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- Herausgeber: Alhenamedia
- Kategorie: Lebensstil
- Serie: Petit Futé
- Sprache: Spanisch
- Veröffentlichungsjahr: 2022
El catarismo es un movimiento religioso que se propagó durante el siglo X por el occidente de Europa, logrando su mayor expansión en el siglo XII entre los habitantes del Midi francés, especialmente en la zona del Languedoc, gracias a la protección de algunos señores feudales, vasallos de la Corona de Aragón. La Iglesia católica los declaró herejes y fueron perseguidos hasta lograr su erradicación durante la cruzada albigense (1209-1244). Derrotados, muchos de ellos se expandieron por Europa, y también arraigaron en España, especialmente en Cataluña. Las visitas a los castillos cátaros, la ciudad de Carcasona, las cuevas de Cabrespine y Limousis, se combinan con paseos para explorar los viñedos y degustar los néctares que producen los terruños del Minervois, Corbières, o el efervescente más antiguo del mundo: el Blanquette de Limoux. Antigua provincia romana con capital en Narbona, el departamento de Aude es rico en historia y tradiciones ancestrales.
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PAÍS CARCASSÈS
País Carcassès
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País Narbonés
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País del Alto Valle del Aude
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En este departamento de Aude, también conocido como País Cátaro, donde los olores marinos perfuman el ambiente, y aún más cuando acarician las plantas silvestres, el cambio de ambiente es permanente. Hay tal diversidad de paisajes, que cada uno puede encontrar el que más se acerca a sus deseos. Al llegar el verano, Aude presenta muchas facetas, desde playas de arena fina hasta localidades costeras como Leucate, con su puerto de los mil amarres y sus aficionados a las cometas, o Gruissan, que concentra a los amantes de las actividades al aire libre, pasando por los Pirineos, siempre cubiertos de nieve. El baño en verano es solo una de las múltiples actividades con las que pasar el tiempo. Las visitas a los castillos cátaros, la ciudad de Carcasona, las cuevas de Cabrespine y Limousis, se combinan con paseos para explorar los viñedos y degustar los vinos que producen los terruños de Minervois, Corbières, o el espumoso más antiguo del mundo : el blanquette de Limoux. Antigua provincia romana con capital en Narbona, Aude es rico en historia y tradiciones ancestrales, que aún hoy se encuentran en su vida cotidiana y en su gastronomía, con el cassoulet de Castelnaudary como plato fuerte. La hospitalidad es una seña del lugar y todo el mundo se esforzará por ofrecerle lo mejor para que su estancia se grabe para siempre en el recuerdo.
L’équipe de rédaction
El Aude cuenta con numerosas ciudades y pueblos, cada uno de los cuales tiene sus propias y cálidas fiestas basadas en los productos locales, las festividades, el buen vivir, la naturaleza y la cultura... Pero también acontecimientos ineludibles como la quema de la Cité de Carcassonne seguida de su fiesta, Barques en scène en Narbona a finales de agosto y al mismo tiempo la fiesta del cassoulet en Castelnaudary. Cuando hablamos de tradición, no podemos evitar pensar en Limoux y en su carnaval. Y cuando la abadía de Fontfroide se viste de mil luces durante sus noches, ¡es la apoteosis!
Presupuesto:
Meteorología: 3° / 9°
CARNAVAL DE LIMOUX (Limoux)
Es el carnaval más largo del mundo. Comienza en enero y termina diez semanas después con la noche del blanquette.
Presupuesto:
Meteorología: 4° / 10°
Presupuesto:
Meteorología: 5° / 15°
Presupuesto:
Meteorología: 7° / 17°
MUNDIAL DEL VIENTO (Leucate)
Mire al cielo de Leucate si quiere disfrutar del baile de las velas de los kitesurfistas y windsurfistas.
Presupuesto:
Meteorología: 11° / 21°
DÉFI KITE Y DÉFI WIND (Gruissan)
Más de 1200 windsurfistas de treinta países de todo el mundo acuden a Gruissan para competir en diferentes modalidades y disfrutar de los conciertos y chiringuitos.
NATUR'AILES (Narbona-Playa)
Cada año, la playa de Narbona acoge el festival internacional de cometas. ¡Espectáculos de gran calidad!
Presupuesto:
Meteorología: 15° / 26°
LES FESTEJADES - GRUISSAN (Gruissan)
Las Festéjades combinan tradición y convivencia: comida, música, fiestas, bailes, espectáculos callejeros, grupos, malabaristas, bodegas… ¡Las calles cobran vida!
FESTIVAL NATIONAL DE THÉÂTRE AMATEUR (Narbona)
El festival de aficionados de Narbona se ha convertido en una referencia, lo que le ha valido el apodo de "Avignon del teatro aficionado".
Presupuesto:
Meteorología: 17° / 29°
FESTIVAL DE CARCASONA (Carcasona)
Carcasona se ha puesto las pilas con su festival y una programación con más de cien espectáculos (conciertos, teatro...), 80 de ellos gratuitos.
EMBRASEMENT DE LA CITÉ (Carcasona)
Extraordinario espectáculo de luz y sonido, la quema de la Cité está considerada como uno de los más bellos espectáculos pirotécnicos de Francia
Presupuesto:
Meteorología: 17° / 29°
BARQUES EN SCÈNE (Narbona)
Festival de tres días de duración en Narbona: animación callejera, bandas de música, conciertos gratuitos, exposiciones… ¡Un gran evento del verano!
FESTIVAL DE CINE INSÓLITO DE RENNES-LE-CHÂTEAU (Rennes-le-Château)
En colaboración con los municipios vecinos, Rennes-le-Château propone un festival de cortometrajes y documentales insólitos.
Presupuesto:
Meteorología: 14° / 25°
COPA DEL MUNDO Y CAMPEONATO DE FRANCIA DE KITE (Saint-Pierre-la-Mer)
Cuatro días de pruebas en los que compiten los mejores jóvenes riders franceses e internacionales. Entretenimiento gratuito.
Presupuesto:
Meteorología: 11° / 19°
Presupuesto:
Meteorología: 6° / 14°
Presupuesto:
Meteorología: 4° / 11°
FERIA DE NAVIDAD (Narbona)
Actividades callejeras, peluches animados, mercado navideño y dulces de temporada, tiovivo… Narbona se ilumina en Navidad
LA MÁGIA DE NAVIDAD (Carcasona)
A principios de diciembre, Carcasona se viste de fiesta en invierno y se engalana con mil luces. ¡Comienza un mes de festejos!
Una costa bien cuidada, natural y salvaje donde la arena blanca se extiende hasta donde alcanza la vista.
Puesto de salvamento, Narbonne-Plage. - © PHB.cz - Fotolia
Platos occitanos, heredados de la larga tradición culinaria de la región
Cassoulet de Castelnaudary. - © Yan EVEN
Un viñedo rico en denominaciones y cosechas, que no tiene nada que demostrar dada su calidad.
Los viñedos de Carcasona. - © hp_photo
Con doscientos días de sol al año, el País Cátaro es un destino en el que se vive muy bien.
Pequeño barco de pesca con colmenas en el Canal de la Robine en los estanques cerca de Narbona al atardecer. - © Nicolas VINCENT - Shutterstock.com
Situada cerca de Narbona, esta obra maestra del Císter es una de las más grandes de Francia.
Abadía de Frontfroide. - © JurgaR - iStockphoto.com
Localizada en Saint-Pierre-la-Mer, esta impresionante sima ofrece un espectáculo sorprendente.
Abismo de ojos blandos. - © catalyseur7 - stock.adobe.com
Es un lugar imponente, con sus 52 torres y sus tres kilómetros de murallas.
La ciudad medieval. - © Satilda - iStockphoto.com
¡En Narbona, no se pierda este impresionante conjunto arquitectónico!
Detalle del Palacio Arzobispal. - © sigurcamp - Shutterstock.com
La mayor sima acondicionada de Europa, conocida por su rica mineralogía.
