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La hermosa Alfreda es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso a causa de celos que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo.
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Seitenzahl: 103
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Saga
La hermosa AlfredaCopyright © 1928, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617894
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
FLORISEO. Consejero del REY. En el texto se menciona alguna vez como FLORELO. No hemos corregido este error por no romper el cómputo silábico.
LISARDO. El nombre se confunde alguna vez con LISANDRO.
ALFREDA. Actúa de DIANA.
Sale el rey Federico, Cleonardo, Floriseo y gente
REY
Dar quiero a mi reino gusto.
CLEONARDO
Fuera de que el cielo ama
tu valor, Príncipe justo,
César el reino te llama,
5
y el mundo César Augusto.
FLORISEO
Fuera de ser buen cristiano,
no puede una rey hacer cosa
más de piadoso y humano,
ni tan justa y provechosa,
10
como casarte temprano.
Y tú, que otra vez lo has sido
y herederos no has tenido,
con mayor obligación
estás a tu sucesión
15
y al bien del reino afligido.
CLEONARDO
El no estar determinado
Vuestra Alteza, gran señor,
nos pone a todos cuidado,
pues no la cumple en rigor
20
ya que la palabra ha dado.
Pues quiere casarse, elija
una hermosa, hermana o hija
de un señor, propio o extraño,
tal que nos dé al primer año
25
quien estos estados rija.
REY
No les hallo otro pesar,
Cleonardo amigo, a los reyes,
sino el forzoso casar
por las más bárbaras leyes
30
que se pudieron pensar.
Lo que ha de ser escogido
con el alma y con la vista,
que es el primero sentido,
cuando mucho lo conquista
35
la fama por el oído.
A lo que no vi ni oí
¿tengo de tener amor?
CLEONARDO
¿Dudas que es posible ansí
amar tu mismo valor,
40
lo que es semejante a ti?
Si amor se engendra de iguales
entre personas reales,
aunque en naciones distintas,
asiste en horas sucintas
45
para siglos inmortales.
¿Pero qué te persüado
el poco gusto que tiene
Su Alteza de ser casado?
Con este engaño entretiene
50
remisamente su estado.
FLORISEO
Torne Vuestra Alteza a ver
estos retratos agora,
que entre ellos no puede ser
que falte alguna señora
55
digna de ser su mujer.
Que del mundo la mejor
en esta pequeña caja
tiene encerrado el amor;
el provecho con ventaja
60
y el extremado valor
guarda estos rostros suaves,
como el arca de tres llaves,
el cielo que los ha hecho,
que amor, valor y provecho
65
las tienen por hombres graves.
REY
Muestra, y otra vez veré
si hay alguna, Floriseo,
que más contento me dé,
aunque de amor el deseo
70
no se sustenta de fe.
Quiere ver la semejanza,
porque lo que a ver no alcanza
por fe no lo ha de creer.
FLORISEO
Antes se suele encender
75
el amor con la esperanza,
y la esperanza a la fe,
que es de lo que no se ve.
REY
Eso es en cosas del cielo,
que en los deseos del suelo
80
la vista la causa fue.
Abre y muéstrame el primero.
¡Qué de naipes!
FLORISEO
Es baraja
con que amor juega.
REY
No quiero
con jugador de ventaja
85
aventurar mi dinero.
FLORISEO
Mas plega al cielo que acierte
hacer contigo una suerte
que será de Rey encuentro,
y cuantos hay aquí dentro
todos son reyes advierte.
REY
90
Creo que me has de encontrar,
a pesar de cuantas leyes
me han estorbado casar,
porque baraja de reyes
no puede tener azar.
FLORISEO
95
Esta mira, que es la infanta
del polonio rey Luis.
REY
Esta ni mata ni espanta,
estese agora en Dantís,
que aunque es sirena, no canta.
FLORISEO
100
Si como Ulises el mar
atado quieres pasar,
¿qué sirena ha de vencerte?
REY
Es, para no ver la muerte,
antídoto el no mirar.
FLORISEO
105
La de Ingalaterra es esta.
REY
¡Extraña cara!
FLORISEO
¡Qué honesta!
REY
Parece que se espantó
de ver que le dije no.
