La villana de la Sagra - Tirso de Molina - E-Book

La villana de la Sagra E-Book

Tirso de Molina

0,0

Beschreibung

Las villanas de la Sagra es una de las comedias de capa y espada de Tirso de Molina, también llamadas comedias palatinas. Se basa en una historia de amor galante entreverada con aventuras, articulada en torno a una trama de comedia de enredo. En ella asistimos a los ardides de tres damas para esquivar la prohibición de sus tiránicos maridos.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 93

Veröffentlichungsjahr: 2020

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Tirso de Molina

La villana de la Sagra

COMEDIA FAMOSA

Saga

La villana de la SagraCover image: Shutterstock Copyright © 1620, 2020 Tirso de Molina and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726548907

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAS DELLA

DON JUAN DON DIEGO

DON LUIS FABRICIO, criado

CARRASCO, lacayo LINARDO

CACHOPO, lacayo HORACIO

DOÑA INÉS DON PEDRO

ANGÉLICA, aldeana UN ESCRIBANO

[FULGENCIO] [UN EMBOZADO]

FELICIANO [UN TAMBORILERO]

CAMILA [ALDEANOS Y

ALDEANAS]

JORNADA PRIMERA

(Salen Carrasco y Cachopo, lacayos.)

CARRASCO Pues juegan nuestros señores,

saca naipes y dinero.

CACHOPO Si el padre es tamboritero,

los hijos son bailadores.

Y ansí yo tahúr te llamo, 5

Carrasco, en esta ocasión,

que siempre la inclinación

sigue, quien sirve, de su amo.

Jugando allá dentro están

con una y otra traviesa. 10

CARRASCO Sirva este poyo de mesa,

y de sala este zaguán,

aquestas capas de sillas,

o en pie juguemos.

CACHOPO Razón

tienes, que a tal devoción 15

no es mucho estar de rodillas.

CARRASCO Saca aquesa cifra, llena

de caballos, reyes, sotas,

que con ella me alborotas.

¡Ah, preciosa cuarentena, 20

en quien sin duda ninguna

hallo penitencia tanta,

que sin ser Semana Santa

más de un pródigo te ayuna!

¡Qué de hidalgos principales, 25

observantes en tus leyes,

por solo verse con reyes

vienen a verse sin reales!

¡Qué de ellos, por ser andantes

de noche en sus estaciones, 30

por hacer los dos ladrones

se hicieron diciplinantes!

¡Qué de ellos llevan la cruz

en ti de su pobre trato!

¡Qué de ellos, por el barato, 35

son tus cofrades de luz!

CACHOPO ¿Qué hemos de jugar?

CARRASCO Un poco

de parar, que es lo mejor.

CACHOPO Yo soy de tu propio humor.

CARRASCO Pues tendrás humor de loco. 40

CACHOPO Barajo.

CARRASCO Yo alzo de mano

una sota, que me brinda

con la copa.

CACHOPO Si una guinda

está hecho, no fue en vano.

¡Muy largas faldas son estas! 45

El rey de bastos. No es malo.

CARRASCO Será el rey Sardanapalo,

pues que lleva un palo a cuestas.

El naipe es suyo. Alzo, y paro

un real y otro.

CACHOPO ¡Bien, por Dios!, 50

digo.

CARRASCO Un caballo.

CACHOPO Ya un dos. Sácola fuera.

CARRASCO ¡Qué avaro

que es! Ande.

CACHOPO Y andalla quiero.

CARRASCO Ande, que el caballo he visto.

CACHOPO Y el dos antes.

CARRASCO ¡Vive Cristo! 55

CACHOPO Y pinta. Tiro el dinero.

CARRASCO ¡Qué presto que se alborota!

Baraje. Y torno a parar

un real, y dos al pintar.

CACHOPO Digo.

CARRASCO Cúpome una sota. 60

¿Qué me quieres, desollada?

CACHOPO El as de oros reverendo

es mío, y otro voy viendo.

CARRASCO Ande.

CACHOPO Vaya a la trocada.

CARRASCO No quiero, que la veo ya, 65

que es sota y muestra los pies.

CACHOPO Es verdad, la sota es,

pero encima el as está.

CARRASCO Quiero quitar este encuentro

que tira, que no paré 70

sino un real.

CACHOPO ¡Buen cuento, a fe!

CARRASCO No nos oigan allá dentro.

CACHOPO Presa y pinta dijo.

CARRASCO Miente.

CACHOPO ¡Miente, a mí! Pues, vil lacayo,

sal aquí.

CARRASCO Quedo, sor rayo 75

que riñe también la gente

de allá dentro.

(Dentro don Juan y don Luis.)