Coliflor, gruta gigante de Cabrespina. - © Gouffre de Cabrespine
Catalogado como Patrimonio Mundial de la Unesco, este canal une Toulouse con el mar Mediterráneo.
Canal du Midi - El Seuil de Naurouze - Partición de las aguas. - © Yan EVEN
Los manuscritos de los monjes benedictinos de la abadía de St-Hilaire, cerca de Limoux, mencionan en 1531 la elaboración de un vino espumoso. Así es como el blanquette de Limoux se ha convertido en el vino espumoso más antiguo del mundo. El nombre de blanquette proviene de la coloración blanca bajo las hojas de la variedad de uva mauzac que la compone.
Blanquette de Limoux. - © Antech-Limoux
Limoux tiene el carnaval más largo del mundo, que se celebra todos los sábados y domingos de enero a abril. Unas normas precisas rigen las tres salidas de carnaval de cada día. La noche del blanquette corona el final de las fiestas, cuando se quema en la plaza pública, ante el júbilo popular, la carroza temática y la efigie del rey del carnaval.
Los Fécos del Carnaval de Limoux. - © Fabienne CALVAYRAC
Un plato local muy definido hecho a base de judías blancas en salsa y carne, orgullo de los audois, cuyos orígenes se remontan a la guerra de los 100 años. Cuenta la leyenda que durante el asedio de Castelnaudary por los ingleses, los habitantes amenazados por el hambre cocinaron a fuego lento todo lo que tenían para alimentar a los soldados, y así nació este plato.
Los castillos del País Cátaro son ocho ciudadelas construidas a partir del siglo XII que se alzan orgullosas como centinelas. Estos emplazamientos fortificados, también conocidos como nidos de águila, que dominaban los valles sobre promontorios escarpados, eran puestos de vigilancia ideales y tenían como misión la defensa de la frontera sur contra la Corona de Aragón.
El departamento de Aude celebra festivales de todo tipo a lo largo del año: musicales, cinematográficos, teatrales, enológicos, gastronómicos, históricos, patrimoniales e incluso deportivos. La variedad de temas hará que encuentre inevitablemente el suyo. ¡No deje de disfrutarlo!
En el corazón de una naturaleza cuidada entre el estanque y el mar, pruebe el marisco, los mejillones y las ostras de los productores de Leucate y Gruissan. La convivencia es la palabra clave a la hora de degustar los productos de las explotaciones ostrícolas de la región, incluida la Caramoun, una ostra especial cultivada por los ostricultores de Leucate, con su rica carne y su exquisito sabor.
Ostras Leucate, puerto de ostras Leucate. - © Yan EVEN
Narbo Martius, nombre original de Narbona, fue fundada en el año 118 a. C. Originalmente era un importante puerto comercial con un oppidum (asentamiento fortificado) en la Vía Domitia, que pasó de ser una simple colonia romana a la capital de un territorio que se extendía desde Ginebra hasta Toulouse. La ciudad conserva vestigios de muchos restos romanos.
El rugby es toda una religión en el departamento de Aude. Nacido entre las clases aristocráticas, se fue extendiendo a todas las clases sociales hasta convertirse en un elemento identitario. En este departamento se mantiene una guerra fratricida entre los partidarios del rugby a XV y los del XIII, más presentes en la mitad occidental del departamento.
Bañado por el sol, el País Cátaro es especialmente apreciado por su clima y su luz. Se dice que el sol calienta el corazón de los habitantes con sus rayos, y embellece los días, así como los heterogéneos paisajes que se descubren en el recodo de este departamento. La costa disfruta nada menos que de trescientos días de sol al año.
Rico en historia y patrimonio, Aude cuenta con dos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: la ciudad de Carcasona y el Canal du Midi. Hoy en día, las Citadelles du Vertige (ciudades del vértigo: Lastours, Termes, Aguilar, Quéribus, Peyrepertuse, Puilaurens y Montségur), construidas en el siglo XIII, son candidatas a una tercera declaración.
Eolo, dios del viento, puede soplar a veces con tanta fuerza en este territorio, que los habitantes de un departamento vecino han dado a los audois el apodo de «cabeza plana». El viento en la parte costera puede alcanzar los 120 km/h y esto, hasta 270 días al año, ya sea el cers, viento de tierra, el marino, viento de mar, o, episódicamente, el griego.
El viento que sopla en la playa de Narbona. - © Richard Semik - Shutterstock.com
La vid que da forma al paisaje de Aude fue introducida en el departamento en el siglo II a. C. por los romanos. En la actualidad, y desde hace tres siglos, es el principal recurso económico del departamento. Con sus nueve denominaciones de origen, la calidad de sus vinos es unánimemente aclamada, y se han consolidado como protagonistas del mercado.
Un catalán le llama «gabacho» y un nativo del departamento de Hérault le llama «Tête plate» (cabeza plana).
Puntúa las frases con una palabra occitana como «Magnac» o «Macarel», y sustituye las palabras «coller» (pegar) por «peguer», y «bisou» (beso) por «poutou».
Para usted, la bollería del desayuno no es más que una «chocolatina», y cuando limpia el suelo no utiliza una fregona («serpillière»), sino un «peille» (trapo para hacer papel).
¡Considera que todos los departamentos más allá de Occitania son en realidad el Polo Norte!
Se ha criado con pato confitado, cassoulet de Castelnaudary y vino de las nueve denominaciones de origen de Aude.
Las únicas burbujas que ha conocido desde su más tierna infancia son las emanaciones del blanquette de Limoux.
Quiere explicarle a los presentadores del tiempo de la televisión que no vive en el suroeste, ni mucho menos en el sureste, sino en el sur; sencillamente, el meridiano de París pasa justo por el centro de Carcasona.
En el departamento hay una gran densidad de buenos restaurantes, pequeños mesones y restaurantes con estrella dirigidos por gente apasionada. Hemos seleccionado algunos de nuestros establecimientos favoritos, pero la lista no es, por supuesto, exhaustiva.
LE BASTION
Un buen restaurante que sublima los productos locales y de temporada en torno a una cocina tan creativa como tradicional.
BASTION - © Le Bastion
BOURDASSO
Restaurante italiano renovado en el corazón de Val de Dagne que ofrece una sabrosa cocina casera.
BOURDASSO - © BOURDASSO
LA CHAUMIÈRE
Este restaurante quillanés ofrece una cocina refinada que combina los placeres de la tierra con los sabores y especias asiáticos.
CHAUMIÈRE - © La Chaumière
CHEZ LULU
Decoración de «bistró de antaño», canciones de Piaf, platos generosos 100% caseros y un propietario lleno de alegría. ¡Nos encanta!
LULU - © Yan Even
MR H
Un entorno atípico y de moda, una cocina de mercado estacional y creativa. ¡Una perla en el corazón de la bastida de Carcasona!
MR H - © Ludo Charles
Desde alojamientos insólitos hasta hoteles y bed and breakfasts, he aquí nuestra selección de favoritos entre una amplia oferta. En todos los casos, lo primero que notará es la hospitalidad de la gente de Aude.
LE C BOUTIQUE HÔTEL***
Encantador hotel-boutique en el centro de Narbona, con una decoración moderna y un nuevo espacio de bienestar para una relajación total.
C BOUTIQUE HÔTEL - © Yan Even
LES CABANES DANS LES BOIS***
Cabañas magníficas, acogedoras y espaciosas en una gran finca ecológica. Numerosos servicios y almuerzos para llevar.
CABANES DANS LES BOIS - © Héli11- F.Chatroussat - H.Leclair
HOTEL DU PONT VIEUX***
Situado en el barrio medieval de La Trivalle, este hotel combina comodidad, encanto y amabilidad.
HÔTEL DU PONT VIEUX - © HÔTEL DU PONT VIEUX
LA MANUFACTURE ROYALE
Esta antigua fábrica montolivana de telas de lana del siglo XVIII, ofrece habitaciones, un estudio de dos habitaciones y apartamentos equipados.
