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El trabajo juega un rol central en la vida social y en las experiencias de las personas, no solo como factor de producción o fuente de sustento, sino como espacio de construcción de identidad, relaciones y sociedad. Más allá de los importantes debates y análisis sobre el mercado laboral y la precarización del empleo, y más allá de la fuerte reducción instrumental y economicista de la categoría de trabajo que produjo la hegemonía política neoliberal en las últimas décadas, resulta fundamental abrir nuevos espacios de elucidación conceptual sobre el trabajo y sus dimensiones e implicancias normativas para los sujetos, la sociedad y la política democrática en la modernidad contemporánea.
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Seitenzahl: 381
Veröffentlichungsjahr: 2025
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TRABAJO, LAZO SOCIAL Y CONSTRUCCIÓN DE SUJETOS
Enfoques críticos para interrogar el futuro del trabajo y la democracia
Magdalena Garcés
Patricia Guerrero
Antonio Stecher
Editores
Ediciones Universidad Alberto Hurtado
Alameda 1869 – Santiago de Chile
[email protected] – 56-228897726
www.uahurtado.cl
Los libros de Ediciones UAH poseen tres instancias de evaluación: comité científico de la colección, comité editorial multidisciplinario y sistema de referato externo por par doble ciego. Este libro fue sometido a las tres instancias de evaluación.
ISBN libro impreso: 978-956-357-520-0
ISBN libro digital: 978-956-357-521-7
Coordinador colección Psicología
Renato Moretti
Dirección editorial
Alejandra Stevenson Valdés
Editora ejecutiva
Beatriz García-Huidobro
Diseño interior
Gloria Barrrios A.
Diseño de portada
Francisca Toral
Con las debidas licencias. Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamos públicos.
Diagramación digital: ebooks Patagonia
www.ebookspatagonia.com
El valor y centralidad del trabajo para la realización individual y la construcción de la democracia. A modo de introducción
Magdalena Garcés, Patricia Guerrero y Antonio Stecher
Parte ISobre la centralidad del trabajo: aportes desde la filosofía política y la teoría crítica
Capítulo I
La centralidad del trabajo para una teoría crítica de la sociedad
Jean-Philippe Deranty
Capítulo II
Trabajo, sociedad y democracia
Stephan Voswinkel
Capítulo III
Repensar el trabajo (y su futuro) en la era de los manifiestos
Emmanuel Renault
Parte IIEl trabajo en el campo de las clínicas del trabajo
Capítulo IV
Empresas hipermodernas y la salud laboral
Vincent De Gaulejac
Capítulo V
Desentrañar los significados del trabajo para pensar la emancipación. El enfoque de la sociología clínica del trabajo
Marie Anne Dujarier
Capítulo VI
¿El trabajo como fuente de salud o de sufrimiento? Los retos psíquicos del trabajo
Dominique Lhuilier
Parte IIIClaves para el estudio del futuro del trabajo: democratización, orden de género, nuevas tecnologías y cambio climático
Capítulo VII
Del potencial democrático del trabajo a la democratización de la empresa
Isabelle Ferreras
Capítulo VIII
La centralidad invisible del trabajo: cambio tecnológico, crisis climática y democracia
Sebastián Pérez Sepúlveda
Capítulo IX
Significados de la centralidad del trabajo y apropiación del salario desde la perspectiva crítica de género. Un lente específico a las asalariadas del agro
Pamela Caro Molina y Ximena Valdés
Parte IVEntrevista al profesor Julio César Neffa
Capítulo X
Entrevista
Julio César Neffa
Propósito y marco general del libro
El presente libro tiene como propósito principal reunir y presentar un conjunto de desarrollos teóricos recientes sobre el concepto de trabajo y sus transformaciones contemporáneas en el campo de la filosofía política, la teoría crítica, las clínicas del trabajo4 y los estudios feministas. Se trata de propuestas conceptuales que afirman la importancia de revisitar y discutir teóricamente el concepto de trabajo, tanto a la luz de los aportes y limitaciones de las perspectivas tradicionales de la teoría social y psicológica, como considerando las transformaciones estructurales del capitalismo y los escenarios laborales de las últimas décadas. Asimismo, se trata de enfoques que visibilizan la centralidad del trabajo como actividad humana en la configuración del orden social y en la constitución de los sujetos, atendiendo a su heterogeneidad y amplitud más allá de la forma institucional de empleo asalariado; algo de particular relevancia para el caso de América Latina y sus patrones históricos de informalidad (De la Garza, 2000), como para los debates contemporáneo sobre trabajo de cuidado (Araujo y Hirata, 2020). Junto a ello, es posible señalar que los desarrollos teóricos que este libro reúne convergen en subrayar las dimensiones normativas del trabajo y los ideales emancipatorios y de justicia que porta; contribuyendo, así, a reponer el trabajo como un parámetro crucial para interrogar críticamente los niveles de bienestar, autonomía, igualdad y democracia que una sociedad ha alcanzado.
Ese conjunto de claves –la importancia de (re)teorizar el concepto de trabajo, de reconocer su centralidad para la configuración del orden social y de los sujetos, de ampliar su alcance más allá de la forma empleo, y de visibilizar su dimensión normativa como clave para interrogar críticamente las dinámicas de dominación/emancipación en las sociedades contemporáneas– nos parecen aportes centrales para enriquecer el campo de los Estudios del Trabajo en Chile y América Latina. Un campo que enfrenta enormes desafíos en sus agendas de investigación y de incidencia pública dado las aceleradas tendencias a la digitalización, descentralización productiva y precarización que –con particular fuerza a partir de la pandemia por COVID 19– se aprecian en diversos escenarios del trabajo (Suter et al. 2021).
¿Qué implica repensar el concepto de trabajo y analizar sus transformaciones contemporáneas a la luz de estas claves de lectura que el libro ofrece?
Al respecto, y sin ánimo de exhaustividad, es posible mencionar y desarrollar muy brevemente los siguientes puntos, que buscan compartir con el lector el horizonte de sentido general de esta obra y motivar la lectura de sus diferentes capítulos.
