La joya de las montañas, Santa Orosia - Tirso de Molina - E-Book

La joya de las montañas, Santa Orosia E-Book

Tirso de Molina

0,0

Beschreibung

La joya de las montañas, Santa Orosia es una de las comedias religiosas de Tirso de Molina, un género en el que alcanzó gran altura, con trama de trasfondo religioso pero con protagonistas que se alejan de la alegoría y la abstracción y abrazan la humanidad, con motivaciones más cercanas a los sentimientos y no tanto a los prodigios religiosos.-

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 76

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Tirso de Molina

La joya de las montañas, Santa Orosia

(Gabriel Téllez)

Saga

La joya de las montañas, Santa OrosiaCover image: Shutterstock Copyright © 1620, 2020 Tirso de Molina and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726549003

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Personas que hablan en ella:

El REY de ARAGÓN El PRÍNCIPE, Fortunio Garcés El CONDE de Aznar MOSQUETE, gracioso LEONOR, dama LAURA, criada Un ÁNGEL EUROSIA, princesa de Bohemia CORNELIO, príncipe ARCISCLO, obispo BODOQUE, lacayo ATANAEL, capitán moro TARIFE, moro MECOT, moro

JORNADA PRIMERA

Salen EUROSIA y BODOQUE

 

BODOQUE: Yo lo pensaré despacio.

EUROSIA: Tu desatención me admira.

¿No basta que yo te ruego?

BODOQUE: Sí, señora; mas--¡por vida

de Bodoque!--que a cualquiera

que tiene ley conocida,

no pasando a mejorar,

el mudar le hará cosquillas.

EUROSIA: El mejorar en la ley

es verdad bien clara y limpia,

y pues razones no bastan

a postrar tu rebeldía,

basta ver que todo el pueblo

y aun el reino lo confirma,

pues que ya desengañada

de la ciega idolatría,

toda Bohemia promete,

con inspiración divina,

seguir a Cristo; ¿y tú sola

con tan dañosa porfía

quieres resistirte,

necio, a tan soberana dicha?

BODOQUE: Ya estuviera convertido

si no por aquella lista

de los mandamientos.

EUROSIA: ¿Cómo?

¿Tanta gente convertida

no te mueve?

BODOQUE: No muy mucho,

porque mi abuela decía

que de espacio se arrepiente

quien se determina aprisa.

EUROSIA: ¿Es posible que no bastan

tantas pláticas divinas

de Metodio a convertirte?

BODOQUE: Sí, señora; mas las tripas

me dicen que no importa

seguir aquella doctrina

que me obligará a ayunar.

EUROSIA: Esta ley es tan benigna

que sólo obliga a quien puede

abstenerse algunos días

de alimentarse a deshora;

y quien con acierto mira

las cosas de Dios, bien puede

experimentar debidas

abstinencias en la ley

para conseguir la dicha

de ser amado de Dios.

BODOQUE: Harto bien me solicita;

mas agora, muerto de hambre,

que no he comido en dos días,

¿cómo quiere que yo crea

en ayunos, aunque diga

que son buenos, si, al contrario,

conozco por mi desdicha

que los días que no como

no tengo más malos días?

EUROSIA: ¡Qué mal entiendes, Bodoque,

de aquella esencia infinita

los impulsos soberanos!

La gula sólo apadrinas

para estorbo a tantas luces

de católicas doctrinas.

¿No has oído en el sermón

las historias repetidas

de tantas dichosas almas

que con esta fe divina

de la gracia resplandecen,

fulgentes rayos de Cintia,

en el cielo?

BODOQUE: No me acuerdo.

EUROSIA: ¡Qué neciamente te olvidas!

BODOQUE: ¡Si siempre me da el sermón

un sueño tan sin medida!

Yo pienso dar en letargo

si mucho más me predica.

EUROSIA: ¿A dormir vas al sermón?

Tu necedad me lastima.

BODOQUE: Señora, con eso cumplo

con lo que el sermón decía,

que en latín, si no me engaño,

como a quien se lo entendía,

me dijo, dormite jam,

y fue en mí moción tan viva,

que me convertí al instante,

pues todo el sermón dormía.

EUROSIA: Tus necedades me cansan,

y pues tan necio porfías

en resistirte a mis ruegos,

yo haré que mi padre siga

mi parecer y te saque

de palacio. (¡Luz divina, Aparte

no neguéis vuestro esplendor

a quien mi amor solicita!)

BODOQUE: Ya parece que acá dentro

me están convirtiendo aprisa.

EUROSIA: De Dios fío este favor;

un poquito te retira,

que a solas quiero quedarme.

BODOQUE: Bien está; mas, tripas mías,

si a la cocina llegare

no tendréis muy mala vida.

 

Vase. Saca EUROSIA un retrato de uncrucifijo, quetendrá en el pecho

 

EUROSIA: ¡Divina luz de mis ojos,

alumbrad los corazones

que están haciendo baldones

de vuestra ley; y en despojos

de sus vencidos arrojos,

con la debida humildad

os doy mi virginidad,

y con entera afición,

alma, vida y corazón,

con pureza y castidad!

 

Sale BODOQUE corriendo y comiendoun pedazo decarne

 

BODOQUE: Señora, que viene allí

vuestro hermano en compañía

del obispo de Lusacia.

EUROSIA: ¿Qué querrá su señoría?

¡Oh, quién pudiera, Bodoque,

diferir esta visita!

BODOQUE: Deben de querer comer,

que está a punto la comida.

EUROSIA: ¿Qué es esto? Sucio, asqueroso,

¿carne comes este día?

BODOQUE: Señora, que no la como.

EUROSIA: ¿No sabes que está prohibida

por la iglesia?