MANUFACTURE ROYALE - © La Manufacture Royale
VIGLAMO GLAMPING
Viglamo combina lujo y calma con un enfoque ecoresponsable. Es el primer camping con glamur del País Cátaro.
VIGLAMO GLAMPING - © Viglamo Glamping
Si quiere pasar unas vacaciones tirado a la bartola, lo puede hacer. Pero debe saber que la oferta de actividades es muy amplia, desde deportes y naturaleza hasta gastronomía y visitas del patrimonio. Hay para todos los gustos y todas las edades.
CASTILLO Y MURALLAS DE LA CIUDADELA
Visite una de las mayores ciudades fortificadas de Europa: el castillo del Comte, sus torres y murallas.
Ciudad medieval de Carcasona, puerta Narbonesa. - © Yan EVEN
SIMA GIGANTE DE CABRESPINE
Conocida por su rica mineralogía en todo el mundo, esta gruta ofrece un recorrido inolvidable y encantador.
Parque de Aventura, Abismo Gigante de Cabrespine. - © Michel Randa-SETSN
TERRA VINEA
Descubra la catedral subterránea a ochenta metros bajo tierra con sonido y luz. Las sorpresas le aguardan en el fondo de la mina.
TROTT'UP
Supervisados por profesionales, estos paseos en escúter eléctrico todoterreno son una forma divertida de visitar la zona.
TROTT'UP - © Jérôme SERNY
VIN 4 HEURES TOUR
Súbase a un Citroën dos caballos y déjese guiar por Isabelle a través de las diferentes variedades de uva fitou, corbières y muscat.
Del mar Mediterráneo a los Pirineos, de la ciudad medieval fortificada de Carcasona al Canal du Midi, de los viñedos de las Corbières a la gigantesca sima de Cabrespine, Aude es un diamante polifacético. No hay una sola razón para visitar este departamento, hay cientos. Ya sea para una escapada o para unas largas vacaciones, ya sea para hacer turismo o para practicar senderismo por las estrellas, estará encantado. Aunque hay muchas opciones, hemos decidido centrarnos en solo dos temas, propuestas emblemáticas de Aude: los castillos cátaros en bicicleta y Aude sostenible, para una visita ecológica de este magnífico territorio. El primero puede llevarle a una estancia de una semana, si sus pantorrillas no se debilitan (!), el segundo puede hacerse en un fin de semana largo, a su antojo. En la agenda, paisajes grandiosos y experiencias memorables.
Diríjase a los castillos cátaros, encaramados en espolones rocosos Estas ciudadelas de vértigo, situadas entre el cielo y la tierra, están unidas por pequeñas carreteras transversales, en el corazón de los suntuosos paisajes de los viñedos de Corbières y Fitou . Cuidado, desde los valles hasta los pequeños puertos, ¡se sube! Es mejor planificar con antelación el traslado de su equipaje de un hotel a otro.
Castillo de Peyrepertuse. - © midgardson - stock.adobe.com
Visita de la ciudad medieval de Carcasona . Un breve paseo por elCanal du Midi, por los antiguos caminos de sirga, sin ruido y sin coches, con total seguridad. A no ser que prefiera sumergirse en el lago de la Cavayère, un verdadero remanso de descanso y frescura. Un carril bici rodea el lago, entre bosques y matorrales. En ambos casos, la ruta es bastante plana y de fácil acceso.
Visita del pueblo medieval de Lagrasse . Se toma el camino de sirga del Canal du Midi hasta Trèbes, y luego se dirige a Lagrasse , uno de los pueblos más bellos de Francia, situado a orillas del apacible río Orbieu. Al otro lado del río, podrá admirar la imponente abadía benedictina, fundada por Carlomagno y con un antiguo campanario de 40 m de altura
Salga de Lagrasse por pequeñas carreteras rurales hasta el pueblo de Tuchan , en el corazón de la denominación Fitou , pasando por los castillos cátaros de Durfort, Termes , Villerouge-Termenès y Aguilar (según la ruta elegida). En el castillo de Villerouge, podrá disfrutar de una comida alrededor de una gran mesa de madera maciza en el restaurante "La rôtisserie médiévale" que le transportará al siglo XIV. El servicio de trajes de época, el mobiliario, la decoración, la música, todo ha sido estudiado al detalle. Puedes disfrazarte (de forma gratuita). Las sobras se dan de comer a los cerdos, como en la Edad Media. ¡Un viaje al pasado garantizado!
Esta etapa permite descubrir los castillos del país cátaro de Padern, Quéribus y, sobre todo, Peyrepertuse. Esta fortaleza real, candidata a la Unesco, es uno de los centinelas de montaña más emblemáticos y, sin duda, más impresionantes. Situado en lo alto de un acantilado de piedra caliza, el castillo goza de una grandiosa vista panorámica de los alrededores.
Esta hermosa ruta atraviesa la maleza. No lejos de Rennes-les-Bains, en la carretera de Sougraigne, podrá regenerarse en la "Fontaine des Amours", un lugar de baño excepcional. Consta de varias piscinas naturales excavadas por el río Sals y conectadas por pequeñas cascadas.
Haga una parada en el encantador pueblo medieval deAlet-Les-Bains , conocido por los beneficios de sus aguas termales. Puede llenar sus botellas de agua con la famosa agua de manantial, especialmente en el lavadero (carretera a la izquierda después del puente a la entrada del pueblo), y luego dirigirse a Limoux .
Regreso al punto de partida en Carcasona , pasando por la Abadía de Saint-Hilaire . Esta es la cuna del famoso vino espumoso conocido como "Blanquette de Limoux " y, según la leyenda, fue aquí donde un tal Dom Pérignon peregrinó hacia 1660. Fascinado por el método de vinificación de los vinos espumosos de Limoux, este monje benedictino experimentó con él en su abadía de Hautvillers y dio a luz al champán...!
Lugares naturales, actividades ecológicas, medios de transporte suaves y respetuosos con el medio ambiente, campamentos naturales: es totalmente posible descubrir la Côte du Midi en modo "ecológico".
Torre Barberousse. - © Yan EVEN
Descubra el encantador pueblo de Gruissan situado entre el mar y los estanques en un scooter eléctrico todo terreno con TrottUp (a partir de 12 años). A continuación, dirígete a la Torre Barbarroja. Construido entre los siglos X y XII para defender la ciudad contra los sarracenos, domina el antiguo castillo fortificado de la ciudad y ofrece una vista sin obstáculos de la misma. A continuación, nade, reme o tome el sol en la playa de Chalets, que se hizo famosa por la película 37°2 de la mañana, y sus famosas casas sobre pilotes. Al final de la tarde, suba a bordo de uno de los pequeños, cómodos y silenciosos barcos eléctricos de Nick y Marie Con la familia o los amigos, podrá echar el ancla para bucear, pescar o tomar un aperitivo. Antes de visitar el Salin de Gruissan y deleitarse con un pescado cocinado en costra de sal en La Cambuse du Saunier.
La Franqui ofrece lugares para los kitesurfistas, los funboarders y, recientemente, los wingsurfistas. En la península de La Franqui, el nuevo camping Viglamo ofrece "ecolodges" y una experiencia de naturaleza entre la impresionante playa de Coussouls y el Etang de la Palme, repleto de flamencos rosas. Cerca de allí, una visita al pueblo de Leucate y un paseo por los acantilados del "sentier du guetteur", que ofrece una majestuosa panorámica del mar, deberían abrir el apetito, así que diríjase al pueblo ostrícola de Leucate para degustar algunas ostras. En Port-Leucate , puede alquilar un remo, una canoa, una barca a pedales o un barco sin licencia para explorar el entorno salvaje y preservado de la isla del ocio.
