Telepatia, veggence y divinación (traducido) - Aa. Vv. - E-Book

Telepatia, veggence y divinación (traducido) E-Book

aa.vv

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Beschreibung

- Esta edición es única;
- La traducción es completamente original y se realizó para el Ale. Mar. SAS;
- Todos los derechos reservados.

La pregunta que pretende responder este libro, y que todo el mundo debe haberse planteado al menos una vez en su vida, es: ¿la telepatía, la clarividencia y la adivinación del futuro son dones? ¿Son técnicas? ¿Son ambos? ¿Son el efecto de una predisposición particular de unos pocos o están presentes en cada uno de nosotros? Y en esta última hipótesis (que ya no es hipótesis sino certeza), ¿cómo se pueden desarrollar estas facultades potenciales?
De la lectura y, por qué no, del estudio de las páginas de este libro, se desprende que el punto de partida para todos es la sutil alquimia que nos separa del mundo exterior. Al superar esto, se puede lograr el desarrollo de lo que Colin Wilson llama el "sentido latente" o la "facultad X".
Este, según Wilson, es el poder que permite a cada uno de nosotros superar las limitaciones del presente. Porque sabemos que el pasado es tan real como el presente y que Nueva York, Singapur o Tokio existen tanto y tan bien como el lugar en el que nos encontramos en este mismo momento. Pero nuestros sentidos nos transmiten una realidad diferente y nos aseguran que el lugar en el que estamos ahora es absolutamente más real que cualquier otro lugar, no importa en qué momento. Y que esto es falso sólo se nos aparece en momentos de gran intensidad interior.
Así que somos víctimas de una realidad virtual que determina en nosotros una receptividad pasiva muy peligrosa porque crea una condición de aburrimiento y estancamiento que también explicaría el carácter increíblemente gratuito y violento de ciertos crímenes. Para salir de esto, el hombre debe fortalecer su "músculo mental". Y será menos difícil de lo que parece si realmente lo queremos.
El método descrito en este libro no es el producto de concepciones teóricas más o menos factibles destinadas a provocar la clarividencia en los lectores ávidos de experimentación. Por el contrario, el método es esencialmente positivo, ya que es la conclusión de no pocos miles de experimentos realizados a lo largo de unos veinte años, por un número considerable de sujetos de todas las categorías. Produce efectos notables con individuos normalmente evolucionados, especialmente con personas capaces de mantener una serenidad constante o animadas por un sincero deseo de elevación moral; en definitiva, el método aporta a todos, en niveles más o menos intensos, estados subjetivos nuevos y superiores, ya que constituye una verdadera cultura psíquica y mental.
¿Son la clarividencia, la telepatía y la adivinación premonitoria embrionarias en nosotros? Intentemos seguir este método que, si realmente lo queremos, puede guiarnos MÁS ALLÁ DEL LÍMITE.
 

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ÍNDICE

 

Prefacio de la presente edición.

Prefacio

EL MÉTODO

Conclusión:

 

 

Telepatia, veggence y divinación

MÉTODO PARA EL DESARROLLO DEPARANORMAL

Varios autores

Traducción y edición 2021 por Ediciones Planeta

Todos los derechos reservados

SOBRE EL BORDE

Prefacio de la presente edición.

Hoy en día es muy fácil recurrir a un "adivino". La prensa especializada y no especializada, todas o casi todas las cadenas de televisión acogen sus anuncios y más a menudo emisiones con las que se puede conectar en directo por teléfono. Pero la pregunta, a la que este libro se propone responder, es de otro tipo, y todo el mundo debe habérselo planteado al menos una vez en su vida: ¿son la telepatía, la clarividencia y la adivinación del futuro dones? ¿Son técnicas? ¿Son uno y otro? ¿Son el efecto de una predisposición particular de unos pocos o están presentes en cada uno de nosotros? Y en esta última hipótesis (que ya no es hipótesis, sino certeza), ¿cómo desarrollar esas facultades potenciales?

De la lectura y, por qué no, del estudio de las siguientes páginas, quedará claro que el punto de partida para todos es la sutil alquimia que nos separa del mundo exterior. Al superar esto, podemos lograr el desarrollo de lo que Colin Wilson llama el "sentido latente" o la "facultad X".

Este -según Wilson- es el poder que, para cada uno de nosotros, nos permite superar los límites del presente. Sabemos, en efecto, que el pasado es tan real como el presente y que Nueva York, Singapur o Tokio existen tanto y tan bien como el lugar en el que nos encontramos en este mismo momento. Pero nuestros sentidos nos transmiten una realidad diferente y nos aseguran que el lugar donde estamos ahora es absolutamente más real que cualquier otro lugar, sea cual sea el momento.

Y que esto es falso, sólo se nos aparece en momentos de gran intensidad interior.

