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Las mudanzas de Fortuna y los sucesos de don Beltrán de Aragón es un drama teatral de corte histórico de Lope de Vega. Se articula en torno a las intrigas políticas que amenazan al rey Beltrán de Aragón a propósito del cambio de fortunas entre los protagonistas.
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Seitenzahl: 102
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Saga
Las mudanzas de Fortuna y los sucesos de don Beltrán de AragónCopyright © 1930, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726618211
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Sale la REINA, y el PRÍNCIPE don Pedro.
REINA
¿Vos con Alfonso, mi hijo?
DON PEDRO
Señora, menos enojos.
REINA
¿Vos en la luz de mis ojos?
DON PEDRO
¡Mintió, por Dios, quien lo dijo,
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que no hablé cosa con él
que no fuese comedida!
REINA
¡Haré yo quitar la vida...!
DON PEDRO
¡Dura madrastra, cruel!
REINA
¡A quien le dé pesadumbre!
DON PEDRO
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Cuando no fuera mi hermano,
basta saber, como es llano,
que es de vuestros ojos lumbre.
Yo le he tenido el respeto
que me había de tener.
REINA
15
¿Él a vos?
DON PEDRO
¿Quién ha de ser
con tal sin razón discreto?
¿Quién tendrá paciencia aquí?
REINA
Don Pedro, si respetáis
a don Alonso, es que estáis
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obligado a hacerlo así.
DON PEDRO
Si hemos de hablar con razón
y no apasionadamente,
Vuestra Majestad bien siente
que es suya la obligación;
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pues sabe que es justa ley,
puesto que no lo confiesa,
que fue mi madre Teresa
primera mujer del Rey.
De ella nací con derecho
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del Príncipe de Aragón.
REINA
La diferencia es razón
que humille tu altivo pecho.
Yo soy del rey de Castilla
hermana, que a su pesar
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del Rey Moro, en Gibraltar
mira el de África su silla.
Y tu madre es, como sabes,
aunque haya nobleza en él,
hija del Duque de Urgel.
DON PEDRO
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Habla con palabras graves,
debidas a tu valor.
REINA
¡Tú me pierdes el respeto!
DON PEDRO
Incita, Reina, al efeto
del Rey, mi padre, el furor.
45
¡Madrastra, en fin!
REINA
¡Necio loco!
DON PEDRO
Mucho mi vista te enfada.
REINA
¡Reinará Alfonso!
DON PEDRO
Esta espada
tendrá a todo el mundo en poco.
Empuña la espada y entra DON BELTRÁN.
DON BELTRÁN
Señor, ¿qué es esto? Pues cómo
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con la reina, mi señora,
espada?
DON PEDRO
Hablándola ahora
toqué solamente el pomo.
REINA
No quiso sino sacalla
contra mí.
DON PEDRO
Bien sabe Dios,
55
como juez de los dos,
que solo quise tocalla
porque me dijo que había
de reinar Alfonso, y yo
saquela, y dije que no
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mientras que yo la ceñía.
REINA
¿Pues qué más has de decir
en presencia de su madre?,
¿que no ha de reinar su padre?
DON PEDRO
¿Mi padre? ¡Extraño fingir!
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Tu hijo dije, señora,
que Alfonso dijiste aquí
que reinaría.
REINA
Es ansí.
¿Pues no reina Alfonso agora?
DON PEDRO
Alfonso, mi padre, reina;
70
¡mas, vive Dios, que lo dijo
por Alfonso que es su hijo.
DON BELTRÁN
El amor ciega a la Reina.
Señor, lo que fuere sea;
mas debéis considerar
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lo que al Rey le ha de pesar
cuando aquestas cosas crea.
Mirad que siempre los hombres
creen a quien amor tienen,
y que, supuesto que vienen
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a equivocarse los nombres,
podrá decir que decís
que no reine vuestro padre.
DON PEDRO
Ha hablado mal de mi madre.
DON BELTRÁN
Justamente lo sentís,
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pero vuestra discreción
no había de dar lugar
a que os pueda despreciar
la mucha conversación.
En esto os culpo. Sin esto,
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en que de Alfonso tratéis
tan mal, aunque le tenéis
a vuestro derecho opuesto;
que Dios os dará, señor,
este reino, pues es justo.
