La escolástica celosa - Lope de Vega - E-Book

La escolástica celosa E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

La escolástica celosa es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso a causa de celos que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo.

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Seitenzahl: 83

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Lope de Vega

La escolástica celosa

 

Saga

La escolástica celosaCopyright © 1604, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617849

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Elenco

JULIA CELIA TEBANDRA CARDENIO VIRENO VALERIO MARCIO OSTILIO PLÁCIDO OCTAVIO LEONARDO PORCELIO OLIMPO FABRICIO

Jornada I

(Sale CARDENIO con manteo y sotana, y VIRENO, su amigo, y JULIA, dama.)

CARDENIO

Vos, señora, habéis llegado

donde podéis descansar.

 

JULIA

Por fuerza ha sido el lugar

y el despediros forzado.

5

Bien de espacio hemos venido;

mas no hay plazo que no alcance.

 

CARDENIO

Yo le llamo en este trance

lazo de mi bien perdido.

¡Qué corto camino tiene

10

la voluntad en el gusto!

 

JULIA

Y ¡cuán largo es el disgusto

que por cortos pasos viene!

Quiérome entrar, no me sienta

mi madre. Cardenio, adiós.

 

CARDENIO

15

Cuando se enoje con vos

poned su enojo a mi cuenta,

y esperad, por Dios, un poco.

 

JULIA

Mal su condición sabéis.

 

CARDENIO

Señora, no me culpéis,

20

que estoy por extremo loco.

Volvedme a dar esa mano.

 

JULIA

Y con el alma os la doy.

 

CARDENIO

Con tal mano desde hoy

ricas esperanzas gano.

25

¡Oh, mano, en cuyo poder

está mi vida o mi muerte!

Mano poderosa y fuerte,

donde es ganar el perder;

mano hermosa y vengativa,

30

agraviadora y suave;

mano libre y dulce llave

de la voluntad captiva.

¡Oh, mano, que de esta vez

con el alma misma os toco!

 

VIRENO

35

Ella vendrá poco a poco

a ser mano de almirez.—

Entrate, Julia, en tu casa,

no escuches este perdido.

 

JULIA

Segunda vez me despido.

 

CARDENIO

40

¡Oh, mano, en mi bien escasa!

Aguarda, mano cruel,

mano vengativa y fiera,

mano que gustas que muera

hombre que vive sin éln,

45

mano de Scévola fiero

y de un robusto Nerón.

 

VIRENO

Más propia comparación

fuera hacella de mortero.

Acaba; déjala entrar,

50

que la reñirá su madre.

 

CARDENIO

Más debe a su mismo padre,

que tiene el primer lugar.

 

VIRENO

¿Quién es su padre?

 

CARDENIO

El Amor,

que es padre de cuanto hoy vive,

55

y de quien forma recibe

toda materia en rigor.

Amor engendra, amor cría,

amor conserva y sustenta;

el amor el mundo aumenta,

60

sin amor se acabaría.

Ama el hombre, el pez y el ave,

la fiera, la planta, y todo

ama y quiere de tal modo

que su género no acabe.

 

VIRENO

65

Entrate, Julia.

 

JULIA

Porfía

a tenerme.

 

VIRENO

Pues advierte

que por sólo detenerte

te habla Filosofía.

 

JULIA

Adiós, Cardenio.

 

CARDENIO

Señora,

70

de tu estudiante te acuerda.

 

JULIA

Tu amor me inquieta y recuerda.

 

CARDENIO

Mi bien, ¿qué has de hacer ahora?

 

JULIA

Dormir pienso, por tu vida,

que estoy desasosegada.

 

CARDENIO

75

¡Quién te viera, Julia amada,

al dulce sueño rendida,

o quién fuera el mismo sueño

y esas estrellas cubriera,

porque en este punto fuera

80

de tus bellos ojos dueño!

Vete y llévame la vida.

 

JULIA

La mía te queda aquí.

