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Los Benavides es un texto teatral del subgénero genealógico de Lope de Vega, extraída de una leyenda de las mocedades del Cid Campeador, en la que un insulto al honor y una posterior venganza terminarán en derramamiento de sangre.
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Seitenzahl: 107
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Saga
Los BenavidesCopyright © 1610, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726618341
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Dicen de dentro Payo de Vivar y Mendo de Benavides
PAYO
Yo le tengo de llevar.
MENDO
Nacen mil inconvenientes
de pretenderle ausentar.
PAYO
¡Suelta al Rey, villano!
MENDO
¡Mientes!
PAYO
5
¡Toma!
MENDO
¿A mí?
PAYO
¡Aquí de Vivar!
Salen Payo de Vivar, Mendo de Benavides, metiendo mano a la espada; Laín Téllez, Fernán Jiménez, Íñigo Arista, poniéndolos en paz.
LAÍN
Deténganse, caballeros.
MENDO
¡A mis canas, vil cobarde!
PAYO
¡A tus canas y a tus fieros!
MENDO
Dejadme, nadie le guarde;
10
pruebe mil blancos aceros.
PAYO
Los aceros y las canas,
y aun las esperanzas vanas,
en blanco se quedarán.
MENDO
Todos de tu parte están
15
por tus hermosas hermanas.
PAYO
¿Esto sufro?
FERNÁN
¿Qué le quieres?
PAYO
Matarle.
pÍñigo Déjame estar,
que en riñas y pareceres
tienen licencia de hablar
20
los viejos de las mujeres.
PAYO
¿Por mis hermanas, a mí?
MENDO
Pues el defenderte a ti,
que me has quitado el honor,
¿en qué consiste, traidor?
PAYO
25
En ser quien soy y quien fui.
MENDO
¡Yo soy mejor que tú, infame!
PAYO
¡Tú mientes!
MENDO
¿Que no queréis
que aquella sangre derrame?
¿Cosa que a hablar me forcéis,
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cosa que a todos los llame?
A un mozo dejáis la mano
para afrentar a un anciano,
y a un viejo, el justo furor
con que va a cobrar su honor,
35
¿queréis detener en vano?
No tengo pariente aquí,
y todos los que aquí estáis,
a entender me dais así,
que con el Rey os alzáis,
40
pues os alzáis contra mí.
Payo de Vivar pretende
llevarse al Rey, de seis años,
a donde matarle entiende,
si no es que a moros extraños,
45
como a otro Josef, le vende.
Yo, que llevarle defiendo,
imito a Jacob, que entiendo
que como a padre adorastes
de la fe que le jurastes,
50
la lealtad que os encomiendo.
Que este, con traer después
al reino el blanco vestido
con sangre de alguna res,
será por rey elegido
55
y pondrá en todos los pies.
Yo, pues, por querer también
deciros, como Rubén,
que dejéis a Josef vivo,
estas afrentas recibo
60
y que un bofetón me den.
Cómplices sois, esto es cierto.
En la traición sois hermanos,
mas mirad que, aun siendo incierto,
os dirán los castellanos
65
que habéis al Rey niño muerto.
Que lo que es el bofetón
no es afrenta en ocasión
que tanto mi honor declara,
sino que escribió en mi cara
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mi lealtad y su traición.
Los dedos que en ella pones
dicen, si al honor los mides,
en estos cinco renglones,
que Mendo de Benavides
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libró al Rey de dos traiciones.
Y como para saber
el dueño cuál es su esclavo
le suele hierros poner,
los que de imprimir acabo,
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del Rey me fuerzan a ser.
Pero advertid que el que escribe
guarda el papel y escritura
de que el tiempo la derribe,
y que la pluma no dura,
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pues hasta cortarla vive.
Mi cara será el papel,
y así vivirá la suma
de afrentas que has puesto en él;
mas ¡ay de la infame pluma
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que espera el corte cruel!
Vase Mendo de Benavides.
PAYO
¿Así le dejáis partir,
de mi presencia ofendida?
LAÍN
Sí, que es menor mal morir,
que la afrenta recibida
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vive, dejando vivir.
FERNÁN
A mí no me han parecido
las razones tan ligeras
como las habéis sentido,
que siempre para las veras,
100
sin pasión, guardo el oído.
No disputo de la afrenta,
que no tiene hijos Mendo
que la tomen a su cuenta,
aunque de su hija entiendo
105
que, como es razón, la sienta.