En el corazón del Parque Natural de la Narbonnaise, visite a los flamencos rosas haciendo el recorrido por los pontones de madera del estanque de Doul. A continuación, tome la magnífica ruta de las salinas hasta Bages. Siga hasta el pequeño puerto de La Nautique, a la entrada de Narbona , para dar un paseo por el estanque, seguido de una buena comida en el Bistrot la Nautique, con suerte al atardecer. En la época romana, muchas mercancías (vino, aceite, etc.) pasaban por este puerto. Las ánforas se transportaban en barcazas de fondo plano desde aquí hasta el mar en Port-la-Nouvelle , y luego se cargaban en barcos que partían hacia los cuatro rincones de la cuenca mediterránea.
Sumergirse en este departamento es adentrarse en la historia. Es remontarse a la época romana, cuando Narbo Martius era la «hija mayor de Roma», y entrar en contacto con el largo periodo medieval. La ciudad de Carcasona, los castillos cátaros y las abadías son los testimonios de este fabuloso período milenario. En una excursión o descansando bajo una sombrilla, desde la costa hasta el Lauragués, desde el Minervois hasta las estribaciones de los Pirineos, el visitante siempre recibirá calidez y cortesía. El buen vivir se encuentra también en la gastronomía ancestral, con ingredientes sorprendentes y específicamente locales, tanto en la costa como en el interior. A lo largo del Canal du Midi, los viñedos le invitarán a degustar los vinos producidos por estos viticultores amantes de su tierra. También ellos forman parte de un patrimonio rico en diversidad, conservado celosamente para garantizar su continuidad. Aude y el País Cátaro tienen mil riquezas para deleitarle.
Quizás no lo sepa: los romanos hicieron de Narbona la capital de una inmensa región que se extendía desde los Pirineos hasta los Alpes, e incluso el segundo puerto más grande del Mediterráneo occidental (después de Roma, por supuesto)... ¿Y si se buscan rastros del pasado romano de Narbona en la ciudad actual? Son numerosos. Narbo (agua) Martius (dios de la guerra y la agricultura), el antiguo nombre de la ciudad de Narbona, fue fundada en el año 118 a. C. La famosa Vía Domitia, que pasaba por el centro de la localidad, unía la ciudad con Italia y la península Ibérica a través de una red de carreteras y caminos. Allí vivían más de 35000 habitantes. Fueron los romanos quienes, como viticultores, plantaron el viñedo de Narbona hace más de 2000 años, uno de los más antiguos de Francia. Pero el rico y glorioso pasado de la Narbona la romana ha quedado un poco olvidado en nuestros libros de historia. He aquí el porqué.
El Horreum. - © Leonid Andronov - Shutterstock.com
NARBO VIA - © YAN EVEN
La Vía Domitia en el centro de Narbona. - © boerescul - iStockphoto.com
A diferencia de las ciudades de Nimes o Arles, que aún conservan espectaculares vestigios al aire libre que permiten imaginar el pasado esplendor, en Narbona, la mayoría de los monumentos emblemáticos de la época romana ya no son visibles. La ciudad conserva las huellas de su antigua historia principalmente en el subsuelo. Muy poca gente conoce realmente el glorioso pasado de Narbo Martius. Imagine que la ciudad tuviera un anfiteatro tan grande como los de las otras dos ciudades, y que su Capitolio fuera el doble de grande que la Casa Cuadrada de Nimes. Pero Narbona ha sufrido los embates del tiempo, las invasiones bárbaras y otros acontecimientos, lo que explica que la mayoría de los monumentos antiguos estén ahora reducidos a sus cimientos y enterrados a uno o dos metros bajo la ciudad actual o en las lagunas... Eso no es todo: uno de los materiales más utilizados en Narbo Martius, mucho más que en Nimes o Arles, era el mármol. Por desgracia, la mayoría de sus monumentos fueron destruidos y utilizados como canteras para construir otros edificios o para reflotar los muelles de sus puertos.
En 2010, se iniciaron unas excavaciones arqueológicas de extraordinaria envergadura alrededor de las lagunas de Narbona. Un trabajo titánico que ha permitido descubrir las casas del Clos de la Lombarde o una sección de la Via Domitia en el corazón de la ciudad y liberar los restos de las murallas. Los descubrimientos realizados por los arqueólogos permiten reconstruir, con la ayuda de las herramientas digitales actuales, las riquezas del pasado, desde los muelles hasta los frescos de la época, desde el Capitolio hasta la villa imperial.
Un nuevo museo, situado a orillas del canal de la Robine, revive el pasado de Narbona como capital romana. Debía abrir sus puertas a los visitantes a finales de 2020; pero debido al Covid, se inauguró en la primavera de 2021. Su objetivo es sencillo: recuperar la prestigiosa ciudad de Narbo Martius. Este polo cultural, compuesto por el Museo Via Narbo, las galerías subterráneas del Horreum y el yacimiento arqueológico Amphoralis, pretende convertirse en un referente nacional en materia de investigación arqueológica e historia antigua, pero también en una joya regional en materia de patrimonio arqueológico y mediterráneo.
Museo Narbo Vía. Situado en la entrada oriental de la ciudad y a lo largo del canal de la Robine, ofrece a los visitantes la oportunidad de descubrir cómo era la ciudad Narbo Martius bajo el Imperio romano: la organización social, el urbanismo y la arquitectura (restos monumentales y suntuosas decoraciones de las casas del Clos de la Lombarde, la mejor colección de pinturas galo-romanas fuera de Italia); la vida económica y portuaria, con una visión general de las investigaciones y excavaciones en curso en la zona. Además de la exposición permanente, organizan exposiciones temporales, talleres, proyecciones de películas, fiestas nocturnas, visitas entre bastidores a los almacenes del museo y a las excavaciones de la zona. Sus jardines, con sus eventos y espectáculos al aire libre, su librería y su restaurante completan la vocación de este punto de encuentro de la ciudad. Narbo Via es también un centro de investigación arqueológica, con un taller de restauración (cerámicas, mosaicos, yeserías pintadas, fragmentos lapidarios) y una sala de estudio para las colecciones y el mobiliario arqueológico, así como un auditorio de 200 plazas que acoge conferencias y simposios. La columna vertebral del edificio es un muro monumental formado por 760 bloques de piedra, la mayoría de ellos extraídos de las necrópolis romanas de la antigua ciudad, que abre las colecciones. Este muro lapidario, con varias pantallas de gran tamaño, permite devolver a los visitantes la memoria y la monumentalidad de la ciudad romana.
El Horreum («almacén» en latín), en el corazón de la ciudad moderna, consta de galerías subterráneas construidas en el siglo I a. C. y situadas cinco metros por debajo del nivel actual del suelo. No se sabe con exactitud para qué se utilizaban estas galerías: ¿como cimientos de edificios?, ¿como espacios de almacenamiento de los alimentos que se vendían en el mercado cercano? Estas galerías fueron clasificadas como Monumentos Históricos en 1961 y, posteriormente, acondicionadas y abiertas al público en 1976. Con los restos arqueológicos del Clos de la Lombarde, el Horreum es uno de los pocos monumentos romanos visibles y visitables en el centro de Narbona. Sus bajorrelieves de origen funerario son verdaderos tesoros que evocan antiguos monumentos desaparecidos: anfiteatro, teatro, termas, templos... El recorrido de luz y sonido evoca el ambiente de los mercados romanos, las luchas de gladiadores, el foro, etc.
Amphoralis: El museo de los alfareros galo-romanos, situado en Sallèles d'Aude, a pocos kilómetros al norte de Narbona, es un lugar único donde se mezclan los vestigios arqueológicos de un pueblo de alfareros con un moderno museo con herramientas de visita de alta tecnología, un paseo en medio de reproducciones y jardines romanos reconstruidos. En los años 1970, un par de viticultores descubrieron por casualidad, mientras araban una de sus parcelas, numerosos fragmentos de cerámica antigua. ¡Hay algo bajo las vides! Se dejó de arar. Durante unos veinte años, los arqueólogos desenterraron pacientemente los restos de una antigua fábrica de cerámica, incluidos unos hornos excepcionalmente bien conservados. Aquí se fabricaban ánforas galas de fondo plano para el transporte de vino, así como diversos materiales de construcción (ladrillos, tejas) y vajillas de uso cotidiano. Este complejo artesanal es una retrospectiva del modo de vida de generaciones de alfareros durante más de tres siglos (del siglo I al III d. C.). En el parque, un sendero exterior conduce a los hornos reconstruidos y a una vivienda galo-romana, construida de forma idéntica a los restos encontrados. Allí se organizan numerosas actividades, sobre todo para niños.
