La campana de Aragón - Lope de Vega - E-Book

La campana de Aragón E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

La campana de Aragón es un texto teatral de corte histórico del autor Lope de Vega. Se articula en torno al hecho histórico del asesinato de doce nobles aragoneses en la ciudad de Huesca a manos del Rey Ramiro II el Monje, por haberse opuesto a su voluntad.

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Seitenzahl: 105

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Lope de Vega

La campana de Aragón

 

Saga

La campana de AragónCopyright © 1623, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617757

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Elenco

EL REY DON PEDRO DE ARAGÓN DON ALFONSO, su hermano DON FORTUNIO LIZANA, viejo LOPE DE LUNA GARCÍA DE VIDAURE DON PEDRO DE ATARES RAMIRO, recoleto, hermano del REY LEONARDO, monje BENITO, monje DOÑA ELVIRA PORCELO, soldado EL REY MORO DE ZARAGOZA DOS ALCAIDES SUYOS ARMINDA, mora TARIFE, moro, alcaide de Fraga OTROS DOS ALCAIDES SELÍN, moro DON NUÑO DON SANCHO, secretario LA REINA UN PAJE PERALTA, soldado MATEO, soldado DON DIEGO DON RODRIGO CRIADOS [MORO]

Dedicatoria

A DON FERNANDO DE VALLEJO

COLEGIAL DEL COLEGIO MAYOR DE SAN BARTOLOMÉ, Y HIJO DEL SEÑOR GASPAR DE VALLEJO, CABALLERO DEL HÁBITO DE SANTIAGO, DEL CONSEJO SUPREMO DE SU MAJESTAD

La fuerza de las historias representadas es tanto mayor que leída, cuanta diferencia se advierte de la verdad a la pintura y del original al retrato, porque en un cuadro están las figuras mudas y en una sola acción las personas, y en la comedia hablando y discurriendo, y en diversos afectos por instantes, cuales son los sucesos, guerras, paces, consejos, diferentes estados de la fortuna, mudanzas, prosperidades, declinaciones de reinos y periodos de imperios y monarquías grandes. De la historia dijo Cicerón que no saber lo que antes de nosotros había pasado era ser siempre niños. Conocida es su utilidad, tan encarecida de tantos, pero entre todos me agradan aquellas palabras verdaderamente sabias en la prefación de Jovio al príncipe de la república de Florencia: Después que en esta vida, la cual está dispuesta a la generación humana con inciertos y estrechos términos de edad breve, ninguna cosa puede ser más feliz que el haber extendido la fama de su nombre con memorias inmortales de ánimo invicto y cierta esperanza de eternas alabanzas de sus hechos. Pues con esto, nadie podrá negar que las famosas hazañas o sentencias, referidas al vivo con sus personas, no sean de grande efecto para renovar la fama desde los teatros a las memorias de las gentes, donde los libros lo hacen con menos fuerza y más dificultad y espacio. La materia de esta historia no ofendiera a Dionisio Halicarnaseo, donde se queja de Anaxilao y Teopompo que no la eligieron a propósito del ejemplo, dando a entender que cada uno en lo que escribe retrata su inclinación y su ánimo, La obediencia y veneración del rey muestra con sangriento castigo la presente historia: cuánto bien resulta amarle y servirle, y cuánto mal de resistirle y desobedecerle, a cuyo propósito Jenofonte dijo que todo el bien que tenía su república se debía a la obediencia de su príncipe. Y divinamente, san Bernardo, que era la obediencia amiga de la salud, pues que vemos que en ella consiste la felicidad de los grandes y la quietud y vida de los pequeños. Dio causa la inobediencia al rey de Aragón para tan vivo ejemplo, y el consejo a la ejecución de tan noble castigo. De donde se colige cuánto importa a la vida y conservación del príncipe el prudente ministro y consejero. Bien pudiera yo con atrevida pluma retratarle del señor Gaspar de Vallejo, padre de V. m., delineando con vivos colores qué virtudes, qué letras, qué costumbres, qué noblezas le convienen, pero como no fuera castigada mi culpa, aunque mi amor la abone, en atrevimiento tan ajeno de mis fuerzas, cuando ajustado a la verdad que a tales méritos se debe, pues como mi voluntad no puede ser a todos manifiesta, habrá de ser tenida por error mi obligación, y por ignorancia mi buen deseo. Pero podré decir con Propercio: Quod si deficiant vires, audacia certe laus erit; in magnis, et voluisse sat est. Pero antes que me pongan por objeción que ya está hecho el retrato, y del mayor artífice, ese mismo ofrezco en V. m. a la censura del mundo, donde no habrá lince tan sutil, que descubra en sus virtudes, en su excelente ingenio, en sus letras y discretas costumbres, de diferencia un átomo, que puesto que parezca por tan tiernos años principio solo, ya sabe V. m. de la primera ley de Orig. Jur. que principium cuiusque rei potentisima pars est. Platón la llamó

grande, y como Aristóteles tuvo por imposible que sin él ninguna cosa pudiera serlo, la expectación es justa, el principio heroico. Y como dijo un poeta español: Antes que mire al occidente Febo, ya se previene la dorada aurora. Dios guarde a V. m., como deseo. Su capellán, Lope de Vega.

