Averígüelo Vargas - Tirso de Molina - E-Book

Averígüelo Vargas E-Book

Tirso de Molina

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Beschreibung

Averígüelo Vargas es uno de las dramas históricos de Tirso de Molina, historias teatrales con trasfondo histórico, en este caso la historia de Francisco Vargas, informador de la reina Isabel la Católica y origen la expresión que da título a la obra.-

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Tirso de Molina

Averígüelo Vargas

 

Saga

Averígüelo VargasCover image: Shutterstock Copyright © 1620, 2020 Tirso de Molina and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726549263

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAJES

DON ALFONSO V, el rey niño de Portugal.DON PEDRO, el Infante.DOÑA FELIPA, la Infanta.DON ALFONSO DE ABRANTES. SANCHA. RAMIRO. DOÑA INÉS, dama.DON EGAS, caballero.DON NUÑO, caballero.DON DUARTE, caballero.DON DIONÍS, caballero.ACUÑA. CABELLO, pastor.TABACO, lacayo.Un PAJE. Acompañamiento del Rey y del Infante.Caballeros portugueses.Criados.

La escena es en Momblanco y en Santarén.

Acto I

Entrada a la quinta de DON ALFONSO, en Momblanco.

[Escena I]

Por un lado, DON ALFONSO, SANCHA y RAMIRO; por otro, DON PEDRO, DOÑA FELIPA, DOÑA INÉS y acompañamiento, en traje de camino.

 

DON ALFONSO Vuestra Alteza, gran señor,

sea mil veces bien venido

a esta casa.

DON PEDRO ¡Oh, gran Prior!,

levantaos; que ya lo he sido,

pues sale vuestro valor 5

a recebirme hasta aquí.

Levantaos, no estéis ansí,

cubrid la noble cabeza.

DON ALFONSO (A la Infanta.)

Deme los pies vuestra Alteza.

DOÑA FELIPA Los brazos primero os di, 10

gran Don Alfonso de Abrantes;

que los merecéis mejor.

DON PEDRO Si con premios semejantes

vuestra grandeza y valor

hace méritos gigantes 15

que han sido hasta aquí pigmeos,

alentará mis deseos

de modo, que mi vejez

vuelva a su abril otra vez,

rica con tantos trofeos. 20

DOÑA FELIPA Como a mi pariente os trato,

y como a prior de Ocrato,

gloria de la cruz de Rodas,

luz de las hazañas todas.

DON ALFONSO Si no corta el tiempo ingrato 25

el hilo a mis pensamientos,

pagarán este favor

-aunque mis merecimientos

no igualen a su valor-

nobles agradecimientos 30

de un pecho por vos honrado.

Pero no me había acordado

de daros el parabién

del cargo, señor, que ven

estos reinos empleado 35

tan bien en vos. Largos años

gobernéis esta corona,

porque restauréis los daños

que la desdicha pregona

de sucesos tan extraños. 40

Que, si quedó Portugal

y su corona real

huérfana y llena de luto,

cogiendo violento el fruto

el tirano universal 45

de nuestro Rey malogrado,

porque quede consolado

y el llanto pueda enjugar,

vos quedáis en su lugar

para gobernar su Estado; 50

pues muerto el rey Don Duarte,

señor nuestro y vuestro hermano,

nadie llenará esta parte

sino el valor soberano

que en vos el cielo reparte; 55

y el niño Rey, que ya está

en vuestra ilustre tutela,

en vos, gran señor, tendrá

una general escuela

en quien acrecentará 60

el valor que conjeturo;

pues porque viva seguro

con el valor que merece,

venís a ser, mientras crece,

él la yedra y vos el muro. 65

DON PEDRO Vos sois toda la lealtad

destos reinos, gran Prior.

DON ALFONSO Beso estos pies.

DON PEDRO Levantad.

SANCHA (Hablando aparte con RAMIRO.)

Ramiro, ¡gran mirador

estáis! Llegaos más, llegad, 70

que no os huele mal la moza.

El no sé qué que os retoza

en el alma he visto ya.

¡Fuego en quien crédito os da,

y vuestras lisonjas goza! 75

Pegaos otro poco a ella.

RAMIRO Sancha, empieza ya.

SANCHA Mi llanto.

A fe que os parece bella.

RAMIRO ¿A mí?

SANCHA ¿No? A vos. Haceos santo;

que a fe que babeáis por ella. 80

DOÑA FELIPA ¿Cómo se llama esta tierra?

RAMIRO Momblanco, y aunque en la sierra,

fértil de pan.

SANCHA (Aparte con RAMIRO.)

Mas ¡ qué agudo

vais a responder! Picudo,

el cuidado os hace guerra. 85

RAMIRO ¿Quieres callar?

SANCHA ¿Queréis vos

callar y no responder?

RAMIRO Importuna estás, por Dios.

Si pregunta una mujer

tan noble...

SANCHA ¿No hay aquí dos 90

que os saquen dese cuidado?