DON PEDRO
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Habláis, don Beltrán, al justo
de quien vence eso mejor.
Sois de mi padre privado;
mi padre a la Reina quiere,
que por ver su hijo muere
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injustamente jurado
por príncipe de Aragón:
vos ayudaréis también.
DON BELTRÁN
¡Señor, señor, hacéis bien!
DON PEDRO
Que cosas presentes son.
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Vendrá, Beltrán, algún día
en que me habréis menester.
Vase DON PEDRO.
DON BELTRÁN
Serviros sabré y verter
por vos esta sangre mía.
REINA
¿Qué dice ese loco?
DON BELTRÁN
Advierte
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que mal te está en declararte.
REINA
¡Serás al fin de su parte!
DON BELTRÁN
Jamás intenté ofenderte.
Antes al Príncipe aquí
le aconsejé te sirviese.
REINA
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¿Y no quieres que me pese
de que le trates ansí?
DON BELTRÁN
Señora, ¿no lo ha de ser?
REINA
No lo sea.
Si te sirvo, en qué no crea
que este reino ha de tener,
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siendo príncipe heredero.
REINA
¡Qué enfadoso sois, Beltrán!
DON BELTRÁN
Siempre las verdades dan...
REINA
¡Qué cansado caballero!
Vase la REINA, y quédase BELTRÁN.
DON BELTRÁN
Servir diciendo un hombre lo que siente,
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tratar verdad con claros desengaños,
no dejarse llevar a un mar de engaños,
al gusto del señor en la corriente;
vivir con el gobierno juntamente
es trocar los provechos con los daños
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y hallarse al fin de los mejores años
dando venganza al tiempo y a la gente.
¡Dichoso aquel a quien le dio la cama
el cándido vellón de sus ovejas
y sueñe alguna vez la verde grama;
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las rejas del arado son sus rejas:
[.......................................]
ni esperan galardón ni escribe quejas!
Salen DON JUAN ABARCA y FELICIANO.
FELICIANO
¡Salid allá!
DON JUAN
Poco a poco.
FELICIANO
¡Despejad la sala os ruego.
DON JUAN
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Que me tratéis bien os ruego.
¿Qué hiciérades más a un loco?
Aunque si acaso lo fuera
mas bien en palacio entrara.
DON BELTRÁN
Paso, ¿qué es esto? Repara.
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Feliciano, y considera
que no es bien echar ansí
del retrete a un caballero,
que siempre yo considero
que nació como nací,
150
para tenerle el respeto,
que si en mi lugar se viera
quisiera que me tuviera.
DON JUAN
Señor, soy pobre, en efeto,
y la pobreza no entra
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donde la soberbia vive,
y ansí, tan mal la recibe
cuando en su casa la encuentra.
FELICIANO
¿No tengo de hacer, señor,
lo que me tiene mandado?
DON BELTRÁN
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Es muy bien mostrar cuidado,
pero no mostrar rigor.
Estando Alejandro un día,
oyendo en casa una fiera,
Tebandro, que entonces era
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celebrado en la poesía,
entrose, y entre la gente
noble mira al Rey grave,
cuando Arcoces, de la llave
del Rey, mancebo impaciente,
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le dijo: ‟¿Qué hacéis aquí?”,
y por la puerta se entró,
a quien Tebandro miró
y al macedón dijo ansí:
‟ Tú sirves aquí de ser
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a Alejandro lisonjero;
yo le miro porque espero
escribir lo que ha de hacer.
Tú de aquesta gente altiva
creces el número incierto;
180
pero yo, después de muerto,
haré que Alejandro viva.”
¡Pienso que me entiendes!
FELICIANO
Sí;
pero la comparación
no cuadra en esta ocasión
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a este hidalgo, sino a mí.
DON BELTRÁN
A los dos os viene bien,
que este que llamas hidalgo,
si al Rey le sirves tú en algo,
él en mucho al Rey también.
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Porque tú el número aumentas
de los criados que tiene,
y él, como de reyes viene,
el de los reyes afrentas,
que en echando de su casa
195
un deudo de tal valor,
recibirá deshonor.
DON JUAN
¿Qué es lo que a mis ojos pasa?
Vos, señor, solo en la corte
mi pobreza conocéis.
DON BELTRÁN
200
Harta nobleza tenéis
cuando mostrarlo os importe.