DON JUAN Don Luis

ha arrojado un basto, un as.

DON LUIS Vos le tuvistes de más,

¡vive Dios!, don Juan.

DON JUAN Mentís. 80

DON LUIS Tomad.

(Dan un bofetón dentro.)

DON JUAN ¡Cielos! ¡Bofetón!

¡Y en mi rostro!

DON LUIS Desta suerte

se paga un mentís.

DON JUAN Tu muerte

me dará satisfación.

(Salen don Juan y don Luis, desnudas

las espadas.)

DON LUIS Si el bofetón te deshonra, 85

no te vayas retirando,

que si he perdido jugando

el dinero, no la honra;

el valor que tanto ensalzas

he de borrar con tu muerte. 90

(Éntranse riñendo.)

CARRASCO Más tajadas he de hacerte,

lacayo, que hay en tus calzas.

(Estánse acuchillando los lacayos, y dicen dentro:)

DON JUAN ¡Ay, que me has muerto, traidor!

DON LUIS (Sale huyendo don Luis.) Pues ansí

se restituye

mi fama. Carrasco, huye. 95

CARRASCO Echa a la Merced, señor.

¿Matástele?

DON LUIS Creo que sí.

CARRASCO ¿Creo, dices? Pues mi contrario

hecho queda letuario.

DON LUIS Vamos.

CARRASCO Echa por aquí. (Vanse.) 100

(Salen doña Inés y Camila, criada, y

don Diego.)

DOÑA INÉS ¿Qué es esto, señor don Diego?

¡A media noche en mi casa!

Ya de los límites pasa

de razón vuestro amor ciego.

Abriros mandé la puerta, 105

creyendo que a ella llamaba

mi hermano, a quien aguardaba,

deste atrevimiento incierta.

Decid, señor, qué intentáis

de noche, pues ni aun de día 110

es bien, sin licencia mía,

que en ella los pies pongáis.

Si acaso es la pretensión,

con que vuestro amor molesto

en lenguas del vulgo ha puesto 115

mi fama y reputación,

y vuestra esperanza vana

piensa con tanta porfía

que, si honrada soy de día,

de noche he de ser liviana, 120

idos con Dios, que ha gran rato

que don Luis de aquí ha salido

y, si viene y ha perdido,

podrá ser que, de barato,

os haga, cuando aquí os halle, 125

salir con corrida incierta,

aunque entrastis por la puerta,

por la ventana a la calle.

DON DIEGO Doña Inés, poco temor

me hará tu hermano que cobre, 130

aunque parezca por pobre

su casa de esgrimidor.

Solo tu rigor me espanta,

y que entre en tu casa ordena

de noche, como alma en pena; 135

que, a fe, doña Inés, que es tanta

que, a no tener por notorio

que no harás mi mal eterno,

fuera fuego del infierno

este de mi purgatorio. 140

De noche te asombro y canso,

que soy alma en pena a escuras,

y diré, si me conjuras,

que busco réquiem, descanso.

Dime, doña Inés hermosa, 145

¿cómo haces tan poca cuenta

de mi amor, pues solo intenta

que, siendo mi dulce esposa,

hagas dueño a tu nobleza

de mi mayorazgo rico, 150

que alegre a tus pies aplico,

supuesto que la pobreza

que te hace don Luis pasar

a tan grande extremo llega

que ya, si tu honra no juega, 155

no tiene más que jugar?

Pues si tal ventura tienes,

que al dote de tu nobleza

me hace olvidar tu pobreza

y te recibo sin bienes, 160

¿quieres que tu hermano llegue

a querer que te profane,

y que tu infamia le gane

dineros para que juegue?

¿Remediaráte su juego? 165

Sí, que te habrá prometido

de barato algún marido.

DOÑA INÉS ¡Qué es esto! Paso, don Diego,

que si mi hermano ha jugado

su hacienda, tiene una pieza 170

de oro, que es la nobleza,

y esa nunca la ha empeñado.

Id con Dios, que no es ultraje

la pobreza cuando es noble;

antes resplandece al doble. 175

DON DIEGO Noble y limpio es mi linaje,

si la envidia no le mancha,

y agradece que resisto

mi cólera. Nadie ha visto

en mi sangre raza o mancha, 180

aunque injuriarla procuras.

DOÑA INÉS Debistes de pretender

que no lo echase de ver,

pues venís a hablarme a escuras.

DON DIEGO Eres mujer, y no afrentas 185

ni es bien que venganza cobre,

que siempre el soberbio pobre

dice al rico estas afrentas.

¿Qué mancha mi honor traspasa?

