Serenidad - Amado Nervo - E-Book

Serenidad E-Book

Amado Nervo

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Beschreibung

"Serenidad" (1914) es un poemario de Amado Nervo que contiene poemas escritos entre 1909 y 1912. Existe un fuerte contraste entre los poemas de fecha más temprana, donde se recurre en ocasiones al humor y la sátira, y los poemas más tardíos, como "La amada inmóvil", escritos tras la muerte de Ana Cecilia Luisa Dailliez, el amor del poeta.-

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Amado Nervo

Serenidad

 

Saga

Serenidad

 

Copyright © 1914, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726679830

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

Je n’ai pas refusé ma tâche sur la terre. Mon sillon? Le voilà. Ma gerbe? La voici. J’ai vécu souriant, toujours plus adouci, debout, mais incliné du côté du mystére.

V. H.

AUTOBIOGRAFÍA

Versos autobiográficos? Ahí están mis canciones,

allí están mis poemas: yo, como las naciones

venturosas y a ejemplo de la mujer honrada,

no tengo historia. ¡Nunca me ha sucedido nada,

oh noble amiga ignota, que pudiera contarte!

Allá en mis años mozos, adiviné del Arte

la harmonía y el ritmo, caros al Musageta,

¡y, pudiendo ser rico, preferí ser poeta!

—¿Y después?

— He sufrido como todos y he amado.

—¿Mucho?

— Lo suficiente para ser perdonado. . .

____________

LIBRO I APACIBLEMENTE. . .

Tene te primò in pace, & tune poteria alios pacificare.

Kempis, Lib. II, Cap. III-1.

PRIMERA PÁGINA

He desdeñado todo lo pequeño

y tranquilo, enigmático, risueño,

paso la vida mía

hilando la hebra de oro de mi ensueño

en la rueca de mi melancolía. . .

___________

MEDIUMNIDAD

Antrum adjuvat vatem

Si mis rimas fuesen bellas,

enorgullecerme dellas

no está bien;

pues nunca mías han sido

en realidad: Al oído

me las dicta . . . ¡no sé quién!

Yo no soy más que el acento

del arpa que hiere el viento

veloz;

no soy más que el eco débil,

ya jubiloso, ya flébil,

de una voz. . .

Quizás á través de mí

van departiendo entre sí

dos almas llenas de amor,

en un misterioso estilo,

y yo no soy más que el hilo

conductor! . . .

___________

NOTA. Gran número de altos poetas han confesado el carácter mediumnímico de su inspiración.

Alfredo de Musset, dijo:

«On ne travaille pas on écoute, c’est comme un inconnu qui vous parle à l’oreille.»

Y Lamartine:

«Ce n’est pas moi qui pense, ce sont mes idées qui pensent pour moi.»

Y nuestro exquisito Gutiérrez Nájera expresó con delicado acierto:

— Yo no escribo mis versos; no los creo:

Viven dentro de mí; vienen de fuera:

A ese, travieso, lo formó el deseo;

A aquél, lleno de luz, la Primavera.»

SOLIDARIDAD

Alondra, ¡vamos a cantar!

Cascada, ¡vamos a saltar!

Riachuelo, ¡vamos a correr!

Diamante, ¡vamos a brillar!

Aguila, ¡vamos a volar!

Aurora, ¡vamos a nacer!

¡A cantar!

¡A saltar!

¡A correr!

¡A brillar!

¡A volar!

¡A nacer!

OPTIMISMO

No sé si es bueno el mundo. . . No sé si el mundo es malo;

pero sé que es la forma y expresión de Dios mismo.

Por eso, ya al influjo de azote o de regalo,

nada en el fondo extingue mi tenaz optimismo.

Santo es llorar. . . y lloro si tengo alguna pena;

santo es reir. . . y río si en mi espíritu hay luz;

mas mi frente se comba siempre limpia y serena,

ya brille al sol o ya sude hielo en la cruz!

SOSIEGO

Ultra limen.

Más allá de la impaciencia

de los mares enojados,

la tranquila indiferencia

de los limbos irisados

y la plácida existencia

de los monstruos no soñados.

Más allá de la violencia

de ciclones y tornados,

la inmutable transparencia

de los cielos estrellados. . .

Más allá del río insano

de la vida, del bullir

pasional, el Oceano

Pacífico del morir. . .

Con su gris onda severa,

con su inmensa espalda inerte

que no azota volandera

brisa alguna. . .

Y mi galera

de ébano y plata, se advierte

sola, en el mar sin ribera

de la Muerte!

___________

LA MONTAÑA

Desde que no persigo las dichas pasajeras,

muriendo van en mi alma temores y ansiedad;

la Vida se me muestra con amplias y severas

perspectivas y siento que estoy en las laderas

de la montaña augusta de la Serenidad. . .

Comprendo al fin el vasto sentido de las cosas;

sé escuchar en silencio lo que en redor de mí

murmuran piedras, árboles, ondas, auras y rosas . . .

y advierto que me cercan mil formas misteriosas

que nunca presentí.