En primer lugar, más allá de su diversidad, los distintos autores a través de los diferentes capítulos, nos invitan a comprender el trabajo como una actividad humana que abarca la mayor parte de la vida activa de las personas, y que –inscrito en modos históricos y heterogéneos de organización, mediación tecnológica, significación y regulación institucional– define en forma importante el modo en que nos relacionamos al mundo, a los otros y con nosotros mismos (Dejours, Deranty, Renault y Smith, 2018). El trabajo como actividad incluye por cierto la forma empleo asalariado, pero se expande más allá de este abarcando también el autoempleo, el trabajo independiente, el trabajo voluntario, el trabajo de cuidados, el trabajo doméstico, el trabajo familiar no pago; incluyendo, así, todas aquellas actividades que implican un esfuerzo físico, mental y/o emocional, y que se orientan a generar intencionadamente algún bien o satisfacer una necesidad que contribuye a la reproducción social de una determina sociedad o forma de vida (Dejours, Deranty, Renault y Smith 2018; Deranty 2024; Wlosko y Ros 2019). Desde esta perspectiva autores como Deranty (2023) han cuestionado las tesis sobre el fin del trabajo o sobre las sociedades postrabajo, en la medida que toda sociedad humana es una sociedad de trabajo, en tanto se organiza a partir de formas de coordinación y cooperación en que se enlazan las múltiples actividades que –intencionadamente– despliegan los individuos para el logro de la reproducción social y la continuidad de su sociedad y de ellos mismos.
En segundo lugar, desde estas perspectivas el trabajo –más allá de su dimensión meramente instrumental para los individuos (obtener un bien o generar bajo la forma del empleo una renta para comprar productos en el mercado) o para las empresas y la economía (como un factor de producción y creación de riqueza nacional)– cumple un rol crucial respecto a diferentes dimensiones subjetivas, psicosociales y sociopolíticas de la condición humana, incidiendo en las experiencias de los actores (temores, esperanzas, ansiedades), en las modalidades de lazo social y en la constitución y textura de la vida en común. Así, por ejemplo, los abordajes desde las clínicas del trabajo han subrayado como en todo trabajo –incluso en aquellos fuertemente estandarizados y descalificados– los sujetos deben movilizar su inteligencia, pensamiento e ingenio para afrontar distintos imprevistos y resistencias desde lo real del mundo o desde su propio psiquismo, y para cubrir la brecha siempre presente entre el trabajo prescrito y el trabajo real (Orejuela, 2018; Wlosko, 2019). De este modo, en la actividad de trabajar todo sujeto siempre es exigido, constreñido por regulaciones externas y puesto a prueba, pudiendo vivenciar tanto el fracaso y el sufrimiento que supone la resistencia de lo real; como, por el contrario, experimentar una confirmación, crecimiento y revelación de sí asociada a sentimientos de placer por el logro en la tarea realizada y por el reconocimiento recibido desde otros por el esfuerzo, los logros y el trabajo efectivo desplegado (Dejours, 2006). El trabajo puede así –en función de cómo está organizado– enfermar o generar sufrimiento, al mismo tiempo que puede ser fuente de reconocimiento, placer y autorrealización, incidiendo siempre, sea en uno u otro polo, en el bienestar subjetivo de las personas. (Zabala, Guerrero y Besoain, 2017). Al mismo tiempo, la actividad de trabajar –especialmente en su modalidad de empleo en grandes organizaciones formales– supone siempre el establecimiento de relaciones de coordinación con otros, las cuales pueden tener un carácter instrumental, competitivo y erosivo de los vínculos sociales, o pueden, por el contrario, dar lugar a vínculos de cooperación, reconocimiento, solidaridad y construcción de una voluntad colectiva. Estos “hábitos democráticos” son fundamentales, más allá del trabajo, para el sostenimiento de la democracia, entendida, al modo de Dewey, como una forma de vida basada en la cooperación reflexiva que no se agota en los procedimientos institucionales (Deranty y Renault, 2022; Honneth y Farell, 1998). De este modo, las organizaciones y empresas, a partir del modo en que coordinan y organizan el trabajo, pueden favorecer, o erosionar, esos hábitos y modos de vinculación con otros que son cruciales para la sostenibilidad de la vida democrática (Honneth, 2023). Los distintos capítulos –de diferente manera– dan cuenta de esta centralidad del trabajo para el bienestar y autorrealización de los individuos, así como para la construcción de formas de sociabilidad, reconocimiento y cooperación que están a la base de la democracia como tejido cultural y forma de vida.
