Los Tellos de Meneses - Lope de Vega - E-Book

Los Tellos de Meneses E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

Los Tellos de Meneses es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias palatinas del teatro del Siglo de Oro Español, narra la historia de un malentendido amoroso al que siguen numerosas situaciones de enredo en tono desenfadado y humorístico.

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Seitenzahl: 84

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Lope de Vega

Los Tellos de Meneses

 

Saga

Los Tellos de MenesesCopyright © 1628, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726618372

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAJES

TELLO, el viejo.TELLO, su hijo.MENDO, villano, gracioso.SANCHO, villano.DON NUÑO. FORTÚN, labrador.AIBAR, labrador.DON RAMIRO. BATO, villano.LAURA, labradoraINÉS, villana.ORDOÑO I, rey de León.DOÑA ELVIRA infanta.SILVIO. BENITO. Villanos. Criados.

La escena es en León y en las montañas de este reino.

Acto I

Escena I

Habitación de la infanta en el real alcázar de León.

LA INFANTA DOÑA ELVIRA, DON NUÑO.

 

INFANTA Parecerá loca acción

a quien la virtud ignora.

DON NUÑO ¡Extraña resolución

en una heroica señora,

hija de un rey de León! 5

Otros medios puede haber.

INFANTA Ansí pienso defender,

cauta, mi honor y decoro,

al quererme hacer de un moro

un rey cristiano mujer. 10

DON NUÑO Ejemplos hay conocidos

de mujeres que supieron

reducir a sus maridos,

y que a la fe los trujeron

los brazos y los oídos. 15

Tal con el rey de Valencia

tu hermosura y tu prudencia,

señora, pudieran ser,

y al mayor ejemplo hacer,

si no igualdad, competencia. 20

Casa con él, que, aunque moro,

en las virtudes sin fe

es un archivo, un tesoro;

y aunque fuera della esté,

sabrá guardarte decoro. 25

Hace el rey esta amistad

por ganar la voluntad

del de Córdoba y Toledo,

no porque les tiene miedo,

por mayor seguridad 30

que nadie se ha de mover

en siendo Tarfe su yerno.

INFANTA Primero pudiera ser

volverse gloria el infierno

que ser de Tarfe mujer. 35

En lugar de flores bellas,

Nuño, nacerán estrellas,

y los peces de los ríos

trocarán sus centros fríos

al manto que esmaltan ellas. 40

Primero el feroz denuedo

del arrogante león

tendrá de un cordero miedo,

será firme la ocasión,

y se estará el tiempo quedo. 45

Cesarán la competencia

los elementos furiosos

de su inmortal resistencia,

y no tendrán envidiosos

privanza, virtud ni ciencia. 50

Será la flaqueza fuerte,

tendrá venturosa suerte

el bien con la ingratitud,

enfadará la salud

y será dulce la muerte. 55

DON NUÑO ¿Resuelta en efeto estás

de que el conde castellano

te favorezca?

INFANTA Hoy verás

del moro el intento vano,

y el de mi padre, que es más. 60

No juzgues a desvarío,

Nuño, el pensamiento mío:

siendo forzoso ausentarme,

nadie puede remediarme

mejor que el conde, mi tío. 65

Heme fiado de ti,

de tu valor confiada,

para defenderme ansí;

que yo sé que iré guardada

de ti mejor que de mí. 70

DON NUÑO ¡No me tengan por traidor

acompaño en tu error!

INFANTA No es error hacer defensa

una mujer en la ofensa

de su virtud y su honor. 75

Fara cegó de llorar

por no se querer casar;

y fue de alabanza dina

huyendo a un padre Eufrosina,

a quien pretendo imitar. 80

En hábito de varón

huyó Eugenia, y yo he tenido

para huir más ocasión

de un rey de León, que ha sido,

para mí, rey y león. 85

A punto mis joyas tengo;

que los sucesos prevengo

que temo, aunque no los sé,

pues que por guardar la fe

a tantas fortunas vengo. 90

Si como Cecilia fuera,

algún ángel esperara

que mi virtud defendiera,

porque ese moro dejara

su ley tan bárbara y fiera. 95

Mucho del cielo confío,

de mí no, Nuño; y ansí

intento tal desvarío.

DON NUÑO Para servirte nací,

blasón de mi sangre y mío. 100

Mira a la hora que quieres

que venga por ti, pues eres

quien se vale de mi nombre;

que nace obligado un hombre

a defender las mujeres. 105

INFANTA Cuando se ponga la luna,

que medianoche será.

DON NUÑO Vendré sin falta ninguna,

en un caballo, en que ya

corramos los dos fortuna. 110

INFANTA Pues por el parque saldré.

DON NUÑO Y yo a la puerta estaré.

INFANTA Aunque es hazaña atrevida,

más quiero perder la vida

que no aventurar la fe. 115

 

(Vanse.)

Escena II

Vista exterior de la casa de los Tellos, en las montañas de León.

TELLO, vestido de gala, con aderezo dorado y plumas; LAURA.

 

TELLO Finalmente, ¡no he podido

guardarme de ti!

LAURA De amor

¿quién puede?, y más si el temor

de ausencia promete olvido.

Y de la suerte que vas, 120

vestido a lo cortesano,

¿no ves que encubres en vano

los enojos que me das?

Que entre esperanza y temor

vivo con tantos recelos, 125

que me avisaran los celos

cuando se durmiera amor.

