La madre de la mejor - Lope de Vega - E-Book

La madre de la mejor E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

La madre de la mejor es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español, narra un malentendido amoroso a causa de celos que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo.

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Seitenzahl: 88

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Lope de Vega

La madre de la mejor

 

Saga

La madre de la majorCopyright © 1963, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617993

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Dirigida a D. Fr. Plácido de Tosantos, Obispo de Guadix, del Consejo de S. M.

 

La causa de no haber en España poetas famosos, no es, como piensa Juan Segundo Hagiense en el libro séptimo de sus Epigramas,

An vero paucis cum sis foecunda Poetis,

laudem de tumulo quaeris acerba meo,

sino el poco favor de los príncipes, tan diverso del que se usa en Italia y Francia, donde todos los reyes tenían un poeta que se llamaba regio, como se ve en Joannes Auratus, Leomovicense, en el Alemán y otros, y así en Italia florecieron tantos ingenios en tiempo de aquellos ínclitos y venerables Médicis, Cosme y Lorenzo, cuya memoria no faltará jamás del mundo, por Angelo Policiano y Pico de la Mirandola, y la de los insignes duques de Ferrara y la casa de Este, por Ludovico Ariosto, poeta en aquella nación aventajado a todos, aunque perdonen los críticos de España que celebran siempre más lo que menos entienden. El disfavor enfría el calor de los ingenios, como el cierzo las tempranas flores, y así no llevan fruto: la honra cría las artes, como el arte adorna y purifica la naturaleza, que cada uno siente privarse della, como lo afirma el filósofo en su Económica, y así tiene por opinión en las Éticas, que es premio de la virtud y del estudio. No niego que se quejaron Ovidio, Silio Itálico y otros poetas, remitiendo a sus cenizas su estimación, pero lo cierto es que la tuvieron viviendo, si bien no aquella que se pronosticaban fuera del límite de la vida donde la envidia no alcanza. Livio dijo que no sentían los hombres el peligro ni el trabajo de que sabían que les había de resultar honra y provecho. Muchos españoles han emprendido poemas heroicos de las hazañas de capitanes y príncipes, y desfavorecidos de sus sucesores los han dejado donde, con breve tiempo, las cubra olvido. De la República veneciana dijo Michael Leto en su libro De re nautica:

Venetum Respublica semper

vatibus aucta.

No lo dirán por la nuestra sus ingenios, entre los cuales, si tuvieran estimación o amparo, he conocido algunos que hubieran ilustrado nuestra nación con la elegancia de sus escritos; con larudeza de mi ingenio (en mejores años que alcanzaron los pasadas versos) hubiera yo intentado alguna cosa digna de más nombre, pero viendo que los más echan por el camino cómico, he seguido con más gusto el agradecimiento provechoso que la opinión dudosa, y como un hombre que sueña, formando conceptos en figuras fantásticas. Entre las comedias que he escrito de las Sagradas historias, fue bien recebida La madre de la mejor, y así, dándola a luz, quise honrarla con el nombre de V. S., tan conocido al mundo, y pues siempre ha favorecido mis ignorancias, así en Italia como en España, le suplico no se tenga por deservido deste atrevimiento, por ser el sujeto de materia tan piadosa y santa, en que confío todas las faltas y defetos que hay de mi parte, pues hablando las leyes del contenido y del que contiene, dice que destructo continente currunt omnia in eo contenta. Yo tengo por más dignos de castigo y aborrecimiento los que, esperando dar alguna cosa grande, nunca dan nada. El divino ingenio de Usía, sus grandes letras y virtudes con que ha sido por tantos años un cristiano Demóstenes y un orador evangélico, no tienen necesidad de descubrirse al mundo ni en verso ni en prosa, como sería más conocimiento de su grandeza mirar al sol que oír sus alabanzas. Las de Usía se remiten a su elocuencia, porque los heroicos ingenios se alaban a sí mismos con merecerlas, y pues no a todos los pintores permitió Alejandro su imagen, no serán tan vanos mis pinceles que presuman en esta breve tabla ser Eróstratos de la poesía, derribando la vida inmortal de su nombre del templo de la Fama, porque viva en el mío, pero en otras ocasiones más graves diré con Aurato:

Condita quae servo maiora poemata vobis,

in lucem ut veniant mox animosus ero.

Dios guarde a V. S. muchos años.

Su aficionadísimo y obligado Capellán,

LOPE DE VEGA CARPIO.

FIGURAS DE LA COMEDIA JOAQUÍN.

ANA. RAQUELA. BATO. LISENO. FARÉS, pastor.ELIUD, pastor.ISACAR, sacerdote.CLEOFÁS. JOSEF. JACOB, viejo.GABRIEL, ángel.ZACARÍAS. ISABEL. UN ÁNGEL. DOS JUDÍOS. Dos gitanos.Dos negros.LA MÚSICA. EL REY HERODES. JOSIPO, su hermano.EL DRAGÓN INFERNAL. UN MINISTRO SUYO. ADÁN. EVA. DAVID. ABRAHAM. ABEL.

Acto I

Sale JOAQUÍN.

