Bodas de sangre - Federico García Lorca - E-Book

Bodas de sangre E-Book

Federico García Lorca

0,0

Beschreibung

Actualmente, "Bodas de sangre" es una de las obras más representadas y conocidas no solo de Federico García Lorca, sino del teatro español del siglo XX. Tragedia de ambientación rural, profundamente lírica y simbólica, presenta al espectador un fresco vivo de las pasiones humanas en torno al eje mítico de la vida y la muerte.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 99

Veröffentlichungsjahr: 2024

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Καί νέους θάρσυνε· νίκης δ’ έν θεοίσι πείρατα.

ΑΡΧΙΛΟΧΟΣ

ΕΛΕΓΕΙΑ, ΤΕΤΡΑΜΕΤΡΑ (57 D)

Anima tú a los jóvenes: a los dioses les toca determinar el triunfo.

ARQUÍLOCO

Elegías, tetrámetros (57 D)

ÍNDICE

Introducción

Un teatro en crisis

Entre la tradición y la innovación

Nací en Fuentevaqueros

El teatro lorquiano

Clasificación de su obra

Tragedias andaluzas

Bodas de sangre

Destino, amor y muerte

Dramatis personae

Espacio, tiempo y lejanía

Versos, símbolos y acotaciones

Estilo y lenguaje

Se abre el telón

Mutis final

Bodas de sangre

Acto primero

Acto segundo

Acto tercero

Después de la lectura

Para profundizar en la obra

Créditos

INTRODUCCIÓN

Un teatro en crisis

En primer lugar, hay que constatar una falta de originalidad en la que se repiten tramas y autores. Benavente, Quintero, Jardiel Poncela y Pemán monopolizan la escena con una producción muy prolífica. Sus obras se caracterizan por una escritura rápida con diálogos fáciles y finales felices, que aseguran una buena taquilla, pero muy alejadas de las innovaciones europeas, como el metateatro de Pirandello, el compromiso político de Brecht, la crueldad de Artaud, el absurdo de Ionesco, etc.

En segundo lugar, muchos críticos recriminan desde la sociología literaria la ausencia de una formación profesional, a modo de escuela. La mayoría de los actores son autodidactas y basan su técnica en la imitación de los más veteranos y en las tablas que ofrece la experiencia. En esta misma línea, la figura del director no existe como tal, y en su defecto viene desempeñada por el primer actor o el mismo autor. Esta falta de profesionalidad explica que con frecuencia se eliminen actos, se reescriban textos o, en el peor de los casos, se creen papeles ex profeso para lucimiento de alguna estrella. Del mismo modo, no se puede hablar de una crítica especializada, ya que esta recae en escritores del mismo gremio que se dejan llevar por afinidades o desavenencias personales.

A todo esto hay que añadir algunos problemas que agravan aún más la situación, entre otros, unos recursos escenográficos desfasados en iluminación, atrezzo y tramoya; o la competencia desleal con la revista, la zarzuela y el cine, con los que comparte el mismo espacio.

Ante este panorama surgieron varios proyectos que intentaron incentivar e innovar en el teatro. A nivel institucional, en los años treinta se propuso fundar un teatro nacional, como en otros países, para profesionalizar la formación actoral, pero que no prosperó por el estallido de la guerra. Asimismo, se organizaron las Misiones Pedagógicas con el objetivo de difundir el arte, la cultura y el teatro por los pueblos de España. Por esta razón, se crearon pequeñas compañías alternativas a los circuitos comerciales, grupos formados por estudiantes y aficionados como El Mirlo Blanco, El Caracol, El Búho de Max Aub o La Barraca de Lorca.

Entre la tradición y la innovación

A diferencia de la poesía o de la novela, el teatro está determinado por muchos elementos extraliterarios que lo singularizan: la idiosincrasia de la época, la inversión del empresario, el trabajo en equipo, los gustos del público, etc. A tenor de estos factores: podemos distinguir dos corrientes:

1.º Teatro continuista: Heredero directo de la tradición decimonónica, busca el puro entretenimiento sin más pretensiones. «Comedias de salón» de una cuidada puesta en escena, con un estilo impecable, personajes planos y una temática «amable» que no incomode ni al poder ni al público. Su máximo exponente es el olvidado premio nobel, José Echegaray. En esta misma línea, hay que reseñar el sainete, teatro cómico dirigido a clases más populares y protagonizado por arquetipos del folklore andaluz o madrileño. Maestros de este subgénero fueron Carlos Arniches, los hermanos Quintero o Pedro Muñoz Seca, autor de La venganza de don Mendo, una de las piezas más famosas y más representadas.