¿O tenéis vos arrendado

el responder ¡Ah, hi de puza!

A fe que amor os rempuza.

RAMIRO En linda locura has dado. 95

SANCHA Pues ¿no es verdad?

RAMIRO No es verdad.

SANCHA Luego, la engorgollotada

¿no os hace en la voluntad

borbollitos?

RAMIRO ¡Qué cansada!

SANCHA ¿Ya os canso? Pues descansad; 100

que yo lloraré entre tanto.

RAMIRO De mi paciencia me espanto.

DOÑA FELIPA ¿De qué llora esa pastora?

¿Qué tiene?

SANCHA Aquí nadie llora.

DOÑA FELIPA ¿No he visto yo vuestro llanto? 105

SANCHA No es de pena.

DOÑA FELIPA Pues ¿de qué?

SANCHA De picar una cebolla

para una ensalada fue,

que es postillón de la olla.

DOÑA FELIPA ¿Pica mucho?

SANCHA ¿No lo ve? 110

DOÑA FELIPA Hermosos ojos tenéis.

¿Y ha mucho...?

SANCHA Bien poco ha

que me hace llorar cual veis.

DOÑA FELIPA Luego, ¿aún pica?

SANCHA Y picará

hasta que de aquí piquéis. 115

RAMIRO Sancha, tú me has de obligar

a irme deste lugar,

si no callas.

SANCHA Haréis bien.

DON PEDRO Hay cortes en Santarén;

que como murió en Tomar 120

el Rey mi hermano y señor,

y se quiere ir a Castilla

la reina Doña Leonor,

sin que puedan persuadilla

mis ruegos, lealtad y amor 125

a que gobierne este Estado,

como lo dejó mandado

el Rey en su testamento,

llevando a cabo su intento,

en Santarén he llamado 130

a cortes, con intención

de que apruebe el Rey en ellas

aquesta renunciación.

DON ALFONSO Habrá oído las querellas

de algunos grandes que son 135

de diverso parecer,

y no dejan de tener

razón; que parece mal

que gobierne a Portugal,

y se iguale una mujer 140

con vos, de cuya prudencia

y valor tiene experiencia

el Estado lusitano.

DON PEDRO Mandólo ansí el Rey mi hermano,

que la amó por excelencia. 145

DON ALFONSO Gobernadores extraños

en un reino, es desatino

de que proceden mil daños.

DON PEDRO Mientras el Rey, mi sobrino,

que tiene solos diez años, 150

crece, pues Doña Leonor

da en partirse, gran Prior,

su tutela aceptaré

y el gobierno, porque esté

libre el reino del temor 155

en que las alteraciones

de dañadas intenciones

ponen su lealtad y ley,

cuando por ser niño el Rey

anda la fe en opiniones. 160

SANCHA (Aparte a RAMIRO.)

No la tienes de mirar.

DOÑA FELIPA ¿Cuánto hay de aquí a Santarén?

RAMIRO Diez leguas suelen contar.

SANCHA (Aparte a RAMIRO.)

¡Qué presto fuiste...!

RAMIRO Hago bien.

SANCHA Todo es por darme pesar. 165

Pues, para ésta.

DOÑA FELIPA ¿Hay mucha caza

por este monte?

RAMIRO Es de traza,

que ella misma nos provoca

entre los pies.

SANCHA Hay tan poca,

que es necio quien se embaraza 170

en buscalla: no hay mentir.

RAMIRO Sancha, ¿quiéresme dejar?

SANCHA Hete de contradecir

en todo.

DOÑA FELIPA ¿A quién he de dar

crédito?

RAMIRO No he de fingir 175

contigo yo: esta rapaza

¿qué puede saber de caza?

SANCHA (Aparte.)

Lo que basta para ver

el alma presa en poder

de quien mi muerte amenaza. 180

INÉS Apacible recreación

tiene el gran Prior aquí.

DOÑA FELIPA ¡Qué buenos palacios son

aquestos!

RAMIRO Señora, sí,

que cuando la inclinación 185

se iguala con el poder,

suele la vejez hacer

edificios que compiten

con el sol, que otros habiten.

DOÑA FELIPA Éste debe de tener 190

hermosas piezas.

RAMIRO Cien salas

le adornan.

SANCHA ¡Ay, qué mentira!

¿Ciento? Veinte, y esas malas,

porque es para quien le mira,

como vos en esas galas, 195

afeitada por defuera;

mas si dentro considera

lo que es, porque se reporte,

dirá que es dama de corte.

DOÑA FELIPA Y vos niña bachillera. 200

SANCHA Debí de nacer habrando,

porque es mi padre el barbero.

INÉS ¿Y habla mucho?

SANCHA Trasquilando,

no cesa; que es el primero

de los de «Hágala callando». 205

RAMIRO (Aparte con SANCHA.)

¡Sancha!

SANCHA Aquí lo pagarás

con pan y agraz.