Esta gran vía comercial unía Narbona con Italia, por un lado, y con la península Ibérica, por el otro, en el siglo II a. C (Al llegar a España se convertía en la Via Augusta, que llegaba hasta Cádiz). Fue descubierta en 1997, por casualidad, en la plaza del Ayuntamiento mientras el municipio realizaba trabajos de urbanismo. Esta vía estaba destinada a facilitar la circulación de los ejércitos romanos y a montar fácilmente guarniciones para proteger las ciudades romanas. Poco a poco, los comerciantes también la utilizaron para transportar sus mercancías. En las ciudades que atravesaba, la Via Domitia estaba pavimentada o empedrada. Basta, pues, con imaginar los carros romanos rodando sobre estas piedras pulidas para sumergirse en el ambiente de la época. Cabe destacar que las carreteras modernas siguen a menudo el trazado de la Via Domitia (N-85 - N-100, A-9).
Este yacimiento arqueológico era en realidad una antigua zona residencial habitada en su momento por los notables de la Narbona romana, ya fueran funcionarios, soldados o comerciantes. Podemos adivinar sus calles, sus casas, baños termales, talleres artesanales y una basílica paleocristiana. Situada al norte de Narbona, a lo largo de la Via Domiciana, está cerca de una vasta necrópolis, ocupada por grandes domus, cuyos famosos frescos se presentan en el museo arqueológico.
Tras la conquista romana, el cultivo de la vid, entonces un privilegio de Roma, fue autorizado en Narbona. Así comenzó la historia del vino de la región. Fueron los romanos quienes plantaron las primeras vides en Narbona, primero en el macizo de la Clape y luego en la llanura del Aude. Y fueron las exportaciones de vino las que hicieron de Narbona uno de los mayores puertos romanos del Mediterráneo. Los vinos de Narbona abastecían a la Galia, pero también a los campos de las orillas del Rin y del Danubio, a Bretaña (Inglaterra) y a Roma. Se han encontrado ánforas de vino galo incluso en las fronteras del Mediterráneo oriental: Turquía, Egipto, Sudán. Al igual que los griegos, los romanos eran buenos conocedores de la viticultura. Así pues, los olivos y las vides se introdujeron en Narbona en el siglo I de nuestra era. Plantado hace más de 2000 años por los romanos, el viñedo de Narbona es uno de los más antiguos de Francia. Desde la época de los romanos hasta nuestros días, la producción de vino nunca ha cesado. Las fincas vitivinícolas que se ven hoy en día suelen estar construidas sobre antiguas villas romanas.
Pocos territorios ofrecen tal diversidad de paisajes. No es de extrañar entonces que el departamento de Aude se presentara en los libros de geografía de la época de Jules Ferry (1832-1893) como «una Francia en miniatura». Desde los macizos pirenaicos al mar Mediterráneo; desde las lagunas costeras a los páramos de la Montaña Negra, pasando por los pastos del macizo del Madrés hasta las vastas zonas cerealistas del Lauragués, el territorio es una versión condensada de las maravillas francesas. El departamento, que lleva el nombre del río que lo atraviesa, limita con los departamentos de Hérault y Tarn al norte, Alto Garona y Ariège al oeste y los Pirineos y la costa mediterránea al sur. Se apoya en dos grandes macizos: los Pirineos y el macizo Central, y en tres macizos secundarios: la Montaña Negra, Corbières y el País de Sault, donde se encuentra el punto más alto de Aude, cerca del pico Madrès (2459 metros).
Macizo de la Clape. - © le Point du Jour - Shutterstock.com
Quillan - © Yan EVEN
He aquí un resumen del clima en el departamento:
Temperaturas medias de 15 a 38ºC en verano, y de 3 a 15ºC en invierno.
300 días de sol al año. Es uno de los departamentos más soleados de Francia.
Precipitación: 130 días.
Y, por supuesto, ¡el viento! «Esta es la patria del viento... Tenía miedo de que me llevara», anotó Stendhal en su diario de viaje. Y con razón: el viento sopla entre 280 y 300 días al año. O más bien los vientos: está el cers, un viento seco del noroeste, caliente en verano y frío en invierno, y el marino, un viento húmedo del sureste, llamado autan (astro) en Toulouse. Sin olvidar la tramontana, el más violento y seco, y el griego, procedente del noreste, que anuncia la llegada del tiempo lluvioso, y del viento español querido por Charles Trenet. ¡El viento no es nuevo! En Narbona, los romanos levantaron un altar al cers para agradecerle sus virtudes purificadoras y, a mediados del siglo XIX, un médico de Narbona, Louis de Martin, aseguraba que los vientos de Narbona influían en la salud de los habitantes. Hoy en día, este viento es una delicia para los windsurfistas.
Macizo de la Clape. Por sorprendente que parezca, hace cien mil años, La Clape era una isla. Ha conservado su carácter insular, con sus escarpados acantilados. Famosa por sus vinos, la historia vitivinícola de la Clape comenzó con los foceos en el 600 a. C. y continuó con los romanos a partir del 118 a. C. Su clima seco y duro, el sol y los numerosos vientos forman una generosa combinación que baña y barre las rocas expuestas. Esta insularidad le ha proporcionado una flora y una fauna originales —la centaura, una planta muy rara y endémica, estrictamente limitada a este lugar— que hacen de la vegetación de La Clape la muestra por excelencia de la flora mediterránea. Las plantas aromáticas— lavanda, tomillo, romero, enebro, jara, madreselva, mirto, etc.— dan al lugar un agradable aroma. Tanto es así que los excursionistas, botánicos y amantes de la naturaleza en general que se adentran en La Clape quedan prendados de los dulces olores que flotan en el aire, así como de la belleza de la luz y del canto hipnotizante de las cigarras. Con diecisiete kilómetros de largo y ocho de ancho, el macizo de la Clape ocupa hoy 15000 hectáreas, de las cuales 7500 están protegidas y 600 clasificadas por el Conservatoire del Litoral (organismo encargado de la conservación del litoral).
Cabardès. Zona vitícola por excelencia, el Carbardès cuenta con magníficos viñedos modelados por la mano del hombre, que el caminante descubrirá al azar. El clima tan particular, marcado por las fuertes lluvias en invierno y un sol tórrido en verano, configura las características de sus vinos. El Cabardès también cuenta con una flora y una fauna extraordinariamente ricas.
La Montaña Negra, que forma parte del parque natural regional del Alto Languedoc, toma su nombre de los extensos bosques oscuros que la cubren. Bajo esta cubierta vegetal florece una importante fauna y flora. Su punto más alto es el pico de Nore, a 1211 metros de altitud. Aquí abunda el castaño, árbol nutritivo de la Montaña Negra. El cultivo de este fruto salvó en su día al campo de la hambruna. El pequeño pueblo de Villardonnel le dedica una fiesta cada año en octubre. Pero la riqueza de la Montaña Negra está en sus aguas, que sirven para alimentar el Canal du Midi.
El alto valle del Aude. Serpenteando a lo largo del río Aude, las laderas, las gargantas y las mesetas ofrecen una gran variedad de paisajes, desde el desfiladero de Pierre Lys hasta la ruta de los sapos. Torrente ardiente procedente del lago de Aude, al pie del Carlit, el río se calma poco a poco antes de unirse al Mediterráneo, permitiendo así la práctica de numerosos deportes de aguas bravas.