En tercer lugar, de lo hasta acá señalado, es posible inferir otro rasgo común de este conjunto de perspectivas y desarrollos teóricos que se reúnen en este libro. Se trata de abordajes que reconocen la dimensión normativa del trabajo en las sociedades modernas capitalistas, entendiendo que el trabajo más allá de (o junto a) la lógica de racionalización instrumental de eficiencia, eficacia y productividad puede y debe ser interrogado en términos del modo en que contribuye –u obstaculiza– el logro de principios normativos vinculados a la autonomía igualitaria, la autorrealización y la democracia. Esos principios operan como horizontes morales de justicia y expectativas morales con que los propios trabajadores y trabajadoras juzgan en las sociedades contemporáneas sus espacios de trabajo, y despliegan demandas de reconocimiento y luchas para que dichos principios permeen efectivamente las formas organizativas, los parámetros institucionales y los criterios de valoración cultural y estatus de la actividad laboral que desempeñan (Dejours, Deranty, Renault y Smith, 2018; Honneth, 2003, 2010). La incorporación de esta dimensión normativa permite dar forma a un concepto crítico de trabajo donde este es analizado no en términos únicamente de criterios productivos, sanitarios o de cumplimiento de leyes laborales, sino en un horizonte más amplio relativo al modo en que el trabajo realiza, o no, en las sociedades modernas, su potencial normativo inherente e indispensable para el logro de la autorrealización individual, la integración social y la vida democrática. El logro de una sociedad justa desde estas perspectivas supone la lucha por la construcción de espacios de trabajo –entendido en el sentido amplio ya mencionado– donde los individuos, hombres y mujeres, encuentren (i) formas de visibilización y reconocimiento (simbólico y material) de su aporte específico a la producción y reproducción de la vida social; (ii) valoración por la implicación, los logros y el esfuerzo psíquico desplegado en la actividad de trabajar; (iii) posibilidad de apropiación subjetiva y ejercicio con ciertos grados de autonomía del rol específico desplegado en la actividad de trabajar (como madre, cuidador, obrero, profesional, etc.); (iv) espacios para aprender y desplegar la creatividad y la inteligencia práctica en el hacer que son centrales para la autorrealización humana; (iv) vínculos de colaboración recíproca, solidaridad e inscripción en colectivos de pertenencia; y (v) espacios de participación, decisión y coordinación cooperativa en torno a problemas y desafíos del trabajo, y también a objetivos compartidos referidos a la vida en común (De Gaulejac 2005; Dejours et al. 2018; Deranty 2009; Neffa 2021a, 2021b; Renault 2010; Smith 2022). Dicho análisis crítico de la organización y modalidades del trabajo productivo y reproductivo en las sociedades contemporáneas exige un análisis detallado del modo como se imbrican la división sexual del trabajo, el orden de género y las formas de dominación patriarcal, con las relaciones de clase, el orden productivo y las formas de dominación social características de la relación capital–trabajo (Hirata 2000, 2023; Wlosko 2018). Articulaciones que a su vez están mediadas por otros marcadores, anclajes socio estructurales, asimetrías de poder y contextos productivos como la raza, edad, condición inmigrante, contextos nacionales y productivos específicos, entre otros; todo lo cual da cuenta del desafío de analizar empíricamente el modo en que en distintos contextos laborales y para colectivos específicos de sujetos, el trabajo despliega y cumple –o niega y bloquea– su potencial normativo.
En cuarto lugar, junto a esta ampliación del concepto de trabajo –más allá de la forma empleo– entendido como actividad humana, la afirmación de su centralidad para las experiencias subjetivas, el lazo social y la democracia, y el relevamiento de sus dimensiones normativas inmanentes en el horizonte de la modernidad, las perspectivas que se reúnen en este libro comparten una fuerte crítica a la degradación del trabajo –como concepto, como valor y como experiencia– acontecida en el capitalismo neoliberal y sus modelos de gestión flexible. Se discute –especialmente desde los enfoques de la filosofía política y la teoría crítica– el modo en que el actual régimen de acumulación del capitalismo global y financiero ha generado una fuerte degradación del valor del trabajo, un retroceso y pérdida de derechos y protecciones sociales de la clase que vive del trabajo, un retroceso del poder y participación de los trabajadores en las empresas, una precarización de la existencia y un progresivo socavamiento de la democracia (Antunes 2005; Breen y Deranty 2022; Brown, 2016; Boltanski y Chiapello 2002; Castells 2001; Deranty, 2011). Una clara y más reciente expresión de dichas tendencias a la precarización laboral, lo constituye la expansión en los últimos años de las plataformas digitales de trabajo. En dichas empresas y modelos de gestión convergen tendencias a la digitalización productiva, la descentralización organizacional y la negación e invisibilización del vínculo laboral; lo que supone la transferencia de los costos y riesgos del proceso de trabajo a trabajadores que, al mismo tiempo que no son reconocidos ni protegidos jurídicamente como tales, están igualmente sometidos a fuertes procesos de disciplinamiento y control algorítimico por parte de las empresas (Stecher y Morales, 2024). Si bien los autores no abordan directamente este fenómeno de uberización del trabajo y de expansión de la gig economy (Woodcock y Graham, 2020), este opera como un trasfondo general al discutir las tendencias precarizantes del trabajo que han marcado –desde sus inicios en la década de 1980– la nueva fase de la economía capitalista global, flexible y neoliberal. Junto a lo anterior, los capítulos abordan –especialmente aquellos situados en el campo de las clínicas del trabajo– el modo en que los nuevos modelos de gestión flexible y sus lógicas neomanageriales han instalado en las empresas nuevos principios de gestión y formas organizativas que han impactado negativamente en las experiencias de los trabajadores y en sus posibilidades de organizarse. Se discute el modo en que principios como la evaluación individualizada, la competencia generalizada, las exigencias de calidad total, la responsabilización individual, la erosión de los colectivos de trabajo y sus lógicas de cooperación, la psicologización de los conflictos, la intensificación del trabajo, la expansión de formas ideológicas y paradojales de reconocimiento y comunicación, la invisibilización del trabajo real, la proliferación de indicadores e instrumentos de gestión, entre otros, han tenido un profundo impacto subjetivo, colectivo y político en el mundo del trabajo contemporáneo (De Gaulejac y Hanique 2015; Dejours 2019). Se trata de una profunda precarización de las experiencias de trabajo que han dado lugar a múltiples formas de sufrimiento, aislamiento y soledad que se expresan en diversas patologías –de sobrecarga, postraumáticas por violencia, del acoso, depresivas, de conductas suicidas– que dan cuenta de un momento histórico donde se han amplificado las lógicas de dominación social del capital y de alienación del trabajo, bloqueando fuertemente el cumplimiento de las expectativas normativas del trabajo (Dejours, 2019). Estas dinámicas de mayor precarización y dominación social adquieren formas específicas y de mayor intensidad para el caso de las trabajadoras mujeres. Como ha sido señalado por abordajes feministas y de género, el capitalismo flexible y su modo de regulación neoliberal ha conllevado, al mismo tiempo que una masiva incorporación de mujeres al mundo laboral, la mantención de la división sexual del trabajo con la carga que recae sobre las mujeres del trabajo reproductivo, la segmentación y generización del mercado de trabajo, las organizaciones y las habilidades y puestos de trabajo. Es decir se trata de un horizonte socio laboral marcado por el ingreso masivo de mujeres a empleos (especialmente del sector servicios, pero también en maquilas o sector agro-exportador) fuertemente precarizados y feminizados, a aquellos puestos en las organizaciones de un menor nivel jerárquico y de más bajas rentas, y al ejercicio de roles que se asocian a habilidades inherentemente femeninas (cuidado, atención, servicio al cliente, etc.) que no son, por tanto, valoradas ni reconocidas como propiamente laborales. Todo ello acompañado de la mantención de la carga de trabajo de cuidados que no es reconocida como trabajo y que es invisibilizada en el esfuerzo que supone y el valor y utilidad social que conlleva (Beth-Mills 2016). El análisis crítico de esta realidad contemporánea del trabajo que las perspectivas recogidas en este libro desarrollan –tanto en general como en particular para la realidad del trabajo femenino–, ofrecen, al mismo tiempo, algunas herramientas conceptuales para identificar y promover experiencias locales, modelos de organización y lógicas de acción colectiva que permitan frenar y revertir las tendencias precarizantes, patógenas y erosivas señaladas; buscando fortalecer las posibilidades emancipatorias, democratizadoras y de autorrealización que –como hemos señalado– son inherentes al trabajo como actividad humana.
