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Quien no cae, no se levanta es una de las comedias religiosas de Tirso de Molina, un género en el que alcanzó gran altura, con trama de trasfondo religioso pero con protagonistas que se alejan de la alegoría y la abstracción y abrazan la humanidad, con motivaciones más cercanas a los sentimientos y no tanto a los prodigios religiosos.
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Seitenzahl: 91
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Tirso de Molina
Saga
Quien no cae no se levantaCover image: Shutterstock Copyright © 1620, 2020 Tirso de Molina and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726548778
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
(Clenardo, de camino, Margarita y
Leonela.)
Clenardo No hay mucho desde aquí a Sena.
Laurencia, tu tía, está
a la muerte, el verme allá
tiene de aliviar su pena.
Mi hermana es, y hermana buena. 5
Sola ella pudiera ser
ocasión, hija, de hacer,
aunque corto, este camino,
que no es poco desatino
dejar sola una mujer, 10
moza y doncella en tu edad,
donde el vicio y la insolencia
habitan, porque Florencia
no tiene otra vecindad.
Parentesco y voluntad 15
me obligan, pero el temor
de tu edad y de mi honor,
viendo el peligro en que estás,
vuelven los pasos atrás
que da adelante mi amor. 20
Hija, si una despedida
licencia de hablar merece,
por ver lo que se parece
a la muerte una partida,
haz cuenta que de la vida 25
en esta ausencia me alejo
y como cansado y viejo,
no a Sena, al sepulcro voy,
y que en el paso en que estoy
te encamino y aconsejo. 30
Sola en mi casa naciste
de una madre a quien Florencia,
aunque muerta, reverencia,
pero bien la conociste...
Nobleza antigua adquiriste; 35
lo mejor desta ciudad
honrando mi calidad
pariente mayor me llama;
riqueza heredas y fama,
discreción y autoridad. 40
El verte sola y querida
y celebrada en Florencia
dio a tu mocedad licencia
más suelta que recogida.
Al fin le costó la vida 45
a tu madre el conocerte
tan libre, y por no ofenderte
ni con reñirte enojarte
quiso más por adorarte
morirse que reprehenderte. 50
¿Cuántas veces te llamó
poniendo a tu vida freno
y a solas en nombre ajeno
tus costumbres reprehendió?
¿Cuántas veces te leyó 55
sucesos con que Dios toca
la mocedad libre y loca,
y temiendo darte enojos
te castigó con los ojos
lo que no osó con la boca? 60
Pues yo sé vez que, enojada
de ver tu desenvoltura,
tu libertad y locura
castigó en una criada,
y tú por esto agraviada 65
en un mes no nos hablaste
ni a la cara nos miraste,
hasta que vino a quebrar
por nosotros, que a callar
y a sufrir nos obligaste. 70
Todo esto causa el no haber
más de un hijo en una casa.
La edad vuela, el tiempo pasa,
solo ha de permanecer
la fama, que en la mujer 75
corre peligro doblado.
Tu honra es mi espejo amado,
si le procuras quebrar,
¿cómo me podré mirar
en un espejo quebrado? 80
Margarita Pues ¿a qué efeto es agora
tan estudiado sermón?
¿Qué afrenta o disolución
en mí tu linaje llora?
¿Heme ido, como Lidora, 85
con algún hombre perdida?
¿De qué ventana atrevida
de noche escala has quitado
o qué persona has hallado
tras el tapiz escondida? 90
¡Oh qué pesadas vejeces!
Clenardo Soy pesado y tú liviana.
No vi escala en tu ventana,
pero a ti sí muchas veces
y como en ella pareces 95
siempre, por más que te digo,
tu fama ha de ser castigo
de la licencia que toma,
que pocas veces se asoma
que no dé abajo consigo, 100
y si a caerse comienza,
¿en la calle habrá quien calle?
No, que la fama en la calle
será fama a la vergüenza.