2.º Teatro innovador: Este pretende incorporar algunas novedades de las vanguardias europeas, una renovación hacia temas más actuales o la difusión del método Stanislavski para una interpretación menos retórica. En esta tendencia nos fijaremos en Jacinto Benavente, escritor de gran éxito en su época, que modernizó la «comedia de salón» a través del ingenio, la ironía y el humor. Sus obras se caracterizan por el realismo y la naturalidad. En sus tramas se atrevió a abordar ciertos tabúes, como el incesto en La malquerida o en ridiculizar los ideales burgueses en Los intereses creados.

Por otro lado, Valle Inclán es, sin duda alguna, la figura más controvertida e iconoclasta no solo en la temática, sino en el estilo. Su principal aportación es el esperpento, una técnica basada en la deformación absurda de la realidad, influida por el expresionismo europeo y con raíces en Quevedo o en Goya. Muestras de ello son Luces de bohemia o Martes de carnaval, donde incorpora tipos marginales, reducidos a peleles y máscaras grotescas para remarcar el sinsentido de la vida.

Para concluir, nos centraremos en García Lorca, el escritor con mayor proyección internacional y una de las figuras más destacadas no solo por sus poemas sino por su teatro.

Nací en Fuentevaqueros

Poeta y dramaturgo granadino (Fuentevaqueros 1899-Víznar 1936). Su infancia transcurrió en un ambiente rural, donde ya destacó por su gran sensibilidad y creatividad (tocaba el piano, dibujaba). Estudió en Granada Filosofía y se licenció en Derecho, aunque nunca ejerció. En 1919 se trasladó a la Residencia de Estudiantes en Madrid, donde conoce a otros poetas de la generación del 27, como Alberti, a pintores, como Dalí, o, cineastas, como Luis Buñuel.

Tras una grave depresión, disfruta de una beca en EE. UU. Fruto de su estancia escribirá Poeta en Nueva York, un libro en el que retrata la deshumanización y la angustia de la gran urbe. En esta etapa conviven su faceta de conferenciante, poeta y director; en sus últimos años destacará como dramaturgo con los títulos más conocidos: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba.

Después del alzamiento del bando nacional fue detenido y acusado por ser espía de los comunistas; por haber sido secretario de un líder socialista y por su reconocida homosexualidad. Fue fusilado en el barranco de Víznar y, lamentablemente, hasta el día de hoy no se han podido recuperar sus restos.

El teatro lorquiano

1.º Crítica al estancamiento y convencionalismo del teatro burgués. De igual forma, censura la falta de inquietudes y el mal gusto del público. Por esta razón, su trayectoria es una constante búsqueda de un estilo propio cada vez más depurado, desde los inicios con farsas y dramas hasta la tragedia.

2.º Mezcla del teatro clásico y barroco. En su deseo de innovación, apreciamos fusionados rasgos de la dramaturgia griega (catarsis, coros, catástrofes) con elementos del teatro del Siglo de Oro (cantos de labradores en Lope de Vega o alegorías de la muerte en Calderón).

3.º Espectáculo total. El teatro no solo está hecho de palabras, sino de poesía, música, danza. Hay un intento de fusionar todas las artes y de optimizar los recursos escénicos: entonación, movimiento, iluminación o decorados, algunos diseñados por su amigo Dalí.

4.º Divulgación del teatro clásico entre las clases populares y sobre todo en zonas alejadas de las grandes capitales. Con esta premisa, pequeñas compañías itinerantes trasladarán «el latido social, el latido histórico, el color del paisaje de su espíritu, el drama de las gentes».

5.º Reivindicación de la tragedia. Se insiste en la necesidad de recuperar un teatro humano que refleje los dramas de la vida cotidiana, a manera de revulsivo contra la frivolidad de la comedia. «Hay que volver a la tragedia. Nos obliga a ello la tradición de nuestro teatro dramático. Tiempo habrá de hacer comedias, farsas».

