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Pedro Carbonero es una comedia teatral del autor Lope de Vega. En la línea de las comedias palatinas del teatro del Siglo de Oro Español, narra la historia de un malentendido amoroso al que siguen numerosas situaciones de enredo en tono desenfadado y humorístico.
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Seitenzahl: 88
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Lope de Vega
Tragicomedia famosa de Lope de Vega Carpio. Dirigida al florido ingenio de don Diego Félix Quijada y Riquelme
Saga
Pedro Carbonero Copyright © 1620, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726618693
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
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SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
-fol. 151r-
Después que vi los ochenta sonetos que vuestra merced llama Soliadas, propiedades del Sol, efetos y fábulas aplicadas a la hermosura de Finelda, creció mi deseo de su conocimiento; y la idea que por sus cartas había fabricado, con más noble pintura, ilustró mi imaginación de los rayos de su ingenio. Escribiome Juan Antonio de Ibarra, Secretario del Excelentísimo Duque de Alcalá, cuán acepto era vuestra merced en esa insigne ciudad de sus teólogos y filósofos, en todas las ocasiones que se ofrecían, y cómo estaba opuesto a sus cátedras, que en veintitrés años de edad es cosa maravillosa, y aunque fuera crédito para otros muchos, no aumentó al mío lo que habían solicitado los versos, donde la dulzura compite con la erudición y el cuidado con la hermosura, y aquí no entra amor con su apasionado juicio, ni aquellas palabras de Bartolomeo Escala: «Solet amor mutuus, etiam que minus firma posita sint, ut quando quem accidit, excusare et munire». Hallo en vuestra merced un ingenio asentado, que para hablar más a lo cortesano que a lo escolástico, hay ingenios -fol. 151v- en pie, de rodillas y en éxtasis; que aquí no trato de los ridículos, de los legos, de los censurantes, de los malcontentos, de los invidiosos y de los alocados. Hay ingenios nominales, de ataracea y de remiendos, de argentería y de oropel, duros, ruidosos y brillantes; pero los filateros me consumen, verbi gratia el que me reprehendía que había dicho «Emperadora», muy vano de que él sabe que se había de decir «Emperatriz», y es disparate, porque en Castilla no hay tal voz, como se ve por ejemplo, sino que la curiosa bachillería ha latinizado con aspereza lo que tiene en su lengua con blandura. Emperatriz ha dado causa para que a la embajadora llamen embajatriz; y a la tutora de sus hijos tutriz, de donde se sigue que la cantora llamaremos cantatriz, y a la habladora hablatriz; y a este modo, sexcenta alia.
Las cuestiones de nombre, odiosas siempre, fatigan mucho a los que siempre escriben; y si algo me debe mi lengua, no quiero yo decirlo, si ella no lo dice.
Vuelvo pues a encarecer el asiento de su ingenio de vuestra merced, y la perfeción con que desde aquí le miro, lejos de tan bajas consideraciones, y remontado a la sustancia, sentencia y utilidad de las cosas, porque le alabo y estimo.
Dijo Pico Mirandulano a Hermolao Bárbaro, tratando si «eloquentia et orationis ornatus an deceat philosophum», que vivía y pensaba vivir «non in scholis grammaticorum, et paedagogiis, sed in philosophorum coronis, in conuentibus sapientum, ubi non de matre Andromacha, non de Niobes filiis, atque id genus leuibus nugis, sed de humanarum, diuinarumque rerum rationibus agitur et disputatur.
Esto me agrada mucho, si bien por otras opiniones no daña la elocuencia, la historia, la fábula y el conocimiento universal de las más esenciales letras, a lo menos desde que vi mal acepto un libro de un gran teólogo, por la falta del arte del escribir, aunque sustancia sin elocuencia, y aquello que llamaba Pedro Liñán: «los dulces engaños del entendimiento»; que la invención hizo más únicos a Homero y Virgilio, que lo que fueron célebres sus versos, pues mucha parte de los dos ha hecho filosófica y moral la sagrada veneración de sus escoliastes.
Daré, con algunas obras mías, estos versos de vuestra merced a luz, para que hagan el efeto que la vela en la linterna, en la mitad del libro, tan gustoso y tan admirado me siento dellos, aunque para satisfación del amor con que los leo (que suele tener fuerza de fe) bastaba la aprobación de don Juan de Arguijo, caballero en todo rigor científico, y de integridad y costumbres dignas -fol. 152r-de mayor fortuna, si su filosofía cristiana, con naturaleza de armiño, no le cerrara el paso.
Cuán diferente es el presente que a vuestra merced envío. Mirando el título de su cándido ingenio y limpia nobleza, no se ha de juzgar por el nombre de Pedro Carbonero, sino por el valor de la verdad de la historia y del que tuvo un hombre andaluz de aquellas prendas que para siempre le dedicó al bronce de la inmortalidad, y yo lo mismo ahora con el de vuestra merced, que a no ser esto así, «satis profecto fuerat», como dijo Policiano, «Uixisse unum diem, quod tam foret imperfectum animal, ac posse etiam inter insecta illa, que vocentur ephemera connumerari». Pero no pudiendo en esta ocasión ofrecer cosas más dignas, ni dar mayores alabanzas a quien también las merece, «tam deesse scias animo verba, quam rebus animus deest». Dios guarde a vuestra merced y le deje lograr tan felices años; los que yo le deseo. De Madrid, 14 de mayo de 1620.
Capellán de vuestra merced. Lope de Vega Carpio.