¿Cómo te has vestido ansí?

TELLO Prima, aunque Tello, mi padre,

es labrador, por mi madre 130

hidalgo y noble nací;

y él en toda la montaña

de León siempre ha tenido

fama de ser bien nacido,

y de los godos de España. 135

Pues ¿qué quiere de un mancebo

como yo? ¿No es poco honor

de los dos ser labrador?

Por dicha, ¿en el mundo es nuevo

que quien tiene hacienda emprenda 140

ser algo más de lo que es?

¿En qué desatinos ves

que le gasto mal su hacienda?

¿Es mucho que a la ciudad

vaya como hombre de bien, 145

adonde los que me ven

conozcan mi calidad?

¿Quién culpa lo que no pasa

de un honrado pensamiento?

¿Tengo de ir en un jumento, 150

como un villano de casa?

En ella, gracias a Dios,

afeitan la yerba a un prado,

cien yeguas: pues mi criado

y yo ¿es milagro que en dos 155

vamos a ver la ciudad

y a comprar alguna cosa?

LAURA A no dejarme celosa

del traje la novedad

y de León la hermosura, 160

tu pensamiento aprobara.

Galán, es cosa muy clara

que harás alguna locura.

Tú gracias, yo pocas dichas,

¿qué espero, pues de las galas 165

nacen a los hombres alas

y a las mujeres desdichas?

Fuera desto, si en León

ves las damas cortesanas

o en visitas o en ventanas, 170

donde con tal perfección

está el adorno y el traje,

que en ángeles las convierte,

después ¿qué ha de parecerte

nuestro rudo villanaje? 175

Una mujer que consejo

pide, al tocarse, a una fuente,

no a un mar de cristal enfrente,

que es más lisonja que espejo,

¿qué podrá ser para ti 180

cuando vuelvas de León?

TELLO Prima, lo mismo que son

los prados en que nací,

con su natural belleza,

no los jardines del arte; 185

porque es en aquella parte

madrastra Naturaleza.

Deja celos excusados,

porque me pone temor

mostrarme tanto rigor 190

antes de estar desposados.

¿Qué dejas para después,

si esto me dices agora?

Escena III

TELLO EL VIEJO, INÉS, dichos.

 

INÉS Bien lo sabe mi señora,

pues le llamó

TELLO EL VIEJO Espera, Inés. 195

¡Qué buena conversación!

¿Tú con gente cortesana,

Laura?

TELLO (Aparte.)

Cogióme: por Dios,

que le avisaron que estaba

de partida a la ciudad. 200

LAURA La vista o la edad te engaña;

con Tello, mi primo, estoy.

TELLO EL VIEJO ¿Quién es Tello?

LAURA ¿No le acabas

de conocer?

TELLO EL VIEJO ¿Cómo puedo?

Que Tello mi hijo, Laura, 205

es labrador como yo,

aunque de aquestas montañas

el más bien nacido y rico,

y habrá dos horas que andaba

con un gabán y un sombrero 210

tosco, abarcas y polainas.

¡Hijo yo con seda y oro,

espada y daga dorada,

plumas y más aderezos

que una nave tiene jarcias? 215

No creas tú que es mi hijo.

Caballero, ¿dónde pasa?

¿Es cazador deste monte?

¿Perdióse acaso? ¿No habla?

TELLO ¿Qué tengo de hablar, señor, 220

si desta suerte me tratas?

Quien te avisó, mejor fuera

que este enojo te excusara.

¿Es mucho que a la ciudad

un hijo de un hombre vaya 225

tan principal como tú,

y que ha de heredar tu casa,

en traje que lo parezca?

TELLO EL VIEJO Y ¿es justo que en esas galas

gastes con tanta locura 230

el dinero que no ganas?

¿En qué está la diferencia

de la nobleza heredada,

al oficial o al que cuida

de su cuidado y labranza? 235

En que el uno vista seda

y el otro una jerga basta,

que basta para su estado,

pues ella dice que basta.

La carroza del señor, 240

que cuando el techo levanta,

descubre los arcos de oro

con las cortinas de grana,

¿no ha de tener diferencia

a un carro con seis estacas, 245

cuatro mulas por frisones,

su mismo pelo por franjas,

que, cuando mucho, a una fiesta

lleva en un cielo de caña

algún repostero 250

con las armas de otra casa?

¿Beber en cristal es poco,

o de algún arroyo el agua

con la mano, que le vuelve

la mitad desde la barba; 255

comer en plata o en barro,

supuesto que más se gasta,

pues nunca de su valor

faltó la plata quebrada?

¡Ay Tello!, la perdición 260

de las repúblicas causa

el querer hacer los hombres

de sus estados mudanza.

En teniendo el mercader

alguna hacienda, no para 265

hasta verse caballero,

y al más desigual se iguala.

¿Qué hijo de un oficial

lo mismo que el padre trata?

De aquí nace aquella mezcla 270

de cosas altas y bajas,

que los matrimonios ligan,

con que sangres y honras andan

revueltas; de aquí los pleitos,

las quejas y las espadas. 275

Hidalgo naciste, hijo;

pero entre aquestas montañas,

de un labrador que ha vivido

del fruto de cuatro vacas,

seis ovejas y dos viñas. 280

Dejad al señor las galas

y a los soldados las plumas;

volved al paño y la abarca;