El recato al gusto venza, 105
no uses mal de mis regalos
para libres hijos, malos;
deja algún tiempo del día
palos de la celosía
que dan al honor de palos. 110
¿Qué oraciones y ejercicios
lees cuando estás despacio?,
las novelas del Bocacio,
maestrescuela de los vicios.
Tus mangas darán indicios, 115
escritorio, cofre o arca,
de los papeles que marca,
y con quien haces tu agosto,
el furioso del Ariosto
y las obras del Petrarca. 120
¿Con tal compañía quieres
que tu honor no ande en demandas?
De los amigos con que andas
podremos sacar quién eres:
¿qué gusto o provecho adquieres 125
de traer las faltriqueras
preñadas con las quimeras
de canciones y tercetos,
de liras y de sonetos,
de décimas o terceras? 130
Anda, que ninguno aprende
que no procure saber;
la poesía es mercader
que versos por honras vende;
es fuego sordo que enciende; 135
sus vanos tercetos son
terceros que al torpe son
de los sonetos que miras,
leyendo liras deliras
dando a tu afrenta ocasión. 140
Margarita Recoletándome vas
con industria peregrina.
¡Ea, vuélveme capuchina
que así contento estarás;
no me traigas galas más, 145
quítame el oro y la plata,
el chapín al alpargata
reduce, al sayal la seda,
porque encartujada pueda
ser a tu gusto beata! 150
Por onzas vienes a darme
la libertad de la vida,
pues aun vista tan medida
determinas cercenarme.
¿Qué daño ha de resultarme 155
de que las varas posea
de una celosía y vea
por su confusa noticia?
¡A ser varas de justicia
pudieran hacerme rea! 160
¿No es una jaula enredada?
¿Aun menos quieres que sea
que un pájaro y que no vea
segura de ser mirada?
¿Qué monja hay tan encerrada, 165
que ya por rejas de acero,
ya por el rallo grosero
o vistas a ver no venga,
si aun no hay torno que no tenga
su socarrón agujero? 170
O pretendes con casarme,
propagar tu sucesión,
o huyendo la condición
de un yerno monja encerrarme.
Si lo primero has de darme, 175
deja que en canciones reales
las cortesanas señales
pueda aprender de un poeta,
que no han de hacerme discreta
los salmos penitenciales. 180
Pero debes de gustar
que entre estameña y picote,
me entre monja, porque el dote
temes que acá me has de dar:
la vejez toda es ahorrar, 185
y pues ella me limita
lo que un convento aun no quita,
vete con Dios donde vas
que a la vuelta me hallarás
recoleta o carmelita. 190
(Hace que se va, detiénela Leonela.)
Clenardo Hija, Margarita, espera.
Leonela vuélvela acá,
no te reñiré más ya,
que soy viejo considera;
prolija es la edad postrera. 195
Llégate acá, abrazamé,
todo es de burlas a fee,
ansí probarte he querido,
tu virtud he conocido,
tu recogimiento sé. 200
Quita el lienzo de los ojos,
no llores lágrimas vanas
o en la holanda destas canas
deposita sus despojos.
¿No ves que me das enojos 205
cuantas veces me amenazas
entrarte monja? Si trazas
matarme presto, hazlo así.
¡Ea, por amor de mí!
De mala gana me abrazas. [Abrázale.]210
Pedirte quiero perdón,
dame la mano y pondrela
sobre la boca. Leonela,
¡dala el mal de corazón!
Leonela De tu mala condición 215
mil es poco que la den.
Clenardo ¿Pues ríñesme tú también?
Leonela Si está por ti mi señora
desta suerte cada hora
y la afliges, ¿no hago bien? 220
Clenardo ¡Buena anda toda mi casa!
¡Oh amor de hijos imprudente!,
quiérola excesivamente,
no hay poner a mi amor tasa,
con ella mi vejez pasa 225
en descanso.
Margarita ¡Ay me!
Clenardo ¿Volviste?
Margarita No sé.