-fol. 152v-
Salen ANDRÉS y FIDELIO.
ANDRÉS Aquí esperarle podéis
para que con él se trate,
si de hacer ese rescate
tanta voluntad tenéis.
FIDELIO ¿Podrá Pedro Carbonero 5
salir con aquesta hazaña?
ANDRÉS El que en la dura montaña
del mar que sepulta a Duero,
con el tostado bastón
mató aquel fiero gigante, 10
no es a Pedro semejante,
ni a sus engaños Sinón.
FIDELIO Si me trae esta cautiva,
pues dices que entra en Granada
y que trae a quien le agrada, 15
seguro del premio viva,
-fol. 153r-
que es poco mi hacienda toda.
ANDRÉS Pedro vive de robar
moros, que en este lugar
vende, trueca y acomoda. 20
Tantos, en fin, ha robado,
que ya el Rey tiene noticia
de aquesta nueva milicia
deste fronterizo honrado,
y ha ganado provisión 25
para que le den amparo
estos lugares.
FIDELIO Reparo
en su cierta perdición;
que en sabiéndose en Granada,
mil pedazos le han de hacer. 30
ANDRÉS Él se sabrá defender.
FIDELIO ¿De qué suerte?
ANDRÉS Con la espada.
FIDELIO ¿Contra toda una ciudad?
ANDRÉS Contra un mundo, aunque sospecho
que si las cosas que ha hecho 35
parecen temeridad,
con industria tan sutil
las intenta, y de tal modo,
que sale muy bien de todo.
FIDELIO Temo que algún hombre vil 40
destos lugares le venda,
invidiando sus tesoros,
viendo que engañando moros
ha ganado tanta hacienda.
ANDRÉS No harán, porque es bien quisto, 45
y si un moro vende a un pobre,
se le fía, aunque no cobre,
como alguna vez lo he visto.
Y se le da muy barato,
presta dineros.
FIDELIO ¿Que tiene 50
tal condición?
ANDRÉS Cuando viene
hace a todos franco plato.
Anda Pedro allá en las sierras
con su famosa cuadrilla
tanto, que por maravilla 55
baja a las pobladas tierras.
Trata como capitán
su compañía gallarda;
tiene su cuerpo de guarda,
en que dos o tres están, 60
porque por todos son doce,
tres más que los de la fama,
a quien por devoción llama
y por los nombres conoce.
De los Apóstoles santos 65
a mí por suerte me cupo
Andrés, y esta plaza ocupo.
FIDELIO Plega al cielo que entre tantos
no haya alguno que le venda.
ANDRÉS No lo temáis, que estos días 70
cayó la suerte a un Matías
a quien su guarda encomienda.
Y es de gran fidelidad.
FIDELIO ¿Con qué industria va a Granada?
ANDRÉS Su cuadrilla en emboscada 75
pone junto a la ciudad.
Y él va en hábito africano.
FIDELIO ¿Habla la lengua?
ANDRÉS Muy bien.
FIDELIO ¿Va alguno con él?
ANDRÉS También
va con él su primo hermano, 80
que Alfonso tenía por nombre
y ya se llama Tadeo,
y un morillo que no creo
que ha visto el mundo tal hombre,
es el que los ha enseñado 85
la lengua. Llámase Hamete;
este en Granada los mete
con tanta industria y cuidado,
que en un año no han caído
en el hurón con que caza. 90
FIDELIO Pues el moro, ¿por qué traza
a ser su amigo ha venido?
ANDRÉS Cautivole Pedro un día
que iba una yegua a correr,
y aficionose de ver 95
su talle y su valentía;
de suerte que, visto el modo
con que los moros engaña,
-fol. 153v-
a cuanto va le acompaña
y es el que lo encubre todo. 100
Toca su parte al primero,
está rico y anda ufano,
aficionado al cristiano,
no sé si diga al dinero.
FIDELIO ¿Que a tanta llaneza vino? 105
ANDRÉS Vino a esta llaneza Hamete
viniendo a ser alcahuete
por saberle bien el vino.
Pero Pedro viene aquí
con otros dos compañeros. 110
(Sale PEDRO CARBONERO, con montera y capote de doshaldas y ballesta al hombro, y con él MATÍAS y SIMÓN.)
PEDRO ¿Llevaba el moro dineros?
MATÍAS No le hallamos un cequí.
SIMÓN ¿Aquí está Andrés?
ANDRÉS Este hidalgo,
de Andújar te quiere hablar.
PEDRO Hablarme puede y mandar, 115
si puedo serville en algo.
FIDELIO Merced me podéis hacer
trayéndome de Granada
una cautiva.
PEDRO ¿Es casada?
FIDELIO No, mas pensábalo ser. 120
PEDRO ¿Traéis memoria?
FIDELIO En la mía
traigo bien toda la historia,
y en papel esta memoria
del suceso de aquel día.
(Dale un papel y léele PEDRO.)
PEDRO «Cautivaron en las huertas de Andújar, la mañana
de Pascua de Espíritu Santo, el año pasado, en una
celada de Muley Jarife a Rosela; está en su poder y vive
en la calle de los Gomeles.»
¿Qué me darás por Rosela 125
si en Andújar te la doy?
FIDELIO Lo que tengo y lo que soy,
sea guerra o sea cautela,
si me la traes es tuyo.
PEDRO Cien ducados me darás. 130
FIDELIO ¿No más?
PEDRO Yo no quiero más.