Pero si al rey Payo lleva,
y allá en su tierra muriese,
aunque haga lo que deba,
porque, en fin, aunque le pese,
110
la muerte todo lo prueba,
¿qué dirán los castellanos,
y aun nuestro reino leonés,
sus propios deudos y hermanos,
sino que por tu interés
115
le dieron muerte tus manos?
Ahora bien, miradlo bien;
aquí se podrá también
criar Alfonso seguro,
que antes de ver este muro,
120
verá los tuyos Hazén.
No quieras dar ocasión
a León, que el reino espera
notable satisfacción
de saber que su leonera
125
cría este nuevo león.
Y sin esto hacerlo debes,
porque después que le lleves,
Mendo, con esta mancilla,
querrá pasar a Castilla
130
y nos retará de aleves.
ÍÑIGO
Payo de Vivar, no hay cosa
más fácil al mozo o viejo
que el consejo.
PAYO
Es ley forzosa.
ÍÑIGO
Ni otra más dificultosa
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que saber tomar consejo.
Por lo propuesto he caído
en que, si al niño te llevas,
no solo culpado has sido
cuando hagas lo que debas
140
a hidalgo tan bien nacido,
sino que por nuestra cuenta
corre también esta afrenta.
Mira lo que importa más.
LAÍN
En el golfo donde estás
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corre la lealtad tormento.
De mi acuerdo el niño deja,
o dentro en León le cría,
como Fernán te aconseja,
porque a veces la hidalguía
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con el interés forcejea.
Pues no estás de hacienda falto
y tal sangre te dio el cielo,
no quieras estar tan alto,
que no mirarás al suelo
155
sin notable sobresalto.
PAYO
Caballeros, yo pensaba
que al reino gran bien hacía
en que a su rey le guardaba,
y que el viejo Mendo hablaba
160
con la envidia que tenía.
Ya que de vuestra intención
estoy más desengañado,
digo que en esta ocasión
estará más bien guardado
165
en León otro león.
Y con vuestro parecer,
quiero a Galicia enviar
por el conde y su mujer,
que estos le sabrán criar
170
y está bien en su poder,
que Melén González es
un espejo de valor,
de aquel godo montañés
y la gran doña Mayor
175
tiene la envidia a sus pies.
En tanto le juraremos,
o, si más justo os parece,
los Condes aguardaremos.
FERNÁN
Payo de Vivar merece
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que mil abrazos le demos;
vamos, hidalgos, a dar
traza en estas amistades.
LAÍN
Mal se podrán acabar
si a Mendo no persuades
185
que pase volando el mar.
FERNÁN
Es muy terco.
LAÍN
Es muy honrado.
FERNÁN
¿No es un hombre?
LAÍN
Está agraviado.
PAYO
Ea, parientes, dejalde,
que yo soy ahora alcalde,
190
y él es un hombre afrentado.
Vanse y salen, como en aldea, doña Clara, hija de Mendo, y una villana llamada Sol.
CLARA
Deja ese vil pensamiento,
Sol amiga, y no te asombre
oír palabras de una hombre
de quien hace burla el viento,
195
que aún es ahora temprano
para quererte casar.
SOL
¿Cómo me podéis librar,
si ya le he dado las manos?
CLARA
Como esas manos dan ellos,
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y como esos lazos rompen.
SOL
Eso es cuando interrompen
su estilo y se burlan de ellos;
aquí no hay cosa en contrario
de esta sencilla amistad,
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que en una simple verdad
no hay crédito necesario.
Vos sois mi alma, y me habéis
criado, y os he servido,
y por esto he merecido
210
que descansar me mandéis.
Yo os he tenido por madre,
ni otro padre conocí
después que estos cielos vi,
sino a Mendo, vuestro padre;
215
según esto, a nadie debo
pedir merced, sino a vos.
CLARA
Juntarémonos las dos,
que yo sola no me atrevo;
mi padre estará en la corte,
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por muerte del rey Bermudo,
algún tiempo, que no dudo
que allá su persona importe.
Que aunque estaba retirado
en Benavides, su aldea,
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pareciera cosa fea,
indigna de hidalgo honrado,
faltar en esta ocasión,
que como tan niño queda
Alfonso, no habrá quien pueda
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tener la furia a León.
Lo que puedo hacer por ti
es escribir una carta,
y que con ella se parta
Sancho, si él lo quiere así.
