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La joya de las montañas, Santa Orosia es una de las comedias religiosas de Tirso de Molina, un género en el que alcanzó gran altura, con trama de trasfondo religioso pero con protagonistas que se alejan de la alegoría y la abstracción y abrazan la humanidad, con motivaciones más cercanas a los sentimientos y no tanto a los prodigios religiosos.
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Seitenzahl: 76
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Tirso de Molina
(Gabriel Téllez)
Saga
La joya de las montañas, Santa OrosiaCover image: Shutterstock Copyright © 1620, 2020 Tirso de Molina and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726549003
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Salen EUROSIA y BODOQUE
BODOQUE: Yo lo pensaré despacio.
EUROSIA: Tu desatención me admira.
¿No basta que yo te ruego?
BODOQUE: Sí, señora; mas--¡por vida
de Bodoque!--que a cualquiera
que tiene ley conocida,
no pasando a mejorar,
el mudar le hará cosquillas.
EUROSIA: El mejorar en la ley
es verdad bien clara y limpia,
y pues razones no bastan
a postrar tu rebeldía,
basta ver que todo el pueblo
y aun el reino lo confirma,
pues que ya desengañada
de la ciega idolatría,
toda Bohemia promete,
con inspiración divina,
seguir a Cristo; ¿y tú sola
con tan dañosa porfía
quieres resistirte,
necio, a tan soberana dicha?
BODOQUE: Ya estuviera convertido
si no por aquella lista
de los mandamientos.
EUROSIA: ¿Cómo?
¿Tanta gente convertida
no te mueve?
BODOQUE: No muy mucho,
porque mi abuela decía
que de espacio se arrepiente
quien se determina aprisa.
EUROSIA: ¿Es posible que no bastan
tantas pláticas divinas
de Metodio a convertirte?
BODOQUE: Sí, señora; mas las tripas
me dicen que no importa
seguir aquella doctrina
que me obligará a ayunar.
EUROSIA: Esta ley es tan benigna
que sólo obliga a quien puede
abstenerse algunos días
de alimentarse a deshora;
y quien con acierto mira
las cosas de Dios, bien puede
experimentar debidas
abstinencias en la ley
para conseguir la dicha
de ser amado de Dios.
BODOQUE: Harto bien me solicita;
mas agora, muerto de hambre,
que no he comido en dos días,
¿cómo quiere que yo crea
en ayunos, aunque diga
que son buenos, si, al contrario,
conozco por mi desdicha
que los días que no como
no tengo más malos días?
EUROSIA: ¡Qué mal entiendes, Bodoque,
de aquella esencia infinita
los impulsos soberanos!
La gula sólo apadrinas
para estorbo a tantas luces
de católicas doctrinas.
¿No has oído en el sermón
las historias repetidas
de tantas dichosas almas
que con esta fe divina
de la gracia resplandecen,
fulgentes rayos de Cintia,
en el cielo?
BODOQUE: No me acuerdo.
EUROSIA: ¡Qué neciamente te olvidas!
BODOQUE: ¡Si siempre me da el sermón
un sueño tan sin medida!
Yo pienso dar en letargo
si mucho más me predica.
EUROSIA: ¿A dormir vas al sermón?
Tu necedad me lastima.
BODOQUE: Señora, con eso cumplo
con lo que el sermón decía,
que en latín, si no me engaño,
como a quien se lo entendía,
me dijo, dormite jam,
y fue en mí moción tan viva,
que me convertí al instante,
pues todo el sermón dormía.
EUROSIA: Tus necedades me cansan,
y pues tan necio porfías
en resistirte a mis ruegos,
yo haré que mi padre siga
mi parecer y te saque
de palacio. (¡Luz divina, Aparte
no neguéis vuestro esplendor
a quien mi amor solicita!)
BODOQUE: Ya parece que acá dentro
me están convirtiendo aprisa.
EUROSIA: De Dios fío este favor;
un poquito te retira,
que a solas quiero quedarme.
BODOQUE: Bien está; mas, tripas mías,
si a la cocina llegare
no tendréis muy mala vida.
Vase. Saca EUROSIA un retrato de uncrucifijo, quetendrá en el pecho
EUROSIA: ¡Divina luz de mis ojos,
alumbrad los corazones
que están haciendo baldones
de vuestra ley; y en despojos
de sus vencidos arrojos,
con la debida humildad
os doy mi virginidad,
y con entera afición,
alma, vida y corazón,
con pureza y castidad!
Sale BODOQUE corriendo y comiendoun pedazo decarne
BODOQUE: Señora, que viene allí
vuestro hermano en compañía
del obispo de Lusacia.
EUROSIA: ¿Qué querrá su señoría?
¡Oh, quién pudiera, Bodoque,
diferir esta visita!
BODOQUE: Deben de querer comer,
que está a punto la comida.
EUROSIA: ¿Qué es esto? Sucio, asqueroso,
¿carne comes este día?
BODOQUE: Señora, que no la como.
EUROSIA: ¿No sabes que está prohibida
por la iglesia?
BODOQUE: Sí, señora;
mas acá dentro, en las tripas,
tengo un rincón donde guardo
esta poca fiambrería
para alguna colación.
EUROSIA: ¡Ah, qué necia es tu porfía!
