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La pieza teatral de Tirso de Molina El celoso prudente transcurre en Praga. La historia relata las angustia del príncipe Sigismundo, enamorado de una dama llamada Lisena. Sin embargo, su padre, el rey de Bohemia, lo quiere casar con Leonora, la princesa de Hungría. Como es habitual en las comedias de enredo Leonora a su vez está enamorada de otro personaje, el infante Alberto, complicando la historia hasta niveles insospechados. El celoso prudente es una obra escrita en la España del siglo XVII, que refleja un ideal amoroso propio del barroco y se articula en torno a las artimañas que inventan los amantes para enfrentarse a la tiranía de sus padres. Cabe añadir que El celoso prudente es una de las tres obras de teatro incluidas en Los cigarrales de Toledo.
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Seitenzahl: 109
Veröffentlichungsjahr: 2010
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Tirso de Molina
El celoso prudente
Barcelona 2024
Linkgua-ediciones.com
Título original: El celoso prudente.
© 2024, Red ediciones S.L.
e-mail: [email protected]
Diseño de cubierta: Michel Mallard.
ISBN tapa dura: 978-84-9897-350-1.
ISBN rústica: 978-84-9816-495-4.
ISBN ebook: 978-84-9897-199-6.
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Créditos 4
Brevísima presentación 7
La vida 7
Personajes 8
Jornada primera 9
Jornada segunda 57
Jornada tercera 111
Libros a la carta 159
Tirso de Molina (Madrid, 1583-Almazán, Soria, 1648). España.
Se dice que era hijo bastardo del duque de Osuna, pero otros lo niegan. Se sabe poco de su vida hasta su ingreso como novicio en la Orden mercedaria, en 1600, y su profesión al año siguiente en Guadalajara. Parece que había escrito comedias y por entonces viajó por Galicia y Portugal. En 1614 sufrió su primer destierro de la corte por sus sátiras contra la nobleza. Dos años más tarde fue enviado a la Hispaniola (actual República Dominicana) y regresó en 1618. Su vocación artística y su actitud contraria a los cenáculos culteranos no facilitó sus relaciones con las autoridades. En 1625, el Concejo de Castilla lo amonestó por escribir comedias y le prohibió volver a hacerlo bajo amenaza de excomunión. Desde entonces solo escribió tres nuevas piezas y consagró el resto de su vida a las tareas de la orden.
El Rey de Bohemia
Sigismundo, príncipe
Don Sancho, caballero
Lisena, dama
Diana, dama
Leonora, princesa
Fisberto, viejo
Alberto, infante
Enrique, marqués
Gascón, lacayo
Carola, criada
Orelio, criado
Laurino, criado
Fulciano, criado
Acompañamiento
(Salen Lisena y Diana. Lisena tiene en la mano un librillo de cera blanca encendido, y en la otra un papel que Diana quiere quitarle.)
Lisena No has de verle. Sueltalé;
que ya pecas de cansada.
Mira que le rasgaré.
Diana ¿Tú has de encubrirme a mi nada
bien lo que me amas se ve.
¡Tú a tal hora en el jardín
sola, con luz y papel,
sin que yo sepa a qué fin!
¿Merece saber mas de él
que yo esta murta y jazmín?
Si de testigos te enojas,
que hablar puedan en tu mengua
cuando cuentes tus congojas,
yo solo tengo una lengua,
e infinitas estas hojas.
Murmurar las siento aquí
con cualquier aura liviana,
y debe de ser de ti;
porque siendo yo tu hermana,
no te osas fiar de mí.
Lisena, suelta el papel
o dime lo que contiene
y a quien estimas en él.
Lisena Ni que lo sepas conviene
ni una letra has de ver de él.
Diana ¿No soy tu hermana mayor?
Lisena ¿Qué importa aquí el parentesco
donde el secreto es mejor?
Diana Pues que verle no merezco,
venta será del honor;
que por ser de mí estimado
en el extremo que entiendes,
a encubrirle te ha obligado.
Lisena Bien sé, hermana, que pretendes
que te diga mi cuidado;
y por eso hablas ansí,
aunque en diverso conceto
estoy acerca de ti;
y pues te guardo el respeto
que tú me pierdes a mí,
ni de esa suerte me trates
ni por fuerza saber quieras
lo que es.
Diana Cuando te recates
de que sepa tus quimeras
y encubras tus disparates,
como en cosas del honor
no toquen, no soy curiosa;
mas soy tu hermana mayor.
Ésta es hora sospechosa;
el papel encubridor
de algún liviano suceso;
la luz, señal que procuras
publicar tu poco seso;
que el yerro que se hace a escuras
alivia a la afrenta el peso;
el sitio no conveniente
para quien profesa honor
y el riesgo que corre siente;
caviloso tu temor,
o al menos impertinente
pues has dado en recelarte
de mí con tan necio extremo.