Clasificación de su obra

Su dramaturgia se reduce a una docena de títulos, pero con una rica variedad de manifestaciones y motivos. De forma didáctica podemos diferenciar:

a) Farsas y teatro de títeres, escritas en sus inicios; destacan La zapatera prodigiosa y El amor de don Perlimplín con una escasa repercusión tras un fracaso comercial.

b) Comedias experimentales de difícil representación, más indicadas para la lectura y la reflexión. En ellas incorpora innovaciones del surrealismo para plantear temas como la homosexualidad en El público.

c) Dramas históricos basados en el pasado de Granada, compuestos en verso, por ejemplo Mariana Pineda, un personaje del XIX convertido en heroína del amor.

d) Tragedias andaluzas, las más reconocibles y las que le han dado mayor fama.

Tragedias andaluzas

García Lorca recupera un género antiguo y anticuado en nuestros días. Las causas de su progresiva decadencia derivan, entre otras, primero, por el éxito del melodrama y la comedia, más afín a la burguesía; segundo, por la hegemonía de la novela, con un lenguaje y un estilo sencillo, opuesto al tono enfático de la tragedia; por último, el positivismo de una sociedad tecnológica y científica, que ya no cree ni en el destino ni en los dioses.

La originalidad radica en la forma de actualizar el género, en la que se destaca la temática y se abandona los preceptos aristotélicos que la encorsetaban (unidad de tiempo y lugar, pero no de acción). En primer lugar, rompe con el decoro de sus personajes, que antes estaba supeditado a su condición social. En segundo lugar, nos acerca la trama al campo andaluz, un espacio invariable a lo largo de los siglos, conectado a la tierra y a las fuerzas de la naturaleza, y, por lo tanto, más proclive a supersticiones y creencias.

La crítica suele agrupar Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba en una trilogía de tragedias. Sin embargo, esto no es del todo cierto, ya que esta última es un «drama de mujeres en los pueblos de España» en prosa; y en una ambientación en blanco y negro, casi neorrealista. De cualquier manera, las tres comparten la última etapa de su vida, su querida Andalucía, el protagonismo de la mujer y un desenlace mortal. En concreto, Yerma plantea la esterilidad y La casa de Bernarda Alba, el autoritarismo y la represión del amor.

Bodas de sangre

El viejo tópico de «la realidad a veces supera la ficción» puede aplicarse sin duda alguna a esta obra. Para su génesis, Lorca se inspiró en la noticia del crimen de Níjar en Almería en 1928, aparecida en un diario donde relataba el fatídico enlace entre Francisca y Casimiro, los verdaderos nombres de los protagonistas. A partir de ahí mutatis mutandi esbozó la trama, y cinco años después se estrenó en Madrid.

El título aúna dos términos antagónicos. El primero asociado a la dicha, y un segundo que designa la tragedia. De esta manera, resume de forma violenta el destino de la joven pareja. El espectador / lector ya conoce de antemano el final. El autor deja de lado la intriga para priorizar los conflictos internos.

La pieza está dividida en tres actos, bloques temporales extensos que marcan el hilo argumental (planteamiento, nudo y desenlace), delimitados con la bajada del telón o de las luces. Estos se distribuyen en cuadros, identificados en cambios de espacio. Y a su vez estos se disponen en escenas, o unidades mínimas, marcadas por la entrada o salida de un personaje, aunque aquí, a diferencia de otras, no se especifican, sino que forman un todo continuo igual que la vida.

El primer acto comprende el planteamiento y la presentación de los protagonistas desde tres espacios distantes y distintivos (la casa de la madre, la de Leonardo y la de la novia) y concluye con la petición de mano. El segundo lo ocupa el nudo: la boda y la huida. Y el tercero, los crímenes y las consecuencias. La ambientación costumbrista de los dos primeros se trasforma en un espacio fantasmagórico donde intervienen la luna y la mendiga, para después del sacrificio volver al mundo cotidiano. Por consiguiente, se refuerza una estructura circular cerrada: la acción se inicia y termina en la casa de la madre, al mismo tiempo que los augurios del principio se confirman en las últimas páginas.

Destino, amor y muerte

1.º El destino. Las familias arrastran la culpa de sus antepasados, como una maldición que se trasmite por la sangre. Son a la vez víctimas y verdugos sin ninguna escapatoria. Ni Leonardo puede controlar su caballo ni la novia su pasión amorosa. Al novio le espera el mismo destino que a su padre y su hermano.

2.º La muerte aparece de forma obsesiva en toda su producción. Desde el principio podemos rastrear presagios que funcionan como catáforas de un futuro funesto: el cuchillo, el color blanco o las alusiones a las parcas.