Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
La niña de plata una comedia teatral de capa y espada del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias de capa y espada del Siglo de Oro Español, narra el amor de don Enrique, hijo del rey don Pedro, por la doncella sevillana Dorotea, a quien todos llaman La niña de plata. Dorotea intentará esquivar los avances galantes de don Enrique, resultando numerosas situaciones humorísticas.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 108
Veröffentlichungsjahr: 2020
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Lope de Vega
Saga
La niña de plataCopyright © 1612, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617641
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
La escena es en Sevilla
Calle.
(DOROTEA y TEODORA, en un balcón.)
TEODORA
Por aquí dicen que pasa
el infante Don Enrique.
DOROTEA
Pues bien es que signifique
tanto placer nuestra casa.
5
Haz, por tu vida, colgar
aquel tapete de seda;
que aunque es tan pobre y no pueda
las riquezas igualar
de tanto noble vecino,
10
mostrará nuestra afición.
TEODORA
(A una esclava que está dentro de la casa.)
Cuelga, Inés, este balcón.
Pero ya dicen que vino.
Gran música y alegría
suena en la Puerta Real.
DOROTEA
15
¿Vendrá el Rey?
TEODORA
Llévanse mal.
DOROTEA
Pues no le aconsejaría
que en Sevilla se quedase;
que es don Pedro muy severo.
TEODORA
Enrique es gran caballero,
20
y puede ser que envidiase
el Rey la mucha afición
que le muestran cada día
Castilla y Andalucía.
DOROTEA
Rigurosa condición
25
tiene el rey don Pedro, tía.
TEODORA
No fuera tan riguroso,
a no vivir sospechoso;.
pero crece cada día
el temor de sus hermanos.
DOROTEA
30
Como no son de su madre,
sino de sólo su padre,
pareceránle tiranos
de las honras que les dió
y los estados que tienen.
TEODORA
35
Ya me parece que vienen.
DOROTEA
Yo te confieso que yo
soy aficionada a Enrique.
TEODORA
¿Quién hay que a tanto valor
su pensamiento, su amor
40
y su esperanza no aplique?
Acompañamiento, el INFANTE DON ENRIQUE y el MAESTRE DE SANTIAGO, de camino;DON JUAN, gente. Dichas.
(A DON ENRIQUE.)
MAESTRE
¿Qué os parece la ciudad?
DON ENRIQUE
Una otava maravilla;
pero con decir Sevilla
se dice todo.
MAESTRE
Es verdad.
DON ENRIQUE
45
¿Cómo esta calle se llama?
MAESTRE
De las Armas.
DON ENRIQUE
Con razón;
mas pienso que de amor son,
con tanta bizarra dama;
y son las más peligrosas,
50
si esta calle es de sus armas;
que más que a cien hombres de armas
temo unas manos hermosas.
¿Quién es la de aquel balcón?
MAESTRE
Una dama cuya fama
55
décima musa la llama,
por ingenio y discreción;
cuarta gracia, por tener
tantas, que a las tres la añaden,
porque no se persüaden
60
que otra mayor puede haber;
Cleopatra por gentileza
y Venus por hermosura,
porque competir procura
con su talle y su belleza.
65
En ella, en fin, se retrata
una imagen del deseo.
¿Qué sirve tanto rodeo?
Esta es la Niña de Plata
que habréis oído en Castilla,
70
porque tanta perfeción
es monstruo y admiración
y grandeza de Sevilla.
Cuando tratan de su río,
de su alcázar eminente,
75
de sus calles, de su puente,
de sus armas, de su brío,
de su regalo y riqueza,
todo se acaba y remata
con que la Niña de Plata
80
es cifra de su grandeza.
DON ENRIQUE
Oí de su discreción
y gentileza en Castilla.
MAESTRE
No hay más qué ver en Sevilla.
DON ENRIQUE
Los dos, Maestre, al balcón
85
hagamos lo que es tan justo;
que cuando de aquesta dama
no lo mandara la fama,
lo hiciera por vuestro gusto.
TEODORA
(A DOROTEA.)
Haz reverencia al Infante.
DOROTEA
90
Guarde Dios a vuestra alteza.
DON ENRIQUE
En viendo tanta belleza,
no hay que pasar adelante.
MAESTRE
No os detengáis; que después
habrá mejor ocasión;
95
que aguarda el Rey, y es razón
ir a besarle los pies.