Soy tu sangre, tengo parte
en tu mal o bien, y temo
no haya venido a engañarte
quien a tal hora provoca
tus deseos inconstantes;
que una travesura loca
es mal de participantes
que a todo un linaje toca.
Lisena En mejor reputación
esté mi fama contigo.
No sé yo por qué razón
me das antes el castigo
que mi culpa la ocasion.
Mis pensamientos, si en ellos
se han fundado los enojos
qon que intentas ofendellos,
tan altos son, que tus ojos
no han de alcanzar ni aun a vellos.
Si eres mi mayor hermana,
y temes que he de ofenderte,
trátame mejor, Diana;
y si malicias, advierte
que la malicia es villana
y que, aunque en los nacimientos
tu edad más respetos cobra,
te aventajo en pensamientos,
pues del valor que les sobra
te puedo dar alimentos.
Si aquí a tal hora me ves,
advierte, aunque maliciosa,
crédito a quimeras des,
que no hay hora sospechosa,
si la persona no lo es.
Y que como no la esmalta
el Sol, de los cielos vida,
por si algún temor me asalta,
vengo con luz encendida,
supliendo lo que le falta,
señal que no ha de temerse
cosa indigna de mi ser
y que de mí ha de creerse,
que aun de noche no sé hacer
cosa que no pueda verse.
Este papel que ha causado
la inquietud que en ti se ve,
aunque le hayas injuriado,
basta que en mi mano esté,
para estar calificado.
Y el sitio, pues yo le piso,
da nuevo ser a su ornato
y a tus sospechas aviso
y, aunque culpes mi recato
porque llamarte no quiso,
no importa; que él es discreto,
y yo basto a dar valor
contra tu ruin conceto,
sitio, noche, temor,
la luz, papel y el secreto.
Diana Pues ¿puédesme tú negar,
que enamorados desvelos
no te han hecho trasnochar?
Lisena Mas ¿si me pidieses celos?
Diana Bien sabes que no sé amar,
y que hasta agora no ha habido
quien me haya puesto en cuülado.
Lisena Ya yo sé que te has querido
alzar con el principado
de la crueldad y el olvido
y que cuantos quieren bien,
una Anajarte alemana
en tu severidad ven,
siendo en el nombre Diana
como en belleza y desdén.
Y así yo que con temor
ando de ver el extremo
de tu intratable rigor,
huyo de ti porque temo
a quien nunca tuvo amor.
Diana ¡Gracias a Dios que he sacado
en limpio esta confusión!
En fin, ¿amor te ha quitado
el sueño, y como ladrón
de noche te ha salteado?
Ya, pues los principios sé,
saber puedo lo demés.
¿Quién el venturoso fue,
en cuyo papel estás
deletreando su fe?
Dime, Hermana, la verdad.
Ea...
Lisena Háceseme grave
descubrir mi voluntad
a quien, porque amar no sabe,
es de ajena facultad.
Diana No tanto, que aunque no adore,
ni tus desvelos imite,
favorezca, escriba y llore
ni la práctica ejercite
vuestra teórica ignore.
De amor sé la pasión ciega
quizá mejor que quien tira
sus gajes y al centro llega
de su esfera; que quien mira,
más alcanza que el que juega.
Conservo mi libertad;
mas no porque no consiento
tu amorosa ceguedad
eches al entendimiento
culpas de la voluntad.
Acaba; declaraté.
Lisena ¿Haste de enojar conmigo?
Diana ¿Tan baja tu elección fue
que estás temiendo el castigo
si la prenda que amas sé?
Lisena Antes es tan generosa
que entiendo, en siendo sabida
de ti mi elección honrosa,
que me llames atrevida
y me riñas envidiosa.
Diana ¡Válgame Dios! ¿Quién será
este hipérbole de amor?
¡Para aqueste monte ya!
Lisena Si el conde de Peñaflor
fuese el que ocasión me da
de estimarle, ¿qué dirías?
Diana Que a tu sangre corresponde
el amor que en ella crías.
Lisena ¿Y si fuese más que el conde?
Diana ¿Más que el conde? Desvarías.
Lisena ¿Si Enrique de Oberisel,
del rey privado y sobrino,
me escribiese este papel...?
¿No es más galán? ¿No es más dino
que el conde?
Diana Es monstro con él.
La alemana bizarría
se avergüenza en su presencia.
¡Dichosa tú, hermana mía!
Lisena Si me amase una excelencia,
en vez, de una señoría,
con más razon te admiraras.
Diana ¿Excelencia?
Lisena El duque Arnesto
¿no puede, si en él reparas,
aarme con fin honesto?
Diana Señales vas dando claras
que estás loca. Un caballero
es nuestro padre, leal,
de noble sangre y acero
que tuviera más caudal
a querer ser llsonjero;
y, por igualar su hacienda
con la altiva inclinación
que su valor me encomienda,
doy desdeñosa ocasión
a que amor de mí se ofenda;
que a falta de fundamentos
del oro, que no hace caso,
ni admite merecimientos,
por no casar mal, me caso
con mis mismos pensamientos.