FELICIANO
¿Deudo del Rey? De esta suerte
no es mucho haberle tratado
con aspereza.
DON BELTRÁN
El honrado
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en los que lo son advierte.
Dar honra solo conviene
al que muy honrado está,
porque quien honra no da,
es señal que no la tiene.
FELICIANO
210
Señor, don Beltrán, ya es eso
apretar sin ocasión
los que al Rey como es razón
sirven, que es lo que profeso.
Ni sé que un hombre mal puesto
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deudo del Rey pueda ser;
mas hombre común.
DON BELTRÁN
Si el ver
su rostro grave y honesto
no os enseñaba quién era,
bastaba ver que le hablaban
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nobles que con él estaban,
que esto el noble considera.
Y porque no lo dudéis,
por si le veis en palacio
y otra vez con más espacio
225
de la cámara le echéis.
Don Juan Albarca y Mendoza,
desde los Abarcas reyes
que en Navarra dieron leyes,
sangre real tiene y goza.
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esta por parte del padre,
que el Mendoza, Feliciano,
es título castellano
que le viene de su madre.
Honralde, pues lo merece.
FELICIANO
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Digo que yo lo haré ansí.
(¿Que este me desprecie a mí?
La hacienda le ensoberbece.
Mas yo tomaré venganza
si se me ofrece ocasión.)
Vase FELICIANO.
DON JUAN
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Señor, con justa razón
y no menos confianza
debo a vuestros pies echarme.
DON BELTRÁN
¡Jesús, señor! ¿Eso hacéis?
DON JUAN
Donde mis brazos tenéis,
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ellos pueden levantarme.
¡Oh, famoso caballero,
honra, corona y blasón
de Castilla y de Aragón,
que vive en vos considero
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aquella imagen gloriosa
de nuestros nobles pasados.
¡Qué términos tan honrados!
¡Qué piedad tan generosa!
¿Cómo es posible, señor,
255
que quien tan noble no fuera
los que lo son conociera,
puestos en tal ocasión?
No hay en la corte, ni creo
que hubiera, señor, un hombre
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que conociera aquel nombre
que en tantas miserias veo.
¿Quién os ha dicho de mí?
¿Habéisme visto otra vez?
DON BELTRÁN
El alma, limpio juez,
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juzgó de vos cuando os vi
en estos patios un día
que érades noble, don Juan.
DON JUAN
Alma vuestra, don Beltrán,
¡Oh, qué bien que juzgaría!
DON BELTRÁN
270
Pregunté a cierto criado
quién érades.
DON JUAN
¿Y qué os dijo?
DON BELTRÁN
Que érades navarro e hijo
de aquel Marqués desdichado
que de un estado tan alto
275
vino allá, estando en su esfera,
a dejar de esta manera
vuestro valor, pobre y falto.
Mi padre le conoció
y fue su amigo, y yo quiero
280
serlo de tal caballero.
DON JUAN
Seré vuestro esclavo yo.
DON BELTRÁN
Don Juan, yo no soy de aquellos
que solo a solo levantados
hacen amistad, fiados
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en el bien que esperan de ellos.
Mucho me agradan caídos,
porque me sirven de ejemplo,
en quien me miro y contemplo
bienes del mundo fingidos.
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Que cuando miro que todo
para en tierra, polvo y nada,
lo que es riqueza me enfada,
y a la humildad me acomodo.
No os parezca hipocresía,
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que esto es natural por mí.
¿Queréis ser mi amigo?
DON JUAN
Sí.
DON BELTRÁN
Pues hagamos compañía,
que un derribado en el suelo,
como vos, y un levantado,
300
como yo, en tal estado
que en el aire no hay más vuelo,
haremos la consonancia
que en música el bajo y el alto:
yo miraré en vos tal salto
305
cuanto es la poca distancia
desde el subir al caer,
y vos miraréis en mí
que podéis subir ansí,
porque todo puede ser.
310
Que aunque me veis en la luna
y vos en tierra, don Juan,
como esas cosas harán
las mudanzas de fortuna.
DON JUAN
De tener vuestra amistad
315
quedo yo tan satisfecho,
que ya pienso que se ha hecho.
DON BELTRÁN
¿De qué manera?
DON JUAN
Escuchad.
Llegando yo a vuestro estado
y vos al mío bajando,
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