(Vanse el INFANTE, el MAESTRE, acompañamiento y gente.)
DOROTEA y TEODORA, en el balcón; DON JUAN, en la calle.
DON JUAN
Sirena debéis de ser,
bellísima Dorotea,
pues donde hay tanto que vea,
100
a un rey hacéis detener.
Ya no se puede pasar
la calle en que lo habéis sido,
sin ir atado el sentido
del oír y del mirar
105
al árbol de la prudencia,
como Ulises le llevó.
DOROTEA
Cuando hubiera sido yo
sirena de la presencia
de un rey de tanto valor,
110
resultaba en vuestra gloria,
don Juan, pues que mi vitoria
hace la vuestra mayor;
porque quien tanto rindió
a quien rinde a quien decís,
115
más merece, si advertís
que él es mío, y vuestra yo.
DON JUAN
Con licencia de Teodora,
os querría responder.
TEODORA
Harto quisiera poner
120
fin a este amor desde agora,
si no viera tan perdida
y tan loca a Dorotea;
no porque la culpa sea
de vuestro amor merecida,
125
mas por ver que no ha querido
vuestro padre el Veinticuatro,
rogado una vez y cuatro
de quien sabéis que lo ha sido,
que os caséis con mi sobrina,
130
pues no habiendo de ser vuestra,
la misma razón os muestra,
por más que amor desatina,
lo que pierde nuestra casa
honor y reputación.
DON JUAN
135
Su avarienta condición,
como sabéis, no me casa,
por ser pobre Dorotea;
y preténdeme casar
donde me venga a comprar
140
con oro una necia y fea.
Mas yo, que en el corazón
tengo una mina de plata
que me enriquece y me mata,
si las del alma lo son,
145
estoy tan determinado,
que antes de un mes ha de ser
Dorotea mi mujer,
con el dote más honrado
que llevan las que lo son,
150
que es virtud y entendimiento;
que esto que perder consiento
de vuestro honor y opinión,
es a cuenta de la mía:
y no hay en qué reparar,
155
pues se viene a restarurar
de mi casamiento el día.
TEODORA
De vuestra parte, don Juan,
no hay más que pida el deseo.
Esto y mucho más os creo;
160
que de vuestra parte están
la inclinación y el amor;
ero de un avaro viejo,
la codicia y el consejo,
más de hacienda que de honor
165
Con esto me voy de aquí;
no quiero que nadie vea
que si habláis con Dorotea,
pasa delante de mí.
(Vase.)
DOROTEA
Don Juan, bien dice mi tía.
170
Ya que vuestro padre os casa,
no es justo que en esta casa,
aunque es más vuestra que mía,
tan públicamente habléis.
Lo que es el recato os ruego:
175
al Alcázar vamos luego,
y allá, mi bien, me veréis;
que yo, haciéndole a mi honor
la salva, pues es tan justo,
os quiero bien por mi gusto,
180
y os tendré perpetuo amor,
que os caséis, que no os caséis,
que me olvidéis o queráis,
que aquí os estéis o que os vais,
me escribáis o me olvidéis;
185
que si no sois mi marido,
no ha nacido de quien sea
en el mundo Dorotea.
Vuestra soy y vuestra he sido.
(Vase.)
DON JUAN
Señora, mi bien, mi luz
190
Fuése el sol; su noche he sido.
CHACÓN
¡Qué bravamente ha lucido
manto y sombrero andaluz!
Locos van los castellanos,
Sevilla, en ver tu grandeza;
195
blanco ha sido tu belleza
de mil pensamientos vanos,
cual suele nuevo zaguán
verse escrito de carbón.
DON JUAN
En tales días, Chacón,
200
¿los amos solos se van?
CHACÓN
Perdona; que me cegó
el concurso de la gente,
y un forastero valiente
que echando juncia llegó,
205
con el cual palabras tuvo
de rumbo y temeridad,
entre cuya tempestad
cerca de asentarle estuve
dos mojadas de antuvión;
210
mas llegó la cofradía
de la Sangre, y de la mía
templaron la tentación.
Ahogóse finalmente
la cólera en tinto y blanco;
215
que anduvo medroso y franco
conmigo y la demás gente.
Decía bien un mohino,
que estas pendencias habladas
eran castañas asadas,
220
que todas paran en vino.
DON JUAN
¡Quién estuviera de humor
para oír tus valentías!
CHACÓN
¿Qué tenemos?
DON JUAN
Estos días
anda como loco amor.