El Lauragués. La división de Francia en departamentos en 1790 dividió el Lauragués en cuatro departamentos: Alto Garona, Aude en su mayor parte y, en sus límites norte y sur, Tarn y Ariège. A principios del siglo XIX, el Lauragués incluía dos distritos, Castelnaudary y Villefranche, que fueron suprimidos en 1926. Después de haberse beneficiado, en el siglo XVIII, de la excavación del Canal du Midi en conexión con Marsella y Burdeos, la región experimentó un fuerte desarrollo industrial en el siglo XIX con las fábricas de textiles, cuero, madera, muebles, azulejos y harina. Tierra de cultivos, el Lauragués se beneficia de sus suelos pesados compuestos por molasa pedregosa y bancos de piedra caliza para producir principalmente trigo y girasol.
A principios de la Antigüedad, la laguna del Bages estaba más extendida que hoy y formaba un golfo sobre el Mediterráneo. Única laguna no urbanizada del Languedoc-Rosellón, tiene una superficie de 5500 hectáreas y está conectada al mar por la grao de Port-La Nouvelle. En este estanque se encuentran las islas de Planasse, Aute y Sainte-Lucie, que están bajo la jurisdicción del Conservatorio del Litoral y contribuyen a la riqueza ecológica de este espacio natural. La biodiversidad está en primera línea entre el cielo y el agua arrastrada permanentemente por los vientos. Para redescubrir este lugar privilegiado, se puede caminar por la orilla de la laguna siguiendo los senderos, y practicar actividades como el windsurf, la vela o la pesca... y respetando siempre la naturaleza.
Mar. El litoral está bordeado por el mar Mediterráneo. El departamento de Aude está bajo la influencia del Mediterráneo; estos «golfos claros» queridos por el cantante Charles Trenet parten del cabo Leucate, cruzando La Palme, para continuar hasta las islas de Sainte-Lucie y las playas de Gruissan. Este parque marino del golfo de León alberga 1200 especies animales y más de 500 especies vegetales.
Playas. Cincuenta kilómetros de playas de arena fina, con sus seis localidades costeras integradas en su entorno: Saint-Pierre-la-Mer, Narbonne-Plage, Gruissan, Port-La Nouvelle Plage, La Franqui y Leucate Plage.
Puertos. Port-La Nouvelle es un puerto comercial, pesquero y deportivo, y el tercer puerto francés del Mediterráneo. Port-Leucate es uno de los mayores puertos deportivos europeos del Mediterráneo.
Entre el mar y la alta montaña, las colinas y los valles, los bosques profundos y las turberas, las cascadas y las garrigas, Aude (País Cátaro) posee una diversidad de entornos naturales única en Europa. Por eso no es de extrañar que la zona sea tan rica en biodiversidad. Incluso es uno de los tres departamentos franceses más ricos en este sentido. Los botánicos en ciernes, los observadores de aves y todos los amantes de la naturaleza en general se deleitarán con el reconocimiento de estos espacios naturales vivos y, para muchos de ellos, conservados. Los lugares que albergan una fauna y flora muy ricas y presentan paisajes notables están reconocidos como «espacios naturales sensibles» y protegidos como tales. El departamento tiene diecisiete. En 2019, Aude fue también el primer departamento de Francia en obtener la etiqueta Terre saine, que premia su política de cero pesticidas.
Flamencos rosas cerca de Narbona. - © Nicolas VINCENT - Shutterstock.com
Hierba de San Juan. - © esemelwe - iStockphoto.com
Este excepcional territorio, conocido por sus paisajes y su biodiversidad, está compuesto por las Corbières marítimas y un vasto complejo lagunar. Dunas, matorrales, viñedos, ciudades y pueblos, lagunas, mar, marismas: todo está ahí. Sus lagunas están incluso reconocidas como «humedales de importancia internacional». El parque no se puede resumir en unas pocas cifras, pero estas dan una idea de su belleza: 42 kilómetros de costa mediterránea, 2000 especies vegetales, 350 especies de aves (de las 514 contabilizadas en Europa), 9200 hectáreas de lugares protegidos y cerca de 300 rutas de senderismo. En cualquier época del año, el Parque Natural Regional de la Narbonnaise ofrece numerosos puntos de interés, como los paseos para conocer al águila perdicera, una de las rapaces más amenazadas de Francia, en las marismas o en el sendero de Aníbal en Corbières. Ya sea en familia, con amigos o en pareja, ya sea deportista, soñador, artista o aficionado a la historia, encontrará algo a su medida.
Aves
Aude es un verdadero paraíso para las aves y, en consecuencia, para quienes les gusta observarlas El departamento alberga el mayor número de aves nidificantes de Francia, con más de doscientas especies catalogadas. Puede avistarlas desde el observatorio ornitológico del Roc de Conilhac, en Gruissan, el observatorio de buitres de Bugarach o el observatorio de aves de la finca Grand Castelou, en Narbona. Las lagunas y estanques en comunicación con el mar son lugares excepcionales en términos de biodiversidad y favorables para las aves, desde las grandes migratorias hasta las sedentarias; muchas especies están presentes en ellos. Entre ellas, la focha común, apodada la gran gallina de mar, la garza real, la garceta común, el ánade real, la cerceta común, la gaviota, el águila perdicera, el búho real, el charrancito, la avoceta, el papamoscas gris... Hoy en día, incluso las cigüeñas vuelan por nuestro cielo. Pero el ave emblemática es el flamenco rosa. Este gran viajero, que solía invernar en África, vive desde hace veinte años en las aguas de las marismas alimentándose de diminutos camarones.
En el bajo bosque
La fauna es muy específica. Está el euproctus pirenaico, un anfibio que vive en manantiales y arroyos; el ciervo y el corzo, que se encuentran en las zonas forestales. Todos los años, al comienzo del otoño, la berrea del ciervo llama a las hembras al atardecer, y a la gente le gusta detenerse al borde de la carretera para escuchar esta amorosa llamada y observar a estos majestuosos animales. Para apreciar este espectáculo, los mejores lugares se encuentran en la meseta de Sault, alrededor de Belcaire, Espezel y Belvis. Más fino y grácil, al corzo le gusta vivir solo o en un pequeño grupo familiar. Es un animal glotón que puede consumir hasta tres kilos de comida al día: bayas, setas, brotes jóvenes, flores, capullos, etc. También se encuentra el sarrio. De menor tamaño que su homólogo alpino, el sarrio pirenaico es también un auténtico acróbata, capaz de saltar por las laderas y sobre las rocas a una velocidad impresionante. Se puede observar con bastante facilidad, especialmente durante la época de apareamiento en otoño.
Tercer departamento más rico de Francia en biodiversidad vegetal, Aude cuenta con más de 3000 especies catalogadas, entre ellas más de 500 plantas protegidas de interés patrimonial. Entre ellas se hallan las orquídeas, la lavanda de mar, el pensamiento, la drosera de hoja redonda y la centaura de Clape. Los aficionados a la botánica pueden dirigirse a los espacios naturales sensibles del departamento, a Leucate, a las mesetas calcáreas de las estribaciones de la Montaña Negra, a las turberas y praderas alpinas del macizo de Madrès y a las crestas ventosas de las Corbières. Cuidado, la flora de Aude es frágil. Muchas especies son raras, en peligro, o incluso en peligro de extinción. Si se encuentra con ellas en su camino, no las coja y limítese a admirarlas desde lejos.
Árboles monumentales
Entre los árboles monumentales de Aude se encuentran los abetos gigantes de los bosques resinosos del País de Sault, el enebro tricentenario de Durban-Corbières, el espino de Cals en la Montaña Negra, en el pueblo de Lacombe (de casi tres metros de circunferencia), el olmo de Sully plantado a finales del siglo XVI en Villesèquelande o la zelkova de Moussoulens. Conocido localmente como el «árbol centenario», es la zelkova más antigua de Francia. Se dice que su semilla fue traída de Rusia por un soldado de Napoleón I.