Acto I

Enpiézase la comedia con ruido de cajas y batalla, moros que salen huyendo y cristianos tras ellos, y descúbrese Santiago a caballo, armado, en lo alto, y moros heridos a los pies. Sale el rey DON PEDRO, mirando a Santiago, y DON ALFONSO y FORTUNIO,

REY

Hincad la rodilla en tierra.

 

ALFONSO

No es, rey Pedro, del suelo

quien tanto valor encierra.

 

REY

¡Oh, caballero del cielo,

5

vencedor de aquesta guerra!,

solo a Dios se debe honor,

y a ti luego.

 

ALFONSO

¡Extraña luz!

 

REY

¿Quién sois? ¿No me habláis, señor?

 

ALFONSO

No me dejaba ver la luz

10

su divino resplandor.

Es Jorge, si no estoy ciego.

 

Cúbrese la apariencia.

FORTUNIO

Desapareciose luego

que le nombraste. ¿Si es él?

 

REY

¡Notable estrago!

 

ALFONSO

¡Cruel!

 

REY

15

Tal espada trae.

 

FORTUNIO

De fuego.

 

REY

A Dios se debe la gloria,

y a Jorge, de esta victoria,

y entre nosotros es llana

de don Fortunio Lizana

20

la hazaña digna de historia.

De grande importancia ha sido,

fuera de que al cielo pides

el socorro que has traído.

Para ser igual Alcides

25

solo le falta el vestido.

Causaron grandes desmayos

estos trescientos lacayos

con las mazas que traían,

que en los moros discurrían

30

como por el viento rayos.

Quebraban piernas y brazos,

máquinas, caballos y hombres

iban haciendo pedazos.

 

ALFONSO

Bien es que tuyo le nombres.

 

REY

35

Hoy merece mis abrazos.

 

[FORTUNIO de rodillas.]

FORTUNIO

En el suelo estoy, señor,

y tu perdón esperando.

 

REY

En mi pecho estás mejor,

donde hoy te he visto animando

40

con el tuyo mi valor.

Y he de haberte desterrado,

Fortunio, estoy enojado

con mi esquiva condición.

 

FORTUNIO

Juntos en esta ocasión

45

habemos, señor ganado,

tú a Huesca al valiente moro,

y yo tu gracia, tesoro

que ha de enriquecer mi honor,

porque es tu gracia mayor

50

que ciudades, plata y oro.

Desterrado me tenías,

en los montes Pirineos

pasando noches y días,

donde a mis buenos deseos

55

tan notable agravio hacías.

Supe que a Huesca asaltabas,

trescientos hombres junté

con esas mazas o clavas,

y de los montes bajé

60

por el peligro en que estabas.

Si merecí tu perdón,

el parabién es razón

de la victoria me den.

 

REY

Y a mí, Fortunio, también,

65

que por vos tengo a Aragón,

y quiero que por memoria

de la maza, que fue traza

para ganar la victoria,

don Fortunio de la Maza

70

os llame de hoy más su historia,

que aunque Lizana apellido

de vuestro linaje ha sido,

de este quedáis más honrado,

pues que Maza habéis ganado

75

lo que Lizana perdido.

 

DON NUÑO, en lo alto, poniendo el estandarte del REY en el muro.

NUÑO

¡Huesca, por el rey don Pedro!

¡Huesca, del rey de Aragón!

 

REY

Ya de tierra y honor medro.

 

ALFONSO

Voces de don Nuño son,

80

bien digno de lauro y cedro.

 

REY

Fuertemente ha peleado.

 

FORTUNIO

Es, aunque mozo, soldado

de gran valor.

 

REY

Yo lo estimo.

¡Oh, cuánto en mirar me animo

85

aquel pendón levantado!

 

Sale DON NUÑO, con su espada y rodela, y dos o tres CRIADOS, que traen cuatro cabezas de moros, con sus coronas.

NUÑO

Ya que Huesca por ti,

Rey famoso aragonés,

que a su mezquita subí,

y aquestas lunas que ves,

90

a tus cruces abatí.

Allí, señor, enarbolo

tu estandarte, y queda solo,

dando terror al pagano.

 

REY

Eres un Marte cristiano,

95

famoso de polo a polo.

Son señal de tus proezas

esas cabezas cortadas.