En quinto lugar, es posible señalar que los autores y enfoques que reúne este libro –dado el concepto de trabajo (ampliado, central y provisto de dimensiones normativas) que proponen– toman distancia y cuestionan las diferentes tesis que afirman que estaríamos avanzando hacia sociedades sin trabajo (Dejours, Deranty, Renault y Smith 2018; Deranty y Breen 2022; Deranty, 2023). Entre dichas tesis se encuentra la idea de que, dado el contexto de crisis climática y medioambiental, la humanidad requiere renunciar al paradigma productivista, de crecimiento incesante, de consumo inagotable, de control sobre la naturaleza y extracción de sus recursos, propio de la modernización capitalista y de la noción liberal de progreso basada en la objetivación de la naturaleza como recurso disponible e inagotable. Dicha renuncia y necesidad de un nuevo modelo de desarrollo sustentable implicaría dejar atrás el trabajo, que es entendido en su forma de empleo inserto en procesos productivos industriales masivos y bajo la lógica de acumulación capitalista. Asimismo, se encuentra la tesis que pone el foco en cómo la financiarización del capitalismo y sus mecanismos de acumulación, así como el desarrollo tecnológico de la cuarta revolución industrial –capitalismo de plataformas, digitalización, inteligencia artificial–, acelerado en el contexto de pandemia y postpandemia por COVID-19, irá progresivamente eliminando diversos oficios, empleos y profesiones, las que serían reemplazadas por nuevas tecnologías y sistemas inteligentes, llevando progresivamente a una sociedad con menor trabajo, y –visto utópicamente– con mayores posibilidades de tiempo libre o, distópicamente, como una sociedad con mayores niveles de exclusión social y desigualdades. Finalmente, es posible identificar la tesis de que dada lo que sería una irremediable e irreversible tendencia a la precarización del empleo y el trabajo, en el marco de fuertes tendencias a la uberización del trabajo, se debería aspirar a la construcción de una sociedad postrabajo, que garantizara a los individuos otros mecanismos y soportes de reconocimiento, inclusión y protección social distintos al empleo asalariado, como un ingreso básico universal, el que podría liberar a los individuos de las penurias de formas de trabajo crecientemente precarizadas. Las perspectivas incluidas en este libro tienden a tomar distancia de estas profecías o anhelos distópicos o utópicos de una sociedad postrabajo, y plantean que el trabajo en tanto actividad indispensable para la reproducción social es una dimensión constitutiva de la condición humana y de la vida social (Deranty 2015, 2023); una dimensión irremplazable a la hora de proveer importantes bienes a los individuos –autorrealización, reconocimiento, aprendizaje, sentido –y a la sociedad, cooperación, sentidos de pertenencia, reciprocidad, valoración de lo común, democracia–. A la luz de lo anterior, en el marco de las fuertes disrupciones y desafíos del presente (tecnológicas, medioambientales, societales), la tarea consistiría más bien en pensar qué formas de organización y distribución del trabajo serían apropiadas para nuevos modelos de desarrollo medioambientalmente sustentables; qué formas de trabajo productivo y de cuidado seguirán siendo relevantes y cruciales en un horizonte de fuerte cambio tecnológico; qué modelos de organización del trabajo no precarzantes es posible imaginar para revertir las actuales tendencias erosivas y degradantes presentes en muchos escenarios laborales (Deranty, 2023). Como señalan Deranty y Breen (2022) a quienes seguimos de cerca en este punto, un mundo poscrecimiento medioambientalmente no sostenible, o post cambio tecnológico, o pos precarización masiva del trabajo y la existencia social, no es un mundo sin trabajo, sino un mundo con distintas posibilidades –algunas deseables otras distópicas– de reorganización del trabajo como actividad humana. Actividad que seguirá siendo central para la constitución de los sujetos, para las formas de enlazamiento y cohesión social y para las posibilidades de construcción de un mundo común que favorezca la libertad social, la igualdad de género y la democracia, y que se haga cargo de los desafíos urgentes de sustentabilidad medioambiental. Los aportes reunidos en este libro contribuyen a dicho desafío a partir de la conceptualización de la categoría de trabajo que proponen, del relevamiento de la centralidad sociopolítica y subjetiva del mismo, y del análisis crítico que hacen de la actual condición del trabajo y de sus desafíos futuros, a partir de la dimensión normativa del mismo.
Cabe señalar, finalmente, que lejos de ser una novedad, las perspectivas que recoge este libro se inscriben en una larga tradición intelectual de la modernidad donde autores tan distintos y desde perspectivas filosóficas y políticas diversas (liberales, socialistas, conservadores) como Smith, Goethe, Hegel, Carlyle, Marx, Ruskin, Durkheim, Weber, Marshall, De Man, Beveridge reflexionaron sobre la condición del trabajo y sus implicancias, no solo para el desarrollo económico, sino para el conjunto de la vida social, la constitución subjetiva y moral de los individuos, la configuración de la cultura y el proceso civilizatorio, las dinámicas de la modernización y las posibilidades de progreso y emancipación de la humanidad (Díez Rodríguez, 2014). Estos y otros autores –con un foco (y sesgo) en el trabajo industrial masculino de las grandes urbes industriales de los países capitalistas centrales– relevaron tanto sus aspectos virtuosos, como su faz negativa, configurándose, especialmente desde la tradición hegeliano-marxista, una crítica hacia la enajenación y la explotación de las y los trabajadoras en el contexto del naciente capitalismo industrial.
