Celos con celos se curan - Tirso de Molina - E-Book

Celos con celos se curan E-Book

Tirso de Molina

0,0

Beschreibung

Celos con celos se curan es una de las comedias de capa y espada de Tirso de Molina, también llamadas comedias palatinas. Se basa en una historia de amor galante entreverada con aventuras, articulada en torno a una trama de comedia de enredo.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 81

Veröffentlichungsjahr: 2020

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Tirso de Molina

Celos con celos se curan

 

Saga

Celos con celos se curanCover image: Shutterstock Copyright © 1620, 2020 Tirso de Molina and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726549256

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

HABLAN EN ÉL LAS PERSONAS SIGUIENTES

CÉSAR. CARLOS. GASCÓN. SIRENA. DIANA. MARCO ANTONIO. ALEJANDRO. NARCISA. [ALCAIDE.] [UN CORTESANO.] [UN PAJE.]

—fol. 25v→

Acto I

Salen CÉSAR, CARLOS y GASCÓN.

 

CÉSAR ¿Hemos de apartarnos más

de la ciudad, Carlos?

CARLOS No,

que la ribera del Po,

que murmurar viendo estás

mientras de Milán te alejas, 5

si en sus cristales te avisas,

agravios vende entre risas

a tu amistad y a mis quejas.

CÉSAR No te entiendo.

CARLOS No me espanto,

déjanos solos aquí, 10

Gascón.

GASCÓN Siempre obedecí

a quien sirvo y quiero tanto,

y más a estas ocasiones;

porque yo cuando hay envites,

digo quiero a los convites 15

y descarto las cuestiones.

(Vase.)

CÉSAR Ya estamos solos, procura

declararte; ¿es desafío?

CARLOS No nos oye más que el río,

que no ofende, aunque murmura. 20

Deja de aumentar agravios

dudando de mi fe ansí,

que mis quejas contra ti

solo tienen en los labios

discreta jurisdición; 25

no en la espada, que en efeto

reverencian el respeto

que te debo.

CÉSAR La ocasión

con que las formas repara,

que me suspendes y admiras. 30

CARLOS Por fabulosas mentiras

las propiedades juzgara

—fol. 26r→

que pintó la antigüedad

en la amistad verdadera,

si hallarlas en ti quisiera. 35

CÉSAR Pues, ¿es falsa mi amistad?

CARLOS Parécelo.

CÉSAR Di el porqué.

CARLOS ¿Por qué, desata esta duda,

pintó a la amistad desnuda,

quien su Apeles sutil fue? 40

¿Por qué, si no es en tu mengua,

su lado abierto mostró,

y del pecho trasladó

el corazón a la lengua?

¿Por qué le vendó los ojos, 45

dejando libres los labios?

CÉSAR Jeroglíficos agravios

me proponen tus enojos;

misterioso vienes. Digo

que si desnuda pintaban 50

la amistad los que enseñaban

leyes al perfeto amigo,

fue para darle a entender,

que entre los que la profesan

y su lealtad interesan 55

ningún secreto ha de haber.

Porque si se difinió

que era una alma en dos sujetos,

afirmando los discretos,

que el amigo es otro yo, 60

mal quedara satisfecho

de quien sus pasiones calla

el amigo que no halla

en un lugar, lengua y pecho.

Mas yo, ¿cuándo he delinquido 65

contra estas leyes? ¿Qué llaves

no te ha dado el alma?

CARLOS Sabes,

César, que señor has sido

de la mía, de tal modo

que hasta el menor pensamiento 70

jamás de tu amor esento,

viéndote dueño de todo

y a mi tan perfeto amigo,

ya grave, ya humilde fuese,

antes que yo le entendiese 75

se registraba contigo.

¿Qué desdenes de vitoria,

sol que adoro, qué desvelos

ya bastardos por los celos,

ya hijos de la memoria 80

dejé de comunicar

contigo? Si tal vez hubo

que compasivo te tuvo

de tal suerte mi pesar

que en recíprocos enojos 85

tanto amor nos conformó,

que porque lloraba yo

afeminaste tus ojos.

CÉSAR Pendiente estoy de tus labios

confuso con tus razones. 90

¿Las que son obligaciones,

Carlos, vuelves en agravios?

Si lloras, lloro contigo,

alégrame tu contento,

lo mismo que sientes, siento, 95

¿y me llamas mal amigo?

No te acabo de entender.

CARLOS Ya sabes que la igualdad es hija de la amistad.

Tu igual me veniste a hacer 100

el día que me llamaste

amigo tuyo.

CÉSAR Es ansí.

CARLOS De sangre noble nací,

si la Ducal heredaste.

Ya sé que tan cerca están 105

tus partes de tu ventura

que para hacerla segura

la Corona de Milán

un solo estorbo hay en medio

de un sobrino que la goza, 110

tan enfermo en edad moza

que diera fácil remedio

a mi deseo1 y tu estado

la muerte, si permitiera

—fol. 26v→

cohechos o te quisiera 115

como yo, aunque mal pagado.

CÉSAR ¡Oh Carlos, cómo se entiende

que interesado tu pecho

amistades que me ha hecho

como mercader las vende! 120

Sácame ya del cuidado

con que suspenso te escucho,

que quien encarece mucho

no se tiene por pagado.

Y pienso yo, que en iguales 125

correspondencias de amor,

si ejecutas acreedor

de la obligación te sales

de deudor, pues te he querido

con tan limpia y pura fe, 130

que en ellas te perdoné,

aun el serme agradecido.

CARLOS Muy bien lo muestras por Dios,

sea, y búrlate de mí,

tu secreto para ti, 135

y el mío para los dos.