FLORISEO
Porque era injusta respuesta.
110
¿Y la de Escocia?
REY
¡Ya es vieja!
Mujer te pido y no madre,
pero las infantas deja;
venga una dama que cuadre
al alma y será pareja.
FLORISEO
115
Barajo.
REY
Bien haces.
FLORISEO
Alza.
REY
No vale mano.
FLORISEO
Aquí sí,
que el casamiento se ensalza.
¡Oh, qué dama sale aquí!
Pero ya es monja descalza.
REY
120
Déjala a Dios, que mujer
que ya tiene tal esposo
ni se ha de tratar ni ver,
que es en extremo celoso
y tiene grande poder.
FLORISEO
125
Esta es hija del conde
Mansfelt.
REY
Aunque es niña ahora…
FLORISEO
Esta, cuya luz esconde
de envidia la blanca aurora,
mejor a tu sí responde.
REY
130
¡Guárdalas, por vida tuya!
Que aunque no pensé decir
lo que en mi flaqueza arguya,
que vence al ver el oír
y es mayor la fuerza suya,
135
veréis que en este suceso
lo que he negado confieso.
CLEONARDO
¿Luego ya dices, señor,
que la fama engendra amor?
REY
¿Y lo he negado por eso?
140
Que de oír decir gusté
que se puede amar, Cleonardo,
sin ver que el amor es fe.
CLEONARDO
Ya, señor, la causa aguardo.
REY
Y yo la causa diré.
145
Mas, ¿qué sirve tanta historia?
Del pecho podré sacar
la que tengo en la memoria.
Saca un retrato del pecho en un tafetán
CLEONARDO
Si ella vive en tal lugar,
no ha sido poca victoria.
REY
150
Corre esa indigna cortina,
quita ese vil tafetán,
verás su imagen divina
con ojos de piedra imán,
que ansí las almas inclina.
155
Mira esos ojos suaves,
blandos, alegres y graves;
mira esa boca de perlas,
que diera yo por cogerlas
de todo el mundo las llaves.
160
Mira aquella dulce risa,
que parece que provoca
y de que es discreta avisa
el alma que se divisa
por esa angélica boca.
165
Pero en palabras tan breves,
amor, no es justo que pruebes
a loar tan bella dama.
CLEONARDO
¿Quién es?
REY
Alfreda se llama,
hija del Duque de Cleves.
170
¡Ay, Cleonardo! ¿Quién creyera
que ansí un alma cautivara
pincel que de Dios no fuera,
y que un hombre humano hiciera
cosa que tanto se amara?
175
¡Estoy loco!
CLEONARDO
Gran señor,
no es el humano pintor
el dueño de esta pintura,
que su primera hermosura
se debe a Dios, que es su autor.
180
Porque no hay cosa querida,
como el filósofo dice,
si no es antes conocida.
¿Qué importa que este matice
un rostro sin alma y vida
185
que tú mirando no amaras,
si luego no imaginaras
que es mujer su original?
FLORISEO
¿Por ventura no es su igual?
REY
¿Cómo igual? ¿En qué reparas?
FLORISEO
190
De cuantos arte y labor
hoy el mundo considera
reducidos a primor,
no hay cosa más lisonjera
que el poeta y el pintor.
195
Este, si escribe, a los ojos
llama estrellas y despojos
de cielo; al pecho, cristal,
a los labios de coral,
para decir que son rojos.
200
Al oro, a la plata fina,
ámbar, rosas, seda y grana,
y tanto se desatina
que a la mujer más humana
la suele llamar divina.
205
El guante que le cogió,
el cabello que le dio
la criada, suyo acaso,
los compara a cada paso
al cielo, que nunca vio.
210
Haciendo un galán ausencia
dijo a una dama discreta:
“¿Cómo tendré yo licencia?”
Respondió: “Siendo poeta,
porque es grande en mi conciencia.”
215
Pues del pintor ya tú sabes
lo que Horacio los iguala,
y ansí estos ojos suaves,
con que fuego y luz exhala,
son tan alegres y graves.
220
Anda siempre al retratar
lisonjeando el pintor
porque desea agradar,
que cuanto es poner color
es, en efeto, afeitar.