El presente libro –sin desconocer la invisibilización que en muchos de esos autores se hizo de la división sexual del trabajo y las relaciones sociales de los sexos, así como de las lógicas de colonialismo y colonialidad propias de la modernización capitalista– busca contribuir a la renovación y actualización de esos debates teóricos que han puesto el foco en la centralidad del trabajo en las sociedades modernas, incorporando nuevas voces y considerando los desafíos específicos que enfrentan las sociedades contemporáneas. Más allá de los importantes debates y análisis sobre el mercado laboral y la precarización del empleo, y, especialmente, más allá de la fuerte reducción instrumental y economicista de la categoría de trabajo que produjo la hegemonía política neoliberal en las últimas décadas, resulta fundamental abrir nuevos espacios de elucidación conceptual sobre el trabajo y sus dimensiones e implicancias normativas para los sujetos, la sociedad y la política democrática en la modernidad contemporánea. Los textos reunidos en este libro constituyen, a nuestro juicio, un aporte relevante en ese camino.
Sobre el proceso de construcción de este libro
Para dar forma al presente libro, los/as editores seleccionamos e invitamos a destacados autores nacionales e internacionales a enviar sus contribuciones, originales o basadas en textos previos, al –en ese momento– proyecto editorial en curso. Dado los objetivos del libro, la red de contactos y las lecturas previas, dicha invitación se focalizó en tres grandes campos: (i) autores (Deranty, Renault, Voswinkel, Ferreras) vinculados a la filosofía política y la teoría social crítica que han abogado fuertemente por el retorno de la categoría trabajo a los debates de dichas áreas, en tanto clave indispensable para comprender las dinámicas de dominación/emancipación, las experiencias de sufrimiento social y las posibilidades de democratización en la actual fase del capitalismo; (ii) autores (De Gaulejac, Dujarier, Lhulier) vinculados al campo de las clínicas del trabajo, la que constituye las últimas décadas una de las áreas de desarrollo teórico más importantes respecto a la categoría trabajo, y al modo como dicha actividad constituye el escenario principal donde se producen las mediaciones entre el campo social y la vida psíquica (Wlosko 2019), y al interior de la cual se han propuesto también específicos modelos de análisis e intervención sobre las dinámicas subjetivas presentes en los espacios de trabajo; y, finalmente, (iii) autores (Neffa, Pérez, Caro y Valdés) vinculados al campo de la sociología y los Estudios del Trabajo en América Latina (De la Garza 2000), campo que desde mediados de los años 1980 ha contribuido a la teorización e investigación empírica del fenómeno del trabajo en los países de la región, considerando siempre el contexto macro de la reestructuración productiva e incorporando progresivamente perspectivas feministas y de género.
A todos/as los autores se les invitó a reflexionar sobre 4 ejes comunes: (i) el concepto de trabajo y su centralidad; (ii) transformaciones del trabajo en el capitalismo flexible; (iii) el lugar del trabajo en las dinámicas contemporáneas de dominación y emancipación; y (iv) líneas posibles de acción académica y ciudadana respecto a los desafíos y debates en torno al futuro del trabajo. Dichos ejes buscaban dar un cierto marco común a las contribuciones, sin desconocer la especificidad de la perspectiva de cada uno de las y los autores y la heterogeneidad existente entre ellos.
El modo como los distintos autores abordaron dichos ejes fue diverso. En algunos casos se tomaron directamente como ejes temáticos de los capítulos, en otros se abordaron e integraron de una forma más genérica en el marco de la lógica argumentativa que cada uno de ellos eligió para dar forma a su capítulo. Para uno de los casos (Neffa) el abordaje de dichos ejes fue realizado bajo la modalidad de entrevista, la cual una vez grabada y transcrita fue revisada por el autor.
El detalle de cada uno de estos ejes y las preguntas que se asociaron a los mismos son las siguientes:
Eje I: el concepto de trabajo y su centralidad en la vida social y subjetiva
Este eje buscaba interrogar sobre el concepto de trabajo desde una perspectiva social crítica, y sobre las implicancias y centralidad del mismo para la configuración de la vida social y la constitución de los sujetos. Este eje pretendía indagar en el lugar que el trabajo ocupa, a juicio de las y los autores, en términos de relaciones sociales, asimetrías de poder, procesos de aprendizaje constitución de identidades. Esta reflexión, asimismo, se sugería abordarla considerando cómo los diversos órdenes de clase, género y raza afectan al trabajo, más allá de las figuras clásicas del empleo y su visión desde un prototipo de trabajador masculino. Interesaba conocer el modo en que los diversos autores han desarrollado una particular concepción del trabajo, y el modo en que esta dialoga y responde a las particularidades de las tradiciones intelectuales y contexto político y sociohistórico donde han desarrollado su pensamiento.
Dentro de las principales preguntas abiertas que se consideraron en este eje y que se formularon a los/as autores/as, se encuentran: ¿Cómo concibe el trabajo y qué implicancias tiene esta concepción para analizar la construcción de los sujetos y del lazo social? ¿Cómo fueron influyendo en dicha conceptualización las distintas tradiciones intelectuales a las que adscribe y el contexto político y sociohistórico en que ha estado inserto a lo largo de su vida? ¿Qué aspectos de su propia trayectoria biográfica y académica considera que han sido relevantes en esta concepción?
Eje II: transformaciones del trabajo en el capitalismo contemporáneo
Este eje buscó profundizar en los aportes que hace, y los desafíos que enfrenta, un concepto crítico del trabajo en el contexto de las mutaciones contemporáneas del capitalismo, los modelos de gestión y los escenarios laborales. Esto en al menos tres dimensiones. En primer lugar, el paso desde un régimen de acumulación taylorista-fordista, hacia uno de tipo flexible o postfordista; en segundo término, la financiarización y globalización económica, bajo una transformación tecnológica que abre paso a formas más o menos radicales de automatización/plataformización/digitalización del trabajo; y, finalmente, el paso desde un modo de regulación político-institucional estado-céntrico, a uno de corte neoliberal y con implicancias fuertemente precarizantes.