En la vertiente mediterránea, la encina reina en la cima, seguida del pino carrasco, el ciprés y el olivo, pero también el madroño, el almendro y la higuera.
A continuación, los arbustos con nombres evocadores: terebintos, bojes, enebros, carrascas con hojas espinosas. La originalidad de nuestra flora reside en la abundancia de plantas aromáticas que la componen: tomillo, lavanda, romero... En cuanto a los viñedos, que ocupan cerca de 70000 hectáreas, son una parte esencial de la economía de Aude y un componente importante de la fisonomía del departamento. La Montaña Negra está cubierta de castaños y brezos, y el piedemonte pirenaico de pinos ganchudos, hayas, fresnos, bojes y robles pubescentes o pedunculados.
Flores y plantas raras
Aude es la tierra de las orquídeas, con 86 especies y subespecies de esta flor protegida. Otras muchas plantas colorean y perfuman el departamento: las amapolas que cubren los viñedos —los pétalos secos se utilizan en una tisana por sus propiedades calmantes—, el lirio enano, amarillo o morado, el lino de Narbona, último testigo de la industria textil de la ciudad; la hierba de San Juan, apodada hierba de las hadas —contra el mal de brujas—, conocida hoy por sus propiedades antidepresivas, o la centaura de la Clape, una flor rara cuyas necesidades ecológicas son muy estrictas, ya que está adherida a las rocas calcáreas de la montaña, una especie que desgraciadamente está en peligro de extinción.
A lo largo de los siglos, Aude ha experimentado muchos trastornos, forjando así un fuerte carácter. La historia del territorio comienza en el año 450.000 a. C. Continúa con la ocupación romana y la creación de la Narbo Martius, la primera provincia del Imperio romano. En 1229, bajo la égida del reino de Francia, se construyó la red de castillos centinela: ciudadela de Carcasona, castillos de Peyrepertuse, Puilaurens, Quéribus, Saissac, etc. La inauguración del Canal du Midi en 1681 dio un impulso al departamento, y en particular a su industria vinícola, permitiéndole transportar y vender sus vinos desde el océano Atlántico hasta el mar Mediterráneo. Pero en 1907 estalló la revuelta de los viticultores de Languedoc, a la que siguieron las dos guerras mundiales, que apenas perdonaron al departamento. Hasta hoy, cuando otros trastornos sacuden la región y a sus habitantes.
Los primeros habitantes de Aude dejaron su huella ya en 1500000 a. C. y el hombre de Tautavel, 450000 años antes de nuestra era, habría vivido en toda la región.
Monumentos como los menhires dan testimonio de una actividad religiosa en este período.
Fue durante la Edad de Bronce cuando se empezó a establecer una organización económica con la extracción de mineral en la Montaña Negra. El comercio se extendió a Italia, Grecia y España durante la Edad de Hierro. En aquella época, el departamento pertenecía a la confederación de los volcas tectósages, un pueblo celta asentado en el valle del Garona. Siguió un periodo de paz y desarrollo.
Roma fundó su primera colonia fuera de Italia en Narbona. Elegida por su ubicación a orillas del Aude, cerca del mar y en la encrucijada de dos grandes vías de comunicación, la ciudad, que se convirtió en la capital de la provincia de Narbona, disfrutó de un gran periodo de prosperidad gracias a su puerto, eje del comercio con todo el Occidente romano. Su declive comenzó en la primera mitad del siglo III y se acentuó con las invasiones del año 275.
La Vía Domitia en Narbona. - © David Vioque - Shutterstock.com
Carcasona se vuelve latina; posee ricas granjas de cereales. Aparecen los viñedos y se comercializa el vino. Pero el Imperio romano decayó y la región fue invadida a partir del año 250. La región disfrutó de un largo periodo sin grandes conflictos: la Pax Romana.
Es después de las invasiones visigodas, en el año 435, cuando la región se convierte en Septimania. Los árabes invadieron la región a principios del siglo VIII, pero fueron expulsados por Pipino el Breve hacia el año 760. Su hijo, Carlomagno, dividió el departamento en condados. En esta época se construyeron numerosas abadías benedictinas, como la de Lagrasse, cuya carta de fundación se conserva cuidadosamente en los Archivos Departamentales de Aude. Los condes a los que los carolingios habían confiado sus territorios se hicieron, poco a poco, muy poderosos. Es el caso de Raimundo Roger Trencavel, cuya casa controlaba Carcasona, Albi, Béziers y el Razès.
Abadía de Lagrasse - © Yan Even
La aparición de un cristianismo disidente, el catarismo, alteró el equilibrio de la región. Este se desarrolló en Aude en el siglo XII. Viviendo como los primeros cristianos y predicando la palabra de Cristo de pueblo en pueblo, los cátaros pusieron de manifiesto los abusos de la Iglesia de Roma. Para erradicar el catarismo, considerado entonces una herejía, el papa Inocencio III convocó una cruzada.
Durante esta cruzada, Aude es pasado a fuego y sangre. La ciudad de Carcasona cayó en manos de los cruzados en agosto de 1209. En 1229, Carcasona, adscrita al Reino de Francia, se convirtió en la sede de una nueva institución judicial, administrativa y militar: la seneschaussée. La construcción de una red de castillos centinela comenzó en las montañas circundantes para afirmar el nuevo poder real y continuó durante medio siglo.
Dado que los conflictos bélicos no lograban acabar con la herejía, el papa Gregorio IX estableció el tribunal de la Inquisición en 1233, un implacable tribunal religioso que se cobraría muchas víctimas a lo largo de los siglos. Era la época de las estacas y la persecución. Los últimos bastiones, el castillo de Montségur y el de Quéribus, cayeron en 1244 y 1255 respectivamente. El último perfecto, Guillem Belibasta, fue quemado vivo en Villerouge-Termenès en 1321.
Se inicia la faraónica construcción del Canal Royal en Languedoc bajo la égida de un genial empresario de Béziers, Pierre Paul Riquet. Fue él quien, a los 53 años, imaginó el proyecto del canal y escribió a Colbert, el poderoso ministro de Finanzas de Luis XIV, para contárselo. Para convencer al ministro (el mismo que requisaría los bosques de la meseta de Sault para abastecer a la industria naval), hizo cavar con su propio dinero un canal de prueba en la Montaña Negra y hasta Naurouze, demostrando así que a este canal no le faltaría agua. Durante catorce años, 12000 trabajadores excavaron la tierra, construyeron estructuras de ingeniería —nada menos que 63 esclusas, 130 puentes, 55 acueductos, 7 puentes del canal y 6 presas— y plantaron 45000 plataneros, cipreses y otros árboles a lo largo de las orillas.
Los revolucionarios rebautizaron el canal como Canal du Midi porque querían darle un nombre más democrático y popular.
Para el anecdotario, el calendario revolucionario se debe a un carcasonés, Philippe François Nazaire Fabre, llamado Fabre d'Eglantine. El departamento de Aude fue creado tras la Revolución Francesa, en 1790, a petición de los diputados de Carcasona, Limoux y Castelnaudary. La mayoría de las sociedades populares estaban adscritas al club jacobino. La ley del 28 Pluvioso del año VIII creó cuatro distritos (reducidos a tres por Poincaré en 1926) y treinta y un cantones.
La floreciente industria textil entró en franca decadencia al mismo tiempo que comenzaba a florecer la viticultura. El oro rojo trajo la alegría —y la fortuna— de muchos terratenientes, que lo aprovecharon para construir exuberantes châteaux pinardiers (fincas vinícolas).En 1853, comenzó la restauración de Carcasona por parte de Viollet-le-Duc.