BODOQUE: Sí, señora;

mas acá dentro, en las tripas,

tengo un rincón donde guardo

esta poca fiambrería

para alguna colación.

EUROSIA: ¡Ah, qué necia es tu porfía!

 

Salen ARCISCLO, obispo,y CORNELIO

 

ARCISCLO: ¡Con qué espíritu y fervor

el predicador inclina

las almas con santo celo

a proseguir la divina

carrera de la virtud!

CORNELIO: Es Metodio quien aspira

a la salvación del alma

desterrando idolatrías

que en toda Bohemia andaban,

y con eso se ejercita

a dar en pláticas santas

el fruto de su dóctrina.

ARCISCLO: A la princesa he de hablar

y deseo que reciba

con cariño la embajada

sola, en vuestra compañía.

CORNELIO: El cuarto de Eurosia es éste,

y mi hermana la que miran

como enojada mis ojos.

Sin duda estará ofendida

de vernos aquí, que pasa

en virtud tan fuera mida,

que el retiro la recata

o el recato la retira;

pero en conociendo, creo,

hoy a vuestra señoría,

reconocerá dichosa

lograr tan buena visita.

¿Hermana Eurosia?

ARCISCLO: ¿Cornelio?

CORNELIO: Dios te guarde, hermana mía.

Nuestro tío es quien desea,

así Dios se lo permita,

hablar con los dos de espacio.

EUROSIA: La obediencia solicita

corresponder cariñosa

en ocasión tan precisa.

BODOQUE: (Algún sermoncito habrá; Aparte

mala la verán mis tripas

si esto dura tanto o cuanto.)

ARCISCLO: Escucha, hermosa sobrina,

que, pues estamos a solas,

antes que otra compañía

sea de la atención estorbo,

deseo darte noticia

de algunas cosas que a todos

nos han de ser de alegría.

EUROSIA: ¡Ay, señor, válgame el cielo!

Nunca mi Dios me permita

la menor inobediencia;

sólo quisiera este día

servir al suelo de alfombra

por las plantas que le pisan.

ARCISCLO: Estimo vuestra humildad.

EUROSIA: Ser vuestra esclava es gran dicha

ARCISCLO: Esclavitudes hay nobles

que ensalzan a los que humillan.

BODOQUE: (Esto se anda en cumplimientos, Aparte

y lleve el diablo sus vidas

si el obispo no anda a caza

de alguna sobrada mitra.)

ARCISCLO: Importa que ese crïado

se vaya.

BODOQUE: (¡Qué brava risa! Aparte

¿Cuánto me dará que vaya

y no vuelva acá en mi vida?)

CORNELIO: Señor, éste es un crïado

que desde su niñez misma

ha vivido en el palacio

de mi padre y es la risa

de toda la corte, y pienso,

según acá se imagina,

que por ser poco constante

en lo poco a que se inclina,

y haberse vuelto cristiano,

hoy mi hermana solicita

tenerle consigo siempre,

por lo poco que en él fía.

ARCISCLO: Pues quede acá, que no importa,

que capacidad sencilla

a nadie puede ofender.

BODOQUE: (Pues gánome las albricias Aparte

y me quedo.) ¡Ah, señora!

¿Iré a avisar a Llocinda

que haga algún guisado nuevo?

EUROSIA: En comida o en bebida

es todo tu anhelo siempre.

¿No es mejor oír la misa,

acudir pronto al sermón,

pegarse una disciplina,

tener continua oración,

ayunar algunos días

y servir a Dios gustoso

con la conciencia muy limpia?

BODOQUE: Todo aqueso lo concedo;

por señal que el otro día

el cura me prometió

decirme treinta y tres misas

y treinta y cinco sermones.

EUROSIA: ¿Por qué?

BODOQUE: Porque el otro día,

estándose espeluznando,

y hay quien dice tiene tiña

porque está todo pelado,

pasó una ave de rapiña,

y con furióso ademán

le quitó la gorretilla.

Cayósele luego al punto

junto a casa de Llocinda,

y ella que la vio caer

a su casa la retira,

sin duda para limpiarla,

que la muchacha es muy limpia,

y el otro día cenando

en su casa, que por dicha

me convidó, por mi suerte

la hallé dentro una morcilla.

EUROSIA: ¡Y que esa limpieza alabes!

BODOQUE: ¡Es para mí cosa rica!

EUROSIA: Ya te he dicho muchas veces

no te ausentes de mi vista

sin mi licencia.

BODOQUE: Está bien.

EUROSIA: Sepa vuesa señoría,

tío y señor, que mi anhelo

es conservar, si por dicha

pudiese, en este crïado

la cristiana disciplina,

pues de sus primeros años,

antes que mi madre en cinta

de mí estuviese, y aun antes

que de la idea divina

donde todos los posibles

tienen su ser, a la dicha

de ser actual persona,

con inspiración de vida

la omnipotencia de Dios

me trasladase propicia,

en servjcio de mis padres

estaba ya muchos días

sirviendo de bullicioso,

y no quisiera, advertida

de su inocencia, malogre

de ser cristiano la dicha.

Con este celo, señor,

de la virtud noble guía,

a las razones de estado

he faltado inadvertida;

perdón os pido, señor,

y si vos mandáis que os sirva,

en cuanto os fuera de agrado

os serviré de rodillas.

ARCISCLO: Alzad, ilustré señora,

querida y noble sobrina,

que en princesas como vos

tanta humildad no se estila.

EUROSIA: De cualquier modo, señor,

a vuestra planta es debida

esta acción. (¡Ay, Jesús mío! Aparte

¿Qué será esto a que aspira

mi tío?)