Dentro de las principales preguntas que consideramos relevantes en este eje y que fueron planteadas a los/as autores se encuentran: De acuerdo a su experiencia y considerando los principales aportes de su trabajo a la comprensión de las transformaciones del trabajo en el capitalismo contemporáneo, ¿Cuáles fueron las principales implicancias del paso de un régimen fordista, hacia el paradigma de gestión flexible o post fordista, en términos de las experiencias de trabajo y su centralidad? ¿Qué implicancias trajo consigo la financiarización y globalización económica y la consecuente transformación tecnológica (digitalización, plataformización) que ha ido abriendo paso a formas más o menos radicales de automatización? ¿Qué implicancias ha traído consigo la consolidación de la matriz neoliberal y el desplazamiento que esta implicó en términos del cambio desde una regulación político – institucional previa de corte keynesiana y centrada en la figura del Estado social? ¿Cómo vislumbra el futuro del trabajo a partir de estos cambios y el actual escenario post pandémico?
Eje III: emancipación y dominación social
Este eje buscó problematizar las dinámicas actuales de dominación y emancipación en las sociedades capitalistas contemporáneas, relevando al trabajo como categoría central para el abordaje de dichos debates. De este modo, se buscó profundizar en cómo diversas tradiciones críticas de pensamiento interrogan la función que puede tener el trabajo para la configuración de diversos sistemas de dominación por clase y género, y también por raza y colonialidad; así como también para el desarrollo de prácticas y construcción de sujetos que tensionan, resisten y transforman esas mismas estructuras de dominación social.
Dentro de las preguntas consideradas en este eje y que fueron formuladas a los/as autores destacamos las siguientes: De acuerdo con su experiencia y formación académica, ¿Qué rol juega hoy el trabajo en términos de la configuración de los diversos sistemas de dominación, ya sea por clase, género, raza y colonialidad? ¿Qué lugar y función ocupa el trabajo en términos de la construcción de sujetos y desarrollo de prácticas que puedan tensionar, resistir y transformar esas mismas estructuras de dominación social?
Eje IV: líneas de acción e intervención desde una perspectiva social crítica en el contexto de los debates y desafíos sobre el futuro del trabajo
Finalmente, en este cuarto eje se consultó sobre los desafíos que enfrentan, y las posibilidades que abren, para la intervención y transformación social, las conceptualizaciones críticas de trabajo que han desarrollado los/as autores. Se buscó indagar en qué estrategias o formas de acción eran, a juicio de los/as autores/as, posibles de imaginar y construir en el actual mundo laboral, considerando el ideal normativo de un trabajo que contribuye a crear sujetos autónomos, autorrealizados, reconocidos e inscritos en horizontes colectivos y vínculos de cooperación y reciprocidad.
Dentro de las principales preguntas consideradas relevantes en este eje y formuladas a los/as autores/as, se encuentra: Considerando los desafíos para la intervención y transformación social que debieran ocupar a una teoría social crítica sobre el trabajo en las sociedades contemporáneas. ¿Qué lugares, actores, campos y ámbitos de acción es importante considerar en este desafío de transformación del mundo del trabajo?¿Qué experiencias concretas de organización y articulación en espacios laborales, que contienen un potencial de transformación y emancipación, Ud. destacaría?¿De qué manera los cambios tecnológicos, la crisis sanitaria por COVID-19, y los procesos de automatización, tecnologización y masificación del trabajo por plataformas han tensionado su conceptualización del trabajo y su comprensión de los desafíos de transformación social que existen en este campo?
Sobre la estructura del libro y sus capítulos
El libro contempla diez capítulos (nueve ensayos y una entrevista) y se estructura en cuatro apartados. Las tres secciones principales se organizan en torno a las siguientes temáticas: (i) sobre la centralidad del trabajo: aportes desde la filosofía política y la teoría crítica; (ii) el trabajo en el campo de las clínicas del trabajo; y (iii) claves para el estudio del futuro del trabajo: democratización, orden de género, nuevas tecnologías y cambio climático. Luego de dichas tres secciones se presenta –en una sección final– la entrevista realizada al profesor Julio Cesar Neffa, unos de los sociólogos del trabajo más importantes de América Latina, en la cual se abordaron los mismos cuatro ejes enviados al resto de las y los autores, y la cual permite cerrar el recorrido del libro desde una perspectiva que integra algunos de los principales contenidos desarrollados en las tres secciones previas.
Parte I: Sobre la centralidad del trabajo: aportes desde la filosofía política y la teoría crítica
La primera sección del libro se inicia con el capítulo de Jean-Philippe Deranty titulado “La centralidad del trabajo para una teoría crítica de la sociedad”. En este capítulo, el profesor Deranty inicia su argumentación dando cuenta de cuatro vertientes teóricas que han sido claves en su concepción del trabajo –entendido como una actividad intencionada que contribuye a la reproducción social– y en la centralidad que le atribuye a este en la vida social y democrática. Partiendo por Hegel, y siguiendo luego por Marx y Merleau-Ponty, Deranty analiza el trabajo en su dimensión técnica y social, para culminar con sus implicancias subjetivas, considerando los aportes que la psicodinámica del trabajo de Christopher Dejours ha tenido en su pensamiento. Posteriormente, tras analizar las consecuencias de la financiarización, la ética neoliberal y sus paradojas, discute cómo las experiencias subjetivas son negadas y denigradas en las nuevas formas de gestión managerial. Al finalizar, discute sobre los desafíos para la filosofía política del debate sobre el futuro del trabajo, reforzando su carácter central en la reproducción de la vida individual y colectiva, señalando que una transición hacia modos de vida más sostenibles debiera revindicar –y no negar o desconocer– dicha centralidad e importancia.