225
Este rostro es muy perfeto,
no lo será la verdad
como el pincel, te prometo.
REY
La misma dificultad
fue mi primero conceto.
230
Direos lo que he concertado,
que hasta aquí no lo ha sabido
ningún vasallo o privado.
El conde Godofre es ido
a Cleves por mi mandado,
235
va a saber secretamente
si es Alfreda tan hermosa,
porque es del Duque pariente,
sin que hable o diga cosa
que mi casamiento intente.
240
Si lo es tanto, poder lleva
para que al Duque la pida
en siendo cierta la prueba,
como ha sido conocida
en este reino por nueva,
245
casarse tiene por mí,
que el poder se extiende a todo,
y traer a Alfreda aquí.
CLEONARDO
No procediera esa modo
menos, señor, que de ti.
250
Gran discreción has tenido.
FLORISEO
Con gran secreto partió
el Conde.
REY
Forzoso ha sido.
FLORISEO
Y mucho el Conde quedó
de tu amor favorecido.
REY
255
Es hombre de confianza,
y es mi amistad y privanza.
CLEONARDO
Dichoso el reino si tiene
tal señora.
REY
Y más si viene
a ser cierta mi esperanza.
260
Vamos, pasaré el deseo
de este imaginado amor
que dentro del alma veo,
donde no ofende el temor
la esperanza que poseo,
265
que aunque mi temor la culpa,
mi deseo la disculpa.
CLEONARDO
Caballo traen.
REY
¿Cuál?
CLEONARDO
El sardo.
REY
A hacerle mal voy, Cleonardo,
aunque él no tiene la culpa.
Vanse; salen el conde Godofre y Tisandro, caballero viejo
GODOFRE
270
No es posible que es amor
tan extraño desatino.
TISANDRO
¿Pues qué puede ser?
GODOFRE
Furor,
que amor por tan mal camino
locura ha sido en rigor.
TISANDRO
275
Señor, cuantas obras son
hijas del entendimiento
o de la imaginación,
tienen el consentimiento
por casi la ejecución.
280
Si pensaste, no consientas;
si consientes, no ejecutes,
porque tu daño no sientas,
ni al amor la culpa imputes
de tus pesares y afrentas.
285
Al principio resistido
el amor niño es vencido,
que si niño no se doma
crece tanto, que al fin toma
la posesión del sentido.
290
Si el que vio no deseara,
o el que deseó no fuera
tan loco que procurara,
luego el fuego se muriera
y materia le faltara.
295
Deseos y pensamientos,
solicitud del favor,
imaginados contentos,
hacen parar en amor
los primeros movimientos.
GODOFRE
300
No dudo que, resistido
a los principios su fuego,
suele amor quedar vencido;
pero dame un hombre ciego,
y darételo perdido.
305
Dos maneras hay de males:
unos que un hombre pudiera
estorbar que fuesen tales,
y otros que no los espera
y viene accidentales.
310
Ansí fue en esta conquista
el daño por accidente;
¿cómo quieres que resista
si es daño naturalmente
el que nació de su vista?
315
Tisandro, no me aconsejes;
muerto soy.
TISANDRO
Conde, repara
en que estas quimeras dejes;
no vuelvas al Rey la cara
ni de ti mismo te alejes.
320
Está en ti, siendo quien fuiste
hasta este punto.
GODOFRE
Tisandro,
tarde al consejo veniste,
que ya está en el mar Leandro
y puesta la lumbre triste,
325
y a todo me incita y llama;
Ero llora y el mar brama,
suena el viento, el agua gime.
TISANDRO
¿Qué consejo habrá que estime
la locura de quien ama?
330
Si el Rey, siendo Alfreda hermosa,
te manda y te da poder
para que como su esposa
la puedas, Conde, traer,
¿cómo has de hacer otra cosa?
335
Ya es hermosa, ya, en efeto,
es su mujer, y en rigor
amarla, aunque con secreto,
es ser desleal y traidor
a su obediencia y respeto.
340
Pídela al Duque, fiel,
para el Rey.
GODOFRE
Tisandro, advierte
que amor resuelto es cruel,
y que procuras tu muerte
si vuelves a hablar por él.
TISANDRO
345
¿Eso me dices a mí?