Clenardo Ea, no estés triste,
mírame alegre y de Sena
te prometo una cadena
como la que a Lesbia viste, 230
mas si palabra me das
que no te has de meter monja.
Leonela No es esta mala lisonja.
Margarita Como no me digas más
vejeces, siempre hallarás 235
en mí una justa obediencia.
Clenardo No oso salir de Florencia,
porque un monasterio temo.
Margarita Ya se ha acabado ese extremo.
Clenardo Pues júralo.
Margarita En mi conciencia. 240
Clenardo Pues con esa condición
a ver me parto a mi hermana
hasta después de mañana;
orden en mi casa pon.
Margarita Ni ventana ni balcón 245
la calle ha de ver abierto
hasta que vuelvas.
Clenardo Bien cierto
estoy que has de ejecutallo.
Ea, adiós. ¡Hola! El caballo.
Amor todo es desconcierto. (Vase.)250
Leonela Vaya con... iba a decir
una sarta de galeotes.
Quítale al sol los capotes
que ya te puedes reír.
¿Saco mantos?
Margarita ¿Para qué? 255
Leonela ¿No hemos de irnos a un convento?
Margarita De Venus.
Leonela Buen fingimiento
y de harto provecho a fee.
No hay sino en riñendo el viejo
decir que a enmonjarte vas, 260
buen ‟cata el coco” hallado has.
Margarita No medro si no me quejo.
Leonela No, sino haceos miel. ¡Qué enfado
es un padre o madre vieja,
cuando a una hija aconseja 265
sin quitársela del lado,
que habiendo en su mocedad
no perdonado deleite,
conversación, gala, afeite,
fiesta, sarao ni amistad, 270
más envidiosa que honrada
riñe, aconseja, limita
en la mesa, en la visita,
y porque de desdentada
no puede comer por vieja, 275
es perro del hortelano,
que con la col en la mano,
ni come, ni comer deja!
Margarita No esgrime con ejercicio
quien no ha sido acuchillado, 280
ni hay enemigo taimado
como el que es del propio oficio.
Los viejos de nuestros días,
cansados y impertinentes,
que el gusto a falta de dientes 285
repasan con las encías,
papilla nos piensan dar
a los que al mundo venimos.
Leonela Esa al viejo se la dimos
ya que no puede mascar. 290
Váyase el caduco al rollo,
y pues es tu edad en flor
bollo de azúcar de amor,
busca quien coma ese bollo.
Ni bien seas primavera, 295
que toda en flores se va,
ni bien estío, que está
abrasado dentro y fuera.
Entre abril y julio hay mayo
y junio, que dan tributo 300
parte en flor y parte en fruto.
En lo que has de hacer te ensayo.
¿Entiéndesme lo que digo?
Margarita Anda necia, que ya sé
qué me aconsejas: que dé 305
un medio al gusto que sigo.
Leonela No como el abril en flores
pases el tiempo inconstante:
daca el guante, toma el guante,
papeles, cintas, colores…, 310
que hay mujer que el tiempo pasa
en aquestas chucherías,
y al cabo de muchos días
que a fuego lento se abrasa,
cuando echa mano a la presa 315
que de sustancia ha de ser,
no se la dejan comer
porque levantan la mesa.
Buena es cuando al gusto brinda
la guinda antes de la polla 320
y el melón entre la olla;
mas no ha de ser todo guinda
ni todo también pechuga,
sino como el hortelano
vaya poniendo la mano 325
entre col y col, lechuga.
Gasta tus años de modo
que sin perdonar manjar
puedas después afirmar
que sabes comer de todo. 330
Margarita Maestra estás, pon escuela.
Leonela Dime en los estudios prisa.
Margarita Aunque me has causado risa,
te pienso seguir, Leonela.
Pero escucha, ¿qué es aquello? 335
Leonela Callejeros mercaderes.
(Alberto de dentro, sale con una caja llena de buhonería.)
Alberto ¿Compran peines, alfileres,
trenzaderas de cabello,
papeles de carmesí,