Aude ha transformado parte de sus áridas llanuras en magníficos viñedos. Pero el departamento sufre, al igual que sus vecinos del Hérault, Gard y Pirineos, un exceso de producción de vino que se traduce en un desplome de las ventas y una fuerte caída de los precios, divididas por dos o tres en pocos años. Para muchos pequeños viticultores y comerciantes de la región, fue la ruina. La crisis se convirtió en una revuelta de viticultores en 1907. Toda una región se unió y se levantó para salvar su cultura, sus tradiciones, su saber hacer y su sustento. A su cabeza, un hombre, Marcelin Albert, natural de Argeliers, viticultor, que movilizó a la multitud. El 26 de mayo de 1907, una manifestación reunió a cerca de 250000 personas al pie de las murallas de Carcasona. «¡Adelante para defender nuestros derechos!» gritaron estos viticultores enojados. Sus consignas estaban escritas en francés, occitano y catalán. Algunas de ellas se han hecho famosas, como «Muerte a los defraudadores». El 19 de junio de 1907, la crisis de la industria vitivinícola del Languedoc provocó trágicos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, con el resultado de varios muertos. Aún hoy, 1907 sigue siendo una referencia de identidad, un mito para los viticultores del Midi.
Retrato de Albert Marcelin. - © Wikimedia Commons
En 1941, el general Pétain exigió que los funcionarios, soldados y los magistrados prestaran un juramento de lealtad. Solo un juez en Francia se negó a hacerlo, Paul Didier, un hombre de Aude, que fue inmediatamente destituido y detenido. En octubre de 1941, 28 jóvenes fueron detenidos por distribuir folletos comunistas en la región de Narbona durante la vendimia. Fueron llevados ante la sección especial del tribunal militar de Montpellier. 26 fueron condenados a prisión o a trabajos forzados. Uno de ellos, Gabriel Pelouze, dirigió la sublevación en la central eléctrica de Eysses, en Villeneuve-sur-Lot, en febrero de 1944; tras el fracaso de la revuelta, fue fusilado. Siempre en Aude, el abad Albert Gau creó una organización para salvar a los judíos (certificados de bautismo, papeles falsos para facilitar el paso a España, alojamiento para las familias, etc.). El 8 de agosto de 1944, en Trassanel, 41 combatientes de la Resistencia fueron asesinados por las balas alemanas. El departamento cuenta con 28 Justos entre las Naciones, expresión que distingue a quienes han demostrado un valor extraordinario para salvar a los judíos, a veces arriesgando sus vidas.
En 1992,Aude sufrió unas inundaciones mortales. Entre el 12 y el 13 de noviembre de 1999, un diluvio volvió a azotar el departamento. El litoral, las llanuras bajas, el Minervois y las Corbières quedaron bajo el agua: 25 muertos y un desaparecido.
En 2003 se creó el Parc Naturel Régional de la Narbonnaise en Méditerranée. En 2016, las regiones de Languedoc-Rosellón y Midi-Pirineos se fusionaron en un único territorio: la región de Occitania, de la que Aude forma parte junto a otros doce departamentos. El 23 de marzo de 2018, un terrorista con antecedentes mató a cuatro personas en atentados en Carcasona y, especialmente, en el Super U de Trèbes. Durante la crisis de los rehenes, el teniente coronel Arnaud Beltrame perdió la vida mientras ocupaba el lugar de un rehén. Y en octubre de 2018, las lluvias torrenciales volvieron a azotar el departamento, llevándose la vida de quince personas.
Majestuosas abadías, ciudadelas de vértigo, ciudades medievales: estas joyas arquitectónicas han contribuido a lo largo de los siglos a forjar el paisaje y la identidad de Aude. Sin olvidar el Canal du Midi, con sus 328 estructuras (esclusas, acueductos, puentes, túneles, etc.). Construida entre 1667 y 1694, la red del Canal du Midi está considerada hoy en día como una de las obras de ingeniería civil más extraordinarias de la era moderna. Otras maravillas que forman parte del patrimonio arquitectónico del País Cátaro son los châteaux pinardiers que, como su nombre indica, fueron construidos por ricos propietarios viticultores a partir del siglo XIX. Estos tesoros de la historia, la arquitectura y la cultura están siendo conservados y promovidos lo mejor posible por las autoridades y por los amantes de las piedras antiguas, con el fin de que lleguen al mayor número de personas posible.
Canal du Midi - © Cedric11 - Fotolia
Las ruinas del castillo de Lastours. - © G.J. Jurjens - Shutterstock.com
El pueblo de Bram. - © Iuliia Sokolovska - stock.adobe.com
Maravilla arquitectónica concebida en el siglo XVII para unir el Atlántico con el Mediterráneo por vía fluvial, el Canal du Midi se extiende a lo largo de 360 kilómetros navegables entre Toulouse y el Mediterráneo, de los cuales 121 kilómetros transcurre por Aude. Su diseñador y constructor, Pierre-Paul Riquet, tenía varios objetivos en mente: la innovación tecnológica y la estética en términos de arquitectura y paisajes artificiales, un enfoque poco común en la época. El resultado está ahí: el Canal du Midi es a la vez una proeza técnica y una obra de arte. Hoy en día, el Canal du Midi sigue funcionando, con sus características —recorrido, abastecimiento de agua, muchas de las estructuras— esencialmente inalteradas desde su creación.
La localidad histórica de Carcasona es un excelente ejemplo de ciudad medieval fortificada cuyo enorme sistema defensivo se construyó sobre murallas que datan de la antigüedad tardía. Como pieza central del sistema defensivo diseñado en el siglo XIII por Felipe Augusto y sus sucesores, Carcasona era el centro político, administrativo y militar del país cátaro. Tiene un castillo, 52 torres y dos murallas interiores y exteriores. La ciudad medieval de Carcasona está inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1997 por su historia arquitectónica desde la antigüedad tardía hasta su ejemplar restauración por Viollet-le-Duc en el siglo XIX. A este arquitecto se debe la extraordinaria restauración de la ciudad a partir de 1850, cuando estaba cayendo en la ruina. La obra duró más de sesenta años y fue continuada por uno de sus brillantes alumnos tras su muerte en 1879.
Encaramados en vertiginosas cumbres rocosas, Aguilar, Lastours, Montségur, Peyrepertuse, Puilaurens, Quéribus y Termes forman un complejo defensivo alrededor de Carcasona que durante mucho tiempo se ha considerado inexpugnable. Estas fortalezas, por muy bellas y majestuosas que sean, no estaban ahí para embellecer el paisaje, sino para defender la frontera franco-aragonesa, muy cercana en aquella época, y para consolidar el poder del rey sobre este territorio recién conquistado. Se edificaron en el siglo XIII en apenas unas décadas, lo que dice mucho del talento arquitectónico de sus diseñadores. Las Ciudadelas del Vértigo están en la carrera desde 2011 para ser incluidas en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. En 2017, el Ministerio de Cultura validó su inclusión en la lista provisional de bienes franceses candidatos de la Unesco, un paso más hacia el reconocimiento mundial.
A finales del siglo XIX, en una región marcada por la edad de oro del vino, los ricos terratenientes —en realidad no provenían de la gran nobleza francesa—, decidieron construir residencias, a veces excéntricas, a menudo magníficas, en consonancia con sus recientes fortunas. Así surgieron los llamados chateaux pinardiers (la palabra «pinard» hace referencia al vino barato). Como el château de Ventenac, en Minervois, entre Narbona y Carcasona, o el château de Terral, en Ouveillan. Hoy en día, varios de estos châteaux y sus parques están abiertos a los visitantes. Algunos incluso se han convertido en alojamientos hoteleros, restaurantes, edificios o jardines públicos.
En la Edad Media, las aldeas adoptaban diferentes formas en función de las épocas concretas en las que nacían.
El pueblo abierto. Apareció en el periodo carolingio, entre los siglos VIII y X. Su planta es irregular y no tiene fortificaciones. No tiene castillo, y la iglesia está en el límite o en las afueras del pueblo. Como Villanière, en la Montaña Negra, y Villardebelle, en las Corbières.
El pueblo eclesiástico.
