Los amantes de Teruel - Tirso de Molina - E-Book

Los amantes de Teruel E-Book

Tirso de Molina

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Beschreibung

Los amantes de Teruel es una de las comedias históricas de Tirso de Molina, historias teatrales que suelen mezclar tramas de enredo amoroso con un trasfondo del pasado de España, en este caso el S. XIII y el amorío de Isabel Segura, hija de un rico mercader, y el pobre mancebo Diego de Marcilla.

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Seitenzahl: 81

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Tirso de Molina

Los amantes de Teruel

 

Saga

Los amantes de TeruelCover image: Shutterstock Copyright © 1620, 2020 Tirso de Molina and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726548877

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAJES

EL EMPERADOR CARLOS QUINTO. EL INFANTE DON LUIS DE PORTUGAL. EL DUQUE DE ALBA. EL MARQUÉS DE MONDÉJAR, que es Mendoza.EL MARQUÉS DEL BASTO. EL PRÍNCIPE DE SALERNO. DON GONZALO, caballero.GARCERÁN, su criado.HIPÓLITO DE MARSILLA. DIEGO DE MARSILLA, su hijo.LAÍN, su lacayo.DOÑA ISABEL DE SEGURA. DRUSILA, su criada.RUFINO, padre de doña Isabel.DON PEDRO, capitán.DON JUAN, capitán.Un sargento.Dos marineros.Tres soldados.[Un caminante.][TAMBOR.] [MADRINA.]

—fol. 91r→

Jornada I

Salen DOÑA ISABEL con manto, y DON GONZALO, y GARCERÁN acompañándola.

 

DOÑA ISABEL No ha de pasar adelante

vuesamerced.

DON GONZALO ¡Ay crueldad,

ni belleza semejante!

No estiméis mi voluntad

por galán ni por amante,

—fol. 91v→

que sólo es obligación

que debo a vuestra belleza.

DOÑA ISABEL Yo agradezco la intención,

quedaos aquí.

DON GONZALO ¡Qué belleza,

qué talle, qué discreción!

DOÑA ISABEL No habéis de pasar de aquí,

o yo no habré de pasar.

DON GONZALO Yo entiendo que será ansí,

y que pruebo a porfiar

en vano, desde que os vi.

Pretendo sin esperanza,

y aunque es locura porfío,

que es la suerte que me alcanza

mudable siempre al bien mío,

y está mi mal sin mudanza.

Tengo el desdén por regalo,

el olvido por favor,

y ansí a mi desdicha igualo,

pues ansí lo quiere amor.

DOÑA ISABEL No sé, señor don Gonzalo,

ni entiendo de qué os quejáis.

DON GONZALO Para más desobligaros,

que no sabéis confesáis,

y vuestros soles avaros

de luz cubrís y eclipsáis

con la nube de ese manto.

DOÑA ISABEL No os entiendo, quedá a Dios.

DON GONZALO ¿Cómo ansí?

DOÑA ISABEL No alcanzo tanto.

DON GONZALO Desdichado soy con vos.

DOÑA ISABEL ¿Quién es hoy dichoso?

DON GONZALO El que espanto

da a mi altiva pretensión,

el que escurece mis quejas

con más dichosa afición,

el que os cierra las orejas,

y endurece el corazón.

Aquel hechizo que os tiene,

para mi mal encantada,

aquel imán que os detiene

de quien, si sois tan amada,

quizá menos os conviene.

Este es quien es más dichoso

que yo, que loco pretendo

un imposible forzoso.

DOÑA ISABEL Menos ahora os entiendo.

DON GONZALO Perdonad, que estoy celoso,

y es locura, y no desprecio,

de los celos que me dais,

porque de cortés me precio.

DOÑA ISABEL No hay que escucharos, que vais

pasando de loco a necio.

 

(Vase DOÑA ISABEL y el escudero.)

 

DON GONZALO ¿Fuese?

GARCERÁN Ella te deja.

DON GONZALO Bueno,

¡hay más notable mujer!