DOÑA INÉS No sé, a fe. Diz que pasó 190

por los puertos de Aspa y dio

sus armas a vuestra casa.

DON DIEGO ¡Vive el cielo! ¡Me provoca,

trocando mi amor en furia,

por forzarte justa injuria 195

de tu deslenguada boca!

Y ¡ojalá viniera luego

tu pobre hermano, y supiera

que es don Diego quien le espera

aquí!

DOÑA INÉS ¡Qué lindo don Diego! 200

Pero mal quien soy conoces.

Llega, infame.

CAMILA Ya esto pasa

de raya. Salíos de casa,

don Diego, que daré voces

y haré que la vecindad 205

se alborote y venga aquí.

(Sale Fabricio.)

FABRICIO ¿Qué haces, señor, ansí,

sin vengar tan gran maldad?

Muerto han a don Juan, tu hermano.

Su venganza determina. 210

DON DIEGO ¡Jesús!

FABRICIO Yo estaba a esa esquina

y receléme, no en vano,

de ver un grande tropel

de gente que le llevaban

en brazos. Ya que pasaban, 215

llegué y conocí ser él.

Seguíle y vide que en casa

de un cirurjano le entraron,

y una estocada le hallaron

que todo el cuerpo le pasa. 220

Un hora le dan de vida.

DON DIEGO ¿Y quién es el matador?

FABRICIO Dicen que es don Luis, señor.

DOÑA INÉS ¡Ay de mí!

DON DIEGO ¡Oh, vil homicida!

¿Prendiéronle?

FABRICIO Señor, no, 225

porque, en habiéndole herido,

huyó.

DOÑA INÉS ¡Ay de mí!

DON DIEGO Si se ha ido,

seguirle he, Fabricio, yo.

(Vanse don Diego y Fabricio.)

DOÑA INÉS Cielos, ¿qué furiosa ira

vuestra me persigue tanto? 230

¿Hay más males?

CAMILA Deja el llanto,

que debe de ser mentira.

DOÑA INÉS ¡Ay, que nunca sale incierta

la mala nueva!

CAMILA Sí hará.

Éntrate, señora, acá. 235

DOÑA INÉS Ven, Camila, que estoy muerta. (Vanse.)

(Salen don Luis y Carrasco, vistiéndose de peregrinos.)

CARRASCO El sayal por el damasco

trueca, que es lo que te importa,

y de lamentarte acorta.

DON LUIS De aquesta suerte, Carrasco, 240

haremos nuestro camino

más seguros.

CARRASCO ¡Plega a Dios!

En fin, ¡que somos los dos

peregrinos! ¡Peregrino

caso! Pero de tu hermana, 245

mi señora doña Inés,

¿no te despides?

DON LUIS ¿No ves

que esa es diligencia vana?

Es don Juan rico en extremo,

y yo en extremo soy pobre. 250

CARRASCO El juego te ha vuelto en cobre.

DON LUIS Perdí mi hacienda, y ya temo

que me habrá cogido el paso

la justicia por consejo

de su hermano y padre viejo; 255

que no hay honor que sea escaso

cuando vengarse codicia;

que es pródiga la pasión

y el dinero es aguijón

con que corre la justicia. 260

Mi hermana me da cuidado,

que es pobre y es principal,

y mi locura fue tal

que hasta su dote he jugado.

Temo que me la persiga 265

la guerra del no tener,

que pobreza en la mujer

a mil desmanes la obliga.

Esto siento; pero vella

¿cómo ha de ser, si estará 270

por mí la justicia allá?

¡Ah! ¡Desdichada doncella

la que convierte su gozo

en llanto, do no hay consejo,

y, muerto su padre viejo, 275

la rige un hermano mozo!

CARRASCO O lloras o desvarías.

No hagas eso, que dirán,

siendo en las armas Roldán,

que en llanto eres Jeremías. 280

DON LUIS ¿Siempre has de estar de un humor?

CARRASCO ¿Pues qué quieres? ¿Que lloremos?

Ya que al otro muerto habemos,

¿consolarnos no es mejor?

¿Dónde hemos de ir a, quedo, 285

mudar de vida y estado?

DON LUIS Un tío el cielo me ha dado,

canónigo de Toledo,

rico y viejo, que desea

tenerme en su compañía; 290

y en cuantas cartas me envía

me escribe que, antes que vea

la muerte, que ya no puede

tardar, me ponga en camino,

pues no tiene otro sobrino 295

que su mucha hacienda herede.

En aquesta ocasión quiero

valerme de su favor.

CARRASCO Apuesta que soy, señor,

o canónigo o perrero. 300

¡Cuerpo de Dios! Ya te aplico

por hombre de mucha cuenta.