Los amigos de importancia,

que se precian de leales,

en los bienes, y los males,

van a pérdida y ganancia. 140

Mas tú, que con los ingratos

quieres lograr tus intentos

avaro de pensamientos,

con andar hoy tan baratos,

pretendes en los desvíos 145

con que me ocultas tu pena,

por gastar de hacienda ajena,

ser prodigo de los míos.

¿Tú triste, César? ¿Y yo

de la ocasión ignorante? 150

¿tú desvelado? ¿tú amante?

¿y yo sin saberlo? No.

No busques vana salida

a culpas averiguadas;

de la soledad te agradas: 155

mi amistad aborrecida.

No comunicas tormentos,

ni yo quiero examinarlos:

ya, César, te cansa Carlos

señor de tus pensamientos 160

has sido, yo te los dejo:

goza a solas tu cuidado

los secretos que he fiado

de ti, te darán consejo:

no llevo ninguno tuyo 165

que restitüir te deba,

prueba otros amigos, prueba,

y con aquesto concluyo,

amor sin comunicar,

mientras dejas ofendida 170

una amistad de por vida,

que ya por ti es al quitar.

(Quiérese ir.)

CÉSAR Aguarda Carlos, espera,

satisfaré tus engaños;

¿amistad de tantos años 175

por ocasión tan ligera

se rompe? Facilidad

notable a culparte viene:

mas no es mucho, también tiene

sus melindres la amistad. 180

También la asaltan recelos,

que la amistad en rigor,

por lo que tiene de amor

quejas forma, y pide celos.

Es verdad, que quiero bien 185

en parte que corresponde

agradecida, ni dónde,

ni cuándo, Carlos, ni a quién

te he dicho, que como sigo

leyes que a la amistad puso 190

más la antigüedad que el uso,

y sé, que el perfeto amigo

no quiere, ni intenta más

de lo que quiere y intenta

—fol. 27r→

su amigo: no juzgue a afrenta 195

la que en la cara me das.

Pues en este fundamento

mi amor oculto creyó,

que gustando desto yo

estuvieras tú contento. 200

Mas pues me llamas ingrato

y a lo interesable vives:

secretos das y recibes,

y ya es tu amistad contrato.

Oye, aunque el límite pase 205

que me puso a quien respeto,

pues debiéndote un secreto

que sin que yo te forzase

me donaste liberal.

Si hago pleito de acreedores 210

tus deudas son anteriores,

y es bien pague al principal:

pero advierte, que no es justo

que pagarte más intente

de aquello, que cabalmente 215

te debo.

CARLOS Logra tu gusto

la deuda, quiero soltarte,

no ofendas tu mudo amor,

mirasme como acreedor,

claro está que he de enfadarte, 220

quédate, César, con Dios.

(Detiénele.)

CÉSAR Eso no, desobligado

has de dejarme, y pagado

has de partirte, los dos

hacemos cuenta ajustada. 225

Ya estriba esto en interés,

si te has de ir, vete después,

que yo no te deba nada:

que amabas, dijiste un día,

y antes que más te explicases 230

y tu dama me nombrases:

yo, que en la Filosofía

estoy diestro, de los ojos,

y los tuyos registré,

que era vitoria alcancé 235

la causa de tus enojos.

Haz tú otro tanto también,

si igual fineza te obliga;

porque yo, cuando te diga

mi amor, no te diré en quién 240

le empleo.

CARLOS Enojado estás.

CÉSAR No estoy, que es la causa leve,

pero harto hace quien debe

en pagar, sin que dé más.

CARLOS Di, que porque serte intento 245

de provecho en tus cuidados

con paciencia tus enfados,

quiero sufrir.

CÉSAR Está atento.

En un festín que el Duque mi hermano hizo

una noche, engañeme, un claro día, 250

que agregación de luz desautorizo,

si a tanto Sol describo noche fría:

prodiga la hermosura, y en su hechizo

perdida la beldad, que Chipre cría,

competidores, discreción, y gala, 255

y dilatada gloria en breve sala.

Cuadros de estrellas sostituyen flores,

ya jardín el salón, que amor cultiva,

si estrados deste abril usurpadores,

—fol. 27v→

no extrañan que en tal cuenta los reciba: 260

cercado de bellezas, y valores,

el teatro Ducal, y la festiva

ocupación sonora, en instrumentos

principio dio al sarao, y a mis tormentos.

Libre gozaba yo la ejecutoria 265

con que el descuido me eximió tributos,

que rinde el alma, y guarda la memoria

pechando penas más a menos frutos:

¡qué cerca está el tormento de la gloria!

¡que bien pintó al placer cortando lutos, 270

aquel, que a los umbrales del sosiego,

la inquietud retrató pegando fuego!

Licenciosa la vista se derrama

por venenosos campos de hermosura;

presago amor de ejecutiva llama, 275

que libre cuello sujetar procura:

vi Carlos: en efeto vi a una dama

imperiosa opresión de mi ventura,

que presidiendo en tribunal de estrellas,

lo que esta desperdicia logran ellas. 280

Gozaba, al lado suyo, un caballero

privilegios de fiestas semejantes,

de incógnito valor, cobarde acero,

desvalido entre méritos amantes:

no te sabré afirmar, cuál fue primero, 285

o amar, o estar celoso, mas sé, que antes

que advirtiese mi estado peligroso,

si amante me admiré, temí celoso.

Salí a danzar, ya rayo de venganzas

por malograr indigna competencia, 290

y a la Marquesa sacó, ¿entre mudanzas