GARCERÁN Tu necia empresa condeno.

DON GONZALO Garcerán, ¿qué puedo hacer

si está en el alma el veneno?

De sus ojos, de amor cielos,

bebió el alma, Garcerán,

estos rabiosos desvelos.

GARCERÁN Triaca, señor, te dan

tus desengaños y celos,

Acábalos de entender.

DON GONZALO No puedo conmigo más,

que es divina esta mujer.

GARCERÁN Pues entiende, que jamás

te ha de llegar a querer.

DON GONZALO ¿Por qué?

GARCERÁN El amor es estrella,

y no la tienes con ella;

demás, que otro dueño amado

en tiempo te ha aventajado,

que tu esperanza atropella.

Este adora, y lo demás

no le agrada, ni da gusto,

ni le ha de agradar jamás,

y ansí contra el hado injusto

—fol. 92r→

porfiar, es por demás.

DON GONZALO ¿Que tanto quiere a Marsilla?

GARCERÁN Es espanto; es maravilla;

vive con su pensamiento,

que es de su vida el aliento,

y de Aragón, y Castilla,

la más prodigiosa historia

de amor, que vieron jamás.

DON GONZALO ¿Que merezca tanta gloria

un hombre?

GARCERÁN No muestra más

toda la antigua memoria.

Como desde tierna edad

tan vecinos se han criado,

la amorosa voluntad

ha crecido, y se ha aumentado

en recíproca amistad.

Y así no hay cosa a sus ojos,

que sin él bien le parezca.

DON GONZALO El amor todo es antojos,

deja tú que yo la ofrezca

más generosos despojos,

y verás que presto veo

este imposible rendido,

que lo demás es rodeo.

GARCERÁN ¿Cómo?

DON GONZALO A su padre la pido.

GARCERÁN Y será dichoso empleo.

DON GONZALO Por galán, no he de hacer nada,

y en tratando casamiento,

verás que mi amor le agrada,

que este es el último intento

de una mujer que es honrada.

Mi riqueza y calidad,

es muy notoria en Teruel,

y digna de su beldad,

 

(Tocan una caja dentro.)

 

¿mas qué atambor es aquel?

[VOZ] (Dentro.)

Hola, adelante marchad;

de mano, en mano a la plaza.

GARCERÁN Una compañía ha entrado

en Teruel.

DON GONZALO Ya me amenaza

guerra, como mi cuidado.

GARCERÁN Ya el amor las paces traza.

DON GONZALO Vamos, Garcerán, a ver

entrar esta compañía.

GARCERÁN Dios te la dé en la mujer

que deseas.

DON GONZALO Si ella es mía,

que albricias has de tener.

GARCERÁN Luego me las puedes dar,

según lo tengo por cierto,

que el padre te la ha de dar,

por más rico.

DON GONZALO Será el puerto

del piélago deste mar.

GARCERÁN Los ojos de la mujer

como dos balazos son,

queriendo esperiencia hacer,

y tras sí a la de afición

le lleva a la del tener.

Hanse visto deste modo

sucesos cada momento,

que amor si en el oro es lodo,

y la afición todo es viento,

y el tener es peso todo,

Apenas verá delante

los tres mil de renta, cuando

perecerá esotro amante.

DON GONZALO Quiéralo el cielo.

GARCERÁN Marchando

pasea la calle adelante

la compañía.

DON GONZALO Salgamos

a encontralla Garcerán.

GARCERÁN Seguiré sus pasos.

DON GONZALO Vamos.

DENTRO Hagan alto.

DON GONZALO Bravos van.

GARCERÁN Piensan que los envidiamos.

—fol. 92v→

 

(Vanse, y sale DOÑA ISABEL leyendo un papel,y DRUSILA criada.)

 

DOÑA ISABEL Anoche estuve esperando

que salieses al balcón,

hasta ver el alba, al son

de mis suspiros, llorando.

