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La obra teatral Galán, valiente y discreto, de Antonio Mira de Amescua, pertenece al género palaciego. Se sabe que fue escrita alrededor de 1632, pues en ese año la compañía de Francisco López la representó de forma privada ante los reyes. Esta comedia cuenta con un soneto de Pedro Calderón de la Barca perteneciente a El Príncipe Constante. Galán, valiente y discreto es una de las comedias de Mira de Amescua que tuvo más éxito, a juzgar por las muchas ediciones que de ella se imprimieron en el siglo XVIII.
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Antonio Mira de Amescua
Galán, valiente y discretoEdición de Vern Williamson
Barcelona 2024
Linkgua-ediciones.com
Título original: Galán, valiente y discreto.
© 2024, Red ediciones S.L.
e-mail: [email protected]
Diseño de cubierta: Michel Mallard.
ISBN tapa dura: 978-84-1126-134-0.
ISBN rústica: 978-84-9816-089-5.
ISBN ebook: 978-84-9897-564-2.
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Créditos 4
Brevísima presentación 7
La vida 7
Personajes 8
Jornada primera 9
Jornada segunda 43
Jornada tercera 79
Libros a la carta 109
Antonio Mira de Amescua (Guadix, Granada, c. 1574-1644). España.
De familia noble, estudió teología en Guadix y Granada, mezclando su sacerdocio con su dedicación a la literatura. Estuvo en Nápoles al servicio del conde de Lemos y luego vivió en Madrid, donde participó en justas poéticas y fiestas cortesanas.
Serafina, duquesa de Mantua
Porcia
Elisa
Don Fadrique
Ramón, escudero
Flores, gracioso
Duque de Ferrara
Duque de Parma
Duque de Urbino
Maestro de sarao
[Músicos]
(Salen Porcia y Serafina.)
Porcia Desde que murió tu hermano
el silencio y la tristeza
dan sombras a la belleza
de ese rostro soberano.
Cuando a Mantua has heredado
¡vives con melancolía?
Serafina Sí, que es grande la porfía
de un desvelo y de un cuidado.
Porcia Dime, ¿qué cuidado esfuerza
tu desvelo y tu pesar?
Serafina El no inclinarme a casar
y haberlo de hacer por fuerza.
Porcia Mudable es la inclinación.
Serafina Hombres y bodas me ofenden.
Son muchos los que pretenden
y temo errar la elección.
(Sale Elisa.)
Elisa Un loquillo de buen gusto
llevan a Florencia, y fuera
quien algún placer te diera.
Serafina Cualquier loco me da susto;
que pienso cada momento
que se enfurece.
Elisa Imagino
que es simple por un camino
que te habrá de dar contento.
De aquí no quiere pasar
y aquésta es locura nueva
dice el hombre que le lleva.
Si gustas le haré quedar.
Toda su locura es
decir de españoles mal,
siendo apacible y leal
a los suyos, que es francés.
Jugar sabe al ajedrez
y jugar contigo puede.
Serafina Si no es furioso, se quede.
(Vase Elisa.)
Porcia Ya habrá quien alguna vez
te divertirá.
Serafina Si el casarse
es un vivir con morirse,
¿por qué muerte ha de decirse
aquello que es cautivarse?
Mal mi cuidado se olvida
porque es una acción incierta
que se yerra o que se acierta
por el tiempo de la vida.
El errar en otra acción
disculpa puede tener,
y así en ésta es menester
más cuidado y atención.
([Salen Elisa] y Flores, gracioso.)
Flores Guarde Dios la buena gente
y guarde también la mala,
por si hay de ella en esta sala.
Pero mi malicia miente,
que entre damas tan hermosas
cosa mala no se halló.
¡Pardiez, a ser Paris yo,
fuérades las tres las diosas!
Serafina ¿La manzana a quién se diera?
Flores Para quitarme de dudas...
si Paris las vio desnudas,
¡ropa fuera! ¡Ropa fuera!
Serafina ¿Cómo te llamas?
Flores ¿Quién vio
tan necia pregunta, di?
Otros me llaman a mí
que no he de llamarme yo.
Serafina Tu nombre pregunto, amigo.
Flores ¿Quién es un santo varón
con esclavina y bordón
que trae un perro consigo,
con un pan, sin que le asombre
el verle una llaga aquí?
Serafina San Roque.
Flores San Roque, sí.
Luego, ya sabías mi nombre.
Serafina ¿Y de dónde eres?
Flores No soy
de la tierra; solo he sido
pues de la tierra he salido,
y a ella caminando voy.
Serafina Sentencioso quiere ser.
Elisa Dizque es poeta, señora,
y sin sentidos; una hora
se está para componer
sus metros.
Serafina ¡Loco discreto!
Hazme unas coplas a mí.
Flores Siéntome pues, porque así
he de pensar un soneto.