 

CARDENIO

¿Qué vas [a] acostarte?

 

JULIA

Sí.

 

CARDENIO

¿Luego?

 

JULIA

Voy medio dormida.

 

(Vase JULIA.)

CARDENIO

85

¡Fuése, entróse, aquí quedé!

Vireno, mi bien se va.

 

VIRENO

¿A quién no provocará

a risa tu amor?

 

CARDENIO

No sé,

sino es a un hombre discreto,

90

a un cuerdo, a un bien entendido.

 

VIRENO

Mejor dirás a un perdido,

a un majadero, en efeto.

¡Pesar de mí! ¿Tú naciste

en Toledo, cuyo clima

95

por el más feliz se estima

del ingenio que ofendiste?

¿Tú entre gente te has criado

que profesa discreción?

¿Esas las liciones son

100

y el crédito celebrado?

¿Tú, que predicar solías

a los amigos desdén

y que para querer bien

antídotos escribías,

105

no los tomas para ti,

y con ese ciego amar

ocasión les quieres dar

a que se burlen de ti?

 

CARDENIO

¿Quién esa verdad te niega?

110

Una cosa es escribillo,

Vireno, y otra sentillo.

El que mira mejor juega.

¡Triste de mí, que mirando

vi sobre la tabla el lance,

115

y puesto en el mismo trance

ciego estoy, a escuras ando!

Amo a una extraña mujer

que tiene en la condición

por alma un camaleón,

120

imposible de saber.

Con esto a engañarme viene,

pues el alma es como viento,

mira tú qué entendimiento

sabrá la color que tiene.

 

VIRENO

125

Sí; pero bueno sería

que, templando tanto amor,

conocieses el color

de tu fuego o nieve fría.

El que ama, si es discreto,

130

siempre, amigo, ha de tener

sospechosa a la mujer

si es su amor falso o perfecto.

La razón por que ésta ha dado

en fingir lo que ha fingido,

135

es porque te ha conocido

perdido de enamorado.

Tanto, que aunque agora quieras

fingir que no le amas tanto,

tu risa tendrá por llanto,

140

tus burlas tendrá por veras.

Y más, que es mujer discreta

y tiene algo de taimada;

que aun pienso que está ocupada

de otro viento la veleta.

 

CARDENIO

145

¿Qué he de hacer? Ya le miré,

ya le amé, ya me perdí.

 

VIRENO

Volver, si es posible, en ti

y que menos loca esté.

Si a su puerta te anochece

150

y mientras la noche calla

lloras tú y el sol te halla

despierto cuando amanece,

¿qué ha de hacer sino dormir?

 

CARDENIO

¡Oh, consejos de hombre sano!

 

VIRENO

155

Sano, y de Castilla, hermano;

quiero lograrme y vivir;

¡qué bonito que era yo

para andar en estos pasos,

rondando casas y casos!

160

¡Pesar de quien me parió!

¿Yo toda la noche estar

como cuero de aire lleno?

A dos horas, del sereno,

me pudieran enterrar.

165

¿Yo escribir? ¿Regalar yo?

¿Yo estar mudo? ¿No comer?

¿Yo esperar desde un ayer

un hoy que nunca llegó?

A los bobos; que mi cama,

170

después que he cenado bien,

antes que las ocho den

es mi señora y mi dama.

¿De un sabio oído no has,

entre varios pareceres,

175

que usaba de las mujeres

por necesidad no más?

 

CARDENIO

¡Oh, bruto! ¡Oh, bestia! ¡Oh, enemigo

del mayor bien, que es amor!

A mi mal era rigor

180

ese infame, que maldigo.

¿Qué vale ese fin, qué vale

sin requebrar ni rogar,

sin llorar, sin esperar,

sin ver si sale o no sale,

185

sin tomar la hermosa mano

temblando de amor y miedo,

sin sufrir aquel ‟no puedo”

y aquel ‟¡ay, Dios, qué villano!”;

aquel fingirse cruel,

190

llamándole loco y ciego

y aquel allanarse luego?

