la corte entre aldeana,

que burgalesas serranas

no entienden esas ternezas.

A la fiesta hemos venido

270

y a ver al Rey y a la Reina,

que en nuestras entrañas reina

y es luz de nuestro sentido.

Si merced no quiere hacer,

haga que aquese criado

275

dé a los pollinos recado,

que nos pensamos volver

en acabando la fiesta.

 

DON FÉLIX

¿Poleo?

 

POLEO

¿Señor?

 

DON FELIX

De presto.

 

POLEO

Di que se descuiden de esto.

 

CARLOS

280

La mesa tenemos puesta;

comer pueden con nosotros.

 

LEONARDA

Eso habéis de perdonar.

 

POLEO

¿Para qué es melindrear,

si habéis de comer con otros?

 

Vase

DON FÉLIX

285

Fiad, señora, de mí

que no sea descortés,

que fuera de que no es

mi condición serlo ansí,

traigo cierto pensamiento

290

que me impide cualquier gusto.

 

LEONARDA

Yo os sirviera, mas no es justo,

sino mucho atrevimiento,

del aposento, si hay dos,

acepto, porque he pensad

295

que está el lugar ocupado.

 

DON FÉLIX

Estalo mucho ¡por Dios!,

y así al vuestro os llevarán

la comida.

 

LEONARDA

Yo la acepto

de tan gallardo, discreto

300

y cortesano galán.

 

Váyase don Félix; queden ellas y Carlos

CARLOS

Yo os juro que el blanco velo

orlado de argentería

hace en esa celosía

no sé qué de sol y cielo.

305

Labradora podéis ser,

pero diciendo verdades

en campos de voluntades.

 

LEONARDA

Entraos, señor, a comer.

 

CARLOS

Al revés sois del Amor.

310

No sé cómo enamoráis.

 

LEONARDA

Ya os he dicho que comáis.

 

CARLOS

Erró la tabla el pintor,

que al amor que más provoca

a ceguedades y antojos

315

pintan con venda en los ojos

y a vos, señora, en la boca.

Sois Amor que puede ver,

pero no que puede hablar,

que amor secreto ha de estar.

 

LEONARDA

320

Entraos, señor, a comer.

 

CARLOS

Ya voy, aunque ya comí

por los ojos; lo que creo

que ha de hacer mal al deseo.

 

Váyase Carlos y ellas se destapen

LEONARDA

¿Inés?

 

INÉS

¿Señora?

 

LEONARDA

Esta sí

325

que es gente de bendición.

 

INÉS

Cierto que los cortesanos,

a tener quedas las manos,

tienen linda condición.

 

LEONARDA

El otro me ha contentado.

 

INÉS

330

Tiene no sé qué atractivo.

 

LEONARDA

Es más blando y efetivo…

¡Qué lindo talle!

 

INÉS

¡Extremado!

Con estos podemos ir

a las fiestas.

 

LEONARDA

Gran ventura

335

si la voluntad segura

quiere callar y sufrir.

Entra, que temer podría;

mas ¿qué daño puede hacer

voluntad que ha de tener

340

principio y fin en un día?

 

Váyanse, y salgan en Madrid Clavela, dama, y Lucía, su criada, con una carta

LUCÍA

Esta carta te escribió

Félix, tu perdido amante,

estando Fabio delante,

cuando a Burgos se partió.

 

CLAVELA

345

Pues ¿cómo no me la dio

habiendo ya tantos días?

 

LUCÍA

Por la pena que tenías,

si es de mayor sentimiento.

 

CLAVELA

No pueden tener aumento

350

mi amor ni las ansias mías.

Muestra, que el mayor pesar

que puede venir en ella

me quitará abrilla y vella

solamente con mirar

355

aquel dichoso lugar

donde la mano ponía

cuando el papel escribía.

 

LUCÍA