CHACÓN
225
Como demonio, dirás;
porque el día que se suelta,
no ay libertad tan resucita,
que no se le rinda más.
¿Han venido aquestos celos
230
de Castilla, por ventura?
DON JUAN
Bien pudiera la hermosura,
admiración de los cielos,
dárselos al mismo sol.
No son celos, es desdén.
CHACÓN
235
Luego ¿no te quieren bien?
Melindre, a fe de español.
Pero sángraste en salud.
DON JUAN
Por abundancia de gusto
no me quejo; que no es justo;
240
mas traigo justa inquietud
de que mude Dorotea
de intento en esta ocasión,
pues mi padre, sin razón,
le niega lo que desea,
245
porque en esto ha respondido
que es pobre, aunque muy honrada.
Y aunque se muestra obligada
al amor que la he tenido,
temo que viendo que ya
250
no es posible el casamiento,.
ha de mudar pensamiento.
CHACÓN
Pues ¿qué responde?
DON JUAN
Que está
muy tierna y enamorada;
que siempre me ha de querer,
255
aunque la venga a tener,
como casada, olvidada.
Mas como su entendimiento
es tan notable, Chacón,
creo que estas cosas son
260
un discreto cumplimiento.
Cortesanos han venido,
Dorotea es celebrada,
hoy, hermosa y despejada,
contra mis celos ha sido
265
retrato de su balcón:
todos la vieron, y hablaron
con los ojos, y enviaron
recados al corazón.
Principios son de olvidar
270
dejarse en público ver;
que esconderse una mujer
es alta señal de amar.
No dudes, los castellanos
por la fama han de servilla.
CHACÓN
275
Mil damas tiene Sevilla,
que a tus pensamientos vanos
pondrán entonces remedio.
Dos mil veces te he rogado
que dejes este cuidado
280
y que pongas tierra en medio.
Amas una cosa que es
espíritu, entendimiento,
eco, acento, pensamiento,
serafín, donde no hay pies;
285
oro sutil, si de Tíbar,
un junco, mimbre o taray,
un aljófar, un cambray,
un alfeñique, un almíbar,
un extremo en filigrana,
290
un dije, un hilo de pita,
y un familiar que te incita
en un confite de mana;
finalmente, una mujer
que llamó, por engreílla,
295
Niña de Plata Sevilla,
semanas, debe de haber.
¡Cuerpo de tal! Si quisieras
una mujer para todo,
para polvo y para lodo,
300
para burlas, para veras,
destas de rúa y camino,
sin melindre, sin milagro,
que tienen su gordo y magro,
como pernil de tocino;
305
mujeres que duran más
que un zapato de baqueta,
no vieras en esta seta
tus pensamientos jamás;
que mejores son mostrencos.
310
Mas ya que desto te incitas,
¿no has visto en unas cajitas
unos bolitos flamencos?
Pues así imagino yo
esas damas delicadas:
315
son buenas para miradas,
mas para jugadas no.
¡Buen bolazo, que es mohina,
pesia tal!, y estése en pie,
aunque un manchego le dé
320
con una bola de encina.
DON JUAN
¡Ah Chacón!, ya fué mi suerte.
Si mi padre, por dinero,
no quisiere lo que quiero,
ten por segura mi muerte.
325
Niña de Plata ha de ser
de mis ojos, esto es cierto.
CHACÓN
A Dios ruegas por ser tuerto.
DON JUAN
¿Cómo?
CHACÓN
¿No lo echas de ver?
Si esa niña que te mata,
330
quieres que en tu vista asista,
cuando uno no tiene vista,
se pone niñas de plata.
DON JUAN
Ven al Alcázar conmigo;
que allá me dicen que va.
CHACÓN
335
Colgado y vistoso está.
Voy al Alcázar contigo.
DON JUAN
Pues quedo y no te alborotes,
y aquella sierpe la riña.
CHACÓN
¡Oh, válate Dios por niña!
340
¡Quién la diera veinte azotes!
(Vanse.)
Jardín del Alcázar.
DON ENRIQUE, el MAESTRE, DON ARIAS.
DON ENRIQUE
Ninguno lo sabrá como don Arias.
MAESTRE
Es caballero noble de Sevilla.
DON ARIAS
Aunque sus maravillas sean tan varias,
ésa fuera más alta maravilla.
345
Las regiones remotas y contrarias,
el mar innavegable, cuya orilla