 

VIRENO

Anda, que eres moscatel.

¿Hay cosa como llegar

cuando hay hambre en la comida,

195

sin que pida ni despida

y oír tañer sin templar?

Esta es mucha sutileza.

Sueño, comida y mujer

son tres cosas que han de ser

200

de común naturaleza.

¡Vive Dios, no sufra yo

un melindrillo estudiado

y un ‟téngase, que me enfado”,

y un… al fin que dé un no,

205

por cuanto tiene Florencia!

¡Oh, bienhaya una fregona

que al hablar con la persona

le hace la reverencia!

Vamos, mi señor Macias,

210

y mudará de sotana.

 

(Entra VALERIO y OSTILIO.)

VALERIO

Vila entrar esta mañana

y hela visto muchos días.

Con esto los celos crecen

y no se mengua el amor.

 

OSTILIO

215

Ya tus descuidos, señor,

esto y mucho más merecen.

Quien ama siempre ha de estar

con el cuidado en la mano,

como quien sirve a tirano,

220

que siempre le ha de agradar.

¿Tiene buen rostro y buen talle

ese estudiante?

 

VALERIO

Bastante

a que no mate ni espante.

 

VIRENO

(¿No ves que hay gente en la calle?

225

¿No nos hemos de ir de aquí?

 

CARDENIO

Vireno, ¿estará durmiendo

Julia?

 

VIRENO

Sí.

 

CARDENIO

No hagas estruendo,

que duerme mi vida allí.)

 

(Vanse.)

VALERIO

Gente se va de la reja.

 

OSTILIO

230

Alguien pasaba, y paróse.

 

VALERIO

No es posible que repose,

Amor, quien de ti se queja.

A quien los celos enojan

imita, triste, afligido,

235

a quien bueyes ha perdido,

que la sombra se le antojan.

 

OSTILIO

Mejor pudieras decir

al que bueyes ha ganado,

que un celoso imaginado

240

al coso puede salir.

¡Cómo Julia te ha engañado!

 

VALERIO

¿Y eso no es fácil de hacer?

 

OSTILIO

¿Cómo?

 

VALERIO

Siendo ella mujer

y yo hombre que la ha amado.

 

OSTILIO

245

Mira que en todo el lugar

tiene ya la discreción

de este estudiante opinión,

y en mujer no hay que fiar.

 

VALERIO

Julia es mía.

 

OSTILIO

Eso es verdad;

250

pero no te cause enojo

ver que la rija un antojo

de cualquiera novedad.

 

VALERIO

Calla, necio. Llega y llama,

que en mi antigua posesión

255

su esperanza y mi opinión

es como estopa en la llama.

 

(Sale JULIA a la ventana.)

OSTILIO

Julia abrió, llégate a hablar.

 

VALERIO

¡Oh, mi Julia!

 

JULIA

¡Oh, mi Valerio!

No fue el salir sin misterio.

 

VALERIO

260

Púdote el alma avisar,

digo la mía, que vive

dentro de mi mismo pecho.

 

JULIA

Sin duda el milagro ha hecho

la que de ti luz recibe.

265

¿Cómo estás?

 

VALERIO

Estoy quejoso,

loco, ignorante, impaciente,

solícito, diligente.

 

JULIA

¿Quieres decir?…

 

VALERIO

Soy celoso.

 

JULIA

¿Tú celos? Y ¿de quién, di,

270

si sabes que yo te adoro?

 

VALERIO

De un estudiante de oro

que ayer a tu cuello vi.

 

JULIA

¡Jesús! ¿Tan jarifo era?

 

VALERIO

Él lo debe de pensar.

 

JULIA

275

No creas que en tal lugar

con tantas ropas cupiera.

Y ¿para qué buenos son

con tantos cargas y cargos?

 

VALERIO

Los hombres de faldas largos

280

son cortos de dilación.