 

JOAQUÍN Soberano Emperador

de los cielos y la tierra;

tú que para verlo todo

sobre el Querubín te asientas;

Dios, sin semejante alguno, 5

verdad y bondad inmensa,

padre de todas las cosas,

fortaleza y ciencia eterna,

admirable, incircunscripto,

cuya virtud y grandeza 10

solo cupiera en ti mismo;

Dios de la paz y la guerra,

solo bueno, solo santo,

a cuya hermosa presencia

las cristalinas columnas 15

del orbe estrellado tiemblan:

tú, donde tiempo y vejez

no pueden tener licencia,

porque es tu generación

de siglos eternos llena: 20

Dios sin principio, y de quien

todas las cosas comienzan;

Dios sin fin, y en quien se acaban,

como en soberana esfera:

anillo y círculo santo 25

que en la línea de tu esencia

tienes el principio y fin

sin que principio y fin tengas:

yo Joaquín, que, como sabes,

traigo noble descendencia 30

de la casa de David

y los Reyes de Judea,

del tribu sacerdotal

para mayor excelencia,

y de aquellos a quien diste 35

tu palabra verdadera

que dellos descenderías,

reiterando las promesas

dos mil y veintitrés años

después que hiciste la tierra, 40

a Abraham y al gran Jacob,

amante de Raquel bella;

prometo en tus santas manos,

si es bien que yo lo prometa,

como otras veces lo hice 45

en edad más justa y tierna,

de darte cualquiera cosa

que tú me des que te ofrezca

de Ana, mi esposa querida,

pues solo quiero que sea 50

para tu servicio y templo

cuando tanto bien merezca.

Veinte años hace, Señor,

que estoy casado con ella;

que obedeciendo tu ley 55

me casé con mi parienta;

ella viene de Belén,

yo vengo de Galilea;

ella es hija de los nobles

Estolano y Emerencia, 60

yo de Mathan y de Estha,

que en Sephor tuvo la hacienda;

no habemos tenido hijos;

has dado a su hermana Ismeria,

a Isabel, que Zacarías 65

tiene por amada prenda,

y a mi Ana no le has dado

hijo ni hija: ¡ay, si fuera,

pues lo parece en el nombre,

la madre de aquel Profeta 70

que fue sucesor de Elí!

Pero, Señor, solo sea

lo que fuere tu servicio

y tu voluntad inmensa.

 

(Salen RAQUELA, criada, y BATO, villano.)

 

RAQUELA ¡Nunca vinieras acá! 75

BATO Denme lo que he menester,

que a la he que suelo ser,

huerte de salir de allá.

RAQUELA ¿Quién te ha mandado venir

del monte? ¿Mejor no fuera 80

que Eliso o Fares viniera?

BATO Reortir, que Reortir.

Muesamo me lo mandó

y me dijo: Venga Bato

de los pastores del hato, 85

que Bato me llamo yo.

RAQUELA ¡Linda bestia llevarán

los dos a Jerusalén!

BATO Por eso vais vos también

de las mozas que aquí están; 90

a la gana con que vengo

añadiréis voluntad.

¿Yo qué tengo en la ciudad?

Yo en las Encenias, ¿qué tengo?

Si va a la fiesta Joaquín 95

como antaño y otros años

con Ana, y por los extraños

y deudos se huelga, en fin,

Bato a solo trabajar

y llevar comida a cuestas. 100

RAQUELA Sí en verdad, que en esas fiestas

no se sabe Bato holgar.

BATO Sí, huelgo de ver el templo

fábrica de Salomón,

en quien tanta religión, 105

tantas grandezas contemplo.

Mas de andar en la ciudad

antes me causa tristeza,

porque es mi naturaleza

el silencio y soledad. 110

Entre seis toscos pastores

ando con mayor contento,

oyendo al rudo instrumento

dulces canciones de amores:

las glorias, las alabanzas 115

de los cielos generosos

que con los frutos copiosos

exceden las esperanzas.

No viendo en Jerusalén

hinchados sabios escribas, 120

doctos en las primitivas

leyes del santo Moisén.

No en corrillos de ignorantes

murmuradores de todo,

que como bestias en lodo 125

están sucios y arrogantes.

Estos verás a la puerta

del templo en esta ocasión,

y no porque es la oración

cuidado que los despierta, 130

sino para blasfemar

del que teme a Dios y ofrece

su hacienda a quien la engrandece,

vida y salud puede dar.

Que hay hombre de tal ejemplo 135

y viciosa inclinación,

que tiene por invención,

rezar un hora en el templo.

Nosotros, rudos pastores,

Raquela, humildes y llanos, 140

a los cielos soberanos

cantamos himnos y loores.

Vaya en buen hora Joaquín

a las Encenias; que Bato

mejor estaba en el hato, 145

que es su natural, en fin.

RAQUELA Quedo, que está aquí señor.

BATO ¡Pardiez, que yo no le vía!

JOAQUÍN Tarde os amanece el día.

BATO Entra el claro resplandor 150

del alba de mala gana

por resquicios de aposentos:

allá en los montes exentos

es todo el cielo ventana.

Asómase todo el sol 155

de una vez dorando ramos

de encinas, y madrugamos

a su primero arrebol.

Chillan las aves, y en flores

del prado alaban su dueño, 160

que son para nuestro sueño

relojes despertadores.

Corre el agua, y con enojos

de la noche resplandece,

que parece que se ofrece 165

para lavarnos los ojos.

Y cayendo el cristal frío

por nuestro rostros villanos,

sirve de paño de manos

el sol que enjuga el rocío. 170

Así salen al ganado

los humildes pastorcillos;

que las sábanas son grillos

de cortesano acostado.

Que su breve condición 175

de suerte se les olvida;

que la mitad de la vida

vienen a estar en prisión.

JOAQUÍN Bato, así dispone el cielo

las humanas voluntades, 180

los montes y las ciudades.