A continuación, se ubica el capítulo de Stephan Voswinkel, titulado “Trabajo, sociedad y democracia”. En este, el sociólogo alemán parte señalando cómo el trabajo desempeña un rol crucial a nivel de la subjetividad e identidad, en tanto permite que las adscripciones del “yo” se desarrollen sobre el trasfondo de la lucha por el reconocimiento. El autor puntualiza el rol del trabajo en las sociedades modernas, discutiendo posteriormente el modo en que neoliberalismo ha funcionado como una ideología legitimadora de los cambios socioeconómicos y sociolaborales de las últimas décadas, los que han impactado fuertemente a nivel de la protección y empoderamiento de los colectivos de trabajo. En su abordaje discute también los desafíos para las ciencias sociales del trabajo que suponen las mutaciones contemporáneas del capitalismo y el trabajo, subrayando la necesidad de globalizar y descolonizar las formas de pensamiento, de fortalecer las estructuras de investigación y cooperación en el sistema científico, y de fortalecer el carácter público de la sociología, abriéndose a distintos debates en la esfera pública y evitando caer en el repliegue y aislamiento hacia el propio mundo académico.
En tercer lugar, y como cierre de esta primera sección, se encuentra el capítulo del profesor Emmanuel Renault titulado “Repensar el trabajo (y su futuro) en la era de los manifiestos”. En su contribución, el profesor Renault –quién ha centrado su trabajo e investigación en el análisis de la obra de Karl Marx, la injusticia y el sufrimiento social– analiza en profundidad la actual crisis económica, social, sanitaria y medio ambiental que atraviesan las sociedades contemporáneas y lo paradójico que resulta el nivel de acostumbramiento y estatus de normalidad que estas han ido adquiriendo. Discute las lógicas de temporalidad presentes en los debates sobre dichas crisis y la tensión que se produce dado el hecho que la política opera con una temporalidad de corto y mediano plazo, cuando muchos de los desafíos actuales, por su complejidad y magnitud, requieren abordarse en horizontes de más largo alcance. Luego de ello el capítulo describe, discute y analiza en detalle un conjunto de manifiestos recientes (aceleracionistas y centrados en el cambio tecnológico, feministas, ambientalistas, ecosocialistas, por la democratización del trabajo) sobre el futuro del trabajo, los que desde distintas claves buscan dar respuesta a las múltiples crisis del presente, y los cuales proponen ciertas lecturas sobre el lugar posible del trabajo en dichas respuestas y horizontes futuros.
Parte II: El trabajo en el campo de las clínicas del trabajo
La segunda sección del libro reúne tres trabajos de destacados/as autores del campo de las clínicas del trabajo. El primer capítulo de esta sección fue escrito por el profesor Vincent De Gaulejac y se titula “Empresas hipermodernas y la salud laboral”. En este se aborda, a través de un ejemplo que da cuenta de las características del actual lenguaje managerial, la complejidad que revisten las experiencias de trabajo contemporáneas, sometidas a modelos de gestión flexibles que producen múltiples e incesantes mandatos paradójicos sobre los trabajadores. El autor analiza cinco paradojas que evidencian un mensaje corporativo que, al mismo tiempo que llama y convoca a la acción colectiva, se basa en una serie de estrategias de evaluación, gestión y compensación individuales y competitivas que generan malestar y sufrimiento. El texto evidencia la falta de espacios de reflexión y pensamiento crítico dentro del trabajo, desde donde sería posible comprender que no se trata solo de mandatos paradójicos, sino de un sistema “paradojante” anquilosado en la estructura de la organización, encarnada en prescripciones, normas, prácticas y procedimientos de gestión, entre otros, que produce un malestar generalizado. El capítulo termina proponiendo, a la luz de su diagnóstico, ciertas líneas de acción que fortalezcan el análisis y los abordajes interdisciplinarios sobre el lenguaje neomanagerial y los modelos de gestión flexible; al mismo tiempo que invita a la generación de espacios clínicos de apoyo que promuevan localmente la comprensión de este fenómeno y amplíen la posibilidad de acción colectiva por parte de los/as trabajadores/as.
El segundo capítulo de esta sección fue elaborado por la profesora Marie Anne Dujarier y lleva como título “Desentrañar los significados del trabajo para pensar la emancipación. El enfoque de la sociología clínica del trabajo”. Este capítulo se propone contribuir a la discusión sobre la centralidad del trabajo, desde la sociología del trabajo y la clínica de la actividad, partiendo por el análisis del significado mismo de la palabra “trabajo” en sus distintas acepciones. Dujarier analiza esta categoría de pensamiento propia de las sociedades capitalistas, en su dimensión vernácula, institucional y científica, con sus distintos significados asociados. El foco de la discusión y el análisis está puesto en tres grandes campos de significación de este concepto, que si bien son heterogéneos se relacionan entre sí: la actividad, el empleo y la productividad, abordándolos a nivel empírico y epistemológico.
En el tercer capítulo de la sección, escrito por la profesora Dominique Lhuilier y titulado “¿El trabajo como fuente de salud o de sufrimiento? Los retos psíquicos del trabajo” se discute la centralidad del trabajo como constituyente de la salud mental y el bienestar de los individuos, partiendo por problematizar el concepto mismo de salud mental, más allá de las definiciones nosográficas dominantes que aluden a la capacidad de productividad, adaptación y funcionalidad del sujeto. La autora describe y analiza los mecanismos psicológicos que se ponen en juego en el trabajo, a nivel individual y colectivo, destacando la importancia de analizarlos como procesos, más que centrarse solo en sus resultados. En ese marco, Lhuilier analiza las consecuencias de las transformaciones contemporáneas del trabajo sobre el funcionamiento psíquico, y los desafíos que implica el estudio de estas afecciones en un contexto en que los límites del trabajo son cada vez más difusos y cambiantes.