Mira tú, siendo mi hermana,
y no con mayor tesoro,
si es la elección que haces vana
cuando Amor con flechas de oro
hiere, por lo que en él gana.
Si el duque a amarte se mueve,
tomará a censo tu honor;
mas mira que si se atreve,
no hay noble buen pagador
ni es príncipe el que no debe.
Lisena ¿Basta a que de la grandeza
de una excelencia admirar
le dé ocasion la pobreza?
Pues aun más te has de espantar
cuando me llames alteza.
Diana Anda, necia.
Lisena Ese retrato
(Sácale.) antes que leas el papel,
diga si verdad te trato.
Diana A Sigismundo veo en él.
Lisena Y antes que pase gran rato,
verás el original
de ese gallardo traslado.
Diana En amor tan desigual
donde el pincel ha firmado,
recelo algún grande mal.
Sigismundo es heredero
de Carlos, rey de Bohemia;
Tú, hija de un caballero,
a quien la Fortuna premia,
más en sangre que en dinero.
El Rey espera a Leonora,
de Hungría infanta, y tan bella,
que hasta la envidia enamora,
oara que case con ella
el príncipe que la adora.
Por ella en Belgrado está
su hermano el infante Alberto,
y deben de llegar ya
pues si el casamiento es cierto
de quien retratos te da,
¿qué puedes tú pretender
de tan desigual amor,
ni qué alteza puede haber
que no derribe tu honor,
no siendo tú su mujer?
Lisena Satisfágate a esa duda
ese papel, que ya puedes
ver discreta y guardar muda
oara que segura quedes
y Amor a mi dicha acuda.
Y sin hacer más espantos,
callando tu discreción,
advierte en favores tantos
que es carta de obligación
pero no con «sepan cuantos»;
que en saberlo pocos, creo
que el fin que espero verás
y de mi honra el empleo.
Diana ¡Qué satisfecha que estás!
Lisena Veráslo si lees.
Diana Pues, leo.
(Lee.) Mi padre el rey, prenda mía,
me da esposa y no sois vos,
como si Amor, siendo dios,
preciase estados de Hungría.
Antes que llegue este día
esta noche Amor concierta
daros la posesión cierta
que a Leonora os adelanta
porque en viniendo la infanta,
halle cerrada la puerta.
La mano os tengo de dar
sin poner mi amor por obra
que no soy como el que cobra
sin intención de pagar.
Solo os quiero asegurar
que en honesto amor me fundo
y que, desmintiendo al mundo,
contra el gusto y el poder,
sabe amar sin ofender
a su esposa, Sigismundo.
A tan segura firmeza,
tan nunca visto valor,
tan no esperada grandeza,
¿qué mucho triunfe tu amor
de la mudanza y pobreza?
Solo Sigismundo es
quien nombre puede adquirir
de amante firme y cortés
que el hacer junta al decir
y da afrenta al interés.
Ya por él perfeto queda
el amor, a quien obliga
a que estimarse en más pueda,
que estaba lleno de liga
como la baja moneda
y en el fuego del valor
con que su fama acredito
sabe apartar del amor
la mezcla del apetito
para acendrarle mejor.
A amar tu pobreza vino,
quilatando su decoro;
que amor desnudo y divino
cuanto está más limpio de oro,
tanto es más perfeto y fino.
Injuria, hermana, me has hecho
el tiempo que no me has dado
cuenta de tu honra y provecho.
Lisena Aunque amor comunicado
dicen que dilata el pecho,
temí la envidia, Diana,
que te pudiera causar.
Diana No es mi inclinación villana.
Lisena No, mas es propio envidiar
una hermana a la otra hermana.
Diana Pues ¿puédeme estar mal, di,
que en Bohemia el reino goces?
Lisena Ya lo ves.
Diana Pues que de mí
lo que te quiero conoces,
deposita desde aquí
secretos dentro la esfera
de mi pecho que, constante,
verte ya reinar quisiera.
Lisena Mal sabrás, no siendo amante,
saber servir de tercera.
Diana Todo el ingenio lo alcanza.
mas dime, ¿qué tanto ha
que entre el temor y esperanza
el príncipe por ti está
dando guerra a la mudanza?
Lisena Que me quiere bien, ha un año
me jura, y que yo lo sé
un mes.
Diana ¡Sufrimiento extraño!
¿Y quién el Mercurio fue
de este provechoso engaño?
Lisena Harto humilde, te prometo.
Gascón, lacayo de casa,
a falta de otro sujeto,
es arcaduz por quien pasa
nuestro amoroso secreto.
El príncipe le ha pegado
parte de su discreción
y de él el alma fiado.
Diana Tiene buen humor Gascón.
Lisena Bien conmigo lo ha mostrado;
pues entre burlas y veras,