Así que somos víctimas de una realidad virtual que determina en nosotros una receptividad pasiva muy peligrosa porque crea una condición de aburrimiento y estancamiento que también explicaría el carácter increíblemente gratuito y violento de algunos crímenes. El hombre entonces, para salir de ella, debe fortalecer el "músculo mental". Y será menos difícil de lo que parece si realmente lo queremos.

¿Están la clarividencia, la telepatía y la adivinación premonitoria en embrión dentro de nosotros? Intentemos seguir este método que, si realmente lo queremos, puede guiarnos MÁS ALLÁ DEL LÍMITE.

Prefacio

El método que se describe en las páginas siguientes no es, como pretendieron algunos críticos de la primera edición, el producto de concepciones teóricas más o menos factibles destinadas a provocar la clarividencia en lectores ávidos de experimentación. El método es, por el contrario, esencialmente positivo, ya que constituye la conclusión de no pocos miles de experimentos realizados a lo largo de unos veinte años, por un número considerable de sujetos de todas las categorías. Los medios indicados son consecuencia de muchas observaciones, y quienes los han aplicado han obtenido resultados extraordinariamente acordes con los obtenidos por el que suscribe.

Otras personas han lamentado que el método requiera un instructor, es decir, que no dé los medios para desarrollar la clarividencia por el propio sujeto. Es cierto que algunos pueblos orientales son capaces de obtener la visión subjetiva mediante el entrenamiento personal, pero este es un hecho que procede de una facultad innata, lo cual es bastante raro entre los pueblos occidentales. Un desarrollo sin instructor es susceptible de hacer que el cerebro sea receptivo a corrientes malas y desequilibradas, capaces de determinar ilusiones engañosas, acompañadas de trastornos nerviosos, incluso con virtualidades muy graves; este peligro no se presenta con la presencia del instructor, siempre que éste se ocupe de conducir las imágenes con lógica y regularidad, de evitar las preguntas incongruentes, así como todo lo que pueda provocar fatiga o estado de dificultad general, sino de provocar en el sujeto estados de equilibrio y tranquilidad cada vez más completos. El desarrollo normal no sólo no es causa de ninguna perturbación, sino que, por el contrario, perfecciona el estado físico y moral del sujeto, asegurando incluso su recuperación o la mitigación de sus propios males en caso de que los sufra.

Por último, hay que añadir que este método no debe sus éxitos a mi acción personal, como se ha afirmado igualmente.

El método depende, por supuesto, de la predisposición del sujeto, pero no obstante es eficaz con cualquier instructor, siempre que aplique sus reglas con precisión. Puede compararse con un método para enseñar a dibujar o a tocar música, cuya aplicación depende del alumno y del profesor, pero que siempre da resultados. Ciertamente se siente incómodo con individuos de carácter tosco, de poca cultura o de inconstancia. Por otra parte, produce efectos notables con individuos normalmente evolucionados, especialmente con personas capaces de mantener una serenidad constante o animadas por un sincero deseo de elevación moral; en definitiva, el método aporta a todos, en niveles más o menos intensos, estados subjetivos nuevos y superiores, ya que constituye una verdadera cultura psíquica y mental.

Características generales

El conocimiento del mundo exterior nos lo proporcionan nuestros sentidos, pero éstos son extremadamente limitados. En efecto, no podemos oír o ver a una persona si no es a condición de estar cerca de ella, y no podemos intercambiar nuestras ideas con ella si no es por medio de palabras, que difieren de unas personas a otras y que, la mayoría de las veces, traicionan nuestros pensamientos voluntariamente o no. Sin embargo, la ciencia ha podido, en cierta medida, ampliar las capacidades de nuestros sentidos: el microscopio y el telescopio han ampliado el campo de nuestra visión, tanto en dirección a lo infinitamente pequeño como hacia lo infinitamente grande; el teléfono ha eliminado la condición de corta distancia ligada a nuestro oído, y la televisión transmite las imágenes más lejanas. Además, la ciencia nos ha permitido vislumbrar la existencia de innumerables modos vibratorios, de los cuales sólo una parte infinitesimal es perceptible. En efecto, nuestro oído sólo registra los valores de las vibraciones comprendidas entre 32.000 y 33.000, nuestro ojo sólo percibe los comprendidos entre 450 trillones de luz roja y 750 trillones de luz violeta; de ello se desprende que, incluso integrando las vibraciones de la electricidad y del color, nos encontramos con lagunas que desafían toda imaginación. ¿Corresponden estas lagunas a vibraciones realmente emitidas en el universo o, por el contrario, son sólo la consecuencia de la nada, de una discontinuidad absoluta en la sucesión de vibraciones?

Esta última hipótesis no es compatible con las leyes de la naturaleza, que sólo proceden por transiciones, ni con las adquisiciones de la ciencia, que nos revela la existencia de nuevas vibraciones a medida que avanza. Por lo tanto, debemos concluir que, con toda probabilidad, existen innumerables centros vibratorios que escapan a nuestra conciencia, y cuya percepción nos llevaría al conocimiento de mundos insospechados.