Y puesto que llegó el día,

como fue sin verte a ti,

para el Sol fue, y para mí,

sombra negra y noche fría.

Sueño, no pudo impedir

el hablarte, dueño amado,

que estando yo desvelado,

fuera ingratitud dormir.

Alguna incomodidad

noche de tus soles fue,

mas hoy pienso que daré

fin a esta dificultad,

y a los peligros de amor,

que hablan a tu padre intento

sobre nuestro casamiento,

porque mi competidor

anda ya muy diligente,

y no es razón llegar tarde;

más que a mí el cielo te guarde,

mi bien, tuyo eternamente.

¿Drusila, qué te parece?

DRUSILA Que igualmente os adoráis;

ruego al cielo que os veáis

cómo el amor os ofrece.

DOÑA ISABEL No soy tan dichosa yo,

que viendo el notable estremo

con que nos queremos, temo

que no he de gozarle.

DRUSILA¿ No?

Ríete deso, señora,

no es el hombre y tu mujer,

iguales, pues ¿qué ha de haber

que pueda impedirlo ahora?

DOÑA ISABEL Y que es mi dicha muy corta.

DRUSILA Si estás de su parte dél,

ni su padre, ni Teruel,

ni el mundo a estorballo importa.

Si él se hubiera de casar

con tu padre, en ese intento

dudara yo el casamiento,

contigo no hay que dudar.

Es lindo madurativo

para un padre, si es contrario

el Alguacil de un Vicario,

y siempre no ha de estar vivo,

que alguna vez querrá Dios,

y presto será esta vez,

pues es tanta su vejez,

que quedéis libres los dos,

y te dotes de tu mano,

y no que por alambique

le destile este Cacique

de tu avaro padre anciano.

 

(Salen DON GONZALO y RUFINO, viejo.)

 

DON GONZALO Vengo a recebir merced

de vos.

RUFINO Señor don Gonzalo,

en amor sé que os igualo;

en el cielo tenga Dios

al señor don Pedro, amén,

que fuimos grandes amigos,

desto son buenos testigos

deudos vuestros, que también

fueron de nuestra cuadrilla

cuando hirvió la sangre nueva,

mas todo el tiempo lo prueba;

era entonces esta villa

otra cosa, ya está todo

perdido, y tan descompuesto,

que es lástima, que la han puesto

años malos deste modo.

Entonces vuesamerced

aún engendrado no estaba,

ni casarse imaginaba

su padre.

DON GONZALO Tengo a merced

—fol. 93r→

la memoria, y amistad

de mi padre, en cuanto puedo;

pero entended que la heredo

con la misma voluntad.

DOÑA ISABEL Drusila, ¿no es don Gonzalo

el que con mi padre viene?

DRUSILA Él es señora.

DOÑA ISABEL ¿Qué tiene

con él?

DRUSILA No sé.

DOÑA ISABEL Al mar igualo,

en mil olas de temor,

que al alma vienen, y van,

y sobresaltos me dan,

cada momento mayores;

ay sospechas, ay amor.

DRUSILA Temer nada es ignorancia.

RUFINO Si es de espacio, y de importancia.

En mi escritorio es mejor.

 

(Vanse DON GONZALO y RUFINO.)

 

DOÑA ISABEL Drusila sin que te sientan,

éntrate a escuchar.

DRUSILA Sí haré,

¿sosegaras, si podré,

sospechas que te amedrentan?

DOÑA ISABEL Has de decirme verdad.

DRUSILA Con juramento te doy

la palabra.

DOÑA ISABEL Ve.

DRUSILA Ya voy,

qué amor, y qué voluntad.

(Vase DRUSILA a escuchar.)

DOÑA ISABEL Todo es temor, amor, todo es recelos;

pues como puede ser el amor gloria,

si está siempre luchando la memoria

con tantos sobresaltos y desvelos.

Estas penas del alma son sus cielos,

estas guerras y asaltos su vitoria,

y es bien todo este mal, cuando a su historia

no encuaderna capítulo de celos.