(Siéntase y escucha lo que hablan.)
Elisa Muchos pretendientes vienen;
que han llegado de camino
el de Ferrara y Urbino.
Serafina Con pesadumbre me tienen.
Porcia ¿Si vino el de Parma ayer?
Elisa Sí.
Porcia Tres potentados son.
Elisa Don Fadrique de Aragón
también vino a pretender.
Porcia ¿Quién es ese caballero?
Serafina Pobre, pero celebrado,
noble, pero desgraciado.
Porcia ¡Oh, que mal es ese «pero»!
Serafina Deudo dicen que es cercano
del rey de Nápoles, Sol
de Italia.
Elisa ¡Medio español
y medio napolitano!
Presumido y codicioso
tu estado pretenderá.
Serafina Hacer imagino ya
un examen riguroso
de todos mi pretendientes;
¿ese loco nos ha oído?
Elisa Él está muy divertido
y rumiando allá entre dientes
sus consonantes.
Serafina Despeje.
Flores Consonantes hay a boca:
toca, loca, enboca, choca.
Elisa ¿Qué importará que le deje
si es loco y se divirtió?
Serafina Dices bien, que no embaraza.
Flores Plaza, caza, calabaza,
carroza... ¡Carroza, no!
Serafina Digo, Porcia, que me ofende
ver que mis estados sean
lo que esos hombres desean
pues ninguno me pretende
a mí por mí solamente.
Cuando mi hermano vivía,
¿cómo entonces no tenía
amante ni pretendiente?
Ello es codicia y no amor
lo que a estos cuatro ha traído;
imaginar que yo he sido
la deseada es error.
Una industria percibí:
caprichosa pienso ser.
Yo he de examinar y ver
quién me quiere a mí por mí
y no por mi grave estado.
Porcia Dificultoso será
pues cada cual mostrará
que ha venido enamorado.
Servir y galantear
es fácil al que enamora
y muchas veces, señora,
vale más fingir que amar.
¿Quién penetra la intención
ni cuáles ojos discretos
son linces de los secretos
que están en el corazón?
Serafina Porcia, muy posible es todo;
humano lince he de ser.
Yo le tengo de saber.
Escuchad ambas el modo:
las dos en grave clausura
siempre encerradas nos vimos,
y, como dicen, vivimos
en hermosa sepultura.
Nadie me vio en la ciudad.
Si mis criados prevengo,
logrado el capricho tengo
con mucha facilidad.
Piense cualquier que hoy
ser mi pretensor profesa
a que eres, Porcia, la duquesa,
y que yo la Porcia soy.
El papel de Serafina
has de hacer cuando nos vean
esos que a Mantua desean
y si alguno se me inclina
como a Porcia y como a pobre,
será amante verdadero
y tendrá el lugar primero
aunque hacienda no le sobre
en aquesta pretención.
Porcia ¿Podrá estar secreto?
Serafina Sí;
porque los hombres que a mí
me conocen pocos son,
y no saliendo de casa,
con cuidado viviremos
y más, que nos parecemos
algo las dos.
Elisa ¿Y si pasa
de nosotras el secreto?
Serafina Cuando esto se haya sabido,
como dicen, ¿qué hay perdido
sino solo este conceto
que formé? Pero verás
como le he de conseguir.
Porcia Desde hoy comienzo a fingir.
Serafina Más he pensado. Oye más.
Podré en cualquier ocasión
que ellos se juntan aquí
ser yo más dueño de mí
siendo la conversación
contigo. Escuchando yo,
podré notar en efeto
cuál es más cuerdo y discreto.
Y hasta agora no se vio
condición como la mía.
El que inclinarme quisiere
será solo el que tuviere
gala, ingenio y valentía.
Con eminencia «galán»
quiero que el amante sea
que en él la virtud se vea
que en los diamantes que están
cuando brutos deslucidos
como piedras ordinarias,
y visos de luces varias
exhalan cuando pulidos.
También lo quiero «valiente»
que el ánimo y corazón
muestran quien es el varón
que debe ser eminente.
Con estas dos calidades
satisfechos y advertidos
quedan los ojos y oídos;
pero si el ingenio añades
cesará el conocimiento
de mi noble inclinación,
pues será la «discreción»
la luz del entendimiento.
Porcia Y, ¿cómo ha de ser —me di—
que esa noticia tengamos?
Serafina Quiero que un festín hagamos
en casa esta noche. Así,
cogiéndolos sin pensar
quién es más galán veremos
y para los dos extremos
que faltan, habrá lugar.
Flores El soneto acabé. Plaza,
que mi musa no está loca.
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......................
A la duquesa alabará mi boca
si el cielo me la libra de mordaza.
¿Quién vio pálida flor de calabaza
trepando por las puntas de una roca?...
Serafina