Distingo un santo sello sobre todas las frentes;

un divino me fecit Deus, por dondequier

y noto que me hacen signos inteligentes

las estrellas, arcano de las noches fulgentes

y las flores, que ocultan enigmas de mujer.

La Esfinge, ayer adusta, tiene hoy ojos serenos;

en su boca de piedra florece un sonreir

cordial y hay en la comba potente de sus senos

blanduras de almohada para mis miembros, llenos

a veces de la honda laxitud del vivir.

Mis labios, antes pródigos de versos y canciones,

ahora experimentan el deseo de dar

ánimo a quien desmaya, de verter bendiciones,

de ser caudal perenne de aquellas expresiones

que saben consolar. . .

Finé mi humilde siembra; las mieses en las eras

empiezan a dar fruto de amor y caridad;

se cierne un gran sosiego sobre mis sementeras;

mi andar es firme. . .

Y siento que estoy en las laderas

de la montaña augusta de la Serenidad!

____________

VENGANZA

Hay quien arroja piedras a mi techo y después

hurta hipócritamente las manos presurosas

que me dañaron. . .

Yo no tengo piedras, pues

sólo hay en mi huerto rosales de olorosas

rosas frescas, y tal mi idiosincrasia es,

que aun escondo la mano tras de tirar las rosas. . .

____________

VIA, VERITAS ET VITA

. . . Ver en todas las cosas

del espíritu incógnito las huellas;

contemplar

sin cesar

en las diáfanas noches misteriosas,

la santa desnudez de las estrellas.

¡Esperar!

¡Esperar!

¿Qué? ¡Quién sabe! Tal vez una futura

y no soñada paz. . .

Sereno y fuerte

correr esa aventura

sublime y portentosa de la muerte.

Mientras, amarlo todo. . . y no amar nada,

sonreir cuando hay sol y cuando hay brumas;

cuidar de que en el áspera jornada

no se atrofien las alas ni oleada

de cieno vil ensucie nuestras plumas:

Alma, tal es la orientación mejor,

tal es el instintivo derrotero

que nos muestra un lucero

interior. . .

Aunque nada sepamos del destino,

la noche a no temerlo nos convida.

Su alfabeto de luz, claro y divino,

nos dice: «Ven a mí: soy el Camino,

la Verdad y la Vida.»

___________

ÉXTASIS

Serenidad! ¡Serenidad!

El mar,

como es un gran poeta, nos anima

al ensueño y el enjambre estelar

tan inmediato nos parece estar

cual si fuese a caérsenos encima,

derrumbándose como inmenso altar. . .

Un gran fleco espumoso

se desgarra en la arena lentamente,

como encaje de albor fosforescente

y a la vez — ¡oh milagro! — melodioso.

El mar, así arropado

en la diáfana noche diamantina,

se nos figura más desmesurado

que cuando, a plena luz, lo hemos mirado:

¡siempre es más grande lo que se adivina!

¡Serenidad! ¡Serenidad!

La palma

con esbelteces núbiles, descuella

cual Sulamita en éxtasis,

. . .y el alma

¡comulga con la luz de cada estrella!

____________

PAZ LUNAR

Llevas en ti mismo un amigo

sublime, a quien no conoces.

Krishna .

Cuando en la sobria plata del cabello

su plata celestial posa la luna,

viene a mí una gran paz con su destello:

cierta vaga esperanza de algo bello

que tiene que llegar sin duda alguna.

Un instinto sutil, me dice: «Lucha

y aguarda: lo que sueñas no es mentira;

hay quizás un oído que te escucha,

y una mano invisible, siempre ducha,

(no tu mano mortal) hiere tu lira.»

«En lo más escondido de tu mente,

detrás de una enigmática barrera,

vive un ser misterioso, un dios silente,

un inmortal y arcano Subconsciente

y ese tiene razón: Espera, espera.»

LLEGÓ EL OTOÑO. . .

Oh mi dilecta paz laboriosa,

mis placideces de solitario

junto a la almita cándida, lírica y jubilosa

de mi canario!

¡Oh sutil aire lleno de arbóreas

emanaciones, oh cielo límpido que se descubre

de mis ventanas, oh loca esencia de mis marmóreas

varas de nardo (nieve olorosa del mes de Octubre)

¡Precoz blancura de la eminente

y augusta cumbre del Guadarrama!

Tinte ya sepia, pero riente

aún y suave del panorama!

¡Sol quizá triste, por lo distante;

mas con celeste blandura dando su luz y abrigo!

¡Sol que sonríe como el semblante

acaso pálido, mas bondadoso, de un viejo amigo!

Y en cada brote, flor ó retoño,

cierta solemne gracia tardía

que nos murmura: «¡Soy el otoño! Soy el otoño

lleno de santa melancolía. . .»

«Pasó el verano que hace a la virgen tan seductora;