Los hermanos parecidos - Tirso de Molina - E-Book

Los hermanos parecidos E-Book

Tirso de Molina

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Beschreibung

Los hermanos parecidos es uno de los autos sacramentales de Tirso de Molina. Se articula como un drama litúrgico centrado en la alegoría cristiana. Su finalidad es siempre de carácter moralizante, con final apoteósico extraído de la eucaristía cristiana.-

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Tirso de Molina

Los hermanos parecidos

 

Saga

Los hermanos parecidosCover image: Shutterstock Copyright © 1620, 2020 Tirso de Molina and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726548853

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

LUNES POR LA TARDE

Prodigio de sí mismo, pagó en oro el sol al medio día la incansable deuda, que esta vez nieblas envidiosas le habían embargado, con que añadiendo alientos a los que la mañana entretenida, en lugar de fastidio empeñaron deseos para la siguiente fiesta. Gran suma de auditorio antes de la una importunaba las puertas de la sumptuosa quinta, defendiéndolas prevenidos alabarderos de lo incógnito y vulgar, hasta que entró lo noble y conocido, que ocuparon quietos los asientos más acomodados. Permitióse luego a todos el vacío, y en viéndole desahogadamente lleno, negaron la entrada a los perezosos. Estaba, pues, el patio interior de la amena huerta ceñido de tablados, compuestos de alfombras y cojines, vestidos los muros de damascos y telas, poblado el sitio de sillas y espaldares, y en el centro de tan vistosa circunferencia un capacísimo teatro en que, imitando la arquitectura aparente soberbios edificios, mármoles y pórfidos, columnas y fachadas, mezclaba en quien los aplaudía deleites y respetos. A las dos se dio principio a la sesión segunda de la solemnidad alegre con el vocinglero aviso de clarines, cajas y trompetas, y tras ellos de las chirimías. Prevenidos, pues, con ellas todos, salieron siete músicos, tres damas y cuatro bizarros mozos, que cantaron:

En el banquete sabroso

de aquel Pastor que, Cordero,

con ser Él el que convida

es también el manjar mesmo,

los ojos dan aguamanos 5

y los manteles ha puesto

la Gracia, blancos y puros,

porque es muy limpio su dueño.

Cuchillos hay de dolor,

porque ha de partir con ellos 10

corazones el convite

que no se estiman enteros.

Como todo lo sazona,

puso el amor el salero,

los accidentes el pan 15

y el vino puso los mesmos.

Si en la mesa, fieles, Dios es comida,

¿cómo todos le comen y Él tiene vida?

Principios hubo admirables

de sazonados requiebros, 20

y por fruta de palacio

la Encarnación puso besos.

Sirvióse un asado al punto

en el horno de su pecho

con clavos de su pasión 25

y el agrio de sus tormentos.

Un cocido en caridad,

tanto que en fe de su fuego

deshecha estaba la carne

aunque sin lesión los huesos. 30

Sustentó el banquete a todos

quedándose el manjar mesmo,

y dándole a Dios mil gracias

le cantaron satisfechos:

«Si en la mesa, fieles, Dios es comida, 35

¿cómo todos le comen y Él tiene vida?».

 

Sazonados los antes con lo diestro y canoro desta acción, ocupó su lugar un dispuesto joven que echó esta loa:

 

Gasta palabras quien ahorrar pretende

de obras, porque amor es medio mudo

y al paso que la mano franca extiende,

la lengua encoge que igualarla pudo.

Estilo suele ser que el cuerdo entiende 5

el hablar por la mano, ansí no dudo

de la prudencia que el silencio encarga,

que disminuye el don la lengua larga.

Da Cristo cuanto tiene y cuanto puede,

dase, en fin, a sí mismo, ¿hay tal espanto? 10

Dándose a sí, ¿qué prenda hay que le quede?

En cuantidad de pan se da sin cuanto,

y cuando en dar, los límites excede:

cuatro palabras habla, dando tanto.

Y ahorrando de razones, de obras carga, 15

que disminuye el don la lengua larga.

Gastar pudiera el tiempo en la alabanza

deste misterio, príncipe y cabeza

de la fe, que asegura a la esperanza,

cifra de todo Dios y su grandeza, 20

mas si el callar blasón divino alcanza,

ceda al silencio aquí la sutileza,

que obras y no palabras la fe encarga,

pues disminuye el don la lengua larga.

 

No desagradó por breve el recitante, antes parece que se midía con la cortedad del avariento día. Entróse, pues, y asegundando la música, cantaron:

 

Alegrías, albricias, pastores,

que hoy baja del cielo la flor de las flores,