Parte III: Claves para el estudio del futuro del trabajo: democratización, orden de género, nuevas tecnologías y cambio climático
Esta tercera sección del libro se inicia con el capítulo de la profesora Isabelle Ferrera titulado “Del potencial democrático del trabajo a la democratización de la empresa”. En su capítulo, Ferreras reflexiona sobre la dimensión política y experiencial del trabajo y su potencial democrático. Primero, analiza el tema de la carga política del trabajo y de la intuición crítica de los trabajadores, apuntando a la expectativa de justicia democrática que hoy tienen las personas en el trabajo. Luego, apunta a las tensiones en la experiencia del trabajo, a propósito de las contradicciones estructurantes que se viven en la empresa. El análisis y la reflexión la lleva a discutir sobre el potencial democrático del trabajo, firmemente enraizado en la experiencia política contemporánea del trabajo en la era de los servicios. Para avanzar en dicha dirección de democratización del trabajo, la autora desarrolla su propuesta de un bicameralismo económico, basado en una ampliación de la participación de los trabajadores en los gobiernos corporativos de las empresas, y el cual puede incidir positivamente en la eficiencia de las empresas y en la democratización y bienestar de la sociedad.
El segundo capítulo de la sección está a cargo de Sebastián Pérez y se titula “La centralidad invisible del trabajo: cambio tecnológico, crisis climática y democracia”. En esta contribución se subraya la relevancia del trabajo y su centralidad para el análisis y abordaje de tres crisis centrales de las sociedades contemporáneas: el cambio tecnológico, la crisis climática y el deterioro democrático. En un primer apartado, el autor discute cómo entender la centralidad del trabajo en nuestras actuales sociedades plurales y descentradas, proponiendo el concepto de centralidad dinámica. Luego de ello, el autor, en un segundo apartado, discute en detalle las tres crisis señaladas desde el ámbito del trabajo. Finalmente, en un tercer apartado, el autor propone entender el trabajo también en términos de subjetivación, subrayando el potencial emancipatorio que este mantiene.
En tercer lugar, y para finalizar este tercer apartado del libro, se presenta el capítulo de las profesoras Pamela Caro y Ximena Valdés titulado “Significados de la centralidad del trabajo y apropiación del salario desde la perspectiva crítica de género. Un lente específico a las asalariadas del agro”. En este capítulo se presenta una investigación empírica que asume una perspectiva feminista y un enfoque crítico de género en el análisis de las relaciones de trabajo, en la esfera productiva y en el campo de la reproducción social. Se muestran las imbricaciones entre dichas dos esferas en las trayectorias laborales y vitales de temporeras de la agricultura en Chile, dando cuenta de la centralidad que adquiere el trabajo reproductivo y de cuidado en las historias y experiencias analizadas.
Parte IV: Entrevista profesor Julio Cesar Neffa
El libro concluye con una entrevista realizada al profesor Julio Cesar Neffa en el marco del desarrollo del proyecto editorial que dio origen a este libro, y donde se abordan los cuatro ejes ya señalados, de un modo que permite, hasta cierto punto, una recapitulación de algunos de los principales temas abordados en las secciones precedentes, ofreciendo un cierre que retorna especialmente sobre la discusión del concepto de trabajo y sus transformaciones contemporáneas.
Para finalizar: aportes, relevancia y limitaciones del texto
Cada uno de los diez capítulos constituye, por sí mismo, un aporte importante al propósito central de este libro de revisitar y discutir el concepto de trabajo: su amplitud, centralidad y sus dimensiones normativas. Los capítulos, a su vez, dan cuenta de la importancia de la categoría de trabajo para comprender a los sujetos, la vida social y la democracia, y para echar luces sobre las transformaciones del capitalismo contemporáneo y sus implicancias a nivel de las formas de dominación y posibilidades de emancipación que definen la actual condición histórica de nuestras sociedades. A pesar de la heterogeneidad de perspectivas, estilos y alcances, cada una de las contribuciones aporta a profundizar en esa discusión que resulta fundamental para el fortalecimiento del campo de los estudios del trabajo en Chile y América Latina. Asimismo, el libro permite dar a conocer a algunos autores menos conocidos en el contexto hispanohablante, poniendo a disposición del mundo académico y del público en general textos en español de relevantes académicos que han hecho aportes sustantivos al debate actual sobre el concepto de trabajo desde la filosofía política, la teoría crítica y las clínicas del trabajo
En el plano de las limitaciones hay que señalar que las perspectivas feministas respecto al trabajo y ética del cuidado, las que han supuesto un cuestionamiento y renovación muy importante de la discusión sobre trabajo, género y justicia, tienen un abordaje insuficiente dentro de la presente obra, contando con un solo capítulo que se inscribe en dicha discusión (Molinier, 2019). Asimismo, el texto no incorpora discusiones específicas y especializadas sobre el concepto de digital labour que constituye otro ámbito de desarrollo conceptual muy importante sobre el trabajo y sus transformaciones recientes (Casilli, 2017, Stecher y Morales, 2024). Finalmente, el libro no aborda el campo de los debates sobre las dinámicas de colonialismo/colonialidad presentes en el desarrollo de larga duración del sistema mundo capitalista y sus distintas formas de trabajo, considerando sus particulares articulaciones históricas y derivas contemporáneas en las sociedades semiperiféricas del sur global (inmigración, racialización) (Quijano 2014). Esos tres focos –trabajo de cuidados, trabajo digital y perspectivas pos/decoloniales sobre el trabajo en sociedades semiperiféricas– son ausencias relevantes en el presente libro y quedan como desafíos a seguir profundizando en futuras publicaciones.
Cabe subrayar, por último, nuestra expectativa que el presente libro contribuya a seguir profundizando en el análisis del trabajo a nivel del debate académico, de la discusión pública y de las prácticas de reflexión de distintos colectivos y organizaciones de trabajadores. Muchos de los desafíos que como sociedad enfrentamos, a nivel del bienestar individual, de la cohesión social, de la igualdad de género y de la adhesión a la democracia se juegan en el presente y el futuro del trabajo, en un escenario sumamente complejo que está marcado por múltiples crisis, disrupciones y procesos de cambio en curso difíciles de predecir y controlar. Si este libro puede contribuir en algo a generar nuevas conversaciones, investigaciones e intervenciones que amplíen y enriquezcan nuestra comprensión del trabajo y de su centralidad, que aporten a su transformación en un horizonte de mayor autonomía, reconocimiento y justicia social, y que generen nuevas capacidades y herramientas para abordar colectiva y democráticamente los múltiples desafíos que enfrentamos como sociedad, habrá cumplido su labor.
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