Salen ARCISCLO, obispo,y CORNELIO
ARCISCLO: ¡Con qué espíritu y fervor
el predicador inclina
las almas con santo celo
a proseguir la divina
carrera de la virtud!
CORNELIO: Es Metodio quien aspira
a la salvación del alma
desterrando idolatrías
que en toda Bohemia andaban,
y con eso se ejercita
a dar en pláticas santas
el fruto de su dóctrina.
ARCISCLO: A la princesa he de hablar
y deseo que reciba
con cariño la embajada
sola, en vuestra compañía.
CORNELIO: El cuarto de Eurosia es éste,
y mi hermana la que miran
como enojada mis ojos.
Sin duda estará ofendida
de vernos aquí, que pasa
en virtud tan fuera mida,
que el retiro la recata
o el recato la retira;
pero en conociendo, creo,
hoy a vuestra señoría,
reconocerá dichosa
lograr tan buena visita.
¿Hermana Eurosia?
ARCISCLO: ¿Cornelio?
CORNELIO: Dios te guarde, hermana mía.
Nuestro tío es quien desea,
así Dios se lo permita,
hablar con los dos de espacio.
EUROSIA: La obediencia solicita
corresponder cariñosa
en ocasión tan precisa.
BODOQUE: (Algún sermoncito habrá; Aparte
mala la verán mis tripas
si esto dura tanto o cuanto.)
ARCISCLO: Escucha, hermosa sobrina,
que, pues estamos a solas,
antes que otra compañía
sea de la atención estorbo,
deseo darte noticia
de algunas cosas que a todos
nos han de ser de alegría.
EUROSIA: ¡Ay, señor, válgame el cielo!
Nunca mi Dios me permita
la menor inobediencia;
sólo quisiera este día
servir al suelo de alfombra
por las plantas que le pisan.
ARCISCLO: Estimo vuestra humildad.
EUROSIA: Ser vuestra esclava es gran dicha
ARCISCLO: Esclavitudes hay nobles
que ensalzan a los que humillan.
BODOQUE: (Esto se anda en cumplimientos, Aparte
y lleve el diablo sus vidas
si el obispo no anda a caza
de alguna sobrada mitra.)
ARCISCLO: Importa que ese crïado
se vaya.
BODOQUE: (¡Qué brava risa! Aparte
¿Cuánto me dará que vaya
y no vuelva acá en mi vida?)
CORNELIO: Señor, éste es un crïado
que desde su niñez misma
ha vivido en el palacio
de mi padre y es la risa
de toda la corte, y pienso,
según acá se imagina,
que por ser poco constante
en lo poco a que se inclina,
y haberse vuelto cristiano,
hoy mi hermana solicita
tenerle consigo siempre,
por lo poco que en él fía.
ARCISCLO: Pues quede acá, que no importa,
que capacidad sencilla
a nadie puede ofender.
BODOQUE: (Pues gánome las albricias Aparte
y me quedo.) ¡Ah, señora!
¿Iré a avisar a Llocinda
que haga algún guisado nuevo?
EUROSIA: En comida o en bebida
es todo tu anhelo siempre.
¿No es mejor oír la misa,
acudir pronto al sermón,
pegarse una disciplina,
tener continua oración,
ayunar algunos días
y servir a Dios gustoso
con la conciencia muy limpia?
BODOQUE: Todo aqueso lo concedo;
por señal que el otro día
el cura me prometió
decirme treinta y tres misas
y treinta y cinco sermones.
EUROSIA: ¿Por qué?
BODOQUE: Porque el otro día,
estándose espeluznando,
y hay quien dice tiene tiña
porque está todo pelado,
pasó una ave de rapiña,
y con furióso ademán
le quitó la gorretilla.
Cayósele luego al punto
junto a casa de Llocinda,
y ella que la vio caer
a su casa la retira,
sin duda para limpiarla,
que la muchacha es muy limpia,
y el otro día cenando
en su casa, que por dicha
me convidó, por mi suerte
la hallé dentro una morcilla.
EUROSIA: ¡Y que esa limpieza alabes!
BODOQUE: ¡Es para mí cosa rica!
EUROSIA: Ya te he dicho muchas veces
no te ausentes de mi vista
sin mi licencia.
BODOQUE: Está bien.
EUROSIA: Sepa vuesa señoría,
tío y señor, que mi anhelo
es conservar, si por dicha
pudiese, en este crïado
la cristiana disciplina,
pues de sus primeros años,
antes que mi madre en cinta
de mí estuviese, y aun antes
que de la idea divina
donde todos los posibles
tienen su ser, a la dicha
de ser actual persona,
con inspiración de vida
la omnipotencia de Dios
me trasladase propicia,
en servjcio de mis padres
estaba ya muchos días
sirviendo de bullicioso,
y no quisiera, advertida
de su inocencia, malogre
de ser cristiano la dicha.
Con este celo, señor,
de la virtud noble guía,
a las razones de estado
he faltado inadvertida;
perdón os pido, señor,
y si vos mandáis que os sirva,
en cuanto os fuera de agrado
os serviré de rodillas.
ARCISCLO: Alzad, ilustré señora,
querida y noble sobrina,
que en princesas como vos
tanta humildad no se estila.
EUROSIA: De cualquier modo, señor,
a vuestra planta es debida
esta acción. (¡Ay, Jesús mío! Aparte
¿Qué será esto a que aspira
mi tío?)