 

NUÑO

Son, señor, cuatro cabezas

que se hallaron adornadas

100

de aquellas doradas piezas.

Hazaña ha sido este día

de tu heroica valentía

y de mi fe celebrada,

que los ha muerto tu espada,

105

y los degolló la mía.

 

REY

Famosa victoria ha sido.

Cuatro reyes ha costado

hoy al morisco atrevido.

 

ALFONSO

Al caballero cruzado,

110

hoy te muestra agradecido.

 

REY

Hoy, Alfonso, quiero dar

armas nuevas a Aragón,

que de la cruz singular

de ese angélico varón

115

quiero mi escudo adornar.

Y en cuatro partes partido

el campo, que blanco sea,

por serlo su arnés lucido,

y porque mejor se vea,

120

de la cruz roja ceñido,

los cuatro cuadros tendrán

aquestas cuatro cabezas.

 

ALFONSO

Famosas armas serán,

y que ya de tus grandezas

125

ilustres indicios dan.

 

REY

Estas le doy a Aragón,

y a Fortunio la tenencia

de Huesca, si en ocasión

se me ofrece hacer ausencia

130

contra el morisco escuadrón.

A Nuño doy del despojo

una parte, y a mi hermano

dos o tres.

 

ALFONSO

Mucho me enojo.

Bástame el honor que gano,

135

y en premio un bonete rojo.

Todo lo habrás menester.

 

REY

Desde aquí pienso volver

a San Ponce de Tomaras.

 

ALFONSO

De Alcides a Huesca amparas.

 

REY

140

A mi hermano quiero ver,

que, como sabéis, está

Ramiro monje en San Ponce.

 

NUÑO

Ya de par en par te da

Huesca sus puertas de bronce,

145

y el moro huyendo se va.

 

REY

Id, Fortunio, a la montaña,

y vuestra casa traed.

 

FORTUNIO

Si don Nuño me acompaña.

 

NUÑO

Recibo en eso merced,

150

heroico Roldán de España.

 

FORTUNIO

Quiéroos regalar, pariente,

en mi casa.

 

NUÑO

Y yo, serviros.

 

Salen DON PEDRO DE ATARES, con espada y rodela.

ATARES

¡Oh, famoso Rey! Detente,

que el cielo oyó mis suspiros,

155

y llegué salvo a tu gente.

 

REY

¿Quién es?

 

ALFONSO

Don Pedro de Atares.

 

ATARES

Señor, no permita el cielo

que la victoria declares,

cuando estampan en tu suelo

160

moros los pies a millares.

 

REY

¿De dónde?

 

ATARES

De Zaragoza,

que su rey Albochacén

tus campos tala y destroza.

 

REY

¿Vienen cristianos?

 

ATARES

También

165

con sueldo cristianos goza.

 

REY

¿Quién le acompaña?

 

ATARES

Un García,

del rey de Castilla hermano.

 

REY

¡Cristiano ayuda este día

a un moro contra un cristiano!

170

Vamos, que esta causa es mía.

Póngase en orden mi gente,

victoriosa justamente,

que contra dos moros voy.

 

FORTUNIO

De cólera ardiendo estoy.

175

Sígueme, Nuño valiente.

 

REY

Id, que para más espanto

las armas te han de pintar.

 

NUÑO

La cruz roja de aquel santo

puede al mundo hacer temblar,

180

si a tu lado la levanto.

 

ALFONSO

Salgámosles al camino.

 

REY

¡Oh buen Alfonso, tan digno

de ser mi hermano!

 

ALFONSO

No quiero

serlo, ni ser caballero,

185

viviendo ese moro indigno.

Tú verás lo que se goza

mi espada, en los que destroza

abriendo sangrienta plaza.

 

FORTUNIO

Aún no han probado maza

190

los moros de Zaragoza.

 

Vanse todos. Y salen LEONARDO, monje, y BENITO y RAMIRO, hermano del rey DON PEDRO y de don ALFONSO, con una escoba en la mano.

LEONARDO

Deje –y llévelo en paciencia–

la escoba, padre y señor,

pena de santa obediencia,

que la igualdad, en rigor,

195

siempre admite diferencia.

 

RAMIRO

Parece riguridad.

Si así me trata, en verdad,

que estorba mi salvación.

 

LEONARDO

Deo gratias. Bien sé que son

200

actos de mucha humildad,

pero en fin puede ocuparse

en obras más meritorias.

 

RAMIRO

¿Hayla mayor que humillarse?

 

LEONARDO

Sacras y humanas historias

205

pueden por ejemplo darse,

que vil David se llamaba

cuando con Micol hablaba,

que era polvo dijo a Dios,

hablando una vez los dos,

210

Abrahán, que humilde estaba;

y Geodón otra vez

su casa llamó pequeña,

siendo del pueblo jüez.

 

RAMIRO