SOL
235
¿Cómo si él lo quiere? Está
perdido el seso por ver
cuándo llamarme mujer
a boca llena podrá;
entra a escribir, y direle
240
que se ponga de camino.
CLARA
Pues aperciba el pollino,
y las alforjas que suele,
que a escribir voy, pues te agrada.
SOL
¿Pollino, para tres leguas?
CLARA
245
Si no, alguna de esas yeguas
puede ensillar.
SOL
Mas no, nada
a pie le vendrá muy ancho.
Vase Clara.
Esto es hecho, ¡qué placer!
¡Por Dios, no habrá más que ver
250
que verme mujer de Sancho!
Entra Sancho, rústico, con abarcas.
SANCHO
En mentando al ruin de Roma...
querrás tú ahora decir,
que aunque no piensa venir,
luego en nombrándole asoma.
255
¡Sol mía, yo juro al sol,
que a los dos juro al igual,
que si él es celestial,
eres tú el sol español!
Que allá dónde ahora estaba,
260
y unas encinas rompía,
el corazón me decía
que tu boca me nombraba.
Corrí, y en esta ocasión
mi nombre en tus labios hallo,
265
sirviéndome de caballo
mi propia imaginación.
En la soledad que moro,
donde apenas pasa un hombre,
miro el sol porque es tu nombre,
270
y como un indio le adoro.
Y por tus ojos, Sol mía,
juré –perdona, es costumbre–
que no me da tanta lumbre
aunque llegue al mediodía.
275
Que de esos ojos serenos
y de sus rayos sabrás
que, si él me alumbra no más,
tú me abrasas por lo menos.
Mas dejando estas razones,
280
¿el señor viejo ha venido?
SOL
No, porque anda dividido
León entre mil leones.
En este punto he hablado
a doña Clara.
SANCHO
¿A qué efeto?
SOL
285
Al de casarnos.
SANCHO
Conceto
de mi pensamiento hurtado:
Sol mí, ¿qué respondió?
SOL
Como ella machorra ha sido
y casarse no ha querido,
290
¡pardiez, Sancho!, dijo no.
Que estas que no se casaron,
y sin varonil calor
aquella sabrosa flor
de la mocedad pasaron,
295
aborrecen en extremo
cuanto es marido y mujer.
SANCHO
¡Oh, nunca cese de arder
en el fuego en que me quemo!
‟No”, le respondan a todo
300
cuanto pida en mil recados;
‟no”, respondan sus criados,
y Mendo del mismo modo;
‟no”, la digan cuando pida
si hay que comer, aunque rabie;
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‟no”, cuando alguno la agravie,
halle quien su daño impida;
‟no”, la digan, que es muy dama
cuando se fuere a casar;
‟no”, si se fuere a acostar,
310
halle sin pulgas la cama;
no halle el campo florido
cuando quisiere salir;
‟no”, si se quiere vestir,
le traiga el sastre el vestido;
315
no tenga manto ni saya,
¿cómo saya?, ni sayuelo,
ni le abra san Pedro el cielo
cuando de esta vida vaya.
SOL
¡Qué atufado y desabrido
320
te pones de cualquier cosa!
Hoy es Sol tu amada esposa,
y serás de Sol marido.
SANCHO
¿De veras?
SOL
Sí.
SANCHO
Pues no arda
a donde yo suelo arder.
325
Si pidiere de comer,
halle una mesa gallarda;
‟sí” respondan sus criados
a cuantos pedirles quiera,
y de la misma manera,
330
Mendo y los demás llamados;
si alguno le agravia, halle
quien le mate; y si se casa,
diga ‟sí” su esposo en casa,
en la iglesia y en la calle.
335
Halle la cama mullida
cuando quisiere acostarse;
si al campo fuere a holgarse,
halle su alfombra florida.
Para vestir y calzar,
340
sedas, oro y terciopelo,
y halle, cuando vaya al cielo,
las puertas de par en par.
SOL
Todas esas condiciones
que le caigan podrá ser,
345
debajo de merecer
otras mil por mil razones.
Pero en su gusto, imposible
la de casarse parece,
porque es cosa que aborrece
350
con el extremo posible.
Ha estado toda su vida
en este error, aunque ha sido
de algún honrado marido
en extremo persuadida,
355
y de su padre, cual sabes.
SANCHO
¿Qué dijo, en fin?
SOL
Que sería
tuya si Mendo quería,
y esto con palabras graves;
y que porque él se tardaba
360