RAMIRO Si me das

ocasión, y más me agravia

tu necedad...

SANCHA ¿Rabias? Rabia,

pues yo rabio.

RAMIRO Loca estás. 210

DON PEDRO Por dos cosas, gran Prior,

he pasado por aquí.

La reina Doña Leonor

parte a Castilla, y ansí

quiero que vuestro valor 215

la acompañe: aquesta es

la una.

DON ALFONSO Beso tus pies

por merced tan singular.

DON PEDRO En la villa de Tomar

está, juzgando después 220

que murió el rey Don Duarte,

los días que no se parte,

por siglos largos; y importa,

pues es la jornada corta,

que sea luego.

DON ALFONSO El agradarte 225

tengo por ley; luego al punto

me partiré.

DON PEDRO También vengo

a cumplir del Rey difunto

una obligación que tengo,

por ser de su amor trasunto. 230

El mismo día que murió,

el amor me declaró

que en el abril de su edad

tuvo aquí a cierta beldad,

cuyo nombre me encubrió, 235

diciéndome sólo el fruto

de dos hijos, con que amor

dio a su esperanza tributo,

y de quien vuestro valor

es encubridor astuto. 240

Deséolos conocer

si están en vuestro poder,

porque quedan a mi cargo.

DON ALFONSO De daros gusto me encargo.

Presto en ellos podréis ver 245

dos Apolos, de quien soy

viejo y venturoso Admeto,

y con quien alegre estoy;

que por guardar el secreto

que el Rey me mandó, hasta hoy, 250

disfrazados de pastores,

dan a estos valles amores,

gloria a su padre real,

y esperanza a Portugal

de otras hazañas mayores. 255

DON PEDRO Que me los mostréis aguardo.

DON ALFONSO Pues mirad aquel mancebo,

gran señor, que al gabán pardo

da, aunque tosco, valor nuevo.

DON PEDRO No he visto hombre más gallardo. 260

DON ALFONSO Testigos son estos robles

de que las arrugas nobles

del novillo más cerril

a su esfuerzo varonil

han dado despojos dobles. 265

Ya se ha visto entre sus brazos

rendir el oso fornido

la vida, hecho mil pedazos,

y hacer lo que no han podido

venablos, trampas ni lazos. 270

DON PEDRO Tras él se me van los ojos.

DON ALFONSO Pues si a quien de mis enojos

es consuelo, ver queréis,

porque desde hoy no envidiéis

del sol los cabellos rojos, 275

mirad en la tierna edad

de aquella niña discreta

la peregrina beldad

en cifra, porque os prometa

milagros su habilidad. 280

DON PEDRO ¡Bella rapaza! Y ¿qué años

tiene?

DON ALFONSO Trece, aunque en engaños

vence su aguda niñez

la más astuta vejez.

Hay della cuentos extraños 285

en esta sierra.

DON PEDRO Y ¿qué nombre

tiene?

DON ALFONSO Sancha, y él Ramiro.

DON PEDRO ¡Bella mujer y bello hombre!

Pintado en sus caras veo

su padre. ¡Qué gentil hombre 290

mancebo!

DON ALFONSO Aun entre sayal

descubre la sangre real

de su belicoso padre.

DON PEDRO Y la de su noble madre,

que por ser tan principal, 295

según mi hermano me dijo,

su nombre encubre.

DON ALFONSO Colijo

que por bien empleada diera

cualquier liviandad, si viera,

señor, tal hija y tal hijo. 300

Con la Infanta, mi señora

y hija vuestra, están hablando.

DON PEDRO Su presencia me enamora:

lo que están los dos tratando

quiero escuchar.

(Acércanse a ellos.)

RAMIRO Yo, señora, 305

conozco de mis intentos

que a vender merecimientos

el mundo, el alma llegara

y infinitos la comprara,

si a trueco de pensamientos 310

me los diera.

SANCHA Y yo también

sé que de saber me pesa

lo que sé, por saber quien

sabe que sé en esta empresa,

que no sois hombre de bien. 315

DOÑA FELIPA Niña, ¿quién te mete aquí?

SANCHA El diablo y yo nos metemos,

(Aparte.)

y el fuego que vive en mí.

RAMIRO (Aparte con SANCHA.)

¿Quieres dejar, Sancha, extremos?

SANCHA ¡Ah, falso! ¿Pagas ansí 320

lo que me debes?

RAMIRO Por Dios

que te adoro, Sancha mía.

SANCHA Yo me vengaré de vos,

Ramiro ingrato, algún día.

DON PEDRO ¿No saben que son los dos 325

hermanos?

DON ALFONSO No, gran señor,

aunque anda buscando amor

varias trazas y rodeos

para explicar sus deseos

porque no ama al resplandor 330

tanto el que alumbra los cielos,

como el que a Ramiro enseña

Sancha.

DON PEDRO Luego ¿éstos son celos?

DON ALFONSO Sí serán.

DON PEDRO Pues, ¡tan pequeña!